sábado, 31 de octubre de 2020

Cine y Pediatría (564). “El pan de la guerra”, alimento contra el talibanismo

 

Cuando se habla de cine de animación, lo primero que nos puede venir a la mente a muchos son los grandes estudios de producción estadounidense: DreamWorks, Illumination Entertainment, Pixar y, por supuesto, The Walt Disney Company. Sin embargo, no solo de películas norteamericanas se nutre la animación, una visión artística tan amplia como la propia imaginación del ser humano. Y si hablamos de Europa, encontramos estudios reconocidos como Aardman, Les Armateurs o Django Films. Y una de las factorías que mayor renombre ha logrado en la última década es Cartoon Saloon: fundada en 1999 en Kilkenny, Irlanda, por Tomm Moore, Paul Young y Nora Twomey, compañeros durante sus estudios en el Ballyfermot College of Further Education. Su objetivo era producir un largometraje diferente, y entre ellos cabe citar El secreto del libro de Kells (2009) o La canción del mar (2014). Ambas plantean la posibilidad de un cine animado que pueda ser disfrutado por niños y adultos, con una pretensión divulgativa, que no aleccionadora, muy alejada del tono iconoclasta con la que se ha visto relacionado el equívoco concepto de animación adulta durante las últimas décadas. 

Pues bien, de este estudio irlandés hoy hablamos de otra joya: El pan de la guerra (Nora Twomey, 2017). Twomey, inspirándose en el trabajo de la escritora y activista Deborah Ellis, narra la historia de la niña Parvana que en el Kabul controlado por los talibanes se ve obligada a disfrazarse de chico, para mezclarse entre una muchedumbre que la señala y la condena. Porque la escritora Deborah Ellis es una activista antibélica muy activa, quien viajara en 1997 a Pakistán para ayudar en un campo de refugiados afgano, experiencia que le sirvió para escribir entre los años 2001 y 2012 la serie de cuatro partes que incluyen “The Breadwinner”, “Parvana's Journey”, “Mud City” y “My Name is Parvana”. Y con esta buena base literaria, esta factoría de la animación logra el aspecto creativo y emocional que se necesitaba, y lo consigue por su impecable tratamiento de la forma y su sobria narrativa, así como por su radical y consecuente apuesta por un tratamiento poético de las imágenes, tan personal en su retrato de las tinieblas como en la trasmisión de los puntuales estallidos de esperanza. 

Y es inevitable empezar a hablar de esta película como una fusión de otras dos que forman ya parte destacada de Cine y Pediatría: Persépolis (Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud, 2007), una película de animación en blanco y negro que nos explica, fundamentado en un cómic autobiográfico, cómo la niña Marjane vive y crece como mujer en el régimen absolutista de Irán; y Osama (Siddiq Barmak, 2003), la historia de esa niña de 12 años en Afganistán que se hace pasar también por un niño y que consigue transmitir perfectamente su mensaje, su emoción y su denuncia frente a la injusticia a la que se enfrentan niñas, adolescentes y mujeres en el mundo talibán. 

Parvana es una chica de 11 años que vive en Kabul durante el periodo de dominio de los talibanes. Y convive en su familia con su padre, quien fuera maestro y que debe su cojera a la guerra, su madre, escritora, su hermana mayor Soraya y Zaki, el lactante de la casa. Y en esa familia sobrevuela el recuerdo de Sulayman, el hermano que murió de niño al explotarle una bomba. Parvana acude a vender al mercado con su padre, al que le gusta narrar historias y dejar enseñanzas a su hija: “Solo los cuentos perduran en el corazón” o “Las preguntas buscaban respuestas, y más preguntas”

Un día se topan con un antiguo alumno del padre, ahora reconvertido por la causa: “Ahora soy talibán, lucho contra los enemigos del Islam”. Y tras ser el padre detenido es cuando los miembros de la familia se quedan sin recursos y, debido a que las mujeres tienen prohibido ganar dinero, es cuando Parvana decide transformarse en un chico para poder trabajar. Y adquiere el nombre de Otesh, que significa fuego, y en su deambular por la ciudad se encuentra con otra niña convertida en niño, su antigua compañera de clase, Shauzia, que ahora se hace llamar Delowar. Y se hacen pasar por hermanos para poder conseguir el dinero que les permita cumplir su objetivo: dinero que Delowar lo quiere para poder conocer la playa y que Otesh lo utilizará para poder llegar hasta donde está su padre, en una lejana cárcel. 

Y es así como este relato de nuestra infortunada Alicia en tierra hostil debe disfrutarse, ante todo, como una experiencia sensorial que consigue extraer oro de muchos quilates de sus necesarias pretensiones de denuncia, tanto políticas como de género, sin que sus etiquetas afecten en demasía a una propuesta que se las apaña para trascenderlas con oficio, humildad y sabiduría. Porque El pan de la guerra explora la cultura, la historia y la belleza de Afganistán desde un punto de vista femenino, pero también el horror del talibanismo sobre las mujeres, sean niñas, adolescentes, adultas o ancianas. Y tras la denuncia sin parangón de esta película, se nos muestra una película cautivadora, no solo por la belleza de sus imágenes, sino también por la valentía, los vínculos familiares, la superación y la lealtad en tiempos de guerra. La historia de una heroína que se enfrenta con coraje e imaginación al momento de misoginia y violencia que le ha tocado vivir. 

Por ello, El pan de la guerra debe ser una película de animación imprescindible para prescribir en familia. Por su historia, por la historia, por los valores, por el respeto a las mujeres, por la denuncia al horror de la tiranía del gobierno talibán. Porque una desgracia es que las mujeres tengan que llevar burka, pero mayor desgracia es que nosotros nos lo pongamos para no ver y no denunciar esta crueldad, cuando la religión se convierte en excusa para amordazar la cultura, la libertad y los derechos de los hombres y, sobre todo, de las mujeres. Ya basta de hipocresía en el mundo occidental, sobre todos la de aquéllos que critican nuestra forma de vida o religión, mientras sugieren el respeto a actitudes propias y vejatorias del integrismo islámico. Porque no es nueva la crítica al puritanismo de lo políticamente correcto por ideario y esa relatividad moral hipócrita. Porque si esto no es violencia de género, venga Dios (o Alá) y lo vea.

Las películas de animación son a veces una cosa muy seria. Y El pan de la guerra lo confirma, porque es alimento contra el talibanismo, el de Afganistán, el de Pakistán y el de cualquier país con tal mentalidad. Porque recordemos que los talibanes forzaron una de las más estrictas interpretaciones de la ley sharía como nunca se había visto en el mundo musulmán, que se hizo famosa internacionalmente por la forma de tratar a las mujeres: las mujeres se vieron obligadas a usar el burka en público, no se les permitía trabajar ni recibir educación después de los ocho años (y hasta entonces solo se les permitía el estudio del Corán), no se les permitía ser atendidas por médicos de sexo masculino si no eran acompañadas por un hombre, lo que llevó a que muchas enfermedades no fuesen tratadas, y se enfrentaron a la flagelación pública en la calle y la ejecución pública por violaciones de las leyes de los talibanes. 

Y nos quedamos con el pensamiento final de El pan de la guerra, lleno de esperanza: “Somos una tierra con un gran tesoro, nuestra gente. Limitamos con imperios de guerra… Alza las palabras, no la voz. La lluvia hace crecer las flores, pero los truenos, no”.

 

miércoles, 28 de octubre de 2020

Preguntas y respuestas sobre la vacuna frente a la COVID-19

 

Diario Médico nos regala artículos de divulgación médica muy interesantes, como el publicado en el mes de septiembre en relación con las vacunas frente a la COVID-19, cuya lectura merece una reflexión y síntesis. Y más en estos momentos en que los ensayos clínicos de las vacunas frente al SARS-CoV-2 discurren en paralelo a una auténtica carrera bioética, logística y legal para decidir cómo se priorizarán las vacunas cuando estén disponibles. 

Y para contestar a 7 preguntas se reúnen un conjunto de expertos de sociedades científicas, entre ellos la SEMFyC, el Comité de Bioética y la Asociación Española de Vacunología. 

1. ¿Quiénes deber ser la prioridad en la vacunación? 
Dado que no habrá vacunas para todos, al menos en un primer momento, este es un tema relevante. Con una cobertura de inmunizado superior al 60% se puede comenzar a hablar de inmunidad de grupo y, dado que según los estudios de seroprevalencia de la población estaremos en alrededor de un 10%, harán falta muchas vacunas para llegar a ese objetivo. 
Por tanto, será precisa una priorización de pacientes y población para acceder a la vacuna con respaldo científico y bioético. Hay bastante consenso que la priorización debe hacerse en función de la vulnerabilidad: lo ideal sería vacunar a todos los mayores de 60 años y los menores de 60 años con una patología de base (diabetes, cirrosis, enfermedad renal crónica y pacientes inmunodeprimidos). A ellos habría que añadir también a los colectivos de profesiones esenciales, empezando por los sanitarios (que tratan a pacientes con mayor carga viral) y otras profesiones de riesgo como policías o maestros. 
La vacuna inicialmente no estaría desaconsejada para ningún colectivo, con las reservas que se hagan a embarazadas y niños pequeños según los resultados de los ensayos clínicos. 

2. ¿Qué vacuna o vacunas debe elegir España?, ¿hay que descartar la vacuna china y la rusa? 
La falta de transparencia sobre los ensayos clínicos realizados está detrás del descarte implícito sobre el uso futuro de las vacunas rusas y chinas. Hay información más transparente de la investigación llevada a cabo en la Unión Europea y Estados Unidos, pero cualquier vacuna valdría si cumple los criterios que la OMS ha definido como válidos: seguridad y una efectividad al menos del 50%. Sea como sea, la cautela será clave en la fase III de desarrollo. 
Es probable que cada vacuna tenga un perfil de eficacia diferente en cada rango de edad. 

3. ¿Debe excluirse de la vacunación a quien ya se haya contagiado?, ¿hay que hacer test previo para vacunar? 
Será un tema de debate, pues no está bien definido el tiempo de inmunización natural del SARS-CoV-2 y tendrá que tomarse una decisión a medida que se conozca mejor cómo se comparta el virus. Pero ante un contexto de escasez de vacunas, es posible que haya que realizar test previamente y presumir inmunidad en los positivos. 

4. ¿Debe obligarse a vacunar a toda la población?, ¿habrá libertad para decidir? 
Los movimientos antivacuna no son nuevos y en nuestro país nunca se ha logrado la obligatoriedad de otras vacunas. Es cierto que la ley de salud pública permite obligar a la vacunación en casos concretos cuando se ponga en riesgo la salud de terceros. Cierto es que si bien desde el punto de vista legal este tema alberga pocas dudas, no así desde la bioética. Será mejor convencer y explicar de forma bien clara que el principal beneficiado es el que vacuna, pero que colabora con la salud de todos. Y para conseguir una inmunidad de rebaño es necesario asegurar que un número determinado de personas se inmunice (y no parece que no se vaya a conseguir con la opinión global sobre la vacuna). 

5. ¿Hay que prohibir la compra privada de vacunas por personas que no sean de riesgo? 
Es la otra cara de la moneda de los antivacuna, que corresponde a los que quieran vacunarse cuando no figuren en los grupos de riesgo prioritarios. Situación que ya se ha vivido con otra vacunas. Se supone que en esta pandemia COVID-19, con compras centralizadas de su vacuna en España y resto de Europa, debería ser muy complicado que haya vacunas para la vacunación privada. Será muy complicado imaginar a corto plaza una situación de libre acceso a este tipo de vacuna porque la normativa tendrá que ser estricta ante un problema de salud pública con éste. 

6. ¿Cuándo es factible que comience la vacunación de los primeros colectivos? 
La mayoría de los expertos (salvo nuestro Ministro de Sanidad, Illa, que para dar noticias erróneas es una maravilla) opinan que no será hasta el primer semestre de 2021 en el mejor de los escenarios. Además se precisarán dos periodos de vacunación, dos dosis separados ente ellas al menos un mes, y que conseguirán inmunidad probablemente dos semanas después de la segunda dosis. 
Y en este punto, se debe resolver antes la duda de si el coste de la vacuna lo va a asumir el Gobierno central o el autonómico. Y, aunque las vacunas van a salir a precio de coste asequible, España debiera tomar una posición activa en la producción de esta vacuna, pensando que a medio y largo plaza esta enfermedad se puede quedar con nosotros. 

7. ¿Cómo se repartirán las dosis entre las Autonomías? 
Los expertos no duda que debe ser la población vulnerable en cada una el criterio para conocer cuántas vacunas recibe cada Autonomía, y no otros criterios como la situación epidemiológica de la comunidad en ese momento. Y ello partiendo de un cálculo estimado de 3 millones de dosis de vacunas disponibles en un primer momento para España. 

Y mientras la carrera científica y política continúa en busca de la vacuna frente al SARS-CoV-2, será necesario tener la mejor respuesta para estas preguntas (y otras) para abordar la otra carrera bioética, logística y legal para decidir cómo se priorizarán las vacunas cuando estén disponibles.  

lunes, 26 de octubre de 2020

Enigmas pendientes de la COVID-19

 

De la infección SARS-CoV-2 y de la enfermedad COVID-19 se conocen muchas cosas ya, pero se desconocen aún muchas más. Una pandemia que se tiene que ver bajo tres premisas: 
1. Aprendemos de la COVID-19 sobre la marcha: y las prisas no son buenas consejeras 
2. La obsolescencia de conocimientos está a la orden del día en este tema: lo que creemos saber hoy, puede que no valga para mañana
3. En la COVID-19 hay mucho “ruido” informativo y poca “melodía” científica: aunque hay demasiada información y muchos estudios, la calidad de la evidencia es débil en la mayoría de los frentes. 

Según esto, hace unas semanas, mi buen amigo, José Ramón Zárate, subdirector de Diario Médico planteaba los enigmas pendientes de la COVID-19. Y adapto su sensata reflexión. 

- Sobre el origen. Parece que el SARS-CoV-2 proviene de murciélagos, pero no está claro si el intermediario es un pangolín, otro animal o una persona. Y en el aire restan varias preguntas: ¿desde cuándo circula?, ¿cuándo se produjo el primer caso, en noviembre de 2019 o hubo antes neumonías por SARS-CoV-2? 

- Sobre la transmisión. Los periodos de incubación y transmisión de un portador son muy variables, dependiendo de su grado de infección. Cinco claves: la enfermedad se transmite muy fácilmente de persona a persona; se propaga más comunmente durante el contacto cercano; puede propagarse en ocasiones mediante la transmisión por aire; con menor frecuencia a través de superficies contaminadas; raramente entre personas y animales.

- Sobre la distancia. Un metro, meto y medio, dos metros. Las autoridades mundiales discrepan. Depende de numerosas variables: lugar, humedad, temperatura, ventilación, actividad, viento,… 

- Sobre la edad. Es el principal factor de riesgo, pero se discute sobre si se debe a los niveles de la proteína ECA2 receptora del virus o a diferencias con la edad en el sistema inmune que favorecían en la ancianidad la reacción inflamatoria exagerada. Y que hacen que la edad pediátrica sea la gran beneficiada. 

- Sobre el sexo. Afecta menos a las mujeres, pero no se sabe si por su respuesta inmunitaria más robusta, factores hormonales, distintos niveles de EC2,… 

- Sobre los niños y niñas. Hay muchos estudios contradictorios. A diferencia de la gripe, se sabe que contagian menos, que son más asintomáticos y más resistentes, pero no si transmiten el virus más o menos que los adultos. Lo que si es claro, es que no son supercontagiadores. Y también es evidente que son excepcionales los brotes que tienen su origen en un niño, sea en la familia, en la escuela o en la sociedad. 

- Sobre los supercontagiadores. Se estima que un 10% de los infectados contribuyen al 80% de transmisiones, pero influyen entornos, carga viral y factores desconocidos. 

- Sobre la prevalencia. Las diferencias entre los datos oficiales y reales de casos y muertes han sido una constante a nivel mundial. Por lo general, los casos reales son de cinco a diez veces más a los publicados, y las muertes reales pueden duplicarse en algunos casos (dejamos el caso de China aparte porque no entra de la lógica razonable y aquí no hablamos de tomaduras de pelo). 

- Sobre los fómites. Se sabe que el virus permanece durante varias horas en algunas superficies, hasta tres en papel y dos días en tejidos y maderas, pero se desconoce hasta qué punto es infectivo. Hasta aclararlo hay que seguir considerando las superficies como vías de posible contagio y desinfectarlas, sobre todo zonas expuestas. 

- Sobre el tabaco. Hay alguna duda sobre su función en la enfermedad. Pero los ingresos de los fumadores no son proporcionales con la población general, por lo que sí parece que su pronóstico es peor. 

- Sobre la radiación solar. Parece que a menor cantidad de rayos UV-A y UV-B, mayor número de infecciones. Pudiera ser que la radiación solar podría desactivar el virus.

- Sobre la inflamación. Se describen tres fases teóricas en la COVID-19: primera fase o de inicio de la infección y replicación viral; segunda fase o de afectación pulmonar; y tercera fase o hiperinflamatoria. La última es clave, pero apenas se conoce el delicado equilibrio entre la respuesta antiviral y los procesos inflamatorios que se desencadenan. 

- Sobre la inmunidad innata. Se ha publicado que un 20-50% de individuos sin contacto previo con SARS-CoV-2 tienen cierta reactividad frente a él por infecciones previas a coronavirus o virus parecidos o por configuración genética. Podría explicar en parte el volumen de asintomáticos. 

- Sobre la inmunidad. Aunque el SARS-CoV-2 parece estable, no se sabe si la inmunidad adquirida protegerá de por vida o temporalmente, ni qué parte del sistema inmune habría que activar. 

- Sobre los anticuerpos. Si bien las IgM y las IgG pueden permanecer durante más de cuatro meses en SARS-CoV-2, se desconoce su longevidad, aunque se sabe que los anticuerpos contra el SARS-CoV-1 se mantienen al menos tres años. Si parece que las células T conservan memoria inmunológica. 

- Sobre las pruebas diagnósticas. Al margen de los falsos negativos y de la imprecisión de muchos test antigénicos, hay dudas sobre si una PCR positiva registra infección actual o restos víricos no contagiosos. En algunos casos se ha demostrado ARN viral seis semanas después de la primera prueba positiva y casos positivos después de dos pruebas negativas de PCR. 

- Sobre la duración de la cuarentena. Sigue fluctuando entre 5 y 14 días, y hay quienes piden hasta un mes, dada la persistente positividad de algunos casos. 

- Sobre las vacunas. Se desconoce cuánto tiempo podría durar su protección o si la respuesta inmunológica podría causar un aumento de la enfermedad durante la reinfección. 

- Sobre el mecanismo rebaño. La duda es si haría falta llegar a una inmunidad colectiva habitual del 60-70% para conseguir este efecto, o bastaría con menos, como han sugerido algunos epidemiólogos. La única certeza es que la inmunidad de grupo está muy lejos y esperarla no es una opción. 

- Sobre mutaciones del virus. El SARS-CoV-2 acumula dos mutaciones al mes mientras que la gripe lo hace a un ritmo doble. La gran mayoría de estas mutaciones no tiene un efecto ni negativo ni positivo sobre el virus. Sin embargo, se ha especulado con la posibilidad de que alguna de ellas (DG614) pudiera estar en el origen de su rápida expansión. No hay que olvidar las recombinaciones genéticas con otros virus que pueden aumentar o disminuir su transmisión y letalidad. 

- Sobre los asintomáticos. Representarían alrededor del 20-40% de los infectados, pero se ignora hasta qué punto son transmisores. 

- Sobre las reinfecciones. Son muy escasas y extrañas. Puede tratarse de otra cepa, de una infección mal resuelta con un reservorio oculto o, tal vez, detección de material genético anterior no infectivo. Algún estudio apunta que hasta un 30% de pacientes vuelven a dar positivo tras su competa recuperación. 

- Sobre las secuelas de la enfermedad. Son muy variados (pulmonares, cardíacos, neurológicos, psicológicos,...), de diferente intensidad y pendientes de definir a medida que se sigan durante más tiempo a todos los que han padecido la enfermedad.

- Sobre el fin de la pandemia. Por ahora no parece posible predecir cuándo cesará la pandemia; se espera que suban los casos en el invierno, pero no hay nada seguro. Y, de momento, no parece que tenga visos de ser una infección estacional.

Son enigmas que solo la ciencia y el tiempo darán con su respuesta más precisa. 


sábado, 24 de octubre de 2020

Cine y Pediatría (563). “El niño que domó el viento”, una gota en el mar de las hambrunas


Un adolescente de 14 años de Malaui, por nombre William Kamkwamba, logró salvar a su pueblo en el año 2001 de una de las recurrentes hambrunas en ese país. Inspirado en un libro titulado “Using Energy”, este joven inventó un sistema de captación de energía eólica, lo que posibilitó bombear agua para el cultivo de alimentos en la sequía. Lo hizo construyendo un molino de viento sirviéndose de una simple bicicleta, de las partes oxidadas de un viejo tractor y de los manuales básicos de ingeniería que encontró en la biblioteca de su escuela, de la que sería expulsado cuando su familia de agricultores dejó de poder pagarla. Y esta historia real se hizo conocida mundialmente por su invención entre la precariedad, especialmente a través de una conferencia TED. Y en el año 2007, ya a los 19 años, logró volver a estudiar y se doctoró en Dartmouth, una de las universidades de la exclusiva Ivy League (una de las ocho universidades de élite estadounidenses con connotaciones de excelencia académica, selectividad en las admisiones y elitismo social, donde también se encuentran las universidades Brown, Columbia, Cornell, Harvard, Pensilvania, Princeton y Yale). Y Kamkwamba decidió recoger esta increíble historia en un libro autobiógrafico en el año 2009, “The Boy who Harnessed the Wind”, coescrito con el periodista Bryan Mealer, y que se constituye en una inspiradora historia sobre el poder de la imaginación y la fuerza de la determinación. Y fue una década después cuando se estrenó la película El niño que domó el viento (Chiwetel Ejiofor, 2019), distribuida por la todopoderosa Netflix. 

Y es este actor inglés, Chiwetel Ejiofor, un ejemplo más de actor devenido en director, y que conocemos especialmente por su nominación al Oscar por 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2013) y que debutara por otra interpretación relacionada con la esclavitud en Amistad (Steve Spielberg, 1997), quien se atreve a plasmar esta historia y libro en la gran pantalla. Y en El niño que domó el viento no solo se encarga de la dirección, sino también del guión y de interpretar al padre de nuestro protagonista. Los hechos nos trasladan a la hambruna de Malaui del año 2002, una de las peores hambrunas como consecuencia de la peor cosecha de maíz desde 1949, y que es conocida como la hambruna de Bakili Muluzi, por ser este el nombre del presidente del país en aquel momento y su mala gestión. Pues la política y los políticos son uno de los grandes males que asola África, verdadera plaga de dictaduras y corrupciones, sin atisbos de conseguir una democracia real y madura. 

La película es narrada en cuatro partes, cuyo nombre se expresa en español, en chichewa (idioma oficial de Malaui) y en inglés: Siembra (Kufesa/Sowing), Cosecha (Kukolola/Harvest), Hambruna (Njala/Hunger) y Viento (Mphepo/Wind). Y es que esta película es un ejemplo más de por qué toda película debe visionarse en su versión original subtitulada, pues en ella se mezcla sin solución de continuidad el chichewa y el inglés. 

William Kamkwamba (Maxwell Simba) vive con sus padres Agnes y Tryndell y dos hermanos (una hermana mayor, Annie, y un lactante), en un poblado agrícola con pocos medios, pero donde la enseñanza se nos muestra como importante. Una escuela de la que es expulsado, pese a su interés por acudir y su pasión por aprender, pues sus padres no pueden pagarla. Y la preocupación del Prof. Kachigunda, prometido de su hermana, es clara: “Muchos alumnos se van por culpa de la cosecha. Podrían cerrar la escuela. Aquí no nos queda nada”. Y donde la hambruna se suma a una tierra ya maltratada por la explotación de la industria tabaquera, con tala sistemática de árboles y la posterior desertización y facilidad para inundaciones. 

Y llega la hambruna y sus consecuencias para la población, donde se pelean entre ellos por conseguir grano o la poca comida que reparte el gobierno. Y las conversaciones en la familia rondan sobre esta grave situación. Y el padre les dice: “Podemos comer una vez al día. Habrá que decir cuándo”. Y la madre comenta sobre el padre: “Se está matando de hambre. Se está matando de hambre por no privar a los niños de comida”. Y en la necesidad surge el intelecto, y en principio nadie cree en la idea de William: “En Estados Unidos hacen electricidad con el viento. Y con ella haremos agua. Haremos un molino de viento. Primero uno pequeño para ver si funciona…”. Pero al final el padre confía en él y también sus amigos, y le ayudan a conseguir el milagro de obtener el agua del viento.

Emocionante el proceso. Emocionante la película. Y que termina con el personaje real de William Kamkwamba: “A William se le concedieron becas para que terminara la escuela en Malaui y para que estudiara en la African Leadership Academy de Sudáfrica. Después se licenció en Estudios Medioambientales en Darmouth College, USA. Agnes y Tryndell siguen viviendo en Wimbe. El primer y posteriores molinos que William construyó garantizan electricidad y cosecha a lo largo de todo el año. Annie nunca pudo ir a la universidad. Sigue casada con Mike Kachigunda. Tienen cuatro hijos y visitan Wimbe a menudo”. Y el dicho malaui: “Ngati Mphero Yofika Korse / Dios es como el viento, lo toca todo”

Y es que para entender la magnitud de la proeza de William Kamkwamba, hemos de ponernos en situación: una infancia en Malaui, un país africano dominado por la superstición, donde todos temen el poder del hechicero; una subsistencia sometida a las inclemencias meteorológicas y a las corrupciones habituales de la mayoría de los gobiernos, que echan al traste la cosecha del año y condenan a la familia, y al pueblo entero, a la hambruna; una educación inaccesible para la mayoría de los niños, que no pueden pagar las tasas; una existencia sin electricidad, que les obliga a depender de las lámparas de queroseno, que los asfixian, y de la madera, a kilómetros de distancia y cada vez más escasa… Y en medio de tanta penuria, un niño capaz de cambiar el destino de su familia y de su país gracias a su curiosidad e ingenio. Y con esta pequeña gran historia, la revista Time incluyó a Kamkwamba entre las “30 personas menores de 30 años que cambiaron el mundo”. 

Porque El niño que domó el viento es una bellísima película, real y extraordinaria como la vida misma. Y una oportunidad para conocer de primera mano lo que son las hambrunas, algo que en este primer mundo de sobrepeso nos suena a ciencia ficción. La ONU define la hambruna cuando al menos el 20% de los hogares de una zona se enfrentan a una grave falta de alimentos, las tasas de malnutrición superan el 30% o mueren al día por hambre dos o más personas por cada 10.000. Y para conocer su importancia basta recordar las mayores hambrunas del último siglo: Unión Soviética 1930-5 (hasta 8 millones de personas murieron como resultado del programa de industrialización masiva de Josef Stalin), China 1958-61 (entre 10 y 20 millones de personas murieron como resultado del Gran Salto Adelante de Mao Zedong, con una política errónea), Camboya 1970-9 (una década de conflictos y hambre con un saldo de 2 millones de muertes), Etiopía 1984-5 (1 millón de fallecidos y esta fue la hambruna que originó el famoso concierto Live Aid promovido por Bob Geldof), Corea del Norte, 1995-9 (más de 3 millones de fallecidos por una combinación de inundaciones y políticas gubernamentales erróneas), Somalia, 2011-12 (que mató a 260.000 personas). 

Y por ello El niño que domó el viento no solo nos recuerda una bella historia de superación e ingenio, sino que se convierte en un toque de atención para no olvidar que las hambrunas pueden matar más que una pandemia vírica. Y aunque esta historia solo es una gota en el mar de las hambrunas, bien vale la pena  recordarla.


miércoles, 21 de octubre de 2020

Un Día Nacional de la Pediatría 2020 diferente... pero presente

 

En el Congreso Extraordinario de la Asociación Española de Pediatría (Centenario del Primer Congreso Español de Pediatría y II Congreso Extraordinario Latinoamericano de Pediatría), celebrado en Madrid, 5-7 Junio 2.014, la Junta Directa de la Asociación Española de Pediatría (AEP) acordó que el día 8 de octubre sea considerado como el DÍA NACIONAL DE LA PEDIATRÍA (DNP), conmemoración que no existía en nuestro país. 

La AEP consideró oportuno que esta primera jornada sea el inicio de un evento que se celebrará anualmente con el objetivo de hacer presente la importante figura de la Pediatría y de los pediatras en nuestra sociedad, como valedores de la salud infanto-juvenil de nuestra población, reivindicando un modelo de asistencia pediátrica modélico y que no pocas veces se cuestiona. 

Y así ha venido ocurriendo todos los 8 de octubre (bonita fecha, pues coincide con mi cumpleaños) de los últimos 6 años. Y en la mayoría de esas fechas desde la provincia de Alicante hemos organizado un acto muy especial con la colaboración de toda la pediatría (hospitalaria y de atención primaria), de forma que Alicante se ha vestido cada año del DNP. Pero este año 2020, bloqueado por la pandemia COVID-19, donde casi todos los actos que impliquen contacto personal se anulan, no hemos podido realizar ese encuentro. 

Pero de forma virtual, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha querido estar presente. Y este 2020 se remarca que los pediatras hemos velado siempre por la salud integral de niños y adolescentes, compromiso que se ha visto subrayado de manera especial durante esta pandemia que, por fortuna y , en general, no ha afectado de forma grave a los niños . 

Y este es su comunicado: 
“Cada octubre conmemoramos el Día de la Pediatría, este año, no podía ser de otra manera. En el lema escogido “Los pediatras asegurando la salud integral infanto-juvenil, también durante la pandemia” hemos tratado de recoger este espíritu de entrega y vocación por la infancia en nuestro país, así como poner en valor el papel desarrollado por las especialidades pediátricas durante este tiempo. 
La relación de confianza existente entre las familias y sus pediatras ha sido pieza clave en la atención a nuestros pacientes durante este tiempo. Es hora de insistir a las autoridades sanitarias competentes en el reconocimiento de estas como Áreas de Capacitación Especifica, una petición ya recurrente, aunque no por ello escuchada. 
La situación actual ha puesto de manifiesto también algunas carencias del Sistema Nacional de Salud que, sin embargo, los pediatras hemos sorteado por ingenio y eficiencia. Estas dos palabras son fundamentales para entender la nueva manera de hacer la Pediatría que se abre camino ante nosotros. Os animamos a ver el vídeo que la AEP ha realizado con motivo de la celebración del Día de la Pediatría en el que se desgranan las características principales de esta nueva forma de ejercer y se hace balance de los días pasados 
Os remitimos también en formato decálogo estas características y os animamos a compartirlo en redes sociales a través del hashtag #DíaPediatría2020” 

Y así lo hacemos desde el blog: compartimos este decálogo y recordamos este necesario DNP. Y lo hacemos durante lo que resta de este mes de octubre, con el deseo de que todo vuelva a la normalidad, no deseando que esta anormalidad llamada “nueva normalidad” no persista mucho tiempo.

lunes, 19 de octubre de 2020

¿Cómo se propaga la enfermedad COVID-19?

 

Se cree que la enfermedad COVID-19, ocasionada por el virus SARS-CoV-2, se propaga principalmente a través del contacto cercano de persona a persona, principalmente entre personas que están físicamente cerca entre sí (a menos de 1,5-2 metros). Las personas que están infectadas pero no presentan síntomas también pueden propagar el virus a otras personas. Todavía seguimos aprendiendo acerca de cómo se propaga el virus y sobre la gravedad de la enfermedad que causa

Ante la “infoxicación” reinante con esta enfermedad, donde se mezcla información y desinformación, verdades y bulos, los Center for Diseases Control (CDC) han emitido este sencillo mensaje a principios de este mes de octubre, para dejar claro el tema de ¿cómo se propaga la enfermedad COVID-19? 

Cinco ideas clave: 

1. La enfermedad COVID-19 se propaga MUY FÁCILMENTE de persona a persona 
La facilidad con la que el virus se propaga de persona a persona puede variar. El virus SARS-Cov-2 parece propagarse de manera más eficaz que el de la gripe, pero no tan eficazmente como el del sarampión, el cual se encuentra entre los virus más contagiosos que afectan a las personas. 

2. La enfermedad COVID-19 se propaga MÁS COMUNMENTE durante el contacto cercano 
Las personas que están físicamente cerca (dentro del espacio de 1,5-2 metros) de una persona con COVID-19 o que tienen contacto directo con esa persona, tienen mayor riesgo de infección. Cuando las personas con COVID-19 tosen, estornudan, cantan, hablan o respiran, producen gotitas respiratorias. Estas gotitas pueden variar de tamaño: las gotitas más grandes se precipitan desde el aire debido a la gravedad y las más pequeñas se esparcen en el aire. 
Las gotitas respiratorias provocan infecciones cuando son inhaladas o se depositan en las membranas mucosas, como las que revisten la parte interna de la nariz, la boca o los ojos. Y la infección ocurre principalmente a través de la exposición a estas gotitas respiratorias cuando una persona está en contacto cercano con alguien con COVID-19. A medida que las gotitas respiratorias se desplazan a una mayor distancia de la persona con COVID-19, la concentración de estas gotitas disminuye. A medida que el tiempo pasa, la cantidad de virus infeccioso presente en las gotitas respiratorias también disminuye. 

3. La enfermedad COVID-19 puede propagarse EN OCASIONES mediante la transmisión por aire 
Algunas infecciones pueden propagarse a través de la exposición al virus presente en las pequeñas partículas y gotitas respiratorias que quedan en el aire durante minutos u horas. Estos virus pueden infectar a las personas que están a más 1,5-2 metros de distancia de la persona infectada o después de que la persona haya abandonado el lugar. A este tipo de propagación se lo denomina transmisión por aire y es una de las principales formas de propagación de infecciones como la tuberculosis, el sarampión y la varicela. 
En el caso de la infección por SARS-CoV-2 este tipo de transmisión ocurre dentro de espacios cerrados con ventilación inadecuada y las personas que fueron infectadas estuvieron en el mismo espacio en el mismo momento o poco después de que la persona con COVID-19 se haya ido. Pero los datos disponibles son claros e indican que es mucho más común que el virus SARS-CoV-2 se propague a través del contacto cercano con una persona con COVID-19 que mediante la transmisión por aire. 

4. La enfermedad COVID-19 se propaga con MENOR FRECUENCIA a través del contacto con superficies contaminadas 
Las gotitas respiratorias también pueden depositarse sobre superficies y objetos. Es posible que una persona contraiga el COVID-19 al tocar una superficie u objeto que tenga el virus y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos. Pero no se cree que la propagación a través del contacto con superficies contaminadas sea una forma común de propagación del COVID-19. 

5. La enfermedad COVID-19 se propaga RARAMENTE entre personas y animales 
Al parecer el virus que causa el COVID-19 puede propagarse de personas a animales en ciertas situaciones. Los CDC tomaron conocimiento de una pequeña cantidad de notificaciones de mascotas en todo el mundo, incluidos gatos y perros, infectadas por el virus que causa el COVID-19, principalmente después de haber estado en contacto cercano con personas con COVID-19. Por el momento, el riesgo de propagación del COVID-19 de animales a personas se considera muy bajo. 

El mensaje de los CDC es claro: mientras llega la vacuna que pueda protegernos de esta enfermedad (con la eficacia y seguridad que se le debe exigirá a toda vacuna), protéjase y proteja a los demás. Y la mejor manera de prevenir la enfermedad es evitar la exposición a este virus con la evidencia (y la coherencia) de los cinco supuestos expuestos. 

Estas medidas ya conocidas no solo serán importantes a nivel individual (para evitar la infección y enfermedad), sino también a nivel colectivo (para desacelerar la propagación): 
- Manténgase al menos a 1,5-2 metros de distancia de las demás personas, siempre que sea posible. 
- Cúbrase la boca y la nariz con una mascarilla al estar con otras personas. Esto ayuda a reducir el riesgo de propagación tanto por contacto cercano como por transmisión por aire. 
- Lávese las manos con frecuencia con agua y jabón. Si no dispone de agua y jabón, use algún desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol. 
- Evite los espacios cerrados muy concurridos y garantice que los espacios cerrados estén correctamente ventilados al dejar que ingrese aire del exterior tanto como sea posible. En general, estar al aire libre y en espacios con buena ventilación reduce el riesgo de exposición a gotitas respiratorias infecciosas. 
- Quédese en casa y aíslese de las demás personas si está enfermo. 
- Limpie y desinfecte de manera rutinaria las superficies que se tocan con frecuencia. 
- Obtenga información veraz y sencilla (como esta de los CDC) sobre lo que puede hacer para protegerse y proteger a los demás. Y es muy importante diferenciar entre “muy fácilmente”, “más comúnmente”, “en ocasiones”, “menor frecuencia” y “raramente” de los cinco supuestos descritos, para no crear una COVIDofobia innecesaria. 

En este vídeo, uno de los muchos vídeos informativos para la población, se explica de forma sencilla.

 

sábado, 17 de octubre de 2020

Cine y Pediatría (562). “Diecisiete” deconstruye “Rain Man” desde la simplicidad

 

En Cine y Pediatría ya varias películas adquieren el título de una determinada edad, generalmente alrededor de ese periodo tan intenso, emocionante y cinematográfico como es la adolescencia, una etapa de la vida que desde este proyecto hemos reclamado como género cinematográfico. Ejemplos de ellos son Thriteen (Catherine Hardwicke, 2003), Marion, 13 años eternamente (Bourlem Guerdjou, 2016), Quinceañera (Richard Glatzer y Wash Westmoreland, 2006), 15 años y un día (Gracia Querejeta, 2013), Felices dieciséis (Ken Loach, 2002) y Cuando tienes 17 años (André Téchiné, 2016). 

Y hoy se suma una más, una película española distribuida por Netflix: Diecisiete (Daniel Sánchez Arévalo, 2019). Una película especial que podemos asimilar a una versión de Rain Man (Barry Levinson, 1988) a la española y deconstruida desde la simplicidad: dos hermanos (uno con un trastorno del espectro autista y el otro con problemas de alcoholismo y desesperado ante la incapacidad de no saber cómo ayudar a su hermano y ni siquiera a sí mismo) en esta peculiar road movie en autocaravana por Cantabria, pero aquí no van en buscan de una herencia, sino en busca de un perro y con el objetivo de enterrar a la abuela (que decide no morirse) en su pueblo. Un tour de forcé interpretativo entre dos jóvenes actores, casi desconocidos, Biel Montoro (que interpreta a Héctor, un chico de 17 años poco sociable y poco comunicativo que lleva dos años internado en un Centro de Menores) y Nacho Sánchez (que interpreta a Ismael, su hermano mayor).   

Héctor es un chaval complicado para la sociedad, con su forma de abordar e interpretar el mundo desde su TEA. A punto de cumplir la mayoría de edad, se encuentra interno en un Centro de Menores después de reiterados delitos de hurto por motivos supuestamente justificados. Y aunque el profesor de la institución escribe en la pizarra a los internos el siguiente mensaje, “Para, piensa y responde”, no cala especialmente en él. Por ello, una monitora intenta ayudarle con un terapia de reinserción con perros: “Los perros son para los que les cuesta integrarse”. Y es así como Héctor se encariña de un perro, que se parece a una oveja, y al que le llama “Oveja”. Pero el perro acaba siendo adaptado por otra familia, y pide a su hermano que le ayude a buscarle y para ello no solo él huye de la institución donde se encuentra, sino que se llevan a su abuela en fase terminal de la residencia de ancianos. Porque poco a poco vamos conociendo a Héctor, un joven ofuscado, impulsivo, callado pero que pregunta y responde con acelerada espontaneidad y ninguna reflexión, lapidario al soltar la verdad sin ningún tipo de matiz, enfadado, insatisfecho, raro, y que solo trata y cuida con extremado primor a su abuela, a la que continuamente le dice: “Abuela, no te mueras hasta que vuelva”

Y con este inicio comienza una particular road movie con tres protagonistas (un adolescente desadaptado, una abuela terminal y un hermano protector) en busca de un perro enfermo, abandonado y adoptado al que llaman “Oveja”, verdadero macguffin que motiva el inicio de una aventura en la que ambos hermanos recorrerán sus vidas y sus sentimientos en caravana. Y en el viaje reconocemos las peculiaridades de nuestro protagonista, y reconoceremos algunos rasgos de una entidad ya vista en muchas películas en Cine y Pediatría, como es el autismo, quizás en su variante del síndrome de Asperger: cómo Héctor llegó a saberse de memoria el Código Penal, libro que leyó incluso pegando sus hojas rotas con celofán, o su manía de calzar chanclas (que ata con celo cuando tiene que correr por su hábito al hurto), o ese interés que limita en su vida a dos seres, el perro y su abuela. Un chico que se dice a sí mismo, “Cambiar pensamiento tóxico por pensamiento prosocial” y que no lo ha aprendido en el Centro de Menores, sino en internet. 

Es Diecisiete una película inteligente, tierna, precisa y muy aconsejable, una historia de las que te alegran el corazón y reconcilian con el ser humano, aunque nada sea muy normal y todos los protagonistas acaben siendo bastante disfuncionales. Y así Ismael le recuerda a su hermano: “Qué tiempos aquellos cuando fuimos hermanos”. Porque la química y diálogos entre Héctor e Ismael, entre los actores Biel Montoro y Nacho Sánchez, es su punto más fuerte, así como su mensaje, pues no en vano la película ha recibido varios premios en relación a la educación en valores a través del cine. 

El resultado es un compendio de escenas tratadas con la naturalidad de la vida misma, activando los resortes necesarios para que no sólo nos conmuevan, sino que nos sintamos parte de esa caravana con la que recorren sus sentimientos. Y también con ellos nos subamos de noche al techo de la caravana, mientras recorremos esa Cantabria que ya se ha vuelto tan icónicamente cinematográfica gracias a esta película como en su momento lo fueron determinados emplazamientos del País Vasco con la película Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014) o el valle navarro del Baztán con la trilogía del Baztán del director Fernando González Molina (El guardián invisible, 2017; Legado en los huesos, 2019; y Ofrenda a la tormenta, 2020), según adaptación de las novelas de Dolores Redondo. 

Y el secreto del éxito de Diecisiete es un buen guión, una buena dirección de actores y mucho corazón, al que acompaña con discreción la banda sonora de Julio de la Rosa, suave y plácida para ser un compañero más en el camino de una de esas películas de sonrisa continua, de corazón lleno de luz y de buenos valores. Es cierto que es una historia previsible, pero quizás también aconsejable, por ese aprendizaje constante sobre cómo tratar al de al lado, cómo sentir empatía, cómo ser mejor persona, cómo saber encontrar la luz al final del túnel. 

Os puedo asegurar que en este tiempo en que está tan de moda deconstruir platos en las cocinas de los modernos restaurantes, Diecisiete se convierte en un ejemplo paradigmático de cómo deconstruir una película de Hollywood multioscarizada como Rain Man y con dos actores de relumbrón como Dustin Hoffman y Tom Cruise, y dejarnos esta pequeña joya en manos de dos jóvenes actores españoles apenas reconocibles, para facturar esta simple película elaborada con pocos elementos, pero todos muy bien puestos. Y no hace falta más para filmar una gran película. El corazón la hace grande. 

miércoles, 14 de octubre de 2020

Lo que hemos aprendido (y nos queda por aprender) de la COVID-19 en la infancia

 


En el mes de abril pude participar en dos encuentros virtuales coordinados desde la división de Pediatría del Hospital Ángeles Puebla (Puebla, México) bajo el título de "Manejo del paciente pediátrico con COVID-19: desde su casa hasta UTIP (Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica)". En el primer encuentro se apuntaron alrededor de 300 asistentes y el segundo se superaron los 6.000.  En este encuentro se me encargó abordar los aspectos clínicos y diagnósticos y se fundamentaron en 20 preguntas concretas y 20 respuestas claras. Y con una importante consideración: las respuestas no son opiniones personales, sino fruto de la mejor evidencia científica disponible hasta el día de hoy, procedente de las principales organizaciones internacionales (OMS, CDC) y nacionales (Ministerios de Sanidad), así como de las principales sociedades científicas, con especial consideración de la Asociación Española de Pediatría y sus sociedades científicas. 

Cinco meses después he sido invitado a participar en el XVII Congreso Internacional de Pediatría desde Mérida (Yucatán, México) y ya con un abordaje integral de la enfermedad. Y las 20 preguntas se convirtieron en 55, y el subtítulo pasó a ser “preguntas concretas, respuestas claras, dudas razonables”. Y estas seguirán siendo las predominantes, bajo tres premisas propias de esta enfermedad: 1) Aprendemos de la COVID-19 sobre la marcha: y las prisas no son buenas consejeras; 2) La obsolescencia de conocimientos está a la orden del día en este tema: lo que creemos saber hoy, puede que no valga para mañana; 3) En la COVID-19 hay mucho “ruido” informativo y poca “melodía” científica: aunque hay demasiada información y muchos estudios, la calidad de la evidencia es débil. 

Y estos son los temas tratados, que podéis revisar en este enlace, y que también se puede revisar en la presentación adjunta al final. Un total de 55 preguntas en siete apartados. 

I. HISTORIA e historias alrededor de las epidemias y pandemias 
1. ¿Cómo ha evoluciona la historia de las epidemias y pandemias? 
2. ¿Cuáles son las principales pandemias en la Historia? 
3. ¿Cuáles son las fases técnicas de una epidemia? 
4. ¿Cuáles son las oleadas (y resacas) de una pandemia? 
5. ¿Cuáles son las fases emocionales del confinamiento? 
6. ¿Por qué aparecen las teorías conspiranoicas? 
7. COVID-19 y teorías conspiranoicas: ¿the never ending story? 

II. EPIDEMIOLOGÍA 
8. ¿Cuál es el origen del nuevo coronavirus? 
9. ¿Cuál es la situación global en el mundo? 
10. ¿Cuál es la situación global en España? 
11. ¿Cómo transmite la enfermedad COVID-19 la infancia? 
12. ¿Cuál es la situación en la población pediátrica? 

III. CLÍNICA
13. ¿Cómo es la enfermedad COVID-19 en la infancia? 
14. ¿Por qué COVID-19 es más leve en la infancia? 
15. ¿Cuáles son los grupos de riesgo en la infancia? 
16. ¿Qué es el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico? 
17. ¿Cuáles son los criterios de ingreso en Pediatría? 
18. ¿Cuáles son los criterios de alerta analítica? 
19. ¿Cómo organizar Urgencias de Pediatría en la pandemia? 
20. ¿Cómo adaptar el Calendario vacunal en tiempo de pandemia? 
21. ¿Qué conocemos del COVID-19 durante el embarazo? 
22. ¿Cómo se trasmite COVID-19 en recién nacidos? 
23. ¿Cómo se maneja el RN en caso de madre con sospecha COVID-19? 
24. ¿Es posible continuar lactancia materna en puérpera COVID-19? 
25. ¿Medicaciones frente COVID-19 en embarazo y lactancia? 
26. ¿Qué hacer en COVID-19 con pacientes inmunodeprimidos? 
27. ¿Qué hacer en COVID-19 con pacientes oncológicos? 
28. ¿Qué hacer en COVID-19 con pacientes asmáticos? 
29. ¿Qué hacer en COVID-19 con pacientes alérgicos? 
30. ¿Qué hacer en COVID-19 con pacientes cardiópatas? 
31. ¿Qué hacer en COVID-19 con pacientes diabéticos? 
32. ¿Qué hacer en COVID-19 en pacientes reumatológicos? 
33. ¿Qué hacer en COVID-19 en pacientes nefrópatas? 

IV. DIAGNÓSTICO  
34. ¿Qué pruebas microbiológicas disponemos frente COVID-19? 
35. ¿Cuál es la rentabilidad de las tres pruebas serológicas? 
36. ¿Cuál es el valor de las pruebas virológicas en cada situación? 
37. ¿Cuándo y cómo utilizar las pruebas virológicas? 
38. ¿Qué pruebas diagnósticas pedir en Urgencias? 
39. ¿Cuál es la interpretación de las pruebas virológicas? 
40. ¿Podemos proclamar el "test, test, test" sin más…? 
41. Algoritmo diagnóstico en sintomáticos 
42. Algoritmo diagnóstico en contactos asintomáticos 
43. Algoritmo en cribados 

V. TRATAMIENTO 
44. ¿Cuáles son los puntos clave del tratamiento en COVID-19? 
45. ¿Cuáles son las tres fases teóricas de la enfermedad? 
46. ¿Cuáles son las estrategias de tratamiento? 
47. ¿Cuáles son los protocolos de tratamiento utilizados? 
48. ¿Qué puntos de interés considerar en tratamiento pediátrico? 

VI. PREVENCIÓN
49. ¿Cómo planificar la actividad asistencial en la era COVID-19? 
50. ¿Cuáles son las etapas de asistencia segura en Pediatría? 
51. ¿Cómo aplicar estas etapas en Atención Pediatría? 
52. ¿Qué EPI utilizar en la revisión de un paciente? 

VII. VACUNACIÓN
53. ¿Cuáles son los requisitos de la vacuna frente SARS-CoV-2? 
54. ¿Cuántos proyectos de vacuna hay frente SARS-CoV-2? 
55. ¿Qué tipos de vacuna frente SARS-CoV-2? 

Nos enfrentamos a una nueva enfermedad, ya no tan nueva. Pero donde las dudas razonables aún predominan sobre las respuestas claras. Es por ello que esta presentación quedará obsoleta a medida que avance la ciencia y los conocimientos. Y para ello, nada mejor que recurrir a las mejores fuentes de información para responder a las preguntas que surjan en estos tiempos de COVID-19.

lunes, 12 de octubre de 2020

Protocolo sobre Traumatismo no accidental en menores


El traumatismo no accidental en menores (ampliamente conocido como malos tratos) es un tema de gran relevancia sanitaria, judicial y social. Este maltrato físico es más frecuente en niños, en edades de 2 a 4 años, y constituye la segunda causa de mortalidad en menores de 5 años (exceptuando el periodo neonatal). Existen entre un 30-50% de riesgo de reincidir en el maltrato y entre 5-10% de riesgo de muerte del niño por dicha causa. 

Ahora bien, los datos que se conocen son sólo una pequeña parte de los que realmente ocurren; y esto es así por las características propias del maltrato en la infancia: 
- Muchos casos se producen dentro de la familia. 
- Los niños pequeños no tienen autonomía para denunciarlo. 
- Existe temor de muchos profesionales y ciudadanos a las implicaciones que puede originar la denuncia. 
- Hay un desconocimiento del tema, de sus distintas manifestaciones, así como de las situaciones de riesgo que pueden favorecer el maltrato. 
- Tenemos dificultad en la identificación como maltrato del abandono y la negligencia en los cuidados del niño, así como de la utilización de disciplinas inadecuadas, educación en la violencia, etc. 

Por todos estos motivos, se constituyó el año pasado en el Hospital General Universitario de Alicante el Comité de Traumatismo no accidental en menores. Un equipo multidisciplinar formado por pediatras (de diferentes secciones), radiólogos pediatras, neurocirujanos pediátricos, intensivistas pediátricos, traumatólogos pediátricos, oftalmólogos pediátricos, médicos forenses, trabajadores sociales, médicos forenses y representantes de la dirección del hospital. 

Y este Comité ha elaborado un reciente Protocolo sobre traumatismo no accidental, cuyo documento podéis consultar en este enlace y en el que podréis encontrar buena información para la práctica habitual en los diversos y complejos aspectos de atención de estas situaciones que acuden a Urgencias de Pediatría. Y en donde se pone especial énfasis en mejorar las siguientes competencias: 
- Sospechar la existencia de maltrato 
- Hacer el diagnostico 
- Hacer el diagnostico diferencial 
- Establecer el tratamiento 
- Tomar las medidas preventivas necesarias 
- Asegurar la protección del niño 
- Comunicar el hecho a las Autoridades judiciales

Porque este es un tema muy importante, e incluye todo tipo de maltrato,  tanto físico, psicológico, sexual, desatención, negligencia y explotación comercial como de otro tipo que puede causar daños a la salud, desarrollo y dignidad del niño. Y las consecuencias sobre la infancia no solo afectan a su vida y a su salud física, sino que los niños y niñas maltratados también presentarán problemas de conducta, problemas psicológicos y mentales en la madurez.

Por ello, todo trabajo que permita mejorar el traumatismo no accidental en menores es bienvenido. Y por ello comparto este buen trabajo de mis compañeros, útil para abordar los aspectos sanitarios, sociales y judiciales que rodean una consulta complicada con ésta. 

sábado, 10 de octubre de 2020

Cine y Pediatría (561). “Quiero comerme tu páncreas”, un canto animado a la amistad y la pérdida

 

Si pronunciamos estos nombres (Goro Miyazaki, Yasuomi Umetsu, Mahiro Maeda, Ryutaro Nakamura, Noboru Ishiguro, Kazuya Tsurumaki, Yoshifumi Kondo, Kunihiko Ikuhara, Rintaro, Koji Morimoto, Shoji Kawamori, Shinichiro Watanabe, Yoshiaki Kawajiri, Hideaki Anno, Masaaki Yuasa, Momoru Oshii, Katsuhiro Otomo, Satoshi Kon, Hayao Miyazaki, Hiroyuki Okiura, Isao Takahata, Shin'ichirô Ushijima) todos coincidiremos en que son nombres japoneses. Muchos menos verán reflejados en ellos el elenco de grandes directores de anime, lo que ya es desde hace tiempo toda una cultura en Japón y a nivel internacional. 

Anime se usa para nombrar a los dibujos animados de origen japonés, un fenómeno cultural y de entretenimiento que goza de gran popularidad. Las obras de anime solían dibujarse manualmente desde sus inicios a principios del siglo XX, aunque en los últimos años se popularizaron las creaciones digitales. Aunque existen múltiples trabajos de anime con diferentes características, hay un estilo típico de la animación japonesa que empezó a forjarse en la década de 1960 en el que aparecen personajes con ojos muy grandes, labios finos y cabello extraño, con gran expresividad de los rostros lo que diferencia a estos dibujos de los más habituales en la animación occidental. El anime es un arte que está vinculado al manga (las historietas japonesas), el cosplay (el uso de disfraces) y otras disciplinas y tendencias. 

Hasta tal punto ha llegado la repercusión de este tipo de animación, que se han creado dentro de la misma una larga lista de especializaciones para poder satisfacer los gustos de todo tipo de público. Entre las especializaciones más significativas están, por ejemplo, el anime kodomo, que es el que está dirigido al público infantil en general; el anime shojo, que es el que está creado para satisfacer los gustos de las chicas adolescentes, o el anime seinen, que va dirigido a adultos varones y que se identifica por altos niveles de violencia y sexo. Pero son decenas los géneros temáticos en el anime. Y algunas películas de anime ya han formado parte de Cine y Pediatría, como Una carta para Momo (Hiroyuki Okiura, 2011) o La tumba de las luciérnagas (Isao Takahata, 1998).  

Y hoy llega una más, otra película de anime llena de mensaje y con un título muy particular: Quiero comerme tu páncreas (Shin'ichirô Ushijima, 2018), una película que nace de la novela homónima de Yoru Sumino publicada tres años antes y que fue todo un best seller. Y la película comienza así, con esta voz en off de Haruki, un solitario estudiante de secundaria que tiene en la lectura y en su trabajo en la biblioteca su peculiar refugio: “El funeral de mi compañera de clase, Sakura Yamauchi, tuvo lugar un día lluvioso. Algo poco apropiado para la clase de persona que había sido en vida. Como testimonio del valor de su vida no fueron pocos los que derramaron lágrimas durante el velatorio y el funeral; a ninguno de los cuales yo asistí. Permanecí en casa todo el tiempo. El último mensaje que le mandé era muy corto, de una sola línea. Desconozco si lo llegó a leer”. Y el mensaje decía lo siguiente: “Quiero comerme tu páncreas”. Y éste es el título de esta película de anime tan particular, que nada tiene que ver con un acto de canibalismo (es una creencia curativa) y nada que ver con una película violenta (pues en realidad se convierte en una sencilla historia llena de buenos valores). 

Porque esta película se convierte en una deliciosa película de dibujos poéticos y relajantes (por el trato que hace de la luz, las sombras, el viento, el mar, la lluvia, los fuegos artificiales o los sueños) y que se centra en la particular amistad de dos jóvenes estudiantes, Haruki, a quienes ya hemos presentado, y Sakura, la joven de 17 años que tienen una enfermedad del páncreas (no definida) por la que éste ha dejado de funcionar y por la que va a morir a corto plazo. Dos seres opuestos, cuya amistad no es comprendida por nadie: él callado, introvertido y asocial, ella vital, extrovertida y habladora. Haruki nunca ha tenido amigos, y todo cambia en el día que Haruki se encuentra el diario de Sakura titulado “Convivencia con la enfermedad” y en donde descubre este secreto de su enfermedad que nadie conoce, salvo sus padres. Y así ella le confiesa: “Mientras tú seas el único que conozca la verdad, podré seguir haciendo una vida normal”. Y así es como ella escribe una lista de cosas que le gustaría hacer antes de morir y las comparte con Haruki, aunque éste sigue siendo reacio a la amistad: “Lo mismo me da caer bien a los demás o no. Por eso, no me interesan los demás. Y a la gente tampoco le intereso yo”. Pero ella insiste y le envía este mensaje al móvil, con su vitalidad habitual (no exenta del miedo interior que le acompaña): “Vamos a seguir siendo amigos hasta que me muera”

Y así pasan los días, con Haruki siendo el sustento vital de Sakura, muy a pesar de él, quien sigue teniendo un mal concepto de sí mismo y tampoco hace mucho para cambiarlo: “Nadie quiere hablar con el-compañero-que-pasa-desapercibido”. Y en esa relación ella le explica el por qué de la expresión que da título a esta película: “He estado investigando y hay países en las que existe la creencia de que el alma de la persona devorada sigue viviendo de alguna manera en el interior de aquel que la devora”. Y cuando ella le habla de que su libro preferido es “El principito”, él le responde: “Se puede saber mucho de una persona por sus libros preferidos”. Y en los juegos que realizan sobre “verdad o reto”, ella le hace preguntas divertidas y él siempre cuestiones muy profundas, como “¿Qué significa para ti estar viva?”; y ella le responda: “Para mí estar viva es tener la posibilidad de conectar nuestro corazón con los de otras personas. Tratar de conseguir eso es lo que llamamos vivir. Conocer a alguien, querer a alguien, odiar a alguien, pasártelo bien con alguien, ir de la mano de alguien… Eso es vivir”

Y finalmente una noticia lo cambió todo. Y Haruki tardó mucho en afrontar la realidad. Y logró llorar. Y consiguió cambiar, que es lo que Sakura siempre quiso, que se abriera al mundo y a la amistad. Y así es Quiero comerte tu páncreas, la historia de dos amigos que se necesitaban y se dieron su tiempo, tan bella y romántica como los cerezos en flor. Una película del anime japonés que bien pudiera ser un cóctel entre A dos metros de ti (Justin Baldoni, 2019), por esa historia de amistad especial de dos adolescentes alrededor de una enfermedad como la fibrosis quística (que también afecta preferencialmente el páncreas, junto con el pulmón y otros órganos) y Vivir para siempre (Gustavo Ron, 2010), por esas cosas por hacer antes de morir de nuestro adolescente con leucemia.  

En los últimos años venimos gozando de estrenos puntuales de películas anime que nos llegan con cuentagotas a España. Y es así como Quiero comerme tu páncreas, la historia creada por Yoru Sumino, ha conseguido su objetivo: llegar al corazón de sus lectores y después, al de los espectadores. Un canto a la superación y a la vida. Y, donde más allá de la enfermedad y la posible historia de amor que sirve como contexto, el corazón de la cinta reside en Sakura y la manera que tiene de ver la vida y cómo entiende las relaciones que establece con las personas de su entorno, cómo nos dibuja la amistad y el manejo de la pérdida.

 

jueves, 8 de octubre de 2020

Libro Cine y Pediatría 9,... y los guiones que quedan por escribir



Un año más, y un nuevo libro del proyecto "Cine y Pediatría" llega a las librerías (y a Amazon). Un año diferente en Alicante, en España y en el mundo. Un mundo sumido en una pandemia, donde todo gira alrededor de las olas (y los tsunamis) de la COVID-19. Pero pese a ello y pese a todo, Cine y Pediatría 9 se ha publicado, sin faltar a su cita, aunque por motivos de seguridad no se ha podido presentar en el Festival Internacional de Cine de Alicante, ni en los congresos nacionales e internacionales de Pediatría (pues estos no han tenido lugar de forma presencial, solo virtual). 

Y es así como se desgranan las celebraciones: 
- En el año 2012, publicamos Un sueño hecho realidad: el libro "Cine y Pediatría 1"
- En el año 2018, Libro "Cine y Pediatría 7", la adolescencia de un proyecto.
- En el año 2019, Libro "Cine y Pediatría 8", cuando lo "raro" se hizo extraordinario.

Y aquí estamos en el año 2020 con Cine y Pediatría 9. Pues el número 9 es el número relacionado con la creatividad, el conocimiento y la sabiduría. Y de esos tres valores los necesitaremos mucho para este año tan peculiar que estamos viviendo en el mundo por la pandemia del nuevo coronavirus, porque es posible que ya nada vuelva a ser lo mismo. Por ello, tengamos la creatividad, el conocimiento y la sabiduría para realizar un análisis DAFO de nuestra existencia a partir de este trágico COVID-19, al ver que todo a nuestro alrededor puede cambiar: conozcamos las debilidades y potenciemos las fortalezas, analicemos las amenazas y aprovechemos las oportunidades que nos devuelve esta experiencia y esta nueva forma de vivir y convivir. Y todo ello para que nuestra vida y la de los que nos rodean vuelva a ser “de cine”.

Y con Cine y Pediatría 9 – y ya con el décimo libro escrito y el undécimo en marcha – son 462 posts del blog Pediatría basada en pruebas los que se han transformado en el mismo número de capítulos de los libros, con centenares de películas analizadas con una observación narrativa alrededor de la infancia y adolescencia, películas argumentales sobre temas sociosanitarios alrededor de esta especialidad que compartimos y que se denomina como Pediatría y sus Áreas Específicas. Y uno de estos temas es precisamente el valor terapéutico y sanador del séptimo arte para conocer y reconocer los trastornos del neurodesarrollo, con el autismo como protagonista principal. 

Y como todo acto de prescribir, no es fácil hacerlo, y debemos hacerlo con ciencia, conciencia y humanización. Porque prescribir es un acto muy serio. Porque hay muchas películas de muy diferentes trastornos del neurodesarrollo, tratadas desde varias perspectivas y desde diversas filmografías, pero os dejo cinco títulos para su reflexión: 


Mary and Max (Adam Elliot, 2009), película en claymation (plastilina en movimiento) que narra la relación epistolar durante 20 años de dos seres muy especiales con síndrome de Asperger: un adulto que vive en Nueva York y una niña que vive en Melbourne. Una pequeña joya del séptimo arte para entender parte del mundo de las personas con síndrome de Asperger, desde el respeto, con frases para enmarcar que dicen más que los mejores libros de texto. 
Frase: "Eres imperfecta, y yo también. Todos los humanos son imperfectos… Cuando era joven, quería ser cualquiera, menos yo mismo. Tendremos que aceptarnos, con defectos y todo, y nosotros no podemos elegir nuestros defectos; son parte de nosotros y tenemos que vivir con ellos. Sin embargo, podemos elegir a nuestros amigos. Las vidas de todos son como una larga acera; algunas están bien pavimentadas; otras, como la mía, tienen grietas”. 

 • María y yo (Félix Fernández de Castro, 2010), película que parte del galardonado cómic “María y yo”, publicado en 2007 por Miguel Gallardo. Narra el hoy y el ayer de María, una niña con autismo, y su padre Miguel con la mezcla de imagen, fotografía, dibujo y animación, sin dejar de conservar la esencia del cómic del que es fiel embajadora la película. Una película biográfica sin dramatismo donde un padre no reclama igualdad, sino que reivindica el valor de la diferencia, lo que implica asumir las peculiaridades de cada uno y abandonar las metas imposibles. 
Frase: “En la vida real pasan demasiadas cosas en un instante, la gente habla todo el rato, se mueven muy deprisa, sus caras expresan emociones que a María le cuesta comprender y ella lo recibe todo a la vez de una manera confusa y agresiva. La única forma de defenderse es refugiándose en su universo, un sitio donde sólo ella puede entrar y salir; bueno, también sus amigos imaginarios, esos con los que ella se ríe a carcajadas cuando nadie la ve. En ese sitio especial María encuentra protección en sus juegos repetitivos, con arena o con los papelitos, o simplemente viendo caer el agua. Gracias a esos momentos, María cambia la angustia que le provocan unas reglas que no entiende”. 


Especiales (Olivier Nakache y Eric Toledano, 2019), cine de denuncia social en una historia con vocación de documental, basada en hechos reales alrededor de dos organizaciones parisinas sin ánimos de lucro, La Voz de los Justos: en una se vela por niños y jóvenes autistas, en otra se forman jóvenes marginados en riesgo de exclusión social para que sean cuidadores de casos extremos de autismo. Una obra que nos permite ser espectadores de una realidad dura, la del dilema de qué hacer con aquellas personas con autismo grave (u otras patologías neuropsicológicas) que nadie se compromete a cuidar. Por ello es una película que visibiliza lo invisible y que da la voz al autismo y a quienes trabajan por ello. 
Frase: “El mundo se divide en dos partes: los que ya no te ven ni te oyen; y los otros, y estos no abundan”.

 • El milagro de Anna Sullivan (Arthur Penn, 1962), una película mítica del séptimo arte y en blanco y negro, allí donde se nos muestra el peculiar método de enseñanza de Anna Sullivan a la niña sordociega Hellen Keller. Una historia real donde Hellen llegó a ser muy famosa y creó la Fundación Americana para los Ciegos. Una reflexión sobre el milagro de la palabra, el milagro del lenguaje, el milagro de enseñar a los sordociegos a salir de ese mundo aislado y casi salvaje en el que vivía Hellen, porque la carencia de vista y oído se convierte en una cárcel para el ser humano. 
Frase: “Crecí salvaje y desbocada, riendo y cacareando para expresar placer, pataleando, arañando, emitiendo los sofocados chillidos del sordomudo para indicar lo opuesto”. 



Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994), basada en la novela del mismo nombre escrita en 1986 por Winston Groom, nos narra la vida de Forrest Gump, quien, con el amor y enseñanzas positivas de su madre, consigue conquistar grandes metas en su vida pese a sus aparentes limitaciones. Es una película sin fecha de caducidad, una metáfora de la vida, de la lucha por encontrar cuál es la meta de cada uno, una mezcla de destino y sueños propios. Y por ello, Forrest Gump es ya un icono que nos regaló el siglo XX y está en nuestras vidas, pues sus enseñanzas perduran. Una película maravillosa llena de maravillosos mensajes y enseñanzas. Para ver una y decena de veces… y seguir aprendiendo. 
Frase: “Cada uno crea su propio destino: aprovecha lo que Dios te ha dado. Haz todo, lo mejor posible. Si Dios hubiera querido que fuéramos iguales, nos habría puesto a todos aparatos en las piernas”.

Y hoy inauguramos Cine y Pediatría 9, y lo hacemos en la mejor compañía, como siempre. La compañía de que cada libro, como todos los anteriores, viene acompañado de tres prólogos, dedicados al Cine, a la Pediatría y a la Docencia. Tres prólogos cuyos autores hacen que crezca el proyecto de Cine y Pediatría y que abra sus fronteras: 

El Prólogo desde el punto de vista de la Pediatría viaja de nuevo desde el otro lado del Atlántico, un regalo que viene con el color y el calor de una amiga pediatra cubana afincada en la blanca Mérida de Yucatán, la Dra. Maitte De La Osa Busto, quien nos regala todo el afecto que siente el proyecto Cine y Pediatría desde la Pediatría Latinoamericana. Y su prólogo, bajo el título de “Unidos por el cine, la Pediatría tiene un gran aliado”.

El Prólogo desde el punto de vista del Cine tendrá la firma de la directora, productora y guionista Silvia Venegas Venegas, una mujer “de cine” que ha enfocado su trabajo a realizar documentales que reflejan los problemas de las sociedad y apostando por la educación como herramienta de cambio. Con ello fundó en 2010 la productora y consultora Making DOC y es académica de la Academia de Cine Europeo. Porque Silvia tiene en su haber un buen número de obras cuyos objetivos de humanización alrededor de la infancia se asemejan a los objetivos de Cine y Pediatría y de ahí su título "Making DOC y Cine y Pediatría...el principio de una buena amistad".

El Prólogo desde el punto de vista de la Docencia llega desde el saber ser y estar de un médico científico, gestor y docente con el que he compartido formación (fuimos compañeros en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca) y con el que comparto proyectos en la formación e información de la ciencia en español alrededor de la Fundación Lilly, de la que es Director: el Dr. José Antonio Sacristán. Él es un ejemplo de cómo fundir ciencia, conciencia y humanización, algo que quizás recibimos de de nuestra mutua formación en la tierras charras hace ya tres décadas. Su maravilloso prólogo, titulado “Practicar la medicina con el cerebro y con el corazón” es un alarde de cómo la amistad y el cariño transforma las palabras en un regalo, hacia mí y hacia el proyecto Cine y Pediatría. 

Y es así como hoy presento Cine y Pediatría 9, en tiempo de una dura pandemia mundial. Pero la creatividad, el conocimiento y la sabiduría alrededor del cine y de la pediatría nos ayudarán también a superarlo. Como me ayudarán los dos personajes de la portada, Paula y Diego, a los que como a todos los niños les deseamos un futuro mejor a nuestra realidad actual. 

Y todo esto en un día tan especial como hoy, 8 de octubre, mi cumpleaños  y también el Día de la Pediatría en España. Un día "de cine" para presentar un nuevo libro "de cine". Cine y Pediatría 9. 

Los libros disponibles a la venta en Lúa Ediciones 3.0 y en Amazon.

Y os dejamos el vídeo de presentación.