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miércoles, 11 de mayo de 2016

Uso, abuso y mal uso del Smartphone: conocer los límites


El teléfono inteligente (ya más conocido como smartphone) está cambiando los hábitos humanos desde su aparición hace menos de 10 años. Casi nada se puede entender ya sin internet y, especialmente, sin la convivencia de las diferentes redes sociales en el smartphone. Tiene grandes ventajas y oportunidades, pero también inconvenientes y amenazas alrededor de los hábitos sociales comportamientos. No sin razón se suele decir que "el smartphone nos acerca de los que están lejos y nos separa de los que están cerca", como un buen disruptor de pareja. 

Algunas cifras que se manejan: 
- El 70% de los habitantes de Europa Occidental tienen un smartphone. 
- En el año 2015 se vendieron más de 1.400 millones de smartphone. 
- El porcentaje de ventas mayor de smartphone actualmente se encuentra en India y China. 
- En un estudio de la Universidad de Standford, hasta un 75% de los estudiantes se dormían por la noche usando el móvil. 
- Más del 70% de niños menores de edad tienen móvil en España. 
- Casi el 90% de los españoles usan WhatsApp, Line, Snapchat, Telegram... varias veces al día o continuamente. 

Puntos para el debate: 
- Sobre la memoria: se debate si almacenar datos en el dispositivo y la conexión efímera atrofian la capacidad cerebral. 
- Sobre la ansiedad: se ve favorecida por la hiperconectividad, cuando no por los problemas de batería, cobertura o saldo. 
- Sobre la seguridad: porque los límites de la ciberseguridad y la privacidad chocan continuamente.
- Sobre la distracción: la más usual crítica al móvil, principalmente cuando se conduce (pero que también afecta ya a los peatones y a las aulas)

La adicción a internet y al teléfono móvil es, para algunos, la enfermedad del siglo XXI. Las TIC y la Red nos rodea y nos envuelve, con algunos fenómenos bien conocidos en toda la población. Pero es en los adolescentes donde más impacto tiene y esos límites entre el uso, abuso y mal uso son más difíciles. Por ejemplo: 
 - La "nomofobia" (procedente del acrónimo no-mobile-phone phobia), que es el miedo (o fobia) a no estar en contacto por el móvil, un miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. Con el FOMO ("fear of missing out"), el miedo a perderse algo si no se está conectado que causa ansiedad. 
- Los "early adopters", que son las personas que son los primeros en adoptar un nuevo dispositivo, una nueva web o cualquier tipo de tecno-moda. 
- El "postureo" social, donde es casi tan importante (o más) anunciarlo que hacerlo y exhibir el ego on line. 
- La epidemia de hiperconectividad y sobresocialización, con ejemplos tan sorprendentes como que ya es posible estar conectados a miles de pies de altura (las empresas United Airlines y Jet Blue han instalados wifi gratis en sus vuelos) o que ha nacido el llamado automóvil conectado. 

Realizar un buen uso del smartphone y no un abuso o mal uso, tener nuestro "por qué" y "para qué" en las redes sociales... y saber escapar de ella con el aroma de un café y de amigos, pueden ser buenos principios para convivir con las TIC. Un Internet que nos haga mejores y que no dañe nuestro cerebro.

miércoles, 24 de julio de 2013

¿Tienes “nomofobia”?


En el año 2008 se acuñó en el Reino Unido un nuevo neologismo: “neofobia”, procedente del acrónimo no-mobile-phone phobia. Y se describió como el miedo (o fobia) a no estar en contacto por el móvil, un miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. Un sentimiento que, según estimaciones, podría ya tener la mitad de los usuarios de telefonía móvil en el Reino Unido. Y puede no ser muy diferente (o peor) en España y otros países del Primer Mundo. En España, se ha detectado que el 77% de la población de 18 a 24 años y un 68% de 25 a 34 años padece ”nomofobia”. 

Lo que está claro es que se ha creado una nueva necesidad por obra y gracia de los smartphones. Una nueva necesidad de estar conectados las 24 horas del día, los 7 días de la semana y los 365 días del año (con vacaciones y fiestas de guardar incluidas). Con esa sensación de presión de vivir en un entorno social en el que para muchas personas “inmediatamente” significa literalmente “inmediatamente”. 
Se ha llegado a estudiar que quedarse sin móvil (estar “desenchufados” del mundo” es para muchos un suceso estresante de la vida, casi equiparable (para algunos, claro) a un divorcio o a un cambio de domicilio. Porque en nuestros smartphones llegamos a llevar una parte de nuestra vida, en forma de teléfono, agenda de contactos, correo electrónico, internet, redes sociales, twits, música, reloj y agenda, mapas y GPS, juegos y linterna, y un largo etcétera. Perder un móvil es casi como perder un amigo para muchos… 

Este fenómeno de la “nomofobia” comenzó hace años con el éxito de BalckBerry y se ha disparado con la democratización de los teléfonos inteligentes y las tabletas. Ojo: España es el segundo país del mundo con mayor penetración de smartphones (superado sólo por Reino Unido) y ya casi la mitad de la actividad social se realiza online desde los móviles. La “nomofobia” nos acerca a los que están lejos y nos separa de los que estamos cerca. La “nomofobia” nos hace dormir con el móvil en la mesilla de noche (cuando no debajo de la almohada como en los adolescentes y en modo vibrador), nos hace consultarlo en la madrugada si nos despertamos, incluso lo llevamos al baño y lo consultamos en cualquier momento (cuando esperamos el autobús, en la cola de correos, en el parque mientras juegan nuestros hijos, en medio de una conferencia…, en misa y en mis asuntos). 

Pero, ¿quiénes son los más vulnerables? Parece que los adolescentes, sobre todo de los 12 a los 17 años, son los más expuestos a sufrir “nomofobia”. Y está claro que los padres tienen una importante labor para evitar esto, principalmente predicando con el ejemplo. Para evitar la “nomofobia”, hay que comenzar por unos sencillos consejos para un uso adecuado del móvil por parte de los jóvenes y evitar el uso del móvil en abuso: 
- Es importante que no dispongan de acceso a Internet desde su habitación. 
- Hay que hacerles conscientes del valor y coste de su móvil. 
- Deben dormir siempre con el teléfono apagado. 
- No permitir su uso en comidas, cenas u otras situaciones en que utilizarlo es síntoma claro de mala educación. 

Está claro: vivimos rodeados de nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC). Y el teléfono inteligente (smartphone) es la TIC más usada. Su buen uso, ayuda y nos puede hacer la vida más fácil. Su mal uso y abuso no ayuda y nos puede complicar la vida (a nosotros y a los que nos rodean). La adicción al teléfono móvil es, para algunos, la enfermedad del siglo XXI. Tanto que, según los expertos, el miedo a estar sin el teléfono se puede diagnosticar ya como un trastorno para una gran parte de la población, sin que los afectados sean conscientes de ello. 
Por ello, será bueno reflexionar y preguntarnos: ¿tengo “nomofobia”?. Si es que NO, pon toda la prevención para que no ocurra. Si es que SÍ, háztelo ver…