domingo, 31 de diciembre de 2023

Un año 2023 de recuerdos y de emoción a través de "mis" vídeos musicales (I): del 24 al 13

 

Las próximas dos entradas, de dos días muy especiales (Nochevieja, el último día del año 2023 y Año Nuevo, el primer día del año 2024), serán dos entradas diferentes en el blog. Serán dos posts llenos de música, de la emoción y recuerdos de un año 2023 repleto de canciones, canciones compartidas por distintas redes sociales a lo largo de ese año que hoy termina y que hoy las recuerdo. Nuevamente hemos intentado evitar la pandemia de canciones de reguetón, hip-hop y rap que invade hasta el buen gusto. 

Con ello consolidamos una tradición en el blog que ya venimos realizando en este blog desde el año 2012 (y ya van 12 años). La música parece una buena manera de despedir el año viejo y dar la bienvenida al nuevo año, pues ya lo dijo Manuel de Falla: "La música no es sólo el arte más joven, sino tal vez el único cuyo ejercicio, si ha de ser eficaz, exige una completa juventud de espíritu”

En las próximas dos entradas intentaré clasificar "mis" 24 vídeos destacados del año 2023, mis Top24 (uno por cada hora del día), fundamentado, como en ediciones anteriores, en la calidad y calidez de la canción y la técnica del propio vídeo. Si para gusto se hicieron los colores, imaginaros las músicas. No lo toméis muy en serio y compartir, si os apetece, vuestras opiniones y vuestros gustos musicales. 

24. EL AMOR DE SU VIDA (Grupo Frontera ft Grupo Firme) del álbum El comienzo 
El comienzo Buena música ranchera desde México lindo con estos dos grupos, el Grupo Frontera, desde Texas, y el Grupo Firme, desde Tijuana. Una forma alegre de comenzar este listado. Un buen antídoto ante tanta canción en español invadida por esa epidemia llamada reguetón.

   

23. NO SE VE (Emilia ft Ludmilla) del álbum No se ve 
La argentina Emilia, une su música y voz a la brasileña Ludmilla, una canción de funk carioca y música electrónica con elementos de la música urbana. Con colores neón y un estilo perfecto para la fiesta…porque “detrás del humo no se ve”. Y es que esta pequeña gran cantante argentina no deja de estar en la cima musical este año, con otro temas como “La original”, junto con Tini, otra cantante argentina de similar calado.

   

22. MONTHLIKE (Myrkur) del álbum Spine 
La danesa Amalie Brunn, más conocida como Myrkur, regresa a sus raíces tras el hermoso “Folkesange”, publicado en 2020. Con el lanzamiento de “Spine”, Myrkr fusiona el folk pagano nórdico con los sonidos propios del black metal de sus anteriores trabajos como el álbum homónimo Myrkur. “Mothlike” muestra una fusión perfecta entre folk y black metal.

   

21. PADAM PADAM (Kyllie Minogue) del álbum Tension 
Kylie Minogue lleva 40 años siendo una auténtica máquina de crear éxitos. A pesar de haberse mantenido con un perfil de popularidad bastante bajo en los últimos años, ha resurgido con “Padam Padam”, el single de presentación de su decimoquinto disco, “Tension”, un álbum de electro-pop con el que ha vuelto a lo más alto de las listas de éxitos. El single se ha convertido en su mayor éxito desde la icónica “Can't Get You Out Of My Head”, gracias a viralizarse en Tik Tok y a su endiablado videoclip… donde brilla con un rojo encendido.

   

20. RUSH (Troye Siban) del álbum Rush (Remixes) 
Troye Sivan regala con “Rush” una de las mayores rompe pistas del año. Una obra pop atemporal que perdurará durante años, con un tema que supone toda una liberación: sentirse libre y conectado gracias a los cuerpos, a la música, a las drogas, al sexo y al amor. Rush es una producción sexy, divertida y alocada que nos recuerda a la mejor Kylie Minogue y al mejor house noventero.

   

19. NO MORE LIES (Thundercat ft Tame Impala) del álbum No More Lies 
Una de las canciones que definitivamente nos volaron la cabeza este 2023 fue la de “No More Lies”, la primera canción original de Thundercat en tres años que tuvo una colaboración con Kevin Parker, la mente maestra detrás de Tame Impala y con quien el bajista estadounidense ansiaba trabajar desde hace años. Como ya ha ocurrido en otras colaboraciones de Kevin Parker, “No More Lies” tiene el sello de Tame Impala. Aunque claro, destacan principalmente la espectacular voz y las icónicas líneas de bajo de Thundercat. Y todo ello mientras un impala y un leopardo corren por la selva.

 

18. GREEDY (Tate McRae) del álbum Think Later 
Canción que eleva la temperatura en una pista de hochey sobre hielo, allí donde esta cantante, compositora, bailarina y actriz canadiense, Tate McRae, que algunos denominan como la versión de Billie Eilish de ese país. El vídeo, dirigido por Aerin Moreno y ambientado a altas horas de la noche en un estadio de hockey vacío, nos muestra a una Tate muy diferente a la que habíamos visto hasta ahora y con una coreografía y son que atrapa.

   

17. LABOUR (Paris Paloma) del álbum Labour (RAK session) 
La joven cantautora británica Paris Paloma, de tan solo 22 años, ha compuesto el himno feminista definitivo: Labour, una dramática, salvaje y directa venganza feminista a un hombre que emplea a las mujeres exclusivamente para atender sus necesidades. Y ello alrededor de una mesa de comedor con sabor decimonónico.

   

16. WHAT WAS I MADE FOR? (Billie Eilish) del álbum Barbie: The Album 
Uno de los grandes estrenos cinematográficos de este año fue la de “Barbie” (Greta Gerwig, 2023) y parte del éxito de la película fue también su soundtrack. En específico con canciones como la de “What Was I Made For?”, en la voz de Billie Eilish y que nos dio uno de los momentos más emotivos en la cinta. La canción fue igual de emotiva para la misma Billie, pues en una entrevista indicó que ella y su hermano Fineas, escribieron “What Was I Made For?” después de un tiempo de sufrir un bloqueo creativo, inspirados en los sentimientos de la Barbie interpretada por Margot Robbie. Y, como en otras ocasiones, la cantante ha tenido casi todo el control para plasmar lo que quería representar en el vídeo, pura simplicidad.

   

15. FREAK ME NOW (Jessie Ware ft Róisin Murphy) del álbum That! Feels Good! 
La británica Jessie Ware lleva varios años haciendo las cosas bien. A pesar de no alcanzar el estatus de estrella del pop, la diva británica ha reinventado el pop de los 80 y 90, convirtiendo su música en himnos dance-pop atemporales. Tras conquistarnos a todos con el espectacular “What's Your Pleasure?” en 2020, Ware repite la fórmula y la mejora con el lanzamiento del álbum “That! Feels Good!” en este 2023, uno de los mejores discos del año. Y “Freak Me Now” es el tema que se lleva el oro gracias a regalarnos un banger de histeria que no para desde su comienzo hasta su final, lleno de color y sonido. Un ritmo endiablado con la compañía de la cantante, compositora, modelo, diseñadora y actriz  irlandesa Róisin Murphy.

  

14. BLACK EYE (Allie X) del álbum Girl With No Face 
Alexandra Ashley Hughes, más conocida como Allie X, es una cantante, compositora y artista visual canadiense que este año ha dado un golpe sobre la mesa con un tema pop que absorbe la energía de los sintetizadores ochenteros y los inunda con una oscuridad envolvente y transformadora. En “Black Eye” trata temas como la resiliencia, la fuerza y la perseverancia frente a los desafíos que nos encontramos en el día a día. Nos habla de la necesidad de mantenerse enfocados y decididos frente a la adversidad y de desarrollar la capacidad de enfrentar el dolor. Un buen propósito para aprender del año que termina y el nuevo que empieza. Pues lo vamos a necesitar…

   

13. WIRELESS (Whitin Temptation) del álbum Wireless 
La banda holandesa Within Temptation haa abandonado del todo el sonido sinfónico que los caracterizaba desde hace más de 20 años y, en la actualidad, la banda capitaneada por Sharon Den Adel se ha centrado en los sonidos más puros del metal, acompañado por fuertes sintetizadores. Y este álbum supone el disco más político de la banda, y “Wireless” posiblemente sea la canción más dura del disco, inspirada en los hechos que desencadenaron la muerte de la activista iraní Mahsa Amini en Teherán por el simple hecho de llevar mal el velo. Potentísimos vídeo, uno de los mejores de año, como un cómic antibélico, tan necesario en este bélico (y terrible) año 2023, con dos guerras en ciernes en Ucrania y Palestina.

 

sábado, 30 de diciembre de 2023

Cine y Pediatría (730) La trilogía de Bill Douglas, poesía de una infancia más negra que el carbón

 

Y finalizamos el año 2023 con una obra de arte en blanco y negro, una pieza fundamental del cine británico de la década de los años setenta del pasado siglo y durante mucho tiempo poco apreciada en su país: la trilogía de Bill Douglas, tres pequeños grandes filmes que nos hacen transitar a flor de piel con la dura experiencia familiar y social de la infancia y adolescencia de su autor en imágenes imperecederas. Para algunos se constituye en uno de los trípticos más destacados que jamás se hayan hecho sobre la infancia, pura poesía cinematográfica desde una deprimente Escocia de posguerra dedicada a la minería. 

Es Bill Douglas un cineasta británico particular, cuyo corpus fílmico dura apenas seis horas y la mitad corresponde a esta trilogía, compuesta por My Childhood (1972) de 45 minutos, My Ain Folk (1973) de 52 minutos y My Way Home (1978) de 79 minutos de duración. Y para entender más el componente autobiográfico, vale la pena conocer algo de su biografía. Porque Bill Douglas nació en 1934 en el pueblecito minero de Newcraighall en las afueras de Edimburgo, y su infancia transcurrió en medio de grandes privaciones tanto físicas como emocionales. Hijo ilegítimo de una madre afectada por una seria enfermedad mental y educado en compañía del hijo de la hermana de su madre (Tommy, visto en My Childhood y My Ain Folk), por su abuela materna, Douglas pasó tras morir ésta a ser recogido en la casa de su padre (al que tardó en conocer) y su abuela paterna hasta terminar en el mismo internado que había acogido antes a su primo. Pese a todas las adversidades, el adolescente fue capaz de dotarse de una educación muy por encima de lo que las implacables circunstancias de su periplo vital podían vaticinar; y, además, durante estos años se fue fraguando lo que fue más adelante el centro de su vida, su pasión por el cine. El encuentro inesperado durante su servicio militar en Egipto con otro joven y sensible recluta, Peter Jewell (Robert, en My Way Home), que se convertiría en su compañero hasta el fin de sus días, le permitió escapar del mundo en el que hasta entonces había habitado, aunque este dejara una huella imborrable tanto en su personalidad como en su arte. Tras una frustrada carrera como actor, durante los primeros años sesenta (durante los que comenzó a pergeñar el guion que acabaría convirtiéndose en su «trilogía») y su paso y graduación como realizador en la London Film School, Douglas se encontró con la oportunidad de colocarse tras la cámara, para lo que aún tuvo que superar obstáculos de variada índole. 

Porque la historia de esta trilogía es ampliamente biográfica y sigue a Jamie (alter ego del director, interpretado con una convicción por Stephen Archibald), quien logra superar el entorno brutal de rechazos y adversidades de los entornos familiares que le toca vivir, así como el propio internado o su experiencia militar en la adolescencia. Veamos sus tres partes. 

- Parte primera. My Childhood (1972) 

Comienza anunciando el momento y lugar de la historia: “1945. Un pueblo minero escocés. Prisioneros de guerra alemanes trabajan en los campos”. Niños y niñas cantan en clase, mientras uno de ellos debe salir porque su abuela le espera fuera. Esta abuela cuida de Jamie, de unos 9 años, y de su primo Tommy, de unos 13. Jamie encuentra en un prisionero de guerra alemán la figura paterna que no tiene y es el único con el que puede esbozar una sonrisa. Cuando llega el padre de Jamie, la abuela no le reciben con aprecio y le echa “porque no es bueno ni para los hombres ni para las bestias”, mientras luego visita a su madre, ingresada en un lejano hospital. 

La violencia campea en este crudo entorno, también contra los animales. Con la muerte de la abuela, queda poco refugio para Jamie. Y se marcha sobre el carbón que transporta el tren de vapor. Y se desvanece la historia como el humo del tren. 

- Segunda parte. My Ain Folk (1973) 

Tras la muerte de su abuela materna, Jamie es separado de Tommy (a quien lo llevan a un internado) y debe empezar a vivir con su pusilánime padre, que le ignora, y la abuela paterna, una mujer alcohólica que le someterá a numerosos maltratos psicológicos. Para empezar, le dice a Jamie: “Tu madre ha arruinado la vida de mi hijo… ¿Qué te hizo pensar que podías venir aquí”. Entre duros silencios (e imágenes), apreciamos que esa abuela cuida más al galgo que al nieto, salvo cuando se emborracha y entonces le abraza y Jamie reza: “Por favor, Jesús, haz que mi abuela se emborrache cada noche”. Pero al día siguiente todo sigue igual: “Han llamado del sanatorio. Tu madre ha muerto”. No es de extrañar que desee su muerte y le haga maleficios. 

Y Jamie huye a menudo a la casa vecina de su primera abuela, ahora vacía. Porque su propia gente le rechaza y le maltrata, lo que también le provoca una profunda apatía en el colegio. Y todo esto lo observa y vive acurrucado en muchas ocasiones. Y solo tiene el apoyo de un abuelo también maltratado y apartado, quien le dice: “¿No estarías mejor en un hogar de acogida? Al abuelo ya no le quedan fuerzas para luchar por ti”. Y con la muerte del abuelo, regresa al internado. 

- Tercera parte. My Way Home (1978) 

La última parte de la trilogía autobiográfica de Douglas se centra en la su final de la adolescencia. De nuevo en el internado, allí donde todos reciben el mismo regalo (una armónica) por Navidad. Pero su padre vuelve a por él, ahora con una nueva esposa, y se encuentra con su abuela deteriorada, quien le regala el libro David Copperfield de Dickens. Sigue desadaptado y les refiere que quiere ser artista, lo que molesta con esa decisión de querer ser mejor que ellos y no conformarse con trabajar en la mina de carbón. Y regresa al internado, desanimado dice al director: “Corra o camine lo mismo da. Al final, siempre voy a parar al mismo punto”. Hasta que es adoptado por una nueva familia que le respeta, pero él prefiere vivir como un mendigo junto a los mendigos, y repite “Me quiero morir. Me quiero morir. Me quiero morir,…”. 

Sin lugar a donde ir, se alista en el servicio militar y se traslada a Egipto. Tampoco se adapta a esa vida inicialmente, donde realiza tareas sin trascendencia en una casa en medio del desierto y junto con otro recluta, Robert. Y cuándo le preguntan qué quiere hacer a la vuelta, responde, con el fondo del cartel de Marilyn Monroe en la película Niágara (Henry Hathaway, 1953): “Yo quiero ser artista. Puede que hasta sea director de cine”. Y cierra con una imagen de cerezos en flor mientras suena el motor de un avión, posiblemente el que le trae de regreso a su país. Y un fundido en negro finaliza esta historia en tres partes de una infancia y adolescencia más negra que el carbón. 

Y esta magnífica trilogía de Bill Douglas se constituye en visión artística única sobre la infancia y adolescencia, su infancia y adolescencia. El diálogo es rebajado al mínimo, y las casas de cooperativas del pueblo minero, los campos, la nieve, la pobreza, las sucias calles, el frío, el carbón carestía, el desapego familiar y el maltrato infantil están rodadas en un desolado blanco y negro. Y con un uso especial de la cámara, de los primero planos de los objetos (puertas, manos,…) y esas dos figuras que se repiten en su trilogía: el uso de las imágenes de las manzanas en cada una de sus tres partes (y cada una con un significado) y el tren. 

Quien quiera profundizar en esta película, con un análisis exhaustivo por escenas, puede revisar el gran análisis realizado por Santiago Zunzunegui en la revista EU-topías, revista de interculturalidad, comunicación y estudios europeos publicada conjuntamente por la Universitat de València y l’Université de Genève.

Un buen colofón cinematográfico a este año 2023, una historia tan negra la que nos muestra Bill Douglas como el año que ahora termina, con dos guerras en ciernes (la que enfrenta a Ucrania y Rusia, y a Palestina e Israel) y con “polarización” como la palabra del año según Fundéu en España, lo que muestra a las claras la situación política y social que vivimos.

 

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Radiografía de la atención temprana en España

 

La Atención Temprana es un conjunto de acciones destinadas a niños y niñas de 0 a 6 años, y que combinan de forma planificada y coordinada disciplinas como fisioterapia, logopedia, estimulación, psicomotricidad, psicoterapia, etc. Estas acciones, preventivas y/o de apoyo, están encaminadas a dar respuesta, lo más pronto posible, a las necesidades transitorias o permanentes que presentan estos niños y niñas. Con ello, se facilita su evolución en todas las facetas, se promueve su inclusión plena y se mejora su calidad de vida y la de sus familiares. 

La legislación de España establece que debe darse atención en la infancia hasta los seis años aunque cada región tiene servicios dispares como consecuencia del modelo autonómico. Pues la gestión territorial de las competencias provoca que unas comunidades estén más avanzadas que otras y que los servicios que reciben los menores sean diferentes en función del lugar de nacimiento. 

Sobre este tema acaba de publicar un artículo desde Maldita.es, este proyecto que nació para luchar frente a la desinformación y los bulos  Os dejamos el artículo completo en este enlace, y en el que como colaborador de Maldita.es, se pidió mi colaboración. Pero cuyas preguntas y respuestas vienen mejor expuestas a continuación, realizadas con la colaboración de especialistas en la materia.  

• ¿Cuál es la ventaja de este servicio en la sanidad pediátrica? 
La atención temprana es fundamental para poder articular mecanismos de actuación y coordinación que permitan conseguir los objetivos propuestos en cada caso en función de las necesidades que presenten, pues en la población infantil requiere la implicación y responsabilidad de todos los sistemas públicos: educativos, sanitarios y sociales. De este modo todos los sistemas se benefician, ya que tienen un objetivo común, mejorar la calidad de vida de los niños, niñas y sus familias. 

• ¿Qué debe cubrir? 
Debe de ser un conjunto de acciones destinadas a niños de 0 a 6 años, que combinan de forma planificada y coordinada disciplinas como fisioterapia pediátrica, logopedia, estimulación, terapia ocupacional, etc. Estas acciones, preventivas y/o de apoyo, están encaminadas a dar respuesta, lo más pronto posible, a las necesidades transitorias o permanentes que presentan estos niños. Con ello, se facilita su evolución en todas las áreas y facetas, se promueve su inclusión plena y se mejora su calidad de vida y la de sus familias. De igual forma las acciones se dirigen a todos los entornos que rodean al niño, haciendo una intervención global (familia, entornos sanitarios, educativos y sociales). 

• ¿Cuánto afecta a un niño este tipo de diagnósticos tempranos? 
La detección precoz y la atención temprana son muy importantes, porque una buena detección a tiempo puede ser decisiva para mejorar la calidad de vida posterior de la persona. De esta forma, impulsar la atención temprana es de lo más beneficioso. Un diagnóstico a tiempo es decisivo para el niño o niña para evitar complicaciones a posteriori. 

• Desde que se solicita, hasta que llega el momento de ser atendido y someterse a las pruebas… ¿Cuánto tiempo termina por pasar? 
No hay un periodo de tiempo concreto, ya que depende principalmente de las listas de espera, y estas varían tanto por provincias como por comunidades autónomas. Pero teniendo en cuenta que la intervención durante el primer año de vida, y más concretamente en el tramo de 0-6 meses de edad, es clave para optimizar la evolución de esta población, se considera de vital importancia comenzar el trabajo lo antes posible, ya que cuanto antes empecemos a intervenir en niños con alteraciones en su neurodesarrollo o riesgo de presentarlos, nos aseguraremos mejor pronóstico para ese niño y sus familias. 

• ¿En qué momento unos padres han de ponerse en contacto con el pediatra de su hijo para iniciar este procedimiento? 
En el momento que sospechen que hay alguna posible alteración en el desarrollo de su hijo o hija, como no alcanzar los hitos evolutivos en la edad que corresponde, observar conductas desajustadas, …, en definitiva, cuando observen cualquier signo de alarma que les pueda preocupar. 

• ¿En qué casos dice un pediatra que este procedimiento de diagnóstico se activa? 
En el momento que detecten factores de riesgo o haya alguna alteración en el desarrollo. 
Se consideran factores de riesgo para el desarrollo, desde el punto de vista sanitario, el riesgo neurológico prenatal o perinatal y los síndromes que llevan asociadas alteraciones del neurodesarrollo.Se considera alteración del desarrollo cuando no se haya alcanzado los hitos establecidos para la edad. 
- Riesgo neurológico prenatal o perinatal (riesgo de parálisis cerebral): prematuridad extrema (< 32 semanas); bajo peso (< 1.500 gr); pérdida del bienestar fetal; infección, lesión o malformación del sistema nervioso central; uso de tóxicos o déficit de cuidados durante el embarazo que pongan en riesgo el desarrollo. 
- Síndromes con alteraciones del neurodesarrollo: síndrome de Down, síndrome de Rett, etc.; encefalopatías genéticas (epilépticas o del neurodesarrollo); otros síndromes con alteraciones del neurodesarrollo. 
- Alteraciones en el desarrollo psicomotor. 
- Sospecha de trastorno del espectro autista. 
- Alteraciones en el desarrollo del lenguaje. 
- Retraso en la adquisición del lenguaje. 
- Alteraciones o déficits sensoriales (visuales o auditivos). 

• ¿Qué nivel de diferencia existe entre las diferentes Comunidades Autónomas?
Nacer en una u otra Comunidad Autónoma española condiciona la calidad, intensidad y periodicidad de los servicios de atención temprana a los que puede acceder un niño o niña que presente una alteración en su desarrollo o en riesgo de presentarlo. La normativa en materia de Atención Temprana existente en las diferentes comunidades autónomas españolas es diferente, ya que se carece de normativa estatal que la regule. Hay un amplio margen de mejora en la Atención Temprana en España, y es una demanda de profesionales sanitarios y familias. Porque por esta deficiente organización en demasiadas ocasiones la Atención Temprana no es temprana…

lunes, 25 de diciembre de 2023

El Nacimiento de Jesús pinta mucho

 

Este lunes es el Día de Navidad de 2023. Y por ello, nuestro post de hoy tendrá un sabor especial... con más color y calor. 

Porque el Nacimiento de Jesús es uno de los principales episodios de la vida del Hijo de Dios y es, además, el acontecimiento más popular del Ciclo de Navidad. Los artistas han sido una pieza clave en la difusión de los mensajes cristianos con una magnífica producción de obras religiosas a lo largo de siglos. Todos ellos nos dejan entrever las ideas espirituales y estéticas dominantes en un momento y lugar concreto. 

Y hoy os regalamos un repaso visual a las mejores obras de arte sobre este tema en una de las mejores pinacotecas del mundo, El Museo del Prado, nos acercará a este tema. 

Un tema que tiene tres momentos especiales en los lienzos y tres títulos principales: 

- “La adoración de los pastores” es uno de los más repetidos, y ahí podemos encontrar las obras (con un orden cronológico aproximado) de Felipe Pablo de San Leocadio, Luis de Morales, El Greco, Bonifacio de Pitati, Bartolomé Esteban Murillo, Francisco Collantes, Giacomo Cavedone, Pedro de Orrente, Jacopo Bassano, Antonio van de Pere, Mateo Gilarte, Joachim Wtewael, Fray Juan Bautista Maíno, Carlo Maratti, Antonio del Castillo Saavedra, Donato Creti, Corrado Giaquinto, Francisco Rizzi, Acisclo Antonio Palomino y Velasco, Anton Rafael Mengs, Francesco Monti, Juan Laurent y Minier, José Lacoste y Borde, más un buen número de obras anónimas. 

- “La adoración de los Reyes Magos” le siga a la zaga, donde destacan los lienzos (con un orden cronológico aproximado) de Hans Memling, Maestro de la Sisa, Rodrigo de Osona, Luis de Morales, Fray Juan Bautista Maino, Diego de Urbina, Pedro Pablo Rubens, José Mateos, Pieter Brueghel el Joven, Pedro Núñez del Valle, Eugenio Cajés, Mateo Gilarte, Hendrick van Balen, Velázquez, Francisco Rizi, Paolo Farinati, Tiziano, Franciso Antolínez y Sarabia, Francesco Bassano, más un buen número de obras anónimas. 

 - “La Natividad” es ya un tema menos repetido, pero patente: Eugenio Cajés, Rodrigo de Sajonia, Maestro de las Medias Figuras, Rodrigo de Osona, Juan Correa de Vivar, Federico Barocci, Maestro de Sopetrán, Pietro da Cortona, Francisco Antolínez y Sarabia, y alguna obra anónima. 

Y ya luego los temas son más dispersos, con títulos diferentes y menos obras repetidas a su alrededor: “La Anunciación”, “La Visitación”, “Nacimiento e infancia de Cristo”, “La huída a Egipto”, “La presentación de Jesús en el templo”, etc. 

Porque nosotros nos podremos olvidar de Jesús. Pero Jesús ni puede ni quiere olvidarse de nosotros. Y el arte tampoco: y esta ha sido a lo largo de la historia de la pintura su peculiar felicitación por su cumpleaños. Porque este día pinta mucho… 

¡Feliz Navidad a los lectores del blog Pediatría Basada en Pruebas!

sábado, 23 de diciembre de 2023

Cine y Pediatría (729) “El campeón” boxea con los sentimientos de un hijo hacia su padre

 

El boxeo, fuera y dentro del ring, se ha constituido casi en un subgénero del séptimo arte. Películas que se dividen entre la ficción y el biopic a grandes boxeadores. Entre los héroes de ficción ha destacado la figura de Rocky Balboa, y entre los boxeadores históricos Cassius Clay/Muhammad Ali ha dado mucho de sí. Y con un predominio abrumador de películas estadounidense, donde parece claro que tanto el cine como el boxeo son algo más que un arte y un deporte. He aquí algunas películas significativas: Charlot, campeón de boxeo (Charles Chaplin 1915), El campeón (King Vidor, 1931), La vía láctea (Leo McCarey, 1936), Kid Galahad (Michael Curtiz, 1937), Invitación a la felicidad (Wesley Ruggles, 1939), El asombro de Brooklyn (Norman Z. McLeod, 1946), Cuerpo y alma (Robert Rossen, 1947), El ídolo de barro (Marck Robson, 1949), Nadie puede vencerme (Robert Wise, 1949), Fabricante de campeones (George Marshall, 1952), Marcado por el odio (Robert Wise, 1956), Más dura será la caída (Mark Robson, 1956), La gran esperanza blanca (Martin Ritt, 1970), Fat City, ciudad dorada (John Houston, 1972), Rocky (John G. Avildsen, 1976) y toda su saga, Yo, el mejor (Tom Gries y Monte Hellman, 1977), Campeón (Franco Zeffirelli, 1979), Toro salvaje (Martin Scorsese, 1980), El triunfo del espíritu (Robert M. Young, 1989), El golpe perfecto (Michael Ritchie, 1992), Tyson (Uli Edel, 1995), Cuando éramos reyes (Leon Gast, 1996), La gran esperanza blanca (Reginald Hudlin, 1996), The Boxer (Jim Sheridan, 1997), Huracán Carter (Norman Jewison, 1999), Rocky Marciano (Charles Winkler, 1999), Girlfight (Karyn Kusama, 2000), Ali (Michael Mann, 2001), Invicto (Walter Hill, 2002), Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2004), Cinderella Man. El hombre que no se dejó tumbar (Ron Howard, 2005), El último asalto (Rod Lurie, 2007), The Fighter (David O. Russell, 2010), Klitschko (Sebastian Dehnhardt, 2011), El gran combate de Muhammad Ali (Stephen Frears, 2013), Victor Young Pérez (Jacques Ouaniche, 2013), La gran revancha (Peter Segal, 2013), Manny (Leon Gast y Ryan Moore, 2014), Rendención (Antoine Fuqua, 2015), El día más feliz en la vida de Olli Mäki (Juho Kuosmanen, 2016), El último asalto (Thomas Napper, 2017),… 

Pero hoy vamos a dedicar un apartado muy especial a una película que es una historia de amor incondicional de un hijo a su padre en tiempo de crisis y alrededor del boxeo, una historia que se realizó en blanco y negro y que tuvo su remake en color casi medio siglo después, ambas desde la Metro-Golwyn-Mayer, verdaderos melodramas con un gran éxito de crítica y público Hablamos de las ya citadas El campeón (King Vidor, 1931) y Campeón (Franco Zeffirelli, 1979), ambas con igual título original, The Champ

Esta historia de boxeo y de superación personal es similar. Un ex campeón de boxeo, hundido en la desidia y con mayor afición al alcohol y al juego de lo aconsejable, vive con su hijo pequeño tras ser abandonados por la madre. El hijo llama “Campeón” a su padre, le admira y le cuida, con una madurez que a veces supera a la del progenitor. Y este pequeño universo entre ellos se rompe con la reaparición de la madre, momento en que el padre decide regresar a los rings para hacerse acreedor del respeto de su hijo. En esta aventura cuenta con la presencia y apoyo constantes de su hijo, que encarna todo lo que él hubiera querido ser. Pero el tiempo no ha pasado en balde, y buena muestra de ello es la dura contienda que da pie al mítico (y lacrimógeno) final. 

La versión original, El Campeón (1931), cuenta con la dirección de King Vidor, uno de los grandes artesanos del Hollywood clásico, director de títulos eternos del cine mudo (El gran desfile, 1925; Y el mundo marcha, 1928) como del cine sonoro (La ciudadela, 1938; Duelo en el sol, 1946; Guerra y Paz, 1956). Aquí el dúo padre-hijo son Andy "Champ" Purcell (Wallace Beery, Óscar a mejor actor) y Dink (Jackie Cooper), actores que protagonizarían juntos cuatro largometrajes, entre los que también se encontraba La isla del tesoro (Victor Fleming, 1934). La acción se sitúa durante la época de la Gran Depresión de 1929 en Tijuana (México), y el papel de la madre recayó en la actriz Irene Rich. 

El remake, Campeón (1979), contó con la dirección de Franco Zeffirelli, autor de títulos cinematográficos como Romeo y Julieta (1968), Hermano sol, hermana luna (1972) o Amor sin fin (1981), pero que también a la dirección en ópera, teatro y televisión. Aquí el dúo padre hijo son Billy “Champ” Flynn (Jon Voight) y T.J. (Rick Schroder, Óscar a mejor actor revelación a la edad de 9 años). La acción se desarrolla en la década de los sesenta en Florida, y el papel de la madre recayó en la actriz Faye Dunaway. 

Quizás es esta segunda versión la que más emociona, con escenas como la del regalo del caballo, la carrera del hipódromo, el encuentro con la madre, la escena de la cárcel, el entrenamiento y la vuelta al ring, la cruda pelea final. Y uno de los finales más lacrimógenos de la historia del cine. Y frases para el recuerdo en esa lucha de los progenitores por la custodia del hijo, con la recriminación del padre (“¿Qué clase de madre es? Nunca hizo nada por él. Y ahora, tras siete años, “Vaya, cuánto le quiero y no me di cuenta”. No sabe qué es cambiarle los pañales o limpiarle los mocos, ni enseñarle a distinguir entre el bien y el mal, ni bañarle, Pero eso no cuenta para ella”), la protesta del hijo (“Por favor, Campeón, yo solo quiero vivir contigo. Por favor. Seré alguien cuando crezca, alguien importante como tú”), la confesión de la madre (“Eres muy afortunado, Billy. El niño está loco por ti”) y el arrepentimiento del padre (“Sólo sé una cosa. Que nunca más en mi vida me apartaré de ti”). Y esa famosa expresión que T.J. aprende de su padre: “Cuando un hombre no puede quitarse los pantalones, no es un hombre”. 

Cabe decir que entre estas dos películas hubo otra versión de la historia, pero no ambientada en el mundo del boxeo, sino en el mundo del circo: The Clown (Robert Z. Leonard, 1953). Y las tres versiones de la historia, con ese equilibrio entre el realismo y lo emotivo, tuvo un claro antecedente en El Chico (Chales Chaplin, 1921), donde la ausencia de la madre y su reaparición también rompe el universo entre el niño y el adulto y pone sobre la mesa cuestiones como la crianza, la responsabilidad y la paternidad. 

Y es que el amor incondicional de un niño hacia el adulto ha sido uno de los temas estrella de varias películas míticas sobre el mundo de la infancia: Y además de las ya enumeradas, cabe recordar Capitanes intrépidos (Victor Fleming, 1937), Ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica, 1945), Raíces profundas (George Stevens, 1953), Mi tío Jacinto (Ladislado Vajda, 1956), La bahía del tigre (J. Lee Thompson, 1959). Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962), Luna de papel (Peter Bogdanovich, 1973), Gloria (John Cassavetes, 1980), El niño de la bicicleta (Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne, 2011), entre otras. Y hoy estas dos películas (El campeón y Campeón) boxean con los sentimientos de un hijo hacia su padre. Una historia que fue impactante cuando la vi de niño y en familia, difícil de olvidar y que aún emociona al revisarla de nuevo. Y que sigue siendo muy aconsejable para ver en familia… por ejemplo, en estas fechas de Navidad en la que ahora estamos.

 

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Decálogo para comprender y promover la salud mental del adolescente

 

Se dice que sin salud mental no es posible tener salud física, y sabemos también que la mayoría de problemas psiquiátricos que observamos en la etapa adulta tienen su inicio en la adolescencia, por lo que la detección precoz es clave para prevenir dificultades mayores en la vida adulta. Para ello, es importante ser conocedores de la situación de salud mental de nuestros adolescentes, tanto a nivel mundial como local. Y en el reciente curso de Continuum, bajo el título de “Atención a la sexualidad en la adolescencia” se ha profundizado en estos aspectos.  

Según la OMS, el informe que publicó en noviembre de 2021 aporta datos preocupantes: 

- En el mundo, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental, un tipo de trastorno que supone el 13% de la carga mundial de morbilidad en ese grupo etario. 
- La depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento se encuentran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes. 
- El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. 
- El hecho de no ocuparse de los trastornos de salud mental de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudican la salud física y mental de la persona y restringen sus posibilidades de llevar una vida plena en el futuro. 

Entre los recursos docentes de este curso, vale la pena compartir el documento “Una mirada a la salud mental de los adolescentes Claves para comprenderlos y acompañarlos” y que forma parte de los Cuadernos FAROS del Hospital Sant Joan de Déu. El objetivo de este informe es ofrecer herramientas para comprender el cerebro del adolescente desde un prisma neurocientífico, psicológico, biológico y social, facilitando la conceptualización de su conducta y pudiendo establecer cuáles son las señales de alarma frente a los principales problemas de salud mental para realizar una mejor detección y abordaje de los mismos. 

Y dentro de la ingente información, queremos destacar este decálogo para comprender y promover la salud mental del adolescente: 

1. Comprender que el cerebro está cambiando: durante la adolescencia los circuitos cerebrales se reestructuran. Se forman nuevas conexiones y otras desaparecen. 

2. Modelar familia y entorno: los circuitos cerebrales se moldean con las experiencias de vida, la educación, la estimulación y el apoyo ambiental recibidos. 

3. Asumir el reto: aprovechar que es una época única, de múltiples cambios donde se generará la oportunidad de aprender las habilidades necesarias para afrontar la vida adulta. 

4. Promover una vida sana: mantener un buen estado nutricional, estilo de vida saludable, practicar deporte físico regular, y una buena calidad y cantidad de sueño resulta fundamental para el adecuado desarrollo normal de los procesos cognitivos y conductuales. 

5. Gestionar las tecnología de información y comunicación (TIC): predicar con el ejemplo. No prohibir pero sí limitar. Formarles y ayudarles a adquirir las competencias sociales adecuadas. 

6. Comunicar con calidad: la comunicación cambia, tener un estilo basado en la escucha activa, la disponibilidad, la flexibilidad, la empatía y aceptación y, por último, la asertividad y autorregulación serán claves en el desarrollo socioemocional del adolescente. 

7. Negociar: una gestión de los conflictos basada en la resolución positiva será lo más beneficioso para la promoción de la salud mental y el establecimiento de unas relaciones entre padres e hijos más saludables. 

8. Pedir ayuda: la aparición de síntomas con intensidad y duración considerable, la disminución del rendimiento, un cambio marcado en la conducta, serán indicadores de solicitar consulta a un especialista. 

9. Acompañar: en los aciertos y en los errores. En la gestión de las dificultades y del trastorno cuando aparece. 

10. Hacer red: padres, madres, centros académicos y especialistas, comunicarnos, caminar juntos en el diálogo para facilitar al adolescente con problemas de salud mental -o sin él- el tránsito a la vida adulta.

lunes, 18 de diciembre de 2023

Nuevo número de Evidencias en Pediatría: diciembre 2023

 

Un nuevo trimestre y un nuevo número trimestral de la revista Evidencias en Pediatría ha llegado: ciencia con calidad y conciencia. 

El número libre en todos sus contenidos pueden ser consultados en este enlace, pero os dejamos los temas tratados. 

Editorial: 

Líquidos balanceados en la rehidratación del niño deshidratado grave por diarrea 

Artículos Valorados Críticamente: 

La realidad virtual en procesos dolorosos en niños, ¿una opción para disminuir el dolor y la ansiedad? 

Precaución con la tomografía axial computarizada en niños: a más radiación, más riesgo oncológico
 
Vacunar a la embarazada puede prevenir la bronquiolitis por virus respiratorio sincitial en el lactante 

En niños con epilepsia resistente a medicamentos, ¿es eficaz añadir una dieta especial? 

Una prueba rápida de detección genética múltiple en meningoencefalitis reduce la duración del tratamiento antiviral, pero no la estancia hospitalaria 

La vacuna frente a meningococo B es eficaz para prevenir casos de sepsis y meningitis 

La ecografía aislada parece insuficiente para diagnosticar la actividad en la enfermedad de Crohn pediátrica 

Asociación de virus en nasofaringe y neumonía adquirida en la comunidad en niños 

Esofagitis eosinofílica: la reducción de la dosis de tratamiento a largo plazo de los inhibidores de la bomba de protones es efectiva 

Soluciones cristaloides balanceadas: una opción en deshidratación grave por diarrea aguda

Fundamentos de Medicina Basada en la Evidencia: 

Estudios de supervivencia. Modelo de riesgos proporcionales. Regresión de Cox

sábado, 16 de diciembre de 2023

Cine y Pediatría (728) “Canción sin nombre” por los bebés robados

 

Siempre es una alegría dar la bienvenida a una nueva filmografía en Cine y Pediatría. Y hoy esta bienvenida es para Perú, un país cuya filmografía en España y Europa es escasa y poco conocida. Y cabe recordar algunos títulos que lograron traspasar sus fronteras a través de festivales internacionales: Espejismo (Armando Robles Godoy, 1972), un estudio complejo y fascinante de la influencia de la tradición y de los recuerdos sobre el presente, así como una mirada sobre la interrelación de las clases sociales, los rituales, las tradiciones y las obsesiones sexuales; El bien esquivo (Augusto Tamayo San Román, 2001), sobre un amor imposible entre una monja y un noble español en el Perú del siglo XVII; La teta asustada (Claudia Llosa, 2009), alrededor de esa enfermedad que se transmite por la leche materna de mujeres maltratadas durante la época del terrorismo en el Perú: Retablo (Alvaro Delgado Aparicio, 2017), con esa particular relación entre un maestro retablista y su hijo adolescente, también discípulo. Y hoy recordamos una de las películas recientes de mayor éxito: Canción sin nombre (Melina León, 2019), la ópera prima de su directora. 

Una película filmada en blanco y negro, con una fotografía muy destacada de Inti Briones, cineasta peruano-chileno que vale la pena tener en mente, y que nos deja un buen número de imágenes para el recuerdo. Como también cabe destacar la música étnica que acompaña la historia, a cargo de Pauchi Sasaki, compositora, artista experimental multidisciplinaria y violinista peruana-japonesa. Comienza la película sin sonido y mostrando noticias de prensa sobre un Perú convulso a nivel político y social, con la corrupción, el paro y la violencia como telón de fondo, con referencias a Sendero Luminoso o al presidente Alan Garcia, conocido con el apoyo de Caballo Loco. Un cartel nos indica que nos encontramos en el año 1988 y que la historia está inspirada en hechos reales

Es Camino sin nombre la historia de Georgina Condori (Pamesa Mendoza, en una interpretación desgarradora de esta actriz que es también antropóloga y gestora cultural) y su marido, dos jóvenes de la comunidad ayacuchana que viven en un suburbio a las afueras de Lima. Ella tiene 20 años, está embarazada de su primera hija y un día oye en la radio: “Ofrecemos la mejor atención especializada a embarazadas sin coste alguno”. Y allí acude, donde pare en una sala fría e inhóspita de un piso. Nunca llega a ver a su hija, y le comunican que se la han llevado a un hospital… aunque la reclama con gritos y llantos. Y un fundido en negro nos traslada a su triste realidad, el que será un sendero muy poco luminoso para Georgina, quien regresa cada día de su chabola a ese piso al que y nadie contesta. Intenta denunciar, sin ningún éxito, ante la policía o la justicia, donde los pasillos, ventanillas y trámites convierten todo su esfuerzo en una cruel inoperancia. Encuadres e imágenes certeras para hacernos sentir la crueldad de sus vidas indígenas perdidas en la ciudad… mientras Georgina le canta nanas a una manta vacía. 

En medio del caos, se topa con el joven periodista limeño Pedro Campos (Tommy Párraga, en una interpretación contenida), quien toma a su cargo la investigación y emprende junto a ella la desesperada búsqueda. En el camino encuentran otras madres que fueron engañadas y a quienes robaron sus hijos tras el nacimiento con destino a la adopción internacional. Una trama en la que había implicados médicos, enfermeras, jueces y políticos. Y que finaliza con esa canción de cuna que canta Georgina: “Duerme bebita, duerme… ¿Por qué no tienes sueño? Que tu sueño sea para siempre de amor en paz”. Porque, desgraciadamente, en el mundo sigue siendo cruel la gran cantidad de nanas sin nombre que se cantan. 

Cabe señalar que en Canción de cuna la trama principal es esta investigación por el secuestro de recién nacidos, pero de la que emanan dos subtramas, quizás no fáciles de encuadrar: la relación homosexual no conclusa entre Pedro y un vecino actor, con la obra el “Zoo de cristal” de Tennessee Williams de trasfondo; y la confabulación de bandas y sus atentados en momentos convulsos para esa población empobrecida y asediada por el terrorismo. Quizás un nota de guion mejorable, pero que no debe nublar su fotografía de alto nivel (con una particular imagen en 4:3, lo que da esa sensación de estar realizando una vuelta al ayer), unas puestas en escena destacadas, buenas actuaciones, excelente dirección y una banda sonora de primer nivel. Y todo ello nos sumerge en esta historia (que incluye subtítulos ocasionales para entender el idioma indígena) y nos hace entender que la realidad es mucho más cruel que la ficción que hemos vivido. La directora Melina León, en los créditos, dedica la película a su padre, periodista, como fuente de los hechos. Para todos esos bebés robados, esta canción sin nombre… 

Y Canción de cuna se suma a todas esas películas del siglo XXI que deciden abonarse al blanco y negro para narrar su historia, y algunas ya han sido comentadas en Cine y Pediatría: la francesa Persépolis (Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud, 2007), la alemana La cinta blanca (Michael Haneke, 2009), las mexicanas Güeros (Alonso Ruizpalacios, 2014) y Roma (Alfonso Cuarón, 2018) o la británica Belfast (Kenneth Branagh, 2021).     

 

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Fundación Aprender a Mirar y proyecto CONTRASTE: alfabetización visual para y por la infancia

 

La educación audiovisual ya es imprescindible. Y lo es porque, para bien y para mal, estamos rodeados de programas en televisión, cine, internet/redes sociales y videojuegos. Para bien porque hay programas (películas, series, juegos, informativos…) que forman e informan, que aportan cultura y valores. Para mal porque hay otros que aportan malos hábitos, violencia, sexo, adiciones y un profundo riesgo en la formación de los menores de la casa, nuestros hijos o nietos. 

Por eso hoy queremos hablar de la Fundación Aprender a Mirar, entidad bajo el protectorado del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, sin ánimo de lucro, que trabaja por la defensa de los usuarios de los medios de comunicación audiovisual, en especial, de los niños y los jóvenes. Esta defensa la lleva a cabo a través de la formación, la información, la acción social de prevención, denuncia y defensa y la promoción de valores. Y su trabajo es atender a las personas más indefensas frente a los abusos que se cometen en el entorno digital: la infancia y la juventud.  Por eso, esta Fundación también actúa como consultora de organismos y entidades implicadas en el mundo audiovisual con el fin de impulsar la calidad de los contenidos, con un enfoque positivo que garantice la protección del menor. 

Entre los varios proyectos de la Fundación Aprender a Mirar se encuentra el Programa de Educación Audiovisual (PEA), que se pone a trabajar al lado de las instituciones educativas y nos ofrece herramientas útiles y efectivas para trabajar, junto con los menores, contra las adicciones y el uso inadecuado de las tecnologías. 

Con más de quince años de experiencia, el PEA dota a las escuelas con las herramientas necesarias para una completa formación en los medios audiovisuales, a través de un uso ecológico y un consumo crítico de sus contenidos. El PEA trabaja para que padres, profesores y alumnos estén informados y formados de modo que saquen el máximo partido al entorno digital en el que vivimos. Algunos instrumentos para lograrlo son talleres, conferencias, sesiones para estudiantes o análisis críticos. 

El PEA aporta herramientas para que los hábitos de consumo sean saludables y para que el empleo de la tecnología sea eficaz y fomente el crecimiento personal y profesional. La cuestión principal es aportar una auténtica alfabetización digital y audiovisual a adultos, pero también a jóvenes y niñas y niños. Y es que, por ejemplo, saber usar una red social no significa saber usarla bien (con profesionalidad), sino comprender realmente qué efectos tienen las interacciones en uno mismo y en los demás. Por eso y por la inclusión de todos los actores (docentes, alumnado y familias), la Fundación Aprender a Mirar aporta, con el PEA, una solución integral para la ciberseguridad de un centro escolar o en la familia. 

El PEA aporta un conjunto de herramientas complementarias, sencillas de usar y aplicar, enriquecedoras y siempre actualizadas, entre ellas
- Boletín educativo mensual: las opciones de ocio audiovisual con contenido educativo más destacadas 
- Webinars trimestrales: entrevistas a figuras del mundo educativo, sanitario, audiovisual… 
- Línea de información semanal y consultas en WhatsApp: al segundo y en directo 
- Revista digital Contraste y web CONTRASTE, que realiza un análisis del ocio audiovisual a fondo y de la mano de especialistas, tanto en cine como en televisión, tanto en internet como en videojuegos.  

Mi colaboración con el Programa de Educación Audiovisual y el proyecto CONTRASTE comenzó hace un año aproximadamente, vinculado al proyecto Cine y Pediatría (tanto en los post del blog, como en los libros y artículos monográficos publicados). Os dejo las tres contribuciones realizadas hasta el momento: 

Trabajar junto a un proyecto así, vale la pena…

lunes, 11 de diciembre de 2023

Formación del profesorado en Simulación Clínica

 

En el año 2021 realizamos unas jornadas de formación del profesorado de la Universidad Miguel Hernández en relación con la SIMULACIÓN CLÍNICA como herramienta pedagógica. Y en este año 2023 se han vuelto a repetir unas jornadas de educación médica con el mismo tema, y contando con la experiencia desde varias universidades españolas e internacionales. Y ello porque la simulación clínica nos permite entrenar situaciones reales en un entorno simulado con el objetivo de mejorar la seguridad clínica y la calidad de los cuidados que ofrecemos a nuestros pacientes. 

Porque frente al método de docencia habitual en Medicina, en general, y en Pediatría, en particular, se va imponiendo la simulación clínica de alta fidelidad, y basta con revisar sus características en los métodos de aprendizaje. 

- Características de la docencia habitual en Medicina: observación del experto, ensayo-error sobre el paciente, curva de aprendizaje, muy dependiente de la frecuencia del problema y escasa consideración del trabajo en equipo. 

- Características de la simulación clínica de alta fidelidad: enseñanza práctica basada en escenarios, utilización de maniquís, monitores y programas, sirve para entrenar técnicas y reforzar conocimientos en la práctica médica, y se considera una metodología (no sólo una técnica de aprendizaje). 

Las herramientas necesarias para realizar una Simulación clínica de alta fidelidad son: capacidad del instructor, conocimientos teóricos y prácticos, simulador o maniquí, saber desarrollar un escenario clínico, y clarificar competencias, objetivos y desempeño a evaluar. Y desarrollarlo en sus etapas correspondientes: a) Aprendizaje (introducción, teoría y manejo del simulador); b) Entrenamiento (explicación del caso y escenario); c) Aplicación (debriefing, conclusiones y resumen final). 

Para un buen desarrollo de la Simulación clínica, estas son las características del profesor facilitador y del alumno: 
- El profesor facilitador: dirige, diseña e implementa la simulación; guía la conversación para que el estudiante descubra por sí mismo qué cambios tiene que realizar para mejorar; la actitud del instructor influye en el aprendizaje, debe implicar al alumno en la participación sin que sea embarazoso o se sienta intimidado; el estilo del “debriefing con buen juicio” promueve la interacción continua con y entre los alumnos como estrategia didáctica. 
- El alumno: mide su grado de aprendizaje; asume el control ante un paciente pediátrico grave; siente la responsabilidad; aplica las habilidades prácticas; averigua qué de decisión tiene; afianza el liderazgo; establece una comunicación efectiva con la familia; siente que puede aprender del error sin riesgo, ya que el paciente no sufre las consecuencias. 

Y con ello damos la bienvenida al importante desarrollo del Laboratorio de Simulación Clínica e Innovación Médico-Quirúrgica, tanto de la Universidad Miguel Hernández para alumnos (por nombre Cyborg) como del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante para residentes y profesionales sanitarios (por nombre SimIA). Porque como ya hemos comentado en este blog, la Simulación clínica en Pediatría es (o debe ser) ya una realidad para el siglo XXI

sábado, 9 de diciembre de 2023

Cine y Pediatría (727) “Close”, tan cerca y tan lejos…


Entre los ya numerosos directores y directoras que ocupan un lugar especial en Cine y Pediatría por su especial vinculación a los alrededores de la infancia, adolescencia y familia (el japonés Hirokazu Koreeda, el español Montxo Armendáriz, el estadounidense Robert Mulligan, la francesa Céline Sciamma, los belgas Jean-Piérre y Luc Dardenne, el noruego Ruben Östlund, el canadiense Jean-Marc Vallée, entre otros) habría que ir sumando un nombre más. Hablamos del joven director y guionista belga Lukas Dhont, quien tras fajarse en cortometraje nos dejó una ópera prima maravillosa, Girl (2018), un milagro de sentido y sensibilidad para mostrarnos la transexualidad de su protagonista (fundamentada en una historia real, una adolescente que nació en el cuerpo equivocado) donde se muestra y no demuestra, donde se refleja pero no se reivindica. Y que ha regresado hace poco - y con estas mismas señas de identidad - en lo que es su segundo largometraje: Close (2022), película multipremiada y que incluyó su nominación por Bélgica para el Óscar a mejor película internacional (también lo hizo por Irlanda ese mismo año la película comentada la semana pasada, The Quiet Girl). 

Es Close la historia de amistad especial de dos adolescentes de 13 años, dos chicos angelicales, uno rubio, Léo (Eden Dambrine), el otro moreno, Remi (Gustav de Waele). Y tras ese verano luminoso en que fueron inseparables regresan a la escuela donde los prejuicios destruyen la amistad y algo más, y todo se vuelve oscuro. Una historia de amor en su forma más libre, como solo la infancia permite, pero que no aborda ninguna relación homosexual, sino una relación afectuosa entre varones, que resultó ser dulce y devastadora. Y donde tienen que afrontar las preguntas de los demás compañeros: “¿Estáis juntos? Me interesa porque para ser buenos amigos se os ve demasiado unidos”. Preguntas y dudas que afectan más a Léo que a Remi, con crueles murmullos entre los demás: “Me llamo Léo y soy marica”.

Y lo que era una feliz amistad de dos chicos y sus familias, acaba en una tragedia narrada con la contención, delicadeza, sutileza y autenticidad a la que su director ya nos acostumbró en Girl. Y Léo tiene que digerir lo ocurrido y su grado de culpa… y sus dudas: “¿Tú crees que le dolió?”. E intenta descargar su furia con ese nuevo deporte al que se ha apuntado, el hockey sobre hielo. Y todos sospechan lo ocurrido, pero es una sociedad en la que los conflictos se afrontan con educación y respeto. Incluida esa pregunta de la madre de Remi a Léo: "¿Qué pasó entre vosotros?”…, a la que no él contesta. Pero esa especial relación continúa cuando la va a visitar a casa y le pregunta: “¿Puedo ir a su cuarto?”. 

Solo cuando Léo lograr llorar es cuando comienza a soltar su rabia y sentimiento de culpa: “Le echo de menos… Fue culpa mía, lo rechacé”. Y el abrazo salvífico entre lágrimas de ambos, nos conduce a ese final donde nuestro protagonista nos mira a la cámara, cómo lo hiciera en su momento Antoine Doinel en Los cuatrocienteso golpes (François Truffaut, 1959). Allí fue con el fondo del mar, aquí con un campo de flores. 

Una historia que cuenta con la contención de sus dos jóvenes actores debutantes, especialmente Edén Dambrine, sobre el que recae todo el peso de la historia, y con el que sentimos esa asepsia emocional de un preadolescente que le cuesta seguir adelante y cuya vida se ha puesto en pausa. Muy bien acompañados por las actrices Emilie Dequene, como madre de Remi, a quien recordamos en aquel otro gran debut que tuvo de adolescente como protagonista de la película Rossetta (Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne, 1999) y que le valió el premio de Cannes a mejor actriz; y por Léa Druker, como madre de Léo, y a quien recordamos como la protagonista de Custodia compartida (Xavier Legrand, 2017), otra historia contundente alrededor de las custodia de los hijos en los matrimonios separados.  

Es Close una película que nos transporta, con su giro de guion, a una de las experiencias más personales, sentimentales y dolorosas del año, y ello entre paseos en bicicleta, campos de flores, hockey sobre hielo, susurros y culpabilidad. Una obra sencilla en apariencia, noble en su propuesta, profunda en la indagación de la psicología de sus personajes, y que viene a remarcar el saber ser y estar del cine en francés, en general, (ojo, Close es bilingüe, en francés y en flamenco, razón de más para ver en versión original), y del cine belga en particular. Y baste recordar Un pequeño mundo (Laura Wandel, 2021), con el que tiene también algunos puntos de contacto por esa crueldad que se deriva de los patios de recreo. 

Y con Close nos sentimos tan cerca de sus personajes y deseamos sentirnos tan lejos de esa experiencia. Es la dualidad que nos devuelve el buen cine. Porque parece que las normas de la amistad adolescente masculina tiene unos códigos diferentes a los de la amistad femenina. Y Girl y Close son dos películas de Lukas Dhont ancladas en la pubertad sobre cómo la mirada ajena repercute en la construcción de nuestra identidad. 

 

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Reunión Anual de Continuum, renovar el compromiso docente

 

La reunión anual del Comité Editorial de CONTINUUM que hemos celebrado recientemente en la sede de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha tenido este año 2023 una efeméride especial: el haber cumplido 10 años desde su inauguración en septiembre de 2013. 

Porque esta plataforma de formación virtual basada en competencias ha demostrado, tras esta década de andadura, que se ha consolidado como un modelo de éxito. Y ello tras 980 actividades docentes realizadas gracias a la colaboración de 2.200 autores, con casi 21.000 inscritos (un 60% no socios de la AEP), 3 millones de usuarios y más de 30 millones de páginas vistas (el 70% de países latinoamericanos). 

Y en una reunión de cinco horas de intenso trabajo para renovar la ilusión, cimentar nuestro trabajo y preparar nuevos proyectos. Un día para reunir a todos los coordinadores de las distintas secciones de Continuum y realizar el análisis DAFO oportuno para seguir creciendo en cada sección: Imagen de la Semana y Casos Clínicos Interactivos (ambas con el proyecto de nuevos libros recopilatorios), Novedad Bibliográfica (que buscará la colaboración con el trabajo de Evidencias en Pediatría), Artículo Destacado (que buscará la colaboración de nuevas revistas en español, como Pediatría Integral, Emergencias Pediátricas y Pediatría Interna Hospitalaria), Actualización en… (pendiente de recopilar nuevos temas y dejarlo abierto para su consulta), Casos clínicos Interactivos (con el ritmo de 10-12 cursos al año en busca de ampliar a todas las sociedades de especialidades), Preparo Mi Rotación Por (pendiente de abrir nuevas especialidades y facilitar su uso a residentes y tutores), Biblioteca y Herramientas para la consulta (con la idea de actualizar y reactivar ambas secciones). Así como el empeño de seguir trabajando con GPEC (Global Pediatric Education Consortium), un trabajo ímprobo que precisará ponerse al día, como joya de la corona que es de esta plataforma. 

Y entre los nuevos proyectos hay uno que nos llena de especial emoción, por su labor altruista entre la Asociación Española de Pediatría, la Universidad Francisco Vitoria y la Fundación Pablo Horstmann y su labor en el hospital de Lamu (Kenia), con el objetivo de organizar un máster de Pediatría de forma gratuita para la formación de pediatras en ese país. 

Pero nada de esto sería posible sin el equipo que hay detrás, pediatras de distintos puntos del país (más el apoyo técnico de Lúa Ediciones 3.0) que confirman que el compromiso individual con el esfuerzo colectivo es lo que hace que un equipo, una empresa, una sociedad y hasta una civilización funcionen. Un equipo formado por Manuel Praena (Sevilla), José María Garrido (Salamanca), Alberto García-Salido (Madrid), Rafael Martín (Málaga), Carmen Villaizán (Toledo), Carlos Ochoa (Zamora), Esteban Peiró (Valencia), y que tenemos el orgullo de codirigir Francisco Hijano (Madrid) y Javier González de Dios (Alicante). Un equipo al que han pertenecido ya otros compañeros y que el recambio necesario hace que la renovación haya sido otro punto a tratar, precisando nueva savia y nuevos compañeros. 

Porque el único lugar que la palabra “éxito” viene antes de “trabajo” es en el diccionario. Para el resto, ningún éxito viene precedido sin mucho trabajo. Y Continuum lleva mucho trabajo detrás de bambalinas, pero a buen seguro que vale la pena… y más con tan buenos compañía, mucho más que colaboradores, ya amigos. Y esta reunión, un año más, sirve para renovar nuestro compromiso con la docencia.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Terapia cinematográfica (2). Prescribir películas para adentrarnos en la infancia y adolescencia

 

Hace poco anunciamos el inicio de una sección en la revista Pediatría Integral, bajo el nombre de “Terapia cinematográfica en la infancia y adolescencia”, un guiño que quiere poner en relación la ciencia (pediátrica) con el arte (cinematográfico), y hacer del séptimo arte un instrumento más para cimentar la arteterapia en nuestro día a día. 

Y dentro de esta sección hoy damos comienzo a la primera “prescripción”, bajo el título de “Prescribir películas para adentrarnos en la infancia y adolescencia”. Porque nuestra especialidad se denomina como Pediatría y sus Áreas Específicas, lo que da a entender la amplitud, complejidad y complementariedad de nuestra profesión, que comprende todos los campos de la medicina y de la sanidad, y que abarca cronológicamente desde el nacimiento hasta que el niño llegue a la adolescencia, normalmente hasta los 18 años (aunque incluso hay organismos internacionales que extienden la edad hasta los 21 años) y donde se distinguen varios periodos: recién nacido (0-6 días), neonato (7-29 días), lactante (lactante menor; 1-12 meses de vida, lactante mayor; 1-2 años), preescolar (3-5 años), escolar (6-11 años), puberto (12-14 años) y adolescente (15-18 años). 

Tras más de 720 películas comentadas hasta la fecha en el proyecto Cine y Pediatría, no resulta fácil seleccionar aquellas películas que destilen la esencia de esta etapa tan especial de la vida que es la infancia y adolescencia. Pero hoy hemos elegido siete películas que tienen dos características en común: son películas documentales (por lo que no son actores ni actrices sus protagonistas, sino niños y niñas reales) y son películas en francés (y queremos destacar el sentido y sensibilidad de la filmografía que llega desde Canadá, Bélgica y, principalmente, de Francia). Y todas ellas nos dan una visión poliédrica real de esta etapa compleja y maravillosa como es la infancia y la adolescencia (aunque a la adolescencia dedicaremos un capítulo monográfico, porque son tantas las películas enfocadas a esta etapa que llevamos tiempo reivindicándola como un género cinematográfico). 

Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Bebés (Bébé, Thomas Balme, 2010) 3, para entender la normalidad de un recién nacido y lactante. 

- Solo es el principio (Ce n'est qu'un debut, Jean-Pierre Pozzi, Pierre Barougier, 2010) 4, para reconocer a los niños como nuestros pequeños filósofos. 

- Camino a la escuela (Sur le chemin de l'école, Pascal Plisson, 2013) 5, para reflexionar sobre los distintos caminos que nos llevan a la escuela. 

- A cielo abierto (À ciel ouvert, Mariana Otero, 2013) 6, para no olvidar que existen infancias con importantes problemas psiquiátricos. 

- El gran día (Le grand jour, Pascal Plisson, 2015) 7, para homenajear el esfuerzo y la dedicación desde los primeros años para alcanzar un sueño, un himno a la esperanza y el coraje. 

- Ganar al viento (Et les mistrals gagnants, Anne-Dauphine Julliand, 2016) 8, para demostrar que una hermosa vida con una enfermedad rara no se mide por el número de años. 

- Adolescentes (Sébastien Lifshitz, 2019) 9, para asomarnos a esta edad tan peculiar en la que transitamos de la infancia a la vida adulta. 

Siete películas que son solo la punta del iceberg para confirmar que la infancia y adolescencia es “de cine”.


sábado, 2 de diciembre de 2023

Cine y Pediatría (726) “The Quiet Girl”, la emoción de ser querida


La escritora irlandesa Claire Keegan publicó en el año 2010 la novela corta “Foster” y, 12 años después, el director irlandés Colm Bairéad se estrena en el largo con la adaptación de esta obra, bajo el título de The Quiet Girl (2022), una obra llena de sentido y sensibilidad con un buen recorrido por festivales de cine y que en su año fue nominada al premio Óscar a Mejor película internacional, premio que fue a parar ese año a la película alemana Sin novedad en el frente (Edward Berger, 2022). 

Porque el primer largometraje de ficción del documentalista Colm Bairéad nos muestra la numerosa y disfuncional familia de Cáit, esa niña de 9 años de ojos azules y serena belleza (maravillosa interpretación de Catherin Clinch en su primer papel), en la Irlanda rural de principio de la década de los 80, donde sobrevive junto a un mujeriego y borracho padre, una madre dejada y engañada y tres hermanas mayores, un hogar donde apenas nadie se preocupa de ella. Un hogar donde los padres se olvidan de prepararle la comida cuando acude a clase, lugar donde también la consideran un bicho raro. Con ese ambiente de familia disfuncional y la poca integración escolar no extraña que tenga problemas de aprendizaje, sufra enuresis nocturna, sea una niña callada y quiera pasar desapercibida. 

Cuando la madre queda nuevamente embarazada, deciden enviarla a casa de unos familiares lejanos, unos primos de la madre, allí donde descubre el cariño y protección que no ha tenido hasta entonces. Los familiares son un matrimonio de mediana edad que viven solos en una casa de campo. La mujer, Eihblín (Carrie Crowyley), trata a Cáit con sumo cariño y respeto desde el principio y le regala enseguida este mensaje: “Una casa en la que hay secretos es una casa avergonzada. Y aquí la vergüenza no tiene cabida”. Pero también piensa sobre la propia niña: “Que Dios se apiade de ti. Si fueras mi hija, jamás te abandonaría en casas de unos desconocidos”. El marido, Seán (Andrew Bennett), se muestra algo más distante al principio, pero enseguida cambia su actitud, y al cabo de un tiempo piensa: “Tienes mejor aspecto. Solo hacía falta que te cuidaran un poco”

Y la historia se desarrolla como un poema de amor fundamentado en la sencillez. Cuando Cáit mira el papel pintado de trenes de su nueva habitación, cuando corre entre la fila de árboles para recoger el correo, cuando ayuda a cocinar y limpiar, cuando busca agua en el pozo, cuando le compran ropa nueva en la ciudad, incluso cuando asiste a un entierro. Sin otros niños alrededor. Solo ellos tres en la casa de la campiña irlandesa, rodeados de la naturaleza. Y sentimos cómo crece el cariño entre ellos, cariño sin afecto físico, pero que no se desmorona cuando una vecina descubre a Cáit uno esos secretos de los también había en ese hogar, un dolorosa verdad. 

Cáit lo vive todo con pocas palabras y sentimos cómo va arreglando una pequeña parte de lo que tiene roto, aunque también somos conscientes de que jamás podrá curar de todo el trauma de una infancia infeliz. Y Seán la defiende ante los que le dicen que es una niña de pocas palabras: “Porque solo usa las palabras que necesita. Ojalá hubiera más personas como ella”; y sus consejos suenan sabios: “No estás obligada a hablar. Recuérdalo siempre. A menudo la gente desaprovecha la oportunidad de callarse y luego sufre por ello”. 

Es fascinante ver durante la hora y media de metraje esta conmovedora reflexión sobre la familia encontrada. Y a buen seguro que la fotografía de Kate McCullough y la música de Stephen Rennicks contribuye a este estado de búsqueda del cariño y respeto que ha encontrado y que sabe que existe, aunque no será permanente. Porque un día tiene que volver….cuando ya la madre ha dado a luz a su quinto hijo. En el hola con sus padres y el adiós con Eihblín y Seán no hay muestras de cariño. Pero entonces llega esa maravillosa escena final, cuando la carrera de Cáit nos dirige al primer abrazo, tan profundo como desgarrador. 

Es The Quiet Girl un ejemplo de que menos es más y que nos interroga a los espectadores con esta pregunta: ¿qué ocurre cuando a una niña criada en una familia disfuncional le dejas vislumbrar lo que podría ser el amor familiar, aunque con fecha de caducidad? Hace poco comentamos la película Broker, allí donde el cine de Hirokazu Koreeda nos volvía a enfrentar a su peculiar reflexión sobre la familia encontrada, aquella que va más allá de la consanguinidad. Y The Quiet Girl nos devuelve esa reflexión, ahora desde Irlanda y rodada en gaélico. Una película con alma, mucho corazón y vida. Una película que emociona al sentir la emoción de Cáit al ser querida. Un cariño y cuidados que debieran recibir todos los niños y niñas de este mundo, pero que sabemos que, desgraciadamente, no es así en muchas ocasiones…