martes, 15 de enero de 2013

¿Por qué dudamos de si la leche de vaca es buena para los niños?


Este es el título de dos artículos publicados en Acta Pediátrica Española y que os recomiendo su lectura: se puede descargar el PDF gratuito desde estos enlaces (I y II). 

Creo que es clara la posición desde este blog (y desde la Pediatría) sobre el apoyo a la lactancia materna y el verdadero valor de la leche de vaca en la alimentación infantil, con algún post contundente, tipo "Que no. Que la leche no produce mocos"
Pero merece la pena una lectura juiciosa de estos artículos para explicar con claridad las dudas que hayan podido surgir por ciertas falacias y medias verdades frente a la leche de vaca en la alimentación infantil. En los últimos años han comenzado a circular, fundamentalmente a través de canales de información no profesionales, ideas sobre los perjuicios del consumo de la leche de vaca en la edad infantil. En la mayoría de ocasiones se trata de posturas apriorísticas con poco o ningún fundamento que las sustente. 

En los artículos se revisan los puntos que han sido, o son, objeto de controversia: 
- Ferropenia y anemia ferropénica 
- Intolerancia a la lactosa 
- Alergia a las proteínas de la leche de vaca 
- Riesgo aumentado de diabetes mellitus 
- Trastornos del espectro autista 
- Síndrome metabólico y otras enfermedades crónicas 
- Mucosidad y catarros.  

Argumentos claros para cualquier duda que la población pueda tener o se le pueda ocasionar con las noticias que se divulgan. 
Y como concluyen los autores: "La leche de vaca ha formado parte de la alimentación en gran parte de Europa en los últimos 10.000 años y, en su momento,la tolerancia a la leche constituyó una ventaja adaptativa. En los últimos 20 años, y con carácter creciente, han surgido algunas voces discrepantes al respecto, y también dentro de la comunidad científica. Sin embargo, la repercusión de estas discrepancias es muy superior a lo que podía esperarse de la mera discusión científica. La población debe recibir mensajes claros respecto a los hábitos saludables y a las recomendaciones dietéticas. A la luz de los datos científicos disponibles, debemos continuar recomendando que nuestros niños y jóvenes consuman leche y derivados lácteos diariamente en cantidades adecuadas".


5 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Durante la lactancia de mi primogénito (mi cobaya particular, pobret) tenía cólicos y un pediatra-privado, el de série no me valía (sí, la hormona te vuelve estúpida) me dijo que dejara yo de tomar leche de vaca, que no la necesitaba, que los humanos eramos los únicos animales que tomaban leche después de la lactancia.

Salí de allí tan deprisa que no pude decirle que, afortunadamente,también éramos los únicos animales que lavan y cocinan los alimentos que se comen.

Ah, un niño y algunos cólicos más tarde me di cuenta que la cebolla que yo ingería sí afectaba a sus cólicos.

Y, como dietista, enfermera y persona: de nada mucho es bueno. Hale.

Lola Alonso dijo...

Tengo 3 hijos que han tomado leche de vaca desde que terminaron leche de continuación, tras 6 meses de lactancia materna (en mis tiempos la baja maternal eran 3 meses y nada de hora de lactancia. Nunca he tenido una mala noche, jamás han sufrido cólicos. He disfrutado tanto de mis bebés que estaba tranquila, comían a sus horas, dormían su siesta y nunca los he llevado a sitios de adultos como bares, restaurantes, ferias, procesiones o cabalgata de Reyes magos. Un bebé en un carrito o silla de paseo lo unico que ve es gritos, voces, empujones, sitios irrespirables. etc. Es normal que toda esa sucesión de acciones molestas no la pueden digerir y el aparato digestivo es muy sensible a la ansiedad y nerviosismo.
Las necesidades diarias de productos lácteos hay que dar mucha importancia, y hablar con los padres, que por otra parte vienen muy informados de Internet, de paginas de intrusismo sin ningún fundamento científico. Yo siempre les digo que las páginas web autentificadas por asociaciones médicas, sólo podemos acceder profesionales. Les doy por escrito pautas y les tranquilizo.
Aunque algunos no hagan caso, a la tercera vez que vuelve a consulta o Urgencias, se van concienciando mucho mas.
ahora mis hijos tienen 25, 26 y 28 y siguen tomando 2 vasos de leche al dia y algunos yogourts.
Tenemos que tener mucha paciencia con los mayores, por lo general comprenden peor que lis niños. He tenido a niños obesos que han llevado mejor la dieta que sus progenitores.

Ileana Medina dijo...

Es que yo creo que hay dos -o más bien tres- cosas que no son muy "naturales" o "normales" en los niños pequeños, por más que nos digan que sí.

1.- Consumir leche de vaca en lugar de leche de su propia especie

2.- Padecer mocos todo el invierno, y a veces casi todo el año

3.- Escolarización tan temprana

Creo que las tres cosas pueden estar relacionadas entre sí, y que de cierto modo, son "síntomas" de una forma de criar -en la que me incluyo- que no es todo lo beneficiosa que pudiera ser para los niños.

Mi hija de 5 años se pasa casi todo el año con mocos, yo no le he quitado los lácteos aunque he tenido ganas de probar (tomó lactancia materna hasta los 4 años, pero además lácteos) porque es verdaderamente difícil en nuestra cultura sacar de la nevera quesos, yogures, helados, etc...

Si la ciencia no ha encontrado -hasta ahora- relaciones de causa/efecto entre la leche y los mocos, es posible que no las haya, pero sí que ambas sean concomitantes y síntomas a la vez de otro "malestar" mayor, un malestar en la cultura podríamos decir, en una cultura "destetada" e institucionalizada muy antes de tiempo.

Saludos!

Héctor Huertas dijo...

Magníficos artículos que tienden a poner las cosas en su sitio. Las conclusiones de trabajos experimentales o se investigación clínica no deben ser puestas a disposición de personas no profesionales, ya que su interpretación puede llevar a actitudes muy negativas, como ha ocurrido recientemente con el movimiento en contra de las vacunaciones infantiles, que tanto daño ha hecho. Héctor Huertas.

jesus dijo...

Buenos días. Soy médico de familia, en Andalucía. Tomo sustituto de leche(bebida de avena), por cierta intolernacia a la leche de vaca. Me explico, de hace muchos años tenía muchas veces digestinos pesadas; me dejé llevar por mi cuerpo (algo muy saludable para quien es capaz y tiene paciencia), dejé ciertos alimentos, pero seguía. Probé a cambiar la leche por la soja, y mejoró mi digestión, con menos gases también; ahora bien, las sojas están muchas de sabor desagradable, dí con las bebidas de sustitutos, y me va bien.
Ahora bien, mis niños siguen con leche, semidesnatada, hasta que como mínimo sean mayores de edad y puedan decidir, con elementos de juicio suficientes.
El cuerpo es sabio; a pesar de las tonterías que se oyen, y a pesar también de nosotros, muchas personas poco leídas, de campo, son capaces de ir adaptando su vida, su dieta, y con suerte tener buena salud a avanzada edad. No es lógico tener que recomendar a un paciente de 70 años con sobrepeso y gonartrosis que no siga con bocadillos de chorizo y frituras, debía haberlo aprendido ya.
Con respecto a la leche, es cierto que es muy frecuente ver personas que casi no la toman, probablemente también por intolerancias, y están sanas. Hay muchas fuentes de calcio en la naturaleza, tampoco hay que ser fundamentalistas de la leche, todo con moderación y atendiendo al bien de la persona