viernes, 11 de enero de 2013

¿Existen los trastornos del sueño infantil?



Las investigadoras María Berrozpe Martínez y Gemma Herranz Sánchez-Cosgall han elaborado una revisión extensa de la bibliografía relacionada con el sueño infantil y la han publicado en formato blog, con el título de “El debate científico sobre la realidad del sueño infantil”.

Las autoras concluyen que los resultados les confirman en su idea de que los problemas del sueño en la infancia no son tales, sino más bien son un problema de desajuste entre lo que el niño necesita dormir y en qué condiciones necesita dormir, y las expectativas de sus padres; por lo tanto, añaden, al final no es que los niños desarrollen una  "capacidad natural" para "dormir toda la noche", sino que lo acaban haciendo porque no les queda más remedio, forzados por el comportamiento de sus padres. 

Nos hablan del debate sobre qué es lo “normal” en el sueño infantil, nombrando a otros autores como Carlos González que en “bésame mucho” dice "..... la definición de sueño normal es arbitraria y absurda, contraria a los conocimientos científicos y tan estricta que sólo la cumplen un 15% de los niños normales."

Rosa Jové, también hizo una exhaustiva revisión bibliográfica en su libro Dormir sin lágrimas (Jové, 2006), en la que llama la atención sobre la falta de evidencias científicas que apoyaran ese considerado "sueño normal" y, por extensión, la existencia del BIC (Behavioral Insomnia of Childhood).

Las autoras de esta revisión no encuentran pruebas científicas que apoyen tanto el concepto de sueño saludable que tienen muchos profesionales de la pediatría del sueño como, por extensión, la existencia de esta patología llamada insomnio infantil por hábitos incorrectos (o BIC por sus siglas en inglés). 

Una vez establecida la patología de insomnio infantil por hábitos incorrectos (BIC), el siguiente paso consistió en encontrar un tratamiento efectivo. Mayoritariamente, las aproximaciones fueron dos: medicación y métodos conductistas de modificación de la conducta o técnicas cognitivo-conductuales [Cognitive behavioral therapy (CBT)].

Describen los diferentes tipos de técnicas conductistas:

1- Crying it out (dejar llorar), unmodified extinction (extinción no modificada) o extinction  

2- Controlled comforting (consuelo controlado), controlled crying (llanto controlado) o graduated extinction (extinción gradual) 
3- Scheduled waking (despertares programados)
4- Camping out (retirada) o Parental presence (presencia parental) 
5- Bed time fading (retraso de la hora de acostarse)
6- Positive routines (rutinas positivas)
7- Parent education/prevention (educación de los padres/prevención)
8- Huggy-Puppy intervention (Intervención Cachorro-cariñoso)

Dicen las autoras que en la literatura científica revisada, han visto que los más entusiastas en la defensa del BIC y su necesidad de tratamiento presentan una clara tendencia  en el tiempo hacia la utilización de los métodos menos agresivos, a pesar de lo cual, en la actualidad, el  método  controlled comforming o controlled crying (considerado agresivo) es el más utilizado en la población general bajo la dirección de los bestsellers de los doctores Ferber y Estivill (este último en España y Latino américa) (Estivill et al, 2010).

¿Cuál es el origen de estos conceptos tan arbitrarios de cómo debe ser el sueño del niño y de cuándo sufre insomnio infantil, compartidos por un número tan importante de profesionales de la pediatría del sueño, y que obliga a la aplicación de un "tratamiento" para "curar" de esta "enfermedad" hasta a un 30% de la población infantil?

Es un texto que toma un claro partido en el debate sobre la relación de los distintos modelos de crianza, la lactancia materna y el colecho, y su relación con los llamados trastornos del sueño, pero que vale la pena considerar por su exhaustiva revisión y la bibliografía tan amplia que aportan.

Reiteramos también la existencia de una Guía de Práctica Clínica reciente sobre los trastornos del sueño, ya comentada en otra entrada de este blog.

Y es que el sueño infantil se ha convertido en un negocio suculento al que es muy difícil renunciar.

9 comentarios:

Ileana Medina dijo...

No ver la dimensión cultural de este fenómeno hoy me parece de una ceguera ¿emocional? terrible.

¿Nacen niños necesitando ositos y trapos para dormir?

¿Qué es lo que necesitan biológicamente entonces los niños?
Evidentemente compañía, como el resto de primates durante los primeros años de su vida.

Todo lo demás, es ceguera emocional, egoísmo,adultocentrismo y ánimo de lucro. Disfrazarlo de "científico" habla tan mal de la ciencia...

Gracias por intentar poner luz.

Anónimo dijo...

Muy de acuerdo con el artículo y con Ileana.

Unknown dijo...

estoy de acuerdo con la posición de las autoras. Cada ser humano es único e irrepetible. Algunos niños duermen tranquilamente desde el primer día que nacen, en cambio otros son intranquilos, lloran mucho, despiertan en la madrugada, es posible que se adultos también sea así. Las diferencias biológicas nos hacen distintos. No podemos pretender los padres que los primeros años de nuestros hijos durmamos tranquilos, cada quien con su madurez y ambiente se va equilibrando. Me preocupa que se quiera medicalizar cada detalle del ser humano que no se tolera sin un adecuado enfoque holistico.
Raquel Gutierrez Medica de familiar, mama de 2
hijos, y tia de muchooooos sobrinos

María Jesús Esparza dijo...

Este tema siempre produce inquietudes y polémica. Yo como pediatra, y como madre (de hijos ya mayores) también creo que hay que respetar más lo biológico, lo de ser vivo que nace con instintos de supervivencia, como el contacto, el abrazo,...menos cochecito y más brazos.
Pero el ser humano ha evolucionado a querer controlar todo, y hay padres que por su forma de ser no conciben no ajustarse al reloj. Y en la consulta tenemos que respetarlos a todos, a los rígidos también. ¡Qué complicados nos hemos vuelto, con lo fácil que debía ser todo esto de la maternidad y paternidad!

Aborigen dijo...

Que se puede esperar de un pais donde a jornada laboral se alarga al infinito. Donde se cena a las diez y pico u once de la noche y se almuerza a las tres de la tarde con suerte. Donde el prime time televisivo es a las tantas. Donde nuestros horarios no tienen ni pies ni cabeza. Pues q somos un pais de mal dormidos y los niños son las victimas colaterales.

victoria dijo...

Me encanta el post. Te quiero pedir permiso para colgarlo en mi blog www.micrianza.blogspot.com

Y viendo esto, acabo de ver en psiquiatria.com un articulo en el que se aconseja dejar a los niños llorar por la noche:
http://www.apa.org/pubs/journals/dev/index.aspx

En esto parece que hay mas dogmatismo que ciencia, en cuyo caso creo que es mejor dejarse llevar por el sentido comun y el instinto.

María Jesús Esparza dijo...

Por supuesto que tienes permiso para colgarlo en tu blog Ruth, una máxima de nuestro grupo es la difusión del conocimiento sin barreras, aunque citando las fuentes.
Muchas gracias por tus palabras.

Ana Martinez Rubio dijo...

Creo que a muchos pediatras nos/les pasa (a veces me incluyo, en otros aspectos he cambiado de "fase") que cuando fueron padres aplicaron con más o menos éxito lo que ponían los libros sobre alimentación, sueño y crianza. Libros de los años 60-70 que eran dogmáticos, poco científicos, con muchos contenidos de tinte ideológico e influencia del conductismo naciente y pujante (ay, todavía)
Entonces para cambiar de mirada y de práctica primero deben perdonarse a sí mismos el haberlo hecho de otra manera con sus hijos y con muchos, muchos pacientes.
Y eso es difícil.
Resulta más fácil el mecanismo de defensa denominado "identificación con el agresor" (a mi no me pasó nada porque me dieran dos cachetes, por haber sido alimentado con biberones, por dormir solo desde los 3 meses ...)
Es difícil reconocer que estábamos equivocados, que dimos consejos desacertados (aunque fueran con buena intención, claro y siguiendo los protocolos de la época), que no contribuímos lo suficiente al bienestar de muchos niños.
Eso nos pasa por meternos en "jardines": si toda la carrera y la formación especialista se dirige a las enfermedades ¿qué hacemos dando consejos sobre zapatos, comidas, o... formas de dormir?
Es muy fácil recetar un fármaco nuevo, solicitar un test novedoso, aprender una técnicia +/-intervencionista, aplicar un protocolo "basado en evidencias"...
Pero es rematadamente difícil cambiar la forma de trabajar, de escuchar, de hacer entrevistas, en fin, cambiar la propia práctica en aspectos más personales
Seguimos (a veces, algunos, no todos) en el modelo patriarcal y jerárquico cuando en realidad ellos (las familias, los niños, los que opinan diferente, los que ya han paseado por internet, quienes desean criar a sus hijos con más abrazos y calidez...) tienen algo que decir. A veces solo diferente, otras importante, muchas interesante. En cualquier caso respetable. Incluso asumible.
Ellos son quienes deben elegir. Nosotros debemos preocuparnos de no hacer yatrogenia...

Gracias a las autoras, investigadoras y madres por la revisión.
Gracias María Jesús (y grupo PBE!!!) por sembrar sensatez sin perder el espíritu y crítico.

Me he suscrito al blog y buceando ... sigo encontrando ideas muy enriquecedoras, que contribuiyen a que la maternidad y la paternidad, toda la crianza y por supuesto el desarrollo de los niños sean más cálidos y pleno para sus protagonistas.

Sí, a veces lamento no haber hecho con mi hija o con mis pacientes de antaño algunas cosas que hoy recomendaría y haría con los ojos cerrados.
Me he equivocado tantas veces que he aprendido a perdonarme y a cambiar. Y ha valido la pena.

Ah, una nota más. He leído con interés la GPC del sueño. Prácticamente ninguna recomendación tiene evidencia que la sostenga. Ninguna de nivel A. La mayoría son opiniones de expertos... ¿de cuántos años? ¿de qué formación? ¿cómo criaron a sus hijos?

lamartinablanca dijo...

Hola, ¿habéis oído hablar de las geopatías?

Muchas veces todos estos problemas con el sueño de los pequeños son consecuencia del lugar sobre el que se ha colocado su cama o cuna.

Es mucho más común de lo que creemos el hecho que el lugar en que vivimos afecte al descanso y la salud de nuestros bebés, y a la nuestra también.
Os sorprenderíais de la cantidad de problemas que provocan ciertos lugares afectados por geopatías.
Si queréis saber un poco más al respecto, os recomiendo que visitéis el blog:

lamartinablanca.blogspot.com

Para preguntar cualquier cosa no dudéis en consultarme por mail.

Saludos