lunes, 6 de enero de 2014

Regalo de Reyes,... reflexiones de pediatras


Mi cuñado Manuel, amante del libro "de viejo", me ha regalado para este Día de Reyes un pequeño libro de 1925 bajo el título "Consejos a las madres para la mejor crianza de sus niños", del Dr. Andrés Martínez Vargas, uno de los impulsores de la pediatría en España a través de una vasta labor en sus facetas como profesor, escritor, conferenciante y médico. 
Según consta en Wikipedia, el Dr. Martínez Vargas fue uno de los fundadores de la Asociación Española de Pediatría (1912) y presidente del I Congreso Español de Pediatría (1914, y del que este año celebraremos en Madrid el primer centenario). Incluso el Grupo de trabajo de Historia de la Pediatría y Documentación de la AEP reedita su obra coleccionable "Historia de la Pediatría Española"

En sus 48 páginas, el libro es todo una verificación de que en medicina casi 90 años es mucho más que un siglo. Y que el médico tiene el deber de estar actualizado continuamente, porque lo que en su momento parecía una verdad irrefutable por la autoridad científica, resulta que hoy en día se lee con sorpresa y casi desconcierto. Comparto algunos párrafos del libro para la reflexión: 

 - Sobre el destete: "Cuando el niños haya cumplido 9 meses y tenga el primer grupo dentario, será el momento oportuno para plantear el destete, que será lento, nunca brusco, que se iniciará hacia el invierno o estación fresca, jamás cerca del verano, y siempre que esté el niño en periodo de interdentación. El destete se llevará a cabo añadiendo a la ración de leche, harinas de trigo, de arroz, maíz, ya solas, ya adicionadas con fosfato de cal y cacao, harinas maltosadas o diastasadas, que el comercio nos brinda en gran número y en variedad creciente cada día con incesantes adiciones". 

- Sobre el sueño: "Este debe ser respetado con una gran severidad...Todo niño debe ser puesto en el lecho lo más tarde a las 8 de la noche y los mayorcitos a las 9. Proceder de otro modo es preparar una legión de agitados, de neurópatas". 

 - Sobre la higiene de la boca: "Desde la más tierna edad se acostumbrará a los niños a abrir la boca y enseñar su garganta. Se desterrará también la costumbre inconveniente de besar a los niños, sobre todo en la boca...". 

- Sobre el chupete: "No pongáis chupadores en la boca de los niños. No tiene utilidad alguna, son perjudiciales, fatigan sus labios, irritan la boca, deforman la dentición, predisponen a la indigestión, exponen a graves enfermedades, impiden la sonrisa, el mayor encanto de los niños". 

Hablamos del primer cuarto del siglo XX y muchas cosas son diferentes y han cambiado, sin duda. Pero resulta curioso como algunas interrelaciones se mantiene: el libro presenta la publicidad (y se entiende que la financiación) de Leche condensada EL NIÑO (elaborada en mi querida Torrelavega). Y en el apartado de Alimentación el autor expone: "Estudios de médicos especialistas, mi propia experiencia, demuestran que la leche condesada azucarada marca EL NIÑO facilita el crecimiento, en peso y en estatura, la dentición regular y la nutrición general". 

Este blog se denomina Pediatría basada en pruebas. Y lo que escribimos habitualmente somos miembros del Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia (GT-PBE) de la AEP. Y, con todo el respeto al autor, eminente figura en nuestra Pediatría, de este texto me han surgido una serie de reflexiones: 

1) Que el paso de la medicina basada en la experiencia (método inductivo, fundamentado en la verificación) a la medicina basada en las pruebas científicas (método deductivo, fundamentado en la refutación) no es una moda gratuita, sino una necesidad. 
2) Que de esa refutación se traduce la humildad científica, pues las verdades absolutas deben leerse con precaución, aunque venga de la mano de "expertos". 
3) Que es apasionante ser médico y ser pediatra, para darnos cuenta cada día de lo poco que sabemos y de lo que desconocemos... y de lo mucho que nos queda por aprender. 

Feliz Día de Reyes. Y, espero, que con estas reflexiones los Reyes no me traigan carbón...

2 comentarios:

Angel Hernández dijo...

Un buen regalo, sí señor, un libro "viejo". Estos libros también ayudan a relativizar todo, lo que decimos y hacemos, y la importancia de las cosas

ELNUMA dijo...

De los libros antiguos aparte de su valor puramente histórico, tienen otro que se ve claramente sobre todo si son de ensayo; y es que nos muestran que "lo actual" o es mas que un punto en el devenir o en el desarrollo de un proceso eterno. Por tanto, sin caer en la "duda metódica", si relativizar toda tesis, hasta que el Tiempo (juez inflexible e inapelable) marque como bueno y valido dicho hallazgo.
Bien, que en este Nuevo Año, todos los dioses os sean propicios...