lunes, 3 de abril de 2023

Miguel Delibes, un novelista "de cine"

 

Es Miguel Delibes un vallisoletano universal, considerado como uno de los grandes escritores españoles del siglo XX, quien dedicó gran parte de su vida a una obra cimentada en la España de la posguerra para concienciar al mundo de las consecuencias del consumismo y la supresión de ciertos valores éticos universales. Un escritor que tomó contacto con los elementos fundamentales de la Castilla profunda a través de sus excursiones de cazador y pescador. 

Un autor que ha sido muy versionado en la gran y pequeña pantalla. En la televisión se adaptó En una noche así (Cayetano Luca de Tena, 1968), La mortaja (Juan Antonio Páramo, 1974) y El camino (Josefina Molina, 1978); además, Delibes redactó el guiOn de dos documentales para Televisión Española: Tierras de Valladolid y Valladolid y Castilla. Pero es en el cine donde sus obras sirven como guiOn de nueve películas, por este orden: El camino (Ana Mariscal, 1963), basado en la obra homónima y que es como la fusión de la serie de televisión previa; Retrato de familia (Antonio Giménez-Rico, 1976), fundamentada en “Mi idolatrado hijo Sisí”; La guerra de papá (Antonio Mercero, 1977), según la obra “El príncipe destronado”; Los santos inocentes (Mario Camus, 1984), de la obra literaria homónima y uno de sus mayores éxitos, con personajes inolvidables como Azarías, Paco, Señorito Iván, Régula La Niña Chica y Milana Bonita; El disputado voto del señor Cayo (Antonio Giménez-Rico, 1986), El tesoro (Antonio Mercero, 1988), La sombra del ciprés es alargada (Luis Alcoriza, 1990) y Las ratas (Antonio Giménez-Rico, 1997), todas ellas derivadas de sus novelas homónimas; y, finalmente, Una pareja perfecta (Rafael Bertriú, 1998), según la obra “Diario de un jubilado”. 

Y desde el proyecto “Cine y Pediatría, una oportunidad para la docencia y la humanización en nuestra práctica clínica” nos sumamos a este homenaje con el análisis de dos de sus obras y películas con sabor a infancia y adolescencia. 

- El camino (Ana Mariscal, 1963), una película en blanco y negro en la que acompañamos en aquel verano a tres amigos de 11 años (Daniel, el Mochuelo, Germán, el Tiñoso y Roque, el Moñigo) y a un buen número de personajes del pueblo (Lola, la Guindilla, Don José, el cura, Don Moisés, el maestro, Quino, el Manco, el Indiano, la Mica y la Mariuca-uca, entre otros) para hablarnos de la vida, del amor y de la muerte. 

- La guerra de papá (Antonio Mercero, 1977), una película aparentemente sencilla e infantil pero con un mensaje profundo y contundente. Bajo la mirada de Quico, un angelical niño de 3 años, pasamos un día en el entorno de su casa de familia numerosa de clase media-alta española de la década de los sesenta, donde sus travesuras son parte del síndrome de príncipe destronado que ocasionó el nacimiento de su hermana; pero donde una escena es clave, esa comida familiar donde los padres manifiestan sus posiciones ante una guerra que ocurrió hace años, pero que sigue demasiado latente. Un alegato a la conciencia de que cualquier guerra es la guerra de todos. 

Os dejamos en este enlace el artículo publicado en la revista Arte y Medicina de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas (ASEMEYA), que se puede revisar en las páginas 40 a 48.

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