lunes, 16 de noviembre de 2020

Infección por coronavirus y escuelas en España: una buena lección

 

En los prolegómenos de este curso escolar en España (posiblemente como en el resto de los países) hubo una importante preocupación por el devenir de los acontecimientos alrededor de la pandemia COVID-19 tras la vuelta de la infancia y adolescencia a las aulas. Preocupación en las familias, en los centros escolares, en los centros sanitarios y en la propia sociedad, tal como se hizo eco la prensa en los inicios del mes de septiembre. 

Se realizó un esfuerzo importante en los protocolos (y en sus varias actualizaciones posteriores) de actuación desde el Ministerio de Educación (y sus consejerías) y desde el Ministerio de Salud (y sus consejerías), bajo dos premisas esenciales: 
1) Reconocer la importancia de la escolarización en la infancia, con repercusiones positivas en las esferas educativas, emocionales y sociales. Y estos efectos beneficiosos de la escolarización son especialmente apreciables en la población infantojuvenil más vulnerable (con patología crónica y compleja) y en aquellos con necesidades de educación especial. 
2) Aplicar lo aprendido de la transmisión del virus SARS-CoV-2 en la infancia durante estos meses previos. Y vamos conociendo algunos hechos: a) los niños, y especialmente los menores de 10 años, no contribuyen significativamente a la dinámica de la epidemia de SARS-CoV-2; b) la tasa de ataque secundario de los niños es muy baja y la agrupación de casos iniciados por un caso pediátrico son raros; c) los datos epidemiológicos sugieren que un niño expuesto a un caso infeccioso tiene menos probabilidades de infectarse que un adulto; d) los niños infectados tienen más probabilidades de estar asintomáticos o con sintomatología leve y la hospitalización de formas graves es rara. 

En base a ello se ha promovido una vuelta a las escuelas segura, saludable y sostenible. El conocimiento de los principios básicos de prevención y la puesta en práctica de medidas coherentes en los centros educativos contribuirá a que la comunidad escolar (alumnado, profesorado, personal de administración y servicios, madres, padres y tutores y tutoras legales) desarrollen su actividad contribuyendo a frenar la transmisión del virus SARS-CoV-2. Y se han publicado 7 principios básicos a conocer y desarrollar: 
1. Información sobre el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19 
2. Control contacto interpersonal: distancia interpersonal 1,5 m., mascarillas higiénicas o quirúrgicas (personas que trabajan en el centro educativo y en el alumnado ≥6 años) y conformando grupos de convivencia estable (GCE) 
3. Medidas de prevención personal: higiene de manos e higiene respiratoria
4. Limpieza, desinfección y ventilación de los centros 
5. Gestión de casos COVID-19. Fundamental y con tres figuras clave: el responsable COVID-19 en el centro educativo, generalmente un educador, aunque lo ideal hubiera sido un sanitario (enfermera escolar), el responsable COVID-19 en cada centro de salud para la escuelas y el coordinador COVID-19 desde Salud Pública. 
6. Prevención del estigma en relación a la COVID-19 y atención a salud emocional en aulas 
7. Medidas específicas para Educación Especial y Educación Infantil 1er Ciclo. 

Cabe decir que la adecuada gestión de la vuelta a la escuela pretendía además estos objetivos añadidos: 
- Controlar la pandemia COVID-19 con medidas que tengan en cuenta las peculiaridades de la infancia y adolescencia en esta enfermedad 
- Preservar la educación con escuelas seguras, saludables y sostenibles 
- Evitar el previsible caos sanitario, educativo y social con una adecuada coherencia clínica homogeneidad de actuación y coordinación entre todas las partes 
- Preservar los derechos de la infancia en cualquier situación, también en ésta. 

En este periodo de dos meses se me ha invitado a reflexionar sobre este tema en tres reuniones/congresos internacionales en México (en el XVII Congreso Internacional de Pediatría, celebrado en Mérida, Yucatán), en el Encuentro de Pediatras del Estado de Guanajuato, celebrado en León y en el Encuentro de Pediatras de México, Estados Unidos y España, celebrado en Puebla), además de la Jornada de Inauguración del Curso 2020-21 de la Sociedad Valenciana de Pediatría. Y proponía dos enfoques para lograr aquellos objetivos: 

- Potenciar la COHERENCIA clínica basada en la evidencia (y en la experiencia), la HOMOGENEIDAD para disminuir la variabilidad en la práctica clínica y la COORDINACIÓN entre escuelas y centros sanitarios. 
- Evitar la COVIDofobia y la Infodemia. 

Sobre ello versa esta presentación que se adjunta. 

Y que tras estos dos meses y medio de escolarización en España y visto los resultados, solo cabe dar la enhorabuena y las GRACIAS a todos los que han evitado el caos potencial: a todo el profesorado por su implicación, a los responsables COVID por su buen hacer, al alumnado y sus familias por su responsabilidad, y al sistema sanitario por seguir haciendo bien su tarea contra viento y marea. 

Y en este agradecimiento solo cabe recordar la importancia de las escuelas, y lo hacía con esta frase de una película que debiera prescribirse en todas las aulas: “Un aula es un lugar para la amistad, el trabajo y la cortesía. Un lugar lleno de vida al que le dedicas tu vida y en el que te dan su vida“ Profesor Lazhar (Philippe Falardeau, 2011). Porque, como en esta película, en el tema de la infección por coronavirus y escuelas en España, alumnos y profesores nos han dado una buena lección. 

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