lunes, 8 de diciembre de 2025

Cine, infancia y docencia: temas clave para la reflexión

 

Tras más de 1000 películas analizadas en el proyecto Cine y Pediatría (nacido en enero de 2010, ya con más de 830 post en el blog Pediatría basada en pruebas y a punto de publicar el libro número 15 de Cine y Pediatría), son múltiples los temas que se pueden compilar. Y uno de ellos es el que fusiona cine, infancia y educación, esa unión de alumnos y profesores en centros docentes. 

Película muy diversas, pero donde el guion más común es el que reúne a adolescentes (generalmente problemáticos y desmotivados, reflejo de familias y circunstancias difíciles), centros educativos (principalmente institutos de entornos sociales complicados o peculiares) y profesores coraje (que rompen el esquema habitual del resto de sus compañeros docentes) y que son los elementos clave para cocinar un casi-subgénero en el cine. Películas de todas las cinematografías, pero donde destaca el cine procedente de Francia (una filmografía con gran sensibilidad y destacada siempre en Cine y Pediatría) y Estados Unidos (omnipresente y omnívoro en esta industria de la imagen). 

Y sobre ello pudimos hablar el pasado 27 de noviembre, Día del Maestro en España, en un acto organizado por la Asociación Llaves de Libertad en el Aula de Ámbito Cultural de El Corte Inglés. En este enlace os dejamos la presentación. 

Aquí resumimos los temas clave para la reflexión que se derivan de algunas de estas películas: 

a) Patrones de representación de docentes 

- Rol de innovación y ruptura: El milagro de Ana Sullivan The Miracle Worker, Arthur Penn, 1962); Ángeles sin paraíso (A Child is Waiting, John Cassavettes, 1963); El club de los poetas muertos (Dead Poets Society, Peter Weir, 1989); La sonrisa de Mona Lisa (Mona Lisa Smile, Mike Newell, 2003); Diarios de la calle (Freedom Writers, Richard LaGravenese, 2007); Al frente de clase (Front of the class, Peter Werner, 2008; La historia de Marie Heurtin (Marie Heurtin, Jean-Pierre Améris, 2014);… 

- Origen atípico y compromiso profundo: Adiós, Mr. Chips (Goodbye Mr. Chips, Sam Wood, 1939); Rebelión en las aulas (To Sir, with Love, James Clavell, 1967); Un profesor singular (Chiedo asilo, Marco Ferreri, 1979); Mentes peligrosas (Dangerous Minds, John N. Smith, 1995); Profesor Holland (Mr. Holland's Opus, Stephen Herek, 1995); Half Nelson (Ryan Fleck, 2006); Profesor Lazhar (Monsieur Lazhar, Philippe Falardeau, 2011); La profesora de parvulario (The Kindergarten Teacher, Sara Colangelo, 2018);… 

- Enfoque humanizador: El indomable Will Hunting (Good Will Hunting, Gus Van Sant, 1997); Sólo es el principio (Ce n'est qu'un debut, Jean-Pierre Pozzi y Pierre Barougier, 2010); Entre maestros (Pablo Usón, 2012);… 

b) Patrones de representación de alumnos 

- Desmotivación y circunstancias difíciles: Semilla de maldad (The Blackboard Jungle, Richard Brooks, 1955); Rebelión en las aulas (To Sir, with Love, James Clavell, 1967); Mentes peligrosas (Dangerous Minds, John N. Smith, 1995); La profesora de Historia (Les héritiers, Marie-Castille Mention-Schaar, 2014);… 

- Contestos complejos: La calumnia (The Children´s Hour, William Wyler, 1961); Ser y tener (Être et avoir, Nicolas Philibert, 2002); Camino a la escuela (Sur le chemin de l'école, Pascal Plisson, 2013); El gran día (Le grand jour, Pascal Plisson, 2015); Profesor en Groenlandia (Une année polaire, Samuel Collardey, 2018); La acusación (Pas de vagues, Teddy Lussi-Modeste, 2024); Nuestra querida profesora (Favoriten, Ruth Beckermann, 2024);… 

- Rebeldía contra la autoridad: Cero en conducta (Zéro de conduite: Jeunes diables au collège, Jean Vigo, 1933); If…. (Lidsay Anderson, 1968); Melody (Waris Hussein, 1971);… 

c) Patrones de representación de centros docentes 

- Ubicación significativa y barrios marginales: Mentes peligrosas (Dangerous Minds, John N. Smith, 1995); Hoy empieza todo (Ça commence aujourd'hui, Bertrand Tavernier, 1999); Diarios de la calle (Freedom Writers, Richard LaGravenese, 2007); Más allá de la pizarra (Hallmark Hall of Fame: Beyond the Blackboard, Jeff Bleckner, 2011; El profesor (Detachment, Tony Kaye, 2011); El buen maestro (Les grands esprits, Olivier Ayache-Vidal, 2017); Los profesores de Saint-Dennis (La vie scolaire, Mehdi Idir, Grand Corps Malade, 2019); El profesor Bachmann y su clase (Herr Bachmann und seine Klasse, Maria Speth, 2021);… 

- Dicotomía de la educación: Rebelión en las aulas (To Sir, with Love, James Clavell, 1967); Profesor Holland (Mr. Holland's Opus, Stephen Herek, 1995); La clase (Entre les murs, Laurent Cantet, 2008); Profesor Lazhar (Monsieur Lazhar, Philippe Falardeau, 2011); Uno para todos (David Ilundain, 2020); Sala de profesores (Das Lehrerzimmer, Ilker Çatak, 2023);… 

- El arte como resiliencia: Profesor Holland (Mr. Holland's Opus, Stephen Herek, 1995); Música del corazón (Music of the Heart, Wes Craven, 1999); Billy Elliot (Quiero bailar) (Billy Elliot, Stephen Daldry, 2000); Los chicos del coro (Les Choristes, Christophe Barratier, 2004); Déjate llevar (Take the Lead, Liz Friedlander, 2006); El coro (Boychoir, François Girard, 2014);… 

d) Crítica a los sistemas educativos tradicionales 

- Rechazo a la disciplina rígida y el castigo: Cero en conducta (Zéro de conduite: Jeunes diables au collège, Jean Vigo, 1933); Los cuatrocientos golpes (Les Quatre Cents Coups, François Truffaut, 1959; If…. (Lidsay Anderson, 1968); Melody (Waris Hussein, 1971);… 

- Denuncia del maltrato institucional: Adiós, muchachos (Au revoir les enfants, Louis Malle, 1987); Los niños de San Judas (Song for a Raggy Boy, Aisling Walsh, 2003);… 

- Cuestionamiento de la burocratización de la escuela tradicional: Esperando a Superman (Waiting for Superman, Davis Guggenheim, 2010); La educación prohibida (German Doin, 2012); Entre maestros (Pablo Usón, 2012); Captain Fantastic (Matt Ross, 2016);… 

e) Reflejo y debate de los conflictos sociales 

- Debate sociológico y político: La lengua de las mariposas (José Luis Cuerda, 1999); Ni uno menos (Yi ge dou bu neng shao (Not One Less), Zhang Yimou, 1999); Machuca (Andrés Wood, 2002); Diarios de la calle (Freedom Writers, Richard LaGravenese, 2007); La ola (Die Welle, Dennis Gansel, 2008); Los niños de la señorita Kiet (Miss Kiet´s Children, Peter Lataster y Petra Lataster-Czisch, 2016); La profesora (Ucitelka, Jan Hrebejk 2016); Lunana: un yak en la escuela (Lunana: A Yak in the Classroom, Pawo Choyning Dorji, 2019; El último vagón (Ernesto Contreras, 2023); El maestro que prometió el mar (Patricia Font, 2023);… 

- Cuestiones de tradiciones y roles de género: La sonrisa de Mona Lisa (Mona Lisa Smile, Mike Newell, 2003); Katmandú, un espejo en el cielo (Icía Bollaín, 2011);… 

- Contraste roussoniano: El pequeño salvaje (L'enfant sauvage, François Truffaut, 1970); Captain Fantastic (Matt Ross, 2016);… 

Y tras este viaje quedan tres ideas clave: 1) El triángulo docente, alumnos y centro docente constituye casi un subgénero en el séptimo arte. 2) Las películas alrededor de la docencia e infancia nos devuelven un buen número de emociones y reflexiones para el debate. 3) El cine es una maravillosa herramienta para la docencia y para la humanización. Por ello os animamos a que os atreváis a PRESCRIBIR películas en vuestra escuela, instituto, centro universitario… y en vuestro hogar.

En este video  (y que fue el video de presentación de Cine y Pediatría 11) resumimos buena parte de los compartido en esta sesión de cine, infancia y docencia. Un homenaje a esa profesión capital como son todo el cuerpo de docentes en cada uno de los centros docentes (del parvularioa a la universidad).

sábado, 6 de diciembre de 2025

Cine y Pediatría (830) “El amor de Andrea” y su Juan Salvador Gaviota

 

El almeriense, nacido en El Ejido, Manuel Martín Cuenca se ha consolidado con un cine de autor tras una trayectoria previa por el cortometraje y el documental. Su ópera prima de ficción fue La flaqueza del bolchevique (2003), un peculiar romance entre un adulto (Luís Tosar) y María, una adolescente de 15 años (María Valverde, quien obtuvo el Goya a Mejor actriz revelación), adaptación de la novela homónima de Lorenzo Silva. Luego llegaron Malas temporadas (2005), La mitad de Óscar (2010), Caníbal (2013), El autor (2017) y La hija (2021), un enfermizo thriller sobre otra forma de ver la maternidad subrogada a través de Irene (Irene Virgüez), una adolescente de15 años, una historia sobre la pesadilla que supone cumplir tus sueños.  

Y ahora llega su última obra, El amor de Andrea (2023), un retrato sobrio y muy emotivo de una adolescente de 15 años (Lupe Mateo Barredo, enamora a la cámara) que pelea, casi en silencio, por recuperar el vínculo con un padre que la ha abandonado afectivamente. El filme emociona precisamente porque rehúye el melodrama fácil y trabaja con miradas, silencios y gestos mínimos que dejan al espectador espacio para pensar. Una película rodada en Cádiz, todo un tributo a la ciudad (con su Catedral, el Campo del Sur y Malecón, la Alameda de la Apodaca, el Parque Genovés y la mítica playa de la Caleta), y que cuenta de nuevo con la música del grupo Vetusta Morla (ya presentes en su película anterior). 

Se nos presenta a Andrea, quien cuida de sus dos hermanos pequeños (Fidel y Tomás), los lleva y recoge del colegio, juega con ellos en la playa o en el parque, les ayuda con los deberes, les prepara la cena y les acuesta. Cuando llega la noche, regresa la madre a casa, cansada de trabajar, pues el padre ha rehecho su vida con otra familia y ha cortado prácticamente la relación con ellos, sin pasarles tampoco ninguna manutención. Y ya en ese primer día vemos a Andrea con un libro entre las manos, el icónico “Juan Salvador Gaviota” de Richard Bach que tanto nos inspiró a los adolescentes de la década de los 70 y 80. Un libro que no pasará desapercibido en la historia… 

Toda la película se articula alrededor del empeño de Andrea por “recuperar el amor de su padre”, viaje que comparte con sus hermanos en una especie de odisea cotidiana por Cádiz, incluso tomando el barco que les lleva al Puerto de Santamaría, donde trabaja y vive ahora. Tantas obligaciones y ese pesar, hace que falte en ocasiones a clase, por lo que su tutor le dice: “Tengo mucha confianza en ti y no quiero que te pierdas en el camino”. Y en el colegio conocemos a Abel, un chico de su clase que se nota que está colado por ella, aunque ella está en otras luchas. Andrea intenta entender por qué sus padres se separaron: “Mamá, ¿qué pasó entre tú y papá?... ¿Pero tú le querías?”. Su madre sigue muy dolida y le dice: “Que tu padre no quiere verte. Que tienes que dejar de soñar…”.  Aunque la joven lo tiene muy claro: “Vosotros os separasteis. Pero nosotros seguimos siendo los hijos, de los dos”. 

La situación llega a una jueza, a quien le dice: “De mi padre quiero que me quiera. Bueno, que se ocupe de mí… Una respuesta suya y que me diga mirándome a la cara cuál es la situación, tanto si es buena como mala”. Finalmente el padre accede volverse a ver con sus hijos. Y en la comida que tiene padre e hija, esta le pregunta que por qué le regaló el libro de “Juan Salvador Gaviota”, pero el padre no lo recuerda… Es posible la escena que condensa algo muy duro para ella, pues se da cuenta que no puede tener el amor que busca. Pues ella se aferraba a ese libro lleno de mensajes y su padre ni lo recordaba. 

Y con ello llegamos a esas dos escenas finales en la playa de la Caleta. Una con Andrea, con su padre y sus dos hermanos en un día gris y ventoso. La otra con Andrea, Abel y sus dos hermanos en un día soleado. Y ese final esperanzador con los dos amigos tumbados en la arena con las manos entrelazadas y mirando al cielo. Quizás entonces se da cuenta de que esa es su familia y quienes lo aman. Andrea aprende que también los adultos se equivocan y que el amor no es el que nos imaginamos, que el amor no se demanda, lo da quien lo tiene… 

El valor de esta película es cómo nos presenta el abandono de estos hijos sin desbordamientos dramáticos. Hay una tristeza de fondo, una desilusión profunda ante unos progenitores ensimismados en su dolor, que priorizan sus rencores y nuevas vidas por encima del bienestar emocional de los hijos. Pero también hay mucha ternura, la que esta adolescente “adulta”, sometida a una madurez forzada, vuelca sobre sus hermanos. Y para reforzar esa sensación de cerco emocional, Manuel Martín Cuenca usa el formato 4:3, y también apuesta por actores no profesionales y una puesta en escena minimalista, casi transparente, que busca registrar la vida tal como ocurre, sin subrayados. 

El amor de Andrea es una meditación sobre la paternidad, la maternidad y la “fides”: la lealtad y la responsabilidad hacia quienes dependen de ti. El film muestra cómo el divorcio mal gestionado puede convertirse en una guerra donde los hijos se vuelven rehenes emocionales, víctimas de chantajes, mentiras y silencios. Invita a pensar en el daño silencioso del abandono emocional y en la responsabilidad adulta frente al deseo muy simple de una hija: ser vista, escuchada y querida sin condiciones. 

Y es posible que Andrea siga leyendo “Juan Salvador Gaviota” y reflexionando sobre algunos de esos mensajes inspiradores que otros adolescentes intentamos hacer nuestros: “Tienes la libertad de ser tú mismo y nada se puede poner en tu camino”, “Rompe las cadenas de tu pensamiento, y romperás también las cadenas de tu cuerpo”, “Nunca te es concedido un deseo sin que te sea concedida también la facultad de hacerlo realidad, pero es posible que tengas que luchar por él”, “Las cosas más simples son a menudo las más reales”, “Una etapa ha terminado, y ha llegado la hora de que empiece otra”,… 

Y hoy hemos conocido un poco más el cine de Manuel Martin Cuenca, un director que contó con tres adolescentes de 15 años en tres películas clave de su filmografía: al principio fue María en La flaqueza del bolchevique, luego Inés en La hija, y ahora Andrea en El amor de Andrea. Y a esa edad yo también leí "Juan Salvador Gaviota" para aprender a volar...

 

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Inteligencia artificial para la investigación científica

 

La inteligencia artificial (IA) está transformando numerosos aspectos de la sociedad y el ámbito educativo e investigador es uno de ellos. En concreto, la IA optimiza los procesos de búsquedas bibliográficas y documentales, da soporte a la creación de contenidos y puede mejorar significativamente los procesos de investigación científica: analizar nuevos puntos de vista en una investigación, mejorar el contexto y planteamiento de las metodologías e hipótesis, perfeccionar el análisis de datos y hechos, generar y traducir textos para la investigación, realizar correcciones gramaticales en una publicación, obtener resúmenes de otros trabajos en cualquier idioma, en definitiva, mejorar todos los procesos que intervienen en la investigación científica. 

En este entorno, surgen nuevos retos éticos dada la complejidad de los algoritmos con los que se trabaja, el problema de la originalidad y el plagio tiene que ser abordado con un enfoque actual, sin olvidar el tema de la privacidad y la protección de datos, la integridad académica y la propiedad intelectual, la IA es un complemento en el proceso de investigación, pero hay que usarla con responsabilidad, aportando transparencia y sabiendo los riesgos e implicaciones que conlleva. 

¿De qué herramientas IA disponemos para la investigación científica? 

El catálogo es muy amplio, y tendremos que aprender a seleccionar aquellas que se ajusten a nuestras necesidades y evaluar la que mejor se adapte al objetivo de cada investigación. Aquí tenemos una breve selección de algunas que incorporan una versión gratuita y de uso libre: 

- Copilot (BingChat Enterprise) de Microsoft: es un chatbot basado en la tecnología de IA generativa de OpenAI, 

- ChatGPT: es un sistema de chat basado en el modelo de lenguaje de inteligencia artificial GPT, desarrollado por la empresa OpenAI, con capacidad de generar textos coherentes y que permite interactuar a las máquinas con el leguaje natural. 

- ChatPDF: utiliza la tecnología de ChatGPT y permite subir documentos en pdf a la plataforma para interpretarlos, hacer resúmenes o reescribirlos. 

- Consensus: es un motor de búsqueda experta de IA para la investigación. 

- DALL-E 2: es un modelo de asistencia de IA para la creación de imágenes a partir de descripciones de texto. Utilizando la tecnología de OpenAI y de Bing. 

- DeepL; es un servicio de traducción automática.

- Elicit: es una herramienta basada en la inteligencia artificial para hacer la revisión de literatura científica sobre un tema. 

- Gemini: es la plataforma de chat de acceso a la IA de Google. 

- GitHub Copilot: es una herramienta de inteligencia artificial desarrollada por OpenAI y Github que funciona como un asistente inteligente para ayudar a los desarrolladores a crear código. 

- Google Assistant: es el asistente virtual de Google. 

- Grammarly: es un asistente para la escritura en inglés, revisa errores de ortografía, gramática, puntuación y coherencia de los textos académicos y de investigación. 

- Humata: es una herramienta basada en IA para interactuar con los archivos PDF. 

- Jasper: es una herramienta de IA para la creación de contenidos y escritura de textos. 

- Midjourney: sistema de IA para crear imágenes a partir de descripciones textuales 

- NotebookLM: asistente de investigación basado en IA de Google Workspace que ayuda a interactuar con tus propios documentos y fuentes de información, como PDFs, presentaciones y videos de YouTube. 

- Paperpal: es una herramienta basada en tecnología IA para la asistencia en la escritura académica, detectar errores complejos de escritura y ofrecer sugerencias de escritura. 

- Perplexity: es un buscador conversacional impulsado por IA que proporciona respuestas precisas a preguntas complejas utilizando modelos de lenguaje avanzado, funciona como un asistente virtual. 

- Research Rabbit: es una plataforma online para buscar artículos de revistas académicas por temas o por autoría, además permite la búsqueda de artículos relacionados con el artículo que hayamos buscado y los citados. 

- Scite.ai: es una herramienta de IA muy útil para descubrir y comprender mejor los artículos de investigación a través de las citas y de sus contextos. 

- Stable Diffusion: es un modelo de aprendizaje automático desarrollado por Runway y LMU Múnich para generar imágenes digitales de alta calidad a partir de descripciones en lenguaje natural o de estímulos.
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¿Cómo citar contenidos generados con IA? 

El uso de la IA para la generación de contenidos o para su reelaboración ha planteado la necesidad de citar esa información en los trabajos académicos y de investigación, aunque no proceda de una autoría humana. En los trabajos de investigación debe ser descrito el empleo de IA en la metodología, en la introducción o en los agradecimientos, y se debe recoger la aplicación que se ha hecho de ella en cada momento del proceso, en concreto se debe indicar: el nombre del lenguaje o la herramienta utilizada, la versión que se ha utilizado, nombre de la compañía propietaria o que ha creado esa aplicación de IA, la petición o prompt que ha generado la respuesta y la fecha en la que se generó el contenido. 

Cada estilo de citación ha elaborado sus propias normas o recomendaciones y que cabe revisar, bien sea Vancouver, APA, Chicago, MLA o Norma ISO 690.

lunes, 1 de diciembre de 2025

Lectura crítica (I): Fundamentos, herramientas y su aplicación en artículos científicos sobre pronóstico y efectos perjudiciales

 

Siguiendo con los artículos encargados por Anales de Pediatría al Comité de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP-AEPap hoy compartimos el titulado “Lectura crítica (I): Fundamentos, herramientas y su aplicación en artículos científicos sobre pronóstico y efectos perjudiciales”, un artículo que analiza los cinco pasos estructurados (pregunta, búsqueda, lectura crítica, aplicabilidad y adecuación) de la Medicina basada en la evidencia (MBE) y se adentra en el necesario camino de la valoración crítica de estudios (y lo iniciamos con los estudios sobre factores pronósticos y de riesgo, a través del análisis de estudios observacionales - cohortes y caso-control -). El artículo completo se puede revisar en este enlace.  

El eje central de la MBE es la lectura crítica, que se nutre de los dos pasos previos y da respuesta a los dos pasos finales. Para poder realizar una valoración crítica de documentos científicos se deben adquirir las destrezas y habilidades necesarias. Consta de tres etapas: juzgar si son válidos (próximos a la verdad y con rigor científico), decidir si son importantes o relevantes (y, en consecuencia, valiosos en potencia para el lector) y determinar si son aplicables en la práctica clínica habitual. Es lo que desde el Comité de Pediatría Basada en la Evidencia hemos definido como aplicar la VARA metodológica, acrónimo de VAlidez científica, Relevancia (o importancia) clínica y Aplicabilidad en la práctica clínica. 

Siguiendo las recomendaciones del Evidence Based Medicine Working Group (EBMWG), analizaremos la validez, importancia y aplicabilidad de artículos sobre pronóstico y efectos perjudiciales, respondiendo en cada paso a una serie de preguntas (según versión adaptada del grupo CASPe).

sábado, 29 de noviembre de 2025

Cine y Pediatría (829) “No te quiero”, desde Rusia sin amor

 

Noche. Una adolescente con chándal lleva en brazos a una lactante de pocos mese abrigada por la fría calle ya vacía. Se compra un café con leche en un puesto callejero. A continuación tiene un encuentro con una mujer dentro de un coche donde negocian la compra-venta del bebé. Ella sale del coche. Y aparece el título de la película: No te quiero, película rusa dirigida por la directora Lena Lanksih en el año 2021, quien se estrena detrás de las cámaras con esta ópera prima dura, muy dura, descorazonadora. Por ello, emulando la mítica película de la saga James Bond, Desde Rusia con amor (Terence Young, 1963), hoy a esta historia le podríamos subtitular, por contraste, “desde Rusia sin amor”. Película de cine independiente ruso con espíritu de crítica social. 

La película se centra Vika (extraordinaria Olga Malahova), una adolescente de 14 años de origen muy humilde que acaba de tener una hija y tiene que superar ese hecho a través de una familia desestructurada y en una ciudad de provincias rusa (en la región de los Urales), gris y deprimente, y para el que los propios rusos utilizan despectivamente el término "Djopu mira", y que se traduciría como "el culo del mundo" para referirse a estos lugares, alejados de la mano de Dios. 

La historia nos va desgranando su entorno familiar, social y escolar. Vive con su madre, a la que ayuda a vender frutos del bosque en un mercadillo callejero. Parece que el padre vive con otra mujer, y con ellos está su hermano. Hace pasar a su bebé cómo su hermano pequeño, sin darnos pistas ciertas de quién realmente es el progenitor. Hace tiempo que no acude al instituto y todo apunta a que fue expulsada por sus faltas continuas; si parece feliz en las clases de danza, pero algunos familiares del resto de alumnos no quieren que se acerque a estos eventos escolares, pues la consideran una mala influencia para sus hijas. 

Vika nunca sonríe y si lo hace no parece normal. Y si lo hiciera, ahí está la madre para recriminarle: “¿Por qué sonríes? ¿Qué te hace gracia? Pues no es el lugar. No lo hagas en público. Es simplemente inapropiado. Pensarán, por qué está contenta”. Y algún secreto se cierne sobre ellos, pues Vika le llega a decir a su madre: “Si fue culpa mía, deberían castigarme”. Porque este bebé no solo es casi un secreto, sino también una fuente de conflicto, con una familia que no deseaba ni acepta al bebé. Y Vika está enfadada con ella misma, con todo, con todos y con la vida, de ahí que le sea difícil cuidar a su hija: “No voy a darle más el pecho”, “¿Por qué lloras todo el tiempo? Para ya…”. Acuda a su médica, pero se va de la consulta porque no quiero que haya estudiantes mientras la exploran; acude al pediatra, pero no la atienden… y es un consultorio tan patético como el resto que le rodea, como las casas, como las calles, como el clima, como los trenes,…. A medida que avanza la historia, Vika choca con la frialdad de la madre, la irresponsabilidad masculina y la indiferencia institucional, quedando aislada en un mar de dudas. 

La falta de control aumenta. Vika llega a poner pastillas picadas en el biberón…, pero acaba tirándolo, mientras en segundo plano oímos llorar su hija. Al final, se vuelve a reencontrar con la mujer del principio y visita a los futuros compradores de su hija: “Cuando venga mi mujer, dale la niña. Ven a verme y te daré el dinero. No puede concebir, por eso quiere un bebé”. Pero finalmente se vuelve con su hija y le dice: “Nadie podrá separarnos. Te quiero. Nadie podrá separarnos. Era todo un juego. Nos esconderemos. Te quiero”. Pero acto seguido la abandona en el bosque… Y el final es tan sórdido e inesperado como el resto de la película. 

Una tragedia rusa de principio a final… No deja respiro. Y, para ello, Lena Lanskih opta por un realismo crudo: planos prolongados, ritmo pausado, escenarios desolados y ausencia de subrayados musicales, lo que obliga a mirar de frente la precariedad moral y material del entorno. Maternidad adolescente y culpa social hacia ella, mientras el entorno familiar, masculino e institucional se desentiende o mira hacia otro lado. El título No te quiero nos remite tanto al bebé no deseado como a la propia Vika, tratada como alguien prescindible. El paisaje industrial y húmedo de los Urales funciona como metáfora de un país profundo donde los jóvenes tienen pocas salidas, allí done la economía informal (recolectar y vender frutos) muestra la vulnerabilidad económica que agrava la vulnerabilidad de género y edad. 

La película interpela sobre la responsabilidad colectiva hacia adolescentes y madres jóvenes: no basta con condenar embarazos precoces si no se asegura educación sexual, redes de apoyo y servicios públicos accesibles. Muestra que, cuando las instituciones fallan y la familia es hostil, cualquier elección de la protagonista será trágica porque ha sido abandonada previamente por todos. Y la enseñanza más incómoda es que no hay espectadores inocentes: la película obliga a preguntarse qué papel se juega en la vida de las personas vulnerables que nos rodean y si se actúa como apoyo o como parte del entorno que las empuja a sentirse “no queridas”. 

La frialdad de la sociedad rusa al descubierto ante la maternidad de una adolescente y que nos retrotrae a la película británica Pájaros sin alas (Ellinor Hallin y Ellen Fiske, 2018), que, aunque dirigida por dos directoras suecas, sigue la herencia del Free Cinema y la sombra de Ken Loach, otro golpe en el estómago sobre un grupo de adolescentes con poco presente y casi peor futuro en una ciudad escocesa convertida en escombros tras las políticas tatcherianas.  

Y es que la cultura cinematográfica rusa no deja de mostrar una mirada sin compasión ante una sociedad que es crítica consigo misma y que por ello mismo merece ser enseñada, aunque su visionado duela en el alma. Y las películas que ya hemos visionado en Cine y Pediatría desde la Unión Soviética (antes)/ Rusia (hoy) no dejan lugar a dudas: La infancia de Iván (Andrei Tarkovsky, 19629), pura elegía antibélica, especialmente por convertir el alma pura de un niño en el alma de un monstruo; Masacre. Ven y mira (Elem Klimov, 1985), ya considerada una de las grandes películas bélicas de la historia y donde todo es bruma, fango, frío, lluvia, niebla, explosiones, guerra, dolor, muerte,…; El regreso (Andrey Zvyagintsev, 2003), donde dos adolescentes se reencuentran con su padre y viven de forma concentrada todo el proceso de adoración-rechazo-destrucción-aceptación de la figura paterna; Children 404 (Askold Kurov, Pavel Loparev, 2014), sobre el error es que un país no acepte el arco iris de la comunidad LGTBIQ+ (y la diversidad) en su sociedad; Sestrenka (mi hermana pequeña) (Aleksandr Galibin, 2019), emotivo drama de tono familiar ambientado en la retaguardia rusa durante la Segunda Guerra Mundial y narrado desde el punto de vista de un niño. Y hoy traemos, desde esa Rusia sin amor, la película No te quiero.    

 

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Bronquiolitis aguda: ¿seguimos las guías o las costumbres?

 

En el año 2019, y con el liderazgo del Dr. Juan Manuel Rius, pediatra del Hospital Universitario de Cuenca (HUCU), un total de 20 hospitales de dos comunidades autónomas (Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana), nos unimos al Estudio Colaborativo Español para la Atención de Lactantes Hospitalizados por Bronquiolitis Aguda (ECEALHBA) y con el que pretendíamos describir la variabilidad en la práctica clínica de la bronquiolitis aguda (BA) a nivel hospitalario y analizar en qué medida los facultativos se adherían a las recomendaciones de las guías de práctica clínica al respecto. Se trataba de identificar los factores que justificaran esta variabilidad y la hipotética falta de adherencia a dichas guías, pero las distintas publicaciones han proporcionado datos relevantes de la epidemiología, la microbiología y las características (ver 1, 2, 3 y 4).  

Durante los meses de abril y mayo de 2024 se abrió la posibilidad de ampliar la recogida de datos del estudio ECEALHBA a un registro de ámbito nacional, con el objetivo de ofrecer una visión global de la BAen el territorio español y permitir el análisis comparativo entre Comunidades Autónomas. En este contexto se constituyó el Registro Nacional de Bronquiolitis Aguda (ReNaBA), cuya primera temporada de inclusión de datos, la 2024-25, está ya finalizada, con la participación de 56 hospitales de 10 comunidades autónomas. En ambos estudios llevamos colaborando desde sus inicios. 

Pues de todo esto trabajo, la reciente sesión clínica realizada en nuestro Servicio de Pediatría por la Dra. Ángela Puerta, residente de 2º año, con la tutorización de los Dres. Mª Carmen Vicent y Francisco Sánchez, ha revisado los datos de la temporada 2024-25 respecto a los ingresos por BA en nuestro hospital. Y a partir de estos datos, extraer conclusiones que nos ayuden a optimizar el tratamiento (y así mejorar la calidad de la atención a nuestros pacientes) y contribuir a una planificación más eficaz de las futuras campañas de prevención y manejo de la BA. 

Y aunque este estudio es como un “deja vu” que se repite todos los años (la falta de adecuación de la práctica clínica a las evidencias científicas en el manejo de la BA), vale la pena subrayar los tres puntos clave: 

- Que el diagnóstico de la BA es clínico. Y hay que no suelen ser necesarias las pruebas complementarias. 

- Que hay que evitar medicamentos innecesarios o ineficaces. Y no han demostrado su utilidad broncodilatadores, corticoides, antibióticos, suero salino hipertónico y adrenalina (salvo BA grave que ingrese en UCI Pediátrica). 

- Que el tratamiento es de soporte: lavados nasales, posición semiincorporada, fraccionar las tomas, oxigenoterapia si precisa (con prueba de OAF durante 2 hs), pulsioximetría no continua y mejor rehidratación por sonda nasogástrica. 

En este enlace se puede revisar la sesión clínica, pero abajo os dejamos el vídeo generado por IA (NotebookLM) donde las ideas generadas son más fáciles de comprender por la mayoría de la población  general. 

 

lunes, 24 de noviembre de 2025

Tipos de inteligencia artificial (IA)

 

En términos sencillos, la inteligencia artificial (IA) es una rama de la informática que busca crear sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requerirían de la inteligencia humana. Estas tareas pueden variar desde el reconocimiento de patrones y la toma de decisiones hasta la comprensión del lenguaje natural y la resolución de problemas complejos. 

La IA se clasifica de diversos modos según la complejidad de sus funciones, los métodos que utiliza para procesar información y tomar decisiones, las técnicas de aprendizaje automático que emplea, la transparencia en su funcionamiento, y los diferentes sistemas que la componen. Además, podemos categorizar la IA según el tipo de resultado o tarea que realiza, lo cual nos ayuda a comprender mejor cómo se aplican estas tecnologías en distintas áreas y sectores. 

1) IA según nivel de complejidad 
La IA se puede categorizar según su nivel de capacidad para imitar la inteligencia humana, desde tareas simples hasta potencialmente superar las habilidades humanas. 
IA débil: son máquinas que solo pueden hacer tareas simples y específicas que se les ha programado. 
IA fuerte o inteligencia artificial general (AGI) es el objetivo de crear máquinas que puedan igualar la inteligencia humana en cualquier tarea, pero aún no existe. 
IA superinteligente: es el concepto hipotético de crear máquinas más inteligentes que los humanos en todo, algo que no se ha logrado. 

2) IA según métodos 
La IA se puede categorizar según los métodos que utiliza para representar la inteligencia y tomar decisiones. 
IA basada en reglas: usa reglas definidas por humanos para tomar decisiones. 
IA basada en aprendizaje automático: las máquinas aprenden de los datos que se les proporcionan. 
IA simbólica: emplea reglas lógicas en lugar de estadísticas para representar conocimiento. 

3)  IA según técnicas de aprendizaje 
Existen distintas técnicas de aprendizaje automático que se pueden aplicar en IA. 
Aprendizaje supervisado: se entrena la máquina con muchos ejemplos etiquetados. Por ejemplo, identificar objetos en imágenes. 
Aprendizaje no supervisado: la máquina debe encontrar patrones por sí misma en datos no etiquetados. Por ejemplo, segmentar clientes según sus hábitos de compra. 
Aprendizaje profundo: utiliza redes neuronales artificiales complejas, inspiradas en el cerebro. Por ejemplo, reconocimiento facial o de voz. 
Aprendizaje por refuerzo: la máquina aprende probando distintas acciones para maximizar una recompensa. Por ejemplo, jugar al ajedrez. 

4)  IA según transparencia 
Se distingue entre IA transparente o explicable, frente a IA de caja negra, cuyo razonamiento es difícil de interpretar. 
• Explicable: se pueden entender las razones detrás de las decisiones de la máquina. Por ejemplo, en un diagnóstico médico. 
• Caja negra: es difícil interpretar cómo la máquina llega a sus resultados. Por ejemplo, en redes neuronales muy complejas. 

5)  IA según tipos de sistemas 
Existen distintos tipos de sistemas para crear inteligencia artificial. 
Sistemas expertos: imitan el conocimiento de humanos expertos sobre un tema para resolver problemas. Por ejemplo, diagnóstico de enfermedades. 
Redes neuronales: modelos informáticos inspirados en la conexión entre neuronas, de ahí su nombre. Por ejemplo, reconocimiento de imágenes. 
Agentes inteligentes: máquinas que perciben su entorno y actúan de forma autónoma para cumplir sus objetivos. Por ejemplo, un robot explorador. 
Algoritmos genéticos: imitan la evolución natural para resolver problemas de optimización. Por ejemplo, en logística. 

6)  IA según resultados 
La IA se puede categorizar según el tipo de resultado o tarea que realiza. 
• Predictiva: hace pronósticos sobre sucesos futuros. Por ejemplo, predecir la demanda energética. 
• Prescriptiva: recomienda acciones óptimas en una situación determinada. Por ejemplo, crear planes de inversión financiera. 
Descriptiva: identifica y describe patrones en los datos. Por ejemplo, descubrir grupos de clientes con comportamientos similares.

sábado, 22 de noviembre de 2025

Cine y Pediatría (828) “La acusación” que puede acosar a cualquier profesor


El cine en francés pocas veces deja indiferente. Y he aquí un ejemplo más y relacionado con ese subgénero alrededor de la docencia al que tanto se acerca la filmografía en este idioma. Hoy hablamos de La acusación (Teddy Lussi-Modeste, 2024), film basado en hechos reales, incluyendo la experiencia personal del director, quien participó en el guion junto con Andrey Diwan (a la que conocimos dirigiendo El acontecimiento en el año 2021). Porque esta obra cinematográfica se mantiene bastante fiel a la esencia del caso real vivido por el director, pero con licencias en la narrativa para potenciar la fuerza del mensaje sobre la educación, la injusticia social, la dignidad personal y la fragilidad institucional.  

La acusación narra la historia de Julien (François Civil), un joven profesor de instituto que intenta enseñar desde la confianza y conexión con sus alumnos. De pronto, Leslie (Toscane Duquesne), una tímida e introvertida alumna adolescente, realiza un escrito en el que manifiesta que es acosada por este profesor de francés en el Instituto Paul Eluard. Desde el centro se llama a la familia, y se presenta el hermano de Leslie, quien se pone agresivo contra ella y contra el profesor. De aquí devienen una denuncia… y a partir de ahí la película se desarrolla como un thriller escolar donde lo que importa no es solo la acusación en sí, sino cómo esta afecta profundamente las relaciones humanas, la confianza y la dignidad. Se ve amenazado y ni el director ni la policía le van a proteger. Sigue esperando el hermano de Leslie a la puerta del instituto y se ve obligado a salir como un ladrón de la escuela. No ha hecho nada, pero hay un juicio ya sobre él… “La policía dice que no le hablemos”, le dicen otros alumnos en el patio. 

Porque Julien nos es presentado como un idealista que lucha por educar desde la confianza en un instituto difícil, con alumnos de diferentes nacionalidades. Sin embargo, esta postura no es comprendida ni apoyada por algunos de sus compañeros de claustro, y pronto se encuentra aislado, enfrentando la desconfianza incluso de sus colegas y la administración. Su orientación sexual también hace más compleja la trama, pues no puede ocultarla para defenderse, poniendo en evidencia prejuicios sociales latentes. Julien es gay y le dice a su pareja: “No diré que soy gay solo para demostrar que no me gusta una niña”. Esta situación sin aparente fundamento desata un torbellino de rumores, sospechas y violencia, tanto en la comunidad escolar (donde ve las diferentes reacciones de sus compañeros y la actitud pasiva del director) como en la vida personal del profesor (crece la tensión con su pareja). 

Alumnos maleducados, envalentonados, se la saben todas y no saben nada… Una jauría en el aula que se vuelve contra él. Hasta la delegada del curso escribe en un diario todo lo que cree ver del profesor para contárselo a la policía, y llega a escribir: “El profesor se muerde el labio como en una película porno”. La escena del claustro de profesores no es mucho más tranquilizadora. 

En el tramo final Julien llega a confesarle: “Ya no sé qué puedo hacer…En casa solo hablan de esto, no puedo más. Me equivoqué, pero no puedo decirlo. Ya es tarde. Mi hermano me da miedo. Se lo conté a mi madre y me pidió que no dijera nada. Ella también le tiene miedo. Cuando se enfada nos da miedo, ¿sabe? Supongo que me odia”. La espiral de acoso que se desata sobre Julien y Leslie retrata con realismo la fragilidad humana ante la sospecha y la presión social. Porque ambos, acusadora y acusado, son víctimas de una dinámica de incomprensión, manipulación y un sistema educacional y social incapaz de gestionar estos conflictos con prudencia. Muy conseguida la escena del simulacro final en el instituto con la que finaliza. Fundido en negro y el mensaje “Inspirado en una historia real”. 

La acusación profundiza en la dignidad personal como conflicto moral: hasta qué punto uno debe sacrificar su intimidad y verdad para sobrevivir socialmente ante una acusación. También pone el foco en la precariedad y torpeza de las instituciones, incapaces de proteger ni a acusados ni a presuntos víctimas, evidenciando un sistema administrativo e institucional roto. Y un tercer gran tema es el cuestionamiento de la presunción de inocencia y el poder destructivo del rumor y la desinformación en la esfera pública, especialmente cuando se trata de temas tan delicados como la sospecha de abuso sexual. La manera en que se examina la dignidad del profesor frente a una comunidad que ya ha emitido su juicio invita a reflexiones sobre justicia, verdad, prejuicio, y el impacto de la cultura del juicio rápido. Y todo ello en el entorno de las aulas, un espacio vulnerable que refleja y sufre las fracturas sociales más amplias, mostrando la dificultad de mantener ideales pedagógicos éticos en un entorno muchas veces hostil o indiferente. 

La acusación invita a una mirada crítica al impacto devastador de las acusaciones falsas y de la cultura del juicio social, así como a una reflexión profunda sobre la integridad personal y las limitaciones de los sistemas para proteger la justicia y la verdad en contextos complejos como el educativo. Decir que esta historia no ha pasado desapercibida y ha generado debate en la opinión pública francesa y en ámbitos educativos, reforzando legal y pedagógicamente la prevención y gestión del acoso y abuso, tratando de equilibrar la protección a los vulnerables y el respeto a la presunción de inocencia en un contexto donde casos como el expuesto han puesto de relieve las carencias del sistema. 

Ni que decir tiene que esta historia no parece nueva y guarda similitudes con varias películas que abordan falsas acusaciones y el impacto social y personal de estas en contextos educativos y judiciales. Y, sin duda, la principal comparación es con la película danesa La caza (Thomas Vinterberg, 2012), película que nos dejó sin aliento al ser partícipes de la historia de ese profesor de primaria acusado falsamente de abuso sexual por una pequeña alumna y cómo esta acusación destruye su vida y reputación. Ambas películas comparten una atmósfera tensa, dramática y realista, y abordan temas como el efecto devastador del rumor y la estigmatización social. Pero además, también cabe relacionarla con películas que subrayan lo complicado que lo tienen los profesores para impartir una educación en valores, especialmente cuando los alumnos son adolescentes, y la reciente película alemana Sala de profesores (Ilker Çatak, 2023) es un buen ejemplo.   

Y si agitamos La caza con Sala de profesores es posible que nos acerquemos a La acusación.

 

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Normativas clave de la inteligencia artificial en el ámbito sanitario

 

El contexto normativo de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito sanitario en Europa está marcado principalmente por cuatro normativas claves, regulaciones que buscan garantizar que la IA se implemente de forma segura, ética y fiable, protegiendo tanto la privacidad como los derechos de los pacientes y estableciendo obligaciones estrictas para los desarrolladores y usuarios de sistemas de IA en salud. 

- El Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (AI Act). 
Entró en vigor en 2024 y es el primer marco jurídico europeo sobre IA. Clasifica los sistemas de IA según su nivel de riesgo, considerando como de alto riesgo aquellos que afectan directamente a diagnósticos o tratamientos médicos. Exige requisitos estrictos como supervisión humana efectiva, transparencia, trazabilidad, gestión de riesgos, calidad de datos, explicabilidad y auditoría de las decisiones automatizadas. 

- El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). 
Regula la gestión y protección de datos personales, incluyendo datos clínicos sensibles, asegurando la privacidad y seguridad de la información sanitaria manejada por sistemas de IA. 

- El Reglamento de Productos Sanitarios (MDR). 
Regula los dispositivos médicos que incorporan IA, estableciendo validaciones exhaustivas para garantizar su seguridad y eficacia clínica antes de su uso o comercialización. 

- El Reglamento del Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS). 
Aprobado como Reglamento (UE) 2025/327, es una normativa clave que establece un marco común y armonizado para el uso y el intercambio seguro y ético de datos de salud electrónicos en toda la Unión Europea. Su objetivo principal es mejorar el acceso de las personas a sus datos de salud electrónicos personales, así como facilitar la reutilización de dichos datos con fines de investigación, innovación, políticas públicas y respuesta a amenazas para la salud, respetando siempre la privacidad y seguridad de los pacientes. Complementa al AI Act y al RGPD al proporcionar un marco específico para el manejo y gobernanza de los datos de salud. 

Obligaciones y prohibiciones de los sistemas de IA en salud: 
- Los sistemas de IA en salud deben contar con mecanismos para garantizar la explicabilidad de las decisiones, permitir la supervisión humana y evitar sesgos o discriminación. 
- Se prohíbe el uso de IA que manipule subliminalmente decisiones clínicas, explote vulnerabilidades de pacientes o clasifique sin base clínica clara. 
- Es obligatorio implementar sistemas de gestión de calidad que aseguren la fiabilidad y seguridad desde el diseño hasta el seguimiento de las herramientas de IA. ´
- Las autoridades sanitarias pueden ordenar la retirada o suspensión de sistemas de IA que representen un riesgo para la salud incluso antes de sancionar. 

Por tanto, estas normativas europeas configuran un entorno regulatorio riguroso que fomenta la confianza, innovación responsable y protección del paciente, aunque pueden ralentizar la adopción rápida de tecnologías. En contraste, otros países como Estados Unidos regulan la IA sanitaria bajo la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) con un enfoque más ágil y centrado en validación técnica y clínica pre-mercado. 

En España y la Unión Europea se prepara también legislación complementaria para regular el uso de big data, neurotecnologías, y fomentar la interoperabilidad de la historia clínica digital con IA. 

En resumen, la regulación de la IA en el ámbito sanitario en Europa se articula para asegurar un equilibrio entre innovación tecnológica y protección de los derechos y salud de los pacientes, estableciendo un marco normativo integral y exigente para todas las etapas del ciclo de vida de las soluciones de IA en salud.

lunes, 17 de noviembre de 2025

Medidas de frecuencia, riesgo e impacto en epidemiología

 

Siguiendo con los artículos encargados por Anales de Pediatría al Comité de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP-AEPap hoy compartimos el titulado “Medidas de frecuencia, riesgo e impacto en epidemiología”, un artículo que se adentra en la epidemiología, como disciplina clave en la investigación médica, ya que estudia la distribución y los determinantes de las enfermedades en las poblaciones, y que emplea distintos diseños metodológicos, que se dividen en observacionales y experimentales. El artículo completo se puede revisar en este enlace.  

Los resultados de los estudios epidemiológicos deben ser expresados en forma de medidas de salud o enfermedad, con las que indicamos frecuencias, diferencias, asociación, riesgo o impacto. La forma de presentar los resultados va a depender del tipo de estudio realizado, pero, sobre todo, de las características de la variable o variables de interés. En función del tipo o tipos de variables implicados podremos recurrir a distintas medidas epidemiológicas. 

El texto proporciona una visión general de las métricas clave utilizadas para expresar los resultados de estudios epidemiológicos, especialmente en el contexto de la pediatría y la medicina basada en la evidencia. El resumen explica cómo las medidas de frecuencia (como la prevalencia y la incidencia), riesgo (como el riesgo relativo u odds ratio), e impacto (como la reducción absoluta del riesgo o el número necesario a tratar) deben seleccionarse y calcularse en función del diseño específico del estudio (transversal, de cohortes, casos y controles, o ensayo clínico). 

Y es así que se revisan las principales medidas de frecuencia, riesgo e impacto, que se pueden estimar usando, según el caso, proporciones, cocientes o tasas. A cada estudio, en función de su diseño, le corresponden diferentes medidas. En un estudio transversal estimaremos la prevalencia; en un estudio de cohortes la incidencia, el riesgo relativo y las fracciones atribuibles; en un estudio de casos y controles la odds ratio; en un ensayo clínico el riesgo relativo, las reducciones absoluta y relativa del riesgo y el número necesario a tratar. Y en el texto se presentan los criterios de interpretación de todas estas medidas con ejemplos concretos.

sábado, 15 de noviembre de 2025

Cine y Pediatría (827) “Alice T.”, los 4 meses, 3 semanas y 2 días en la era de las redes sociales

 

Hace años nos impactó en Cine y Pediatría una película dura y fría que nos obligaba a mirar al problema del aborto ilegal: 4 meses, 3 semanas, 2 días (Cristian Mungiu, 2007). Una película que transcurre en una sórdida habitación de hotel con tres protagonistas: dos amigas universitarias, Otilia y Gabita, ésta embarazada, y un tal señor Bebe quien le practicara un aborto clandestino. Con ello pudimos dirigir la mirada hacia una cinematografía casi desconocida, la rumana, pero que estaba despuntado bajo el movimiento conocido como la Nueva Ola Rumana. Y de este movimiento ya hablamos de nuevo a través de la película Pororoca (Constantin Popescu, 2017).   

La Nueva Ola Rumana surgió a partir de 2004, tras la caída del régimen comunista de Nicolae Ceaușescu, y ha sido reconocido internacionalmente por su característico realismo austero y minimalista, además de su compromiso con la exploración de la realidad social rumana. Su inspiración parte del neorrealismo italiano y la nueva ola francesa, como respuestas artísticas a regímenes autoritarios y contextos históricos oscuros; en el caso rumano, es la reacción a las décadas de comunismo y los cambios posteriores en la sociedad al pasar a un sistema democrático y de libre mercado. Este cine se distingue por mostrar historias cotidianas, pequeñas y profundamente humanas, ambientadas en la sociedad contemporánea o muy reciente, y por su estética naturalista. Y nuestra película de hoy Alice T. (Randu Muntean, 2018) se inscribe precisamente en este contexto. 

Radu Muntean es uno de los cineastas centrales de la Nueva Ola Rumana. Su no muy extensa filmografía evidencia un constante interés en las tensiones y dilemas éticos que atraviesan a ciudadanos ordinarios, principalmente en la esfera doméstica y social, e incluye títulos importantes como La furia (2002), El papel será azul (2006), Boogie (2008), Martes, después de Navidad (2010), Un piso más abajo (2015) y Entre valles (2021). Alice T. es su sexta película como director y se centra en la compleja y tensa relación entre una adolescente adoptada y su madre adoptiva en el Bucarest actual, con el aborto de la menor bajo la perspectiva de esta nueva generación. 

Conocemos a nuestra adolescente de 16 años, Alice Tarpan (interpretada por Andra Guți, ganadora del premio a Mejor Actriz en Locarno por este papel) con su característico pelo rizado teñido de rojo. La tensión no se hace esperar cuando la madre, Bogdana (Mihaela Sîrbu), le quitan el móvil a la menor. Al leer esta algunos mensajes surge la pregunta: “¿Estás embarazada?”. Ante la resistencia a realizarse una prueba rápida de embarazo que le han comprado, esta confiesa y declara sus intenciones: “Quiero tener el bebé. Con 16 puedo elegir tener el bebé. Puedes quejarte todo lo que quieras, pero ¡voy a tenerlo!”. Pero la madre le rebate: “No puedes cuidarte a ti mismo, ¿cómo vas a cuidar a un bebé?”. Como vemos, en menos de un cuarto de hora se nos pone toda la carne en el asador… 

Para Bogdana, separada de su marido y ahora con otra pareja, quien ha intentado sin éxito tener hijos biológicos, la noticia es un shock cargado de dolorosos ecos personales, a la vez que se enfrenta a la incapacidad de su hija para abordar esa maternidad. La película se convierte en un drama de intensa observación sobre los intentos de Bogdana por guiar, controlar o, simplemente, entender a su hija, y las constantes mentiras, manipulaciones y evasivas de Alice para manejar su vida y evitar la confrontación. Así, cuando la madre acompaña a Alice a la ginecóloga y se ve al bebé en la ecografía y se oyen sus latidos, ya apreciamos una reacción particular de nuestra protagonista sobre la camilla. Y eso se nos desvela en las escenas posteriores: fuma y bebé con las amigas, y se intuye que ha comprado unas pastillas abortivas por internet, donde ha sacado toda la información. Pronto confirmamos que nada es lo que parece, y se nos demuestra esta rebeldía también en clase, lo que roza su expulsión. 

Los efectos de la píldora abortiva (esos fármacos conocidos como mifepristone y misoprostol) no se hacen esperar. Y las escenas de las metrorragias y espasmos de Alice, primero entre risas con una amiga y luego con es tranquila indiferencia con la pareja que le ha dejado embarazada, dejan una profunda impresión en el espectador (al menos, el que esto suscribe). Cuando regresa a casa tras ese día en que ha expulsado a su hijo del vientre, vuelve a mentir a la madre: “Estaba demasiado avergonzada para coger el teléfono”. Y mientras tanto sigue interpretando su “feliz” embarazo entre los familiares, también con su padre a quien va a visitar a la playa; allí conoce a la actual pareja del padre, más joven y con la que presume de haber abortado con unas pastillas, lo que causa una extraña impresión pues ella no puede gestar. 

Cuando llega la segunda visita a la ginecóloga, acude con toda normalidad. Tras la ecografía, la ginecóloga llama a la madre para hablar fuera. Ambas salen de plano y la cámara fija nos deja de nuevo con Alice en la camilla… llorando. Y tras lo visto, me pregunto si serán lágrimas de verdad. Quizás sí.. porque quizás todo aborto no pasa desapercibido para nadie en el recuerdo y en la conciencia. Fin. Fundido en negro. 

Y vuelve al recuerdo aquella primera película que conocí de la Nueva Ola Rumana: 4 meses, 3 semanas, 2 días. Ahora bajo la perspectiva de esta generación Z pegada a internet y las redes sociales. Y Alice T. se convierte en una radiografía brutalmente honesta de la maternidad, la adolescencia, la verdad y la mentira en el seno familiar, ejecutada con la maestría observacional y el realismo sin adornos. El personaje de Alice es el corazón del análisis, con varios puntos de atención: 1) la adolescencia como conflicto y fragilidad, donde nuestro personaje es una manipuladora experta, allí donde su condición de hija adoptada quizás añada una capa de complejidad al conflicto de identidad adolescente; 2) la complejidad de la relación materno-filial, con ese control de Bogdana derivado de su propia incapacidad de ser madre biológica y la frustración ante el comportamiento autodestructivo de Alice, donde la falta de comunicación siempre es una lacra; 3) y el realismo abrasivo, de nuevo, de la Nueva Ola Rumana, especialmente en la forma de ponernos cara a cara con el aborto provocado, donde no se toma partido, se evitan respuestas fáciles o juicios morales y se deja al espectador con la tarea de reflexionar sobre la complejidad humana y del entorno social que hemos abonado. 

Una ola desde el este de Europa que nos arrastra por la adolescencia, el embarazo precoz y la incomunicación familiar, reflejo de la fragilidad y contradicciones de una juventud inmersa en un mundo fragmentado y a menudo desconectado (por mucho internet y redes sociales que usen).

 

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Reunión del Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia: celebrando los 20 años de la revista Evidencias en Pediatría

 

El pasado 7 y 8 de noviembre celebramos la reunión anual del Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia (CT-PBE) y con una efeméride muy especial: la celebración del 20 aniversario de la primera publicación de la revista Evidencias en Pediatría (EvP). 

La tarde del viernes se centró en la aplicación de la inteligencia artificial (IA) en la metodología de investigación y las búsquedas bibliográficas, incluyendo talleres y presentaciones sobre su uso en la práctica clínica. La mañana del sábado se dedicó a los aspectos organizativos de EvP, temas editoriales, estadísticas y otros puntos importantes como la colaboración con diversas publicaciones y congresos, la presentación de nuevos integrantes del grupo, y la planificación de propuestas y actividades futuras para 2026. Especial emoción se vivió con la revisión histórica de la revista EvP y los miembros del CT-PBE durante estas dos décadas y que desarrolló una de las directoras de la revista, la Dra. Mercedes Fernández. 

También sirvió para analizar los cuatro hitos principales del CT-PBE en este año 2025: 1) la publicación del libro “Medicina Basada en la Evidencia. Lo que siempre quiso saber sobre la evidencia aplicada a la práctica clínica sin morir en el intento” (un libro de casi 800 páginas que es todo un legado y que se puede consultar on-line); 2) el Curso de Inteligencia Artificial (con 11 intensos temas desarrollados por los Dres. Manuel Molina y Begoña Pérez-Moneo); la publicación del monográfico de Anales de Pediatría “Metodología para la investigación y publicación científica en pediatría” (con seis artículos alrededor de la Medicina Basada en la Evidencia); y la colaboración del CT-PBE en diferentes cursos y congresos.    

Pero el tema clave ha sido intentar responder a ¿cuáles son las estrategias clave para integrar la inteligencia artificial en la práctica clínica pediátrica y en la dinámica del CT-PBE? 

Porque en estos momentos de irrupción de la IA, las estrategias clave giran en torno a la formación, la aplicación práctica de herramientas y la colaboración institucional para asegurar que la IA se utilice de manera informada y basada en la evidencia. Aquí algunas posibles estrategias: 

- Educación y formación metodológica. Una estrategia fundamental es asegurar que los profesionales pediátricos comprendan cómo se utiliza y evalúa la IA en la investigación clínica, y en sus distintos pasos, destacando la búsqueda de información científica (con herramientas como OpenEvidence, ScholarGPT, Scispace, Consensus, Elicit, etc.) y la lectura crítica de documentos científicos 

 - Aplicación práctica para el soporte clínico. Una estrategia que busca"conjugar la evidencia con la IA". Y se presentaron herramientas específicas creadas por el propio CT-PBE, como el Asistente virtual “Ciencia sin Seso: Sesgonio”, liderado por el Dr. Manuel Molina, y las nuevas prestaciones de Calcupedev, liderado por el Dr. Eduardo Ortega. 

En resumen, la integración de la IA en la práctica clínica pediátrica se aborda mediante un enfoque dual: capacitar al personal clínico para que pueda evaluar la metodología de la IA y proveer herramientas prácticas que utilicen la IA para apoyar la toma de decisiones basada en la evidencia. 

Así que ya en la reunión del año 2011 definíamos que el CT-PBE es mucho más que unas siglas. Y allí donde la MBE (medicina basada en la Evidencia) se ha visto muy bien acompañada de la MBA (medicina basada en la Amistad), la MBI (medicina basada en la Ilusión por los retos), de la MBO (medicina basada en el Orgullo por el trabajo bien hecho) y la MBU (medicina basada en la Unidad, pese a la diversidad de entornos profesionales y de países). Y que ahora podemos ya crear la MBIA (medicina basada en la inteligencia artificial)… y que deberemos saber integrar. 

lunes, 10 de noviembre de 2025

¿Cómo equilibrar el derecho del niño a ser cuidado frente a la posible legalización de la eutanasia?

 

Dos recientes Cartas al Editor publicadas en Anales de Pediatría han puesto sobre la mesa el debate de la eutanasia en la edad pediátrica. 

El artículo de Martín-Fumadó y cols. expone el ejemplo de Bélgica y Holanda, donde se ha despenalizado la eutanasia en la edad pediátrica, y plantean un debate para que la eutanasia en menores llegue a España. Como respuesta a esta propuesta se publicó luego el artículo de Alcalá-Minagorre y Matino-Alba, quienes abogan por centrar el discurso en el derecho del niño a recibir cuidados paliativos adecuados, en lugar de promover la eutanasia como una prestación pública. Critican que, a pesar de la aprobación de la Ley Orgánica 3/2021 que regula la eutanasia, persisten las deficiencias asistenciales y las asimetrías territoriales en el acceso a cuidados paliativos pediátricos en España. Se argumenta que la universalización de los cuidados paliativos debe ser el camino a seguir, citando el informe del Comité de Bioética de España que fue ignorado en la legislación, y señalan que la falta de tratamiento efectivo para el sufrimiento plantea un dilema sobre la libertad de elección del paciente. Finalmente, se destaca que la eutanasia en menores introduce dilemas éticos más graves que en adultos, dada la vulnerabilidad de la población pediátrica. 

Y ante ellos surge la pregunta muy importante y sensible, ya que toca el núcleo de la ética médica y los derechos de los más vulnerables: ¿cómo equilibrar el derecho del niño a ser cuidado frente a la posible legalización de la eutanasia? Aquí cabe considerar algunos aspectos sobre este equilibrio, priorizando la dignidad y el cuidado: 

- La prioridad de la universalización del cuidado paliativo. Porque el camino a seguir, en lugar de "proclamar un derecho a acabar con la propia vida a través de una prestación pública", es la efectiva universalización de los cuidados paliativos. De hecho, el Comité de Bioética de España instó a mejorar los recursos y las medidas de apoyo sociosanitario, con especial referencia a la enfermedad mental y la discapacidad, como el camino a emprender. Y resulta que este informe del Comité de Bioética de España sobre el final de la vida no se tuvo en consideración para la aprobación de la Ley Orgánica 3/2021 de regulación de la eutanasia. 
Es así que el derecho a una muerte digna no debería transformarse en una "invitación a querer morir" como medio para dar certeza a una situación incierta de sufrimiento y dolor. La pregunta principal que se debe plantear es si se han garantizado todos los medios y cuidados para que la vida del niño o adolescente, aunque sea breve, transcurra de la forma más digna posible. 

- La garantía de un cuidado adecuado frente a la vulnerabilidad. Es esencial porque existe un dilema ético fundamental cuando el sufrimiento está ligado a carencias asistenciales. En este contexto de vulnerabilidad, debe primar el principio bioético de no maleficencia y la protección frente a la banalización de la vida vulnerable. Estos principios son cruciales, especialmente ante decisiones irreversibles, como la finalización intencionada de la vida. 

- El impacto de los cuidados paliativos avanzados como alternativa que puede neutralizar la necesidad de solicitar la eutanasia. Y es que esta realidad plantea una cuestión ética: si un paciente que sufre intensamente y que no recibe los cuidados y tratamientos adecuados tiene realmente libertad de elección respecto a la opción de interrumpir su vida. 

- Reconocimiento de las deficiencias existentes, porque para lograr el equilibrio, primero deben eliminarse las barreras que impiden el ejercicio del derecho al cuidado. Y es que, a pesar del progreso en España respecto a los cuidados paliativos pediátricos, persisten barreras organizativas, carencias asistenciales y asimetrías territoriales que complican una atención integral a los niños con enfermedades limitantes para su vida. La inaccesibilidad a un tratamiento que evite el sufrimiento es una realidad dramática para muchos pacientes. 

Y desde este blog también apoyamos el derecho a ser cuidado de todo menor y a vivir sin sufrimiento evitable, como condiciones previas que deben cumplirse antes de que el debate sobre la eutanasia en menores pueda considerarse éticamente equilibrado. Porque en la situación actual, podemos entender este equilibrio como la diferencia entre ofrecer un salvavidas completo y funcional a alguien que se está ahogando, frente a ofrecerle la posibilidad de hundirse más rápidamente. El enfoque ético, según las fuentes, exige garantizar primero y sin falta que el salvavidas (los cuidados paliativos universales) esté disponible y sea totalmente efectivo, para que la persona no se vea obligada a considerar la segunda opción a causa de la desesperación o el sufrimiento evitable.

sábado, 8 de noviembre de 2025

Cine y Pediatría (826) “Ara” y “Aixó era el vent”, cuando la realidad supera a la ficción en los trastornos de la conducta alimentaria

 

La infancia y la adolescencia son períodos críticos para la aparición y el desarrollo de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), y su impacto en estas etapas es particularmente grave. No hay duda de que los TCA son enfermedades que requieren una detección precoz y una intervención especializada e intensiva para minimizar el riesgo de secuelas crónicas y salvar vidas. No hay duda de que son entidades que deben ser conocidas por los jóvenes que lo pueden sufrir, también por las familias y la sociedad. El cine, como poderosa herramienta de narrativa y comunicación visual, es un vehículo crucial para la sensibilización, el entendimiento y la prevención. 

Las formas positivas en que el cine puede ayudar en los TCA incluyen la desestigmatización y sensibilización, la educación sobre la complejidad de los TCA y el fomentar la búsqueda de ayuda y la esperanza en la recuperación. Y para ello el cine se puede valer de películas documentales o de películas de ficción, y sirva como ejemplo estas dos contundentes películas en catalán: Ara (Pere Solés, 2018), el día a día de un grupo de pacientes con anorexia nerviosa durante su hospitalización y la relación con sus terapeutas y sus familias, un documental que parece ficción; y El vent és això (Pere Vilà i Barceló y otros directores, 2018), el viaje emocional de dos adolescentes con trastorno por atracón, una ficción que parece documental. Dos películas muy potentes para prescribir en las familias y centros educativos, también entre los sanitarios. Desgranemos cada una de ellas… 

- Ara (Pere Solés, 2018) es un documental que nos habla de la anorexia nerviosa desde el punto de vista de un grupo de “pacientes/actrices” jóvenes que no se esconden de la cámara e incluso quieren que sean llamadas por sus nombres reales: Anna, Ariadna, Irene, Mariona, Martina, Mónica, Nerea, Yaiza, y Núria. Esta última acaba de ingresar en la UPA (Unidad de Patología Alimentaria) de la Clínica Bofill de Gerona y, a través de su historia de adaptación, reconocemos al resto de adolescentes que han convivido y superado la enfermedad, por lo que hablamos de una película de realidad ficcionada, en cuanto a la actuación, pero llena verdades ante una ardua batalla a contrarreloj. Y así comenta el terapeuta a los padres de Núria: “Al principio del tratamiento y algo después, Núria no puede estar sola”. 

La historia sigue el día a día de este de jóvenes ingresadas, enfocándose especialmente en la experiencia de Nuria, paciente que inicialmente niega su enfermedad y evoluciona poco a poco hacia la aceptación y la recuperación. La película muestra con honestidad la lucha interna y social que implica este trastorno, así como el papel fundamental del equipo médico y el entorno en el proceso terapéutico, con esas terapias de grupo entre ellas o las reuniones ocasionales con los padres y sus dudas: “¿Cuánto tiempo conlleva tantas normas? Piensas, ¿podré? Que si la comida, la ropa, los espejos, las ventanas con reflejos, cerrar el lavabo, la cocina, la nevera, los medicamentos…Es así. Te falta el aire cuando lees tantas normas. Es asfixiante”

Y cada una de las pacientes se pone frente a la cámara y cuenta su historia, una historia que es particular y diferente en cada una de ellas. Y ahí nos sumergimos en sus declaraciones: “Aquí te entienden porque les pasa lo mismo. Fuera no. Te aconsejan, pero no es lo mismo”, “El cuerpo me importará toda la vida. Pero sé cómo cuidarlo sanamente para no acabar mal, física y mentalmente. O sentimentalmente, que es lo más importante”

Ara destaca por su valentía al utilizar a pacientes reales en los papeles principales, lo que dota a la película de una autenticidad emocional y una crudeza que ayudan a comprender la anorexia nerviosa desde dentro. Combina realidad y ficción para ofrecer una ventana inédita al mundo de los TCA, con un enfoque valiente y humanizador que provoca una intensa experiencia emocional y un llamado a la conciencia social. Y con la presencia de una nueva paciente, Helena… todo vuelve a empezar. El título de la película no es casual, Ara, ahora en catalán, hace alusión al hecho de que es cuando la paciente y su entorno inician un largo proceso de lucha por la curación o mejoría. 

- El vent és això (Pere Vilà y otros, 2018) es un drama sensible e introspectivo que acompaña a dos adolescentes, Alicia (Laia Manzanares) y Carla (Katrin Vankova), mientras atraviesan el difícil proceso de convivir con un TCA, que por las crudas imágenes que nos regala bien parece un trastorno por atracón. La película comienza con un fundido en negro y una de nuestras protagonistas nos explica todas la normas (y obligaciones) que ha de seguir para tratar su problema, bien de forma ambulatoria o ingresada (con o sin aislamiento). A partir de aquí las dos actrices se desnudan en cuerpo y alma para transmitir sus conflictos internos, dudas y necesidades, esa necesidad imperiosa de ser escuchadas y que les entiendan. Y ello a través de primeros (o primerísimos) planos y cámara fija sobre cada una de ellas, planos que se alargan de forma estática durante minutos, donde sufrimiento, rabia y lágrimas hace difícil pensar que solo sean actrices y no pacientes reales. Y sus confesiones son continuas: “Estamos perdidas… El futuro me asusta mucho”, “Yo quiero volver a ser pequeña”. Pura catarsis que llega a agobiarnos en ocasiones como espectador, no dejando nada a la imaginación, ni los atracones de comida ni los vómitos en la taza de wáter. 

La película se desmarca de la visión médica o sensacionalista y opta por una aproximación íntima, poniendo el acento en sus diálogos y emociones, desvelando también cómo el trastorno impregna sus relaciones familiares, de amistad y de pareja. Es casi un tour de forcé entre ellas dos, Alicia y Carla, solo interrumpido por la aparición de los padres de Alicia (interpretados por Anna Alarcón y Álex Brendemühl), dos planos fijos en cada caso de entre 5 y 10 minutos de duración, brutales de necesidad, especialmente esa dura confesión de la madre: “Nos hacemos daño. Necesito que te vayas de casa… Es muy difícil querer a alguien que no se quiere a sí mismo”

Todo muy interior. Las confesiones, las conversaciones, los escenarios (la habitación, el salón, el baño, la cocina). Todo muy auténtico, pura ficción con factura casi documental, derivada de la colaboración con estudiantes de bachillerato del instituto IES Santiago Sobrequés de Gerona y de su rodaje con un estilo naturalista. Este enfoque humanista y coral convierte la película en una experiencia profunda, que rebasa los límites del cine didáctico para situarse en el terreno de la empatía y la auténtica vivencia adolescente. 

El visionado de El vent és això invita a la reflexión sobre la soledad y las dificultades de comunicación de la juventud frente a problemas complejos como los TCA. La película genera preguntas sobre la presión social, la autoaceptación y la importancia del acompañamiento - no solo profesional, sino familiar y social - en el proceso de sanación. La obra construye un espacio donde el espectador se convierte, como anhelan las protagonistas, en ese "alguien" dispuesto a escuchar de verdad. 

Pues sí, ahora el viento era esto… cuando la realidad supera a la ficción en los TCA. Dos películas desde Gerona cuya aproximación crea un equilibrio entre el tono documental y la narrativa de ficción, lo que permite que el espectador se sumerja en una experiencia íntima, percibiendo el trastorno desde la subjetividad de quienes lo padecen. Sin embargo, es también una obra que requiere del espectador una disposición empática y receptiva, dada la complejidad emocional y psicológica que expone. 

El visionado de ambos films genera un impacto profundo, invitando a la empatía y a la reflexión sobre la fragilidad y fuerza de quienes luchan contra cualquiera de las patologías del TCA, con la anorexia nerviosa como santo y seña. Produce una sensación de inquietud, pero también de esperanza, resaltando la importancia del apoyo comunitario y la lucha constante frente a la enfermedad. Su visión honesta y directa sensibiliza sobre los mecanismos internos del trastorno, los tabúes y las presiones sociales, incentivando una mirada más comprensiva y menos estigmatizadora hacia quienes sufren esta patología.