miércoles, 28 de junio de 2023

Pintores de cine, cuando la paleta de colores adorna el séptimo arte


Dicen que no hay nada mejor para aquellos que aman las artes que poder apreciar dos tipos de expresiones artísticas al mismo tiempo. Y cuando cine y pintura se unen, entonces la pantalla se llena de color. Y es así como en este artículo recopilamos 109 películas, en lo que es una visión cinematográfica del mundo de la pintura y de sus creadores. Películas que se dividen en dos formatos principales: películas de ficción que se centran en la vida de un pintor o una parte esencial de la misma, y películas documentales confeccionadas con la visión del propio artista, sus allegados o los retazos de la propia historia. 

Y estas películas son un ejemplo de fusión de dos artes, pintura y el cine, a través de ese despertar de emociones y reflexiones que supone el visionado de biopics como Rembrandt (Alexander Korda, 1936), Moulin Rouge (John Huston, 1952), El loco de pelo rojo (Vicente Minnelli, 1956), Los Amantes de Montparnasse (Jacques Becker y Max Ophüls, 1958), El tormento y el éxtasis (Carol Reed, 1963), Andrei Rublev (Andrei Tarkovsky, 1966), Caravaggio (Derek Jarman, 1986), Mi pie izquierdo (Jim Sheridan, 1989), Carrington (Christopher Hampton, 1995), Sobrevivir a Picasso (James Ivory, 1996), La joven de la perla (Peter Webber, 2003), Klimt (Raoul Ruiz, 2006), Séraphine (Martin Provost, 2008), Mr. Turner (Mike Leigh, 2014), Paula (Christian Schwochow, 2016) o La vida electrizante de Louis Wain (Will Sharpe, 2021), por citar algunas. 

Películas procedentes de diferentes países, sobre diferentes pintores de la historia con diversos estilos artísticos, y que vienen a pintar de color el séptimo arte. Compendio de arteterapia para cimentar la formación humanística en nuestra profesión sanitaria. Y que en Revista Española de Pediatría de Atención Primaria tiene un buen lugar de acogida, siendo como es una revista que combina la ciencia (pediátrica) con el arte y la humanización, como bien lo demuestra su sección “A la Pediatría desde el arte” o la continua buena acogida que han tenido los artículos que hemos remitido desde el proyecto Cine y Pediatría.  

Y que podéis revisar de forma íntegra en el artículo que hemos publicado recientemente en Revista Pediatría de Atención Primaria bajo el título de "Pintores de cine, cuando la paleta de colores adorna el séptimo arte", y que también se puede descargar desde este enlace


lunes, 26 de junio de 2023

Plan Digital Familiar de la AEP, que se conozca y se utilice

 

Dentro del último Congreso Nacional de Pediatría se desarrollaron dos mesas redondas sobre proyectos de la Asociación Española de Pediatría (AEP). En estas dos semanas previas ya hemos hablado de dos de ellas: la que corresponde al portal de formación virtual de la AEP, Continuum, bajo el título de “Aunando esfuerzos en pos de un mismo objetivo: Preparo Mi Rotación por para residentes y tutores”, así como la del Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia, bajo el título de “La Medicina basada en la evidencia en constante evolución". Y hoy queremos también destacar el Plan Digital Familiar de la AEP, que fue presentado por la Dra. María Salmerón, como coordinadora del proyecto.   

Se puede obtener la información oportuna en la web del proyecto y nos contesta a cuatro preguntas clave, que reproducimos. 

¿Qué es el plan digital familiar? 

El plan digital familiar es un documento que pueden elaborar las familias para gestionar el mundo digital en casa. El objetivo es disminuir los riesgos a nivel físico, mental y social sobre los que impacta la tecnología tanto en la infancia como en la adolescencia y en la etapa adulta. 

El momento para empezar es AHORA, porque en prevención hay una máxima: "es más sencillo establecer hábitos de vida saludables que modificar aquellos que se hayan establecido". Un buen momento para plantearlo a las familias es en las primeras citas del recién nacido porque los padres están más receptivos a la información y al cambio. Y si atiendes a mujeres embarazadas, las clases de preparación al parto son un entorno adecuado. Pero nunca es tarde para empezar, independientemente de la edad de los niños. 

¿Por qué es importante el plan digital familiar? 

El plan digital familiar pretende que, mediante la capacitación de los padres y el ejemplo de estos en la familia se disminuyan los riesgos del uso inadecuado de la tecnología. La salud digital promueve un uso saludable, seguro, crítico y responsable de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y sus objetivos son: 1) promoción de los hábitos saludables digitales; 2) detección precoz de los riegos y de las patologías derivadas; 3) tratar de forma adecuada los casos y evitar las secuelas según el riesgo. 

Es necesario que los padres sean conscientes del impacto del mundo digital sobre la salud de sus hijos y sean agentes activos en la educación digital a nivel familiar. Y se entienden como “digitales” todas aquellas herramientas que nos permiten almacenar y compartir información: televisión, tableta, teléfono inteligente, ordenador, pulseras de actividad... 

¿Cómo hacer el plan digital familiar? 

Se presentan una serie de propuestas basadas en recomendaciones científicas que podrán elegir los progenitores; unas irán clasificadas por edad (de 0 a 2 años, de 3 a 5 años, de 6 a 9 años y de 10 a 18 años) y otras serán generales para toda la familia. Además, los padres y tutores podrán añadir aquellas que consideren que son límites importantes para tu familia. 

La recomendación es que primero e que los propios progenitores pongan los límites, pues estos serán para todos. Cabe establecer un diálogo y ver qué límites se sienten capaces de cumplir. La herramienta más poderosa que tienen los padres en su tarea educativa es el ejemplo. 

Y es una buena idea que se instalen un programa de bienestar digital en los dispositivos y así tener una idea lo más aproximada posible de cuál es el consumo digital en este momento de los padres, qué aplicaciones se usan más y en qué horarios. El analizar de qué punto se parte en la familia ayudará a establecer objetivos realistas y a valorar los logros alcanzados. 

¿Cómo acompañar a las familias? 

En la consulta es recomendable que se comente la existencia del plan digital familiar de la AEP y ponerse a disposición si las familias requieren ayuda. En el plan digital se presentan una serie de propuestas basadas en recomendaciones científicas que los progenitores podrán elegir. Además, se podrán añadir aquellas que las familias consideren que son importantes para ellas. 

Es una buena idea que el pediatra acceda a la configuración del teléfono, tableta u ordenador del niñ@, adolescente y consulte el apartado de bienestar digital o tiempo de pantallas, para analizar el consumo digital y conocer cuál es el punto de partida. Así, se podrán establecer objetivos realistas y analizar los logros alcanzados tras la adopción del plan. 

En un entorno donde el móvil ha invadido la sociedad y las familias, es importante disponer de un plan digital familiar para hacer un buen uso del mismo, evitando el mal uso y el abuso, y todos los problemas ya conocidos (y reconocidos). Es importante que desde la AEP se haya habilitado ese recurso y nos congratulamos.

sábado, 24 de junio de 2023

Cine y Pediatría (703): “La furia de una madre” contra las fraternidades

 

Son escasas las películas que se centran en las novatadas. Y no es un problema menor. Porque una novatada es un acto sistemático de humillación, acoso y abuso sobre el novato y que se desarrolla principalmente entre adolescentes y jóvenes en universidades, en el servicio militar o en fraternidades. Hace ocho años pude asistir al estreno en Alicante de la película española Novatos (Pablo Aragües, 2015), una película denuncia frente a las novatadas en las universidades españolas y que se fundamentaba en una experiencia personal de su director, quien sacó adelante este proyecto gracias al micromecenazgo (o crowdfunding). Y hoy comentaremos la película estadounidense La furia de una madre (Vibeke Muasya, 2021), que ha visto la luz gracias a Siobhan Fallon, quien actúa de productora, guionista y actriz principal (y quien lleva todo el peso de la trama) y que se centra más en estas prácticas en el entorno de las fraternidades estadounidenses. No son grandes películas desde el punto de vista cinematográfico, pero sí vale la pena destacarlas por las reflexiones y denuncias que conllevan y por su escasa presencia en la gran pantalla. 

La furia de una madre (particular traducción al español del título original Rushed) comienza en mitad de la noche en un bosque, allí donde un grupo de universitarios están siendo ultrajados con novatadas para que puedan formar parte de la fraternidad Psi Xi. Y tras el título de la película se nos presenta a la familia O´Brien, una familia trabajadora de origen irlandés que gira alrededor de Bárbara (Siobhan Fallon), una madre de amplias convicciones religiosas que reza el Rosario por la mañana y agobia con sus preocupaciones a su marido (un irreconocible Robert Patrick, nada que ver con sus papel de T-1000 en la segunda película de la saga Terminator). Tienen cuatro hijos en distintas etapas de la adolescencia, Kelly, Ciara, Sean y Jimmy, este último al que hemos conocido en la primera escena y que ahora sufre esas novatadas de esa fraternidad de la Universidad estatal de Nueva York. Bárbara llama todos los días a Jimmy (Jay Jay Warren), como madre protectora y preocupada que es, y al que le hace repetir una oración al comenzar el día: “Creo en la importancia de la amistad, lealtad y virtud para toda la vida. Y vivir siempre con honor, virtud, amor y amistad de mis compañeros y los que vengan tras de mí”. 

Y siguen las vejaciones a los novatos (les arrastran entre cristales, les orinan encima, etc.) Pasan los días y continúan los abusos en la universidad y nadie los para. Finalmente llega la fiesta de admisión de los novatos a la fraternidad, donde corre el alcohol y las drogas. Y el cabecilla del grupo somete a Jimmy a una intoxicación por mezcla de benzodiacepinas y alcohol, sin prestarle la ayuda necesaria a tiempo. Por lo que el final no se hace esperar…Y cuando llegan las ayudas médicas ya se encuentra en un coma que ni la ciencia médica ni las oraciones de toda la familia a su alrededor pueden revertir, que se tienen que enfrentar a la adecuación del esfuerzo terapéutico en la unidad de cuidados intensivos. Y llega la carta de la universidad a los padres: “Estimados señor y señora O´Brien. Sentimos enormemente comunicarles que, tras una exhaustiva investigación por parte de la policía estatal de la trágica muerte de su hijo, Jim Junior, y mediante la evaluación de un consejo externo, todas las partes concluyen que la universidad no es responsable de la muerte de Jim. Continuaremos a su disposición, pero por presente, queda este asunto zanjado”. Un escrito que despierta todo lo contrario en la madre, quien tras intentar superar el duelo, decide tomar riendas en el asunto, antes de consumirse en el dolor como hace con los numerosos cigarrillos que se consumen en su boca…Y mientras recita sus Avemarías, dice a su familia: “¿Cuánto tiempo más puedo seguir compadeciéndome y fumando?... Tengo que irme y hacer algo importante por vuestro hermano”

Y surge una más de tantas madres (y padres) corajes que conocemos y que quieren luchar contra la injusticia, incoherencia y mediocridad reinante en las instituciones que le rodean. Y con su coche inicia un viaje para contactar con madres de diferentes estados del país y que pasaron por lo mismo que ella: que perdieron algún hijo por estas crueles novatadas de las fraternidades. Su objetivo es intentar cambiar la ley que rige las novatadas de estas fraternidades extendidas por los campus universitarios y auspiciadas por las propias universidades, bajo el encubrimiento y la corrupción de ciertos lobbies. Y es así como en el último tercio de la película, el drama se convierte en thriller… que cabe no descubrir. 

Porque más allá de esos finales tan “made in USA” de algunas películas como ésta, quizás el mayor interés es sacar a la luz la situación de las fraternidades en Estados Unidos, pues son una parte importante de la vida estudiantil. Las fraternidades o hermandades estudiantiles son organizaciones sociales para estudiantes que asisten a la universidad y pueden ser tanto masculinas, femeninas o mixtas (las hermandades masculinas son denominadas fraternidades y las femeninas son llamadas sororidades) con el requisito que todos los miembros de una fraternidad deben ser estudiantes de la misma universidad. La mayoría de las fraternidades tienen un conjunto de valores fundamentales que se espera que los miembros cumplan, como la excelencia académica, el liderazgo, el servicio y la hermandad; pero además, estas organizaciones persiguen otros valores humanos, contribuyen con causas altruistas y filantrópicas, y sus miembros buscan beneficios mutuos. Lo cierto es que para ellos es una honorable institución, pero desde fuera se intuye como una institución clasista y un verdadero loby de poder, pues los potenciales beneficios son claros (las oportunidades de establecer contactos, el apoyo académico, y oportunidades de desarrollo del liderazgo). 

Cada fraternidad tiene su propio nombre, que suele denominarse «casa» y los miembros de las fraternidades universitarias viven juntos en una casa grande cerca del campus y suelen compartir una sala común y la cocina. Si bien no existe una cantidad mínima o máxima de miembros que una fraternidad pueda tener, suelen estar compuestas por un mínimo de diez miembros. Los nuevos aspirantes a miembros (llamados novatos) pasan por un periodo de iniciaciones antes de ser integrados formalmente a la fraternidad, que suele durar aproximadamente dos semanas. Esta instancia puede incluir desde bromas inofensivas hasta actividades peligrosas (ideadas por los cabecillas de la fraternidad) que han provocado lesiones e incluso, en algunos casos, la muerte (y de ello versa – y denuncia – nuestra película de hoy). 

La primera fraternidad fue creada en el año 1776 por estudiantes del estado de Virginia. La nombraron Phi Beta Kappa, y se caracterizaba por ser secreta y por los rituales de iniciación que llevaba a cabo, cuyo objetivo era impulsar la excelencia en la ciencia y la humanidad. En cuanto a los nombres que llevan las distintas fraternidades, suelen generarse a partir de las letras del alfabeto griego, y estas son m las más conocidas de los Estados Unidos: Phi Delta Theta (creada en 1848 en la Universidad de Miami en el estado de Ohio), Sigma Alpha Epsilon (fundada en 1856 en la Universidad de Alabama), Pi Kappa Alpha (creada en 1868 en la Universidad de Virginia), Sigma Chi (fundada en 1855, también en el campus de la Universidad de Miami en Ohio), Sigma Phi Epsilon (creada en el año 1901 en la Universidad de Richmond). Y sí es cierto que las hermandades juveniles son más frecuentes en Estados Unidos, también se pueden dar en otros países europeos y de otras partes del mundo, y por ello se reconocen el Consejo Nacional Griego Americano, el Consejo Nacional Griego Multicultural o el Consejo Nacional Panhelénico, cada uno compuesto por diferentes fraternidades y sororidades de diferentes universidades. 

Y en cada una de ellas las novatadas (hazing en inglés) son rituales de iniciación que se aplican a los nuevos alumnos universitarios que quieren ingresar en la hermandad, y en los Estados Unidos tienden a ser más extremas de lo habitual, con resultados fatales en ocasiones, tal como nos denuncia con furia esta madre de nuestra película de hoy. Y, por fortuna, actitudes coraje como las de Bárbara. en este thriller dramático de la directora Vibeke Muasya, han conseguido que ya un buen número de estados tengan leyes contra la práctica de las novatadas. 

Y cabe recordar que en el año 2015, Juan Gautier realizó un corto español sobre este tema bajo el título de El aspirante, alrededor de un estudiante universitario recién llegado a un colegio mayor y que en las primeras semanas tendrá que enfrentarse a los veteranos. Pues bien, como le ocurre a algunos cortos, este año 2023 estamos esperando el estreno de esta historia ahora en formato de largometraje, bajo el mismo título y director. Porque la denuncia a través del cine no debe cejar. 


   

miércoles, 21 de junio de 2023

Libro Cine y Pediatría 12, homenaje y reivindicación frente al techo de cristal

 

Un año más, y un nuevo libro del proyecto "Cine y Pediatría" llega a las librerías (y a Amazon). Y ya hemos llegado a la docena con Cine y Pediatría 12. Y en la numerología el número 12 simboliza la armonía, la pureza, la perfección y la unión del cuerpo y mente. Porque el 12 siempre ha estado muy relacionado con el tiempo y el cielo. Tiempo horario en el reloj (12 horas, cada hora dividida en 12 bloques de cinco minutos) y también en los 12 meses del año. Así como un número muy celestial pues 12 son los signos del zodiaco, 12 son los apóstoles, 12 son los frutos del Espíritu Santo y 12 las veces que Jesús apareció una vez resucitado. Y este resucitar para un año que no solo nos ha regalado un nuevo “hijo” de papel, sino también un nuevo nieto, el pequeño Javier (me suena ese nombre...). 

Y es así como se desgranan las celebraciones; 

Y para celebrar todo ello, este libro Cine y Pediatría 12 quiere contribuir a romper “el techo de cristal”. Porque se denomina techo de cristal a la limitación velada del ascenso laboral de las mujeres al interior de las organizaciones. Se trata de un techo que limita sus carreras profesionales, difícil de traspasar y que les impide seguir avanzando, y que afecta a todos los ámbitos profesionales, en un amplio espectro desde la ciencia al arte. Y este techo de cristal también abarca al séptimo arte. Claro está, no en el papel de actrices (faltaría más), pero sí en la dirección cinematográfica, que viene a ser el rol más importante en la creación de una película. 

Y el vídeo de presentación de este Cine y Pediatría 12 es un homenaje a todas aquellas directoras que han contribuido a romper el techo de cristal en el séptimo arte desde Cine y Pediatría. 


a) Directoras internacionales más allá de nuestras fronteras: El pequeño Tate (Little Man Tate, Jodie Foster, 1991), El jardín secreto (The Secret Garden, Agnieszka Holland, 1993), Héroes a la fuerza (Unstrung Heroes, Diane Keaton, 1995), Boys Don´t Cry (Kimberly Peirce, 1999), Las vírgenes suicidas (The Virgin Suicides, Sofía Coppola, 1999), Quiero ser como Beckham (Bend It Like Beckham, Gurinder Chadha, 2002), Thirteen (Catherine Hardwicke, 2003), La niña santa (Lucrecia Martel, 2004), Buda explotó por vergüenza (Buda az sharm foru rikht, Hana Makhmalbaf, 2007), Lirios de agua (Naissance des pieuvres, Céline Sciamma, 2007), XXY (Lucía Puenzo, 2007), Persépolis (Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud, 2007), LOL (Lisa Azuelos, 2008), Home, ¿dulce hogar? (Home, Ursula Meier, 2008), Fish Tank (Andrea Arnold, 2009), An Education (Lone Scherfig, 2009), El último verano de la boyita (Julia Solomonoff, 2009), Los chicos están bien (The Kids Are All Right, Lisa Chodolenko, 2010), Tenemos que hablar de Kevin (We Need to Talk About Kevin, Lynne Ramsay, 2011), Declaración de guerra (La guerre est déclarée, Valérie Donzelli, 2011), Polisse (Maïwenn, 2011), Joven y alocada (Marialy Rivas, 2012), La bicicleta verde (Wadjda, Haifaa Al Mansour, 2012), Inch’Allah (Anaïs Barbeau-Lavalette, 2013), Los insólitos peces gato (Claudia Sainte-Luce, 2013), Dos madres perfectas (Adore (Perfect Mothers), Anne Fontaine, 2013), Un monstruo en mi puerta (Doheeya, July Jung, 2014), Mustang (Deniz Gamze Ergüven, 2015), Bang Gang: una historia de amor moderna (Bang Gang (une histoire d'amour moderne), Eva Husson, 2015), Rara (Pepa San Martín, 2016), El viaje de Nisha (Hva vil folk si, Iram Haq, 2017), Cafarnaúm (Capharnaüm, Nadine Labaki, 2018), La (des)educación de Cameron Post (The Miseducation of Cameron Post, Desiree Akhavan, 2018), Conociendo a Astrid (Unga Astrid, Pernille Fischer Christensen, 2018), La profesora de parvulario (The Kindergarten Teacher, Sara Colangelo, 2018), Desaparecida (Angel of Mine, Kim Farrant, 2019), Reina de corazones (Dronningen, May el-Toukhy, 2019), Mujercitas (Little Women, Greta Gerwig, 2019), Nunca, casi nunca, a veces, siempre (Never Rarely Sometimes Always, Eliza Hittman, 2020), Listen (Ana Rocha, 20, 2020), Madres verdaderas (Asa ga kuru, Naomi Kawase, 2020), Asia (Ruthy Pribar, 2020), El acontecimiento (L'événement, Audrey Diwan), Sweetheart (Marley Morrison, 2021), Un pequeño mundo (Un monde, Laura Wandel, 2021), CODA: Los sonidos del silencio (CODA, Siân Heder, 2021), etc. 



b) Directoras españolas: El camino (Ana Mariscal, 1963), Lejos de África (Cecilia Bartolomé, 1996), Siete mesas de billar francés (Gracia Querejeta, 2007), Madre (Mabel Lozano, 2007), Surviving Amina (Bárbara Cellis, 2010), Los niños salvajes (Patricia Ferreira, 2012), Cromosoma Cinco (María Ripoll, 2013), Marsella (Belén Funes, 2014), Línea de meta (Paola García Costas, 2015), La adopción (Daniela Fejerman, 2015), Verano 1993 (Carla Simón, 2017), El silencio roto (Piluca Baquero, 2017), Carmen y Lola (Arantxa Echevarría, 2018), Jóvenes invisibles (Isabel Gemio, 2018), La inocencia (Lucía Alemany, 2019), Las niñas (Pilar Palomero, 2020), Chavalas (Carol Rodríguez Colás, 2021), Libertad (Clara Roquet, 2021), Cinco lobitos (Alauda Ruiz de Azúa, 2022), etc. 



Y con el recuerdo de estas más de siete decenas de películas alrededor de las directoras que ya nos han acompañado en el proyecto Cine y Pediatría, presentamos Cine y Pediatría 12. Y, como todos los anteriores libros, viene acompañado de tres prólogos, dedicados al Cine, a la Pediatría y a la Docencia. 

El Prólogo desde el punto de vista de la Pediatría tiene la firma del Dr. Ángel Hernández Merino, pediatra de atención primaria de Madrid y director de Revista Pediatría de Atención Primaria, en la cual siempre se ha acogido con gran cariño los artículos que he escrito sobre este proyecto que vincula la ciencia pediátrica y el séptimo arte. Y su prólogo, bajo el título de “Esto es cine, pasen y vean. Esto es Pediatría, pasen y aprendan” incorpora reflexiones como ésta, de gran valor procediendo de un pediatra con su bagaje y experiencia: “Se puede decir, sin que pueda nadie acusarme de exagerado, que Javier González de Dios y su Cine y Pediatría ha ensanchado la Pediatría, ha hecho crecer a la Pediatría dotándola de nuevos campos que cultivar, nuevas herramientas a utilizar y nuevos objetivos a abordar. Los libros de Javier nos muestran infinidad de ejemplos de cómo con cine podemos conocer nuevos aspectos de las enfermedades y de las formas de vivir estas enfermedades por quienes las padecen y quienes les acompañan en la familia y otros ámbitos de la vida cotidiana. Es sorprendente comprobar cuánto conocimiento no cabe en los libros científicos, pero sí en el cine. Y no me negarán que, además, el cine resulta un medio mucho más amigable que los duros y extensos manuales médicos”. 

El Prólogo desde el punto de vista del Cine corre a cargo de Isabel Sánchez, crítica de cine, especializada en cine clásico y creadora de El blog de Hildy Johnson. En su prólogo, titulado “La batalla merece la pena…” demuestra su gran conocimiento en la materia, y en su profundo análisis tiene más valor el que me regale un párrafo así: “Vocación también es la que siente Javier González de Dios que además de ejercer su profesión como pediatra, difunde sus conocimientos desde el proyecto Cine y Pediatría. Este proyecto comenzó su andadura en 2010 y no tiene freno. Cine, ciencia y docencia. Con cada entrada en el blog, con cada volumen publicado, con cada conferencia impartida... aporta ese beneficio a la humanidad por lo que tiene que sentirse muy orgulloso. Y agradecido porque su pasión al cine acerca y humaniza la práctica clínica a todo aquel que lea uno de sus libros”. 

El Prólogo desde el punto de vista de la Docencia es un regalo en verso de una docente de almas y mentes con su manera tan vivida de escribir y recitar, la poetisa Magdalena Sánchez Blesa. Y en su prólogo, titulado como “Cordura en tiempos revueltos”, ella, que es un alma en carne viva, me dedica palabras así en este texto: “Javier es sensibilidad, cultura, cordura en tiempos revueltos. Es poesía, cine, ciencia, educación, sentimiento, ternura, bondad, inteligencia, generosidad... Podría llenar de adjetivos preciosos este prólogo y todos y cada uno de ellos definirían a Javier, que es un ser humano de verdad. No hay otra palabra más hermosa para él. Ser de verdad lo define absolutamente”. Que no me emociona y conmociona porque sea verdad, sino por el hecho de que una persona en el mundo piense así de otra significa que quizás el tiempo vivido sí lo he aprovechado y ha valido la pena. Y respecto al proyecto Cine y Pediatría concluye con este colofón: “La ciencia cura, pero tú haces también que el cine alivie todas las enfermedades del alma. Eres ciencia y conciencia. Sigue recetando cine, sigue acariciando al mundo”. Poco más que decir… 



Y es así que en el vídeo de presentación de Cine y Pediatría 12 que veremos a continuación, se enumeran todas estas películas ya publicadas en Cine y Pediatría con directoras. Y destaco dos pensamientos para cerrar este homenaje y reivindicación frente al techo de cristal: 
- Uno procede de Nora Ephron, famoso guionista y dramaturga estadounidense, y nos dice: "Por encima de todo, sé la heroína de tu vida, no la víctima"
- Así como paradigmática frase de Marie Curie: "Sé una mujer que apoya a otras mujeres. Dense palabras de aliento, empoderen a las demás". 

Los libros disponibles a la venta en Lúa Ediciones 3.0 y en Amazon. 

Y os dejamos el vídeo de presentación.

   

Y también el vídeo del acto de presentación del libro dentro de los actos del XX Festival Internacional de Cine de Alicante:

 

lunes, 19 de junio de 2023

La Medicina Basada en la Evidencia en constante evolución

 

Entre los proyectos AEP que se presentaron en el pasado 69 Congreso Nacional de Pediatría de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ya hemos hablado del proyecto de la plataforma Continuum (Aunando esfuerzos en pos de un mismo objetivo: Preparo Mi Rotación por para residentes y tutores) y hoy comentaremos el del Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia (CT-PBE). Ambos proyectos forman parte de mis últimas dos décadas de actividad profesional, por lo que en ellos hay alma, corazón y vida.  

En este caso, la ponencia presentada por el Dr. Eduardo Ortega, en representación de todos los miembros que conformamos el CT-PBE, la ha titulado como “La Medicina Basada en la Evidencia en constante evolución” y que os dejamos debajo para su completa revisión. 

El CT-PBE es un comité compartido entre dos sociedades científicas (AEPap y AEP), constituido por pediatras de Atención Primaria y Hospitalaria de España y Latinoamérica, cuyos objetivos han sido y son: 1) asesorar metodológicamente en los protocolos y documentos de la AEP y AEPap; 2) fomentar la implicación de a AEP y AEPap en el desarrollo de GPC; 3) difundir la metodología de la MBE (talleres de búsqueda bibliográfica, lectura crítica, etc.); 4) publicar trimestralmente la revista Evidencias en Pediatría (EVP); 5) impulsar la formación continuada; 6) colaborar de forma habitual con otras revistas científicas (como Revista de Pediatría de Atención Primaria, RPAP, y Formación activa en pediatría de atención primaria, FAPap). 

En la presentación se hablan de los cuatro proyectos desarrollados en el último año, alguno de los cuales ya han sido comentados en este blog: 

- Guía de práctica clínica COVID 19 en Pediatría (con su versión del año 2021 y actualización del año 2022)  

- Revista Evidencias en Pediatría, una revista viva y en continua evolución desde su fundación en el año 2005.  

- Calcupedev, la herramienta de cálculo epidemiológico en Pediatría creada desde el propio CT-PBE  

- Libro Medicina Basada en la Evidencia, en fase de elaboración y que recogerá el material creado por el CT-PBE durante estas casi dos décadas de existencia. Es el gran reto de este año 2023 y contará con 7 apartados: I. Introducción a la Medicina basada en la evidencia (8 capítulos); II. Diseños metodológicos (15 capítulos); III. Medidas epidemiológicas (7 capítulos); IV. Herramientas para la elaboración de documentos científicos (11 capítulos); V. Lectura crítica de documentos científicos (10 capítulos); VI. Estadística básica (18 capítulos); y VII. Herramientas y calculadoras epidemiológicas (4 capítulos). 

Quien esté animado a participar en el CT-PBE, os dejamos el enlace de contacto

 

sábado, 17 de junio de 2023

Cine y Pediatría (702). “Adiós, Mr Chips”, toda una vida dedicada a la enseñanza, en blanco y negro y en color

 

La frase de Andy Rooney, famoso personaje de la radio y televisión en Estados Unidos, es bastante significativa: "La mayoría de nosotros no tenemos más de cinco o seis personas que nos recuerdan. Los maestros tienen miles de personas que les recuerdan por el resto de sus vidas". Y también el séptimo arte nos ha devuelto un buen número de personajes del mundo de la educación, algunos reales y otros de ficción, los cuales hemos ido recordando en Cine y Pediatría: Ana Sullivan (Anne Brancroft) en El milagro de Ana Sullivan (Arthur Penn, 1962),  Mark Thackeray (Sidney Poitier) en Rebelión en las aulas (James Clavell, 1967),  John Keating (Robin Williams) en El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989),  LouAnne Johnson (Michell Pfeiffer) en Mentes peligrosas (John N. Smith, 1995), Glenn Holland (Richard Dreyfuss) en Profesor Holland (Stephen Herek, 1995),  Sean McGuire (Robin Williams) en El indomable Will Hunting (Gus Van Sant, 1997),  Roberta Guaspari (Meryl Streep) en Música del corazón (Wes Craven, 1999),  Don Gregorio (Fernando Fernán Gómez) en La lengua de las mariposas (José Luis Cuerda, 1999),  Katherine Watson (Julia Roberts) en La sonrisa de Mona Lisa (Mike Newell, 2003),  Clément Mathieu (Gérard Jungnot) en Los chicos del coro (Christophe Barratier, 2004),  Dan Dunne (Ryan Gosling) en Half Nelson (Ryan Fleck, 2006),  Pierre Dulaine (Antonio Banderas) en Déjate llevar (Liz Friedlander, 2006), Erin Gruwell (Hilary Swank) en Diarios de la calle (Richard LaGravenese, 2007),  Brad Cohen (Jimmy Wolk) en Al frente de clase (Peter Werner, 2008), Stacy Bess (Emily Vancamp) en Más allá de la pizarra (Jeff Bleckner, 2011),  Bachir Lazhar (Mohamed Fellag) en Profesor Lazhar (Philippe Falardeau, 2011),  Henry Bathes (Adrien Brody) en El profesor (Tony Kaye, 2011),  Carlos González (Carlos González) en Entre maestros (Pablo Usón, 2012),  Anne Gueguen (Ariane Ascaride) en La profesora de Historia (Marie-Castille Mention-Schaar, 2014),  Master Carvelle (Dustin Hoffman) en El coro (François Girard, 2014),  La hermana Marguerite (Isabelle Carre) en La historia de Marie Heurtin (Jean-Pierre Améris, 2014),  María Drazdechova, (Zuzana Mauréry) en La profesora (Jan Hrebejk, 2016); François Foucault (Denis Podalydès) en El buen maestro (Olivier Ayache-Vidal, 2017),  Lisa Spinelli (Maggie Gyllenhaal) en La profesora de parvulario (Sara Colangelo, 2018),  Ugyen Dorji (Sherab Dorji) en Lunana: un yak en la escuela (Pawo Choyning Dorji, 2019),  Alex (David Verdaguer) en Uno para todos (David Ilundain, 2020), entre otros.

Pues bien, por delante de todos ellos, cabe recordar al profesor Arthur Chipping, personaje creado en la novela británica de James Hilton “Good-bye, Mr. Chips” publicada en 1934, si bien originalmente fue publicada como un suplemento del British Weekly, un periódico evangélico. Esta novela ha tenido varias adaptaciones teatrales y ha sido llevada al cine en dos películas ganadoras del Premio Óscar, la primera en blanco y negro y la segunda en color. 

La novela narra la vida de un profesor a lo largo de su larga estancia de medio siglo en Brookfield, la ficticia escuela pública en la que enseña griego y latín. Allí donde el Sr. Chipping supera su incapacidad para conectar con los niños en la escuela, así como su timidez inicial, cuando se casa con Katherine, una joven corista a la que conoce en las vacaciones y que rápidamente comienza a llamarlo por su apodo, "Chips". La novela describe los cambios personales de nuestro protagonista, asociado al momento histórico, que comienza su permanencia en Brookfield en 1870, cuando la Guerra Franco-Prusiana acaba de estallar, y finaliza en su lecho de muerte poco después del ascenso de Adolf Hitler al poder, apreciándose una nostalgia hacia aquel orden social Victoriano que desapareció rápidamente tras la muerte de la Reina Victoria en 1901. Se cree que la obra se basó en la The Leys School de Cambridge, de donde James Hilton fue alumno entre 1915 y 1918, y la inspiración para el protagonista, Chips, procedía de muchas fuentes, pero principalmente de W. H. Balgarnie, uno de los profesores de Leys. Pero hoy nos interesan sus dos adaptaciones cinematográficas principales, ambas británicas. 

Adiós, Mr. Chips (Sam Wood, 1939)

Esta es la primera y la más conocida versión de la novela, también la de mayor calidad, y con el soporte de la Metro-Goldwyn-Mayer. El papel de Mr. Chips fue para Robert Donat (quien ganó el Óscar a mejor actor) y de Katherine para Greer Garson, y entre sus actores contó con Terry Kilburn, John Mills y Paul Henreid, entre otros. Y, aunque algunas de las escenas que aparecen en las adaptaciones cinematográficas no aparecen en el libro, esta película intenta ser lo más fiel posible a las historia original.  Algunas reflexiones son merecedoras de ser recordadas: “Nuestra profesión no es fácil, Mr. Chipping. Requier algo más que un título universitario, créalo. Nuestra tarea es formar hombres. Hace falta carácter y valor. Ante todo requiere la habilidad de saber ejercer autoridad. Si no sabe ejercerla creo que, como todo joven, debería preguntarse seriamente si quizás no habrá equivocado su vocación”

Adiós, Mr. Chips (Herbert Ross, 1969). 

La segunda película fue una versión musical, también soportada por la Metro-Goldwyn-Mayer. El papel de Mr. Chips fue para Peter O´Toole (que fue nominado al Óscar a mejor actor, pero que fue a parar a John Wayne por la película de Henry Hathaway, Valor de ley, si bien si consiguió el Globo de Oro al mejor actor de comedia o musical) y de Katherine para Petula Clark (conocida y reconocida según el Libro Guinness como la artista británica más prolífica, especialmente en la década de los sesenta), y que entre sus actores contó con Michael Redgrave, Siân Philips y Jack Hedley, entre otros. 

La película incluyó música y letras compuestas por Leslie Bricusse con partitura original de John Williams. El proyecto estuvo en desarrollo varios años antes, inicialmente con una banda sonora compuesta por André Previn y su entonces esposa Dory Previn, aunque la carrera musical del compositor en el momento de la realización de la película impidió que se usara. Las canciones, interpretada alguna por Peter O´Toole y la mayoría por Petula Clark son “Where Did My Childhood Go?”, “London is London”, “And the Sky Smiled”, “Apollo”, “Know Yourself”, “Fill the World With Love”, “Flossie From Fulham Overture”, “Pompeii” y “When I Am Older”. Y las canciones van encajando en la historia y las reflexiones que nos deja las conversaciones entre Chips y Katherine, verdadero soporte emocional del profesor: (“Los chicos me llaman cenizo porque dicen que les doy mala suerte. No lo creo, lo que quizá ocurre es que soy fastidioso… Pero no me importaría que me pensaran que lo soy si al menos logrará hacerles ver cuánto los quiero y cuánto me preocupo por ellos. Es la verdad”) o entre los propios profesores (“Verdad que no es justo que mientras nosotros nos vamos haciendo mayores, ellos siempre tengan la misma edad”, “Siguen sin quererme y no creo que me quieran nunca… Después de 35 años me he vuelto tan insensible como ellos”). Y tras la decepción de no haber podido tener hijos, su comprensiva mujer le dice: “Pero, cariño, si tengo centenares de hijos, varones todos”. 

Y cuando finalmente Chips es nombrado director de Brookfield, su mujer no pudo disfrutar de tal logro, pues falleció en un bombardeo en plena contienda de la Guerra Mundial. Y con su despedida de Broomfield, somos espectadores de una vida (de novela y de cine) dedicada por y para la docencia. 

Y, aparte de estas dos famosas adaptaciones, la novela también ha sido volcada en la pantalla en la miniserie de 1984 Goodbye Mr. Chips, protagonizada por Roy Marsden y Jill Meagher y organizada en 6 capítulos de media hora cada uno, donde muchas escenas fueron grabadas en la Repton School en un intento de ser lo más fieles posibles a la novela original; y en la película británica para la televisión Goodbye Mr. Chips (Stuart Orme, 2002) protagonizasa por Martin Clunes y Victoria Hamilton. 

Porque Mr Chips es uno de los primeros docentes emblemáticos en el cine. Ese profesor del que tantas generaciones se han podido acordar, alumnos y espectadores. Y que este fin de semana recordamos, justo cuando expira un curso escolar más.
 

miércoles, 14 de junio de 2023

Nuevo número de Evidencias en Pediatría: junio 2023

 

Un nuevo trimestre y un nuevo número trimestral de la revista Evidencias en Pediatría ha llegado: ciencia con calidad y conciencia. 

El número libre en todos sus contenidos pueden ser consultados en este enlace, pero os dejamos los temas tratados.  

Editorial: 

¿Es la miopía una pandemia emergente? 

Artículos Valorados Críticamente: 

La estrategia de antibioterapia precoz en niños con sepsis sigue siendo una prioridad 

Suplementar a niños con deficiencia de vitamina D no afecta al crecimiento, a la composición corporal o al desarrollo puberal 

El aislamiento de los recién nacidos en la pandemia de COVID-19 parece haber afectado su desarrollo social 

Diagnóstico de enfermedad celiaca: la biopsia parece necesaria si existe déficit de IgA 

El control de las pantallas en las familias puede aumentar el ocio activo de los hijos 

La gravedad de la criptorquidia en el primer año de vida puede afectar a la función reproductiva 

La promoción de hábitos saludables podría disminuir la prevalencia de miopía 

El riesgo de miocarditis tras la vacunación contra el SARS-CoV-2, ¿es aceptable? 

Utilidad de la radiografía de tórax en niños convivientes con enfermos de tuberculosis 

Comentario Asociado: 

Diagnóstico de enfermedad celiaca en el déficit de IgA 

Fundamentos de Medicina Basada en la Evidencia: 

Análisis multivariante. Regresión lineal múltiple

lunes, 12 de junio de 2023

Aunando esfuerzos en pos de un mismo objetivo: Preparo Mi Rotación por para residentes y tutores

 

El 69 Congreso Nacional de Pediatría de la Asociación Española de Pediatría (AEP) tuvo lugar en Granada entre el 1 y 3 de junio. Un entorno envidiable en esta ciudad de convivencia de culturas, musulmana y cristiana, donde el arte islámico se combina con el renacentista y barroco. 

Un encuentro académico donde se combinaron las actividades científicas en diferentes formatos (conferencias, mesas redondas, talleres, simposios, sesiones de comunicaciones y póster, etc.) y donde pudimos participar en nombre de la plataforma Continuum dentro de las dos mesas redondas sobre proyectos de la AEP y en el que se destacaron estos cinco proyectos: 1) Cohortes nacionales de embarazadas y niños con infección VIH; 2) Plan Digital Familiar de la AEP, una herramienta esencial para pediatras y familias; 3) Historia de la Pediatría y Humanidades; 4) La Medicina basada en la evidencia en constante evolución; 5) Aunando esfuerzos en pos de un mismo objetivo: Preparo Mi Rotación por para residentes y tutores. 

De alguno de ellos hablaremos en este blog en los próximos días. Y hoy compartimos nuestra participación con Preparo Mi Rotación Por y tuvo un positivo eco, pues la herramienta se lo merece. Abajo y en este enlace os dejamos nuestra presentación. 

Porque el 23 de septiembre de 2013 se inauguró Continuum, la plataforma de formación virtual de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Y nació con varias secciones de formación (Imagen de la Semana, Novedad Bibliográfica, Artículo Destacado, Caso clínico Interactivo y Cursos on line) e información (Biblioteca y Herramientas para la consulta y su presencia en Redes sociales). Con el tiempo aparecieron SabeQué_ContinuumAEP y Píldoras formativas. Y la última incorporación fue la sección Preparo Mi Rotación Por (PMRP), que se inauguró el 20 de febrero de 2020

Sobre la sección Preparo Mi Rotación Por ya hemos hablado en varias ocasiones en el blog, y destacamos dos post: “Preparo Mi Rotación Por, complemento virtual de la formación MIR en Pediatría", en el inicio del camino, y "Premio Educación Médica 2022 a la sección Preparo Mi Rotación Por" de Continuum”, todo un honor para el equipo y para la AEP.   

En esta presentación, hemos querido responder a tres preguntas: 

1. ¿Por qué nace PMRP? 
Esta nueva sección de la plataforma Continuum, desarrollada por las diferentes sociedades de especialidad pediátricas de la AEP, se presenta como un complemento virtual de la formación MIR y tiene como propósitos 

2. ¿Qué objetivos persigue PMRP? 
Se podrían sintetizar en estos tres objetivos: disminuir la variabilidad en la formación de los especialistas en formación, asistir a los tutores en su función docente y facilitar el aprendizaje colaborativo y basado en competencias, el entrenamiento reflexivo y la resolución de problemas propios del perfil profesional de cada especialidad pediátrica por la que roten. 

3. ¿Qué ventajas ofrece PMRP para residentes y tutores? 
a) Ventaja para los residentes de Pediatría: 
- Aprendizaje basado en escenarios clínicos 
- Aprendizaje reflexivo 
- Aprendizaje colaborativo y comunicación asíncrona 
b) Ventajas para los tutores: 
- Ayudar en su función docente 
- Proporcionar herramientas para lograr evaluar los logros alcanzados 

En la parte final de esta presentación os dejamos el recorrido de Continuum en estos casi 10 años en relación a una serie de datos: usuarios y páginas, países, actividades didácticas, créditos de FMC, autores y competencias. 

Os animamos a residentes y a tutores a usar PMRP (revisar este enlace) que ya está implementado en siete especialidades pediátricas: Atención Primaria, Cardiología Pediátrica, Cuidados Intensivos Pediátricos, Infectología Pediátrica, Nefrología Pediátrica, Pediatría Interna Hospitalaria y Urgencias Pediátricas. 

 

sábado, 10 de junio de 2023

Cine y Pediatría (701) La obesidad mórbida de “La ballena”, según Aronofsky

 

Nacido en Brooklyn de padres polacos de origen judío, Darren Aronofsky se ha fraguado un nombre en el séptimo arte con su cine perturbador, repleto de sus obsesiones y pesadillas a través de sus ocho películas filmadas en un cuarto de siglo. Quien se enfrente a una película de Aronofsky sabe (o debería saber) que no se encontrará con contenido indiferente. Desde su ópera prima, Pi, el orden en el caos (1998) hasta la última, La ballena (The Whale) (2022), el director se ha involucrado con temáticas densas, de fuerte contenido realista y con una narración que va al centro de la cuestión. 

Su carta de presentación fue Pi, el orden en el caos (1998), un extraño experimento visual que mezcla matemáticas, cabalística, religión, algo de informática, thriller paranoico y un cierto discurso existencialista. Su consagración vino con Réquiem por un sueño (2000), considerada una de las mejores películas sobre el mundo de las adicciones y que también fue un experimento visual, ahora con un leitmotiv musical digno de recordar (a cargo de Clint Mansell) y cuya combinación (visual y sonora) aún nos deja cicatrices mentales; porque la película es un réquiem no solamente por el sueño americano, sino también por cualquier ideal que muere cuando el individuo se enfrenta a la crudeza de la realidad y prefiere evadirla antes que enfrentarla. Con La fuente de la vida (2006) nos dejó una honda reflexión sobre la vida y la muerte que, de alguna manera, trasciende los límites de la ciencia-ficción y ello en un apasionante e hipnótico viaje que no deja indiferente, pues se mezclan entre sus planos llenos de virtuosismos los que la consideran su obra maestra y los detractores. El drama de andar por casa llegó con El luchador (2008), con un Mickey Rourke siempre excesivo, aunque puede ser una de sus interpretaciones más correctas. Otro melodrama irregular fue Cisne negro (2010) y ello pese a la gran interpretación de Natalie Portman y los arreglos de su inseparable Clint Mansell a la música de Tchaikovsky. Llegó su momento más épico y bíblico con Noé (2014), un film visualmente potente que mezcla ciencia y religión para contar la conocida construcción del Arca por parte de un Russell Crowe que navega entre dos aguas. Madre! (2017) se nos presenta como hipnótica y feroz, reflexiva y visceral, con un gran elenco actoral encabezado por Jennifer Lawrence, aunque no se libró de unas cuantas nominaciones a los premios Razzie. Y con ello llegamos a la película que hoy nos convoca, La ballena (The Whale).  

La película La ballena (The Whale) se fundamenta en la novela “The Whale”, escrita en el año 2014 por Samuel D. Hunter, quien es también guionista del último film de Aronofsky. Una historia y una película con tono teatral, que transcurre en una habitación con cinco personajes, pero que se centra en el personaje de Charlie (Brenda Fraser), un solitario profesor de inglés que presenta obesidad mórbida con insuficiencia cardíaca congestiva e hipertensión grave, y un extremo marcado de dependencia, pues hasta moverse le resulta ya un reto y pasa la mayor parte del tiempo en un sillón o en la silla de ruedas. Y en una historia que sigue la estela de incomodidad propia de su director, siempre crudo y revelador, en este caso narrada en varios días de la semana en donde nuestro protagonista intenta reconectar con su hija adolescente, en una última oportunidad de redención

Charlie da sus clases virtuales con la cámara apagada. Se entiende que no quiere descubrir su aspecto y el de su vivienda, tan abandonada como él, allí donde vive solo y con bastantes remordimientos. “Este libro me hizo pensar en mi propia vida”, nos dice mientras recita “Moby Dick”, la mítica novela de Herman Melville con sus conocidos personajes (Ismael, el capitán Acab, Queequeg y la ballena). La única visita que recibe es la de la enfermera Liz (Hong Chau), quien intenta atender a sus muchas necesidades de salud y de soledad. También aparece por sorpresa Thomas (Ty Simpkins), el joven misionero que predica su religión por los hogares y acaba pensando que Dios le ha mandado a ese lugar, pero al que Charlie le espeta preguntas así: “Dime la verdad, ¿crees que soy asqueroso?” o “¿Qué te sorprende más, que un gay tenga una hija o que se pueda encontrar el pene?”

Pero la aparición más disruptiva es la de su hija Elli (Sadie Sink), a quien no veía desde los 8 años y ahora tiene 17, y reaparece enfada con la vida y especialmente con su padre, a quien no perdona el abandono cuando se fue a vivir con un alumno. Y la forma de hablar a su padre demuestra este enfado: “No quiero pasar tiempo contigo. Me das asco…Y seguirías siendo repugnante aunque no fueras gordo”. Aunque la enfermera lo tiene claro: “Es una adolescente. Y todos los adolescentes están pirados”. Pero a la pregunta de Elli, “¿Por qué has ganado tanto peso?”, su padre se sincera: “Una persona cercana a mí falleció y me afectó”, refiriéndose a aquel alumno, su gran amor homosexual. La hija no lo olvida y no le perdona; y el odio la rodea, de ahí los consejos del padre. “Entiendo que estés enfadada. Pero no debes odiar a todos, basta con que me odies a mí”. Y el último personaje es el de su esposa Mary (Samantha Morthon), a quien vuelve a después de tantos años. “Me estoy muriendo, Mery… Lo siento. Necesito asegurarme de que Ellie esté bien. Y necesito saber que va a tener una vida decente… Necesito saber que por una vez he hecho algo bien en mi vida”

Y nuestro protagonista decide suicidarse con un atracón de comida, situación que ya vimos en Butter (Paul A. Kaufman, 2020), otra película donde la obesidad mórbida es la protagonista. Y al final enciende la cámara de su ordenador para que le vean los alumnos. Y las palabras finales a su hija: “Siento haberte abandonado…y no te lo merecías. Eres perfecta. Serás feliz. Te preocupas por la gente”. Y todo esta historia amparada con la música de Rob Simonsen (curiosamente no de Clint Mansell, habitual en casi todas sus películas en una más de esas míticas fusiones director de cine y director musical que el séptimo arte nos ha regalado).  

Ha sido La ballena una de las películas que sonaron en los últimos Premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, con cinco nominaciones y dos premios Óscar: una al maquillaje/peluquería (por la sorprendente transformación del personaje) y otra al actor principal, en lo que para muchos ha sido la resurrección de un Brendan Fraser, en uno de esos personajes extremos que tanto gusta premiar a Hollywood. Y es que la historia del personaje que interpreta no fue muy diferente a la suya durante un tiempo, cuando fue marginado por la industria del cine, acosado en una profunda depresión tras la separación de su mujer y la muerte de sus padres, lo que le hizo ganar mucho peso. Y es una particular coincidencia que la situación que vivió se parezca tanto a la del personaje que le ha devuelto a la fama. Porque durante una década, en la transición del siglo XX, paseo su estrella en películas de aventuras y comedias del tipo George de la jungla (Sam Weisman, 1997), La momia (Stephen Sommers, 1999), Al diablo con el diablo (Harold Ramis, 2000) o Monkeybone (Herry Selick, 2001), con algún film de mayor calado como Dioses y monstruos (Bill Condon,1998), Crash (Paul Haggis, 2004) o Medidas extraordinarias (Tom Vaughan, 2010), esta última ya comentada en Cine y Pediatría. Y es ahora La ballena, la película que rememora al personaje de Moby Dick, la que, como en el inicio de la novela, nos puede decir “Llamadme Brendan Fraser”. 

 

miércoles, 7 de junio de 2023

Celebramos las 700 entradas de Cine y Pediatría en el blog

 

Hoy, miércoles 7 de junio, tendrá lugar la presentación de Cine y Pediatría 12. Y, como todos los números y todos los años, se celebrará en el contexto del Festival Internacional de Cine de Alicante, que este año llega a su vigésima edición. Será un libro y una presentación que se declinará en femenino, pues será un homenaje a las directoras de cine que desde nuestro proyecto han luchado por romper el techo de cristal que atenaza profesionalmente a las mujeres. 

Y este acto coincide con la efeméride que celebramos el pasado sábado a llegar a publicar la entrada (o post) número 700 de Cine y Pediatría. Lo que implica 700 sábados seguidos - sin fallar uno desde aquel lejano 9 de enero de 2010 donde todo empezó - publicando un post al respecto. 

Y como es costumbre, celebramos en este blog cada centena. Lo hicimos con las primeras 100 entradas de Cine y Pediatría con un recopilatorio de las películas comentadas hasta entonces Y, a partir de entonces, intentamos que a efeméride de un nuevo centenar coincida con alguna película especial. Y esta es la relación hasta ahora:  

- Celebramos la entrada 200 con una película muy especial, la francesa La vida de Adéle (Abdallatif Kechiche, 2013), ese vértigo a que nos enfrenta el primer amor.  

- Celebramos la entrada 300 con otra película muy especial también, una película documental que contiene unas imágenes tan duras que pueden herir la sensibilidad del espectador, imágenes de una realidad injusta que todos conocemos, el conflicto de Siria: Sylvered Water, Syria self-portrait (Ossama Mohammed y Wiam Simav Berdixan, 2014) nos despierta de ese posible estado de anestesia moral permanente en que caemos.  

- Celebramos la entrada 400 y lo hicimos con una pequeña gran joya como es la película belga Aves de paso (Olivier Ringer, 2015), un conmovedor cuento iniciático que habla sobre la amistad, la sobreprotección de los progenitores, la discapacidad, la superación de los límites o la necesidad de libertad de niños y niñas.  

- Celebramos la entrada 500 con otra película emblemática, en este caso el film danés Pelle el conquistador (Bille August, 1987), un bello poema fílmico para acercarnos al desarraigo y la tierra prometida  

- Celebramos la entrada 600 con la película estadounidense Más allá de las palabras (Anthony Fabian, 2013), una inspiradora película sobre una historia real, lo que le da un valor añadido, especialmente para los pediatras que conocemos la importancia de la humanización en nuestra profesión.  

Y acabamos de celebrar la entrada 700 y lo hemos hecho con una revisión de la figura del director japonés Yasujiro Ozu, un perfeccionista que combinó el blanco y negro y el color, el cine mudo y el sonoro, un firme defensor de la cámara estática y las composiciones meticulosas, un artista cuya obra influyó en directores como Jim Jarmusch, Wim Wenders, Aki Kaurismäki o Hou Hsiao-Hsien. 

Ozu es uno de los directores que más y mejor ha reflexionado sobre la familia en la historia del cine (quizás en el cine contemporáneo solo esté a su altura otro director japonés, Hirozaku Koreeeda) y que en su filmografía tiene dos películas donde los niños son una pieza fundamental como reflejo de los anhelos y las frustraciones de los adultos, en un entorno que gravita entre el hogar, la escuela y el grupo de amigos: una película muda y en blanco y negro, He nacido, pero… (1932), otra sonora y en color, Buenos días (1959).  

Y por ello he querido elegir esas películas para conmemorar un hito más en Cine y Pediatría, y es que hemos llegado a la séptima centena de entradas en el blog. Nos seguiremos viendo (y leyendo) cada sábado... 

Os dejamos con el último vídeo de presentación de Cine y Pediatría 12. Ya con el libro 13 escrito y el 14 en marcha. Pero nada de esto sería posible sin los muchos lectores y amigos "de cine". 

Quien se anime a adquirirlos, no se arrepentirá, y contribuirá a la continuación del proyecto: aquí el enlace de la editorial Lua Ediciones 3.0 a Cine y Pediatría.

 

lunes, 5 de junio de 2023

Familias diversas en las consultas de Pediatría

 

Dentro de las sesiones Encuentros con la ciencia de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se desarrolló hace un par de semanas el tema “Familias diversas en las consultas de Pediatría”. Fue desarrollada por dos ponentes relacionadas con el Comité de Bioética de la AEP: las Dra. Esther Barrios Miras, pediatra de Atención Primaria en el Centro de Salud Mejorada del Campo (Madrid) y la Dra. María Tasso Cereceda, jefa de sección de Hemato-Oncología Pediátrica en el Hospital General Universitario Dr. Balmis (Alicante). 

En este enlace se puede acceder al contenido completo de la sesión, que bien vale la pena revisar. Pero cabe destacar algunos puntos: 
- Los modelos familiares en la sociedad actual son el reflejo de los cambios que ha experimentado el concepto de familia en los últimos años. La familia convencional ha dado paso a la diversidad familiar, como son las familias homoparentales, monoparentales o reconstituidas. Todas ellas son la muestra de una sociedad más tolerante y respetuosa con la diversidad. 

- El concepto de familia tiene diversas definiciones, y que incluye a un grupo de personas, normalmente unidas por lazos legales, que conviven y tienen un proyecto de vida en común. Una definición en la que intervienen lazos biológicos, de filiación y/o de convivencia. 

- Según John Bowlby los niños y niñas se apegan instintivamente a quien cuida de ellos con el fin de sobrevivir, y donde la meta biológica es la supervivencia y la meta psicológica es la seguridad. 

- Las familias nucleares son las más tradicionales o convencionales, las cuales están formadas por un único núcleo familiar, es decir, por un hombre y una mujer y sus hijos biológicos, la conocida como familia biparental con hijos. Es el tipo de familia más frecuente en la sociedad occidental. Además, se denomina familia nuclear simple aquella formada por una pareja sin hijos. 

 Los datos actuales en España hablan de un 10,4% de hogares con familias monoparentales (40% por separación o divorcio, 38% por fallecimiento de un progenitor y 14% progenitores solos). Y en el año 2021 se produjeron más de 93.000 casos de nulidad, separación y divorcio (y en el 58% de las situaciones tenían hijos y mayoritariamente la custodia fue para la madre). 

- Las familias homoparentales/homomarentales son aquellas constituidas por parejas del mismo sexo y que llegan de una forma meditada y madura a esta situación. 

- La familia reconstruida/reconstituida es aquella en la que al menos uno de los miembros de la pareja aporta un hijo menor dependiente de una relación anterior. También se puede encontrar la denominación de familia mosaico. 

- Ningún tipo de familia es mejor que otro, sino que lo más importante es que los padres y las madres promuevan un ambiente familiar y un estilo educativo adecuado para sus hijos, basado en el afecto, el respeto y la comprensión. En la actualidad, los distintos tipos de familia más conocidos son los anteriores, pero hay otros: familias extendidas (en las que varios familiares de distintas generaciones - abuelos, padres, hijos, tíos, sobrinos…- conviven en un mismo hogar), familias adoptivas, familias de acogida,… 

Cabe revisar el vídeo porque, además, se nos presenta un caso desarrollado a través del método deliberativo de Diego Gracia, a través del análisis de los hechos, de los valores y de los deberes. Su método de trabajo es muy interesante, ya comentado en este blog en alguna ocasión, pero que os recomiendo revisar en el vídeo. 

sábado, 3 de junio de 2023

Cine y Pediatría (700) La infancia y familia según Yasujiro Ozu

 

Yasujiro Ozu era visto como uno de los directores "más japoneses", un perfeccionista cuyo trabajo fue raramente mostrado en el extranjero antes de la década de los sesenta, tiempo en el que combinó el blanco y negro y el color, el cine mudo y el sonoro. De hecho no empleó el sonido hasta 1935 según su reflexión: "¿Para qué buscar el ruido cuando reina el silencio?". Rodó un total de 53 películas, más de la mitad en sus primeros cinco años como director; y todas menos tres con los estudios Sochiku. Fue un firme defensor de la cámara estática y las composiciones meticulosas, allí donde su plano característico era el tomado desde solamente unos 90 centímetros sobre el suelo, esto es, el punto de vista de un adulto sentado sobre un tatami, nada más nipón que esto. Durante su vida recibió dentro y fuera de su país todo tipo de galardones y, tras su muerte en 1963 (se cumplen 60 años ahora), su fama alcanzó cotas aún más altas y su obra influyó en directores como Jim Jarmusch, Wim Wenders, Aki Kaurismäki o Hou Hsiao-Hsien. 

Fue un admirador confeso de Charles Chaplin y Harod Lloyd y, de hecho, sus primeras películas se inscriben en vertientes típicas de la industria estadounidense como el “slapstick” y que incluyeron el tema de la romántica vida del estudiante en obras como Me gradué, pero… (1929) y He suspendido, pero… (1930). Un repaso a su filmografía esencial incluye su obra más universal, Cuentos de Tokyo (1953), pero también otras como Primavera tardía (1949), Las hermanas Munekata (1950), El comienzo del verano (1951), Crepúsculo en Tokyo (1957), Flores de equinoccio (1958), La hierba errante (1959) o El sabor del sake (1962). Y en ellas siempre aparece otra de las señas de identidad en el cine de Ozu: el de ser el uno de los directores que más y mejor ha reflexionado sobre la familia en la historia del cine (quizás en el cine contemporáneo solo esté a su altura otro director japonés, Hirozaku Koreeeda). 

Pero si hoy recordamos su figura en Cine y Pediatría es porque tiene dos películas donde los niños son una pieza fundamental como reflejo de los anhelos y las frustraciones de los adultos, en un entorno que gravita entre el hogar, la escuela y el grupo de amigos: una película muda y en blanco y negro, He nacido, pero… (1932), otra sonora y en color, Buenos días (1959). Y lo sorprendente de estos niños de Ozu (todos varones) es su espontaneidad en la pantalla para mostrarnos lo divertida, tozuda, dulce, temeraria, orgullosa, solidaria y egoísta que es la infancia. Dos películas lejanas, pero llenas de espontaneidad y frescura, para aquellos que quieran revisar a este particular director, ya universal. 

He nacido, pero… (1932) 

Algunos la consideran aún hoy una de las grandes películas sobre niños de la historia del cine, descrito al inicio como “un cuento para adultos”. Fusiona el “slapstick” y el “shoshimin", un subgénero que nace en aquella época prestar atención a las fricciones sociales del oficinista medio y su familia con un Japón pleno de mutaciones. Una obra en tono de comedia con ese proceso de aprendizaje de los dos hermanos protagonistas a través de una sencilla historia que resguarda unos cuantos mensajes sobre la jerarquización social del mundo de los adultos, y que tiene bastante de autobiográfico. Porque recién trasladados a un suburbio de Tokio, los dos pequeños protagonistas, Keiji (Tomio Aoki) y Ryoichi (Hideo Sugawara), deberán adaptarse a su nueva escuela y a sus nuevos compañeros de colegio (“Este es nuestro nuevo hogar. Debéis ser amables con los chicos de aquí”), entre los que se encuentra Taro, el hijo del jefe de su padre, con quien establecerán una dura disputa sobre cuál de los respectivos padres “es más importante”. El principio no es fácil, pues son acosados por los otros chicos, pero poco a poco consiguen el liderazgo del grupo de esos alumnos vestidos con el uniforme escolar del régimen. Y cuando aprecian que su padre tiene una actitud de sumisión hacia su jefe de su oficina, se sienten decepcionados y no dudan en reprochárselo abiertamente. 

Las escenas de los niños enlazan con la de los adultos, en ocasiones sugiriendo un paralelismo. Y la mirada de los dos hermanos sirve para poner en evidencia la gris existencia de su padre, un empleado resignado a pasar el resto de su vida laboral en el puesto de oficinista. Y la pregunta entre ellos: "¿Crees que papá es importante?” Y su rebeldía hacia él: “Nos dices que lleguemos a ser alguien y tú no lo eres”, pues no aceptan que sea el asalariado de un jefe. Y siguen sus quejas: “Soy más fuerte y saco mejores notas que Taro. Si voy a acabar trabajando para él, no pienso ir al colegio”. Y ante esa confusión se los hijos la madre intercede y el padre se resigna: “Sé cómo se sienten. Es un problema con el que tendrán que vivir siempre… Espero que no acaben siendo un empleado pelota como yo”. 

Es una película curiosa y simpática, un documento cinéfilo cuyos diálogos son los carteles en grafía nipona y que, en algunos momentos, puede hacerse algo difícil de ver pasadas ya las nueve décadas de su estreno. Y ello porque el competo silencio, sin la musicalidad que el cine mudo tenía en occidente, puede condicionar el visionado. Que es cierto que se compensa con la peculiar historia de esta pandilla de chicos y sus simpáticas secuencias, como con el cartel colgado en la espalda de uno de los alumnos: “Está mal de la tripa. Por favor, no le den de comer”. Y la historia transcurre mientras, como un leitmotiv, el tren pasa continuamente cerca del nuevo hogar. Y al final, mientras esperan para atravesar las vías del tren, los hermanos preguntan a Tao”: "¿Qué padre es el más importante, el tuyo o el mío? Y caminan abrazados al colegio. 

Buenos días (1959) 

Casi tres décadas después de He nacido, pero..., Ozu crea esta comedia, sonora y en color, que vendría a ser una actualización de esa joya del cine mudo, pero destacando los lógicos y notorios cambios temporales en su país. De nuevo, las familias, el hogar, la escuela y el mundo adulto son sabiamente entrelazados con sus habituales dosis de encanto y elegancia. Aquí con la aparición de la lavadora y el televisor en las vidas domésticas. 

Estamos en los años 50 en un barrio en las afueras de Tokio. Una comunidad en la que todo el mundo se conoce y que se dan los “buenos días”, pero donde se piensa que la presidenta de la comunidad de vecinos se queda con las cuotas para comprarse electrodomésticos. Y a la salida del colegio, los niños se congregan en casa de los únicos vecinos que tienen televisión, y allí prefieren ver los combates de sumo que hacer los deberes o estudiar inglés. En cada hogar se mezclan los altibajos laborales con las complicaciones de la vida doméstica, también en la familia Hayashi, donde los hermanos Minoru (Kôji Shitara) e Isamu (Masahiko Shimazu) exigen a sus padres que les compren un televisor. Y al no atender su petición, deciden iniciar una huelga de silencio. Una historia sencilla de vecinos, sueños y realidades, donde la tele aparece como señuelo, también en algunas conversaciones: “Estoy en contra de comprar una. Alguien dijo que la tele produciría cien millones de idiotas…Significa que todos acabaremos atontados”. Y se preguntan, “¿Demasiadas comodidades no son buenas?”

De nuevo, como en He nacido, pero… aparecen alumnos uniformados que acuden al colegio y saludan a su profesor en la calle quitándose el sombrero, de nuevo profesores y familias sensatas, o esa repetición de gestos entre los chicos (aquí se empujan con la mano en la frente del otro, imitando al profesor de inglés), de nuevo un leitmotiv visual (en aquella el tren, ahora las personas que cruzan por el camino situado en la cuesta del fondo) o las notas de humor (como ese marido que a cada ventosidad que se le escapa recibe la pregunta de su mujer “¿Me llamabas?” o el vecino ebrio que no encuentra su casa) y las continuas conversaciones (“Hay vecinos por todas partes, a no ser que te vayas a vivir a las montañas”). Y el pequeño Isamu que siempre dice “I love you” a todos, salvo en su huelga de silencio, y que recupera cuando finalmente la tele llega a su hogar. Y ese otro chico que siempre pide calzoncillos limpios a su madre… 

Y con Yasojiru Ozu conmemoramos de una forma muy especial que hemos alcanzado en Cine y Pediatría otra cifra centenaria, pues esta es ya el post número 700 de este proyecto que es una oportunidad para la docencia y la humanización en nuestra práctica clínica.