sábado, 22 de noviembre de 2025

Cine y Pediatría (828) “La acusación” que puede acosar a cualquier profesor


El cine en francés pocas veces deja indiferente. Y he aquí un ejemplo más y relacionado con ese subgénero alrededor de la docencia al que tanto se acerca la filmografía en este idioma. Hoy hablamos de La acusación (Teddy Lussi-Modeste, 2024), film basado en hechos reales, incluyendo la experiencia personal del director, quien participó en el guion junto con Andrey Diwan (a la que conocimos dirigiendo El acontecimiento en el año 2021). Porque esta obra cinematográfica se mantiene bastante fiel a la esencia del caso real vivido por el director, pero con licencias en la narrativa para potenciar la fuerza del mensaje sobre la educación, la injusticia social, la dignidad personal y la fragilidad institucional.  

La acusación narra la historia de Julien (François Civil), un joven profesor de instituto que intenta enseñar desde la confianza y conexión con sus alumnos. De pronto, Leslie (Toscane Duquesne), una tímida e introvertida alumna adolescente, realiza un escrito en el que manifiesta que es acosada por este profesor de francés en el Instituto Paul Eluard. Desde el centro se llama a la familia, y se presenta el hermano de Leslie, quien se pone agresivo contra ella y contra el profesor. De aquí devienen una denuncia… y a partir de ahí la película se desarrolla como un thriller escolar donde lo que importa no es solo la acusación en sí, sino cómo esta afecta profundamente las relaciones humanas, la confianza y la dignidad. Se ve amenazado y ni el director ni la policía le van a proteger. Sigue esperando el hermano de Leslie a la puerta del instituto y se ve obligado a salir como un ladrón de la escuela. No ha hecho nada, pero hay un juicio ya sobre él… “La policía dice que no le hablemos”, le dicen otros alumnos en el patio. 

Porque Julien nos es presentado como un idealista que lucha por educar desde la confianza en un instituto difícil, con alumnos de diferentes nacionalidades. Sin embargo, esta postura no es comprendida ni apoyada por algunos de sus compañeros de claustro, y pronto se encuentra aislado, enfrentando la desconfianza incluso de sus colegas y la administración. Su orientación sexual también hace más compleja la trama, pues no puede ocultarla para defenderse, poniendo en evidencia prejuicios sociales latentes. Julien es gay y le dice a su pareja: “No diré que soy gay solo para demostrar que no me gusta una niña”. Esta situación sin aparente fundamento desata un torbellino de rumores, sospechas y violencia, tanto en la comunidad escolar (donde ve las diferentes reacciones de sus compañeros y la actitud pasiva del director) como en la vida personal del profesor (crece la tensión con su pareja). 

Alumnos maleducados, envalentonados, se la saben todas y no saben nada… Una jauría en el aula que se vuelve contra él. Hasta la delegada del curso escribe en un diario todo lo que cree ver del profesor para contárselo a la policía, y llega a escribir: “El profesor se muerde el labio como en una película porno”. La escena del claustro de profesores no es mucho más tranquilizadora. 

En el tramo final Julien llega a confesarle: “Ya no sé qué puedo hacer…En casa solo hablan de esto, no puedo más. Me equivoqué, pero no puedo decirlo. Ya es tarde. Mi hermano me da miedo. Se lo conté a mi madre y me pidió que no dijera nada. Ella también le tiene miedo. Cuando se enfada nos da miedo, ¿sabe? Supongo que me odia”. La espiral de acoso que se desata sobre Julien y Leslie retrata con realismo la fragilidad humana ante la sospecha y la presión social. Porque ambos, acusadora y acusado, son víctimas de una dinámica de incomprensión, manipulación y un sistema educacional y social incapaz de gestionar estos conflictos con prudencia. Muy conseguida la escena del simulacro final en el instituto con la que finaliza. Fundido en negro y el mensaje “Inspirado en una historia real”. 

La acusación profundiza en la dignidad personal como conflicto moral: hasta qué punto uno debe sacrificar su intimidad y verdad para sobrevivir socialmente ante una acusación. También pone el foco en la precariedad y torpeza de las instituciones, incapaces de proteger ni a acusados ni a presuntos víctimas, evidenciando un sistema administrativo e institucional roto. Y un tercer gran tema es el cuestionamiento de la presunción de inocencia y el poder destructivo del rumor y la desinformación en la esfera pública, especialmente cuando se trata de temas tan delicados como la sospecha de abuso sexual. La manera en que se examina la dignidad del profesor frente a una comunidad que ya ha emitido su juicio invita a reflexiones sobre justicia, verdad, prejuicio, y el impacto de la cultura del juicio rápido. Y todo ello en el entorno de las aulas, un espacio vulnerable que refleja y sufre las fracturas sociales más amplias, mostrando la dificultad de mantener ideales pedagógicos éticos en un entorno muchas veces hostil o indiferente. 

La acusación invita a una mirada crítica al impacto devastador de las acusaciones falsas y de la cultura del juicio social, así como a una reflexión profunda sobre la integridad personal y las limitaciones de los sistemas para proteger la justicia y la verdad en contextos complejos como el educativo. Decir que esta historia no ha pasado desapercibida y ha generado debate en la opinión pública francesa y en ámbitos educativos, reforzando legal y pedagógicamente la prevención y gestión del acoso y abuso, tratando de equilibrar la protección a los vulnerables y el respeto a la presunción de inocencia en un contexto donde casos como el expuesto han puesto de relieve las carencias del sistema. 

Ni que decir tiene que esta historia no parece nueva y guarda similitudes con varias películas que abordan falsas acusaciones y el impacto social y personal de estas en contextos educativos y judiciales. Y, sin duda, la principal comparación es con la película danesa La caza (Thomas Vinterberg, 2012), película que nos dejó sin aliento al ser partícipes de la historia de ese profesor de primaria acusado falsamente de abuso sexual por una pequeña alumna y cómo esta acusación destruye su vida y reputación. Ambas películas comparten una atmósfera tensa, dramática y realista, y abordan temas como el efecto devastador del rumor y la estigmatización social. Pero además, también cabe relacionarla con películas que subrayan lo complicado que lo tienen los profesores para impartir una educación en valores, especialmente cuando los alumnos son adolescentes, y la reciente película alemana Sala de profesores (Ilker Çatak, 2023) es un buen ejemplo.   

Y si agitamos La caza con Sala de profesores es posible que nos acerquemos a La acusación.

 

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