sábado, 31 de mayo de 2025

Cine y Pediatría (803) “Ser gorda como yo”, un proyecto con conciencia

 

En el año 1959, el periodista John Howard Griffin, un hombre blanco y sureño, decide oscurecer su piel con medicamentos, exposición a rayos UV y maquillaje para pasar por afroamericano y así vivir en carne propia la experiencia del racismo en el sur de Estados Unidos. Y durante varias semanas Griffin viaja por estados como Luisiana, Misisipi, Alabama y Georgia, enfrentándose a la discriminación sistemática que sufrían los negros, y que incluía no poder usar baños públicos o beber agua en ciertos lugares, hasta ser tratados con desconfianza, desprecio o abierta hostilidad. Griffin no buscaba hacerse pasar por negro como un experimento sensacionalista, sino como un acto de denuncia y empatía, para revelar al público blanco (principalmente) cómo se vivía realmente el racismo cotidiano, incluso en cosas tan básicas como caminar por la calle o buscar trabajo. De aquella experiencia surge el libro autobiográfico "Ser negro como yo” ("Black Like Me" en inglés), publicado por primera vez en 1961 y que, desde entonces, se ha convertido en una de las obras más emblemáticas sobre el racismo en Estados Unidos durante la era de la segregación, pues ese libro cuenta a historia de un hombre que abrió los ojos y ayudó a hacerlo a toda una nación. 

Pues esta historia viene a colación con nuestra película de hoy, un telefilm estadounidense titulado Ser gorda como yo (Douglas Barr, 2007) (To Be Fat Like Me en inglés), y que nos habla de otro problema universal diferente al racismo, en este caso la obesidad, y cuya idea parte ahora de una estudiante con la idea de abordar aspectos como la percepción del peso, el acoso escolar y la aceptación personal. Y es que en la propia película se conjugan ambos proyectos, el proyecto literario alrededor del racismo (que sirve de idea a nuestra protagonista) y el proyecto cinematográfico alrededor de la obesidad. 

La película se centra en la guapa, delgada, popular y deportiva Alyssa Miller, Aly (Kaley Cuoco), capitana del equipo de sóftbol de su instituto (deporte similar al béisbol, pero con una pelota más grande y blanda y un lanzamiento por debajo del hombro) y con una vida social aparentemente perfecta. Sin embargo, Alyssa tiene una visión superficial y prejuiciosa sobre las personas con sobrepeso, influenciada en gran medida por la cultura de delgadez y la presión social. Visión que comienza en su familia a través del sobrepeso de su madre y la obesidad de su hermano pequeño, sometido a acoso escolar por ese motivo. Y ya en una de las primeras escenas en su casa a la hora del desayuno le dice a su madre: ”Eso no es un desayuno, es un ataque cardíaco con tostadas”. 

Cuando Aly sufre una lesión deportiva, pierde la oportunidad de conseguir una de las becas deportivas. Es entonces cuando le surge la idea de participar en un concurso de cine documental para intentar conseguir el dinero del premio que le permitiría seguir costeándose los estudios. Y le propone a su amiga la idea de “Gorda como yo”, título que recordaría a uno anterior como fue “Negro como yo”, tal como hemos comentado, pues algo así era su idea para visibilizar el problema de la obesidad, tal como ella misma nos explica: “Viste que todos hablan de la epidemia de la obesidad en la infancia. Pero siempre son médicos, expertos, gente que los observa desde fuera. Esta película nos pondría a todos del lado de adentro, porque ¿cómo me puedes arreglar lo que no comprendes?”. Y le ayuda a caracterizarse un vecino que se dedica a los disfraces. Y con ese sorprendente cambio pasa a llamarse Gabi Simpson, y con una cámara oculta inicia su experimento sociológico en una escuela de verano… donde no tarda en sentir el aislamiento, acoso, mofa y trato discriminatorio por su aspecto. 

Durante el tiempo que se convierte en Gabi establece una particular amistad con dos compañeros marginados de clase, George y Ramona, esta afecta de una llamativa obesidad, quien se sincera: “Al ser gorda, ya no soy la dueña de mi cuerpo. Todos los demás tiene derecho a opinar, ¿por qué?”… ¿Cómo puedes valorarte si te recuerdan 15 veces al día que no vales nada?”. Mientras Aly/Gabi continúa con el experimento, este le viene cada día más cuesta arriba: “Esta claro que la fobia social a la gordura existe y está empeorando. La gente actúa como si 10 Kg de más te convierten en un asqueroso desecho de la sociedad”. Cuando George y Ramona descubren la realidad de que la Gabi obesa en realidad es una Aly esbelta, se sienten traicionados, lo que ocasiona a nuestra protagonista confusión y dolor por haber hecho daño a sus amigos. Cuando todo parece finalizado y sin salida, Ramona pide a Aly que termine la película y que el vídeo se difunda, pues ella no ha hecho daño a nadie por ser gorda y callarlo, sería aceptarlo. Y este pensamiento de Aly resumen el camino de su experimento, donde ha descubierto las cualidades y la valía de las personas más allá de su apariencia física: “Lo que aprendí no fue sobre el peso, fue sobre la identidad. ¿Quién posee la tuya, la gente, tus amigos, tus padres,.. o tú?”.

Una película con mensajes más profundos de los que uno pueda intuir por su trama. El principal es la crítica al trato injusto y las actitudes negativas que enfrentan las personas con sobrepeso en la sociedad, prejuicios que pueden llevar al acoso, la exclusión y a la negación de oportunidades. Todo ello favorecido por la superficialidad de la cultura de la delgadez, esa presión social para ajustarse a un ideal de belleza único y restrictivo. El viaje de Alyssa es un poderoso ejemplo de cómo la experiencia personal puede generar empatía y comprensión hacia el dolor ajeno de aquellos que son marginados por su peso, comenzando a valorar a las personas por su interior en lugar de por su exterior. Porque esta película promueve la idea de que la verdadera belleza reside en la personalidad, la bondad, la autenticidad y la aceptación de uno mismo, independientemente del peso, lo que son pilares básicos para la felicidad. 

“Ser negro como yo” fue un libro con conciencia. Ser gorda como yo es una película con conciencia. Dos proyectos con conciencia necesarios. Está claro que la obesidad es una pandemia en nuestra población infanto-juvenil con graves riesgos para la salud en el transcurrir de la vida, pero debemos tener presente que la forma de mejorarlo es través de saber aunar la mejor evidencia científica y el respecto a las personas. 

 

miércoles, 28 de mayo de 2025

Bodas de plata de una gran sociedad, la AEPap

 

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) está celebrando este año sus bodas de plata, es decir, sus 25 años de historia con el objetivo de mejorar la salud y la atención de la infancia y adolescencia a través de la reivindicación de la figura del pediatra de Atención Primaria, un entorno y una especialidad tantas veces maltratada por la administración y el propio sistema sanitario. 

En estas fechas, distintas notas de prensa realizan el recuerdo por aquellos que fueron sus presidentes y lideraron este camino: los inicios con el Dr. Josep Bras i Marquillas (2000-2002), la consolidación con el Dr. Juan Ruiz Canela (2002-2010) y la Dra. Begoña Domínguez Aurrecoechea (2010-2016), el empuje con la Dr. Concha Sánchez Pina (2016-2024) y el camino actual con el Dr. Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi (2024- ). Es así que la AEPap se constituye en el año 2000 como una federación de asociaciones de pediatras que trabajan en Atención Primaria, de carácter científico y profesional, sin fines lucrativos. Actualmente representa a más de 4500 pediatras y otros profesionales sanitarios implicados con la infancia y adolescencia. Teniendo en cuenta que las plazas actuales de Pediatría en centros de salud son 6425, según los datos oficiales de 2018, la AEPap representa a la gran mayoría de pediatras de Atención Primaria. 

La AEPap se enmarca en la Asociación Española de Pediatría (AEP) desde 2004. Por tanto, la AEPap complementa el trabajo de la AEP y otras sociedades, asegurando que la voz de los pediatras de primera línea —quienes tienen contacto más cercano y prolongado con las familias— sea escuchada tanto en el ámbito científico como político-sanitario. Una tarea que ha compartido con la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y de la que nos congratulamos. 

Estas bodas de plata son un homenaje que nos recuerda que la AEPap ha sido y es una pieza fundamental en el sistema sanitario español, no solo por su papel asistencial, sino también por su contribución a la formación, la investigación, la elaboración de normas clínicas y la incidencia en políticas públicas relacionadas con la infancia, de forma que su labor ha fortalecido la base del sistema de salud pediátrico, haciendo que la atención primaria sea más eficaz, accesible y centrada en las necesidades reales de los pacientes pediátricos y sus familias. 

Una de las grandes fortalezas de la AEPap es su web, donde está volcada toda su actividad a través de sus 18 grupos de trabajo, así como sus numerosos recursos:  
- GuíaABE  
- entre otros muchos. 

Asimismo, cabe recordar sus publicaciones, como la Revista de Pediatría Atención Primaria (revista primaria), FAPap (revista de formación continuada) y Evidencias en Pediatría (revista secundaria).  Y en el campo de la formación, el gran interés de sus Congresos de actualización AEPap , así como el pionero Curso práctico para residentes de Pediatría.  

Una actividad ímproba que hace de la AEPap una sociedad llena de vitalidad y empuje que tanto bien ha hecho a la pediatría española. 

Felices primeros 25 años… y que cumpláis muchos más con ese buen hacer.

lunes, 26 de mayo de 2025

Lo que no hay que olvidar en el acceso a la Historia Clínica Electrónica

 

En el acceso a las historias clínicas electrónicas (HCE) existen diversos temas legales cruciales que buscan equilibrar el derecho a la protección de datos y la confidencialidad del paciente con la necesidad de acceso para una atención sanitaria de calidad y otros fines legítimos. 

Como regla general, toda actuación sanitaria requiere el consentimiento previo y libre del paciente, después de recibir información adecuada sobre el procedimiento, sus riesgos y alternativas. Y el acceso a la HCE por parte de profesionales sanitarios se considera implícito en el consentimiento para la atención, pero debe limitarse a lo necesario para la asistencia del paciente. Así que en ciertos casos, como para investigación, docencia o acceso por terceros no directamente involucrados en la atención, puede ser necesario un consentimiento específico y por escrito del paciente. 

La Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales (LOPDGDD) y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) establecen los principios y obligaciones para el tratamiento de datos de salud, considerados datos especialmente protegidos. Por tanto, todo profesional que acceda a la HCE está sujeto al deber de secreto y confidencialidad. Y los centros sanitarios deben implementar medidas técnicas y organizativas para garantizar la seguridad, integridad y confidencialidad de las HCE, evitando accesos no autorizados, pérdidas o alteraciones; y es fundamental mantener un registro de todos los accesos a la HCE para garantizar la trazabilidad y detectar posibles usos indebidos. 

Cabe no olvidar que el acceso indebido o la vulneración de la confidencialidad de las HCE pueden acarrear responsabilidades legales, tanto administrativas (sanciones económicas) como penales (delitos contra la intimidad y el secreto profesional). Y por ello los sistemas de HCE deben someterse a auditorías periódicas para verificar el cumplimiento de la normativa y detectar posibles vulnerabilidades. 

Por ello, cabe compartir el artículo que la revista del Colegio de Médicos de Alicante ha publicado recientemente con este mismo título que el post, “Lo que nunca hay que olvidar en el acceso a las historias clínicas”. Y nos da una serie de puntos a recordar. 

- RECORDAR que es un documento público de carácter confidencial existiendo muy pocas excepciones que permitan el acceso a la historia clínica del paciente. Los datos relacionados con la salud son considerados especialmente sensibles y por lo tanto están protegidos por la LOPDGDD, por el RGPD y por el Código Penal, entre otros ordenamientos. 

- RECORDAR que SOLO puede ver la historia clínica de un paciente, el personal directamente implicado en su atención médica, el personal sanitario que lo está tratando. Cualquier otro profesional de la salud que quiera tener acceso a la historia clínica de una persona, debe tener una causa justificada para hacerlo o la autorización del paciente. Excepciones: a) mediante orden judicial, dentro del ámbito de una investigación y siempre dentro de los límites de dicha investigación; b) cuando, por razones epidemiológicas, sea necesario acceder al historial clínico del paciente para prevenir riesgos o peligros graves para la salud pública; c) para la planificación y evaluación de la calidad de la asistencia sanitaria, siempre llevado a cabo por personal sanitario acreditado. 

- RECORDAR que el NO paciente, que es amigo, familiar y que quiere que veas algún dato de su historia clínica debe concederte una autorización y mejor si es por escrito o por WhatsApp. 

- RECORDAR que un facultativo, o cualquier otro profesional sanitario, no puede acceder a la historia clínica de un paciente por simple curiosidad, AUNQUE NO DIVULGE LOS DATOS. Acceder a la historia clínica de una persona a la QUE NO SE ESTÁ TRATANDO, no solo es contrario a la ética, también es un atentado contra la intimidad de la persona, que puede acarrear consecuencias legales graves. 

- RECORDAR que acceder sin consentimiento a la historia clínica es un DELITO con pena de prisión, que se puede cometer por acción u omisión (no cerrar las sesiones de las historias clínicas, dejar la tarjeta puesta). Los accesos no autorizados a las historias clínicas pueden ser castigados como: a) Delito de revelación de secretos, recogido en el Código Penal, en el artículo 197; b) Delito contra la intimidad personal; c) Dependiendo de la gravedad del caso, estos delitos están penados con penas de prisión y multas. 

- RECORDAR que se os puede incoar un EXPEDIENTE DISCIPLINARIO por infracción muy grave, pudiendo ser sancionada entre dos y seis años de suspensión de empleo y sueldo, aunque no se haya divulgado los datos. 

- RECORDAR que el régimen de infracciones y sanciones por incumplimiento de la normativa de protección de datos se contiene en los artículos 70 y siguientes de la LOPDGDD, que relaciona un buen número de conductas activas y omisivas constitutivas de infracciones. 

- RECORDAR que en el acceso a la historia clínica del menor de edad debemos diferenciar tres supuestos respecto a la autorización: a) Menores de 14 años: aquí serán los padres o tutores; b) Mayores de 14 años: corresponde tanto al menor como a sus padres o tutores, aunque la agencia de protección de datos en un informe jurídico ha entendido que es a los 16 años, siempre que el menor sea maduro; c) Mayores de 16 años: el sujeto es autónomo, mayoría sanitaria, y por tanto la autorización le corresponde al mismo. 

Aspectos legales todos ellos muy importantes para recordar en las historias clínicas, especialmente sensible en las HCE.

sábado, 24 de mayo de 2025

Cine y Pediatría (802) “Aftersun”, crema solar para una relación paterno-filial

 

Son muchas las óperas primas de directores y directoras de cine que causaron un gran impacto y llegaron a convertirse en películas de culto. Algunas ya las hemos tratado en Cine y Pediatría, y baste recordar títulos como Los cuatrocientos golpes (François Truffaut, 1959), El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973), Tasio (Montxo Armendáriz, 1984), Kids (Larry Clark, 1995), Las vírgenes suicidas (Sofía Coppola, 1999), American Beauty (Sam Mendes, 1999), Boys Don´t Cry (Kimberly Peirce, 1999), El bola (Juanma Bajo Ulloa, 2000), Ghost World (Terry Zwigoff, 2001), Hard Candy (David Slade, 2005), Pequeña Miss Sunshine (Jonathan Dayton, Valerie Faris, 2006), Adiós pequeña, adiós (Ben Afleck, 2007), Yo maté a mi madre (Xavier Dolan, 2009), Bestias del sur salvaje (Benh Zeitlin, 2012), Verano 1993 (Carla Simón, 2017), Carmen y Lola (Arantxa Echevarria, 2018), Cinco lobitos (Alauda Ruiz de Azúa, 2022), 20.000 especies de abeja (Estibaliz Urresola Solaguren, 2023), entre otras. Y hoy llega otra ópera prima, considerada por algunos como una película de culto en el cine independiente británico, Aftersun (Charlotte Wells, 2022), conmovedora carta de amor y reconciliación de una hija a su padre en unas vacaciones pasadas en la costa de Turquía en la década de los 90. Con una puesta en escena sutil, una estructura narrativa fragmentada (donde se combina grabación profesional e imágenes de video casero de nuestros protagonistas, lo que la hace más real) y un trabajo actoral conmovedor, la directora construye una historia que resuena de manera íntima con quienes alguna vez han intentado reconstruir momentos del pasado. 

A la costa del mar Egeo, en la ciudad turca de Ayvalik, y a un complejo turístico de poco lujo, llegan la adolescente escocesa de 11 años, Sophie (Francesca Corio, seleccionada tras un casting de más de 800 jóvenes), y su padre, Calum (Paul Mescal, en una interpretación que fue muy premiada, incluyendo la nominación a mejor actor en los Premios Óscar). Y ese recuerdo de hace dos décadas lo rememora una Sophie adulta (Celia Rowlson-Hall) que nos aparece de forma recurrente bailando en lo que parece ser una discoteca. Sophie, que vive separado de su padre, le dice: “Me gusta que compartamos el mismo cielo”. A través de una serie de videos caseros, Sophie rememora los tiernos recuerdos de las vacaciones junto a su idealista padre, lo que le permite ir conformando las memorias (reales o imaginarios) de aquel mundo a su alrededor: tiempo de piscina, de juegos de billar, de visita a tiendas de alfombras, de mar, de ajedrez, de excursiones contratadas, de karaoke, de crema antisolar,… Y es que el guion, de la propia Charlotte Wells, está compuesto de su propia infancia y el ajuste de cuentas pendientes con su padre. 

La película es un retrato sensible y conmovedor de la relación entre un padre y una hija en el que las imágenes hablan por sí solas. Y ello con ángulos de cámara imposibles, desenfocados a veces, y esas tomas debajo del agua, aderezados con canciones de aquel verano que transitan entre el inevitable “Macarena” de Los del Río al “Losing My Religion” de R.E.M., concluyendo con esa última noche en el resort al ritmo de “Under Pressure” de David Bowie y Queen. Y en esos días de verano vacacional aparecen las confesiones del padre: “Tengo la sensación de que cuando te vas del lugar donde creciste, ya no formas parte de este sitio. No del todo. Y Edimburgo nunca sentí que era de allí realmente”. Y los consejos a su hija: “Puedes vivir donde quieras. Ser quien quieras. Tienes tiempo”. Y aquella nota guardada: “Sophie, te quiero mucho. Lo olvides nunca. Papá”. 

En Aftersum es clave la naturalidad en la interpretación de Paul Mescal y Francesca Corio. Se cuenta que pasaron dos semanas juntos en un hotel resort antes de comenzar el rodaje, permitiéndoles construir un vínculo auténtico que se refleja en pantalla. Y también destaca la excelente dirección de fotografía de Gregory Oke, que captura la calidez de los recuerdos con una luz tenue y texturas de video que evocan la sensación de mirar un fragmento del pasado atrapado en el tiempo. Con una sensibilidad casi etérea, no es solo una historia de un padre y una hija, sino un retrato de la memoria en su forma más elusiva y narrada de forma fragmentada, lo que nos aproxima a ese recuerdo desdibujado por el paso del tiempo. 

Una relación padre-hija en el séptimo arte con la sensibilidad de lo “indie”, y que se suma a otras películas con esta misma temática bajo distintos primas del caleidoscopio emocional - por cierto, algunas también óperas primas de sus directores -: Luna de papel (Peter Bogdanovich, 1973), Todo está perdonado (Mia Hansen-Löve, 2007), Magical Girl (Carlos Vermut, 2014) o La princesa de la fila (Max Carlson, 2019).    

 

miércoles, 21 de mayo de 2025

Comienza el curso de Continuum "Abordaje del paciente con enfermedad metabólica y mitocondrial"

 

En breve comienza un nuevo curso de Continuum: "Abordaje del paciente con enfermedad metabólica y mitocondrial", un curso coordinado por la Sociedad Española de Errores Innatos del Metabolismo. 

Este curso proporcionará al alumno conocimientos básicos para la atención de los pacientes afectos de errores innatos del metabolismo (EIM). 

Los objetivos del curso son: 
 - Adquirir mayores conocimientos sobre los EIM, tanto de patologías incluidas en el cribado neonatal como las de diagnóstico tardío. 
- Dar a conocer los protocolos terapéuticos de los EIM más frecuentes. 
- Evitar descompensaciones metabólicas y, con ello, evitar ingresos 

Y estos serán los capítulos que se van a tratar: 
- Fenilcetonuria 
- Hiperamoniemia. Enfermedades ciclo de la urea (TCU) 
- Acidosis metabólica. Acidemias orgánicas y enfermedades mitocondriales 
- Fallo hepático. Galactosemia, tirosinemia tipo 1 e intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF) 
- Enfermedades de depósito lisosomal: mucopolisacaridosis 
- Casos clínicos: enfermedad Pompe clásica y enfermedad de Wolman, importancia del diagnóstico precoz 

El curso comienza el 22 de mayo de 2025 y estará en activo hasta el 17 de julio. Un curso tutorizado en cada una de las siete unidades didácticas. 

Toda la información e inscripciones en la página web de Continuum. Os esperamos... 

lunes, 19 de mayo de 2025

Celebramos las 800 entradas de Cine y Pediatría en el blog




Mañana, martes 20 de mayo, tendrá lugar la presentación de Cine y Pediatría 14. Y, como todos los números y todos los años, se celebrará en el contexto del Festival Internacional de Cine de Alicante, que este año llega a su XXII edición. 

Y este acto acaba de coincidir con la efeméride que celebramos de haber llegado hace una semana a publicar la entrada (o post) número 800 de Cine y Pediatría. Lo que implica 800 sábados seguidos - sin fallar uno desde aquel lejano 9 de enero de 2010 donde todo empezó - publicando un post al respecto. 

Y como es costumbre, celebramos en este blog cada centena. Lo hicimos con las primeras 100 entradas de Cine y Pediatría con un recopilatorio de las películas comentadas hasta entonces Y, a partir de entonces, intentamos que a efeméride de un nuevo centenar coincida con alguna película especial. Y esta es la relación hasta ahora:  

- Celebramos la entrada 200 con una película muy especial, la francesa La vida de Adéle (Abdallatif Kechiche, 2013), ese vértigo a que nos enfrenta el primer amor.  

- Celebramos la entrada 300 con otra película muy especial también, una película documental que contiene unas imágenes tan duras que pueden herir la sensibilidad del espectador, imágenes de una realidad injusta que todos conocemos, el conflicto de Siria: Sylvered Water, Syria self-portrait (Ossama Mohammed y Wiam Simav Berdixan, 2014) nos despierta de ese posible estado de anestesia moral permanente en que caemos.  

- Celebramos la entrada 400 y lo hicimos con una pequeña gran joya como es la película belga Aves de paso (Olivier Ringer, 2015), un conmovedor cuento iniciático que habla sobre la amistad, la sobreprotección de los progenitores, la discapacidad, la superación de los límites o la necesidad de libertad de niños y niñas.  

- Celebramos la entrada 500 con otra película emblemática, en este caso el film danés Pelle el conquistador (Bille August, 1987), un bello poema fílmico para acercarnos al desarraigo y la tierra prometida  

- Celebramos la entrada 600 con la película estadounidense Más allá de las palabras (Anthony Fabian, 2013), una inspiradora película sobre una historia real, lo que le da un valor añadido, especialmente para los pediatras que conocemos la importancia de la humanización en nuestra profesión.  

- Celebramos la entrada 700 y lo hicimos con una revisión de la figura del director japonés Yasujiro Ozu, un perfeccionista que combinó el blanco y negro y el color, el cine mudo y el sonoro, un firme defensor de la cámara estática y las composiciones meticulosas, un artista cuya obra influyó en directores como Jim Jarmusch, Wim Wenders, Aki Kaurismäki o Hou Hsiao-Hsien. 

- Y acabamos de celebrar la entrada 800 con la Trilogía de Apu del director indio Satyajit Ray constituida por tres películas en blanco y negro, basadas en las novelas autobiográficas de Bibhutibhushan Bandyopadhyay: Pater Panchali (La canción del camino) (1955), Apajarito (El invencible) (1956), y Apur Sansar (El mundo de Apu) (1959). Una de las más bellas metáforas visuales que haya regalado el séptimo arte a ese ciclo de la vida que transcurre por la infancia, juventud y madurez.

Y por ello he querido elegir esas películas para conmemorar un hito más en Cine y Pediatría, y es que hemos llegado a la séptima centena de entradas en el blog. Nos seguiremos viendo (y leyendo) cada sábado... 
 

 

sábado, 17 de mayo de 2025

Cine y Pediatría (801) “Hijo de Caín”, jaque mate a la maldad

 

Los personajes de Caín y Abel, los dos primeros hijos de Adán y Eva, cuya historia es narrada en el libro del Génesis, no solo es un relato del primer asesinato, sino una alegoría sobre la naturaleza humana (Caín representa la inclinación hacia los celos, la ira y la violencia, mientras que Abel representa la bondad, la humildad y la fe), la elección entre el bien y el mal, así como el pecado y sus consecuencias dentro de la compleja dinámica de las relaciones familiares. Y esta aproximación bíblica nos introduce en la película Hijo de Caín (Jesús Monllaó, 2013), en lo que fue su ópera prima en el largometraje (y hasta el momento la única película que ha dirigido) y que adapta la novela “Querido Caín”, de Ignacio García-Valiño. 

La historia nos presenta a Coral (María Molins) y Carlos (José Coronado), un matrimonio muy bien acomodado que atraviesa una crisis familiar provocada por su hijo Nico (David Solans), un inquietante adolescente superdotado y obsesionado con el ajedrez, que manifiesta un comportamiento poco sociable con su entorno en general y con su padre en particular, con el que prácticamente no tiene ningún tipo de comunicación. Esta situación preocupa a sus padres, que incapaces de resolver el conflicto y alarmados por la escalada de agresividad que comienza a mostrar Nico deciden contratar a un psicólogo icomo última alternativa para ayudar al hijo y evitar enviarlo a un internado. Julio (Julio Manrique), el psicólogo, usará el ajedrez como eje de su terapia, una apuesta arriesgada donde Julio se lo jugará todo convencido de su capacidad para bucear en el interior de Nico y descubrir el origen de su conducta. 

En una de las primeras escenas vemos que Nico tiene en sus manos el libro “El pequeño tirano” de Raymond Gibson, en donde nos acerca al conocido como Síndrome del emperador, la manera en que se define a aquellos hijos que se comportan de forma tirana con sus padres, desafiando su autoridad, exigiendo constantemente y, en algunos casos, siendo agresivos; un síndrome que se caracteriza por una falta de empatía, poca tolerancia a la frustración y una tendencia a dominar la dinámica familiar. Algo que veremos que no será ajeno a nuestro protagonista y por ello los a madre le dice a su marido: “Carlos, Nico no es normal”, a lo que el padre responde: “Tiene 14 años. A ese edad ningún chico es normal”. Pero una serie de hechos hacen más disruptiva la situación en la familia y en las clases, hasta el punto que el director del colegio expresa a sus padres. “Ya era muy extraño de pequeño. Ahora es muy extraño y muy mezquino”

Es en ese momento cuando aparece Julio, y este se intenta ganar la confianza de Nico con una afición común de ambos por el ajedrez. Y así le explica Julio a Nico: “El 11 de mayo de 1997 un ordenador de IBM ganó al campeón del mundo de ajedrez. De seis partidas, el ordenador, que se llamaba Deep Blue, ganó tres y empató una. Aquello fue el final de una época. Hasta ese día se consideraba que el ajedrez era una mezcla entre arte y deporte, una cuestión de inteligencia, de memoria y de talento… Pero la IBM desmanteló Deep Blue y nunca permitió que volviese a jugar. Tenían miedo, miedo al talento”, pues él también fue un gran jugador de ajedrez antes de abandonarlo. Y ajedrez y psicología se unen en la trama, también con la aparición de la niña Laura (Abril García), nueva campeona de España de ajedrez. Y poco a poco Nico y Laura se transforman a ritmo de enroque, apertura española, gambito de dama y defensa siciliana en nuestros modernos Caín y Abel. 

Pero la maldad de nuestro Nico/Caín también se extiende a su familia, y difama a su padre bajo la sospecha de una actitud incestuosa con su hermana pequeña. Pero es algo que conviene no desvelar al espectador por los giros de guion de este thriller en lo que es un jaque mate a la maldad que nos demuestra este adolescente superdotado con una fascinación inquietante por el ajedrez y una personalidad compleja y enigmática. 

Porque Hijo de Caín es una película dura en la que el espectador asiste a la progresiva aniquilación de todos los personajes. Si en la película estadounidense En busca de Bobby Fisher (Steven Zaillian, 1993) el niño prodigio del ajedrez, Joshua Waitzkin, nos regala un jaque mate a la inocencia, en la película española Hijo de Caín, nuestro Nico nos ofrece un jaque mate a la maldad. Un personaje con rasgos psicópatas que nos acerca al Niles de El otro (Robert Mulligan, 1972), al Dan de la película estadounidense El niño que gritó puta (Juan José Campanella, 1991), pero sobre todo al Kevin adolescente de la película británica Tenemos que hablar de Kevin (Lynne Ramsay, 2011). Porque a veces se nos refiere que la infancia es al hombre y la mujer lo que el paraíso originario es a la sociedad actual, una época en la que no existía la maldad. La vigencia del mito de la infancia bondadosa es indiscutible y el cine se refiere a los niños casi siempre bajo la óptica que hace de ellos el reservorio de los valores más excelsos, lo cual no es óbice para que resulten la mayoría de las veces violentados por los adultos, quienes encarnan de este modo la esencia del mal. Pero no siempre es así, y películas como las referidas también nos recuerdan que el mal puede acantonarse en la infancia y  adolescencia.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Por un Hospital Más Seguro para los niños, niñas y adolescentes

 

Ayer, 13 mayo, hemos celebrado en España el Día del Niño Hospitalizado, efeméride que llevamos celebrando desde el año 2015. Esta fecha fue elegida en conmemoración de la publicación, el 13 de mayo de 1986, de la Carta de los Derechos del Niño Hospitalizado por el Parlamento Europeo. La iniciativa surgió de diversas fundaciones y organizaciones (fundaciones Atresmedia, Abracadabra, Aladina, Menudos Corazones, Pequeño Deseo y Theodora, así como la Asociación Española Contra el Cáncer y la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer) que trabajan con niños, niñas y adolescentes hospitalizados, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre las necesidades y derechos de estos menores y sus familias, así como para homenajear la labor del personal sanitario y los voluntarios. En este blog dimos en su momento cumplida información de este hecho. 

Desde entonces, cada 13 de mayo se realizan diversas actividades en hospitales de toda España para hacer más llevadera la estancia de los niños ingresados. Y en el caso de nuestro Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario Dr Balmis de Alicante este año 2025 lo hemos celebrado con un emotivo acto: la inauguración de una ‘campana del alta’ en la Unidad de Neonatología. Una iniciativa de humanización que ha sido posible gracias a la Fundación Pequeño Deseo Este nuevo símbolo representa la esperanza y el apoyo para los recién nacidos prematuros y sus familias que permanecen ingresados durante meses, al tiempo que marca el final de una etapa hospitalaria y el inicio de una nueva fuera del hospital. Y, además, en la Unidad Pedagógica Hospitalaria se han repartido juguetes a los peques ingresados, regalándoles también sonrisas y alegría en un día tan especial. 


Cierto que cada 13 de mayo, esta celebración nos recuerda la importancia de humanizar los entornos hospitalarios, promoviendo el bienestar emocional de los pacientes pediátricos y de los profesionales que los acompañan. Pero hoy queremos comentar el mensaje de la Asociación Española de Pediatría, a través del Comité de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente  y la Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria, desde donde quieren reafirmar su compromiso con una atención centrada en la seguridad, calidad y dignidad de nuestros pacientes más jóvenes en el ámbito de la hospitalización en todas sus modalidades y niveles asistenciales. 

Porque los niños y adolescentes representan una población con necesidades específicas de cuidado. Por ello, esta campaña tiene como objetivo fortalecer una cultura institucional que priorice su bienestar, promueva su participación, y minimice los riesgos inherentes a la atención sanitaria. Y algunas de las líneas estratégicas para este fin son: 

1. Fortalecimiento de la cultura de seguridad del paciente pediátrico, mediante formación continua y fomento de la notificación de eventos. 

2. Identificación segura del paciente, con protocolos reforzados y adecuados a cada etapa del desarrollo. 

3. Participación de los niños, niñas adolescentes y sus familias, como aliados clave en el proceso de atención segura y de calidad. 

4. Prevención de infecciones asociadas a la atención en salud, con énfasis en higiene de manos y ambientes hospitalarios seguros. 

5. Uso seguro de medicamentos pediátricos, mediante prácticas clínicas ajustadas por peso y edad, en especial con aquellos fármacos considerados a alto riesgo. 

6. Seguridad diagnóstica, promoviendo la comunicación efectiva entre equipos clínicos, el uso adecuado de pruebas complementarias y el seguimiento oportuno para reducir errores en el diagnóstico. 

Desde este comité y esta sociedad científica se invita a todos los implicados -organizaciones, profesionales sanitarios, familias y en su medida a los propios pacientes- a participar activamente a esta iniciativa, que no solo visibiliza la importancia de la seguridad, sino que impulsa mejoras en la calidad de nuestros servicios. La primera exigencia básica un día como hoy es la de un entorno hospitalario seguro. Un año más, recordamos con tristeza el doble sufrimiento de los niños hospitalizados en los distintos países con conflictos bélicos, atrapados entre la enfermedad y las bombas. De la misma forma mostramos el máximo apoyo a sus familiares y a los profesionales que heroicamente permanecen junto a ellos. 

Y desde el blog Pediatría basada en pruebas nos sumamos a este mensaje. Porque en tiempos inciertos, una sociedad debe apostar más que nunca por el bien común, que comprende hospitales más humanos, seguros y confiables para nuestros niños y adolescentes

lunes, 12 de mayo de 2025

Decálogos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria

 

Los DECÁLOGOS de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) son documentos que recogen diez principios o recomendaciones fundamentales sobre un tema específico relacionado con la salud y el bienestar infantil. Estos decálogos tienen como objetivo principal ofrecer información clara y concisa a familias, cuidadores y profesionales de la salud sobre aspectos importantes del cuidado de los niños y adolescentes. Se presentan de forma sencilla y práctica para facilitar su comprensión y aplicación en el día a día. 

Estos decálogos se editan en formato de carteles y tarjetas para facilitar su difusión y también están disponibles para su descarga gratuita en formato PDF en la web de Familia y Salud y de la AEPap. También puedes descargarte los pdf de todos los Decálogos de AEPap en catalán, euskera y gallego. 

Esta es una labor de muchos años en los que la AEPap ha publicado diversos decálogos sobre una amplia variedad de temas, entre los que se incluyen: 
















Y continuará…

sábado, 10 de mayo de 2025

Cine y Pediatría (800) La Trilogía de Apu, metáfora visual sobre la infancia, juventud y madurez

 

Es tradicional en este proyecto de Cine y Pediatría que cada entrada centenaria se corresponda con una película que tenga un especial valor o impacto, y así lo hicimos con películas como la danesa Pelle el conquistador (Bille August, 1987), la francesa La vida de Adèle (Abdellatif Kechiche, 2013), la siria Silvered Water, Syria Self-Portrait (Wiam Bedirxan, Ossama Mohammed, 2014), la belga Aves de paso (Olivier Ringer, 2015), o la estadounidense La ballena (Darren Aronofsky, 2022). Y hoy, en esta entrada número 800 vamos a hablar una de las películas míticas del cine indio y del cine internacional, una trilogía que es una metáfora visual de la infancia, juventud y madurez: la Trilogía de Apu del director Satyajit Ray.      

Cierto que el cine indio sigue siendo un gran desconocido para Occidente, aunque en el caso de Satyajit Ray, con 29 largometrajes y varios documentales en su filmografía, quizás represente al realizador por excelencia de la India, quien tuvo su trono desde la década de los 50 y durante más de tres décadas. Admirable y admirado, resuenan las palabras de Akira Kurosawa quien nos decía que “no haber visto el cine de Ray es como existir en este mundo y no haber visto el sol o la luna”. Y es que se cuentan con los dedos de la mano los directores que han dejado una huella tan profunda como el cineasta bengalí, un autor de culto, hábil orfebre de la composición visual y poeta de la imagen. Sus tesoros cinematográficos se concentran en la década de los 50 y 60, donde aparecen obras como El salón de música (1958), La diosa (1960), Teen Kany (Dos muchachas-Tres muchacha) (1961), La gran ciudad (1963), Charulata. La esposa solitaria (1964) El cobarde (1965) o El héroe (1966). Pero donde todo empezó con su impactante ópera prima, Pather Panchali (La canción del camino) (1955), el inicio de la Trilogía de Apu, que cabe recordar que se financió recurriendo a los propios ahorros del director, con precariedad de medios y grandes dificultades, por lo que tardó tres años en concretarse.

Satyajit Ray creció en Calcuta con ambas culturas, bengalí y occidental, pues en la primera mitad del siglo XX la ciudad estaba llena de militares estadounidenses y allí se proyectaba todo Hollywood. Fue un enamorado del cine americano, pero también del neorrealismo italiano, del cine soviético y de los documentales de Robert J. Flaherty, aunque la mayor influencia fue la del poeta y filósofo Rabindranath Tagore, en cuya escuela se formó. Fue un maestro enamorado del séptimo arte que envolvió sus imágenes de exotismo, observando detenidamente la condición humana, por lo que todas sus películas destilan importante carga social. Y así expresa el amor a su oficio: “El cine es más bello que la vida: no hay atascos ni tiempos muertos y avanza como un tren que atraviesa la noche”. 

¿Y qué tiene de especial La trilogía de Apu? Supongo que muchas cosas y ello se ha analizado desde distintos puntos de vista a lo largo de la historia. La trilogía está constituida por tres películas en blanco y negro, basadas en las novelas autobiográficas de Bibhutibhushan Bandyopadhyay en lenguaje begalí: Pater Panchali (La canción del camino) (1955), 115 minutos de metraje, abarca los años de la infancia del protagonista y especialmente su relación con las dos mujeres más importantes de su vida: su madre y su hermana; Apajarito (El invencible) (1956), 105 minutos, se centra en la adolescencia, la relación con su padre, su profesor y en particular con su madre, además de tomar contacto con el mundo adulto; y Apur Sansar (El mundo de Apu) (1959), 117 minutos, con un Apu idealista, ya maduro, quien al terminar sus estudios debe de enfrentarse al mundo, al matrimonio y a la paternidad. Un paseo por la infancia, juventud y madurez con una idea que se repite: las cosas en la vida son cíclicas y, por lo tanto, no nos queda otra que aprender de ellas, bien sea el amor, la soledad o la muerte. Y ello a través de planos y secuencias llenas de belleza plástica, con la naturalidad que ya nos directores como Jonh Ford o Jean Renoir, y que nos permite transitar por un camino tan realista como poético, apoyados por la fotografía de Subrata Mitra y la música de Ravi Shankar, donde ambas se combinan para trasladarnos a la India en ese camino de crecimiento, pérdida y búsqueda del significado de la vida para Apu. 

Adentrémonos un poco más en cada una de las partes de la trilogía... 

- Pather Panchali (La canción del camino). La infancia 

Nos introduce en la vida de una familia pobre en una aldea rural de Bengala a principios del siglo XX: "En este remoto rincón, lejos del bullicio de la ciudad, vivían dos niños. Durga, la mayor, y Apu, su hermano pequeño. Su mundo era pequeño, pero lleno de maravillas". El padre Harihar Ray (Kanu Banerjee) es un sacerdote y poeta con sueños de una vida mejor, pero sus ingresos son escasos; su esposa, Sarbojaya Ray (Jaruna Benerjee), se encarga de las tareas del hogar y de criar a sus dos hijos: Durga (Runki Banerji), la hija mayor, traviesa y cariñosa, y Apu (Subir Banerjee), el hijo pequeño, curioso y observador. También vive con ellos Indir Thakrun (Chunibala Devi), una anciana pariente de Harihar, a la que Sarbajaya resiente por suponer una carga económica adicional. 

La película retrata la vida cotidiana de la familia, donde Durga y Apu comparten juegos y travesuras, disfrutan de la naturaleza y se maravillan con las pequeñas cosas, como la llegada ocasional de un vendedor ambulante o el sonido lejano del tren. Cuando la situación económica de la familia se vuelve más precaria, el padre tiene que ausentarse durante largos periodos en busca de trabajo y la tensión aumenta en el hogar, especialmente entre Sarbajaya e Indir. El punto de inflexión viene marcado por la muerte, primero de Indir y posteriormente de Durga, y el dolor por la pérdida de esta última hace que la familia decida abandonar su hogar ancestral y mudarse a Benarés con el pequeño Apu, en busca de un nuevo comienzo con la incertidumbre del futuro. 

Pather Panchali (La canción del camino) captura la belleza y la dureza de la vida rural, la inocencia de la infancia y los lazos familiares frente a la adversidad. Nos marca el inicio de la conmovedora historia del crecimiento y las experiencias de Apu.  

- Aparajito (El invencible). La juventud 

Ya en la ciudad sagrada de Benarés, Sarbajaya trabaja como sirvienta para una familia adinerada, aunque añora su hogar y la vida sencilla del campo, mientras Apu (Pinaki Sengupta) explora la vibrante ciudad. El padre fallece poco tiempo después y somos espectadores de la creciente dependencia mutua entre madre e hijo. Pero también como Apu siente la necesidad de buscar nuevos caminos y muestra gran curiosidad por el aprendizaje, destacando en la escuela. El amor materno luchando contra la necesidad de dejar caminar solo a su hijo. 

La película da un salto temporal y nos presenta a un joven Apu (Smaran Ghosal) que acaba de conseguir una beca para estudiar en Calcuta, donde queda fascinado por la gran ciudad. En Calcuta, Apu se sumerge en sus estudios, y se distancia cada vez más del mundo rural y de su madre, cuyas cartas se vuelven menos frecuentes y más llenas de añoranza. Finalmente, Sarbajaya enferma gravemente. Apu regresa al pueblo, pero llega demasiado tarde. Consumido por el dolor y el remordimiento, se enfrenta a la pérdida de su último lazo familiar directo, y de poco valen algunos consejos: "No llores, Apu. Los padres no viven para siempre. Lo que tiene que pasar, pasa". 

Aparajito (El invencible) explora el tema del crecimiento y la separación, el choque entre la tradición y la modernidad, y el doloroso proceso de la individuación. 

- Apur Sansar (El mundo de Apu). La madurez 

Un Apu ya en su madurez (Soumitra Chatterjee) instalado en Calcuta, sueña con ser escritor, pero vive con dificultades económicas y se dedica a trabajos esporádicos. El destino hace que conozca a Aparna (Sharmila Tagore), con la que acaba casándose para evitar el escándalo y deshonra familiar que supuso que fuera rechazada por su novio en el último momento. “Mi padre murió cuando tenía 10 años. Mi madre murió cuando tenía 17. Tuve una hermana mayor… No tengo nada, ni casa, ni trabajo siquiera. Mi futuro es muy vago. ¿Qué voy a hacer contigo’…”, pregunta a la esposa con la que le han obligado a casarse y que no se conocen. Él que iba a una boda con su amigo Pulu y, sin querer, se viene con la novia. Pero, contra todo pronóstico, surge un profundo amor entre ellos, a través de una vida sencilla repleta de complicidad y donde Aparna apoya las ambiciones literarias de Apu y le brinda la estabilidad emocional que nunca antes había tenido. Sin embargo, la felicidad se ve truncada cuando regresa la muerte a su vida: Aparna muere al dar a luz a su hijo, Kajal. Devastado por la pérdida, Apu se sume en una profunda depresión y aislamiento, abandona a su hijo recién nacido y se marcha, vagando sin rumbo durante años. 

La película da un salto temporal y nos traslada al reencuentro de Apu con su hijo Kajal, quien ya tiene 5 años y vive con sus abuelos maternos. Apu lucha por conectar con su hijo, quien inicialmente lo rechaza. La película culmina con una escena emotiva donde Apu logra finalmente abrazar a su hijo, simbolizando la reconciliación y la aceptación de su papel como padre. Aunque la sombra de la pérdida de Aparna siempre estará presente, Apu encuentra una razón para vivir y reconstruir su mundo junto a su hijo. El abrazo final, aunque lleno de cicatrices emocionales, ofrece una poderosa sensación de esperanza y reconciliación. 

Apur Sansar (El mundo de Apu) es una poderosa conclusión para la trilogía, explorando temas profundos como la naturaleza inesperada del amor, el devastador impacto de la pérdida, la dificultad de la paternidad y la redención a través del amor filial, la continuidad de la vida a pesar del dolor, la complejidad de la condición humana. 

La Trilogía de Apu en su conjunto ofrece una visión profunda y poética del ciclo de la vida, con emotivas enseñanzas traducidas en poéticas imágenes que nos llevan a reflexiones profundas sobre temas universales: la belleza y la fragilidad de la infancia, el amor incondicional y a menudo sacrificado de los padres, el dolor de la pérdida y el proceso del duelo, la búsqueda de la identidad y el lugar en el mundo, la tensión entre las tradiciones y la modernidad, la resiliencia del espíritu humano ante la adversidad, sí como la importancia de las conexiones humanas y el amor para encontrar sentido en la vida. Y todo ello en una de las más bellas metáforas visuales que haya regalado el séptimo arte a ese ciclo de la vida que transcurre por la infancia, juventud y madurez.

 

miércoles, 7 de mayo de 2025

Los 5 momentos clave de la higiene de manos

 

Los “Días Mundiales” surgen como herramienta de movilización, conciencia y llamada de atención. Y esta semana, el día 5 de mayo, acabamos de celebrar el DÍA MUNDIAL DE LA HIGIENE DE MANOS, fecha que fue establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2009, aunque la OMS ya había iniciado campañas de concienciación sobre la higiene de manos desde 2005. 

La creación de este día se enmarca en la iniciativa global de la OMS llamada "Save Lives: Clean Your Hands". El objetivo era destacar la importancia de la higiene de manos en la prevención de infecciones, especialmente en el ámbito de la atención sanitaria. La fecha del 5 de mayo (5/5) fue elegida estratégicamente para recordar los cinco momentos clave para la higiene de manos definidos por la OMS: 

1. Antes de tocar al paciente. ¿Cuándo?: higienícese las manos antes de tocar a un paciente cuando se acerque a él. ¿Por qué?: para proteger al paciente de los gérmenes que tenemos en las manos. 

2. Antes de realizar una tarea limpia/aséptica. ¿Cuándo?: higienícese las manos inmediatamente antes de realizar una tarea aséptica. ¿Por qué?: para proteger al paciente de los gérmenes dañinos que podrían entrar en el cuerpo, incluidos los gérmenes del propio paciente. 

3. Después de la exposición a fluidos corporales. ¿Cuándo?: higienícese las manos inmediatamente después de un riesgo de exposición a líquidos corporales y al quitarse los guantes. ¿Por qué?: para protegerse y proteger al entorno de atención de salud de gérmenes dañinos del paciente. 

4. Después del contacto con el paciente. ¿Cuándo?: higienícese las manos después de tocar a un paciente y la zona que le rodea, cuando deje la cabecera del paciente. ¿Por qué?: para protegerse y proteger al entorno de atención de salud de gérmenes dañinos del paciente. 

5. Después de tocar el entorno del paciente. ¿Cuándo?: higienícese las manos después de tocar cualquier objeto o mueble del entorno inmediato del paciente, cuando lo deje (incluso aunque no haya tocado al paciente). ¿Por qué?: para protegerse y proteger al entorno de atención de salud de gérmenes dañinos del paciente. 

El Día Mundial de la Higiene de Manos tiene varios objetivos fundamentales: 
- Concienciar: sensibilizar a nivel mundial a profesionales de la salud, pacientes, cuidadores y al público en general sobre la importancia de la higiene de manos para prevenir la propagación de infecciones. 
- Promover las mejores prácticas: fomentar la adopción de prácticas correctas de higiene de manos en los centros de salud y en la vida cotidiana. 
- Reducir las infecciones: disminuir la incidencia de infecciones asociadas a la atención sanitaria y otras enfermedades infecciosas transmisibles. 
- Combatir la resistencia antimicrobiana: la higiene de manos es una medida clave para prevenir infecciones, lo que a su vez reduce la necesidad de antibióticos y ayuda a combatir la creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos. 
- Crear una cultura de seguridad: integrar la higiene de manos como un componente fundamental de la seguridad del paciente y de la calidad de la atención sanitaria. 
- Apoyar a los trabajadores de la salud: reconocer el papel crucial de los profesionales de la salud en la promoción de la higiene de manos y proporcionarles las herramientas y la formación necesarias. 
- Fomentar la participación: movilizar a líderes, responsables de la formulación de políticas y al público en general para que prioricen la higiene de manos. 

Y nuestro Hospital General Universitario Dr. Balmis se ha sumado un año más a la celebración de la Jornada Mundial de la Higiene de Manos, con el liderazgo del Servicio de Medicina Preventiva, quien ha organizado un programa de actividades para involucrar a los profesionales para adherirse a la campaña liderada por la OMS, que este año 2025 tiene por lema "Guantes, a veces. Higiene de manos, siempre". Y en ese ha entregado un reconocimiento a las Unidades del centro que obtuvieron durante el pasado año los mejores resultados de cumplimiento de la higiene de manos. Y, un nuevo año, la Unidad de Neonatología se encuentra en ese podio, ocupando un segundo lugar de todo el hospital (en esta ocasión, solo por detrás de la sección de Medicina Intensiva). Para el Servicio de Pediatría es un honor estar en este podio y sea por ello mi felicitación a todos mis compañeros neonatólogos, enfermeras y resto de profesionales sanitarios.

lunes, 5 de mayo de 2025

Neo-Dividencias. A vueltas con las pruebas y programas de cribado neonatal universal

 

Dentro del blog Pediatría basada en pruebas, en el año 2011 abrimos la serie que denominamos Neo-Dividencias, neologismo que creamos para debatir sobre polémicas científicas alrededor de la Peri-Neonatología. Desde entonces ya han sido una veintena de post los publicados sobre diferentes temas a debate, valorando los puntos a favor y en contra en diferentes aspectos del diagnóstico, tratamiento o prevención en la atención del recién nacido, y entre los que hemos incluido aspectos como los niveles asistenciales en Neonatología, los límites de la viabilidad, el alta precoz, el método madre-canguro, el transporte neonatal, la hipotermia terapéutica, el uso de probióticos en la prevención de NEC, geles de dextrosa en hipoglucemia, el NIDCAP, etc. 

Un aspecto clave también ha sido la prevención cuaternaria, entendiendo como tal al conjunto de actividades sanitarias que atenúan o evitan las consecuencias de las intervenciones innecesarias o excesivas del sistema sanitario, ese exceso de celo diagnóstico, terapéutico y preventivo de nuestra medicalizada sociedad. Y dentro de esta prevención los programas de cribado universal han ocupado un lugar destacado (ver 1, 2, 3). 

Y que hoy regresa tras revisar el artículo especial de Anales de Pediatría publicado recientemente: “Situación actual y nuevos pasos en el cribado neonatal en España”  En este artículo se tratan varios temas de interés, como la historia del cribado universal (tanto en el ámbito mundial como en España), los tipos de cribado (enfermedades metabólicas, hipoacusia congénita, cardiopatía congénita crítica) y estado actual, así como el futuro (con un posible avance más rápido con el cribado genómico neonatal). Un artículo interesante y una buena puesta al día, pero donde se valoran bien los aspectos a favor conocidos del cribado neonatal universal, pero donde se echa de menos una reflexión sobre los aspectos en contra (o cuanto menos que plantean un debate). 

Es por ello que, a vueltas con el cribado neonatal universal, en la tabla adjunta se hace un resumen de los aspectos a favor y en contra del mismo. 



Y no era algo tan complejo, solo basta dar buenos artículos y buenos prompts a la inteligencia artificial (IA). Y es que la reflexión va a ser más necesaria que nunca en el futuro y más con las conclusiones que el artículo citado nos devuelve: “Los avances tecnológicos y de marcadores metabolómicos sumados a la mayor evidencia ya generada en más enfermedades susceptibles de cribado hacen que el cribado neonatal poblacional esté avanzando sustancialmente en estos últimos años, con un futuro muy prometedor con la incorporación de las técnicas de secuenciación masiva. Todo ello es de gran interés para los pediatras”. Así es, y será de gran interés siempre hacer una valoración global, de los aspectos a favor y en contra de cada entidad a cribar.

sábado, 3 de mayo de 2025

Cine y Pediatría (799) “Las chicas de la estación” y la música urbana de menores tuteladas

 

La directora madrileña Juana Macías es otro nombre femenino a considerar entre el elenco de directoras españolas de esta nueva hornada de la última década. Su debut fue con el cortometraje Siete cafés por semana (1999), por el que obtuvo el premio Goya al mejor cortometraje de ficción. Y tras un breve recorrido por el corto, se estrenó en el largometraje con Planes para mañana (2010), obra por la que fue nominada al premio Goya al mejor director novel. Llegaron luego una serie de comedias de regular resultado de público y crítica, hasta que en el año 2024 da un golpe sobre la mesa con una serie y una película, dos dramas sociales basados en hechos reales. La serie (codirigida junto a Polo Menárguez) es Las abogadas, seis capítulos alrededor de los últimos años de la dictadura franquista y con el protagonismo de cuatro abogadas laboralistas bien reconocidas en la reciente historia de España (Cristina Almeida, Manuela Carmena, Paca Sauquillo y Lola González). Y la película es la que hoy nos convoca, Las chicas de la estación, y que comienza con este mensaje: “Esta película está basada en hechos reales. La identidad de los personajes y la trama se han alterado por motivos dramáticos. Septiembre, 2019. Palma de Mallorca”. 

Las chicas de la estación centra la historia en tres adolescentes de 14-15 años tuteladas que viven en un centro de acogida: Jara (Julieta Tobío), Álex (Salua Hadra) y Miranda (María Steelman). Es peculiar cómo cada una de ellas nos presenta a su compañera en el primer cuarto del metraje: Jara nos presenta a Alex como la más del barrio, la dispuesta a ayudar, aunque con genio y por ello nadie la aguanta mucho; Miranda nos dice de Jara que cuando perrea se te mete dentro, que a ella nunca se le ve el lado oscuro y que le gusta que le miren; Alexa comenta de Miranda que la peña cree que está chalada, pero es tope y dibuja cosas chulas en la libreta esa que tiene, que siempre está happy, pero a veces se le cruzan las nubes negras. 

Las tres viven en este centro de acogida con otros chicos y chicas y al cuidado de sus monitores, allí conviven en espera de un hogar de adopción o acogida. Pero algunos fines de semana regresan a sus hogares cuando vienen a buscarlas, y confirmamos la familia disfuncional que a cada una les ha llevado allí: Jara va con su moderna madre y nuevo novio, junto a su hermano pequeño; Alex acude a su casa, donde la relación con el padre es muy tensa; a Miranda nadie la viene a buscar, pues sus padres la abandonaron de pequeña, y ante los demás se inventa que tiene unos padres espías a los que no puede ver. Pero lo más duro, es que la madre de Jara decide que vaya a otro hogar de acogida, y el padre de Alex le pide que no vuelva a casa durante un tiempo y que les dejen espacio. 

Con estos mimbres no es duro percibir que Jara, Álex y Miranda han crecido sin saber qué es el amor en sus familias. Es el cumpleaños de Jara y las tres quieren celebrarlo en el concierto de su rapera preferida (todo un guiño a la importancia de la música urbana en el desarrollo de la historia). Necesitan dinero para ello y no tienen muchas opciones para conseguirlo. Ahí es cuando aparece una joven del barrio, La China, quien funciona como intermediaria de encuentros y trapicheos, extravagante hasta con el diente que le falta. “No te puedes fiar de nadie, pero de La China menos”, piensa Miranda, pero aún así Jara acepta encuentros sexuales con adultos en los baños de la estación de autobuses, y, más adelante, también convence a Álex para acudir a una fiesta nocturna. 

Y a partir de aquí llega el núcleo duro de la historia. La escena de la furgoneta llena de niños y niñas menores de edad en busca de una fiesta de adultos para intercambios sexuales es dramática, donde la fiesta es grotesca y la vuelta atroz. Al día siguiente Jara busca la píldora del día después, y la exploran en busca de enfermedades de transmisión sexual, mientras ella nos devuelve este pensamiento en off: “La primera pastilla del día después me la dio mi madre cuando pilló a un novio suyo metiéndome mano… y la polla, claro. Aunque tampoco me acuerdo muy bien, pues hace mucho”. Finalmente logran ir al concierto, pero colándose, pues no consiguen el dinero: “Ha sido el mejor cumpleaños de mi vida”, dice Jara a sus amigas. 

Llega la Navidad al centro de acogida y todos abren sus regalos. Pero el de Alex queda sin abrir, porque la noche previa se fue en un coche con chicos y no ha regresado. Se descubre que ha sufrido una violación múltiple en manada y uno de los monitores del centro le da un consejo para que hable con la policía, en lo que es un declaración de muchos quilates actorales: “Y piensa también una cosa: no puedes elegir de dónde vienes, pero sí a dónde vas”. Finalmente, por miedo, Alex prefiere cambiar de centro e ir a la Península. Porque estas jóvenes no solo son víctimas de la sociedad y víctimas de abusos, sino que no se sienten protegidas por las instituciones y la sociedad. Las palabras de la detective de policía son difíciles de olvidar: “No existen niños y niñas prostitutas. Son víctimas de abuso. Y los adultos que tiene relación con estas niñas son los culpables”. 

Tanto agobio y sufrimiento para un final esperanzador, con este colofón final para la reflexión: “En toda España, cientos de menores tuteladas han sido captadas por redes de prostitución sin que la Administración haya tomado medidas para evitarlo. La mayoría de las denuncias por explotación sexual a menores tuteladas están pendientes de juicio o han sido archivadas”, Y por ello la directora, Juana Macía, se documentó sobre esta problemática de la explotación sexual de menores tutelados en España, particularmente en casos que salieron a la luz en Mallorca y una violación grupal que tuvo lugar en la Nochebuena de 2019. Y sitúa la acción en el barrio de Palma de Mallorca conocido como "Corea", un nombre que se remonta a la época de su construcción en la década de los 50, coincidiendo con la Guerra de Corea. Aunque no hay un consenso claro sobre el porqué exacto de este nombre, fue un barrio de viviendas sociales que en la actualidad es una de las zonas más vulnerables y conflictivas de la ciudad, con problemas de marginalidad, delincuencia y okupación. 

Una historia tan dura como real, donde cabe destacar su banda sonora original, compuesta por Isabel Royán, pero que cuenta con una importante selección de música urbana que funciona como hilo narrativo y refleja el estado emocional de las protagonistas. En ella se incluyen canciones de artistas como: La Zowi, Yung Beef, Albany, Negro Jari, Somadantina, Kitty110, L'Beel, La Blackie, Gata Cattana, Pipo Beatz, Dalila… y canciones de bella factura como “Nadie”, “Mis niñas”, “Sueños rotos”, “La gata baila”, “Perra del futuro”, “Habibi”, “Niña suicida”, “Estoy bien” y otra decena más de ellas. Una música que es mucho más que leitmotiv, es la música urbana de sus vidas, la de estas menores tuteladas.