sábado, 6 de septiembre de 2014

Cine y Pediatría (243). “Cadena de favores” para cambiar el mundo


“Piensen en una idea para cambiar nuestro mundo… ¡ y pónganla en acción !”. Esta es la frase (y el mensaje) que, escrito con tiza en una pizarra, emite un profesor a sus pequeños alumnos. Y este es el mensaje fundamental de una novela y película especial. 

Catherine Ryan Hyde, afamada novelista estadounidense que cuenta sus obras por éxitos internacionales, nos regaló en 1995 su libro “Pay it Forward”. Y la directora y productora Mimi Leder lo transformó en película en el año 2000 bajo el mismo título, traducido en España como Cadena de favores, un drama con mensaje que contó en su haber con un trío espléndido de protagonistas, protagonistas de Oscar: Haley Joel Osment (nominado a Mejor actor de reparto en 1999 por El sexto sentido), Helent Hunt (Mejor actriz en 2012 Mejor…imposible) y Kevin Spacey (Mejor actor de reparto en 1995 por Sospechosos habituales y Mejor actor en 1999 por American Beauty). 

La película comienza con el inicio de un nuevo curso en los años 90 y en un centro escolar en Las Vegas. El nuevo profesor de sociales, Eugene Simonet (Kevin Spacey) propone a sus alumnos de Primaria un trabajo (“Piensa una idea para hacer del mundo un sitio mejor”), y les motiva con frases como “el reino de las posibilidades existe en nuestro cerebro” y con ideas como que el proyecto requiere “un acto de fe extrema en la bondad de la gente”
A Trevor McKinney (Haley Joel Osment), un chico de 11 años muy espabilado, se le ocurre una idea: hacer tres favores, y que los beneficiados hagan lo mismo, y así se extenderá en la sociedad la cadena de favores. Pero esta cadena no puede hacerse de cualquier manera y tres son las reglas de Trevor para que funcione: 1) tiene que ser algo que realmente ayude a las personas; 2) tiene que ser algo que no puedan hacer por sí mismas; y 3) si yo lo hago por ellas, ellas deben hacer a su vez un favor a otras tres personas. 

Y así avanza una película de personajes especiales y de vidas cruzadas: el profesor solitario y aparentemente derrotado por las quemaduras de la vida, las mentales y las físicas reales (como demuestra su cara desfigurada, y que nos confiesa que son cicatrices consecuencia de la violencia que su padre ejerció sobre su madre y, finalmente, sobre él); este pequeño alumno, muy atento y observador, que intenta sobrevivir al mundo que le rodea con una familia desestructurada; Arlene (Helen Hunt), la madre de Trevor, quien encuentra en el alcohol la falsa tabla de supervivencia a un matrimonio roto con un marido maltratador; Jerry (James Caviezel), el joven drogadicto perdido en la vida como vagabundo; Chris (Jay Morh), el periodista con prejuicios, confundido con lo que ve a su alrededor, escéptico al principio por esta cadena de favores; y otros muchos personajes encadenados en la película. 

Y así avanza la película entre las buenas intenciones (altruismo y utopía para conseguir un mundo mejor) y la cruel realidad (violencia escolar, familiar y social, alcoholismo y drogadición, fracaso personal, etc.). Y avanza entre frases memorables de nuestros protagonistas: 
- Frases del profesor Simont: “Esta es la clase de estudios sociales, es decir, vosotros y el mundo. Se trata de ese mundo que está ahí fuera y, aunque decidáis que no queréis conocerlo, os aseguro que os vais a dar con él de bruces. Creedme. Así que ya podéis poneros a pensar en el mundo y lo que es para vosotros…”. 
- Frases del alumno Trevor: “En realidad, el mundo no es exactamente una porquería. Aunque, supongo que es duro para aquellos acostumbrados a que las cosas sean como son. Aunque sean malas y no quieren cambiarlas, se dan por vencidos y entonces se sienten como perdidos. Y cuando se rinden…todos podemos perder”. “Es difícil cambiar para la gente, acostumbrada a las cosas como son, incluso si están mal”. “Ayudar a alguien a quien queremos ayudar no tiene tanto mérito. Pero si estás enfadado con tu madre y la ayudas, entonces tiene mucho mérito”. 

Y esta cadena de favores nos lleva a un final inesperado (y no deseado). Pero es posible la esperanza con movimientos como “Pay It Forward”… y es posible cambiar el mundo. Y esa es la idea que nos traslada la escena final de la película, con cientos de velas y de flores en la puerta de su casa de Trevor… 

Y con la magia de las palabras de J.K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter, decimos: “No necesitamos magia para cambiar el mundo, llevamos todo el poder que necesitamos dentro de nosotros”. Y por ello, la película Cadena de favores nos regala un último mensaje: “Pasea la vista por el mundo que te rodea y cambia lo que no te guste”.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pareció una película increíble. Creo que nos deja un mensaje buenisimo a todos, donde podemos aprender a dar sin esperar algo de regreso y asi mejorar como sociedad.