sábado, 21 de diciembre de 2013

Cine y Pediatría (206). “Peter Pan”… y Wendy siempre vuelven a volar en Navidad


El novelista y dramaturgo escocés Sir James Matthew Barrie nos regaló un personaje mítico, un icono para la imaginación del niño y del adulto: Peter Pan. A principio del siglo XX, cuando sus obras ya no recibían buenas críticas, decide escribir una nueva historia, una historia que se gesta cuando conoce en el parque a Sylvia Llewelyn Davies y a sus hijos (Peter, Jack, George y Michael). El escritor y esta familia disfrutan de un magnífico verano juntos y entre ellos se crea un gran lazo de amistad. De esa vivencia nace la novela más famosa de J.M. Barrie, bajo el título de “Peter Pan y Wendy”, publicada en 1911. 

Y es así como la novela cuenta como cada noche Wendy explica a sus hermanos (Michael y John) una nueva aventura de Peter Pan, el niño que nunca creció. Estas fantasías se convierten en realidad cuando una noche Peter Pan entra por la ventana de la casa de la familia Darling en busca de su sombra y se los lleva al País de Nunca Jamás, donde conocerán al hada Campanilla, a los Niños Perdidos y al malvado Capitán Garfio. 

Peter Pan fue representado por primera vez en la Navidad de 1904 y, desde entonces, se ha interpretado innumerables veces. George Bernard Shaw definió la obra como “ostensiblemente un entretenimiento vacacional para niños, pero en realidad una obra para personas adultas”, lo que sugiere todo un mundo de posibilidades. Y fue 1929 se especificó que los derechos de autor de la obra debían dedicarse al principal hospital infantil de la nación, el Great Ormond Street Hospital en Londres (si bien hoy en día este tema de los derechos de autor es algo más complejo). 

Y las versiones cinematográficas también se han sucedido, desde la versión Peter Pan de 1953 de la factoría de Walt Disney, una película de animación dirigida por Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske hasta la película de 2003, Peter Pan, la gran aventura de P.J. Hogan, pasando por Hook, película dirigida por Steven Spielberg en 1991. 
Cincuenta años separan estas obras, casi iguales, pero diferentes: 
-Los dibujos animados de Walt Disney nos presentan la cara más amable del País de Nunca Jamás. 
- El australiano P.J. Hogan nos sorprende con una adaptación en que, a diferencia de las versiones anteriores, el énfasis del relato no reside en la aventura en sí, sino en la difícil disyuntiva de Wendy (Rachel Hurd-Wood) al entrar en el mundo de los adultos; y en donde destaca el papel del Capitán Garfio (Jason Isaacs) y que, por primera vez en una versión del clásico, el personaje de Peter Pan es interpretado por un niño (Jeremy Sumpter), papel que se había reservado hasta el momento a personas del género femenino. 
- Y en la versión del maestro Spielberg donde cuenta con un elenco excepcional de actores para el cuarteto de personajes principales de esta aventura: Wendy (Gwyneth Paltrow), Peter Pan (Robin Williams), Capitán Garfio (Dustin Hoffman) y Campanilla (Julia Roberts), aparte de contar en papeles menores con Bob Hoskins, Maggie Smith, Glenn Close y el propio Phil Collins. 

Pero es en Descubriendo Nunca Jamás (Marc Forster, 2004) donde, a través de una película biográfica, se narra el proceso de gestación de Peter Pan, contando los días de amistad del joven y excéntrico J.M. Barrie (Johnny Depp) con un grupo de niños, los Davies, hijos de la viuda Silvia Llewellyn Davies (Kate Winslet) y cómo su relación con el más pequeño de todos, Peter (Freddie Highmore) fue el origen del niño que se negó a crecer y habitó en Nunca Jamás. 
Pero en la película se nos muestra la cara más amable de J.M. Barrie, pues la suya fue una vida de claroscuros que se eluden en el relato: la obsesión de Barrie con los niños, las razones bizarras por las cuales su matrimonio quedó sin consumar, la presunta historia de amor que mantuvo con Sylvia con la que se comprometió antes de su fallecimiento, o la ulterior muerte de tres de sus hijos adoptivos. De hecho, el contraplano de esta película es la novela del año 2004. “Jardines de Kensington” del argentino Rodrigo Fresán donde la vida de Barrie y Peter Llewellyn Davies se funde con las obsesiones turbias de un exitoso escritor de best sellers para niños llamado Peter Hook. 

A partir de este personaje de ficción se ha creado una síndrome psicológico, no admitido en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM 5, en su última versión): el síndrome de Peter Pan, aceptado en la psicología popular desde la publicación de un libro en 1983 titulado “The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up” del Dr. Dan Kiley, y que caracteriza a la persona que no sabe o no puede renunciar a ser hijo para empezar a ser padre, al hombre/niño que se resiste a crecer, con un desfase patológico entre su edad cronológica y su madurez afectiva. 

J. M. Barrie pensaba que "nada de lo que ocurra después de los 12 años es demasiado importante" y que "lo único sobre lo que vale la pena escribir es sobre la infancia". Porque J.M Barrie fue el creador de Peter Pan y defensor de la idea de la infancia eterna como forma de arte, de redención y de culto a un pequeño dios que predica la diversión y la aventura antes que la responsabilidad y el compromiso. 

Porque ha pasado casi un siglo y Peter Pan.. y Wendy vuelven a volar en Navidad, en nuestros hogares y en nuestra imaginación. Sólo hay que creer…y mejor hacerlo con la excepcional banda sonora de esta película, obra del polaco Jan A.P. Kaczmarek. Y hacerlo en Navidad.

 

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