lunes, 28 de junio de 2021

SARS-CoV-2: variantes de preocupación y variantes de interés


Para los virus la mutación es parte natural de su ciclo de vida. También para el virus SARS-Cov-2. Cuando éste infecta a una célula, se replica generando copias, copias que a veces pueden no ser fieles al original y presentar alguna variante. Aún así, la capacidad de mutabilidad del SARS-CoV-2 es mucho menor que el del virus de la gripe o el VIH. 

Todos los virus cambian con el paso del tiempo, y también lo hace el SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19. La mayoría de los cambios tienen escaso o nulo efecto sobre las propiedades del virus. Sin embargo, algunos cambios pueden influir sobre algunas de ellas, como por ejemplo su facilidad de propagación, la gravedad de la enfermedad asociada o la eficacia de las vacunas, los medicamentos para el tratamiento, los medios de diagnóstico u otras medidas de salud pública y social. En total, las variantes del coronavirus en circulación tienen unas 25-30 mutaciones de media que se han generado en cuestión de 14 meses. Y de las once variantes de SARS-CoV-2 identificadas, la Organización Mundial de la Salud las divide en dos tipos. 

a) Variantes consideras "de preocupación" (VOC): aquellas a las que se les asocia uno o más de los siguientes cambios en tanto que afecten de forma significativa a la salud pública a nivel global: 1) hay un aumento de la transmisibilidad; 2) hay un aumento de la virulencia - la capacidad del virus de causar daño a su hospedador - o hay un cambio en la presentación clínica de la enfermedad; 3) hay una disminución de la efectividad de las medidas sociales y de salud pública o de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles. 

Están en esta categoría las identificadas por primera vez en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil  e India: 
- Reino Unido-diciembre 2020. Variante B.1.1.7 (conocida como variante alfa por la OMS) 
- Sudáfrica-diciembre 2020. Variante B.1.351 (conocida como variante beta por la OMS) 
- Japón/Brasil-diciembre 2020. Variante P1 (conocida como variante gamma por la OMS) 
- India-diciembre 2020- Variante B.1.617.2 (conocida como variante delta por la OMS) 

Estos linajes presentan mutaciones en el gen de la proteína Spike (S), lo que influye en cómo entra el virus en las células a través de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) y puesto que el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína S es el objetivo principal de los anticuerpos neutralizantes y que todas las vacunas aprobadas expresan esa proteína del virus, las mutaciones en S y en su RBD pueden potencialmente poner en aprietos la efectividad de la vacuna y favorecer las transmisibilidad del virus. Ahora bien, por ahora ninguna de ellas parece que sean un problema para las vacunas, tal como demuestran las primeras publicaciones de NEJM o The Lancet. 

b) Variantes consideradas "de interés” (VOI): cuando su genoma presenta mutaciones en comparación al virus de referencia y cuando ha sido identificada como causa de transmisión comunitaria o ha sido detectada en varios países. 

Están en esta categoría las identificadas las siguientes localizaciones
- California-diciembre 2020. Variantes B.1.427 y B.1.429 (conocida como variante epsilon) 
- Brasil-abril 2020. Variante P2 (conocida como variante zeta) 
- Reino Unido/Nigeria-diciembre 2020. Variante B.1.525 (conocida como variante eta) 
- Filipinas. Variante P3 (conocida como variante theta) 
- Nueva York-octubre 2020. Variante B.1.526.1 (conocida como variante iota) 
- India-diciembre 2020. Variante B.1.617.1 (conocida como variante kappa) 
- Perú-agosto 2020. Variante c 37 (conocida como variante lambda) 

Todas estas variantes han ido copando titulares. La primera fue la variante británica (B.1.1.7) y la última es la variante india con un linaje B.1.617 de tres cabezas (B.1.617.1, B.1.617.2 y B.1.617.3) con variedad genética y diferente distribución geográfica, y de preocupación la B.1.617.2. 

Pero esto no acaba aquí. La OMS y sus redes internacionales de expertos llevan a cabo un seguimiento de los cambios que experimenta el virus para que, en caso de que se detecten mutaciones de importancia, se pueda informar a los países y a la población sobre las modificaciones que se deban introducir en la respuesta para reaccionar ante la variante y prevenir su propagación. Se han establecido una serie de sistemas de ámbito mundial, cuya eficacia se está fortaleciendo actualmente, para detectar «señales» de posibles VOI o VOC y evaluarlas en función del riesgo que supongan para la salud pública mundial. Las autoridades nacionales pueden optar por designar otras VOI o VOC a escala local.

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