miércoles, 19 de junio de 2013

Formación y Evaluación basada en Competencias: los tiempos están cambiando en el MIR


En el reciente 62 Congreso Nacional de Pediatría se celebró la interesante Mesa redonda: "Papel de los tutores en la formación MIR en pediatría: los tiempos están cambiando" y con tres ponencias: 
- Formación y evaluación por competencias: un nuevo paradigma. Dr. Jesús Manuel Morán Barrios, Hospital Universitario de Cruces, Barakaldo. Vizcaya. 
- Las nuevas tecnologías en el aprendizaje MIR: ¿son realmente útiles?. Dr. Javier González de Dios. Hospital General Universitario de Alicante. 
- La formación MIR de pediatría en atención primaria: ¿con quien, cuánto y cómo?. Dr. Venancio Martínez Suárez. C.S. El Llano, Gijón. 

Creo que dicha mesa redonda da lugar a sendas reflexiones, y que estableceremos en los tres siguientes posts. Hoy comenzamos con las reflexiones de una gran experto en docencia MIR, el Dr. Jesús Manuel Morán Barrios. 

La formación de profesionales de Ciencias de la Salud exige una reflexión permanente para dar respuesta a una sociedad en continua transición, máxime cuando se viven momentos sociales y económicos tan delicados como el actual que influyen directamente en el mundo sanitario. 
La Formación y Evaluación basada en Competencias (FBC) se erige como el camino a seguir para dar una respuesta a los retos socio-sanitarios actuales. Se centra en el aprendizaje (discente) y no en la enseñanza (docente), y en resultados; flexibiliza el desarrollo de los programas en función del ritmo de aprendizaje y enfatiza la evaluación formativa y la rendición de cuentas. 
La evaluación de las competencias, motor del aprendizaje, solo es posible realizarla en la acción, mediante la observación del comportamiento del profesional en contextos o situaciones profesionales concretas por uno o varios observadores, o por resultados del trabajo realizado. 
Antes de comenzar a evaluar, debemos definir los perfiles profesionales, cambiar nuestros métodos educativos y formar a los evaluadores. En este sentido, las sociedades científicas y los profesionales, tienen mucho que decir, y es desde la FBC donde es posible hacer avanzar hacia la excelencia a nuestro prestigioso sistema MIR

No es posible establecer sistemas educativos y complejos procesos de evaluación, tanto en el grado como en la formación especializada, si no está previamente definido qué profesional se precisa y para qué sociedad. Esto implica un nuevo profesional, donde la solidaridad, el liderazgo y la corresponsabilidad con la sostenibilidad del sistema sanitario público sean valores fundamentales. Tal compromiso se ha de centrar en una formación que potencie, entre otros aspectos: la convivencia entre las distintas culturas, el aprendizaje a lo largo de la vida, la autonomía y responsabilidad personal y profesional, una visión universalista, y el pensamiento crítico, creativo y solidario. En definitiva, la formación debe de hacer énfasis en los principios del “profesionalismo” o profesionalidad que implican un compromiso con: 
1.La competencia: aprendizaje a lo largo de toda la vida profesional
2.La honestidad con los pacientes 
3.La confidencialidad 
4.El mantenimiento de unas relaciones apropiadas con los pacientes 
5.La mejora en la calidad de los cuidados 
6.La mejora en el acceso a los cuidados 
7.La justa distribución de recursos finitos 
8.El conocimiento científico: integridad en el uso del conocimiento y la tecnología 
9.El mantenimiento de la confianza en la gestión del conflicto de intereses 
10.Las responsabilidades profesionales: trabajo colaborativo, autorregulación. 

Ello implica trabajar por y para la excelencia teniendo en cuenta estos objetivos: 1) la atención prioritaria al interés de los pacientes, 2) la colaboración con los demás profesionales sanitarios, 3) la preocupación por una buena imagen de la profesión y 4) la apertura al conocimiento humanista.  

Pasamos de “la evaluación del aprendizaje” a “la evaluación para el aprendizaje” siendo la clave el feedback y el tutor. Por parte de los residentes exige una autoevaluación, un compromiso explícito con su propio proceso formativo y una reflexión continua, documentando los puntos fuertes y débiles. 
La reflexión es la clave del proceso de la FBC y del desarrollo profesional.

1 comentario:

María Teresa García Ballesteros dijo...

Me alegra encontrar en este análisis la frase: de “la evaluación del aprendizaje” a “la evaluación para el aprendizaje”.
Y quiero llamar la atención sobre la importancia que para fomentar el aprendizaje tiene el punto 8 de los principios del profesionalismo:
8.El conocimiento científico: integridad en el uso del conocimiento y la tecnología.
Para cubrir este objetivo es necesario incidir en el conjunto de las competencias informacionales de los médicos en formación, una tarea en la que estamos comprometidos los profesionales que trabajamos en Información Científica desde las bibliotecas de centros sanitarios.