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sábado, 28 de octubre de 2023

Cine y Pediatría (721) “Nacido en Gaza”, la herida que no cicatriza en la infancia

 

Hernán Zin, nacido en Buenos Aires y afincado en Madrid, es un reportero de guerra, escritor, cineasta y productor ítalo-argentino, quien recorre el mundo dirigiendo documentales y escribiendo libros con especial interés en los derechos humanos, la pobreza, los conflictos armados y los problemas del medioambiente que asolan este mundo. Consta en su biografía que ha trabajado en más de 80 países de África, América Latina, Asia y Europa. Ha dirigido al menos 21 películas documentales (y ha colaborado en unas cuantas más como productor o director de fotografía), desde su ópera prima, Villa miserias (2009), sobre el chabolismo de las grandes ciudades, hasta Somos únicxs (2022), una radiografía del bullying a través del testimonio de varios deportistas. Y por ello ha recibido sendas nominaciones a los premios Emmy, Grammy y Goya y ha sido ganador de varios Premios Forqué. Conocí a Hernán Zin hace un par de años en la proyección en unos cines de Alicante de su película 2020 (2020), filmada ese mismo año y que fue un reflejo de cómo la pandemia COVID-19 golpeó a la ciudad de Madrid. 

Y hoy recuperamos su película Nacido en Gaza (2014), que debe prescribirse como de obligado visionado para tomar conciencia de lo que significa para la infancia el enésimo brote bélico del conflicto palestino-israelí, tan prolongado en el tiempo y con tantas aristas que nos resulta difícil entender bien. Una película documental de 78 minutos rodada durante el ataque israelí contra la franja de Gaza entre julio y agosto de 2014 y donde se sigue a diez niños y niñas que cuentan cómo es su vida diaria bajo las bombas y el embargo y cómo luchan para superar el horror de sus vivencias en la guerra. Y que comienza así: “Este documental se rodó durante la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza en 2014. Ofensiva que dejó 507 niños muertos y 3.598 heridos. A ello está dedicado”. 

Estos son sus protagonistas, cuyas edades oscilan entre los 6 y los 14 años, con algunas de las reflexiones que nos dejan, incluyendo algunas notas que el director añade en el relato y que nos pone en situación. Una película que se ve con el corazón en un puño. 

- Mohamed es un adolescente que trabaja recogiendo plásticos en los basureros o en la lonja de pescado, pues es el único que puede traer algo de dinero a la familia: “La situación es muy complicada. Cada dos años tenemos una guerra. Y no podemos aguantarlo. Nos bloquean y nos cierran el mar”. “Nos da miedo movernos por nuestra tierra, porque hay misiles que no han explotado… Me gustaría ir al colegio sin tener que pasar miedo. Vivir como otros niños en el mundo”
Notas: “En las últimas dos décadas el desempleo se ha multiplicado por cuatro, alcanzado al 455 de la población”. “Entre el 7 de julio y el 26 de agosto de 2014, murieron 1.475 civiles palestinos. El 70% de los niños muertos tenía menos de 12 años”

- Udai es un niño que regresa a su casa bombardeada y rebusca por si quedara algo que se pueda aprovechar: “Tengo muchas pesadillas. No puedo dormir”

- Mahmud es un adolescente que recorre la granja e invernaderos de su padre, que han vuelto a ser asolados, lo que ya se ha repetido once veces en los últimos 13 años: “Cuando ellos entran, matan y destruyen. Lo destruyen todo… Ya no tenemos dónde vivir”
Nota: “24.000 familias que viven de la agricultura y la ganadería se han visto obligadas a abandonar sus tierras y propiedades. Unas 17.000 hectáreas de tierras de cultivo han sido afectadas durante el conflicto”

- Sondos es un niña que acude al Hospital Al Shifa de Ciudad de Gaza a que le curen las heridas que le dejó un bombardeo: “El misil me hirió en la barriga y se me salieron las tripas. El médico me dijo que mi corazón se paró dos veces…Tengo que estar agradecida. Hay niños que han muerto y otros que están mucho peor que yo”

- Rajaf es uno de los muchos hijos que añora a su padre asesinado: “Mi padre era buena gente, salvaba vidas como conductor de ambulancias. No entiendo por qué le han matado”
Nota; “Durante la ofensiva, seis conductores de ambulancia y 13 trabajadores sanitarios murieron mientras se dirigían a rescatar heridos. Otros 49 médicos, enfermeras y conductores de ambulancia; y 33 trabajadores humanitarios sufrieron heridas en los ataques”

- Malak es una preadolescente que asiste a una escuela regida por las Naciones Unidas, la Escuela para niñas de Yabalia: “Nos bombardearon estando en la escuela. Ni siquiera este lugar es seguro… Escuchamos el último misil, que alcanzó a mi primo y a mi hermano. Cayó entre los dos. Los dos murieron en el acto”. “Apenas duermo. Siempre estoy preocupada por e. bombardeo”. “Ojalá no haya más guerras después de esta, pero presiento que sí la habrá, ya que cada uno o dos años acaba repitiéndose lo mismo”

- Hamada y Motasem son dos amigos que vivieron como otros cuatro primos fallecieron mientras un día jugaban al fútbol en la playa: “Los cuatro niños que murieron eran de la misma familia. Eran todos primos míos. Me han quitado mucha metralla…”. “Entonces, ¿qué harán con nosotros cuando seamos mayores?”. “Nosotros vivimos una vida de mierda. Tierra, mar, todo bloqueado… Me gustaría entrar en la resistencia y hacer justicia por mis primos”
Nota: “Los barcos de pesca palestinos solo puede salir a faenar a seis millas de la costa. 3.600 familias de pescadores se han visto afectadas por el conflicto”

- Bisan y Haia son dos niñas, pero la segunda es sobrina de la primera, que es la más joven: “Bisan estaba jugando cuando la bombardearon. Bisán está triste porque su papá y su mamá han muerto. Ahora vivimos juntas, como si fuéramos hermanas… Ella no habla con nosotros sobre lo que pasó”

Y tras la presentación de estos diez protagonistas, se hace un salto temporal de tres meses. Y es cuando nos confirman que nadie les ayuda de verdad y ellos mismos solicitan tratamiento psicológico. Motasem es el que peor lo está pasando y ha intentado suicidarse varias veces. Bisan sigue con las heridas en la cara y precisará cirugía plástica, pero debido al estrés postraumático cada día tiene más problemas de comunicarse. Malek tiene cáncer, pero ha perdido parte de su tratamiento por la guerra, pues no podía acudir al hospital. Udai sigue acudiendo a su casa, derruida como el primer día y sin ningún cambio, mientras su familia sigue en la calle y se acerca el invierno. Mohamed sigue siendo el único que trabaja de su familia y aguanta en todos los trabajos, por duros que sean, pues es el único que trabaja en la familia y puede evitar que se mueran de hambre. La situación para cada uno de ellos está peor que tras el alto el fuego. Nota: “Más de 400.000 niños necesitan ayuda psicológica”

Es una sensación muy difícil de digerir lo que uno siente tras acabar de ver Nacido en Gaza, donde estos niños y sus familias nos abren las puertas de sus vidas. Pues han conseguido abrir una herida en la nuestra… en nuestra lejana y acomodada sociedad. Y que vemos tan lejos este conflicto, esta dura realidad que incomoda y que ahora revisamos desde una perspectiva infantil y relatada por ellos, que desde su nacimiento ya se encuentran en mundo sin razón, sin horizonte, donde la fragilidad que la vida se te escape es la realidad de cada día y no hay escapatoria. Un pueblo, el palestino, con un pasado milenario, pero sin presente y sin futuro. 

Y es que, como nos recuerda Amnistía Internacional, el caso de Israel encierra una triste paradoja. Por un lado, el Estado de Israel existe porque una resolución de Naciones Unidas le concede el derecho de existir, por lo que es el primer Estado moderno creado de esta manera. Por el otro, el Estado de Israel no deja de vulnerar sistemáticamente todas y cada una de las resoluciones de esa misma organización que le dio la vida y que le reconoció la legitimidad de su existencia. Y es que Israel representa a un pueblo que sufrió en sus carnes unos crímenes atroces. Y años después es responsable de vulneraciones constantes del derecho internacional y de un sometimiento, represión y opresión constitutivos de crímenes de guerra contra otro pueblo marginado y repudiado: el palestino. En este enlace de Amnistía Internacional se dibujan ocho claves para entender mejor el conflicto palestino-israelí -y con ello lo que trasciende en Nacido en Gaza -. 

 

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