lunes, 17 de febrero de 2014

Lo que la Universidad española puede aprender del modelo americano


El título de este post es el título de un reciente artículo publicado en Dendra Médica/Revista de Humanidades, por César García, profesor en Central Washington University. En él, el autor explora aquellos aspectos que hacen del modelo universitario norteamericano el más exitoso del mundo y, como, a pesar de las diferencias culturales con España, se sugieren algunos aspectos a tener en cuenta en cualquier reforma universitaria en nuestro país. 

Lo cierto es que en los últimos 40 años, se han realizado en España tres reformas universitarias (en 1970, 1983 y 2001), reformas que no han dejado a casi nadie satisfecho. Mientras tanto, los nada infalibles pero imprescindibles rankings han puesto a cada uno en su sitio. En concreto, ninguna universidad española aparece entre las 200 primeras posiciones en el Academic Ranking of World Universities, mientras que entre las 20 universidades situadas en primer lugar, hay 17 de Estados Unidos, 2 de Gran Bretaña y 1 de Japón. 

El éxito de la universidad americana, cuya punta del iceberg sería el hecho de que de las 50 primeras universidades en los rankings mundiales, más de dos tercios suelen encontrarse en EEUU, se debe a una serie de factores a los cuales suele prestarse poca atención: 

1) La pluralidad, basada en la independencia de los centros y la ausencia de injerencias gubernativas. Porque no existe una sola Universidad americana, sino muchas que cotizan en función de su prestigio, prestigio que se transfiere también a sus estudiantes. 
2) La educación concebida como experiencia universitaria y en donde se plantea que el estudiante se "moje" y tiene que elegir continuamente: elegir universidad, elegir vivir fuera o dentro del campus, elegir clubes o asociaciones, elegir asignaturas y profesores, etc. 
3) La existencia de un mercado universitario con una clara y sana competencia por la excelencia entre los centros universitarios. Y conseguir, de esa forma, que la mejor universidad para estudiar literatura inglesa del mundo sea Yale, o la mejor universidad del mundo para estudiar derecho sea Harvard. 
4) La consideración de la Universidad como un ámbito de conocimiento puro, no sometido a la instrumentalización ideológica, pero que tiene una amplia experiencia en la vida social americana, incluido en los medios de comunicación. 

Sin duda, no todos son luces en la universidad de EEUU y también hay sombras, pero, hoy por hoy, es el mejor modelo asociado a criterios de eficiencia y prestigio. Porque el riesgo es el concepto de "fábrica de parados" en que se está convirtiendo la actual universidad española. Porque no es cuestión de más, sino de mejor. Porque no es de recibo que España sea el país de la Unión Europea con más facultades de Medicina (41, 32 públicas, 8 privadas y 1 militar... y más privadas que vienen en camino), mientra Alemania tiene 38, Italia 37, Francia 34 o Gran Bretaña 32. Porque, como nos recuerda César García, ¿cómo es posible que un país que no tiene ninguna universidad entre las 200 primeras del mundo, tiene dos escuelas de negocios (IESE, IE) en el Top ten?. Habría que hacerse esta pregunta (y otras muchas) más a menudo. 

Y finaliza el autor con esta reflexión: "Las peculiaridades de la sociedad española son conocidas (una valoración excesiva de la igualdad en perjuicio de la libertad, el localismo, la función pública entendida como un coto cerrado que hay que defender a toda costa) por lo que resulta poco menos que ilusorio pensar que podemos tener una universidad a la americana. Hay demasiados derechos tenidos por inalienables y hábitos culturales que lo harían imposible. Pero, si algo puede aprenderse de la idea americana es que las universidades pueden tener distintos enfoques e identidades, ser excelentes sin ser de investigación y que su misión debe responder a la demanda social, no a la de los gobiernos locales o nacionales"

Estas reflexiones sobre nuestra universidad emanan en un momento importante para mi, tras acabar de presentar mi acreditación a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) para Titular/Catedrático en Pediatría, todo un maratón de 4 meses de introducir datos en la aplicación informática y de conseguir recolectar un metro y medio (literal) de fotocopias con toda la documentación. Creo que siempre es un buen momento para hacer un análisis DAFO de nuestros sistema universitario (de combatir las debilidades y apoyar las fortalezas, de conocer la amenazas y entender las oportunidades), y las reflexiones que aporta este artículo apoya el concepto de que siempre tenemos que mirar a los mejores ("benchmarking") y el modelo americano parece un buen modelo en esta materia.

2 comentarios:

Fernando Carvajal Encina dijo...

Es un tema complejo, en el que también puede influir mucho su forma de financiamiento. Sólo una pequeña precisión, que agradeceremos los seguidores americanos de este blog: EEUU no es sinónimo de América. Como dice Serrat: "el sur también existe".
Entre las 200 mejores universidades se encuentran la Universidad de Sao Paulo, la UNAM y la Universidad de Buenos Aires.

Javier González de Dios dijo...

La diferencia entre EEUU y América es clara y no sólo la compartimos, sino que la defendemos. Lo que ocurre es que, respetando el texto original del autor, hemos incluido el término por él utilizado.
Gracias por la aclaración, válida y pertinente. Un saludo.