lunes, 18 de septiembre de 2017

La seguridad del paciente a debate


En sanidad cabe no olvidar la frase de A. Bloomfield: "Hay algunos pacientes a los no podemos ayudar, pero no hay ninguno al que no podamos dañar". Y la seguridad del paciente se convierte en una máxima, así como el reto de poner coto a la yatrogenia. 

De ello hemos hablado repetidamente en este blog. Y en una ponencia en un congreso hace 5 años ya expuse estos cuatro puntos: 
1) Conocer las causas de los EVENTOS ADVERSOS en la asistencia sanitaria nos ayudará a promover las UNIDADES DE GESTIÓN DE RIESGOS. Y a no olvidar el principio hipocrático: "Primun non nocere". 
2) La GESTIÓN DE CALIDAD TOTAL pone especial hincapié en el siglo XXI en la cultura de la SEGURIDAD DEL PACIENTE. Y promueve la responsabilidad sanitaria de notificación de eventos adversos. 
3) El liderazgo en la cultura de seguridad de PROFESONALES SANITARIOS y PACIENTES permitirá cambiar la cultura de la "culpa" por la cultura del "conocimiento". 
4) Más allá de la prevención primaria, secundaria y terciaria..., nos encontramos con la prevención CUATERNARIA. Porque es fundamental prevenir el "exceso de diagnóstico, tratamiento y prevención médico". 

Y en las recientes XXXVII Jornadas de Economía de la Salud la seguridad del paciente se ha contabilizado también. Porque se estima que los costes de los efectos adversos pueden suponer un 15% del gato en salud de todos los sistemas sanitarios. Se estima que el número total de efectos adversos podría ser de 40 millones de euros en España, lo que supone la pérdida de 23 millones de años de vida ajustados a discapacidad (AVAD). 

En el caso de España existen diferentes registros promovidos por el Ministerio de Sanidad para conocer el número de paientes que sufren este tipo de inconvenentes: 
- En hosspitales el estudio ENEAS ha estimado la incidencia de eventos adversos en 9,3%. 
- En atención primaria el estudio APEAS alcanza el 11,2%. 
- En cuidados intensivos se sitúa en 40% y en servicios de urgencias supone el 7,2%. 
Y todo lo anterior es solo la punta del iceberg. Porque escondidos quedan los incidentes, los casi-incidentes, los eventos adversos más leves, etc. 

Dos causas subyacen como favorecedoras de este incremento de los eventos adversos en sanidad: 1) la medicalización excesiva de la vida, con dos consecuencias perjudiciales para el paciente: el sobrediagnóstico y el sobretratamiento; y 2) la medicina defensiva. 

En estas Jornadas se extraen algunas recomendaciones frente a esta "epidemia" de eventos adversos:  
1. Reconocimiento de la yatrogenia como problema de salud pública. 
2. Evaluación rigurosa por parte de la Estrategia de Seguridad del Paciente. 
3. Fortalecimiento de los sistemas de información y de notificación. 
4. Medidas para reducir el incumplimiento de las recomendaciones de la OMS. 
5. Publicar los resultados de las evaluaciones periódicas. 
6. Fomento de la investigación de las causas y determinantes de la yatrogenia. 
7. Reformas legislativas necesarias para proteger a los profesionales. 
8. Fraguar un frente activo y coordinado de actuación para impulsar las recomendaciones. 
9. Aprobación del baremo de daños sanitarios que incrementen la seguridad jurídica. 

 Lo dicho, no olvidemos una realidad como la frase de A. Bloomfield.

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