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sábado, 23 de octubre de 2021

Cine y Pediatría (615) “Uno para todos”, todo un compromiso por la reconciliación


Es Caspe una pequeña localidad zaragozana con menos de 10.000 habitantes, capital de la Comarca del Bajo Aragón, Y a la que se le conoce como “la ciudad del Compromiso”, un hecho que marcó nuestra historia y que tuvo gran influencia en el desarrollo de la Monarquía Española. Porque el Compromiso de Caspe fue un pacto establecido en 1412 por representantes de los reinos de Aragón y de Valencia, así como del principado de Cataluña, con el objetivo de elegir un nuevo rey ante la muerte en 1410 de Martín I de Aragón (el Humano) sin descendencia y sin nombrar un sucesor aceptado. Acaeció que dos años y medio después de la muerte de María de Luna, esposa de Martín el Humano, falleció Martín el Joven, el único hijo que habían tenido; y aunque el rey había conseguido legitimar como hijos suyos a varios bastardos, estos no eran aceptables según el derecho de herencia aplicable. Fueron seis los candidatos, todos ellos vinculados a la corona de Aragón, y con alguna relación familiar con Martin el Humano, y donde Fernando de Trastámara, infante de Castilla y su sobrino, fue el elegido. 

Y esta introducción es para adentrarnos en la película española Uno para todos (David Ilundain, 2020), cuya historia tiene lugar en Caspe. Pero el título no debe confundir con una película de mosqueteros, o un película histórica, tampoco un western. Nos encontramos ante la enésima aproximación al tema de un profesor que se enfrenta a un peculiar grupo de alumnos. En este caso un maestro interino que viene a hacer una sustitución en pleno curso de sexto de Primaria, allí donde en los alumnos se mezclan aspectos como el cáncer en la infancia y el acoso escolar

La canción “Tornarás a tremolar” del grupo Mishima suena en el coche de nuestro protagonista, Aleix (David Verdaguer), un joven maestro catalán que llega a un nuevo destino. Escaso equipaje para un destino fugaz de maestro sustituto en este pequeño pueblo en la provincia de Zaragoza. Alquila un piso al dueño del bar e inicia su andadura en su nueva clase. Allí donde enseguida conoce que falta un alumno, Carlos (Néstor Romero), a quien se le detectó un linfoma a final del pasado curso. Se interesa por este chico, que vive solo con una madre superprotectora y allí conoce a Ana (Patricia López Arnáiz), su profesora domiciliaria con quien establece una peculiar relación: “Lo niños son supervivientes por definición”, le dice. 

El tiempo que dedica a la clase y a apoyar a Carlos, llenan los días de Aleix (nombre que le sustituyen por el de Alex en la escuela), un joven por si introvertido y que nos confiesa que desde la muerte de su padre no se habla con su madre y hermanos. Su patrono lo intuye cuando le dice “Tú no tenías ganas de venir a este pueblo. Te sentirás solo”. Y él le contesta: “Tengo 18 alumnos en clase”. Pero pronto descubre que la pronta vuelta de Carlos a clase no es bienvenida por casi nadie, pues acosaba a muchos de ellos con distintas formas de lo que conocemos con el anglicismo “bullying”. El compromiso del maestro con su clase y este conflicto a solucionar le lleva a ofrecerles, aprovechando los conocimientos informáticos de Carlos, la idea de crear un videojuego de superhéroes, siendo ellos los protagonistas. Y parece funcionar, pues, no sin dificultad, poco a poco llega la reconciliación de Carlos con su clase al finalizar el curso. 

Y con el fin del curso, Aleix deja la escuela, la casa alquilada y el pueblo. Y antes de partir en el coche unas lágrimas preceden a la llamada por teléfono a su madre. Y, así, su compromiso con la reconciliación tuvo también efectos en sí mismo. Y cuando parte en coche, vuelve a sonar la misma canción que al principio. 

Es Uno para todos, aparentemente, una película menor o quizás ya vista, pero con valores. Así lo ha reconocido la última edición de los Premios Cinematográficos José María Forqué, al concederle como merecedor del premio Cine y Educación en Valores. Cabe tener en cuenta que estos premios fueron creados en 1996 por la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA) y son sus objetivos fundamentales contribuir a la promoción del sector audiovisual español, premiando la película con mayores valores técnicos y artísticos de entre las estrenadas cada año en España. También esta película tuvo otra nominación, para David Verdaguer como Mejor actor principal, y es que este actor está entre lo mejor de la película, un buen actor al que ya conocemos en Cine y Pediatría con otras películas con valores y con compromiso: Verano 1993 (Carla Simón, 2017) y Los días que vendrán (Carlos Marques-Marcet, 2019). 

Y es así como Uno para todos es una historia que tiene un compromiso con la reconciliación. Y ello en Caspe, “la ciudad del Compromiso”.  

 

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