lunes, 15 de agosto de 2022

Plan estratégico nacional para la reducción de la obesidad infantil (2022-2030)

 

Acaba de publicarse el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil, que plantea la hoja de ruta para el cambio en la próxima década (2022-2030) y para su elaboración ha contado con la participación de los principales actores que pueden hacerlo posible. Porque la obesidad infantil es compleja (eso lo conocemos bien) y si complejo es prevenir, más complejo es reducir como propone este plan. Porque como nos dice el documento, ara garantizar el derecho a la salud de niños, niñas y adolescentes, tenemos que actuar de forma integral asegurando que tienen acceso a estilos de vida saludable en sus entornos más cercanos, donde viven y pasan su tiempo: en la familia, en las escuelas, en los centros de salud, en internet, en las canchas y en los patios, en sus pueblos y ciudades. 

Porque el exceso de peso afecta a cuatro de cada diez niños y tres de cada diez adolescentes en España. Una situación especialmente acusada en aquellos que viven en hogares con rentas bajas, que tienen el doble de posibilidades de desarrollar obesidad. Es por ello que este plan estratégico propone reducir la incidencia de esta enfermedad en un 25 % en la próxima década (leído así parece fácil, pero me temo mucho que no se conseguirá; para entonces haremos cuenta y comprobaremos que es desgraciadamente lo que supongo). 

En la elaboración de este Plan, que plantea la hoja de ruta para el cambio en la próxima década, han colaborado 18 sociedades e instituciones científicas del ámbito de la salud, entre ellas la Asociación Española de Pediatría (AEP). Entre las líneas maestras de actuación coordinada que propone el Plan, se encuentran: 
1) Generar un sistema social promotor de la actividad física y de la alimentación saludable 
2) Promover el bienestar emocional y el descanso 
3) Reforzar el sistema público para promover estilos de vida saludables 
4) Garantizar la protección de la salud de la infancia 
5) Crear un cambio de cultura hacia estilos de vida saludables. 

Entre las medidas más interesantes recogidas en el documento final, queremos resumir algunas medidas en tres entornos clave: 

• Entorno escolar 
- Incrementar el tiempo de actividad física en el plan de estudios y en educación no formal. 
- Implementar un plan de movilidad activa y caminos escolares saludables. 
- Incluir de forma trasversal en el plan de estudios materiales relacionados con la promoción de hábitos saludables basados en la evidencia y opinión de expertos. 

• Entorno de ocio y deporte 
- Aumentar la oferta local por barrios de instalaciones deportivas seguras, y de actividades realizadas en ellas, utilizando instalaciones escolares u otros recursos fuera de horas lectivas y fines de semana. 
- Fomentar actividades deportivas simultáneas de niños y adolescentes y sus progenitores. 
- Sensibilizar a las familias y a los menores de la importancia de la actividad física como rutina diaria. 

• Entorno digital: 
- Fomentar el desarrollo de aplicaciones (APPs) o webs adaptados a los niños y adolescentes para el fomento de vida activa que favorezcan hábitos de vida saludables y la autorregulación del uso de pantallas para su uso saludable. 
- Elaborar guías de uso saludable de nuevas tecnologías basadas en la evidencia y trabajar en su difusión. 
- Promover programas de formación a las familias en el uso seguro y equilibrado de las tecnologías e incorporarlo en el programa formativo de las escuelas y en el entorno profesional de los sanitarios. 

1 comentario:

Virginia Ruiz dijo...

El problema de la obesidad infantil es más complejo de lo que en estas líneas se representa. Se debe andar con cuidado a la hora de abordarlo porque si no tenemos en cuenta los aspectos sociales y psicológicos del problema podemos ver aumentadas las tasas de trastornos de la conducta alimentaria, cambiando así un problema por otro. No veo representación de los psiquiatras o psicólogos especialistas en estos trastornos en el plan estratégico. Lo que aquí apunto lo digo con conocimiento de causa. Durante la pandemia han aumentado de forma alarmante los TCA entre adolescentes, juzgados en algún momento por su peso o su cuerpo por parte de los iguales, los sanitarios o los docentes. Tengamos la suficiente inteligencia emocional con nuestros pequeños.