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lunes, 9 de diciembre de 2019

¿Qué hacen y piensan los médicos para no “quemarse” con su trabajo?


Hace un tiempo participamos en este estudio original con encuesta a médicos clínicos activos con el objetivo de revelar las fuentes de dificultades y de satisfacción que ellos consideran tiene su trabajo, así como los valores que sustentan su práctica y las estrategias que utilizan para seguir siendo productivos y disfrutar de su actividad asistencial. 

En este enlace podéis revisar el contenido publicado en el Boletín DocTutor de Educación Médica, que considero relevante para revisar una realidad conocida y reconocida como es el “síndrome del médico/enfermero quemado” (SMQ)

Se seleccionó una muestra de conveniencia de 76 médicos de diferentes especialidades, aunque con un predominio de la atención primaria (médicos de familia y pediatras). Los médicos seleccionados cumplían los criterios de encontrarse en activo en el momento actual o hasta hace poco tiempo, habiendo sido la actividad clínica la principal para estos médicos y la que les ocupó la mayor parte de su vida profesional. Se confeccionó una encuesta de 11 preguntas de tipo cerrado (8 preguntas), con diferentes opciones de respuesta y de tipo abierto (3 preguntas). Las encuestas fueron enviadas a través de la plataforma Google Formularios a todos los seleccionados. 

Las causas de insatisfacción o de disgusto con su trabajo fueron muy variadas, pero se destacan las principales fuentes de problemas: 
1º) Sobrecarga asistencial: masificación en las consultas; compañeros no sustituidos. 
2º) Relación con la empresa sanitaria: maltrato de la empresa; presión de la admistración con nulo/escaso reconocimiento; nula/escasa autonomía; prepotencia de los gestores; objetivos imposibles o mal diseñados; escaso interés por la calidad de la asistencia de la administración. 
3º) Tareas burocráticas (excesivas): carga burocrática; múltiples tareas a realizar a la vez; programa informático; gestión de bajas laborales; dificultad para hacer buenas historias clínicas. 
4º) Relación con el equipo: pobre coordinación colaboración con enfermería; imposibilidad de elegir el equipo; compañeros quemados con compañeros hospitalarios. 
5º) Escasez de recursos: espacio físico; recursos humanos; tiempo (mayoritario). 
6º) Relación con algunos pacientes: pacientes con cultura de la inmediatez y sin educación (sanitaria); pacientes con patologías banales; pacientes sin cita. 
7º) Remuneración escasa: baja remuneración; forma de pago. 

Cómo andará el percal para que el bajo sueldo (lamentable sueldo en España respecto a la mayoría de los países de la Unión Europea) sea la séptima fuente de problema. Ojo al dato... 

Los médicos ofrecieron respuestas específicas sobre los recursos o estrategias que ellos ponían en práctica para tratar de afrontar los problemas anteriores que habían destacado... y que vale revisar en el documento original. Las estrategias ofrecidas para afrontar esas dificultades representan un conjunto de medidas concretas realmente interesante y práctico. Estas abarcan cada una de las principales áreas conflictivas, y destacan (también por número) la riqueza de las estrategias de autocuidados y la variedad de tareas de tipo «existencial» que estos médicos utilizan. 

Y sí, realmente es interesante recurrir a lo «existencial»: que algo divino tenga que acudir para salvar lo terrenal de nuestra sanidad. Señores gestores y políticos: tenemos una de las mejores sanidades del mundo... y vale la pena escuchar (y resolver) lo que plantean los profesionales sanitarios. Pues no se pide trabajar menos (ni tan siquiera mayores sueldos), se pide trabajar en mejores condiciones, más eficientes y seguras para los usuarios externos (pacientes) e internos (profesionales sanitarios). 

Y claro que este estudio tiene limitaciones (los autores los conocen y especifican, y por ello quieren mejorar el tamaño muestral y el estudio, para mejorar su representatividad), pero tiene un extraño parecido con nuestro día a día... Yo ahí lo dejo (bueno, los resultados del artículo).

jueves, 1 de mayo de 2014

La atención primaria como cadena de montaje



Vía twitter llego hasta esta carta de un colega pediatra de atención primaria de la Comunidad Autónoma de Madrid, que ha dejado su puesto de trabajo al tener que ver, por "ordeno y mando", un niño cada 5 minutos... y revisiones de un máximo de 10 minutos. La carta se titula: "Cuando al sistema solo le importan los números. Carta de un pediatra que renuncia a su plaza por no poder trabajar con un minimo de calidad con sus pacientes".

La carta no tiene desperdicio y al describir su situación personal ésta es sin duda representativa de las condiciones en que tienen que trabajar muchos pediatras y médicos de familia de todo el estado. Porque aunque cada autonomía tenga su "minisistema nacional de salud" propio... lo cierto es que éstos se parecen todos en sus defectos. Y la sobresaturación de las consultas es un de ellos.

Tener que visitar obligatoriamente a un mínimo de 50 niños, con un tiempo máximo asignado de 5 minutos, es simplemente una medida demencial e inhumana. Ningún profesional sanitario puede ni debe trabajar en semejantes condiciones. En palabras textuales de nuestro compañero: "La agenda de pediatría dispone de 50 huecos para consultas médicas: Cada 5 minutos para consultas a demanda y con 4 pares de huecos de 10 minutos para consultas concertadas y revisiones del niño sano, a los que se añaden los pacientes sin cita que lo soliciten".  Este es, sin duda, el camino más corto hacia el burn out y también el camino más corto para cometer algún error diagnóstico que tanto el profesional como el niño y sus padres pueden lamentar más tarde.

Una consulta de pediatría (o de medicina de familia) de atención primaria debe ser un lugar de encuentro entre el profesional y el paciente y su familia. Un lugar en el que se deberían dar las condiciones óptimas para no ya "visitar" al niño sino también para interesarse por otros aspectos de su salud y de sus circunstancias familiares, datos que son preciosos para poder seguir atendiendo a ese niño en el futuro con calidad y profesionalidad.

Y dar 10 minutos para realizar una revisión es, simplemente, un disparate, una broma de mal gusto y una fuente de frustración para todos, pediatra y el niño y su familia. No puede hacerse una revisión como Dios manda en ese tiempo. Ni puede ni debe hacerse.

Este compañero pediatra de Madrid refiere en su carta que dimite, que deja ese centro.Se trata de una decisión valiente... Es muy probable que no vuelva a ser contratado por el servicio de salud de su comunidad autónoma al ser catalogado como conflictivo. Desde este blog solo podemos solidarizarnos con él, lamentar que haya tenido que tomar esa decisión... y, por supuesto, que encuentre otro lugar, otro centro en el que se priorice la atención a las personas, la calidad en vez de la cantidad. ¿Quedan centros así? Me temo que cada vez menos...