martes, 4 de enero de 2011

Ley antitabaco sí, fomento de la delación no


Igual esta entrada sorprende a algunos. O igual no. Vaya por delante que soy partidario de la Ley antitabaco.

No soy fumador. Nunca he fumado. Como médico, además, sé de sobras los perjuicios que el consumo de tabaco conlleva. Es una tragedia que se traduce en forma de enfermedad, en forma de costes sanitarios derivados del tratamiento de las mismas. Es por todo ello que me parece más que razonable que se impongan restricciones a su consumo. Por mi (porque no tengo por qué aspirar el humo de otros), por los demás (por los que fuman porque sé lo que les puede suceder y por los que no fuman y se convierten en fumadores pasivos, pudiendo desarrollar las mismas enfermedades que los fumadores). Y las leyes antitabaco parecen funcionar. Aquí van unos datos:

Las legislaciones antitabaco que ya funcionan en otros países están demostrando ser eficaces para disminuir la incidencia de diversas enfermedades. Sabemos que en Escocia, la legislación antitabaco se ha asociado a una reducción del porcentaje de ingresos por reagudización asmática en niños. En población adulta, las leyes antitabaco se han seguido de una disminución en el porcentaje de ingresos por síndrome coronario agudo y una disminución de los infartos de miocardio. Las enfermedades respiratorias en empleados de hostelería también han disminuido después de la aplicación de estas leyes. Las restricciones antitabaco parecen seguirse de una disminución de la exposición no deseada al mismo.

Lo que ignoro es si las legislaciones antitabaco que ya funcionan en otros países contemplan la delación.

Quiero pensar que no, que es sólo en nuestro país donde, desde el mismo día de la entrada en vigor de la Ley antitabaco, se anima alegremente a la población, a cada uno de nosotros, a convertirnos en policías de nuestros vecinos, de nuestros compañeros de trabajo, de cualquier persona o centro, sanitario o no, que presuntamente esté incumpliendo la nueva ley. Algunas asociaciones de consumidores ya están animando a ello.

Las alarmas se me disparan cuando resulta que la propia Ministra de Sanidad de mi país me anima a convertirme en delator ("Pajín anima a denunciar a los fumadores que incumplan la nueva ley", "Pajín recuerda: 'cualquiera puede denunciar'). Y que dicha conducta se nos intente vender como un "deber cívico".

Entiendo que la aplicación de la ley antitabaco debe seguirse de un sistema que garantice su cumplimiento. Y es el Gobierno quien debe establecer ese sistema mediante los sistemas de inspección pertinentes. Pero desde luego me parece propio de un estado policial convertirnos a todos en vigilantes de lo que hacen o dejan de hacer las personas con las que convivimos.

Espero de mi Gobierno que la ley se aplique. Pero también espero que nos trate a todos los ciudadanos como personas adultas y responsables, capaces de cumplir la ley por nosotros mismos. Y desde luego lo que no espero de mi Gobierno es que me inste a convertirme en delator de nadie. No soy fumador, recomiendo como pediatra encarecidamente a los padres y madres de los niños que controlo que dejen de fumar si lo hacen, por su bien y por el bien de sus hijos, pero soy médico en mi ámbito laboral y una persona normal y corriente el resto del tiempo. No soy un policía.

5 comentarios:

Honorio dijo...

Absolutamente de acuerdo con la entrada. Estas prácticas de delación que nos intentan vender en los últimos años desde algunas administraciones públicas empiezan a recordarme otros tiempos felizmente superados. Ya hemos conocido casos de delación por rotular en español. Propuestas de que los niños delaten a sus compañeros por hablar en nuestro idioma común.
Puestos a delatar: ¿para cuándo una policía ciudadana, unas brigadas callejeras? Propongo denunciar al dueño del perrito que contamina mis aceras, propongo mandar fotos de ese ciudadano que utiliza bombillas incandescentes, animo a hurgar en la basura del vecino para buscar restos de la insana fast-food. ¿Para cuándo una ley anti-chuches? ¿Cuánto nos cuesta a los españoles el tratamiento de las caries que éstas causan? Estamos en manos de unos mercachifles de la estupidez, de lo políticamente correcto, que nos entretienen con polémicas populistas innecesarias y peligrosas. Ya mi compañero de trabajo puede ser mi delator, mi vecino un espía del régimen. Pena, mucha pena.

cristobal dijo...

Gracias por tu comentario. Básicamente, estamos de acuerdo.

Un saludo.

doctorin dijo...

Pues yo no estoy nada de acuerdo. Por fin tenemos una ley que protege el derecho a no fumar el humo que los demás. Si quiero entrar en una cafetería y encuentro a alguien fumando a mi lado, le recordaré a él y al dueño que está prohibido y, si sigue fumando, no tendré el menor reparo en denunciar. No estamos hablando de delatar por delatar, sino de poder denunciar comportamientos que me perjudican directamente.

Supongo que si un día no puedes salir de casa en coche porque alguien ha aparcado delante del vado también llamarás a la grúa. Sólo falta que luego te llamen "chivato".

cristobal dijo...

La comparación no me parece demasiado acertada. Desde luego, llamaré a la grúa...

...Pero lo que no voy a hacer es pasearme por la ciudad para detectar coches mal aparcados y denunciarlos. Para ello el Estado dispone de sus propios mecanismos para hacer cumplir la ley (que, por cierto, en la ciudad en la que vivo funcionan de miedo por la cantidad de multas que ponen y la asombrosa diligencia de la grúa municipal). Que los use.

Un saludo.

doctorin dijo...

Efectivamente, no se trata de ir por ahí en plan policía. Pero es que la Ministra de Sanidad no ha hecho ningún llamamiento en ese sentido, por mucho que algunos medios escriban titulares haciendo entender eso.

Escuchando la entrevista de la cadena SER que tú mismo enlazas me parecen unas declaraciones bastante razonables en las que, a la vez que destaca la normalidad con la que se ha implantado la nueva Ley, contesta a una pregunta del periodista recordando la posibilidad de que los propios ciudadanos pueden denunciar el incumplimiento de la ley. No veo cazas de brujas por ningún lado.