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lunes, 2 de septiembre de 2013

Motivación y desmotivación... this is the question


Septiembre es el mes del retorno, de la vuelta al trabajo, de la vuelta al cole, de la vuelta a las rutinas diarias. Y los últimos días de agosto son ideales para planificar, para fijarnos metas, para marcarnos objetivos antes de volver... Hasta los anuncios de la tele lo saben y, por ello, crecen como setas los anuncios sobre cursos o coleccionables... que uno empieza con fuerza y nunca acaba. Pero no es lo que queremos...: porque queremos terminar lo que empezamos. 

Últimamente se lleva mucho ese palabro tan de moda: "coaching". Un término que surgió en el deporte y se extendió al ámbito empresarial... y luego a la vida misma. Pues bien, para hablar de motivación y desmotivación voy a utilizar los pensamientos de dos "coach" reconocidos, uno español y al que conozco (y me gustó), Luis Galindo, y otro internacional y que también se prodiga en nuestro país, Joseph O´Connor. 

Luis Galindo es un gran motivador y os invito a visitar su blog y redes sociales. Es un gran orador y en su discurso nos invita a motivarnos a través del compromiso de hacer especial cada momento de nuestra vida, personal y profesional…para lograr que nuestra vida sea un desafío apasionante, un reto constante donde estemos dando lo mejor de nosotros mismos. Y nos da algunas claves que ayudan cada día a reilusionarse: 
-Intenta ver cada situación cotidiana como un reto personal. 
-No dejes de buscar (hasta que lo encuentres) el sentido a tu trabajo. 
-Y vive intensamente… ¡No te conformes! El esfuerzo extra vale la pena. Como me gusta decir, da la mejor versión de ti mismo en cada momento. Creo que allí reside la verdadera esencia de la ilusión y de la felicidad. 
Motivación en su mensaje y nos marca un ejemplo (tiene a cientos), pero éste casi lo suscribimos todos: nuestro deportista más internacional, Rafa Nadal. Hacer de nuestra vida un partido de tenis es muy motivador... 

Joseph O’Connor es uno de los formadores de coaching más conocidos y respetados en todo el mundo. Y como persona inteligente que es, ha creado un decálogo de la desmotivación (por aquello de si nos damos cuenta de lo que NO se debe hacer en trabajos en equipo,... o sea, en la vida misma): 
1. Ignora absolutamente el desempeño de tus empleados. Que no te importe lo que hagan ni su resultado. 
2. Da por hecho que tú sabes lo que es importante para tus empleados y su trabajo. No les preguntes ni les pidas su opinión para nada, y en el caso de hacerlo ignórala completamente, habiéndoles prometido previamente que la tendrías en cuenta. 
3. Toma el mejor resultado obtenido como la norma, y critica duramente cualquier resultado que no esté a su altura. 
4. Ten en cuenta aspectos completamente irrelevantes del trabajo que hacen, y crea todo tipo de pequeñas reglas muy rigurosas para que los cumplan. 
5. Si tus empleados tienen dudas sobre cómo hacer una tarea, diles que se pongan a hacerla y punto. No dejes que te molesten con sus problemas. 
6. Sé poco considerado y sarcástico. Mejor si es en presencia de otros. 
7. Crea todo tipo de situaciones donde tus empleados se sientan inseguros. 
8. Espera que obtengan resultados excelentes sin darles ningún tipo de apoyo. 
9. No demuestres ningún interés por sus éxitos, y haz que se sientan culpables por sus fracasos. 
10. No toleres ningún tipo de error, y enfádate visiblemente en caso de que algún empleado no haya conseguido borrar algunas de las pistas que demuestren que se ha equivocado. 

No obstante, si usted es de los jefes (de los líderes, me gusta más) que prefiere trabajar rodeado de personas motivadas, también puede invertir cada una de las reglas para saber cómo motivar a tu equipo de trabajo. 

Lo dicho: ¡bienvenidos a septiembre!. Ah, y ya sabéis que con la que está cayendo, ya no hay "síndrome postvacacional" ni otras lindezas inventadas así. Porque desde este blog, apostamos por el liderazgo y por la motivación: ¿te sumas...?.

2 comentarios:

  1. El decálogo de la desmotivación es sencillamente fantástico. Lástima que muchos apliquen (o apliquemos) el contrario.

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  2. Es un decálogo de lo más desmotivador, por eso algunos se buscan su propia motiv-ACCIÓN.

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