miércoles, 29 de diciembre de 2021

Papel del pediatra en el manejo de las conductas disruptivas de la infancia


El pediatra ocupa un lugar privilegiado como profesional de referencia en la atención a la infancia, y no solo para el correcto desarrollo de la salud física, sino también como supervisor de sus necesidades y de su desarrollo emocional. Y es por ello, que en este artículo contamos con la experiencia de una psicóloga pediátrica y una psiquiatra infanto-juvenil con amplia experiencia en el tema de las conductas disruptivas para orientarnos sobre las estrategias educativas para su manejo

Las conductas disruptivas son manifestaciones que pueden presentarse en distintos escenarios, desde “las pataletas” propias de un momento evolutivo concreto (primera infancia) a reacciones que se dan en un contexto de psicopatología (negativismo desafiante, trastorno del control de impulsos, del estado de ánimo y/o trastornos del neurodesarrollo: discapacidad intelectual, trastorno por déficit de atención e hiperactividad - TDAH -, trastorno del espectro autista - TEA -). Las conductas disruptivas vienen moduladas por el temperamento, de ahí probablemente las importantes diferencias entre unos niños u otros, aunque incluso compartan un mismo diagnóstico, y, por supuesto, por el manejo que se haga de ellas. 

Porque es necesario reconocer, comprender y manejar la amplitud de cambios físicos, cognitivos y de comportamiento que se producen durante la edad pediátrica para garantizar el mejor estado de salud de los niños. Y esta perspectiva compromete también la atención a aspectos conductuales que, aunque sean evolutivamente esperables, pueden comprometer la estabilidad del niño y la familia, e incluso dar lugar a trastornos psicopatológicos si no se abordan adecuadamente. Teniendo en cuenta que las familias confían y acuden en primera instancia al pediatra para que resuelva o encauce sus dudas sobre aspectos relacionados con la crianza, este articulo ofrece estrategias de manejo para las conductas disruptivas basándonos en principios básicos de aprendizaje. 

Y conviene conocer las tres estrategias educativas para manejar las conductas disruptivas: enfoque proactivo, extinción y lugar de contención. 

Espero que el artículo que os dejamos en este enlace (y debajo) sea de vuestro interés. 

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