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martes, 6 de marzo de 2012

¿Tienen los zumos superpoderes?


El fin de semana pasado, en el suplemento de moda de un diario de gran alcance en España, apareció un artículo con este título “¿Tienen los zumos superpoderes?”
Con mi sesgo anti-dietas-raras, me atrajo el título y leí el susodicho artículo con el prejuicio de “voy a indignarme un poco”.

No quedé desilusionada, es fantástico la cantidad de tonterías que puede llegar a hacer la gente para perder peso, lo cual lleva a otra gente a ganar un montón de dinero.

En Estados Unidos por lo visto hace furor esta corriente popularizada por las estrellas de Hollywood: con la terminología ya conocida de “depurativas”, “desintoxicación”, “equilibrio interior”, “reajuste”,…promueven una dieta consistente únicamente en zumos de frutas y licuados de verduras.
Esta dieta se comercializa por Internet (ya hay varias casa comerciales que lo hacen) y te la llevan a casa, alguna marca al módico precio de 100 a 150 dólares al día.

Las propias estrellas de Hollywood han entrado en el negocio como musas y difundidoras de determinas marcas de estos productos, a los cuales atribuyen propiedades extras tales como: producir ojos brillantes, claridad mental, piel tersa, pensamientos positivos, sentimientos de amor, resistencia,…toda una panacea del bienestar.

La tendencia parece que es imparable en Estados Unidos, pero en España ya van apareciendo propuestas y anuncios en esta línea.

El artículo es crítico con esta moda y cita que los nutricionistas estadounidenses no lo ven claro y que tampoco en España le ven razón de ser.

En el artículo entrevistan a un endocrinólogo que muy sensatamente afirma: “En endocrinología no nos sirve la palabra depuración, porque nosotros no nos limpiamos como si fuésemos una tubería. Es cierto que cuando comemos mal, acumulamos sustancias nocivas, pero para eliminarlas no hay que pensar en tomar zumos o un alimento concreto, sino en comer poco y bien”.
Pero a continuación una nutricionista española, reanuda el consabido discurso de: “la típica moda tonta de los americanos, capaces de pasar del atracón con comida basura a la depuración con solo zumos” y que “es una buena forma de aportar vitaminas muy concentradas y utilizar las virtudes de las plantas para mejorar y desintoxicar algunos órganos”.

¿Por qué no dejamos el lenguaje mágico y sin correlación con la fisiología de una vez?
Insistimos, siguiendo a la Universidad de Harvard y al sentido común: no a las dietas milagro, come menos y muévete mas.

martes, 12 de julio de 2016

Decálogo AEPap del Niño Viajero

Verano es tiempo de vacaciones y de viajes. La AEPap, a través de su web "Familia y Salud", elaboró un "Decálogo del Niño Viajero" en el que se recogen una serie de recomendaciones dirigidas tanto a niños como a  padres con el fin de prevenir diversos problemas de salud que pueden afectar a los niños. transcribimos a continuación dicho Decálogo que podéis consultar también en la web de "Familia y Salud".

1. Planifica el viaje con cierta antelación y consulta con tu pediatra sin falta. También te informará sobre las vacunas necesarias.
2. Prepara un botiquín con, al menos, termómetro, yodo, ibuprofeno o paracetamol y suero oral. Si tu hijo tiene una enfermedad crónica lleva la medicación.
3. Viaja con tranquilidad. Lleva la tarjeta sanitaria europea o un seguro médico internacional.
4. Lleva una bolsa de mano con: comida y ropa de recambio; pañales, chupete, un repelente y la medicación que sean necesarios. Y haz una foto al equipaje para que sea más fácil recuperarlo en caso de pérdida.
5. En la maleta: ropa y calzado adecuados, repelente de mosquitos, crema solar, gorra y gafas de sol, mosquitera y juguetes (entretenimiento); en su caso, unas gafas de recambio.
Si viajas a un país tropical o subtropical ten presente:
6. Sólo debes beber agua, zumos o refrescos embotellados y precintados. No comas verdura cruda, fruta ya pelada, ensaladas, cubitos de hielo ni helados. No compres comida en puestos ambulantes. Lava las manos a menudo con agua y jabón o solución hidroalcohólica y seca las manos con una toalla limpia (Lee Diarrea del viajero).
7. Protégete contra el calor. Ponte crema protectora cada dos horas. Usa gorra y gafas de sol. Toma agua o zumos envasados con frecuencia. En las horas de más calor no te expongas al sol ni hagas esfuerzos. Si estás en África no te bañes en lagos o ríos de agua dulce si no tienes información sobre esquistosomiasis.
8. Usa ropa de manga larga de algodón o hilo. Ponte repelente de mosquitos día y noche frecuentemente y en especial a partir del atardecer. Cierra ventanas y puertas. Si no hay aire acondicionado usa mosquiteras que no tengan agujeros. Los mosquitos pueden transmitir enfermedades.
No toques animales. Los perros, monos, gatos, murciélagos…al morder pueden transmitir  enfermedades mortales como la rabia. Si te muerden consulta pronto a un centro sanitario.
9. Si vas a una zona donde hay malaria toma la medicación contra ésta antes, durante y después del viaje. Sigue las recomendaciones. Usa repelente de mosquitos y mosquiteras.
10. Si tienes fiebre, diarrea, lesiones en la piel, síntomas respiratorios u otros, al volver del viaje debes consultar con tu pediatra. Le debes decir dónde has viajado y cuando has regresado. Es importante que él lo sepa porque tu enfermedad puede tener relación con el viaje y más si es zona de paludismo.

¡Disfruta del viaje!

miércoles, 12 de junio de 2013

Menos azúcar, más salud



En el último número de la revista electrónica “Evidencias en Pediatría” se trata sobre el problema de las bebidas azucaradas y de los azúcares de la dieta  nada menos que en tres documentos. Dos de ellos son artículos valorados críticamente (AVC) y uno es un editorial sobre el mismo tema.
Volver a insistir en este blog sobre este asunto es obligado.

Hay cada vez más pruebas de que uno de los factores que han contribuido a la epidemia de obesidad actual es el cambio en los hábitos nutricionales de la población en general y de los niños en particular.
Es muy elocuente la manera exponencial en que ha aumentado el consumo de bebidas dulces (zumos y refrescos de todo tipo, incluyendo las bebidas deportivas).

De los dos AVC, uno de ellos es de una revisión sistemática que incluye al otro. En esta revisión sistemática incluyen artículos experimentales en adultos en que (resumidamente) les dan más azúcar y engordan más. Este tipo de experimentos no se pueden hacer en niños, por eso los estudios de niños no tienen ese diseño experimental que demuestra claramente la relación de los azúcares con la obesidad sino que en niños los estudios son descriptivos, en los que se compara el peso de los niños y se relaciona con la cantidad de azúcares que vienen tomando habitualmente, viéndose que los niños que toman más azúcares son más obesos.

Como dice en su espléndido editorial la Dra. Ana Martínez Rubio, experta en lactancia materna y nutrición infantil, los pediatras tenemos algo de culpa: “Los pediatras como consejeros hemos tardado en darnos cuenta de los errores cometidos en el pasado… primero fue cuando se intentó poner reglas a la lactancia materna, uno de los motivos que contribuyeron a la disminución en la tasa de amamantamiento que, afortunadamente, está revirtiendo en la actualidad. El segundo, de nuevo consistió en poner unas reglas artificiales a la alimentación de los bebés, cuando lo natural es que las crías tomen los mismos alimentos que ingieren sus progenitores y la transición sea paulatina. Ciertamente la industria ha aprovechado el filón, creando infinidad de productos alimenticios diseñados para los bebés, que, con la finalidad aparente de facilitar la vida familiar, han conseguido convertirse en un buen negocio económico a base de hacer a muchos niños adictos a determinados sabores, consistencias y productos”.
Como nos dice Ana: “El sabor dulce, uno de los favoritos de los seres humanos es omnipresente en los alimentos catalogados como “infantiles” y la textura suave homogénea también. Son fáciles de comer, de adquirir, transportar y conservar. Son cómodos para la familia, pero encierran un riesgo muy importante: el retraso en el paso a la alimentación natural o normalizada. Cuando la familia o el pediatra caen en la cuenta de que el niño rechaza ésta es, a menudo, demasiado tarde, pues ya es adicto a potitos homogeneizados, lácteos azucarados y bebidas dulces. Y se niega a comer los guisos caseros, las frutas o el pescado de la mesa familiar”.

El poder de la industria es grande, mueve un importante entramado industrial que dificulta que se introduzcan modificaciones legislativas en la distribución y publicidad de estos productos.
Las consultas de atención primaria y los consejos nutricionales en el programa de salud infantil, son un marco ideal para insistir en una alimentación sana y variada, sin azúcares añadidos, y por dos motivos fundamentales: evitar las caries y prevenir la obesidad. Otro motivo muy de actualidad es no gastar dinero en lo no necesario, y esto, además de no necesario es perjudicial.

viernes, 10 de junio de 2016

Decálogo AEPap de la DIARREA AGUDA

http://www.familiaysalud.es/sites/default/files/10_decalogo_de_diarrea_aguda_espanol.pdf
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) a través de su web "Familia y Salud" ha elaborado y publicado un nuevo decálogo sobre una enfermedad de muy alta incidencia y motivo de consulta muy frecuente en nuestras consultas: la diarrea aguda.

Estos son los puntos del Decálogo que puede descargarse también en formato pdf

Sin duda, un documento útil para nuestra consulta:

Decálogo:
 
1. La diarrea aguda es la aparición brusca de heces blandas o líquidas en mayor número o cantidad de la habitual cada día. Dura menos de 1-2 semanas.
2. En la mayoría de los casos se debe a una gastroenteritis infecciosa por virus. Son menos frecuentes las que se deben a bacterias y parásitos. Otras causas son: antibióticos, dieta inadecuada, intolerancia o alergia alimentaria.
3. Puede acompañarse de fiebre, vómitos, dolor abdominal o menos apetito.
4. Puede producir deshidratación. Se nota en que los niños tienen la boca seca, mucha sed, orina escasa, llanto sin lágrimas, ojos hundidos, pérdida de peso,….
5. Asegurar que el niño bebe suficiente para que no se deshidrate. Debe tomar soluciones de rehidratación oral (sueros de farmacia) tras cada deposición o vómito. Dele su comida normal, sin forzar.
6. Los niños deshidratados deben reponer el líquido perdido. Ofrecer el suero con frecuencia y en pequeñas cantidades durante tres o cuatro horas. No se recomiendan refrescos o zumos con alto contenido en azúcar, bebidas para deportistas ni soluciones preparadas en casa.
7. En cuanto a la alimentación, los bebés pueden seguir con lactancia materna o con la leche habitual sin diluir. Los niños mayores pueden comer normal en cuanto dejen de vomitar, sin obligar. Se deben evitar alimentos ricos en grasas o en azúcar. No introducir ningún nuevo alimento hasta su recuperación.
8. Suele curar espontáneamente en pocos días. Rara vez se necesitan antibióticos u otros medicamentos en bebés o niños con diarrea.
9 Mantener medidas higiénicas adecuadas para evitar contagios:
  • Lavado de manos, sobre todo antes de preparar alimentos, de comer y después de ir al baño o del cambio de pañal.
  • Lavar muy bien frutas y verduras crudas. Cocinar muy bien la carne y los huevos.
  • Lavar con frecuencia los objetos que el niño manipula.
  • Evitar compartir cubiertos, vasos, botellas, etc.
  • No debe ir a guardería o colegio hasta que las deposiciones se normalicen.
10. ¿Cuándo debo llevar a mi hijo al pediatra?
  • Edad menor de dos meses.
  • Vómitos persistentes.
  • Si el niño hace más de ocho deposiciones al día o tiene diarrea con sangre.
  • Si su hijo tiene alguna enfermedad crónica, por ejemplo, diabetes, insuficiencia renal....
  • Si la deshidratación es moderada o grave: más de seis horas sin orinar, si el niño está muy decaído, con mal estado general.
(En estos casos, su pediatra valorará si es necesario hacer algún tipo de estudio o análisis de heces).



viernes, 15 de febrero de 2013

Bebidas y suplementos para deportistas ¿hacen lo que prometen?




Están desgraciadamente de moda las estratagemas de algunos deportistas y sus preparadores para conseguir mejores rendimientos deportivos.
Sin llegar a ese nivel, existe la creencia generalizada en los efectos vigorizantes de los productos del tipo de bebidas para deportistas y suplementos nutricionales, así como de algún tipo de calzado.
Se ha publicado recientemente en la revista BMJ open, una revisión sistemática sobre la publicidad y las alegaciones de salud de una amplia gama de productos para deportistas. La intención de los autores, encabezados por el director de centro de Medicina Basada en la Evidencia de Oxford (Carl Heneghan), era comprobar cuáles eran los efectos beneficiosos que las casas comerciales atribuían a estos productos y ver si había estudios de calidad que apoyasen estas atribuciones.
Se publicó una valoración crítica de este artículo en la revista Evidencias en Pediatría, y las conclusiones han sido que en la actualidad no hay pruebas de calidad suficiente que informen acerca de los beneficios y perjuicios de los productos deportivos.
Estamos rodeados de publicidad engañosa, hasta tal punto que ya no le prestamos atención, también hablamos en este blog hace un tiempo acerca de los supuestos “superpoderes” de los zumos, y qué decir de los yogures carísimos que prometen casi la inmortalidad.
Pero de verdad ¿alguien se cree que si las bebidas para deportistas produjesen el efecto que prometen, los deportistas de élite arriesgarían su salud y su prestigio utilizando productos prohibidos?
Eso sí, son un gran negocio.

Además, incluso alguna bebida para deportistas sirve hasta de suero de rehidratación oral, y hasta algunos médicos lo recomiendan ¡verlo para creerlo!

miércoles, 26 de diciembre de 2018

En Pediatría, ¿hace falta ayunar antes de una sedación?


En el último número de la revista Evidencias en Pediatría se publica un artículo valorado críticamente (AVC) correspondiente al artículo de Bhatt M y cols. publicado recientemente en JAMA Pediatrics bajo el título de "Association of Preprocedural Fasting With Outcomes of Emergency Department Sedation in Children"

Conviene leer todo el AVC en mi querida revista Evidencias en Pediatría: ¿Hace falta ayunar antes de una sedación?. Pero dado el interés y pertinencia del tema, permitirme que destaque los principales datos de este estudio. 

Las guías de práctica clínica indican un periodo mínimo de ayuno previo a realizar una sedación de 2 horas para líquidos claros (agua o zumos), de 4 horas para leche materna y de 6 horas para líquidos no claros (leche artificial) o sólidos ligeros, basados en lo indicado para la anestesia general. Tratan de prevenir la aspiración broncopulmonar, pero el costo es alto en términos de trastorno para el niño y la familia, un ingreso más prolongado y la pérdida de turno de intervención si no se cumple el ayuno. La sedación para procedimientos urgentes, tales como la reducción de fracturas o luxaciones, sutura de heridas, etc., debe realizarse sin demora y en muchas ocasiones no se puede aplicar el protocolo de ayuno. Por todo ello es pertinente aclarar si el ayuno es necesario previo a la sedación. 

Y para ello se realiza un análisis secundario de datos recogidos en un   (julio de 2010-febrero de 2015) en los servicio de urgencias de 6 hospitales infantiles terciarios en Canadá. Se analizaron un total de 6183 pacientes menor o igual a 18 años sometidos a sedación parenteral para la realización de procedimientos dolorosos. El principal factor de riesgo fue la duración de ayuno para sólidos y líquidos antes de la sedación, analizado como variable continua (número de horas) y dicotómica (punto de corte de seis y dos horas para sólidos y líquidos respectivamente). 

Los resultados no encontraron diferencias en los periodos de ayuno entre niños con y sin eventos adversos, eventos adversos graves o vómitos. Ajustando por factores de confusión, el riesgo de un efecto adverso no cambió significativamente con cada hora adicional de ayuno de sólidos (OR: 1; IC95: 0,98 a 1,02) o de líquidos (OR: 1; IC95: 0,98 a 1,02). 

Cabe profundizar en ambos artículos (original y AVC), pues todo lo anterior tiene una evidente aplicabilidad en la práctica clínica. Porque el cumplimiento estricto del protocolo de ayunas presedación es costoso para los pacientes pediátricos y la familia, puede favorecer la deshidratación y la hipoglucemia, es costoso para el sistema sanitario ya que prolonga las estancias hospitalarias y se asocia con una disminución de la eficacia de la sedación. El retraso en la aplicación del procedimiento médico diagnóstico o terapéutico aún prolonga más el ayuno. Es prudente mantener rígidamente los protocolos en casos de riesgo como enfermedad grave, hiperémesis, obstrucción intestinal, endoscopia o broncoscopia (casos que no están bien representados en el estudio), pero en otras situaciones esta práctica carece de evidencia de beneficio, por lo que sería adecuada una revisión de los protocolos de preparación para la sedación. 

Y esta revisión de los protocolos de ayuno antes de una sedación en Pediatría (principalmente en nuestras urgencias) no debería hacerse esperar, pues lo cierto es que en el momento actual las desventajas son muchas (y los conflictos entre las partes, habituales). Sencillamente porque sedación y anestesia no es lo mismo... y no podemos aplicar los resultados de una para otra. Al menos ahora, ya con los resultados de este importante estudio publicado en una de las principales revistas pediátricas de la literatura.