miércoles, 17 de octubre de 2012

Vinieron a por lo judíos y como yo no era judío no hice nada...


Martin Niemöller fue un pastor luterano alemán que ha pasado a la historia por escribir un poema que, por algún motivo, siempre atribuimos erróneamente al poeta Bertolt Brecht. El orden y palabras exactas traducidas del poema están sujetos a disputa, ya que existen muchas versiones, por lo que lo copiamos en su versión original: 
"Als die Nazis die Kommunisten holten, 
habe ich geschwiegen; 
ich war ja kein Kommunist. 
Als sie die Sozialdemokraten einsperrten, 
habe ich geschwiegen; 
ich war ja kein Sozialdemokrat. 
Als sie die Gewerkschafter holten, 
habe ich nicht protestiert; 
ich war ja kein Gewerkschafter. 
Als sie die Juden holten, 
habe ich nicht protestiert; 
ich war ja kein Jude. 
Als sie mich holten, 
gab es keinen mehr, der protestieren konnte". 

Ahora que ya han pasado el verano y que volvemos a la realidad, con el cerebro menos reblandecido por el duro sol del estío, es momento de retomar temas serios. Y este es un tema que tengo pendiente hace un tiempo. 

No voy a entrar en debates sobre el sistema de gestión de la sanidad (público, privado o mixto), pero si voy a hablar de formas y maneras. Las formas y maneras con que algunos entornos sanitarios tratan a los médicos, sin respeto al profesional, sin respeto a la profesión y sin respeto a los pacientes. Luego lo pueden disfrazar de lo que quieran, pero los hechos son claros y he aquí dos ejemplos que conozco bien. 

- Uno por ser un querido compañero pediatra, un pediatra íntegro y un profesional relevante a nivel nacional: el Dr José María Paricio. A él le debemos mucho, pero algo que perdura es la Web de Lactancia Materna, verdadero referente y, tal como consta en su cabecera, es una "web realizada desde 2003 por el servicio de Pediatría del Dr Paricio en el Hospital Marina Alta (Denia, Alicante)". Un ejemplo de como hacer cosas grandes desde entornos pequeños, gracias al trabajo y la ilusión de José María Paricio y su gran equipo de pediatras. 
No es cuestión de volver a utilizar su nombre en un debate estéril, pues sé que José María es una persona muy discreta y positiva, que no quiere (ni necesita) de polémicas. En su momento, y ya ha pasado casi un año, ya fue motivo de amplio apoyo en prensa nacional y en blogs. En esos enlaces podréis ver el desarrollo de los hechos, que abocaron a un final que sigue doliendo profundamente a todos los pediatras: de una forma totalmente injusta, se le retiró la jefatura de servicio y de su lugar de trabajo. 
Este es el premio a su brillante trayectoria profesional, producto de una decisión particular de unos gerentes de un hospital de gestión mixta. Unos gerentes que, como ya ha ocurrido en otros hospitales de estas características, serán despedidos en su momento, y ellos no recibirán los miles de apoyos (de compañeros médicos y de familias de pacientes) de José María, serán despedidos por la puerta de atrás... pero el daño ya lo habrán hecho. 

- El otro caso es el de un compañero hematólogo, el Dr. Pedro José García, con el que trabajé durante unos años en el mismo hospital donde ocurren los hechos y que la prensa ha ido relatando durante los meses de verano en prensa local, bien por el apoyo recibido, como por las consecuencias posteriores. Tal como se explica en la noticia, al facultativo se le comunicó el despido mientras pasaba consulta; aunque la modalidad más extendida de despido a médicos solía ser una llamada por teléfono a las tres de la tarde de un viernes por parte de un administrativo y la frase "no es necesario que vuelva el lunes, no contamos con usted"

Lo dicho, podrán disfrazarlo de lo que quieran, pero estos casos (y una gran mayoría de los vividos y conocidos), son siempre por desavenencias entre la gerencia-dirección y el profesional sanitario, por no bailarles el agua, por no comulgar con ruedas de molino, por el "conmigo o contra mi". NO PUEDE SER, NO SE PUEDE CONSENTIR..., aunque se ha consentido: en ambos casos el apoyo de cientos y miles de firmas de pacientes y compañeros no sirvieron de nada.

Está claro que tendrán que convivir distintos tipos de gestiones en Sanidad, como ya ocurre en muchos países de los llamados del primer mundo: sanidad pública, privada y/o mixta. Pero en polémicas como las anteriores, entre un directivo médico y un buen profesional, es posible que la polémica se hubiera dirimido con el despido del directivo. Pero estamos en España, en esta España que nos duele... 

Por ello el título de esta entrada y el poema de Martin Niemöller. Porque los ejemplos expuestos hablan de dos buenos profesionales a los que han atacado su dignidad, injustamente. Porque ahora los demás lo vemos en la distancia, pues no nos ha afectado... Porque vinieron a por los judíos y como yo no era judío no hice nada..., pero antes de que vengan a por nosotros hemos de actuar: porque nadie puede quitarnos el respeto a la profesión y nuestra dignidad. 

Gracias, José María Paricio, por tu legado para todos y por tu amistad. Te han quitado la jefatura, pero no tu valía y tu dignidad. Os dejo un vídeo que han titulado "Pediatra sin tapujos" y sin tapujos, como es su vida, defiende la lactancia materna.

 

1 comentario:

isa dijo...

Creí, al ver el título, que el post iba sobre la algarabía con la que el público, en general, recibe las noticias de los recortes a los médicos, para ellos, los grandes privilegiados de la actual sociedad por haber pasado una vida de sacrificio y estudio. Lo malo es que, conociendo de primera mano cuatro casos iguales en el SAS, llego a la desquiciante conclusión de que ahora mismo somos los judíos de la película de schindler...los alemanes nos meten en campos y los rusos nos abren el campo para expulsarnos de sus tierras