sábado, 28 de junio de 2014

Cine y Pediatría (233). “Happythanyoumoreplease”, el secreto es decir gracias


Se ha llegado a definir la depresión como exceso de pasado y la ansiedad como exceso de futuro, de forma que ese estado ideal de estar en paz con uno mismo se conseguiría viviendo el presente. Pero no es fácil vivir el presente. Porque todos reconocemos que vivimos una época cada vez más difícil y complicada. O la hacemos cada vez más difícil y complicada en el día a día y en nuestra sociedad del primer mundo. La falta de tiempo por el exceso de trabajo y la vorágine de actividades, el exceso de información y de hiperconexión, y la constante exposición a modelos de vida inalcanzables nos ha llenado la cabeza de ideas confusas y la vida de obstáculos que no nos dejan conocernos ni nos permiten conocer a los demás. Vivimos demasiado confundidos, estresados, cansados, enfadados (con nosotros y con los demás) y perdemos la oportunidad de disfrutar de lo que ocurre a nuestro alrededor o de dar las gracias por el compromiso adquirido. Sobre este proceso de crecimiento y madurez es lo que nos habla, de forma muy inteligentemente, la película de cine independiente americano Happythankyoumoreplease (Josh Radnor, 2010). 

Una película con un título original e interminable, que es la ópera prima de Josh Radnor, mejor conocido por su papel en la serie americana Como conocí a tu madre, y que aquí no sólo se estrena como director, sino que también resulta ser el guionista y el personaje principal. Una comedia romántica (con pequeñas dosis de drama) de historias cruzadas de treinteañeros neoyorkinos en busca de la felicidad y con un niño como desencadenante del cambio, una historia novedosa, fresca y muy equilibrada, llena de buenos momentos (sin llegar a ser una obra de arte), y que combina sencillez aparente y profundas raíces. Una comedia que sigue la estela de otras previas, como Beautiful girls (Ted Demme, 1996), Persiguiendo a Amy (Kevin Smith, 1997) o Algo en común (Zach Braff, 2004). 

Sam Wexler (Josh Radnor), un joven aspirante a escritor no tiene una buena racha y, como colofón, vive un día pésimo: debe acudir a una importante cita con el director de una prestigiosa editorial de Nueva York y se despierta tarde y con resaca; por el camino se encuentra con un niño de 9 años, Rasheen (Michael Algieri), que ha perdido a su madre en el metro y se debate entre continuar su camino o hacerse cargo de él hasta que encuentre a su progenitora. Como ésta no aparece, decide entonces llevarlo consigo a la editorial, pero la cita constituye un estrepitoso fracaso. “Mi problema es que tengo una vida normal. Ya sabes, una vida normal con buenos padres…” dice Sam al niño, mientras se queja de su falta de inspiración para escribir. Esto contrasta cuando comprobamos que el niño no puede recordar la edad que tiene o el día de su cumpleaños… 
Su vida sentimental no va mucho mejor que su vida laboral, pasa de una relación a otra, evitando cualquier tipo de compromiso, hasta que conoce a Mississippi (Kate Mara), una hermosa camarera que es también cantante, y de la que queda fascinado. Pero hay otras dos historias en la película que se entrecruzan con la línea narrativa principal. Por un lado, la mejor amiga de Sam, Annie (Malin Akerman), tiene alopecia universal y vive en una burbuja de optimismo bajo su eterno pañuelo en la cabeza, que no es más que una ilusión, ya que su vida no es plena. Por el otro, están Charlie (Pablo Schreiber) y Mary Catherine  (Zoe Kazan), quienes, tras años de relación, tienen que enfrentar la realidad de mudarse de ciudad y cambiar sus vidas. 

Porque Happythankyoumoreplease es una película medianamente excéntrica, pero no demasiado; divertida, pero no en exceso; bonita, pero no deslumbrante. Pero si nos ayuda a entender porque es bueno dar las gracias por las muchas cosas que nos hacen sentirnos un poco más feliz y que rondan alrededor del amor: del amor propio, del amor familiar y del amor de pareja, del compromiso con algo o con alguien. Los problemas que aborda son tan comunes como la vida misma: cambiar de estado emocional, cambiar de pareja, cambiar de ciudad, etc. La presencia del niño ayuda a Sam a ver el compromiso (y la vida) desde otra perspectiva (”Dentro de 20 años iré a una exposición tuya… me dibujarás algo en una servilleta y eso será mi jubilación”, le dice Sam a Rasheen) y entre ambos, con el paso de los días, el encuentro se transforma en cariño con deseos de acogida, acogida que se transforma en ilegalidad… Y es así como Rasheen le acaba declarando: “Sam, eres mi mejor amigo”

Happythankyoumoreplease nos plantea una búsqueda sencilla de la felicidad, a través del compromiso y del amor. Y con un gran secreto: saber decir gracias por todo ello. 

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