sábado, 26 de mayo de 2018

Cine y Pediatría (437). “Soy Unoentrecienmil” y reclamo investigación frente a la leucemia infantil


Penélope Cruz se ha asomado en dos ocasiones ya a Cine y Pediatría, con las películas Volver a nacer (Sergio Castellito, 2012) y con ma ma (Julio Medem, 2016) En ambas con dos interpretaciones principales muy duras, con dos guerras de trasfondo: en la primera, la Guerra de los Balcanes, y en la segunda la guerra frente al cáncer de mama. Y hoy vuelve Penélope Cruz pero como directora, con lo que es su estreno en este rol, y lo hace con una película del año 2016, Soy Unoentrecienmil, un documental de tan solo 41 minutos y cuyos beneficios serán para la Fundación Unoentrecienmil para colaborar en la lucha contra la leucemia infantil. Una película que queda en familia, porque Penélope Cruz también es la guionista y su hermano Eduardo Cruz el responsable de la música. 

Y en la web de la Fundación Unoentrecienmil se explica qué es la leucemia, el tipo más común de cáncer en niños, un cáncer donde la médula ósea produce glóbulos blancos anormales. Y estas células reemplazan a las células sanguíneas sanas y dificultan que la sangre cumpla su función. Porque el cáncer infantil es considerado, en general, una enfermedad rara: entre el 1% y el 3% de todos los casos de cáncer afectan a los niños. En España, alrededor de 1.200 niños son diagnosticados de cáncer cada año y aproximadamente la mitad de estos sufren una leucemia o un linfoma. De estos casos, aproximadamente el 80% se cura (dependiendo del tipo de leucemia), lo que también quiere decir (y eso es lo duro de la estadística) que aproximadamente el 20% no sale adelante. 

Continúa la explicación de la Fundación exponiendo que, a pesar del progreso, todavía muchos niños con cáncer mueren y la innovación en nuevas terapias seguras y efectivas es insuficiente. Además, existe inequidad en el acceso a estos nuevos tratamientos entre los diferentes países. Y por eso en la Fundación Unoentrecienmil se dedica todo el esfuerzo a la investigación, siendo la única fundación en España que dedica el 100% de sus beneficios a proyectos que investiguen la leucemia infantil. Porque investigar, es avanzar. 

Son varias las películas ya expuestas en Cine y Pediatría que tienen la leucemia infantil como protagonista, como Cartas a Dios (Éric-Emmanuel Schmitt, 2009), La decisión de Anne (Nick Cassavetes, 2009), Surviving Amina (Bárbara Celis, 2010), Vivir para siempre (Gustavo Ron, 2010), Maktub (Paco Arango, 2011), Alabama Monroe (Felix Van Groeningen, 2012), Magical Girl (Carlos Vermut, 2014) o Yo, él y Raquel (Alfonso Gómez-Rejón, 2015).

Y ahora Penélope Cruz, junto a la Fundación Unoentrecienmil y Viceroy, nos ofrecen una fotografía de la realidad de esta enfermedad, cómo afecta a las vidas de los niños que la padecen, sus hermanos, su familia, su entorno. La directora nos propone este viaje alrededor de una mesa, una comida donde padres de niños que han padecido esta enfermedad comparten sus vivencias. Y durante los pocos minutos de metraje van surgiendo las historias de niños y niñas con leucemias, y por la pantalla vemos a Alba, Álvaro, Ángel, Eva, Guzmán, Hugo, Isabel, Lucas, Mateo, Miguel, Oscar, Quique y Sergio. Y en las conversaciones se cruzan los temas esenciales en este periplo de vida, de enfermedad y, a veces, de muerte: el dolor del diagnóstico, la soledad del aislamiento, la falta de investigación (con el valor de la ayuda con fondos económicos), la posibilidad del trasplante de médula ósea (con la búsqueda de donantes y la concienciación social), la importancia de atender a los hermanos (con el síndrome del hermano abandonado), la recaída (esa terrible palabra que nunca se quiere oír por nadie) y la muerte (no frecuente, pero no excepcional en esta enfermedad).

Opiniones sinceras de los niños y adolescentes protagonistas, opiniones a flor de piel de sus padres. Cuando estos pequeños pacientes se convierte en maestros de sus padres y familias (“Es que he aprendido a notar el viento… Mi mejor mayor maestro ha sido mi hijo”), verdaderos héroes, ejemplos de vida. Y los pacientes con leucemia reflexionan tan pronto sobre la vida (“De mayor quiero ser policía, bombero… y curar a la gente”) y la enfermedad (“Muchas veces me acostaba diciendo, ¿qué va a pasar?... Tenía miedo a morir porque solo tenía 4 años y no sé por qué me pasa esto a mí”). Y los padres abren su dolorido corazón (“No tengo fuerza. Estoy herida de muerte para toda la vida”) y buscan aliento para seguir adelante (“Una de mis frases favoritas, es muy profunda, no es de un filósofo, es de Kunfu Panda, de la película de Disney, que le dice el maestro tortuga: El pasado es historia, el futuro es una incógnita y hoy es un regalo y por eso se le llama presente”).

Porque Soy Unoentrecienmil tiene como objetivo principal, al igual que la Fundación con el mismo nombre, la sensibilización sobre la importancia de la investigación para acabar con la enfermedad. Niños y adolescentes con leucemia, familiares, sanitarios e investigadores (enfermeras y oncólogos de tres hospitales de Madrid: Hospital Infantil La Paz, Hospital Niño Jesús y Hospital Sanitas La Moraleja) nos demuestran que con muy poco de muchos podría cambiarse el mundo.

Y en los créditos finales: “Gracias a Viceroy por hacer posible este documental y por apoyar la fundación estos últimos años con su pulsera solidaria “unoentrecienmil”. Y de ahí el mensaje final: “La leucemia infantil es un enemigo demasiado fuerte para uno, pero no para cien mil”.

 

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