miércoles, 31 de agosto de 2022

Sumisión química: conocer para evitar


La sumisión química se define como la administración de una sustancia con efectos psicoactivos a una persona sin su conocimiento, con el fin de modificar su estado de consciencia, su comportamiento o anular su voluntad. En tal estado de sumisión, la persona, independientemente de su sexo, puede ser víctima de cualquier tipo de delito (robos, acosos, abusos y agresiones sexuales). Sin embargo, los delitos más frecuentes son de índole sexual y la víctima es, en su mayoría, una mujer joven menor de 30 años. Se han descrito más de treinta sustancias implicadas en casos de sumisión química y el alcohol etílico y los hipnóticos son las más frecuentes. 

No es un tema nuevo, pero en los últimos años este fenómeno ha adquirido una notable relevancia por el incremento de los casos y su importante repercusión social y sanitaria. Y sobre todo, por su amplia repercusión en los medios de comunicación en los últimos meses. Por su importancia, antes y ahora, cabe revisar este tema y conocer los protocolos de actuación que se están poniendo en marcha en los distintas consejerías de salud, en muchos casos con un procedimiento coordinado de actuación entre sanitarios y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. 

Teniendo en cuenta el protocolo activado en la Comunidad Valenciana, el nuevo documento establece que se deberá informar a la víctima de la conveniencia de formalizar denuncia para continuar el proceso judicial, incluso “en el caso de únicamente haber recibido un pinchazo sin clínica de ningún tipo, ya que este también es un delito penal”. Si decide denunciar, se contactará desde Urgencias con las Fuerzas de Seguridad y en los casos de un diagnóstico de sospecha confirmado de sumisión química se comunicará al Juzgado de Guardia. 

De este modo, la Conselleria establece un procedimiento de actuación normalizado y homogéneo para la detección clínica y atención ante la sospecha de sumisión química y conseguir que la intervención médica asistencial y, si procede, la intervención de medicina forense sea lo más precoz posible. Así, en el caso de una atención ambulatoria la posible víctima de sumisión química se remitirá al Servicio de Urgencias del hospital, mientras que la atención extrahospitalaria de un posible caso se reducirá a lo estrictamente necesario para evitar tardanzas y duplicidad en la exploración y en el relato de los hechos, dado que se ha de remitir sin demora al hospital. 

Ante la llegada a un hospital de una persona que declara haber sido víctima de posible caso de sumisión química, o únicamente de un “pinchazo”, el jefe de la guardia será responsable de coordinar y garantizar el cumplimiento del presente protocolo. Además, se recalca que tanto si se confirma como si se descarta la agresión sexual, la víctima será atendida en un área donde se le pueda garantizar la mayor privacidad posible. Lo primero que harán los facultativos será la recogida de muestras para tóxicos, dado que desaparecen con el tiempo, se detallarán los síntomas y se registrará el consumo voluntario de medicamentos o cualquier tipo de sustancias psicoactivas por parte de la víctima que pueden enmascarar los síntomas propios de la intoxicación delictiva. 

La atención incluirá una exploración física y un parte de lesiones. Ante la sospecha de que además haya habido una agresión sexual se contactará con el Servicio de Ginecología y el médico forense de guardia, se informará a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y se activará el protocolo para estos casos. Sanidad recalca que se debe garantizar “la trazabilidad, autenticidad e integridad” de las primeras muestras obtenidas por el centro sanitario ya que pueden constituir una prueba. Además, se valorará proporcionar a la víctima profilaxis frente al VIH y VHB, y en los casos de sospecha de contacto sexual se le practicará asimismo una prueba de embarazo y profilaxis antibiótica para infecciones de transmisión sexual, así como estudiar la necesidad de una profilaxis antitetánica. 

Según la sintomatología que se presente, se decidirá si precisa o no ingreso hospitalario y la pertinencia de derivación a otros recursos asistenciales. En todo caso, se remitirá para su posterior control y seguimiento por Atención Primaria u hospitalaria, si necesitara profilaxis postexposición. 

Se distinguen tres tipos de sumisión química: la oportunista (cuando la víctima ingiere de manera consciente y voluntaria drogas o bebidas alcohólicas, y el agresor aprovecha su estado para cometer los delitos), la proactiva (el agresor intoxica a la víctima de forma deliberada sin consentimiento ni conocimiento de ésta) y la mixta (si se combina el consumo voluntario e involuntario de sustancias). 

Para constatar que este es un tema ya conocido, os dejamos en este enlace esta Guía informativa sobre sumisión química para adolescentes y jóvenes publicada hace más de cuatro años en la revista Cuadernos de Medicina Forense. 

Y recuerda que, ante una sospecha de sumisión química: 
- Pide ayuda 
- Acompaña a la víctima en todo momento 
- Observa los síntomas 
- Acude a #urgencias o llama a Emergencias 
- Denuncia

Os dejamos en este enlace la reciente nota informativa de la SEUP (Sociedad Española de Urgencias de Pediatría) acerca de la actitud en urgencias ante un paciente que haya sufrido una agresión mediante pinchazo.

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