miércoles, 3 de septiembre de 2025

Cómo elaborar y evaluar documentos de consenso: métodos y listas de comprobación

 

Desde la dirección de Anales de Pediatría nos solicitaron hace tiempo al Comité de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP-AEPap una serie de documentos de formación útiles para la investigación científica y con aplicabilidad para nuestra profesión como pediatras. De ahí se han elaborado una serie de artículos que se irán publicando progresivamente en la sección de Artículo especial de Anales de Pediatría. 

Y hoy comentamos este primer artículo, por título “Cómo elaborar y evaluar documentos de consenso: métodos y listas de comprobación” y cuya lectura completa os aconsejamos desde este enlace.  

Es bien conocido que la medicina basada en la evidencia (o en pruebas) busca la aplicación rigurosa de las mejores pruebas científicas para la toma de decisiones clínicas. Sin embargo, cuando la evidencia es insuficiente o inconsistente, los documentos de consenso permiten guiar la práctica clínica y reducir la variabilidad en la atención sanitaria

Los documentos de consenso, elaborados por expertos, requieren un enfoque estructurado para garantizar su validez y aplicabilidad. Un documento de consenso es un informe elaborado por expertos que sigue un proceso formalizado para responder a una pregunta clínica específica. La metodología utilizada debe ser rigurosa para minimizar sesgos, como la influencia de expertos dominantes o la falta de representatividad del panel consultado. 

Los métodos formales de consenso más utilizados son: la técnica Delphi, el grupo nominal, el método RAND/UCLA, las conferencias de consenso y otros menos estructurados como las reuniones de consenso y los grupos focales. Las características de cada uno de ellos se desgranan en el artículo. 

Para garantizar la calidad de un documento de consenso, es fundamental la utilización de estándares como la guía ACCORD (ACcurate COnsensus Reporting Document), publicada en el año 2024. Esta guía proporciona criterios para su redacción, asegurando la inclusión de información detallada sobre los materiales, recursos (tanto humanos como financieros) y procedimientos utilizados durante el proceso de consenso. El análisis en profundidad de la guía ACCORD se puede revisar en este enlace, donde se detalla cada apartado (título, introducción, métodos, resultados, discusión y otra información).  

Una vez publicados, es fundamental evaluar la calidad de los documentos de consenso mediante una lectura crítica que analice su validez, relevancia y aplicabilidad a la situación concreta que desencadenó la duda inicial. La lectura crítica de estos documentos debe considerar factores como la representatividad del panel, la claridad de los criterios de consenso y la existencia de posibles conflictos de interés. En este sentido, herramientas de evaluación crítica, como las propuestas por el Instituto Joanna Briggs, facilitan la identificación de sesgos y la evaluación de la validez de las recomendaciones. Se compone de 6 preguntas, con 4 respuestas posibles cada una (sí, no, no está claro, no aplicable). Las preguntas hacen referencia a: la identificación clara de los autores; el grado de conocimiento y experiencia de los autores, así como sus vínculos con cualquier tipo de organización; la priorización de los intereses de la población afectada; la argumentación lógica de las conclusiones; la referencia a la literatura existente; la coherencia con la literatura y otras fuentes de opinión. 

Y, como siempre, debe prestarse especial atención a los sesgos en tres frentes: 1) método de consenso utilizado: diferenciando los métodos formales de los informales, porque estos últimos, en ausencia de metodología sistematizada, son más proclives a presentar sesgos; 2) tipo de revisión bibliográfica: importante que sea exhaustiva y con una síntesis de la misma que estuviera disponible para los participantes, para evitar recomendaciones inadecuadas respecto al conocimiento actualizado; 3) fuente de financiación: diferenciando entre pública, entidad sin ánimo de lucro o industria privada (estos tienen el mayor riesgo de sesgo implícito y explícito).

Recordamos que este y muchos más temas se pueden revisar en el libro “Medicina Basada en la Evidencia. Lo que siempre quiso saber sobre la evidencia aplicada a la práctica clínica sin morir en el intento”. de consulta gratuita en este enlace

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