sábado, 6 de diciembre de 2025

Cine y Pediatría (830) “El amor de Andrea” y su Juan Salvador Gaviota

 

El almeriense, nacido en El Ejido, Manuel Martín Cuenca se ha consolidado con un cine de autor tras una trayectoria previa por el cortometraje y el documental. Su ópera prima de ficción fue La flaqueza del bolchevique (2003), un peculiar romance entre un adulto (Luís Tosar) y María, una adolescente de 15 años (María Valverde, quien obtuvo el Goya a Mejor actriz revelación), adaptación de la novela homónima de Lorenzo Silva. Luego llegaron Malas temporadas (2005), La mitad de Óscar (2010), Caníbal (2013), El autor (2017) y La hija (2021), un enfermizo thriller sobre otra forma de ver la maternidad subrogada a través de Irene (Irene Virgüez), una adolescente de15 años, una historia sobre la pesadilla que supone cumplir tus sueños.  

Y ahora llega su última obra, El amor de Andrea (2023), un retrato sobrio y muy emotivo de una adolescente de 15 años (Lupe Mateo Barredo, enamora a la cámara) que pelea, casi en silencio, por recuperar el vínculo con un padre que la ha abandonado afectivamente. El filme emociona precisamente porque rehúye el melodrama fácil y trabaja con miradas, silencios y gestos mínimos que dejan al espectador espacio para pensar. Una película rodada en Cádiz, todo un tributo a la ciudad (con su Catedral, el Campo del Sur y Malecón, la Alameda de la Apodaca, el Parque Genovés y la mítica playa de la Caleta), y que cuenta de nuevo con la música del grupo Vetusta Morla (ya presentes en su película anterior). 

Se nos presenta a Andrea, quien cuida de sus dos hermanos pequeños (Fidel y Tomás), los lleva y recoge del colegio, juega con ellos en la playa o en el parque, les ayuda con los deberes, les prepara la cena y les acuesta. Cuando llega la noche, regresa la madre a casa, cansada de trabajar, pues el padre ha rehecho su vida con otra familia y ha cortado prácticamente la relación con ellos, sin pasarles tampoco ninguna manutención. Y ya en ese primer día vemos a Andrea con un libro entre las manos, el icónico “Juan Salvador Gaviota” de Richard Bach que tanto nos inspiró a los adolescentes de la década de los 70 y 80. Un libro que no pasará desapercibido en la historia… 

Toda la película se articula alrededor del empeño de Andrea por “recuperar el amor de su padre”, viaje que comparte con sus hermanos en una especie de odisea cotidiana por Cádiz, incluso tomando el barco que les lleva al Puerto de Santamaría, donde trabaja y vive ahora. Tantas obligaciones y ese pesar, hace que falte en ocasiones a clase, por lo que su tutor le dice: “Tengo mucha confianza en ti y no quiero que te pierdas en el camino”. Y en el colegio conocemos a Abel, un chico de su clase que se nota que está colado por ella, aunque ella está en otras luchas. Andrea intenta entender por qué sus padres se separaron: “Mamá, ¿qué pasó entre tú y papá?... ¿Pero tú le querías?”. Su madre sigue muy dolida y le dice: “Que tu padre no quiere verte. Que tienes que dejar de soñar…”.  Aunque la joven lo tiene muy claro: “Vosotros os separasteis. Pero nosotros seguimos siendo los hijos, de los dos”. 

La situación llega a una jueza, a quien le dice: “De mi padre quiero que me quiera. Bueno, que se ocupe de mí… Una respuesta suya y que me diga mirándome a la cara cuál es la situación, tanto si es buena como mala”. Finalmente el padre accede volverse a ver con sus hijos. Y en la comida que tiene padre e hija, esta le pregunta que por qué le regaló el libro de “Juan Salvador Gaviota”, pero el padre no lo recuerda… Es posible la escena que condensa algo muy duro para ella, pues se da cuenta que no puede tener el amor que busca. Pues ella se aferraba a ese libro lleno de mensajes y su padre ni lo recordaba. 

Y con ello llegamos a esas dos escenas finales en la playa de la Caleta. Una con Andrea, con su padre y sus dos hermanos en un día gris y ventoso. La otra con Andrea, Abel y sus dos hermanos en un día soleado. Y ese final esperanzador con los dos amigos tumbados en la arena con las manos entrelazadas y mirando al cielo. Quizás entonces se da cuenta de que esa es su familia y quienes lo aman. Andrea aprende que también los adultos se equivocan y que el amor no es el que nos imaginamos, que el amor no se demanda, lo da quien lo tiene… 

El valor de esta película es cómo nos presenta el abandono de estos hijos sin desbordamientos dramáticos. Hay una tristeza de fondo, una desilusión profunda ante unos progenitores ensimismados en su dolor, que priorizan sus rencores y nuevas vidas por encima del bienestar emocional de los hijos. Pero también hay mucha ternura, la que esta adolescente “adulta”, sometida a una madurez forzada, vuelca sobre sus hermanos. Y para reforzar esa sensación de cerco emocional, Manuel Martín Cuenca usa el formato 4:3, y también apuesta por actores no profesionales y una puesta en escena minimalista, casi transparente, que busca registrar la vida tal como ocurre, sin subrayados. 

El amor de Andrea es una meditación sobre la paternidad, la maternidad y la “fides”: la lealtad y la responsabilidad hacia quienes dependen de ti. El film muestra cómo el divorcio mal gestionado puede convertirse en una guerra donde los hijos se vuelven rehenes emocionales, víctimas de chantajes, mentiras y silencios. Invita a pensar en el daño silencioso del abandono emocional y en la responsabilidad adulta frente al deseo muy simple de una hija: ser vista, escuchada y querida sin condiciones. 

Y es posible que Andrea siga leyendo “Juan Salvador Gaviota” y reflexionando sobre algunos de esos mensajes inspiradores que otros adolescentes intentamos hacer nuestros: “Tienes la libertad de ser tú mismo y nada se puede poner en tu camino”, “Rompe las cadenas de tu pensamiento, y romperás también las cadenas de tu cuerpo”, “Nunca te es concedido un deseo sin que te sea concedida también la facultad de hacerlo realidad, pero es posible que tengas que luchar por él”, “Las cosas más simples son a menudo las más reales”, “Una etapa ha terminado, y ha llegado la hora de que empiece otra”,… 

Y hoy hemos conocido un poco más el cine de Manuel Martin Cuenca, un director que contó con tres adolescentes de 15 años en tres películas clave de su filmografía: al principio fue María en La flaqueza del bolchevique, luego Inés en La hija, y ahora Andrea en El amor de Andrea. Y a esa edad yo también leí "Juan Salvador Gaviota" para aprender a volar...

 

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Inteligencia artificial para la investigación científica

 

La inteligencia artificial (IA) está transformando numerosos aspectos de la sociedad y el ámbito educativo e investigador es uno de ellos. En concreto, la IA optimiza los procesos de búsquedas bibliográficas y documentales, da soporte a la creación de contenidos y puede mejorar significativamente los procesos de investigación científica: analizar nuevos puntos de vista en una investigación, mejorar el contexto y planteamiento de las metodologías e hipótesis, perfeccionar el análisis de datos y hechos, generar y traducir textos para la investigación, realizar correcciones gramaticales en una publicación, obtener resúmenes de otros trabajos en cualquier idioma, en definitiva, mejorar todos los procesos que intervienen en la investigación científica. 

En este entorno, surgen nuevos retos éticos dada la complejidad de los algoritmos con los que se trabaja, el problema de la originalidad y el plagio tiene que ser abordado con un enfoque actual, sin olvidar el tema de la privacidad y la protección de datos, la integridad académica y la propiedad intelectual, la IA es un complemento en el proceso de investigación, pero hay que usarla con responsabilidad, aportando transparencia y sabiendo los riesgos e implicaciones que conlleva. 

¿De qué herramientas IA disponemos para la investigación científica? 

El catálogo es muy amplio, y tendremos que aprender a seleccionar aquellas que se ajusten a nuestras necesidades y evaluar la que mejor se adapte al objetivo de cada investigación. Aquí tenemos una breve selección de algunas que incorporan una versión gratuita y de uso libre: 

- Copilot (BingChat Enterprise) de Microsoft: es un chatbot basado en la tecnología de IA generativa de OpenAI, 

- ChatGPT: es un sistema de chat basado en el modelo de lenguaje de inteligencia artificial GPT, desarrollado por la empresa OpenAI, con capacidad de generar textos coherentes y que permite interactuar a las máquinas con el leguaje natural. 

- ChatPDF: utiliza la tecnología de ChatGPT y permite subir documentos en pdf a la plataforma para interpretarlos, hacer resúmenes o reescribirlos. 

- Consensus: es un motor de búsqueda experta de IA para la investigación. 

- DALL-E 2: es un modelo de asistencia de IA para la creación de imágenes a partir de descripciones de texto. Utilizando la tecnología de OpenAI y de Bing. 

- DeepL; es un servicio de traducción automática.

- Elicit: es una herramienta basada en la inteligencia artificial para hacer la revisión de literatura científica sobre un tema. 

- Gemini: es la plataforma de chat de acceso a la IA de Google. 

- GitHub Copilot: es una herramienta de inteligencia artificial desarrollada por OpenAI y Github que funciona como un asistente inteligente para ayudar a los desarrolladores a crear código. 

- Google Assistant: es el asistente virtual de Google. 

- Grammarly: es un asistente para la escritura en inglés, revisa errores de ortografía, gramática, puntuación y coherencia de los textos académicos y de investigación. 

- Humata: es una herramienta basada en IA para interactuar con los archivos PDF. 

- Jasper: es una herramienta de IA para la creación de contenidos y escritura de textos. 

- Midjourney: sistema de IA para crear imágenes a partir de descripciones textuales 

- NotebookLM: asistente de investigación basado en IA de Google Workspace que ayuda a interactuar con tus propios documentos y fuentes de información, como PDFs, presentaciones y videos de YouTube. 

- Paperpal: es una herramienta basada en tecnología IA para la asistencia en la escritura académica, detectar errores complejos de escritura y ofrecer sugerencias de escritura. 

- Perplexity: es un buscador conversacional impulsado por IA que proporciona respuestas precisas a preguntas complejas utilizando modelos de lenguaje avanzado, funciona como un asistente virtual. 

- Research Rabbit: es una plataforma online para buscar artículos de revistas académicas por temas o por autoría, además permite la búsqueda de artículos relacionados con el artículo que hayamos buscado y los citados. 

- Scite.ai: es una herramienta de IA muy útil para descubrir y comprender mejor los artículos de investigación a través de las citas y de sus contextos. 

- Stable Diffusion: es un modelo de aprendizaje automático desarrollado por Runway y LMU Múnich para generar imágenes digitales de alta calidad a partir de descripciones en lenguaje natural o de estímulos.
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¿Cómo citar contenidos generados con IA? 

El uso de la IA para la generación de contenidos o para su reelaboración ha planteado la necesidad de citar esa información en los trabajos académicos y de investigación, aunque no proceda de una autoría humana. En los trabajos de investigación debe ser descrito el empleo de IA en la metodología, en la introducción o en los agradecimientos, y se debe recoger la aplicación que se ha hecho de ella en cada momento del proceso, en concreto se debe indicar: el nombre del lenguaje o la herramienta utilizada, la versión que se ha utilizado, nombre de la compañía propietaria o que ha creado esa aplicación de IA, la petición o prompt que ha generado la respuesta y la fecha en la que se generó el contenido. 

Cada estilo de citación ha elaborado sus propias normas o recomendaciones y que cabe revisar, bien sea Vancouver, APA, Chicago, MLA o Norma ISO 690.

lunes, 1 de diciembre de 2025

Lectura crítica (I): Fundamentos, herramientas y su aplicación en artículos científicos sobre pronóstico y efectos perjudiciales

 

Siguiendo con los artículos encargados por Anales de Pediatría al Comité de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP-AEPap hoy compartimos el titulado “Lectura crítica (I): Fundamentos, herramientas y su aplicación en artículos científicos sobre pronóstico y efectos perjudiciales”, un artículo que analiza los cinco pasos estructurados (pregunta, búsqueda, lectura crítica, aplicabilidad y adecuación) de la Medicina basada en la evidencia (MBE) y se adentra en el necesario camino de la valoración crítica de estudios (y lo iniciamos con los estudios sobre factores pronósticos y de riesgo, a través del análisis de estudios observacionales - cohortes y caso-control -). El artículo completo se puede revisar en este enlace.  

El eje central de la MBE es la lectura crítica, que se nutre de los dos pasos previos y da respuesta a los dos pasos finales. Para poder realizar una valoración crítica de documentos científicos se deben adquirir las destrezas y habilidades necesarias. Consta de tres etapas: juzgar si son válidos (próximos a la verdad y con rigor científico), decidir si son importantes o relevantes (y, en consecuencia, valiosos en potencia para el lector) y determinar si son aplicables en la práctica clínica habitual. Es lo que desde el Comité de Pediatría Basada en la Evidencia hemos definido como aplicar la VARA metodológica, acrónimo de VAlidez científica, Relevancia (o importancia) clínica y Aplicabilidad en la práctica clínica. 

Siguiendo las recomendaciones del Evidence Based Medicine Working Group (EBMWG), analizaremos la validez, importancia y aplicabilidad de artículos sobre pronóstico y efectos perjudiciales, respondiendo en cada paso a una serie de preguntas (según versión adaptada del grupo CASPe).