sábado, 29 de abril de 2023

Cine y Pediatría (694) “Las nadadoras”, una historia digna de ser filmada para no morir en la orilla

 

En Oriente Medio y el Norte de África hubo en el año 2011 un estallido sin precedentes de protestas populares y exigencias de reformas. Comenzó en Túnez y, en cuestión de semanas, se extendió a Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria. Fueron derrocados líderes autoritarios que ostentaban el poder desde hacía mucho tiempo, como Hosni Mubarak en Egipto y Zin el Abidín Ben Alí en Túnez. Se le conoció como la Primavera Árabe y se albergó la esperanza de que instauraría nuevos gobiernos que traerían reformas políticas y justicia social. Pero la realidad fue muy diferente en cada país. En concreto, en Siria desencadenó el conflicto armado más sangriento de la región, que estalló como respuesta a la brutal represión del gobierno de Bachar al Asad a las protestas multitudinarias; se cometieron crímenes atroces a una escala masiva, y la mitad de la población fue desplazada. Y sigue siendo la norma que se reprima a quienes se atreven a alzar su voz por una sociedad más justa y abierta.

Un comienzo necesario para contextualizar esta reciente película con una historia basada en hechos reales: Las nadadoras (Sally El Hosaini, 2022), la historia del viaje milagroso realizado por las hermanas nadadoras Yusra (Nathalie Issa) y Sarah Mardini (Manal Issa), dos adolescentes de 17 y 19 años que huyeron como refugiadas de la Siria devastada por la guerra para vivir una nueva vida en Alemania, donde surgió la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos de Río de 2016. Una película que comienza con la siguiente nota “2011, suburbio de Damasco, Siria”, donde se atisban ya en internet los primeros movimientos sociales de esta Primavera Árabe, aunque el padre de esta familia, entrenador de natación de sus hijas, aún mantiene sueños: “No eres una atleta de verdad sino piensas en los Juegos Olímpicos”

Enseguida la historia nos traslada a una Damasco que lleva sumida cuatro años en una guerra civil con continuos bombardeos (“2015, cuatro años más tarde”), una ciudad donde intentan llevar una vida normal entre soldados en las calles, aviones sobrevolando la ciudad, francotiradores, casas destruidas, apagones de luz y miedo. Y pintadas en árabe en los muros: “Vuestros aviones no pueden destruir nuestros sueños”. Allí donde el padre dice a Yusra, la menor de las hijas y en quien tiene volcadas sus mayores esperanzas de triunfo: “Concéntrate. En el agua, estás sola. Es tu lucha. Tu objetivo es ganar, no ser amable. Tienes una meta y debes alcanzarla. Céntrate en las cosas que puedes controlar. La salida. La hidrodinámica. El impulso en la pared. La respiración. Encuentra tu calle. Nada a tu meta”

Pero con el escalofrío de la escena de la bomba que cae en la piscina, comienzan a pensar también los padres que no hay futuro para sus hijas en Siria. Y planean la forma y trayecto para llegar a Europa, con la compañía de un primo. Y la escena de los distintos refugiados de diferentes países que quieren cruzar en lancha a Lesbos es desgarradora, y nos hace reflexionar sobre el sentido de la vida alrededor de los refugiados que huyen de su país en busca de una vida mejor o salvar la vida. Se siente la angustia a cada momento de la travesía… y entre las hermanas se dicen: “Sería absurdo que unas nadadoras murieran en el mar”. Y cuando llegan a la costa de Lesbos no pueden por menos que pensar: "No saben que en ese mar muere gente”. Y de ahí la aventura no es menos ardua para llegar a Alemania, a Berlín, pues ahora el riesgo no es el mar sino las fronteras y los traficantes de emigrantes que se aprovechan de ellos. 

En Berlín son acogidos como refugiados. El encuentro con un entrenador de natación, Sven (Matthias Schweighöfer) les cambia la vida, pues saca a las hermanas del centro de refugiados y les instala en las instalaciones de un centro deportivo. Solo Yusra se lanza a recuperar la forma física y los tiempos para intentar llegar a la Olimpiada de Río de Janeiro 2016, algo muy complicada por su situación. Pero no lo pueden hacer por Alemania ni por Siria, y aunque llega a decir “Nada ha salido como teníamos pensado”, si llegó a formar parte del equipo de Atletas Olímpicos Refugiados y consigue algo que no pudo realizar su entrenador. 

Y este colofón final: “El resto de la familia Mardini cruzó a Europa por mar ese mismo año. Ahora viven en Berlín. Sarah Mardini volvió a Lesbos para ayudar a los refugiados que llegan a la costa cada día. Yusra Mardini nadó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Eligió competir en el Equipo Olímpico de Refugiados. Ahora es embajadora de buena voluntad en ACNUR y una voz para los refugiados en el mundo. En 2018, las autoridades griegas arrestaron a Sarah y sus compañeros por tráfico de personas, al ayudar a los refugiados en Lesbos. Según el Observatorio de Derechos Humanos, hubo “motivos políticos” y, según Amnistía Internacional, fue “injusto e infundado”. De ser condenada, le esperan 20 años de prisión. Desde 2011 5,7 millones de sirios se han convertido en refugiados. Hay más de 30 millones de refugiados en el mundo. La mitad de ellos son menores de 18 años”. Queda todo dicho el por qué ver esta película. Y porque ha sido una historia digna de ser filmada, para después de tanto nadar, no morir en la playa.

 

miércoles, 26 de abril de 2023

Becas Prof. José Quero a Proyectos de Investigación 2023 en Neonatología

 

Era el año 1987 cuando comencé mi Residencia de Pediatría en el Hospital Universitario La Paz (Madrid). Y mi primera rotación fue en Neonatología, en la conocida como Unidad de Transición Neonatal. Y ese fue mi primer contacto con “la 5ª” (como se le conocía entonces) durante seis meses, un servicio liderado en su jefatura por el Prof. José Quero, y con dos jefes de sección de la altura de los Dres. Félix Omeñaca y Jesús Pérez. Y fue allí mi primer contacto con el Dr. Quero, Pepe, como todos le conocíamos. 

Y ese contactó se prolongó durante 15 meses al final de mi formación, cuando elegí formarme específicamente como neonatólogo con este equipo. Y allí se fraguó una relación profesional con Pepe, un doctor amante del estudio, afectuoso en la relación, ponderado en las decisiones y amable en las palabras. Cualidades tan apreciables (y poco comunes) para un jefe de servicio y catedrático de Pediatría de aquellos tiempos, lo que convirtió nuestra relación en afecto y amistad. De hecho, mi traslado a la provincia de Alicante hace más de tres décadas se lo debo a él, cuando él me informó y recomendó sobre aquella nueva Unidad Neonatal que se abría en el recién estrenado Hospital Universitario de San Juan. 

Continuaron nuestros esporádicos contactos en los congresos científicos y siempre intentábamos vernos, comer juntos, preguntarnos por nuestra vida y nuestra familia. Y siempre iba aderezado por su permanente sonrisa. Lo que se dice, cultivar las relaciones personales que nos regala la vida. 

Se jubiló Pepe en el año 2013, tras tres décadas al frente de la Jefatura de Servicio de Neonatología en el Hospital Infantil La Paz (la primera UCIN de España por aquellos inicios), con un amplio bagaje clínico, docente (como Catedrático de Pediatría de la UAM) e investigador, un maestro de muchos de los neonatólogos que hoy lideran esta especialidad en nuestro país. En el mes de enero de este año recibimos la triste noticia de su fallecimiento, y con su partida recuerdo como válido ese pensamiento de que “no es más grande quien más ocupa, sino quien más vacío deja cuando se va”

Y durante este tiempo se han compartido distintos homenajes (In Memoriam) en diferentes revistas y por diferentes amigos que dejó, que fueron muchos, homenaje que merecen las personas que son importantes en nuestra vida. Quiero destacar el emotivo obituario de un amigo común, el Dr. Félix Omeñaca en Anales de Pediatría, el In Memoriam en la web de Fundación NeNe y en la revista Pediatric Research que os adjunto debajo, estas dos últimas lideradas por el Dr. Alfredo García-Alix. 

Y es también a mi buen amigo Alfredo al que debemos que haya movido una iniciativa en la que muchos pediatras neonatólogos apoyamos y que ha sido acogida por la Sociedad Española de Neonatología (SENEO) y es la creación de la Becas Dr. José Quero a proyectos de investigación en Neonatología 2023 y cuyas bases podéis encontrar en este enlace. Y que esperamos que se mantenga durante muchos años, pues Pepe era un gran estudioso e impulsor de la investigación, y ello en aquella década de los 70 y 80 donde tanto quedaba por hacer y tanto empeño se puso en ello. 

Gracias Pepe, por tu saber y estar.

lunes, 24 de abril de 2023

COVID-19 en Pediatría: descripción clínica y microbiológica de los pacientes ingresados en un hospital terciario

 

Durante los años 2020, 2021 y la mitad del 2022 la pandemia coronavírica asoló nuestras vidas y desbordó la información sanitaria y científica al respecto. Y de pronto, en la segunda mitad del 2022 se dejó de hablar en la televisión, la radio, la prensa y las redes sociales. Y en un espacio de tiempo muy breve pasamos de desayunar, comer, merendar, cenar y acostarnos con la “única” noticia, a no ser noticia, a desaparecer. En un post de junio del 2022 lo titulaba así: “Pandemic? What Pandemic?”

Y ello porque parece que las cosas son (también las enfermedades y pandemias) según lo que los mass media establezcan. Porque durante más de dos años todas las noticias (y digo bien) estaban relacionadas con la pandemia por SARS-CoV-2. Daba igual el medio de comunicación que utilizáramos siempre estaba este monotema, hasta límites de crear el neologismo “infodemia”, pues era una verdadera pandemia informativa, intoxicados del mismo asunto que creó una sensación moralmente difícil en la población y durante mucho – demasiado - tiempo, una verdadera "COVIDofobia" (que en muchos ciudadanos no desaparecerá quizás ya en su vida). Y esa "infodemia" casi nunca estuvo justificada… 

Pero la infección por SARS-CoV-2 no se ha extinguido, aunque hemos recuperado una vida normal. Ya solo permanece la mascarilla como un vestigio en los centros sanitarios, de forma que lo mantenemos en nuestros despachos y consultas con pocas personas juntos, pero a la media hora nos la quitamos en los restaurantes, supermercados, cines o estadio deportivos repletos de público. Y es que la coherencia siempre será una buena compañera de viaje para la credibilidad. 

Pues bien, como ejemplo de esta historia vivida, os dejamos la publicación de nuestra experiencia en el Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante. Pues desde el inicio de la pandemia por SARS-CoV-2, una de las grandes cuestiones que se ha formulado es qué papel desempeñan los niños en el control, manejo de la pandemia y cómo ésta les ha afectado. Mucha bibliografía hay acerca de los síntomas y complicaciones que puede tener esta población, pero poca acerca de cómo ha sido el curso clínico de la infección en los niños ingresados en hospitales de tercer nivel y su impacto asistencial. 

Es por ello que se han analizado descriptivamente las historias clínicas de los niños ingresados en nuestro Servicio de Pediatría desde enero de 2020 hasta julio de 2022 (y también se han analizado paralelamente los datos microbiológicos del SARS-CoV-2, variantes y linajes, desde agosto de 2021 hasta agosto de 2022). En este periodo ingresaron un total de 114 pacientes pediátricos, de los cuales la mayoría tenían menos de 12 meses y eran de procedencia española. Los ingresos se distribuyeron de forma cronológica siguiendo un modelo de ‘olas’, siendo el motivo más frecuente la constatación del virus SARS-CoV-2 en las pruebas realizadas. El tratamiento que más recibieron durante el ingreso fueron los antibióticos orales. La mayor parte de los niños no tenían comorbilidades y no desarrollaron complicaciones. La variante mayoritaria fue Ómicron y el linaje el BA.1. 

Os dejamos el artículo completo en este enlace, pero resumimos algunos puntos de interés de este estudio: 
- Los lactantes parecen ser más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2, y las manifestaciones clínicas en este grupo de edad conllevan mayor probabilidad de ingreso. 
- El desarrollo de complicaciones, necesidad de oxigenoterapia, ventilación mecánica e ingreso en UCI es mínima en población pediátrica.
- El manejo de la infección difiere sustancialmente con el de los adultos, lo que se corresponde con tratamientos menos agresivos. 

Algo bien conocido el escaso impacto de la COVID en la edad pediátrica. Y de hecho, en los últimos meses ha convivido con otras dos infecciones de predominio respiratorio, como ha sido la bronquiolitis y la gripe.

sábado, 22 de abril de 2023

Cine y Pediatría (693) “Oliver” y otras infancias de Carol Reed

 

Carol Reed es un director de cine británico que nunca fue considerado entre los mejores, e incluso fue ninguneado injustamente durante muchos años, pues nadie le reconocía como el creador de una de las películas más memorable del cine: El tercer hombre (1949). Porque es posible que pocas personas sepan que el director de El tercer hombre no fue Orson Welles, pues la fama del actor estadounidense brillaba tanto que mucha gente le presupone también director de esa memorable película, que protagonizaba junto a Joseph Cotten y Alida Valli. Pero quien estaba realmente detrás de las cámaras era este cineasta inglés que, aunque llevaba ya 15 años de carrera como realizador, no era aún conocido por el gran público. Y es que en este icónico film todo funciona, todo fascina, desde la lúgubre ambientación de la Viena posbélica hasta la ajustada trama y sus personajes (con ese escurridizo Harry Lime), pasando por la impresionante música de Anton Karas o los claroscuros fotográficos de Robert Krasker, así como escenas que quedarán en la retina de los aficionados. El tercer hombre fue nominado a tres Óscar, aunque sólo ganó el de mejor fotografía; pero sí ganó el Bafta a la mejor película y la Palma de Oro en Cannes. 

Fue en la década de los cincuenta cuando la filmografía de Carol Reed incluyó títulos de mayor repercusión y junto a actores y actrices de mayor peso, y una década después llegarían otras dos películas para el recuerdo: la película histórica El tormento y el éxtasis (1965), sobre las relaciones entre el escultor Miguel Angel (Charlton Heston) y el Papa Julio II (Rex Harrison), según la voluminosa novela de Irwing Stone; y el musical Oliver (1968), una maravillosa adaptación del clásico de Dickens “Oliver Twist” con inolvidables números musicales. La academia de Hollywood, esta vez sí, reconoció el enorme mérito de Reed y galardonó al film con 11 nominaciones y 5 Óscar, entre ellos el de mejor película y mejor director, además de la dirección artística, banda sonora y sonido. Fue el cénit de la carrera artística de Reed y a esta película y la particular visión de la infancia en su cine, dedicamos este capítulo de hoy. 

Es conocido que los guiones adaptados de obras literarias son comunes. Y los escritores con más adaptaciones al cine y la televisión está encabezado por un podio: lo encabezan dos dramaturgos, el británico William Shakespeare y el ruso Anton Chéjov, seguido en tercer lugar por el novelista Charles Dickens. De este último recordamos las diversas adaptaciones cinematográficas de novelas y relatos como “Nicholas Nickleby” (1838-1839), “A Christmas Carol” (1843), “David Copperfield” (1849-1850), “A Tale of Two Cities” (1859), “Great Expectations” (1860-1861) y, cómo no, “Oliver Twist” (1837-1839). 

“Oliver Twist” se publicó originalmente como novela por entregas de aparición mensual en la revista Bentley's Miscellany, dirigida por el propio Dickens, en un periodo de dos años. Se trata de una novela inspirada por la picaresca y la novela gótica sobre un niño huérfano que debe buscarse la vida, narrada en dos partes. En la primera parte conocemos a Oliver, un niño huérfano de la Inglaterra victoriana que vive en el orfanato dirigido por la Sra. Mann y luego en el hospicio del Sr. Bumble. Maltratado por ambos decide escapar y en las afueras de Londres conoce a Jack Dawkins, un pillastre que le ofrece un lugar donde hospedarse, para acabar inmerso en el mundo del hampa en medio de una banda de chicos carteristas, dirigida por el malvado Fagin y que tiene por socio al misterioso personaje de Monks. En la segunda parte la vida de Oliver se debate entre estos malhechores que se aprovechan de él, donde aparecen dos cómplices de Fagin (Bill Sikes y Nancy, su novia), y el Sr. Brownlow y su familia, que intentan acogerle. Resulta que Oliver es el hermanastro de Monks y el hijo de un hombre muy rico, por lo que es el heredero de una gran fortuna. Y con ello la novela “Oliver Twits” es una obra cruda, pero de lectura obligatoria, un clásico maravilloso capaz de fomentar la sed de lectura en niños y no tan niños. 

Una obra así ha tenido diversas versiones en diferentes épocas, con diferentes directores y actores en los papeles principales de Oliver, Dawkins, Fagin, Bill y Nancy. En el caso de la versión británica de Carol Reed del año 1968, Oliver, nos enfrentamos a una película musical interpretada en esos papeles por Mark Lester, Jack Wild (ellos dos participarían en la película Melody tres años después, otra película mítica británica dirigida por Waris Hussein en lo que es un canto al primer amor al ritmo de The Bee Gees), Ron Moody, Oliver Reed y Shany Wallis. Pero vale la pena revisar otras versiones, con matices en la orientación de la obra y sus personajes:  
Oliver Twist (Frank Lloyd, 1922, Estados Unidos) con Jackie Cogan, Eduard Trebaol, Lon Chaney, George Siegmann y Gladys Brockwell. 
- Oliver Twist (David Lean, 1948, Reino Unido) con John Hoeard Davies, Anthony Newlev, Alec Guinness, Robert Newton y Kay Walsh. Posiblemente la mejor versión, junto con la de Carol Reed. 
- Twist (Jacob Tierney, 2004, Canadá) con Joshua Close, Nick Stahl, Gary Farmer, Mike Lobel y Michele Barbara. 
- Oliver Twist (Roman Polanski, 2005, Reino Unido) con Barney Clark, Harry Eden, Ben Kingsley, Jamie Foreman y Leanne Rowe. 
Y además de estas cinco versiones para la gran pantalla, podemos citar tres películas de animación: Oliver Twist (Hal Sutherland, 1974, Estados Unidos), Oliver Twist (Richard Slapczynski, 1982, Australia) y Oliver y su pandilla (George Scribner, 1985, Estados Unidos). Y también cuatro películas para la televisión, generalmente miniseries: Oliver Twist (Gareth Davies, 1995, Reino Unido), Oliver Twist (Tony Bill, 1997, Estados Unidos), Oliver Twist (Renny Rye, 1999, Reino Unido) y Oliver Twist (Coky Giedroyc, 2007, Reino Unido). 

Para el que no conociese el musical estrenado en Londres y que llegó a representarse también en Broadway, hacer una versión cinematográfica musical de la obra de Charles Dickens, "Oliver Twist", parecería a priori poco creíble, más aún después de las múltiples versiones anteriores, incluyendo la magnífica adaptación dirigida por David Lean. Pero Carol Reed lo intentó y lo bordó. Porque en Oliver se encuentra, como película musical, una banda sonora excepcional y unas coreografías musicales brillantes e imaginativas, filmadas de manera perfecta, con 14 temas realmente conseguidos: “Overture”, “Food, Glorious Food, Oliver!”, “Boy for Sale”, “Where is Love”, “Consider Yourself”, “Pick a Pocket or Two”, “It´s a Fine Line”, “I´d Do Anything”, “Be Back Soon”, “Who Will Buy”, “As Long as He Needs Me”, “Reviewing the Situation”, “Oom Pah Pah”, “Finale (Where is Love/Consider Yourself)”. Y es que la película tiene un largo metraje de 153 minutos, dividida en dos partes y que se corresponden con las dos partes de la novela de Charles Dickens. 

Porque dos genios británicos, uno en la novela del siglo XIX, otro en el cine del siglo XX, Dickens y Reed, se encuentran y fusionan en esta película inolvidable. Como inolvidables son los mensajes de esta historia: “Hay personas cuyos únicos enemigos son ellos mismos”, “Las sorpresas, lo mismo que las desgracias, rara vez vienen solas”, “Allí donde la amistad se estrella sale a veces triunfante el odio”, “Hay siempre latente en el alma humana una pasión por ir a la caza de algo”,... 

Y es así como esta obra y esta película llena de valores positivos para la infancia debe formar parte de la familia Cine y Pediatría. El respeto por la verdad, la lealtad y el honor, unidos a ese final feliz en el que Oliver es adoptado y liberado de esa vida tan insana en la que estaba inmerso, hacen de este espectáculo algo especial y muy interesante para iniciar a los niños en el teatro musical y enseñarles de forma lúdica valores positivos. 

Pero cabe reseñar que no es la única vez en que la infancia forma parte de la filmografía de Carol Reed. Y en este sentido podemos comentar dos películas previas: 

- El ídolo caído (1948), un drama psicológico en formato de thriller alrededor de Philippe (Bobby Henrey), hijo del embajador francés en Londres, que vive en una gran mansión en la que sólo el mayordomo, Sr. Baines (Ralph Richardson), es amigo y cómplice de sus travesuras, mientras lo contrario ocurre con la Sra. Baines (Sonia Dresdel). Una buena película con extraordinario guion, destacadas interpretaciones y prodigioso manejo de la cámara por parte de Reed absolutamente prodigioso, en una película extraordinaria que se adelante en un año a la afamada El tercer hombre, donde por cierto también podemos recordar la escena del hospital infantil regentado por monjas en donde hay niños muy enfermos que van a morir por la penicilina adulterada del traficante Harry Line. 

- El niño y el unicornio (1955), una especia de fábula sobre la historia del pequeño Joe (Jonathan Ashmore), quien vive con su madre (Celia Johnson) en un barrio londinense de clase baja situado sobre la sastrería del señor Kandinsky (David Kossof). Joe sueña con ayudar a los pobres a cumplir sus deseos y un día el sastre le cuenta un cuento según el cual quien capture a un unicornio podrá obtener cualquier deseo. Y sus esfuerzos para hacer realidad los sueños demuestran el poder de la esperanza y la voluntad en medio de la adversidad. Con guion del escritor Wolf Mankowitz, basado en su propia novela del mismo título, y producción de Alexander Korda, la película se proyectó por primera vez en el Festival de Cine de Cannes, donde fue nominada a la Palma de Oro, que finalmente fue para Marty (Delbert Mann, 1955), y aunque fue muy popular en su tiempo en el Reino Unido, con el paso del tiempo ha caído en el olvido y es justo reivindicarla por sus indudables méritos. 

Y hoy hemos recordado a Oliver y a otras infancias de Carol Reed, este discreto tercer hombre en la dirección del cine británico.

 

miércoles, 19 de abril de 2023

Comienza el curso de Continuum "Dermatología Pediátrica 2023"

 

Se presenta en Continuum la cuarta edición del curso "Dermatología Pediátrica" liderado por el Grupo Español de Dermatología Pediátrica (gedp) y la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), tras el éxito de las ediciones de los años 2016, 2018 y 2022. 

Un curso que proporcionará al alumno los conocimientos y las habilidades necesarias para mantener y mejorar su competencia en enfermedades prevalentes en esta disciplina. Al finalizar la actividad el alumno habrá conseguido una serie de competencias que se recogen a continuación
- Describir las lesiones elementales: tamaño, forma, agrupación. 
- Describir los tipos de genodermatosis de presentación más frecuente. 
- Reconocer las infecciones virales cutáneas más frecuentes en todas sus variantes y su manejo terapéutico. 
- Describir la epidemiología, reconocer la susceptibilidad a infecciones y los agravantes alimentarios en la dermatitis atópica. 
- Conocer la importancia de la utilización de una nomenclatura unificada en las anomalías vasculares. 
- Reconocer las diferentes entidades que pueden cursar con hipo o hiperpigmentación o con combinación de ambas, en la infancia. 

El curso está dividido en seis módulos, que son: 
- Introducción a la dermatología pediátrica. Lenguaje dermatológico: lesiones elementales. Exploraciones complementarias 
- Genodermatosis frecuentes 
- Infecciones cutáneas frecuentes: impétigo, ectima, molluscum 
- Eccemas: atópico, seborreico, de contacto 
- Hemangiomas infantiles y Malformaciones vasculares 
- Trastornos de la pigmentación frecuentes. Hipopigmentaciones e hiperpigmentaciones. 

En cada unidad didáctica se ofrece también información complementaria para los alumnos que quieran profundizar en un determinado aspecto. El curso está tutorizado, lo que implica que, a lo largo del curso, estaremos a su disposición para ayudarles a resolver las dudas que se les planteen. Todo esto en un curso de 2 meses de duración y 74 horas lectivas (comienzo el 11 de mayo y finalización el 6 julio 2023), acreditado con por la Comisión de Formación Médica Continuada y avalado por un equipo de pediatras con amplia experiencia docente en esta materia. 

Os esperamos. Toda la información y la manera de inscribirse al curso, la podéis encontrar en este enlace de Continuum.

lunes, 17 de abril de 2023

El ejemplo del Prof. Cruz Hernández y las cosas que todavía se pueden hacer

 

"El maestro mediocre, cuenta. El maestro corriente, explica. El maestro bueno, demuestra. El maestro excelente, inspira". Esta frase de William A. Ward, uno de los escritores más mediáticos sobre la inspiración que nos regaló el siglo XX, vienen hoy como anillo al dedo. Y viene de la mano de un Maestro de la Pediatría, un maestro que inspira, aquel del que todos los pediatras hemos estudiado (dos libros nos han acompañado siempre en nuestro escritorio, "el Nelson" en inglés y "el Cruz" en español) y que se mantuvo con una actividad e inquietud mental envidiable hasta sus 96 años de edad: el querido Prof. MANUEL CRUZ HERNÁNDEZ.  Sea este post un sentido homenaje al maestro y amigo que no dejó el pasado 4 de abril, a pocos días que me reglara este libro suyo que hoy comparto.

El Prof. Cruz Hernández ha sido uno de los máximos exponentes de la Pediatría española. Nacido en Málaga, fue en el año 1951 cuando comenzó a ejercer como pediatra en el Hospital Clínico de Granada, con una pronta dedicación a la docencia. Comenzó su proyección como catedrático de Pediatría de la Universidad de Sevilla (Facultad de Cádiz) por oposición desde 1957 a 1964; y luego en la Facultad de Medicina de Barcelona desde 1965 a 1992; y desde esa fecha es Profesor Emérito. Ha sido un modelo y maestro con sus numerosos libros y publicaciones, pero es el Tratado de Pediatría ("el Cruz Hernández", como se le conoce) el santo y seña que muchas generaciones recordamos. 

Tuve una pronta relación con él, muy indirecta en su momento, cuando el Prof. Cruz dirigía la revista Archivos de Pediatría (incluyendo un monográfico que tuvo a bien publicar en el año 1994 sobre asfixia perinatal y encefalopatía hipóxico-isquémica, producto de mi tesis doctoral), pero desde muy pronto noté un afecto especial hacia mí. Ese afecto se ha ido cimentando con los años, y hace 6 años me regaló el prólogo al libro Cine y Pediatría 7, un regalo de texto bajo el título de "Niños de película", producto de sus muchos años de experiencia. Y con este colofón: "Así es que ofrezco este ramillete de niños de película al Doctor González de Dios por si considera oportuno colocarlo al frente de su excelente obra, recordando que el niño enfermo también puede ser un maestro"

Y es hace tan solo unas semanas que el Prof. Cruz me hizo llegar su último libro (y son muchos los que publicó en su larga vida profesional), en realidad un libro incunable que es una edición privada para amigos y familia, y que fui uno de los elegidos por recibirlo en el apartado de "amigos". Un texto de 67 páginas por título COSAS QUE TODAVÍA PUDE HACER (Andanzas de un jubilado) y que, en sus palabras, "es un resumen de los 30 años de sobreviviente, más de un cuarto de siglo vivido, totalmente inesperado, cuando me llegó la impuesta y no deseada jubilación el 30 de septiembre de 1992, cubriendo la pesadumbre propia con el manto alegre de los Juegos olímpicos de Barcelona". Y es así, como si una bitácora personal y profesional fuera, describe tres décadas fructíferas (desde 1992 a 2022) en esa etapa de "júbilo" que le hace un ejemplo de aprovechar la vida y dar frutos. 

Creo que una obra así no puede por menos que ser compartida, como ejemplo. Y con su permiso, así lo hago. Gracias, estimado maestro y amigo, Prof. Cruz Hernández. Su magisterio y ejemplo ha sido un ejemplo de que las personas no son importantes por lo que tienen, sino por lo que son. Porque fue Manuel Cruz Hernández un joven nonagenario vigilante a todas las novedades, incluida las redes sociales (también "amigo" en Facebook) y desde este medio transmito mis condolencias a su familia, amigos y discípulos. Y, aunque hoy la Pediatría española está de luto, nos queda su gran legado, el de una vida aprovechada.

 

sábado, 15 de abril de 2023

Cine y Pediatría (692) La tetralogía neorrealista de Vittorio de Sica y la pobreza de postguerra

 

El Neorrealismo italiano es un movimiento fílmico que convulsionó el séptimo arte en la segunda mitad del siglo XX, como secuela a esa cruda Segunda Guerra Mundial. Un buen número de directores nos dejaron un abanico de películas que son un auténtico documento histórico sobre la Italia triste y hambrienta de la postguerra, cine denuncia de las condiciones de vida miserables y en el que desaparecen los finales felices. Una figura esencial fue Vittorio de Sica y hoy recordamos esa tetralogía neorrealista que nos dejó junto con el guionista Cesare Savatini: El limpiabotas (1946), Ladrón de bicicletas (1948), Milagro en Milán (1951) y Umberto D (1952). En las tres primeras con un especial protagonismo de la infancia, en la última con un protagonista en su senectud. En estas cuatro películas sus personajes son ingenuos e inocentes; y sufren por las injusticias de una sociedad vil, marcada por el hambre, el egoísmo y la guerra. 

Ya hemos dedicado una entrada especial a una de las mejores obras y más paradigmática de Vittorio de Sica, en ese dueto inolvidable de un padre (Lamberto Maggiorani) y un hijo (Enzo Staiola), y con una bicicleta robada como verdadero elemento nuclear para adentrarnos en esta familia y en esta sociedad de postguerra en Roma. Hablamos de Ladrón de bicicletas (1948), una película dura, donde el paro y la pobreza se constituye en un mal modelo educativo ante su hijo y un verdadero ladrón de infancias.  Y es así que hoy revisaremos las otras tres películas de la tetralogía. La primera y la última tienen lugar también en Roma, y una de ellas en Milán, como reza su título. 

- El limpiabotas (1946). 

En la Roma de la posguerra, dominada por la miseria y el desempleo, dos jóvenes limpiabotas, Giuseppe (Rinaldo Smordoni) y Pasquale (Franco Interlenghi), sueñan con comprarse un caballo. La única forma de conseguir el dinero necesario es trapichear en el mercado negro. Tras vender unas mantas americanas son detenidos y enviados a una cárcel de menores, donde el consejo que reciben del resto de internos es claro: “Tranquilo.. Aquí has de callar y aguantar”. Y uno de los funcionarios de esta peculiar cárcel, expresa desalentado: “Por desgracia en estos tiempos, la miseria convierte a todos en criminales”

Y estos dos amigos pierden la amistad en este centro y acaban delatándose entre sí. Pasquale no tiene ninguna familia y el director de la cárcel escribe de él: “Propenso a la violencia, peligroso para sí mismo y los demás. Recomendamos aislamiento”. Giuseppe recibe la ayuda de un abogado contratado por su familia, de código tan mísero como el entorno: “Deja la verdad al confesor. En el juicio dirás lo que yo diga”. Todo lo que viven (y apreciamos como espectadores) es bastante miserable y aboca a un final tan negro como el de esa noche en el que el caballo de estos dos limpiabotas se escapa. 

Una película realizada con adolescentes y preadolescentes que se interpretan a sí mismos, niños de la calle y la miseria, abandonados en muchos casos por la familia y casi siempre penalizados por la sociedad. Cabe recordar que esta película, una de las piezas cumbres del Neorrealismo, se graba un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial y no es hasta el año 1948 cuando empieza la primera fase de recuperación del continente, puesto que los primeros años de posguerra fueron de absoluta penuria económica y productiva en la mayoría de los países. 

 - Milagro en Milán (1951).

Película basada en la novela “Totò il buono”, un libro infantil que Cesare Zavattini escribió para sus hijos, con la idea de ganarlos como lectores. Y la película comienza con el “Érase una vez…” y nos adentra en una fábula de realismo mágico y optimista, el que nos regala su protagonista, Totó (Francesco Golisano). 

Todo comienza con un recién nacido abandonado en un campo de coliflores. Una abuela lo encuentra, y le cuida y la mima de una manera sorprendente, incluso para el propio niño. Cuando ésta fallece, Totó es ingresado a los 7 años en un orfanato. Y de ahí sale un chico jovial y de buena voluntad, quien enseguida sufre el robo de su bolsa en la Escala de Milán, y persigue al ladrón por las Galerías Vittorio Emanuele II, para finalmente hacerse amigo de él. Acaba viviendo en un mísero barrio de chabolas en las afueras de Milán, allí donde todos los mendigos agradecen los rayos de sol en el crudo invierno. Y Totó trae alegría e ilusión a la comunidad y deciden construir casas de madera que sustituyan a las chabolas de latón que se las lleva el viento. Erigen una estatua de una mujer en la plaza y ponen nombres a las calles, a las que Totó añade la tabla de multiplicar que le enseñaba la buena anciana (“Strada Maggiori. 5 x 5= 25”). Acogen a más familias y a solteros, y todos cantan alegres: “Todos necesitamos una cabaña para vivir y dormir. Todos necesitamos un poco de tierra, donde vivir y morir. Todos necesitamos un par de zapatos, algo de leche y un poco de pan. Esto se necesita para creer en mañana…” 

Pero llegan los especuladores, con el Sr. Mobbi (Guglielmo Barnabò) a la cabeza, y ponen a la subasta los terrenos, donde resuena su oratoria barata: “Aquí estamos todos reunidos. Yo tengo frío, como ustedes. ¿Y por qué? Porque somos todos iguales. Mi nariz será más grande o más pequeña que la de ustedes, pero siempre será una nariz. Esta es la verdad amigos, una nariz es una nariz…” Y es que el agua que brotaba en estos terrenos ya no es agua, sino petróleo y sale por todas partes del poblado. Totó y una delegación de mendigos intentan mediar, pero son engañados de nuevo. Y aparece la madre-abuela desde el cielo con una paloma milagrosa que consigue deshacerse de los policías que querían desalojarles. Y es en ese momento cuando cada uno le pide un deseo: un abrigo, un armario, una maleta… o ser más alto o volverse blanco; aunque luego se ponen a pedir dinero sin ton ni son. Pero cuando se llevan la paloma, regresa la realidad. 

Una película que es un puro neorrealismo mágico, con ese final donde todos los habitantes de ese lugar vuelan sobre el Duomo de Milán con las escobas de barrendero, mientras cantan la canción que ya hemos referido. Y esa frase tan significativa: “¡Había un reino donde buenos días… quiere decir verdaderamente buenos días!”. 

- Umberto D (1952). 

Es la obra con la que cierra esta tetralogía neorrealista, un film dedicado al padre de Vittorio de Sica. Comienza con una manifestación de ancianos que es dispersada, y donde conocemos a nuestro protagonista, Umberto Dominico Ferran (Carlo Battisti, que no era actor, sino un profesor de filosofía) y a su perro Flike, un anciano jubilado bien vestido quien fuera un empleado de ministerio y que ahora acude al comedor social. 

Descubrimos que Umberto vive en una casa de huéspedes en Roma (que también es una casa de citas), pero va a tener que irse por impago. No tiene hijos ni familia, y su mayor alianza es la criada María (Maria-Pia Casilio), ahora embarazada y que nos sorprende con su costumbre de quemar las hormigas que están por toda la casa. Umberto intenta conseguir el dinero del alquiler vendiendo sus libros, su reloj y sus pocas pertenencias, pero la patrona, la Sra. Belloni (Lina Gennari), no tiene compasión de él. Y piensa nuestro anciano: “Para saldar todas mis deudas, tendré que estar un mes sin comer”. Por lo que busca ser internado en un hospital por una faringoamigdalitis febril, con la idea de poder tener un lugar donde estar y comer, pero pronto le dan el alta. Y entonces se da cuenta que han enviado a Flike a una perrera, e intenta recuperarlo para evitar que lo maten. Porque cuando Umberto abandona la pensión, intenta infructuosamente que alguien se quede con su perro. Y esa imagen final de nuestro protagonista con su perro en los brazos junto a la vía del tren es puro reflejo de su desesperación, con esas palabras finales: “Corre, Flike”. 

Y con ese triángulo que conforma Umberto, Maria y Flike, De Sica nos plantea el tema de la crisis que afecta a una sociedad que no es capaz de ayudar ni mostrar el más mínimo interés en un anciano que no tiene casi para vivir, y donde la insolidaridad y la deshumanización son temas claves en la obra. Un curioso triángulo para mostrar una Roma de postguerra donde campea la pobreza de una sociedad maltrecha. Y es Umberto D un melodrama lírico con la sencillez de las grandes obras, una de las mejores, más profundas y conmovedoras películas jamás rodadas sobre la vejez, junto a Vivir (Akira Kurosawa, 1952), Cuentos de Tokio (Yasujirō Ozu, 1953) y Fresas salvajes (Ingmar Bergman, 1957). Una película que no habla de la infancia (como sus tres predecesoras), sino de ancianidad, y que cierra el círculo, como quizás ya lo hemos visto en alguna otra obra, y creo que Del rosa al amarillo (Manuel Summers, 1963) es un buen ejemplo patrio.  

Es así como el Neorrealismo pintó, con una inmejorable paleta de blancos y negros, la depresión social que invadió todos los ámbitos en los años de la posguerra. Es un cine triste, melancólico, que reseña la terrible depresión económica al cabo de una guerra feroz, que dejó a todo un pueblo sumergido en la pobreza y la desesperanza. Y esta tetralogía de Vittorio de Sica es un ejemplo paradigmático. 

 

miércoles, 12 de abril de 2023

Comienza el curso de Continuum "Pa­to­lo­gía ne­fro­ló­gi­ca en ur­gen­cias pe­diá­tri­cas 2023"


La plataforma Continuum anuncia un nuevo curso. Mañana comienza del curso "Pa­to­lo­gía ne­fro­ló­gi­ca en ur­gen­cias pe­diá­tri­cas 2023", liderado por la Asociación Española de Nefrología Pediátrica (AENP).

Un curso que, al finalizar la actividad, el alumno habrá conseguido una serie de conocimientos, habilidades y actitudes en relación al diagnóstico, tratamiento, seguimiento e indicaciones de derivación y solicitud de exploraciones complementarias en las patologías tratadas en el curso. 

El curso está dividido en seis módulos, que son
- Alteraciones hidroelectrolíticas 
- Alteraciones del equilibrio ácido-base 
- Hematuria y síndrome nefrítico 
- Proteinuria y síndrome nefrótico 
- Hipertensión arterial 
- Daño renal agudo. 

En cada unidad didáctica se ofrece también información complementaria para los alumnos que quieran profundizar en un determinado aspecto. El curso está tutorizado, lo que implica que, a lo largo del curso, estaremos a su disposición para ayudarles a resolver las dudas que se les planteen. 

Al finalizar la actividad, el alumno habrá conseguido una serie de conocimientos, habilidades y actitudes, que se recogen con estos  : - Actualizar los aspectos generales más importantes de la patología nefrológica pediátrica que es motivo de consulta urgente. - Llevar a cabo la evaluación de un niño con patología nefrológica, determinar su gravedad y conocer las indicaciones de derivación al segundo nivel asistencial. - Planificar el manejo inicial de las patologías nefrológicas agudas. Todo esto en un curso de casi 2 meses de duración (comienzo el 13 abril 2023 y finalización el 8 junio 2023), acreditado con por la Comisión de Formación Médica Continuada y avalado por un equipo de pediatras con amplia experiencia docente en esta materia. Toda la información y la manera de inscribirse al curso, la podéis encontrar en la web de Continuum.

lunes, 10 de abril de 2023

Trilogías del séptimo arte para pediatras "de cine"

 

CINE Y PEDIATRÍA es un proyecto muy vinculado a la Asociación Española de Pediatría, a la que debe su apoyo desde su nacimiento hace más de 12 años. Un proyecto que nació como un proyecto de un post semanal (cada sábado) en el blog Pediatría basada en pruebas, y así viene ocurriendo – sin faltar uno – desde enero de 2010. Y de la recopilación de los 52 post anuales ha surgido cada uno de los 11 libros ya publicados de Cine y Pediatría (que lleva por subtítulo “una oportunidad para la docencia y la humanización en nuestra práctica clínica”), con el 12 pendiente de publicar en un par de meses, el 13 ya escrito y habiendo iniciado ya el contenido del libro número 14 en enero de 2023. 

Y ahora, de nuevo de la mano de la editorial Lúa Ediciones 3.0. y con el apoyo de la marca Nutribén, se acaba de lanzar un nuevo libro electrónico que hemos denominado como TRILOGÍA DEL SÉPTIMO ARTE PARA PEDIATRAS “DE CINE”. Y cuya justificación se fundamenta en los siguientes cinco apartados: a) porque la Pediatría es una especialidad “de cine”; b) porque la infancia y adolescencia son los actores de nuestra vida; c) porque consideramos que puede ser importante "prescribir" películas; d) porque proponemos ver "mirar" las películas a través de una observación narrativa; y e) porque hay película argumentales en relación con nuestra especialidad, la Pediatría, que vale la pena prescribir para mejorar en ciencia y en conciencia en nuestra profesión. 

Son muchas las trilogías de cine que nos ha dejado el séptimo arte, algunas emblemáticas como "El padrino" o "El señor de los anillos". Y estas son las 10 trilogías "prescritas" en nuestro libro para pediatras. 

Tres joyas para entender la infancia 
Bebés (Bébé, Thomas Balme, 2010) 
Solo es el principio (Ce n'est qu'un debut, P. Barougier, J-P Pozzi, 2010) 
Camino a la escuela (Sur le chemin de l'école, Pascal Plisson, 2013) 

Tres joyas para entender la importancia de ser pediatra 
El mundo en sus manos (Gifted Hands: The Ben Carson Story, Thomas Carter, 2009) 
El milagro de Carintia (Das Wunder von Kärnten, Andreas Prochaska, 2011) 
22 ángeles (Miguel Bardem, 2016) 

Tres joyas para entender las enfermedades raras 
El aceite de la vida (Lorenzo's Oil, George Miller, 1982) 
Medidas extraordinarias (Extraordinary Measures, Thom Vaughan, 2009) 
Wonder (Stephen Chbosky, 2017) 

Tres joyas para entender las enfermedades oncológicas 
Cartas a Dios (Oscar et la dame rose, Éric-Emmanuel Schmitt, 2009) 
La decisión de Anne (My Sister's Keeper, Nick Cassavetes, 2009) 
Declaración de guerra (La guerre est déclarée, Valerie Donzelli, 2011) 

Tres joyas para entender el trastorno del espectro autista 
Mary and Max (Adam Elliot, 2009) 
María y yo (Félix Fernández de Castro, 2010) 
La sonrisa verdadera (Juan Rayo, 2015) 

Tres joyas para entender otros trastornos del neurodesarrollo 
El milagro de Anna Sullivan (Arthur Penn, 1962)
Cromosoma cinco (María Ripoll, 2013) 
Línea de meta (Paola García Costas, 2014) 

Tres joyas para entender el síndrome de Down 
El octavo día (Le huitième jour, Jaco Van Dormael, 1996) 
León y Olvido (Xavier Bermúdez, 2004) 
La historia de Jan (José Bernardo Moll, 2016) 

Tres joyas para entender el acoso escolar 
Después de Lucía (Michel Franco, 2012) 
Marion, 13 años eternamente (Marion, 13 ans pour toujours, Bourlem Guerdjou, 2016) 
El silencio roto (Piluca Baquero, 2017) 

Tres joyas para entender los malos tratos en la infancia 
Matilda (Danny DeVito,1996) 
El Bola (Achero Mañas, 2000) 
No tengas miedo (Montxo Armendáriz, 2011) 

Tres joyas para entender el embarazo en adolescentes 
Juno (Jason Reitman, 2007) 
Nunca, casi nunca, a veces, siempre (Never Rarely Sometimes Always, Eliza Hittman, 2020) 
El acontecimiento (L'événement, Audrey Diwan, 2021) 

Y para profundizar en este libro, os dejo la ponencia recientemente emitida en México dentro de las sesiones CIBERPEDS bajo el liderazgo del Dr. Enrique Mendoza.

También se puede acceder a la misma a través de: 
Registro Offline: https://bit.ly/38Rhb0r 
CIBERPEDS: https://tinyurl.com/5n7mvrzy 
CONAPEME: https://tinyurl.com/4zkcv5vp

 

sábado, 8 de abril de 2023

Cine y Pediatría (691) “Evelyn” y la lucha por la custodia de los hijos

 

Con el nombre de Evelyn podemos encontrar tres películas de distintas nacionalidades y diferente tema: la irlandesa Evelyn (Bruce Beresford, 2002), un drama judicial sobre la lucha de un padre coraje por la custodia de sus hijos, la española Evelyn (Isabel de Ocampo, 2011); el drama que transforma a una ingenua chica inmigrante en una esclava sexual; y la británica Evelyn (Orlando von Einsiedel, 2018), película documental alrededor de la propia familia del director para reflexionar sobre la vida y la muerte. 

Y hoy hablaremos de la primera, la dirigida por el director (también guionista y productor) australiano Bruce Beresford, un artesano algo irregular con medio siglo a sus espaldas en el séptimo arte. Nominado a los Óscar como mejor director por Gracias y favores (1983), su obra más destacada es Paseando a Miss Daisy (1989), por la que obtuvo cuatro premios de la Academia, y en el que destacó el de mejor actriz para Jessica Tandy. En Cine y Pediatría ya hablamos de El último bailarín de Mao (2009), una película basada en hechos reales sobre el bailarín chino Cunxin, uno de los mejores bailarines de danza clásica del mundo, y su infancia programada en un contexto político y social muy particular.  

Y la película Evelyn también comienza con un “basado en hechos reales” y nos traslada a la capital irlandesa, Dublín, en la Nochevieja del año 1953. Allí donde, un día de San Esteban, la esposa de Desmond Doyle (Pierce Brosnan) abandona el hogar por otro hombre y este padre, sin trabajo y con cierta afición al alcohol, tiene que enfrentarse al cuidado de sus tres hijos, la mayor Evelyn (Sophie Vavasseur), de 9 años. Cuando la suegra de Desmond informa la situación a las autoridades, un juez decreta que la ley prohíbe que los niños permanezcan en un hogar dividido y son internados en orfanatos administrados por la Iglesia. 

A partir de ese momento la historia nos traslada a dos contextos: el de los colegios y orfanatos religiosos irlandeses, tema ya tratado en películas de este país como Las hermanas de la Magdalena (Peter Mullan, 2002) o Los niños de San Judas (Aisling Walsh, 2003), en lo que son dos denuncias a los abusos en la educación; y, especialmente, a la lucha judicial de un padre coraje por recuperar su fratria.   

Desmond encuentra pocas esperanzas de recuperar la custodia de sus hijos porque no puede pagar un abogado. Y solo encuentra consuelo en la bebida y en el apoyo de una camarera (Julianna Margulies), quien le presenta a su hermano abogado (Stephen Rea) y al que se le alían con el tiempo el procurador Stephen Rea y el abogado Alan Bates. Y es así como este proceso judicial puso en vilo a toda Irlanda, pues era la primera vez que una ley irlandesa se planteaba como anticonstitucional. Y consta que la votación del Tribunal fue seguida por radio por la población como si hubiera sido un partido internacional de fútbol. 

Una película con final feliz y que hizo historia judicial en Irlanda. La historia termina como comienza, con otra celebración de Navidad, y con este colofón: “Como resultado de la victoria de Desmond Doyle, el Children Act fue modificado, permitiendo que muchos niños de toda Irlanda pudieran reunirse con sus familias”. Porque cabe recordar que The Children Act (La Ley de menores) fue enunciada en el Reino Unido en 1989 para asignar deberes a las autoridades locales, los tribunales, los padres y otras agencias en el país, para garantizar que los niños estén protegidos y se promueva su bienestar. Y que fue un tema que ya se abordó también en la película británica El veredicto (Richard Eyre, 2017).  

Evelyn no es una película extraordinaria, pero si honesta. Y que viene avalada por un buen elenco actoral, donde destaca el entrañable papel de la niña debutante Sophie Vavasseur y un Pierce Brosnan en un papel correcto, despojado del halo que le ha marcado en su carrera (el detective Remignton Steele o el agente James Bond), y que en algún momento nos pudiera hacer recordar alguno de los papeles de James Stewart, ese ciudadano normal que lucha por un mejor futuro. Y cabe reseñar dos aspectos: que además de ser el protagonista, el irlandés Brosnan ha impulsado esta obra a través de su productora Irish DreamTime; y que en la historia real, este padre coraje tenía a su cargo cinco hijos, no solo tres como en el film. 

Es Evelyn una película que atesora mucho del realismo social irlandés abanderado por Jim Sheridan y que pondera dos aspectos de esta sociedad: el valor esencial de la familia y la importancia decisiva de la religión católica. Y sea como sea, una película más alrededor de la lucha por la custodia por los hijos y que se suma a las ya tratadas en Cine y Pediatría, como las estadounidenses Kramer contra Kramer (Robert Benton, 1979) y Yo soy Sam (Jessie Nelson, 2001), la británica Ladybird, Ladybird (Ken Loach, 1994) o la portuguesa Listen (Ana Rocha, 2020).    

 

miércoles, 5 de abril de 2023

PAPI (Programa de Actividades Preventivas en la Infancia), una aplicación para dispositivos móviles para la mejora de la salud infantil

 

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha actualizado su Programa de Salud Infantil (PSI). Este nuevo Programa de Actividades Preventivas de la Infancia y Adolescencia (PAPI) nace para renovar y ampliar el PSI publicado en el año 2011, y adecuarlo a las nuevas necesidades de la ciudadanía y de los profesionales sanitarios que atienden a la infancia y a la adolescencia en el primer nivel asistencial. 

PAPI se ha desarrollado con el formato de una aplicación para dispositivos móviles gratuita, con dos partes diferenciadas: una dirigida a familias y adolescentes, y otra, para los profesionales implicados en el cuidado de la salud infantil, pediatras y enfermeras pediátricas. Contiene un conjunto de recomendaciones de consejos y actividades, ordenadas por edad y ámbitos de atención. Parte de las recomendaciones de este programa PAPI pueden verse en este enlace.  En esta aplicación vemos las recomendaciones clasificadas alfabéticamente por capítulos de temas, y en cada uno de ellos el enlace para las recomendaciones (en algunos casos traducido al inglés), así como el enlace a las recomendaciones Previnfamilia del recurso Familia y Salud, así como a las monografías de aquellos capítulos que dispongan de ellas. 

Cabe decir que parte las recomendaciones de este programa PAPI están basadas en el trabajo realizado por PrevInfad, que es un grupo de trabajo integrado por pediatras creado en 1990 a partir del grupo de infancia y adolescencia del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) y que desde el año 2000 es un grupo de trabajo de la AEPap.

PrevInfad utiliza la metodología de la medicina basada en la evidencia para elaborar las recomendaciones y que tiene en consideración los siguientes pasos: formulación de las preguntas y marco analítico, búsqueda y selección de la evidencia, evaluación y síntesis, principales valores estadísticos para la medición de los resultados, magnitud del beneficio, magnitud del daño, aplicabilidad y elaboración de las recomendaciones (a través del método GRADE o el USPSTF en dependencia del tema tratado). 

La AEPap desea que esta nueva herramienta sea de utilidad tanto para los profesionales como para las familias. La app se denomina «Salud Infantil» y está disponible en el App Store® o Play Store® para los dispositivos móviles. Se puede descargar también a través de un código QR, y que podéis encontrar en este artículo recientemente publicado en Anales de Pediatría.

lunes, 3 de abril de 2023

Miguel Delibes, un novelista "de cine"

 

Es Miguel Delibes un vallisoletano universal, considerado como uno de los grandes escritores españoles del siglo XX, quien dedicó gran parte de su vida a una obra cimentada en la España de la posguerra para concienciar al mundo de las consecuencias del consumismo y la supresión de ciertos valores éticos universales. Un escritor que tomó contacto con los elementos fundamentales de la Castilla profunda a través de sus excursiones de cazador y pescador. 

Un autor que ha sido muy versionado en la gran y pequeña pantalla. En la televisión se adaptó En una noche así (Cayetano Luca de Tena, 1968), La mortaja (Juan Antonio Páramo, 1974) y El camino (Josefina Molina, 1978); además, Delibes redactó el guiOn de dos documentales para Televisión Española: Tierras de Valladolid y Valladolid y Castilla. Pero es en el cine donde sus obras sirven como guiOn de nueve películas, por este orden: El camino (Ana Mariscal, 1963), basado en la obra homónima y que es como la fusión de la serie de televisión previa; Retrato de familia (Antonio Giménez-Rico, 1976), fundamentada en “Mi idolatrado hijo Sisí”; La guerra de papá (Antonio Mercero, 1977), según la obra “El príncipe destronado”; Los santos inocentes (Mario Camus, 1984), de la obra literaria homónima y uno de sus mayores éxitos, con personajes inolvidables como Azarías, Paco, Señorito Iván, Régula La Niña Chica y Milana Bonita; El disputado voto del señor Cayo (Antonio Giménez-Rico, 1986), El tesoro (Antonio Mercero, 1988), La sombra del ciprés es alargada (Luis Alcoriza, 1990) y Las ratas (Antonio Giménez-Rico, 1997), todas ellas derivadas de sus novelas homónimas; y, finalmente, Una pareja perfecta (Rafael Bertriú, 1998), según la obra “Diario de un jubilado”. 

Y desde el proyecto “Cine y Pediatría, una oportunidad para la docencia y la humanización en nuestra práctica clínica” nos sumamos a este homenaje con el análisis de dos de sus obras y películas con sabor a infancia y adolescencia. 

- El camino (Ana Mariscal, 1963), una película en blanco y negro en la que acompañamos en aquel verano a tres amigos de 11 años (Daniel, el Mochuelo, Germán, el Tiñoso y Roque, el Moñigo) y a un buen número de personajes del pueblo (Lola, la Guindilla, Don José, el cura, Don Moisés, el maestro, Quino, el Manco, el Indiano, la Mica y la Mariuca-uca, entre otros) para hablarnos de la vida, del amor y de la muerte. 

- La guerra de papá (Antonio Mercero, 1977), una película aparentemente sencilla e infantil pero con un mensaje profundo y contundente. Bajo la mirada de Quico, un angelical niño de 3 años, pasamos un día en el entorno de su casa de familia numerosa de clase media-alta española de la década de los sesenta, donde sus travesuras son parte del síndrome de príncipe destronado que ocasionó el nacimiento de su hermana; pero donde una escena es clave, esa comida familiar donde los padres manifiestan sus posiciones ante una guerra que ocurrió hace años, pero que sigue demasiado latente. Un alegato a la conciencia de que cualquier guerra es la guerra de todos. 

Os dejamos en este enlace el artículo publicado en la revista Arte y Medicina de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas (ASEMEYA), que se puede revisar en las páginas 40 a 48.

sábado, 1 de abril de 2023

Cine y Pediatría (690) "Siempre contigo", el padre y "el chico" israelíes

 

En el año 2007 comenzó a celebrarse el 2 de abril como el Día Mundial de Concienciación del Autismo, según resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Y es así como la World Autism Organization (WAO) emite todos los años un manifiesto conmemorativo que se leerá en multitud de asociaciones y lugares públicos. Y ello porque el trastorno del espectro autista (TEA) es parte de este mundo, no un mundo aparte... y engloba un conjunto de síndromes del desarrollo y el comportamiento con un amplio espectro, que van desde el autismo de bajo funcionamiento (o autismo de Kanner) al autismo de alto funcionamiento y síndrome de Asperger. 

Y este año 2013 este día (que es mañana) llevará como lema “Llamémoslo por su nombre” y pone el foco en tres aspectos esenciales: 1) la variabilidad dentro del espectro del autismo (iguales, pero diferentes), 2) la singularidad y especificidad (derribar estigmas y falsas creencias, comprender y valorar a las personas autistas), y 3) el sentido de pertenencia (orgullo y apoyo frente al rechazo). Y por ello son necesarios los Programas de Atención Médica Integral para el TEA, porque son un buen modelo para abordar los tres hechos de esta compleja y multidimensional entidad en el siglo XXI: atender a la demanda, abordar la complejidad y gestionar con calidad. Programas de calidad fundamentados en cuatro pasos: 1) gestión del conocimiento por medio de la Medicina basada en la Evidencia; 2) procesos asistenciales con STEEEP (Seguridad, A Tiempo, Efectiva, Eficiente, Equitativa y donde Paciente es lo primero); 3) participación multidisciplinar con equipos y 4) intervención paciente-familia con empoderamiento. 

Son varias ya las películas que Cine y Pediatría ha tenido como protagonista el autismo, quizás la joya de la corona entre los trastornos del neurodesarrollo en la infancia y adolescencia. Porque cabe “prescribir” películas sobre el TEA para mejorar en ciencia y conciencia. Justo en el año 2016 lo hicimos con la película china Paraíso oceánico (Xue Xiaolu, 2010), verdadero poema fílmico (con el simbólico azul de fondo) que nos sumergía en la especial relación entre un padre y su hijo autista que ha superado la adolescencia, una historia de amor fundamentada en la búsqueda del lugar donde pueda ser acogido en el futuro este hijo con capacidades diferentes. Pues de igual forma, este año lo hacemos con la película israelí Siempre contigo (Nir Bergman, 2020), con muchas coincidencias, pues se centra en esa especial relación padre-hijo y la misma búsqueda (o la huida, según se vea).

Siempre contigo comienza con imágenes de la película El chico (Charles Chaplin, 1921), esa película mítica muda en blanco y negro de Charlot que nos habla del abandono de un niño y que está repleta de recuerdos de la propia infancia de su director. En un tren viajan un padre y un joven con un comportamiento peculiar; éste mira con gran atención y alegría la película (que se convertirá en un elemento nuclear). A continuación, emulando aquel cine de antaño, un rótulo en blanco y negro con el título de este film. Iremos conociendo a ese padre mayor y protector, Aharon (espectacular Shai Avivi, premio al mejor actor en la SEMINCI de Valladolid) y a su hijo Uri (Noam Imber, más que loable caracterización). Viven juntos y solos y se aprecia una gran comunión entre ellos, y la dependencia de Uri es tal que precisa que sus actos sean corroborados por su progenitor: “¿Me gusta la camiseta?, ¿Me gusta lavarme los dientes?...” 

A medida que avanza el metraje conoceremos mejor a los dos protagonistas, a ese padre y a ese hijo. Aharon es un diseñador gráfico que está en búsqueda de trabajo desde hace tiempo. Uri presenta rasgos de una discapacidad característicamente asociada a la rutina de sus costumbres y estereotipias: ver los vídeos de Chaplin, comer ptitim (el cuscús israelí), dar de comer a sus tres peces, montar en bici con su padre y no pisar los (imaginarios) caracoles por la calle, afeitarse con frecuencia (porque “los malos de las películas tienen barba porque no se afeitan”), tocar los botones de las fotos de su pared antes de dormir o al abrir las puertas automáticas,… La madre se separó hace tiempo del padre y ahora buscan una solución para Uri, pero no están de acuerdo: la madre (al igual que los trabajadores sociales) creen que debe estar en una institución, pero el padre no piensa igual: “Es feliz aquí. Tiene todo lo que necesita. Podemos esperar un poco más”.  

La dura escena de pánico de Uri en la estación de tren y su grito “Quiero estar contigo”, a mitad de metraje, hace que Aharon tome una decisión: no llevarle a la institución. Y así es como la historia se transforma en una peculiar road movie de huida, la de un padre que ha dedicado toda su vida al cuidado de su hijo en una amable rutina y que no está preparado para separarse de él. Un viaje en tren o en autobús por distintas localidades y con diferentes experiencias, pero donde las cosas se complican. En el camino, vivimos escenas conmovedoras y muy identificativas de las personas con TEA. 

Pero la huida no podía salir bien. Y finalmente ocurre el ingreso de Uri y, aunque éste inicialmente adquiere una conducta violenta (llega a romper el cristal de una ventana como el niño de su película preferida de Chaplin, para que regrese la figura del padre), finalmente llega a procesar las nuevas conductas en su nueva vida. Y nos regala un gran final, donde ese interruptor pintado en la pared nos abre el corazón. Y el The End final, de nuevo en blanco y negro, al estilo de la película El chico

Porque Siempre contigo es un drama entre el padre y “el chico” israelíes, todo un homenaje al Día Mundial de Concienciación del Autismo, para que lo llamemos por su nombre. Os dejamos el tráiler subtitulado, porque, como siempre, cabe ver el cine en su versión original, en este caso en hebreo.