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miércoles, 14 de julio de 2021

Recomendaciones para dar bien las malas noticias


Hace medio año comentamos en el blog el tema de Mejorar la comunicación en los cuidados de salud Y ello porque la importancia de construir y mantener una comunicación adecuada con el paciente es innegable para cualquier disciplina médica, no menos en Pediatría donde la edad del paciente y sus padres, tutores y familia son una característica añadida. Y en ella planteábamos dos estrategias: 
- El Método Calgary Cambridge para la comunicación médico-paciente, con 6 pasos 
- El Método SPIKES para la comunicación de malas noticias, con 6 pasos. 

Pero tras la lectura del libro “Cómo dar malas noticas en medicina” del Dr. Marcos Gómez Sancho, publicado en el año 2019, y con cuatro capítulos (y diferentes subapartados), vale la pena trasladar estas recomendaciones para dar bien malas noticias. 

1. Dar malas noticias es un acto médico y al mismo tiempo un arte que debe ser aprendido, para el que no existen fórmulas ni protocolos rígidos. Cada médico tiene su propio estilo. 

2. El proceso de informar ha de ser individualizado. Es imprescindible que se adapte a las características y valores del paciente, teniendo en cuenta a los familiares y el contexto en el que se realiza la comunicación. 

3. El médico debe conocer bien la enfermedad, la personalidad del enfermo y sus circunstancias. Es necesario ofrecer la información equilibrando veracidad y delicadeza. 

4. Es muy conveniente conocer la información que ha recibido el paciente con anterioridad y averiguar lo que quiere saber. Los matices se pueden obtener tanto del propio enfermo como de sus familiares u otros profesionales que lo hayan atendido previamente. 

5. Se debe valorar cuánta información puede asumir el paciente y su adaptación psicológica a la enfermedad. Cuando sea necesario se consultará la opinión de otros profesionales. 

6. Hay que dar información cuando el enfermo nos la solicite, pero si se estima que el momento no es oportuno, habrá que decirle que reanudaremos la conversación en cuanto sea posible. 

7. A la hora de informar conviene establecer un ambiente adecuado, sin prisas ni interrupciones, con la debida privacidad donde enfermo y familiares puedan expresar libremente sus emociones. 

8. En el proceso de comunicación es preciso evitar los tecnicismos que el enfermo y familiares no puedan comprender. 

9. Es esencial manejar bien los silencios y la comunicación no verbal. En la conversación con el enfermo es conveniente hacer pausas para facilitar que se pueda expresar. 

10. En ocasiones, las circunstancias del paciente hacen recomendable dosificar la información sobre diagnóstico y pronóstico para que se pueda adaptar de forma progresiva a su nueva realidad. Lo que nunca es justificable es la mentira. 

11. Hay dos situaciones excepcionales en las que el médico está legitimado para no dar información: cuando el enfermo expresa su deseo de no ser informado y cuando hay una sospecha bien fundada de que la información puede perjudicarle. Es preciso justificar estas excepciones haciéndolo constar en la historia clínica. 

12. Aunque es inevitable establecer pronósticos sobre expectativas de vida hay que evitar que sean demasiado taxativos. 

13. Se debe procurar dejar una puerta abierta a la esperanza incluso en las personas que tienen un pronóstico de vida muy limitado. 

14. La información que el paciente va recibiendo y su grado de comprensión debe constar en la historia clínica, informes de alta, etc. 

15. Conviene estar atento a la reacción psicológica después de dar las malas noticias. Es posible que el paciente se muestre perplejo, hostil o dubitativo, incluso que olvide o niegue la información; también puede precisar que se le aclare algún término posteriormente. 

16. La relación médico-paciente queda muy reforzada cuando la información ha sido adecuada. Conviene mantenerse tan cercano al paciente como se pueda y transmitirle nuestro compromiso de ayuda a él y a sus familiares durante todo el proceso. 

17. Es preciso recordar que también debemos ser igual de delicados al transmitir la información a los familiares. 

18. Ante la negativa familiar a que informemos al enfermo debemos recordar que nuestra obligación ética y profesional es con el enfermo y no con la familia. No obstante, es obligatorio hacer un esfuerzo de comunicación con los familiares para implicarles en la información al paciente. 

19. No hay que informar al enfermo de su diagnóstico y pronóstico exclusivamente porque nos obliga la Ley, sino porque es un compromiso profesional, ético y humano del médico. 

Buenas recomendaciones para tan difíciles momentos.

lunes, 22 de febrero de 2021

Mejorar la COMUNICACIÓN en los cuidados de salud

 

La importancia de construir y mantener una comunicación adecuada con el paciente es innegable para cualquier disciplina médica, no menos en Pediatría donde la edad del paciente y sus padres, tutores y familia son una característica añadida. Dos de las principales funciones clínicas que debe cumplir todo médico ante su paciente son el diagnóstico y el tratamiento, y para cumplirlas de manera satisfactoria cabe incursionar no sólo en el aspecto biológico del individuo, sino también en las dimensiones psicológica y social, lo cual le obliga a internarse en aspectos de elevado contenido afectivo para el paciente por lo que requiere tener un espíritu humanista, gran apertura a las necesidades del paciente y su familia, disposición para trabajar en equipo, así como transmitir experiencias y conocimientos tanto al paciente como a la familia y al equipo de salud

Uno de los aspectos necesarios del decálogo del Médico del Futuro incluye el aspecto de ser "un médico comunicador y empático". Y a la necesaria Medicina basada en la evidencia asociada a la profesionalidad será preciso conjugar una Medicina basada en la etiqueta, asociada a la cordialidad, empatía, asertividad y respeto que merece una comunicación médico-paciente. 

En el archivo adjunto presentamos dos modelos para estructurar y mejorar la comunicación en cuidados de salud: 
- El Método Calgary Cambridge para la comunicación médico-paciente, con 6 pasos 
- El Método SPIKES para la comunicación de malas noticias, con 6 pasos. 

Cabe recordar las HABILIDADES básicas para una entrevista: 
- Escucha activa mostrando externamente una actitud interior de escucha 
- Reformulación: repetir lo que el interlocutor dice para confirmar que hemos entendido lo que nos quiere decir 
- Empatía con el paciente: le comprendemos sin juzgar, nos identificamos con su manera de sentir 
- Habilidad en el uso de preguntas abiertas o cerradas, según lo requiera el desarrollo de la entrevista 
- Disponibilidad a ser persuadido, hacer ver al otro que sus argumentos pueden convencernos 
- Actitud de curiosidad sin enjuiciar, de querer saber abiertamente la opinión del otro 
- Manejo habilidoso del silencio para permitir la comunicación bidireccional 
- Hacer peticiones claras y concretas que no confundan al otro 
- Utilización de mensajes “yo” en los que se pone de manifiesto que son opiniones, juicios o sentimientos personales, que no pretenden ser la realidad absoluta, la verdad 
- Poder anticipar consecuencias que puedan ser tenidas en cuenta por nuestro interlocutor a la hora de tomar sus decisiones 
- Llevar a cabo acuerdos parciales para que pueda ser la base de un acercamiento en caso de disputa o cuando la comunicación se rompe. 

Y tener muy presente el decálogo para la HUMANIZACIÓN de la asistencia sanitaria: 
1. Mira al paciente a los ojos, sé receptivo, dale la mano al entrar, al salir, sonríe, preséntate y sé amable. Tú has elegido la profesión, pero él no ha elegido ser paciente. 
2. El paciente no es un número, una cama, un diagnóstico ni un adjetivo. Llámale siempre por su nombre, considérale un ser único con sus vivencias, su historia personal, sus creencias, su entorno y circunstancias. Atiéndele como él quiera ser tratado. 
3. Siempre que el paciente lo considere adecuado, no excluyas a su familia o acompañantes, facilítales permanecer a su lado, porque le serán de apoyo para afrontar su enfermedad y también aliados terapéuticos. 
4. Infórmale sobre el proceso de su enfermedad con un lenguaje comprensible y explícale las opciones terapéuticas. Pregúntale por sus circunstancias y escucha lo que tiene que decir. Asegúrate de que te ha comprendido y resuelve sus dudas. 
5. No impongas tus criterios, comprende su voluntad y sus prioridades. Involúcrale en las decisiones y ayúdale a tomarlas con tu conocimiento y experiencia. 
6. Respeta su intimidad y la confidencialidad de la información en todos los momentos de la atención sanitaria (con especial atención en los entornos docentes). 
7. No juzgues al paciente, acompáñale en su proceso, cuídale y confórtale sin discriminación ni juicios de valor. 
8. Organiza las actividades asistenciales teniendo en cuenta las necesidades del paciente. Facilítale el confort necesario para favorecer su bienestar. 
9. Sé empático con el sufrimiento y sensible ante las necesidades del paciente y sus familiares y las tuyas propias; cuídate para poder cuidar. 
10. Recuerda que un ser humano en situación de vulnerabilidad no pierde su dignidad; cuídala. 

Porque mejorar la comunicación en cuidados de salud es un paso esencial para la humanización en salud.