lunes, 29 de noviembre de 2010

Proyecto Foltra: conocimiento y reflexión


Hace sólo unos meses comencé a oír hablar sobre el Proyecto Foltra. Las noticias o preguntas me llegaban desde distintas partes: padres con hijos con enfermedades neurológicas (principalmente parálisis cerebral) o desde centros de rehabilitación / fisioterapia infantil. En aquel momento la información volcada en la web me parecía poco consistente y no lograba encontrar una fundamentación científica sólida. Pero hoy me sorprende la publicación en Medicina Clínica de un artículo de revisión en que se explican las bases científicas del mismo.

Proyecto Foltra dispone de una página web y de un blog, en donde expresan quiénes son y qué objetivos tienen:
“El Proyecto Foltra es un proyecto encaminado a la ayuda para la rehabilitación física e intelectual de todos aquellos que la necesiten, más allá de lo que es la asistencia sanitaria… Un Proyecto en principio encaminado al paciente neurológico, con daño cerebral o periférico, congénito o adquirido, pero también para todos aquéllos que por su patología (cardiovascular, diabetes, etc...) requieran un trabajo de rehabilitación intenso y específico. El Proyecto Foltra pretende, además, el promover la difusión del conocimiento, apoyando y potenciando la investigación en neurogénesis reparadora, neuroplasticidad, colaborando con grupos de investigación de nuestra Universidad y Complejo Hospitalario, pero también nacionales y de otros países, cofinanciando proyectos, estableciendo becas y premios, e invitando a impartir conferencias a expertos de prestigio internacional. Foltra es una Asociación sin ánimo de lucro. Nuestra filosofía parte de la base de que la disponibilidad económica de cada paciente no sea nunca un factor limitante y condicionante de sus posibilidades de recuperación”

En la página web, poco actualizada, también nos hacen una pequeña historia del Proyecto. Jesús Devesa, Catedrático de Fisiología Humana de la Facultad de Medicina de Santiago, lidera el proyecto que nació hace ocho años a raíz de un grave accidente de tráfico de su hijo Pablo, que le provoco un traumatismo craneoencefálico que desembocó en una hemiplejía y que le paralizó la mitad del cuerpo. Foltra, fue la primera palabra que pronunció Pablo al despertar del coma en la UCI, y si bien a nadie en ese momento le decía nada esa palabra, más adelante la decidieron recuperar para dar nombre a la labor que se habían propuesto llevar a cabo: aplicar terapia con hormona del crecimiento propia de cada individuó, para acelerar su proceso de recuperación en patologías diversas, aunque al principio iba más encaminado al paciente neurológico con daño cerebral.

El reciente artículo de revisión de Medicina Clínica está firmado por los responsables de este Centro Médico, situado en la localidad de Teo (La Coruña). En el artículo, aceptado en octubre de 2009 (y publicado un año después), se comentan las acciones y aplicaciones preventivas y terapéuticas de la hormona del crecimiento, base de todo este planteamiento. Según consta en el resumen del artículo: “La hormona de crecimiento (GH) es una hormona pleiotrópica, expresada a nivel hipofisario y periférico, y que en el organismo desempeña multitud de papeles más allá de los conocidos a nivel metabólico y sobre el crecimiento longitudinal. Entre sus acciones destacan los efectos neurotróficos: incremento de la proliferación de precursores neurales en respuesta al daño neurológico e incremento de su supervivencia, probablemente en relación con una respuesta reparadora. A nivel cardiovascular la hormona mejora el perfil lipídico y disminuye los factores de riesgo, restaura la función endotelial, mejora la función cardíaca y potencia la revascularización en territorios isquémicos. La administración de GH no parece guardar relación con el desarrollo tumoral, a diferencia de lo que ocurre con la producida de forma autocrina. Sobre la base de sus acciones, son múltiples las posibles aplicaciones preventivas y terapéuticas de la GH, entre las que están el tratamiento agudo del daño cerebral, por su efecto antiapoptótico, la regeneración nerviosa central o periférica, el tratamiento agudo de la anoxia perinatal, para prevención de la parálisis cerebral, la revascularización de territorios isquémicos, la reducción del tiempo de formación del callo óseo en fracturas y la cicatrización de úlceras tórpidas, como las más significativas” .

Los propios autores comentan en el artículo que “el tiempo dirá si nuestro planteamiento es o no correcto, si bien los datos de que actualmente disponemos más bien indican lo primero”. Lo cierto es que los datos actuales que exponen son poco consistentes, principalmente basados en experimentación animal y en los comentarios en la red de los pacientes o familiares a los que la técnica les ha resultado beneficiosa.

Tengo que reconocer que, en principio, una técnica que puede servir para tantas y tan diversas enfermedadades siempre debe ser motivo de máxima precaución. Pero tras leer el artículo de Medicina Clínica, algunos otros artículos de los autores (como uno de los más recientes sobre parálisis cerebral) y titulares periodísticos en que la Xunta sella su respaldo al Proyecto Foltra declarándolo Fundación de Interés Gallego, al menos considero que el proyecto debe ser motivo de reflexión.
Es de esperar que a los pediatras se nos siga demando en el futuro nuestra opinión sobre el Proyecto Foltra. La buena información será la base para nuestras familias y pacientes.

6 comentarios:

salud dijo...

No solo debe ser motivo de reflexión, sino que existe un ensayo clinico en Toledo sobre regeneración medular y hemos presentado otro en Zaragoza sobre Daño cerebral por Traumatismo craneoencefálico.

Javier González de Dios dijo...

Nos gustaría conocer los estudios que comentas. Te agradecería si nos das las referencias o, mejor aún, si disponéis de separata de los trabajos. Mi correo es javier.gonzalezdedios@gmail.com.
Un saludo,
Javier

Mama dijo...

Hola, simplemente escribo como mamá de una niña con PC y paciente actual de Foltra. El ítulo del blog es Pediatría Basada en Pruebas, yo te puedo asegurar que las pruebas de que esto funciona estan aquí mismo, cada una de las personas que acudimos somos prueba de que funciona.
Yo entiendo y respeto el lado del profesional que prefierre tener un estudio cientifico homologado para decir que algo se puede o no hacer,pero me gustaría que los profesionales entiendan que nuestros hijos estan dañados hoy, no dentro de 10 años.
De hecho la publicación no vió la luz sino un año después de su aprobación, cuanto más puede faltar para que los médicos lo tomen en cuenta?
Mi hija tiene PC severa gracias a una mala praxis, debo seguir confiando en los no de los médicos? Viaje 12000 km (soy de Argentina) para darle una oportunidad, hay gente que no se la da por el simple hecho de una observación de un médico que muy seguramente no se tomo el trabajo de leer un solo párrafo de lo que el dr Devesa explica.
A mí punto de vista no sólo el material científico debe ser un punto de reflexión, la actitud médica también debería serlo.
Gracias, Romina.

Javier González de Dios dijo...

Estimada Romina:
Le agradezco su intervención sincera, fundamentada en la experiencia con su hijo.
Pero "conocimiento y reflexión" son dos premisas correctas en el acto médico, que en el siglo XXI tiene tres vertientes claves: calidad científica, seguridad del paciente y humanización.
Sin duda que, desde nuestro blog, apoyamos la eficacia, efectividad y eficiencia de las intervenciones sanitarias, pero también (y en grado máximo) la afectividad.
Y nada de lo anterior se contradice con nuestros comentarios sobre el Proyecto Foltra. Estaremos encantados de conocer más detalles del mismo.
Un cordial saludo,
Javier

salud dijo...

Querido Javier, los ensayos clínicos no se publican hasta que no finalizan por lo que no existen publicaciones al respecto, no obstante el de Toledo esta en marcha y el nuestro en trámite.
Saludos
Carlos

Javier González de Dios dijo...

Gracias, Carlos.
Leímos una noticia en Jano hace meses sobre el estudio de Toledo. Esperamos estos y vuestros resultados con especial interés.
Un cordial saludo,
Javier