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martes, 6 de abril de 2021

COVID-19 y niños ¿que hemos aprendido?


Tras un año de pandemia COVID-19 hemos aprendido tal cantidad de cosas y a una velocidad, que visto en retrospectiva produce vértigo. Afortunadamente los niños han sido respetados por el virus, y no han sido los actores principales en este drama mundial en cuanto a la infección se refiere.

Hemos ido aprendiendo a marchas forzadas, empujados por el miedo, la sorpresa, las ganas de saber y con una colaboracion y esfuerzo a nivel mundial sin precedentes. Ahora sabemos más acerca de la infección por SARS-CoV-2 y lo relacionado con los niños: la  transmision, el embarazo, el periodo perinatal, los colegios, la clinica, las complicaciones, las pruebas diagnosticas, los tratamientos y las vacunas.

En el último número publicado de Evidencias en Pediatría se revisan los artículos más actuales acerca de  la pandemia y la poblacion infantil. 

En cuanto a la clínica y los síntomas, los casos graves son poco frecuentes  en niños. Cuando aparecen los síntomas, consisten en fiebre y síntomas respiratorios o gastrointestinales leves, es decir como en otras enfermedades producidas por virus tan habituales en la infancia.

La utilización de corticoides en niños podría estar indicada en pacientes con COVID-19 con enfermedad respiratoria grave.

El síndrome inflamatorio multisistémico (SIM) asociado a SARS-CoV-2 es una nueva enfermedad de baja frecuencia, pero potencialmente grave. Aunque la asociación epidemiológica con la infección por SARS-CoV-2 parece clara, se desconoce si existen factores genéticos o ambientales asociados a la aparición de este síndrome.  Los sintomas principales son la fiebre, los síntomas gastrointestinales y los síntomas Kawasaki-like. Aunque una mayoría de niños requirieron cuidados intensivos y tratamiento con inmunomoduladores, la evolución fue favorable y la mortalidad baja. En la actualidad todavía no se ha establecido el manejo diagnóstico-terapéutico más apropiado.

En cuanto a las pruebas diagnósticas,  en niños hasta 16 años con síntomas compatibles con COVID-19 y menos de cinco días de evolución, un test rápido antigénico negativo no descarta la infección por SARS-CoV-2 y ante este resultado, en una situación de alta sospecha de SARS-CoV-2, es recomendable hacer una PCR.

Las radiografías realizadas en niños con COVID-19 encuentran hallazgos con frecuencia normales o leves, con afectación unilateral, en patrón de vidrio deslustrado y en lóbulos inferiores. La tomografía computarizada (TC) torácica debe reservarse para casos graves o para identificar otros diagnósticos. 

En cuanto a la transmisión en el medio escolar, el cierre de las escuelas no tuvo un efecto apreciable en el número de casos de COVID-19 entre los niños. Estos no son un grupo de riesgo importante de la COVID-19 y tampoco parecen jugar un papel predominante en la transmisión de la enfermedad.

Referente a la vacunación,  hasta la fecha en la Unión Europea se han aprobado cuatro vacunas frente a la COVID-19, dos de ellas basadas en el ARN mensajero y otras dos en vectores virales: Comirnaty, COVID-19 Vaccine Moderna, COVID-19 Vaccine AstraZeneca y COVID-19 Vaccine Janssen. Las cuatro vacunas han presentado datos procedentes de amplios estudios clínicos de fase 3, que muestran una notable eficacia y un perfil de seguridad aceptable.

Los promotores de estas vacunas, y de otras ya en las últimas fases de investigación han anunciado que han iniciado, o lo harán en breve, estudios específicos para determinar la eficacia y seguridad en niños y adolescentes. La vacuna Comirnaty ha finalizado el reclutamiento y podría presentar resultados preliminares referidos a adolescentes de 12-15 años en poco tiempo. Es el momento de volver la mirada a la población infantil y de dar los pasos (científicos, sociales y políticos) necesarios para contar con vacunas de la COVID-19 seguras y eficaces en ellos en el menor plazo posible.

La posible transmisión a los recien nacidos produjo gran incertidumbre al comienzo de la pandemia,   Los estudios concluyen que la infección COVID-19 neonatal es poco frecuente y raramente sintomática. El riesgo de infección no es mayor si el parto es vaginal, el recién nacido se alimenta con lactancia materna o mantiene el contacto con la madre.

Y para terminar la reflexion de los autores de la editorial Sobre Sars-CoV-2 y adultos en pequeño:  

"Porque el virus ha cambiado nuestra forma de entenderlo casi todo y de afrontar un hecho tan dañino y diferencial. En el ámbito de la Pediatría este virus ha sido enemigo inesperado. Con menos afectación que en el adulto, menos mal, pero obligando a tener la vista clara y la percepción muy alerta de lo útil. En apenas un año hemos hecho un viaje considerable desde lo que no se sabe hasta lo que ya se entiende y espera. Llegamos a las vacunas y esperemos que después del punto final de este texto nos alcancen más buenas noticias. No sabemos qué pasará, pero sí que será imposible olvidarlo".

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