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martes, 1 de diciembre de 2015

El niño y los pediatras en la Guerra Civil Española


La Guerra Civil dejó una gran cicatriz en España. La guerra tuvo múltiples facetas, pues incluyó lucha de clases, guerra de religión, enfrentamiento de nacionalismos opuestos, lucha entre dictadura militar y democracia republicana, entre revolución y contrarrevolución, entre fascismo y comunismo. Y también dejó una profunda cicatriz en la infancia, como todas las guerras. 

El Comité de Historia de la Asociación Española de Pediatría nos ofrece un nuevo cuaderno, el número 10 de su serie, bajo el título "Los niños y los pediatras en la Guerra Civil Española" y con este índice:

- Prólogo. Benito Madariaga de la Campa 

- Enrique Jaso y su epopeya en el traslado de los niños de la Inclusa de Madrid. Miguel Zafra, José Ignacio de Arana 

- Las enfermedades carenciales en Madrid durante la guerra y la posguerra. La pelagra. Los calambres y el retraso de crecimiento de los niños de Vallecas. José Manuel Fernández Menéndez, Víctor García Nieto 

- Algunos aspectos neonatológicos estudiados por Francisco Grande Covián. Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi 

- La Guerra Civil y la tragedia del profesor Enrique Suñer (1878-1941). Juan José Fernández Teijeiro, Fernando Ponte Hernando.

 En este enlace podéis revisar el documento completo. 

Nuestro agradecimiento al Comité de Historia, pues, como nos recordaba Cicerón, "no saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños".

martes, 16 de diciembre de 2014

Curriculum de Pediatría de Atención Primaria: conseguido


El pasado mes de noviembre en el marco de la Reunión Anual de Delegados de la Confederación Europea de Pediatras de Atención Primaria (ECPCP), se aprobó por unanimidad el Currículum de Pediatría de Atención Primaria (AP), un documento que reúne las habilidades y conocimientos mínimos que debe tener un pediatra de AP para poder proporcionar los mejores cuidados a la población infantil. 

Se trata de un proyecto europeo cuya elaboración ha sido coordinado por la Dra. Carmen Villaizán, pediatra de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y en la que ha participado el grupo de docencia de la AEPap en colaboración con pediatras europeos. El grupo que ha desarrollado el curriculum ha estado coordinado por España-AEPap, han participado 18 autores de cinco países europeos diferentes, entre ellos España, con 13 colaboradores de AEPap. Una vez finalizado, el curriculum ha sido revisado por 5 pediatras europeos de Italia, Francia, Israel, Alemania y Eslovenia. 
Posteriormente en diciembre se ha presentado en la European Academy of Paediatrics donde se ha valorado su inclusión como el programa correspondiente a la subespecialidad de Pediatría de AP. 

En el Slideshare adjunto se incluye el documento final del "Curriculum Europeo para la formación del Residente y Pediatra en Atención Primaria". Incluye las siguientes áreas: 

a) Specific Primary Care Areas 
Community and Preventive Developmental 
Adolescence 
Abuse 
Abilities: attitude and behaviour 
b) Competence Areas shared with Hospital Training and Necessary for Primary Care 
Organ-and Body System-based Issues 
Emergency Care 
Neonatal Care 
Palliative Care Sports 
Medicine Pharmacology 

Un importante documento que viene a fortalecer la importancia de la pediatría de AP en el sistema público de salud del siglo XXI, con los siguientes puntos clave: 
- La pediatría de AP proporciona una asistencia sanitaria próxima a los niños y sus familias, partiendo de una visión global e integral de la medicina en la cual el objetofundamental no es la enfermedad sino la población infantil en todas sus etapas. 
- En España hay 9544 pediatras, de los que el 65% desarrollan su labor profesional en atención primaria. En algunas comunidades autónomas, entre un 30% y un 50% de las plazas de pediatría están desempeñadas por profesionales sin formación específica en la especialidad. 
- La rotación de residentes de pediatría por AP es imprescindible para su formación, independientemente del ámbito donde desarrollen su futura labor asistencial. La oferta de plazas de médico interno residente (MIR) deberá responder a las necesidades hospitalarias y de AP. 
- La revisión sistemática realizada por el Grupo de Pediatría Basada en la Evidencia recomienda mantener la figura del pediatra en los equipos de AP. 
- En el contexto actual se plantean nuevas expectativas en salud y la demanda de nuevos servicios por parte de los ciudadanos, lo que condiciona una mayor complejidad en el primer nivel de atención. 
- Defender el actual modelo de asistencia pediátrica, basado en la atención directa por pediatras en el primer nivel asistencial, debe ser un objetivo prioritario para la administración sanitaria.

 

jueves, 12 de diciembre de 2013

Otra historia de Twitter, a propósito de una encuesta on line


Nunca me cansaré de repetir aquí las bondades de -Twitter. La posibilidad de interactuar en tiempo real con otras profesionales tiene, como una más de sus virtudes, la difusión de iniciativas como, sin ir más lejos, la recientísima #NoSinEvidencia, sobre el fiasco homeopático que nos invade.

Otra utilidad de Twitter: la difusión de encuestas "on line". Y esto biene a propósito de algo que me sucedió hace dos días. Recibo el siguiente tuit de la cuenta @SEIMC:


...y tras acceder a la encuesta veo que se trata de de una serie de preguntas interesantísimas para todos los pediatras y médicos generales que trabajamos en atención primaria. Podéis comprobarlo vosotros mismos, y os animo a que la cumplimentéis. Los microbiólogos se interesan por las posibilidades que tenemos de recoger muestras, enviarlas, por nuestros métodos de petición (electrónicos o no...), por la disponibilidad en nuestras consultas de tests de diagnóstico rápido... Un sinfín de cuestiones interesantes y muy pertinentes para las tres especialidades a las que implica esta encuesta.

Tras la misma se vislumbra el deseo de establecer una colaboración más estrecha entre los clínicos que estamos en la trinchera de la atención primaria y los microbiólogos a los que imaginamos aislados en sus laboratorios entre máquinas diversas y medios de cultivo. Una iniciativa, en suma, de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica que nos interesa a todos.

lunes, 14 de octubre de 2013

Con la crisis, la pobreza tiene cara de niño


Las desigualdades sociales que se producen durante el crecimiento y el desarrollo precoz de la infancia son uno de los principales factores que contribuyen a crear las desigualdades en la salud en la edad adulta. La exposición a situaciones de vulnerabilidad económica familiar en etapas iniciales o la educación en las etapas escolares y el rendimiento académico tienen un papel fundamental en la salud del futuro adulto. En los períodos de crisis las desigualdades sociales se acentúan y afectan más directamente a la población más vulnerable. 

España es el país de Europa donde más han aumentado las desigualdades sociales con la crisis. La población infantil que vive en hogares con todos sus miembros desempleados ha pasado del 3% en 2003 al 11% en 2011 y al 16,6% en 2012. Uno de cada 4 niños (un total de 2.200.000) vive en hogares por debajo del umbral de la pobreza y las desigualdades entre las familias más y menos bienestantes ha aumentado más de 20% desde el inicio de la crisis, según el informe de UNICEF, "El impacto de la crisis en los niños"

La infancia es el grupo poblacional en mayor riesgo de exclusión social cuando se compara con el resto de población. Por otra parte, las medidas de austeridad que recortan de manera lineal los recursos sanitarios favorecen el deterioro en la oferta de servicios sanitarios públicos de forma indiscriminada, sin tener en cuenta la efectividad de las medidas ni las evidencias científicas sobre su efecto en la población infantil. Estas medidas tienen un impacto negativo sobre la atención a los menores que se encuentran en situación de mayor necesidad en salud, que habitualmente son los de familias con menos recursos económicos, acentuando la llamada ley de cuidados inversos

Como nos recuerda la reciente editorial de Anales de Pediatría ("La crisis económica afecta a la salud infantil: ¿qué papel tienen los pediatras?"), "es importante que los pediatras adquieran protagonismo ante la situación de crisis actual y sean una voz imprescindible de la infancia. Es esencial que los profesionales responsables de la atención a los menores, pediatras, educadores y familias, tomen conciencia y protagonismo en la disminución de las desigualdades sociales en salud y educación si el objetivo es conseguir futuras generaciones de adultos con oportunidades de salud equitativas"

Crisis económica y salud infantil es un tema que preocupa mucho a los pediatras en España. Y es un tema que debe preocupar mucho a la sociedad y, sin duda, a los políticos. Porque... con la crisis, la pobreza tiene cara de niño.

miércoles, 4 de enero de 2012

¿Qué revistas leen y cómo se informan los médicos de atención primaria?


Acaba de publicarse en la revista Atención Primaria (en su versión on-line llevaba publicado hace varios meses) el artículo que realizamos desde Iniciativa MEDES hace 2 años sobre los hábitos de lectura de revistas médicas, preferencias de idioma y formato y vías de acceso a las mismas de los médicos de atención primaria de España.

El estudio se realizó mediante entrevista telefónica a 300 médicos de atención primaria (192 médicos de familia y 108 pediatras) seleccionados mediante un muestreo estratificado proporcional por comunidad autónoma y tipo de profesional.

Los principales resultados del estudio fueron:
- Los médicos de familia consultan preferiblemente Jano (58%), Atención Primaria (20%), AMF (18%), Medicina Clínica (17%) y Semergen (16%).
- Los pediatras consultan preferentemente Anales de Pediatría (60%), Pediatrics en español (32%), Acta Pediátrica Española (31%), Revista Española de Pediatría (21%) y Jano (12%).
- Los encuestados se inclinan por el formato impreso; aunque el electrónico es el preferido por los jóvenes y los pediatras.
- Los médicos de familia están más interesados por los casos clínicos (73%) y los pediatras por las revisiones (74%).
- El 48% leen de 1 a 4 artículos semanales.
- Para la búsqueda de los artículos, el 70% utilizan Google y Yahoo, y sólo el 29% bases de datos.
- Al 80% les resulta más útil leer artículos en español que en inglés y el 70% considera que no existen diferencias de calidad entre ellos.
- El 67% no ha publicado ningún artículo en los pasados 5 años, y la mayoría lo hicieron en español (92%).

Aunque conviene revisar la metodología y valoración de los resultados en el artículo anexo, se puede concluir de este estudio que los médicos de atención primaria prefieren leer y publicar en español. Tal como comenta López-Torres en la editorial anexa, e independientemente de otras valoraciones sobre la importancia del inglés como medio de comunicación científica, las preferencias por la información científica en español de los médicos de atención primaria deben ser tenidas en cuenta por parte de los editores de las revistas médicas ante futuras estrategias editoriales.
O, al menos, no infravalorar las publicaciones en español... con menos factor de impacto que sus homólogas en inglés. Esto ya lo hemos argumentado, pero lo vuelvo a hacer, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (y el Tormes por Salamanca) y porque me parece fundamental: el “impacto” tiene que ir precedido de la “calidad” (rigor científico) e “importancia” (interés en modificar y/o mejorar la práctica clínica) de la investigación. Y, sobre todo, de la coherencia y racionalidad de la evaluación. Y en el idioma de Cervantes también se puede tener calidad, importancia e impacto.

Por cierto, en la última Jornada MEDES celebrada en octubre, el que Jano fuera la revista más leída por los médicos de atención primaria fue "trending topic" del día.

sábado, 9 de julio de 2011

Cine y Pediatría (78). “Como la vida misma” y por partida doble


La traducción de títulos de películas al español es todo un arte, aunque no siempre se logra poner el tino suficiente. Uno de los problemas es la repetición de títulos en español de películas extranjeras bien diferentes, si bien en la mayoría de los casos esto ocurre con películas que tienen más de 20 años de diferencia entre sí. Algunos ejemplos son: Al rojo vivo (White Heat de Raoul Walsh, 1949 o Mercury rising de Harold Becker, 1998), El americano (The Americano de William Castle, 1935 o The American de Anton Carbijn, 2010), Bajo sospecha (Still of the night de Robert Benton, 1982 o Under suspicion de Stephen Hopkins, 2000), Cara a cara (Ansikte mot anskite de Ingmar Bergman, 1976 o Face/off de John Woo, 1997), Chantaje (Hush Money de Sindney Lanfield, 1931 o Butterfly on a wheel de Mike Baker, 2007), Condenado (Codemned de Wesley Rufflez, 1929 o City by the sea de Michael Caton-Jones, 2003), En el punto de mira (Another stakeout de John Badham, 1993 o Vantage point de Pete Travis, 2008), Estado de sitio (État de siège de Costa-Gavras, 1972 o The siege de Edward Zwick, 1998), La herencia (Karami-ai de Masaki Kobayashi, 1962 o Arven de Per Fly, 2003), El ladrón (Le voleur de Louis Malle, 1967 o Vor de Pavel Chukhrai, 1997), El luchador (Hard times de Walter Hill, 1975 o The fighter de Darren Aronofsky, 2009), Operación trueno (Thunderball de Terence Young, 1965 o Pi li huo de Gordon Chan, 1995), El rostro (Ansiktet de Ingmar Bergman, 1958 o Face de Antonia Bird, 1997), Sin palabras (Tatum ergo, escuza parole de Dino Risi, 1977 o Speechless de Ron Underwood, 1994), El soltero (Lo scapolo de Antonio Pietrangeli, 1956 o The bachelor de Gary Sinyor, 1999), Toda la verdad (The whole truth de John Guillermin, 1958 o High crimes de Carl Franklin, 2002), Vuelo nocturno (Night flight de Clarence Brown, 1933 o Red eye de Wes Craven, 2005).

Menos justificación en poner el mismo título en español a películas que nada tienen que ver y que se diferencian en poco años, caso de El dilema (Quiz Show de Robert Redford, 1994 o The insider de Michael Mann, 1999), Infiel (Trolösa de Liv Ullman, 2000 o Unfaithful de Adrien Lyne, 2002) o las películas que hoy vamos a comentar en nuestra sección de Cine y Pediatría: Como la vida misma (Dan in real life de Peter Herges, 2007 o Life as we know it de Greg Berlanti, 2010).

Dan in real life (Peter Herges, 2007) nos cuenta la historia de un padre viudo con tres hijas (Steve Carell) que se enamora de la novia de su hermano (Juliette Binoche). Comedia romántica con mensaje, con un buen guión y personajes bien definidos con adecuada dirección de actores (conseguir que Carell esté comedido y que Binoche se acerque a la comedia ya es un buen reto), en el que lo peculiar del personaje es que se trata de un columnista que aconseja sobre temas familiares, pero que no los aplica a su vida. La relación con sus hijas (dos de ellas con los problemas típicos de la adolescencia) es particularmente interesante: no acaba de entender que necesitan su espacio para crecer como mujeres. Es por ello que la hija pequeña acaba diciéndole: “Eres buen padre, pero eres cabezón” (un tópico, una realidad).

Lo importante de esta película no es lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Cuenta sentimientos bien planteados que contagian al espectador y logra crear emociones sin caer en la comicidad fácil o en el dramatismo impuesto. La historia transcurre alrededor de la familia reunida durante unos días alrededor de una casa, con una estructura a medio camino entre Los amigos de Peter (Kenneth Branagh, 1992) y El diablo dijo no (Ernst Lubitsch, 1943), con el formato de una película casi coral. Sentimientos sin sentimentalismo, mensajes tópicos alrededor del valor de la familia contados de forma no típica y sin sensiblería.

Life as we know it (Greg Berlanti, 2010) nos cuenta la animadversión surgida tras una primera cita fallida entre Holly (Katherine Heigl, la nueva reina de la comedia, conocida como la eterna residente en Anatomía de Grey) y Eric (Josh Duhamel, habitual en la saga Transformers, Michael Bay, 2007 y 2011), pero que tienen que transformar su relación y vivir bajo el mismo techo tras tener que hacerse cargo de la hija de unos amigos comunes fallecidos en accidente: Sophie, un bebé de pocos meses. Comedia previsible, que no llega a la calidad de la homónima ya comentada, pero en la que es posible recuperar algunos momentos para pasar un buen rato y sonreírnos de la pediatría y de ser pediatras. Contada durante las 4 estaciones, somos testigos de la evolución de un niño durante su primer año y de las dificultades de unos padres primerizos a la fuerza (por el compromiso de un testamento) para poder adaptarse a la desquiciante rutina de cuidar de un lactante, lo que afirmará en su posición a unos y servirá de hilarante reflejo a otros.

Si no es muy exigente con la película, puede llegar a pasar un buen rato con algunos detalles alrededor de la “profesión” de ser padres y/o de ser pediatra:
- La visita al pediatra por una “urgencia” que resulta ser una hernia umbilical; la auscultación del bebé a través de la ropa tampoco tiene precio.
- O la escena de cómo calmar el llanto del niño con la campana extractora de la cocina: método que se conoce como “ruido blanco” y del que el Dr García-Tornel ya nos ha hablado en su blog
- Cuando Holly se enamora del pediatra de Sophie (Josh Lucas, el guaperas de Poseidon, Wolfgang Petersen, 2006) y queda con él para cenar, le dice Eric con cierto celo y recelo: ”Cuando os acostéis, ¿ te va a contar en qué percentil estás…?” (esto de los percentiles y la pediatría sería cuestión de una revisión profunda). Y en plena cita, Eric les llama porque Sophie tiene fiebre, que resulta ser una infección de orina… que cuesta la nada desdeñable factura de 1.200 dólares. Por cierto, este Josh Lucas interpreta a un pediatra que es todo un caballero y que deja nuestra profesión a gran altura, no asumible en el séptimo arte desde la época de George Clooney en Urgencias.
- Cuando la niña se queda con la niñera le recuerdan dónde está el móvil de Holly, de Eric… y del pediatra (esto os suena, ¿no?). Y es que el pediatra es una raza especial de médicos que, en ocasiones, formamos parte de la vida de algunas familias.
- Las visitas de la trabajadora social tampoco tienen desperdicio.

Dos comedias “Como la vida misma” y por partida doble. Dos comedias refrescantes para un inicio de verano muy caluroso. Que las disfrutéis…



sábado, 30 de enero de 2010

Cine y Pediatría (3): George Clooney puso el listón muy alto a “los” pediatras



Anecdóticamente, podemos encontrar la figura de algún pediatra rondando en películas o en series médicas de televisión. Sin pretender realizar una revisión sistemática, si podemos recordar algunos ejemplos simpáticos a lo largo del tiempo:

Caprichos de mujer (Mitchell Leisen, 1942): una glamurosa mujer de teatro (Marlen Dietrich) se “queda” literalmente con un lactante de 8 meses y para no tener problemas necesita casarse; y lo hace con un pediatra (Fred MacMurray) que pasaba por allí (y al que no parece que le gustara mucho su profesión). El caso es que el niño enferma de un cuadro catarral con otitis que se complica con una mastoiditis… y el propio pediatra le opera (toma ya, y eso que no le gustaba su profesión).

Atrapados (Max Ophüls, 1949): una modelo ve colmada su ambición cuando se casa con un multimillonario (Robert Ryan), un hombre enfermo, neurótico y autoritario. El matrimonio fracasa, y la joven decide separarse y encuentra trabajo como secretaria del Dr Quinada, un pediatra de gran vocación y pocas ambiciones económicas (James Mason), quien comparte consulta con un ginecólogo. Como curiosidad, en la película se describe con cierta minuciosidad un caso de botulismo infantil.

El pianista (Roman Polanski, 1982): ajuste de cuentas de su director con los nazis que invadieron Polonia, a través del relato autobiográfico del pianista judío-polaco Wladyslaw Spilzman, quien sobrevivió en la Varsovia sitiada y arrasada. En una escena en que el pianista se encuentra enfermo buscan a un médico, pero el único disponible es un pediatra, y comentan: “bueno, pero también entenderá de medicina…” (ya veis, esto nos pasa por sólo estudiar hasta los 14 años).

Manual de amore (Giovanni Veronesi, 2005): refrescante comedia italiana que narra en cuatro historias las fases por las que pasa el amor: el enamoramiento, la crisis, la traición y el abandono. Esta última historia tiene como protagonista al pediatra Goffredo (Carlo Verdone).

Quemar después de leer (Joel y Ethan Coen, 2008): parodia de los hermanos Coen sobre la sociedad americana ambientada en el mundillo de los espías. En una escena, nos sonreímos al mostrarnos las reacciones de enfado de un pediatra al ver que no puede abrir la boca de un niño con el depresor.

Sólo anécdotas comparadas con la figura del Dr Doug Ross, pediatra de la serie Urgencias. Hay múltiples series sobre médicos (Anatomía de Grey, House, Hospital Central, etc), pero ninguna ha tenido el impacto de Urgencias, serie producida en Estados Unidos de 1994 a 2009 por la cadena NBC y creada por el afamado novelista Michael Crichton, médico de formación, y del que reconocemos muchas de sus obras llevadas al cine (la más conocida, Parque Jurásico). Entre los innumerables personajes de la serie la figura del Dr Ross brillaba con luz propia, no por ser el pediatra, sino por estar encarnado por George Clooney: tan guapo, tan joven, tan guapo, tan listo, tan guapo, tan educado, tan guapo, tan compañero, tan guapo… y sus escarceos amorosos con la enfermera Carol (Julianna Margulies). Revisen el vídeo de abajo y me darán la razón. Que hastío, sobre todo porque en aquellos tiempos uno sentía que las comparaciones eran odiosas para el resto de “los” pediatras mortales que sobrevivíamos a las urgencias, ese estado anormal del cuerpo y del alma: ni éramos George Clooney ni nuestras salas de urgencias eran tan sofisticadas como las del ficticio hospital County General.

Sea como sea, a día de hoy no le guardo rencor a George Clooney. Más bien me cae bien, tanto como actor (aunque aún no ha realizado el papel de su vida, el hecho de ser uno de los actores fetiche de los hermanos Coen ya me da confianza) como director. Su dirección de Buenas noches y buena suerte me reconcilió definitivamente con él y estoy empezando a olvidar las miradas de soslayo, algo discriminativas, de las madres en Urgencias de aquellos tiempos porque nuestro fonendo en el cuello no tenía el “sex-appeal” del Dr Ross. Es más, y como prueba objetiva de mi reconciliación con él, me encanta el café Nespresso: el que ahora tomo en mi desayuno de hoy, prolegómeno de un sábado lúdico y en familia. What else?...