jueves, 14 de junio de 2012

Erradiquemos el trabajo infantil

"En un lóbrego y peligroso túnel, apenas iluminado, Juan Laguna y otros cuatro niños trabajan penosamente con herrumbrosas piquetas para desgajar pedazos de piedra, con la esperanza de que contengan al menos un poco de oro" Juan tiene 12 años. "Trabajando con otros cientos de jóvenes  ha pasado cinco años arañando paredes en los túneles del distrito minero de La India, más de 160 km al oeste de Managua, la capital de Nicaragua" según podemos leer en Con sus propias palabras.

Esta historia no debería ocurrir, pero lo más impactante no es esta historia en sí, sino que  hay más de 200 millones de niños en el mundo con historias parecidas o peores que la de Juan.

El trabajo infantil es una violación de los derechos de la infancia. La Oficina Internacional del Trabajo (OIT) trata de llegar a acuerdos internacionales para luchar contra el trabajo infantil. En el informe global sobre el trabajo infantil en el año 2006, estableció un compromiso de los Estados Miembros mediante la firma  del Convenio 182 para  erradicar las peores formas de trabajo infantil y el Convenio 138 sobre la edad mínima de admisión en un empleo. De los 185 estados miembros de la OIT, el 95% ratificó el primero y el 88% el segundo. Hubo cierto optimismo, y se fijó el objetivo de eliminar las peores formas de trabajo infantil para 2016.

En el informe acerca de  Intensificar la lucha contra el trabajo infantil del año 2010 describe que se produjeron ciertos avances.  Los niños trabajadores disminuyeron de 222 millones a 215 millones entre 2004-2008, es decir un 3 por ciento. El mayor progreso fue en los niños y niñas de 5 a 14 años. Sin embargo, entre los jóvenes dde 15 a 17 años aumentó en un 20 por ciento, de 52 millones a 62 millones.

Pero la OIT avisa: "en medio de la desaceleración económica, los esfuerzos para eliminar las peores formas de trabajo infantil están perdiendo fuerza". Es decir, en un mundo asolado por la crisis económica, muchos países no están por la labor de proteger a los más débiles, osea los niños.
No tenemos que mirar muy lejos, tras el reciente informe de Unicef acerca de la infancia en España, en el que los autores informan de que la crisis ya tiene, definitivamente, cara de niño. 

Y los siguientes informes de la OIT, acerca de como Combatir el trabajo infantil: del compromiso a la acción,  no son nada alentadores: hay normas internacionales, se va avanzando lentamente en la reducción del trabajo infantil, pero en demasiados casos los derechos contemplados en esas normas no se aplican.

En el Día Mundial contra el trabajo infantil que se conmemora el 12 de junio desde al año 2002, las palabras del Director General de la OIT resuenan en nuestros oidos, y no nos pueden dejar indiferentes:
"No hay lugar para la complacencia cuando 215 millones de niños siguen luchando para sobrevivir y más de la mitad de ellos están expuestos a las peores formas de trabajo infantil, incluyendo la esclavitud y la participación en conflictos armados"


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