viernes, 5 de enero de 2018

La tradición de los Reyes Magos: preguntas y respuestas, ilusión y respeto


Esta noche del 5 de enero se celebrarán las Cabalgatas de los Reyes Magos, posiblemente el momento de mayor ilusión de las fiestas de Navidad para el que esto suscribe. Y cuando este momento ya no es igual en el hogar cuando los hijos crecen, realmente se añora. Y espero que con la llegada de los nietos vuelvan esos momentos de irse pronto a la cama colocando los zapatos y dejando algo de comida y bebida para los camellos, las correrías, gritos y risas de los niños por la casa, su llegada a tu cama con los ojos como platos y hablando deprisa por la emoción, el abrir los paquetes, y tantos gestos que perviven en la memoria. 

Una gran noche la del 5 de enero y un gran día el del 6 de enero: dos momentos para alimentar la ILUSIÓN. Porque mi mayor ilusión es seguir teniendo ilusiones. Y esta es una tradición cristiana que debe ser motivo de respeto, al igual que pedimos respeto para todos y todas las personas y circunstancias: porque el RESPETO es la base de la multiculturalidad (sea esta por razón de sexo, raza, ideología política, religión, creencias, etc.). Desgraciadamente algunas noticias de estos días han querido politizar esta tradición por y para la infancia con motivos muy poco afortunados, a los que no vamos a dar pábulo, pero que rechazamos por inoportuno. 

Pero hoy en este blog de Pediatría basada en pruebas y amante de la MBE (Medicina Basada en la Evidencia) quiero realizar una reflexión sobre los Reyes Magos fundamentado en la HBE (Historia Basada en la Evidencia). 

El origen de la historia de los tres Reyes Magos lo encontramos en la Biblia. Su artífice fue, para ser más exactos, Mateo: este Apóstol fue el único de los autores del libro sagrado que dejó constancia de la existencia de estos personajes en las crónicas. Según cuenta la tradición, nuestros protagonistas eran tres astrólogos persas que, tras visitar Belén y ser bautizados, murieron martirizados por predicar el cristianismo. Pero la información de la Biblia es la que se ha adaptado y la que ha dado lugar a la tradición de la llegada de Sus Majestades a todas nuestras casas en la noche del 5 de enero. Una tradición que ha ido evolucionando con el paso de los siglos debido, entre otras cosas, a las múltiples versiones existentes. 

Y persisten algunos interrogantes, que intentaremos contestar en base a la HBE. 

1) ¿Cuál era el número de Reyes Magos? Pues si Mateo no habló del número exacto de Reyes Magos que llegaron a Belén, ¿por qué la tradición dicen que son tres? 
El establecimiento de esta tradición se lo debemos al «Liber Pontificalis», una recopilación fechada en el siglo IX de varias historias y leyendas relacionadas con la religión cristiana. La cifra (basada en las creencias populares) fue oportuna y presumiblemente nació debido al número de regalos citados por el apóstol.: oro, incienso y mirra. Todo ello, sumado a la relación que tenía el número con la Santísima Trinidad. 
El historiador José Javier Azanza López ofrece una nueva visión del origen de la cifra. Según él, la cifra vendría del siglo III: «En cuanto a su número, si bien existen versiones que recogen entre dos y sesenta magos, en el siglo III el teólogo Orígenes indicó que los Reyes Magos eran tres, número que acabó por imponerse atendiendo a razones bíblicas, litúrgicas y simbólicas, y que fue confirmado por la Iglesia en el siglo V mediante una declaración del Papa León I el Magno en sus Sermones para la Epifanía». Con todo, esta teoría es solo una de las muchas existentes. Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se los ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la Antigüedad y representantes de las tres edades del hombre. 

2) ¿Cuáles eran sus nombres? 
Una controversia similar existe con el nombre de Sus Majestades. Estos se popularizaron el siglo IX también gracias al «Liber pontificalis». En dicha obra, se estableció que eran Melchor («Melchior»), Baltazar («Bithisarca») y Gaspar («Gathaspa»). No obstante, Azanza afirma que ya habían sido nombrados de esta forma antes: «Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecieron por primera vez en el Evangelio Armenio de la Infancia del siglo IV; pero no serán aceptados definitivamente hasta su inclusión en el “Liber Pontificalis”, fechado a mediados del siglo IX». 
Santiago de la Vorágine, obispo de Génova y autor en el siglo XIII de «La leyenda dorada» (una compilación de los mitos que hablaban de la vida de los diferentes santos y de algunos pasajes bíblicos) asentó de nuevo estos nombres al afirmar que eran «Caspar, Melchor y Baltasar». 
Y así, los nombres que adquieren dentro del cristianismo occidental son Melchor, Gaspar y Baltasar. Pero para los griegos los llamaron Appellicon, Amerín y Damascón. Para los hebreos, Magalath, Galgalath y Serakín. Para los sirios, Larvandad, Hormisdas y Gushnasaph. 

3) ¿Realmente eran magos? 
Otras de las controversias que se han generado a lo largo de los años es la utilización de la palabra «magos» por parte de Mateo. Sí, todos sabemos que Sus Majestades deben tener algún que otro poder secreto para llegar a las casas de todo el mundo en tan solo una noche. Sin embargo, son muchos los expertos que consideran que este término tenía otras acepciones en la época, de forma que el nombre magos no debía ser entendido con las connotaciones de nuestro tiempo, pues en aquella época significaba personas de cierto poderío y que se distinguían especialmente en los conocimientos científicos, sobre todo astronómicos. De hecho, "mago" hacía referencia a una casta religiosa entre los persas con gran devoción por la astrología. Lo más probable es que fueran sacerdotes y astrólogos originarios de Babilonia o Persia, dado que ambos eran grandes centros astrológicos donde los magos eran una casta sacerdotal con mucha influencia. 
La palabra «mago», proviene del persa ma-gu-u-sha, que significa sacerdote. Llegó al griego como μαγός, refiriéndose a una casta de sacerdotes persas o babilonios, que estudiaban las estrellas en su deseo de buscar a Dios. Del griego pasó al latín como magus, de donde llegó al español mago. 

4) ¿De dónde procedían? 
No se sabe nada de su tierra natal, pero la teoría de que vinieron de Arabia Félix (Arabia del sur) es muy probable. El enigmático origen de estos Reyes persas se oye hablar en primer lugar en el siglo VII, cuando se dejó escrito en el «Evangelio armenio de la infancia» que Melchor reinaba sobre los persas, Baltasar sobre los indios, y Gaspar, sobre el país de los árabes. De ser cierto, los cabos estarían atados, pues en esa región se practicaba habitualmente la astrología. 

5) ¿Eran reyes? 
Tampoco dice nada Mateo sobre que estos «magos» fueran reyes. ¿Por qué, entonces, la tradición les ha entregado la corona? El culpable de ello es Quinto Septimo Tertuliano. Este escritor romano -padre de la Iglesia allá por el siglo III- llegó a la conclusión de la nobleza de dichos personajes tras leer el Salmo 72 (incluido en uno de los libros sagrados). En él se explicaba lo siguiente: «Que los reyes de Sabá y Arabia le traigan presentes, que le rindan homenaje todos los reyes». Blanco y en botella para el religioso, quien (basándose en esta frase) empezó a denominar a estos personajes «Reyes». 
Como la magia no era bien considerada por la religión, este apelativo hizo que nuestros protagonistas fueran bien aceptados. Por enésima vez, el ya archiconocido Santiago de la Vorágine logró popularizar esta idea en «La leyenda dorada». Concretamente, el autor dejó escrito que los magos «eran al mismo tiempo reyes y magos» y que, en su país de origen, solían subir a la cima de una montaña para observar los astros. 

6) ¿Fueron martirizados? 
De forma independiente al momento exacto en el que nació su leyenda, cabe destacar que la tradición ha dado también un cruel final a los Reyes Magos. Según la creencia popular, nuestros protagonistas fueron bautizados por Santo Tomás y comenzaron a predicar el Evangelio por la India. Y, posteriormente, peregrinaron por multitud de pueblos. Algo que les causó no pocos problemas hasta que, finalmente, acabaron muriendo martirizados. 
Tras la tortura (fechada por algunos autores en el año 70 d.C.) sus cuerpos fueron enterrados en el mismo sarcófago, lo que podría sugerir que eran familiares. En todo caso, la leyenda afirma que santa Elena (la misma que halló la Vera Cruz) se llevó sus restos hasta Constantinopla en el siglo IV. Así, hasta que fueron llevados a Milán. A partir de aquí se les habría perdido la pista, pues se cuenta que cuando el emperador Federico Barbarroja asedió la ciudad en 1162, los huesos fueron llevados hasta Colonia. Comenzaron su viaje en 1164 y, poco después, se edificó una iglesia en la región en su honor. En ella, a día de hoy, permanece su relicario. 

7) ¿Había un rey negro? 
Otra curiosidad relacionada con los Reyes Magos, pues cabe destacar que a Baltasar no se le representó como un rey de tez negra hasta el siglo XV. Antes fueron mostrados con aspecto occidental y considerados como los descendientes de Noé. La figura del rey negro sólo se volvió habitual a finales de la Edad Media, y se impone a lo largo del siglo XV. 
Porque en los albores del cristianismo, a los tres magos se les representaba como de una misma raza, tenían el mismo tipo e iban vestidos con el característico traje persa: bonete frigio y estrechos pantalones con faldilla. Sin embargo, a partir del siglo XV todo cambió con la intención de simbolizar la universalidad del cristianismo, se diferenciaron e individualizaron: de esta manera, cada uno adquiere rasgos propios que los asocia con las tres edades de la vida y con las tres partes del mundo entonces conocidas: Europa, Asia y África. 
Pero, ¿en qué momento aparece el rey negro en el arte cristiano? La Edad Media ignora esta referencia condicionada por el rechazo al color negro que pasaba por ser el del demonio y el infierno. La figura del rey negro sólo se volvió habitual a finales de la Edad Media, y se impone a lo largo del siglo XV, tanto por el gusto creciente por lo exótico, como por las razones simbólicas indicadas. 

8) ¿De dónde parte la tradición de las Cabalgatas de Reyes? 
En España a partir del siglo XIX se inició la tradición de convertir la noche de Reyes (noche anterior a la Epifanía) en una fiesta infantil con regalos para los niños, a imitación de lo que se hacía en otros países el día de Navidad, en homenaje al santo oriental San Nicolás. Fue en 1866 cuando se celebró la primera cabalgata de Reyes Magos en Alcoy (Alicante), tradición que se extendió al resto del país y posteriormente a otros países, especialmente a países de cultura hispana. 
En varios países de Hispanoamérica existe la costumbre adoptada de los españoles de que los niños reciban regalos de los Reyes Magos, bien en la víspera, es decir, a la medianoche del 5 de enero, o en la mañana del 6 de enero (Argentina, México, República Dominicana, Puerto Rico, Paraguay y Uruguay). También se han heredado las costumbres de la carta a los Reyes y el carbón dulce en vez de regalos. La mayoría de los servicios postales aceptan estas cartas. 

Espero que estas ocho preguntas sobre los Reyes Magos que he intentado contestar en base a la HBE, sirva para respetar un poco más el por qué, para qué, para quién, cómo y dónde de una tradición cristiana que tiene un objetivo principal: llenar de ilusión la infancia y, si fuera posible, que esa ilusión nos llegue a los adultos. 

Porque las infancias nunca duran, pero todo el mundo se merece una. Y se merece que se respeten sin mezclar con ideologías políticas. Porque con la ilusión no se juega... Porque el respeto es válido para todos y para todo: es la base de la convivencia.

"Hay algo de esplendor cuando existe y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina" G.K. Chescherton

2 comentarios:

María Jesús Esparza dijo...

Me ha encantado leer esta entrada del blog. La tradición no es ciencia pero las historias populares enriquecen el alma. Como alcoyana, quiero hacer dos puntualizacion. La primera es que en Alcoy, y en pueblos del entorno, el rey negro es Gaspar y desfila siempre en el centro. La segunda es que en Alcoy los regalos se entregan el día 5 por la noche, cuando volvemos de ver la cabalgata. Los que tienen la fortuna de vivir por donde pasa la cabalgata reciben directamente a los pajes que entregan un regalo a cada niño subiendo con escaleras de mano apoyadas en los balcones. ¡Es fantástico para los niños presenciar todo esto!

Javier González de Dios dijo...

Querida María Jesús. No sabía que eras alcoyana. Eso une aún más nuestros lazos de amistad.