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miércoles, 23 de agosto de 2017

La OMS retira el oseltamivir: un triunfo para la ciencia


Hace 8 años, con motivo de la gripe pandémica (de cuyo nombre no quiero acordarme) el Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia (GT-PBE), a petición de la Junta Directiva de la Asociación Española de Pediatría, elaboró un informe titulado: "Evidencias de la pandemia por virus influenzae A (H1N1)" y que se puede revisar en su totalidad en el enlace adjunto. 
En ese documento realizábamos una puesta al día basada en pruebas de los siguientes puntos: 
- Magnitud de la enfermedad y grupos de riesgo 
- Diagnóstico clínico y de laboratorio 
- Medidas físicas de prevención 
- Inmunización contra la gripe pandémica 
- Tratamiento con medicamentos antivirales.

Ya en el último apartado y en el año 2009 comentamos lo siguiente sobre el oseltamivir: 
"Los inhibidores de la neuraminidasa (IN) son fármacos cuyo efecto ha sido ensayado en pacientes con gripe estacional. No se ha desarrollado hasta la fecha ningún estudio experimental sobre su efecto en la gripe pandémica, por lo que sólo podemos realizar extrapolaciones de la eficacia de estos medicamentos y presumir que su comportamiento será similar contra la nueva gripe. En niños, los IN producen una discreta disminución del número de días con síntomas: entre 0,5 y 1,5 días menos. Su efecto en la quimioprofilaxis tras la exposición también es muy modesto, pues produce una reducción del riesgo de gripe sintomática confirmada del 8%. Ello quiere decir que sería necesario tratar a 13 personas asintomáticas que han tenido contacto con un caso de gripe confirmada para evitar el contagio en uno sólo. 
El modesto beneficio de los IN, unido a que no están exentos de efectos adversos gastrointestinales (principalmente vómitos) y particularmente neuropsiquiátricos en población pediátrica, recomienda limitar su uso terapéutico a pacientes pertenecientes a grupos en riesgo y, de éstos, particularizando cada caso en función de la gravedad del cuadro gripal y la enfermedad de base del paciente. El mismo criterio debería tomarse en consideración en el caso de la quimioprofilaxis tras exposición, y se podría considerar la eventualidad de que algún contacto de un caso pertenezca a un grupo en riesgo de sufrir enfermedad grave". 

Pues bien, y por fin, en junio de este año la OMS resolvió retirar el oseltamivir (Tamiflu o Zanamivir) de su lista de medicamentos esenciales. Fue el resultado de una larga lucha de los científicos, que inició en 2009 a raíz de la pandemia de influenza A/ H1N1. En esta lucha el British Medical Journal ha desempeñado un papel sobresaliente junto con investigadores especialistas de Cochrane sobre el tema. 

Su gran contrincante en este combate es la farmacéutica La Roche. La historia empieza en 1999 a raíz de los primeros casos humanos de influenza aviar elaborado junto con un grupo (ESWI) financiado por Roche y otros productores de medicamentos contra la gripe. Durante los años siguientes oseltamivir es autorizado en Estados Unidos –con ciertas reservas– y en Europa. En 2002 la OMS recomienda a los países mantener grandes reservas de este medicamento: se basa para ello en una investigación que supuestamente mostraba que oseltamivir disminuía las complicaciones de la enfermedad. 
El siguiente capítulo empieza con la pandemia de influenza A/ H1N1 en 2009, cuando Cochrane volvió a revisar los artículos sobre oseltamivir y descubrió que Roche tenía más resultados no publicados. Solicitó a Roche las bases de datos completos, pero al recibirlas encontró que todas estaban incompletas. Finalmente Cochrane consigue los informes de investigación completos de Roche y los hallazgos finales del estudio hecho con estos datos (Ebell, 2017 10.1136/bmj.j3266) fueron una pequeña reducción del tiempo de duración de los síntomas, ninguna evidencia de que se reducía la probabilidad de neumonía, hospitalización o complicaciones que requerían tratamiento con antibióticos. 

Estos resultados llevaron a la OMS a retirar oseltamivir de su lista de medicamentos escenciales, donde había estado desde 2010. Más vale tarde que nunca... Ahora resta limitar su uso, pues si no tiene utilidad en las gripes graves, está claro que menos utilidad tendrá en las gripes no graves. A tenerlo en cuenta para el otoño-invierno que pronto llegará...

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