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sábado, 1 de octubre de 2011

Cine y Pediatría (90). “En América”, recuerdos de la infancia desde la Gran Manzana


Jim Sheridan es un director irlandés de gran calado a nivel internacional. Buena prueba de ello es el reconocimiento de Hollywood en sendas candidaturas a tres de sus obras: Mi pie izquierdo (1989), sorprendente debut en la dirección con cinco candidaturas (consiguió las de mejor actor y actriz de reparto, y fue candidata para mejor guión adaptado, dirección y película, si bien ese año recayó en Paseando a Miss Daisy de Bruce Beresford), En el nombre del padre (1993), con siete candidaturas (mejor actor y actriz principal, mejor actor de reparto, guión adaptado, montaje, dirección y película, que ese año recayó en La lista de Schlinder de Steven Spielberg) y En América (2002), con tres candidaturas (mejor actriz, mejor actor de reparto y mejor guión original).

Hoy hablamos de En América, que se nos presenta como una obra menor de Sheridan, una película que refleja la vida de una familia irlandesa inmigrante en Nueva York en la década de los 80, pero que en realidad refleja su propia vida, su biografía. De hecho la película está coescrita por el propio Jim Sheridan y sus dos hijas.

Un matrimonio irlandés (Paddy Considine, sobre el que hablamos en la entrada de la semana pasada y para algunos el “secreto mejor guardado del cine inglés”, y Samantha Morton) en busca del “sueño americano” se instalan en un piso de un suburbio de Nueva York con sus dos hijas, Christy de 10 años y Ariel de 4 años, dos preciosas niñas (hermanas en la realidad) a través de cuyos ojos y recuerdos se nos muestra los desafíos de una nueva vida. Los retos por acostumbrarse a un nuevo país y vecindario, las dificultades para encontrar trabajo (como actor), el desafío para superar la pérdida de un hijo de 2 años por un tumor cerebral (de nombre Frankie, similar al hermano del director, con el mismo nombre y enfermedad, a quien se le dedica la película) y el nacimiento de un nuevo hijo prematuro (con el consiguiente traslado en incubadora y algún que otro neonatólogo rondando…).

Sheridan necesitó muchos años para escribir la película, porque le era difícil escribir sobre ciertos acontecimientos que eran terriblemente cercanos a la vida real y a sí mismo; y que, de alguna forma, nos rememora las emociones que provoca la canción de "Tears in heaven" que Eric Clapton escribió ante la muerte de su hijo. Jim Sheridan reconoce tener cierta fascinación por artistas que, como él, han perdido hermanos y les ha afectado en su creación: Joyce, Yeats, Wilde, O´Neill, Dalí, Van Gogh, etc. Como escribió Sheridan, la película se convirtió en algo más que la típica autobiografía y se transformó en un trozo de vida en sí mismo, tratando de intentar ver el mundo con una cualidad mágica y casi infantil. Y Manhattan se transforma en una isla de sueños que ayuda a una familia a redescubrir los profundos lazos que les unen. Las hijas son esenciales en la fuerza de la película, convirtiéndose en los ojos a través de los cuales los espectadores ven el paisaje de la Gran Manzana y los conflictos emocionales de la familia.

Aunque curiosamente el apartamento de la película en que vive la familia se creó en Dublín, después de rodar en Irlanda, la producción se dirigió a Manhattan para capturar el inefable ritmo y el vocerío de los barrios de clase baja de Nueva York, rodando en el Lower East Side, en Hell´s Kitchen y en el Harlem Hispano. El énfasis aquí fue el de reflejar un Nueva York que fuera un caleidoscopio de diferentes culturas y actitudes. De hecho, En América fue una de las primeras películas que se rodó en Nueva York tras los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 (de los que hace un par de semanas celebrábamos el 10º aniversario), dando al equipo un deseo aún más fuerte de querer mostrar el alma que subyace en Nueva York en la fotografía de Declan Quinn.
En este sentido, Jim Sheridan afirma que “nunca hubiera podido ambientar En América en otro lugar que no fuera Manhattan…, en una historia de amor y de esperanza sobre Nueva York”. Una película desde la Gran Manzana, otras más (en la ciudad más cinematográfica del mundo), que, en este caso, nos habla del sueño americano bajo la tierna mirada de la infancia.

Porque el recuerdo y la mirada de los niños se convierte en un recurso recurrente en el séptimo arte para expresar emociones.



miércoles, 28 de septiembre de 2011

N.Y., una ciudad de película... y de música


Nueva York es la ciudad más cinematográfica del mundo y, sino, basta repasar este enlace que recoge alguna de las películas filmadas en esta ciudad. N.Y. se convierte así en el mayor escenario natural, un backstage vivo. Y cada rincón puede llegar a ser el recuerdo de una historia, en cada uno de sus 5 distritos: Bronx, Brooklyn, Queens, Staten Island y, por encima de ellos, Manhattan.
Por ello no tiene nada de particular que, por mi gusto por el cine, esté en estos momentos volando hacia la Gran Manzana para celebrar un gran acontecimiento en familia. Y la causa de que, por ello, este año mis vacaciones de verano se han traslado al otoño: Otoño en Nueva York, en lo que será una historia mucho más alegre de la que vivieron Richard Gere y Winona Ryder.

En el año 2009 se proyectó New York, I Love You, una película homenaje a la ciudad de carácter coral y realizada de forma similar a la cinta del año 2006, Paris, je t´aime. Un trabajo colectivo de cuentos cortos de cerca de 10 minutos de duración y en la que intervieron los siguientes directores: los estadounidenses Brett Ratner, Allen Hughes y Natalie Portman, los indios Shekhar Kapur y Mira Nair, el chino Jiang Wen, el japonés Shunji Iwai, el francés Yvan Attal y el alemán Fatih Akin.

El cine y N.Y. están muy unidos... y es conocido. Quizás menos conocidos son las numerosas canciones dedicadas a esta ciudad. Desde la más emblemática de Fran Sinatra (New York, New York), ya todo un símbolo, a la más moderna de Alicia Keys (New York), son muchos los artistas que se han inspirado en N.Y. y le han dedicado a sus canciones.

El breve repaso de algunos artistas comienza con Bruce Springsteen, quien le ha cantado en numerosas ocasiones (My city of ruins, Incident on 57th Street, Into the Fire, New York City Serenade), y continúa con otros muchos: U2 (Angel of Harlem, The Hands that Built America), Sting (Englishman in New York), Lou Reed (Walk on the wild side), Madonna (I love New York), Simon & Garfunkel (The Only Living Boy In New York), REM (Living New York), Tom Waits (Coney Island Baby), George Benson (On Broadway), Pet Shop Boys (New York City boy), Interpol (NYC), Paul Van Dyk (New York City), Manhattan Transfer (Boy From New York City), Prefab Sprout (Hey Manhattan!), Fun Lovin' Criminals (The King Of New York), Prince (All the critics love u in NY), The Eagles (New York Minute), Ella Fitgerald & Louis Armstrong (Autumn In New York), Paloma Faith (New York), Akon (New York City), The Strokes (New York City Cops), The Dirty Pearls (New York City Is A Drug), Ryan Adams (New York, New York), Moby (New York, New York), Jay-Z & Juelz Santana (Welcome to New York City), Mecano (No hay marcha en Nueva York)... Hasta el mismo George Gershwin y su Rhapsody in blue, que aunque no habla de N.Y., fue compuesta para la película Manhattan de Wody Allen y… es perfecta para cargarla también en el MP4, cerrar los ojos y esperar a que el avión aterrice en el aeropuerto de JFK.

Os dejo dos vídeos muy originales: el onírico de Sara Lov (New York) y el imprescindible de Oleta Adams (New York State of Mind, también cantada por otros artistas como Billy Joel o Barbra Streisand). Vale la pena que os paréis un momento a escucharlas.

Quiero dedicar estas canciones a dos grupos de personas especiales. A mi amigo del alma, Cristóbal Buñuel, gran amante de la música (y compañero de aventuras en el blog y en mil batallas) y a mis compañeros (y, sin embargo, amigos) de la Unidad Neonatal del Hospital General Universitario de Alicante (Neonatal Yunit -N.Y.*- en nuestro argot).

From N.Y.* to N.Y. es el especial tránsito de mi verano al otoño.