lunes, 15 de agosto de 2011

Síndromes periódicos asociados a criopirina y canakinumab


Bajo el término de "síndrome autoinflamatorio" se engloba un grupo de enfermedades que se caracterizan por la presencia de episodios recurrentes de fiebre, serositis, artritis, afectación cutánea y otros síntomas inflamatorios sin una causa aparente (y sin aumento de los títulos de autoanticuerpos o de linfocitos T específicos) y en ausencia de procesos infecciosos, neoplásicos o autoinmunes. Debido a su baja prevalencia, estas entidades se clasifican entre las denominadas enfermedades raras.

Como "síndrome autoinflamatorio" se incluyen los síndromes hereditarios de fiebre periódica (ej. Fiebre mediterránea familiar -FMF-, Síndrome periódico asociado al receptor de necrosis tumoral -TRAPS- y Síndrome de hiperinmunoglobulinemia D y fiebre periódica -HIDS-), las artritis granulomatosas asociadas al gen NOD2 y los síndromes periódicos asociados a criopirina -CAPS-.
Los síndromes CAPS engloban tres entidades clínicas de gravedad clínica creciente: el síndrome FCAS (Familial Cold induced Autoinflammatory Syndrome), el síndrome de Muckle-Wells y el síndrome CINCA (Chronic, Infantile, Neurologic, Cutaneous and Articular) o NOMID (Neonatal Onset Multisystemic Inflammatory Disease).

La criopirina forma parte de un complejo citosólico multiproteico denominado Nalp3-inflamasoma, que participa decisivamente en la respuesta inmune innata e inflamatoria mediante la detección de señales de peligro (exógenas y endógenas) y de ciertas partículas inorgánicas. La presencia de mutaciones en el gen NLRP3 que genera una criopirina hiperfuncionante es la base molecular de los síndromes CAPS: esta criopirina hiperfuncionante provoca la producción aumentada y no regulada de ciertas citocinas inflamatorias (IL-1β, IL-18, IL-33), y la administración in vivo de agentes bloqueadores de IL-1 provoca una excelente respuesta terapéutica en los pacientes afectados de CAPS.

De todo esto nos hablan especialistas en Reumatología Pediátrica en un buen monográfico de Medicina Clínica sobre el tema, monográfico patrocinado por Novartis, pues sirve de presentación de canakinumab (nombre comercial Ilaris) , un anticuerpo monoclonal totalmente humano frente a la IL-1β que ha mostrado su eficacia en el control de los síntomas de enfermos afectados de CAPS y otros procesos autoinflamatorios.

Para conocer más, os remitimos a la ficha técnica de canakinumab. Como todo anticuerpo monoclonal conviene que se haga un buen estudio de la relacion beneficios-riesgos-costes y se ajusten las indicaciones. Porque no hay productos farmacéuticos "buenos" o "malos" per se, sino en base a sus indicaciones (ajustadas o desbordadas) y a las alternativas disponibles.
Un anticuerpo monoclonal es, de antemano, un potencial blockbuster y debe ser analizado con suma precaución (y es la Administración quien más sensible debe ser a este tema, fundamentado en el beneficio del paciente, pero también en la eficiencia del producto). Al ser el canakinumab un anticuerpo monoclonal indicado para enfermedades raras, está claro que será difícil revivir experiencias previas con anticuerpos monoclonales en pediatría (ej. palivizumab y la bronquiolitis).

Y ya se conocen algunos informes claros, como este que recuperamos de la Corporación Sanitaria Parc Taulí: "Canakinumab es un anticuerpo monoclonal anti-IL-1β autorizado por la EMA, la AEMPS y la FDA para el tratamiento de los Síndromes Periódicos Asociados a la Criopirina (CAPS) en adultos, adolescentes y niños a partir de 4 años con un peso corporal por encima de 15 kg. Canakinumab, administrado a dosis de 150 mg por vía subcutánea cada 8 semanas ha demostrado una eficacia clara en el tratamiento de los CAPS, induciendo en la gran mayoría de los pacientes tratados un remisión de los síntomas clínicos y las alteraciones analíticas en la primera semana posterior al tratamiento. Se han descrito anecdóticamente casos de mejoría de la afectación amiloide renal y de la afectación auditiva, si bien no hay datos procedentes de estudios controlados al respecto. Su perfil de seguridad es aparentemente bueno, si bien la base de datos de seguridad disponible actualmente es aún limitada. En referencia al coste del tratamiento, canakinumab supone un fármaco de alto coste económico. El tratamiento anual con canakinumab supone un coste de 7.1540 €, lo que implica un incremento de 62.123 € respecto anakinra que es la alternativa que se ha utilizado en condición de off-label hasta la aparición de canakinumab, obteniéndose con anakinra también buenos resultados clínicos".

Un apasionante campo para la clínica y la investigación, y en donde esperamos que la medicina basada en "pruebas" se anteponga a la medicina basada en el "marketing".

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