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lunes, 7 de octubre de 2024

In memoriam de Leo Perdikidis, un gran pediatra en su más amplio sentido

 

El Comité de Pediatría Basada en la Evidencia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria) está constituido por pediatras de atención hospitalaria y atención primaria de España y Latinoamérica, y que tiene su foro de difusión principal en la revista Evidencias en Pediatría.  Durante estas dos décadas de existencia han participado muchos pediatras, algunos permanecemos desde el inicio (principios del siglo XXI) y otros han ido incorporándose a lo largo del tiempo. Y lo mejor del grupo son el compromiso, rigor e independencia de cada uno de sus miembros, ya todos ellos “amigos basados en la evidencia”. 

Y hoy el homenaje es para el primer compañero que hemos despedido en el grupo, a un gran pediatra y un gran amigo, en el más amplio sentido de la palabra, al Dr. LEO PERDIKIDIS. Y por ello en el último número de Evidencias de Pediatría le dedicamos este In memoriam de parte de todo el equipo, cuyo mensaje, lleno de sentido y sensibilidad, se puede revisar en este enlace con el título “Hasta siempre Leo”.  

Personalmente, conocí a Leo como residente mayor de Pediatría cuando comencé mi formación MIR en el Hospital Infantil La Paz en el año 1986. Y el era el más grande, con esa corpulencia cercana a los 2 metros de altura, y como en el cuento de Roald Dahl fue "nuestro amigo el gigante", pues su corazón y coraza era lo que sobresalía. Y nos reencontramos hace dos décadas con el comienzo del Comité de Pediatría Basada en la Evidencia, donde fuimos durante años pareja de hecho en la realización de los archivos valorados críticamente de Evidencias en Pediatría (hasta un total de 20 de forma conjunta). Y Leo siempre ha estado ahí, con su inquietud por aprender y su ilusión por colaborar, su discreción y buena voluntad. 

Y me he dado cuenta que tu sombra siempre me arropó: cuando hice el discurso de ingreso en ASEMEYA allí estabas a mi lado, si daba una charla en la Universidad de Alcalá, no faltaba tu presencia,... Y verte me daba felicidad y paz. Personas como tú, Leo, hacen de este mundo un lugar mejor. ¡Qué suerte tenerte siempre a nuestro lado, amigo! A buen seguro que su recuerdo nos despertará una sonrisa, la que dejan las personas que como tú. 

El próximo 18 y 19 de octubre realizaremos en la sede de la AEP la reunión anual del Comité de Pediatría Basada en la Evidencia, y nuestra cena de hermandad será en un restaurante griego, en honor a Leo Perdikidi (cuyo apellido denota sus orígenes) y chocaremos nuestras copas a tu salud, allí donde ahora nos ves: “¡Yiamas!”. 

Y termino con esta bendición irlandesa que regresa en honor al amigo que siempre recordaremos: 

"Que los caminos se abran a tu encuentro, 
que el sol brille sobre tu rostro, 
que la lluvia caiga suave sobre tus campos, 
que el viento sople siempre a tu espalda. 

Que guardes en tu corazón con gratitud 
el recuerdo precioso 
de las cosas buenas de la vida. 

Que todo don de Dios crezca en ti 
y te ayude a llevar la alegría 
a los corazones de cuantos amas. 

Que tus ojos reflejen un brillo de amistad, 
gracioso y generoso como el sol, 
que sale entre las nubes 
y calienta el mar tranquilo. 

Que la fuerza de Dios te mantenga firme, 
que los ojos de Dios te miren, 
que los oídos de Dios te oigan, 
que la Palabra de Dios te hable, 
que la mano de Dios te proteja, 
y que, hasta que volvamos a encontrarnos, 
Dios te tenga, y nos tenga a todos, 
en la palma de su mano."

Hasta siempre mi "evidente" amigo Leo...

lunes, 16 de septiembre de 2024

Dr. Alfredo García-Alix, el arte de la ciencia

 

Daba su último hálito la década de los 80 en Madrid (aquella de la Movida de la transición política y social) cuando en una exposición de la fotógrafa Ouka Leele vi una foto que me llamó especialmente la atención. Su título, “Alberto y Alfredo son gemelos”. Y reconocí a uno de esos gemelos García-Alix, Alfredo, quien acababa de llegar al Hospital Infantil La Paz como adjunto de Neonatología, tras un periplo formativo en Estados Unidos con una eminencia de la neurología como Joseph Volpe, y que aterrizó como brisa de aire fresco en “la 5ª” (así conocíamos los residentes de Pediatría a la planta de Neonatología de La Paz, dirigida por el Prof. José Quero y con responsables de sección de la talla de Jesús Rodríguez y Félix Omeñaca). Porque Alfredo aplicaba una metodología de exploración neonatal como si no hubiera mañana, donde la piel, la cara, los reflejos, el tono o los movimientos generales del recién nacido eran analizados cual Sherlock Holmes, escudriñando cada signo y síntoma, analizando el por qué y para qué de cada prueba complementaria, divagando sobre la fisiopatología de los hechos,… y nosotros, lampiños residentes, solo podíamos musitar el “elemental querido Watson”. 

Dado que en el año 1990 decido elegir la especialidad de Neonatología, mi contacto con el Dr. Alfredo García-Alix se hizo habitual, y del roce vino el cariño y la amistad. De nuestras habituales conversaciones sobre lo divino y lo humano, pudimos conocernos bien. Compartimos guardias, pacientes, trabajos y congresos. Con especial recuerdo de aquel Congreso Español de Neonatología de 1990 en Valencia, donde nos dio tiempo a defender decenas de comunicaciones y compartir muchas risas entre la playa de la Malvarrosa y los campos de naranjos (no me digas cómo llegamos allí, pero aún huelo el azahar). 

Y con esa confianza fui entendiendo algo mejor aquella foto de unos meses antes… Conocí que Alfredo era un leonés de nacimiento y madrileño de adopción, el mayor de cinco hermanos de una familia con historia e historial. Era nieto de un ministro de Instrucción Pública durante la Regencia de María Cristina en el final de ese convulso siglo XIX e hijo de un famoso oftalmólogo, y es así que ni la política ni la medicina le fueron ajenas. Sobre todo la medicina, pues se formó en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y solo tuvo que cruzar una calle para seguir su formación como pediatra en el Hospital Infantil La Paz. Y también reconocí que era hermano de Carlos García-Alix, reconocido pintor, escritor y cineasta, así como de Alberto García-Alix (el gemelo de la foto), fotógrafo icónico de la Movida madrileña, pero con una carrera que persiste repleta de éxitos de crítica y público, las que proporciona sus impactantes fotos en blanco y negro de su inseparable Leika. Dos hermanos artistas, y el arte no le fue ajeno tampoco. Porque Alfredo era una artista en lo suyo, y lo suyo fue abrir un camino esplendoroso de la Neurología neonatal en español. Una huella que fue cimentando durante décadas al pie de la cuna e incubadora de los neonatos, y de ahí a sus publicaciones científicas, congresos biomédicos, libros, cursos o conferencias. 

Tuve la fortuna de firmar conjuntamente con Alfredo un total de 15 publicaciones científicas, alrededor de temas neonatales diversos, como la descripción de diversos síndromes dismorfológicos (lo que aprendí con él de la secuencia de aquinesia/hipoquinesia fetal, de la aracnodactilia contractural congénita, del síndrome de McKusick-Kaufman o del síndrome de Pallister-Killiam no se puede resumir con facilidad), enfermedades raras (con algún guiño a la prescripción de películas sobre el tema), asfixia perinatal y encefalopatía hipóxico-isquémica (nuestra tesis se centraron en estos aspectos, en su caso sobre marcadores de estrés fetal intraparto y en mi caso sobre factores predictivos de secuelas neurológicas), hipotermia neonatal (ya en el año 2010 publicamos en Evidencias en Pediatría el concepto “código hipotermia”) o bióetica neonatal. Y que culminó en el año 2015 con el trabajo colaborativo que implicó la publicación de la Guía de práctica clínica de la encefalopatía hipóxico-isquémica perinatal del recién nacido, un trabajo ímprobo de años que solo el que se ha enfrentado a una guía sabe a lo que me refiero. Y cada uno de estos proyectos iban arropados por nuestras conversaciones sobre el trabajo y los retos que afrontar, sobre la familia y los sueños por cumplir. 

Encuentros en reuniones científicas y conversaciones en la distancia que se sucedieron desde sus distintos lugares de trabajo (Madrid, Canarias o Barcelona), sabiendo que en ninguno de ellos le regalaron nada. Y ese ha sido su mayor mérito. Y con todo esa ciencia y conciencia hace una década fundó junto con el Dr. Juan Arnáez (y la colaboración de un buen grupo de excelentes profesionales) la Fundación NeNe (Neurología Neonatal), un entorno donde encontró “el patio de su recreo” para que su experiencia clínica, su bagaje docente, su rigor investigador y su profunda humanidad brillaran a la altura que no siempre se le facilitó. 

Y todos estos recuerdos se agolpan en mi memoria y mi corazón estos días, ahora que hace una semana de la pronta partida del amigo, maestro y confidente. Y en estos días se han sucedido los In Memoriam en su honor, desde la prensa médica a la Sociedad Española de Enfermería Neonatal, desde nuestra plataforma Continuum hasta la revista Forbes España, pasando por las notas de algunas familias a las que ayudó. Pero donde se demuestra el mayor sentido y sensibilidad es en las palabras que le dedica Fundación NeNe, organización desde donde cimentó la neurología neonatal a nivel nacional e internacional, siendo muy frecuentes sus viajes a un nutrido grupo de países de Latinoamérica donde se ganó el respeto, afecto y admiración como clínico, docente, investigador y, sin duda, como persona.       

Lo cierto es que el pesar por tu pronta partida, querido Alfredo, se enjuaga al saber que tu vida ha tenido sentido y ha valido la pena. Pues has dejado, con el arte de tu saber ser y estar, la ciencia neurológica del recién nacido mejor que como te la encontraste. Y eso es dejar huella en la vida, aprovechar los talentos, crear “escuela”. Eso es hacer de la prosa pura poesía –la que te gustaba leer-, sea con los versos de Kaváfis, de Gil de Biedma o los versos libres que los que te conocimos proclamaremos para que seas feliz en tu nueva vida. 

Y con el arte de otro artista de la Movida madrileña (como lo eran Ouka Leele y Alberto García-Alix, tu gemelo), Antonio Vega, espero que compartas con él “el patio de tu recreo” nuevo…: “Donde nos llevó la imaginación, donde con los ojos cerrados se divisan infinitos campos. / Donde se creó la primera luz, germinó la semilla de cielo azul, volveré a ese lugar donde nací. / De sol, espiga y deseo son sus manos en mi pelo, de nieve, huracán y abismos, el sitio de mi recreo…” 

Alfredo García-Alix (León, 22 de marzo de 1956 – Madrid, 8 de septiembre de 2024).

miércoles, 26 de abril de 2023

Becas Prof. José Quero a Proyectos de Investigación 2023 en Neonatología

 

Era el año 1987 cuando comencé mi Residencia de Pediatría en el Hospital Universitario La Paz (Madrid). Y mi primera rotación fue en Neonatología, en la conocida como Unidad de Transición Neonatal. Y ese fue mi primer contacto con “la 5ª” (como se le conocía entonces) durante seis meses, un servicio liderado en su jefatura por el Prof. José Quero, y con dos jefes de sección de la altura de los Dres. Félix Omeñaca y Jesús Pérez. Y fue allí mi primer contacto con el Dr. Quero, Pepe, como todos le conocíamos. 

Y ese contactó se prolongó durante 15 meses al final de mi formación, cuando elegí formarme específicamente como neonatólogo con este equipo. Y allí se fraguó una relación profesional con Pepe, un doctor amante del estudio, afectuoso en la relación, ponderado en las decisiones y amable en las palabras. Cualidades tan apreciables (y poco comunes) para un jefe de servicio y catedrático de Pediatría de aquellos tiempos, lo que convirtió nuestra relación en afecto y amistad. De hecho, mi traslado a la provincia de Alicante hace más de tres décadas se lo debo a él, cuando él me informó y recomendó sobre aquella nueva Unidad Neonatal que se abría en el recién estrenado Hospital Universitario de San Juan. 

Continuaron nuestros esporádicos contactos en los congresos científicos y siempre intentábamos vernos, comer juntos, preguntarnos por nuestra vida y nuestra familia. Y siempre iba aderezado por su permanente sonrisa. Lo que se dice, cultivar las relaciones personales que nos regala la vida. 

Se jubiló Pepe en el año 2013, tras tres décadas al frente de la Jefatura de Servicio de Neonatología en el Hospital Infantil La Paz (la primera UCIN de España por aquellos inicios), con un amplio bagaje clínico, docente (como Catedrático de Pediatría de la UAM) e investigador, un maestro de muchos de los neonatólogos que hoy lideran esta especialidad en nuestro país. En el mes de enero de este año recibimos la triste noticia de su fallecimiento, y con su partida recuerdo como válido ese pensamiento de que “no es más grande quien más ocupa, sino quien más vacío deja cuando se va”

Y durante este tiempo se han compartido distintos homenajes (In Memoriam) en diferentes revistas y por diferentes amigos que dejó, que fueron muchos, homenaje que merecen las personas que son importantes en nuestra vida. Quiero destacar el emotivo obituario de un amigo común, el Dr. Félix Omeñaca en Anales de Pediatría, el In Memoriam en la web de Fundación NeNe y en la revista Pediatric Research que os adjunto debajo, estas dos últimas lideradas por el Dr. Alfredo García-Alix. 

Y es también a mi buen amigo Alfredo al que debemos que haya movido una iniciativa en la que muchos pediatras neonatólogos apoyamos y que ha sido acogida por la Sociedad Española de Neonatología (SENEO) y es la creación de la Becas Dr. José Quero a proyectos de investigación en Neonatología 2023 y cuyas bases podéis encontrar en este enlace. Y que esperamos que se mantenga durante muchos años, pues Pepe era un gran estudioso e impulsor de la investigación, y ello en aquella década de los 70 y 80 donde tanto quedaba por hacer y tanto empeño se puso en ello. 

Gracias Pepe, por tu saber y estar.