miércoles, 31 de enero de 2024

En ocasiones veo… Cine y Pediatría

 

El director y guionista M. Night Shyamalan, norteamericano de origen indio criado en Pensilvania y graduado en Medicina (aunque decidió estudiar cinematografía en la Escuela de Arte de la Universidad de Nueva York), no deja indiferente a nadie, tiene unas señas de identidad marcadas y una trayectoria bastante peculiar, amado por unos pero cuestionado por otros. Logró sorprendernos en el año 1999 con la impactante El sexto sentido / The Sixth Sense, gran éxito internacional de público y crítica con ese tour de forcé entre Bruce Willis y el niño Haley Joel Osment. Y este niño nos dice aquí su famosa frase: “Quiero decirte mi secreto ahora. En ocasiones veo muertos”. 

Pues bien, con la inspiración de esa frase nació el título del programa televisivo dedicado al cine, “En ocasiones veo cortos”, dirigido por el periodista Vicente Hipólito. Y desde este programa se ha dedicado recientemente un programa casi monográfico para nuestro proyecto Cine y Pediatría, enfocado principalmente a destacar el objetivo de que nos atrevamos a “prescribir películas” para mejorar la ciencia, conciencia y humanización en nuestra práctica sanitaria. 

Y aquí recordamos que ya hace 8 años que el discurso de ingreso en ASEMEYA (Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas” tuvo como título "¿Te atreves a prescribir películas en Pediatría?", y que tras más de 14 años de andadura tiene en su haber la publicación de más de 750 post (uno cada sábado, sin fallar uno desde enero de 2010), 12 libros de Cine y Pediatría (con el 13 en fase de publicación, el 14 ya escrito y camino del 15), el libro electrónico “Trilogías de películas para pediatras de cine” o el inicio de la serie "Terapia cinematográfica" en la revista Pediatría Integral.    

Os dejamos el programa, y entre los minutos 13 y 30 se puede revisar la entrevista de la semana dedicada a Cine y Pediatría.

 

lunes, 29 de enero de 2024

Comienza el curso de Continuum "Inmunizaciones en Pediatría 2024"

 

En breve comenzará el curso de Continuum "Inmunizaciones en Pediatría 2024", organizado y coordinado por el Comité Asesor de Vacunas de la AEP. 

El curso proporcionará al alumno los conocimientos actualizados y las habilidades necesarias para mantener y mejorar su competencia en inmunizaciones, teniendo en cuenta la evidencia disponible sobre la efectividad, la eficiencia y la seguridad de las mismas, y la epidemiología de las enfermedades inmunoprevenibles en nuestro país. 

El curso está dividido en tres grandes módulos, que son: 

I. ACTUALIZACION GENERAL EN VACUNAS DE LOS CALENDARIOS OFICIALES 
- Calendarios de vacunación en España. Calendario de la AEP. Calendarios de rescate 
- Novedades sobre las vacunas incluidas en los calendarios oficiales: DTP–Hib–VPI–VHB; Neumococo; Triple vírica; Varicela 
- Novedades sobre las vacunas incluidas en los calendarios oficiales: MenC, MenACWY y VPH 
- Novedades sobre las vacunas incluidas en los calendarios oficiales: gripe y SARS-CoV-2 
- Novedades sobre las inmunizaciones incluidas en los calendarios oficiales: Meningococo B 
- Novedades sobre las inmunizaciones incluidas en los calendarios oficiales: virus respiratorio sincitial (VRS) 

II. NOVEDADES SOBRE LAS VACUNAS NO INCLUIDAS EN LOS CALENDARIOS OFICIALES - Rotavirus 

III. INMUNIZACION EN SITUACIONES ESPECIALES 
- Inmunizaciones para niños viajeros: BCG, cólera, encefalitis centroeuropea, encefalitis japonesa, fiebre amarilla, fiebre tifoidea, poliomielitis, rabia 
- Inmunizaciones de pacientes con enfermedades crónicas o inmunodepresión. Inmunizaciones de sus convivientes 
- Inmunización pasiva: inmunoglobulinas y anticuerpos monoclonales. Indicaciones, dosificación, seguridad 

Los objetivos específicos del curso son: 
- Conocer la composición, la efectividad y la seguridad de las distintas vacunas y anticuerpos, ya sean financiadas o no. 
- Realizar un registro correcto de las mismas y notificar posibles reacciones adversas. 
- Actualizar el calendario de un niño no vacunado mediante pautas aceleradas. 
- Conocer los consejos para un niño que va a viajar a países de riesgo. 
- Identificar a los niños con necesidades especiales de vacunación. 

El curso está tutorizado durante los más de 3 meses de duración: comenzará el próximo 15 de febrero y estará en activo hasta el 29 de mayor de 2024. 

Toda la información e inscripciones en este enlace de la web de Continuum.

sábado, 27 de enero de 2024

Cine y Pediatría (734) “El profesor Bachmann y su clase”, más allá de las calificaciones

 

Es de noche y un autobús escolar va recogiendo a los alumnos. Ya amanecido, llegan al centro escolar. Y la voz del profesor pregunta si falta alguien, dejándoles echar una cabezada de sueño sobre el pupitre. Son chicos y chicas adolescentes (12-13 años), algunos alemanes, pero la mayoría de otras nacionalidades (turcos, búlgaros, polacos, marroquís, kazajos,….). Luego este profesor de avanzada edad, con camiseta del grupo musical AC/DC, chándal y gorro de lana, les cuenta algo sobre una guitarra eléctrica y una mesa, que cuesta entender también a los alumnos. Y así transcurren los primeros 15 minutos de una nueva película sobre la educación, la historia de un profesor con métodos docentes poco convencionales y su alumnado, una interacción nutrida de complejas realidades sociales, con el trasfondo del problema de la emigración en Europa y su integración. Estamos describiendo la película alemana El profesor Bachmann y su clase (Maria Speth, 2021), film en formato documental que se desarrolla a lo largo de un curso escolar durante el año previo de estos alumnos al ingreso en la Secundaria. 

La película transcurre fundamentalmente en las aulas del Georg Büchner School, ubicado en la ciudad industrial alemana de Stadtallendorf, en el estado federal de Hesse, al este de Dusseldorf. Ciudad pequeña, con una población de casi 30.000 habitantes y en la que alrededor del 60% son emigrantes de distintos países del Este y de Turquía. El profesor Dieter Bachmann es el centro de atención, así como los alumnos de su clase (Stefi, Ronja, Jamie, Ilknur, Hasan, Anastasia, Regina, Cengizhan, Erdzhan, Mattia, Rabia, Jamie, Tim, Thea, Ayman, Carolin, Ferhan, Martin, Raffaele, Abdu, Alpi, Leoni,…), y ello realmente no actúan, sino que interaccionan como si no hubiera cámara. Y a medida que interactúan les vamos conociendo y apreciando en su diferente forma de ser. 

Y esta película de 217 minutos de carácter documental nos transporta a los sentimientos, pensamientos, emociones y melancolía de un grupo de estudiantes de diversa procedencia que llevan en sus mochilas el idioma, las tradiciones y las diferentes perspectivas religiosas de sus respectivas familias Y donde comprobamos el respeto del profesor Bachmann hacia cada uno de ellos, hacia sus creencias, acciones y reacciones: “Venid a verme si necesitáis ayuda”, les dice. Pero es un docente sensible, a la vez que firme y también sabe imponer el orden: “Todos, de pie detrás de vuestra silla y limpiad vuestro pupitre. Luego haremos un minuto de silencio. Y vamos a bajar las escaleras igual de silenciosamente”. 

Y mientras transcurre el curso escolar, transcurren las estaciones, de la nieve del frío invernal del inicio a la prometedora primavera del final. Y en ese transcurso convivimos con las clases y conversaciones del Sr. Bachmann y sus alumnos, con las particulares clases de matemáticas (donde enseña las probabilidades matemáticas con una bolsa de papel y varias bolas: “Los matemáticos dicen que la suerte se puede calcular”) y clases de alemán, o esos tiempos para le lectura (donde cada uno lee el libro, cuento o cómic que prefiere) y, sobre todo, para la música, su gran afición. Por ello, en una celebración con familiares, la hermana de un alumno le dice “Sr. Bachmann, ¿tú solo haces música?”. Y su respuesta: “Eso dicen de mí, pero no es cierto. También damos matemáticas, alemán, arte y educación física”. Pero lo cierto es que a lo largo del largo metraje no solo cambia de gorros de lana, sino de temas musicales que comparte con sus alumnos, incluido la versión del “Knockin´n on Heaven´s Door” del grupo Guns N´Roses o sus propias composiciones. 

También conocemos a algunos profesores más, y con ellos compartimos el claustro de profesores, las evaluaciones o el simulacro de incendio. Y el profesor Bachmann habla continuamente con sus alumnos, de forma general en sus clases y de forma particular con cada uno de ellos y sus proyectos de vida. Por ello algún alumno le confiesa: “Mi padre ha dicho que eres un buen y apasionado maestro. Creas muy bien ambiente y eso”. Y a buen seguro que es así, y también muy particular, pues con ellos aborda aspectos polémicos de la vida real, como la religión, el uso del hiyab, la invasión nazi y los campos de concentración (con la visita de ese museo que recuerda la fábrica de bombas en la ciudad) o el amor homosexual. Y en todo momento se muestra conciliador, humano y dialogante, aunque riguroso en mantener la disciplina. Y cuando recuerda a un compañero que ya tiene 65 años y está a punto de jubilarse después de décadas de maestro, profesión que aprendió a amar con el tiempo, aquel le dice: “Eras como E.T. entre los profesores”. 

Quizás la parte final de la película es la más simbólica. Con esa explicación que Bachmann realiza de forma individual de las notas de cada alumno, apoyando cada uno de los suspensos o dificultades. Con ese viaje de fin de curso a la campiña, con la convivencia continua durante varios días entre alumnos y profesores. Con esa despedida de una de las profesoras: “Habéis sido un dolor de cabeza la mayor del tiempo, tengo que admitirlo. Pero realmente os he llegado a apreciar en muy poco tiempo”. Y esas palabras finales del profesor Bachmann a esos alumnos que cambian ya de instituto: “Todos sois personas completamente diferentes. Estas calificaciones no reflejan en absoluto quien eres. Son solo instantáneas de cosas sin importancia como las matemáticas y el inglés. Lo que es mucho más importante es que sois chavales excelentes. Todos vosotros sois honestos. Permaneced fieles a vosotros mismos. No es tan importante lo bueno o malo”. 

Y finaliza con esa escena final de espaldas con su gorro y con la clase vacía… Y durante tres horas y media hemos sido partícipes de esta historia que es como un homenaje a todos aquellos profesores que, con su personal modo de practicar la enseñanza y su pasión por ayudar al alumnado, consiguen poco a poco inculcarles valores, motivarles para que sigan adelante y no abandonen los estudios, con la meta de llegar a ser adultos de provecho. 

Porque El profesor Bachmann y su clase es una oportunidad para sentir el amor y pasión por enseñar y sacar lo mejor posible de su alumnado, en este caso un alumnado donde se combina emigración e integración. Y cuya enseñanza va mucho más allá de las calificaciones…Y, pese a su ambicioso metraje, retrata de nuevo otra figura carismática de un profesor inolvidable que aporta valores para un mejor desarrollo humano de sus alumnos, una forma alternativa de enseñar compensando las diferencias culturales y sociales. 

Y el nombre del Sr. Bachmann se une al de tantos otros docentes prestigiosos del séptimo arte, unos en la ficción, otros en la realidad: Arthur Chipping en las dos versiones de Adiós, Mr. Chips, la de blanco y negro (Sam Wood, 1939) y la de color y musical (Herbert Ross, 1969); Anna Sullivan en El milagro de Ana Sullivan (Arthur Penn, 1962); Mark Thackeray en Rebelión en las aulas (James Clavell, 1967); John Keating en El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989); LouAnne Johnson en Mentes peligrosas (John N. Smith, 1995); Glenn Holland en Profesor Holland (Stephen Herek, 1995); Sean McGuire en El indomable Will Hunting (Gus Van Sant, 1997); Roberta Guaspari en Música del corazón (Wes Craven, 1999); Don Gregorio en La lengua de las mariposas (José Luis Cuerda, 1999); Georges López en Ser y tener (Nicolas Philibert, 2002); Katherine Watson en La sonrisa de Mona Lisa (Mike Newell, 2003); Clément Mathieu en Los chicos del coro (Christophe Barratier, 2004); Erin Gruwell en Diarios de la calle (Richard LaGravenese, 2007); François Marin en La clase (Laurent Cantet, 2008); Pascaline Dogliani en Sólo es el principio (Jean-Pierre Pozzi y Pierre Barougier, 2010); Stacy Bess en Más allá de la pizarra (Jeff Bleckner, 2011); Bachir Lazhar en Profesor Lazhar (Philippe Falardeau, 2011); Henry Bathes de El profesor (Detachment) (Tony Kaye, 2011); Carlos González de Entre maestros (Pablo Usón, 2012); Anne Gueguen en La profesora de Historia (Marie-Castille Mention-Schaar, 2014); Master Carvelle en El coro (François Girard, 2014); la hermana Margueritte en La historia de Marie Heurtin (Jean-Pierre Améris, 2014); Maria Drazdechova en La profesora (Jan Hrebejk 2016); Miss Kiet en Los niños de la señorita Kiet (Peter Lataster y Petra Lataster-Czisch, 2016); François Foucault en El buen maestro (Olivier Ayache-Vidal, 2017); Lisa Spinelli en La profesora de parvulario (Sara Colangelo, 2018); o Ugyen Dorji en Lunana: un yak en la escuela (Pawo Choyning Dorji, 2019); por citar algunos de los ya comentados en Cine y Pediatría.                       l  

 

miércoles, 24 de enero de 2024

Terapia cinematográfica (3). Prescribir películas para entender la importancia de ser médico pediatra

 

Seguimos avanzando en la sección de la revista Pediatría Integral que hemos denominado “Terapia cinematográfica en la infancia y adolescencia”. Y hoy queremos prescribir película para entender la importancia de ser pediatra. Porque la historia de la Pediatría se pierde en el tiempo y en la Historia, paralela a la historia de la Medicina. Y el Comité de Historia de la Pediatría de la Asociación Española de Pediatría clasifica el desarrollo de la pediatría española en cuatro etapas diferenciadas: 1) Nacimiento de la pediatría como especialidad médica (finales siglo XIX y principios del XX); 2) Los inicios de la consolidación de la especialidad (1914-1936); 3) Consolidación definitiva de la pediatría (1939-años 60); y 4) Desarrollo de la pediatría y de sus especialidades (años 70 hasta la actualidad). 

Y este recorrido histórico y docente alrededor de la Pediatría refuerza la importancia de ser pediatra. Ya hemos definido que la Pediatría es una ciencia médica y una profesión que abarca casi todas las especialidades, todos los ámbitos sanitarios y múltiples etapas entre el nacimiento y la adolescencia. Por tanto, una especialidad apasionante de la que se podrían reseñar muchos momentos “de cine. Y que hoy queremos apoyar con la prescripción de un conjunto de películas que indagan sobre la formación y la práctica clínica de un médico pediatra. Y la elección de estas siete películas tienen en común que sus guiones están basados en hechos reales (con personajes y acontecimientos adaptados al guión cinematográfico) y, curiosamente, cuatro de ellas son películas realizadas para la televisión (y no para su estreno en la gran pantalla). 

Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Patch Adams (Tom Shadyac, 1998), para tener en cuenta siempre la humanización en el acto médico. 

- Las confesiones del Dr. Sachs (La maladie de Sachs, Michel Deville, 1999), para visualizar la extraordinaria labor de un médico (o pediatra) general. 

- A corazón abierto (Something The Lord Made, Joseph Sargent, 2004), para no olvidar cómo se gestan los epónimos en Medicina. 

- El mundo en sus manos (Gifted Hands: The Ben Carson Story, Thomas Carter, 2009), para entender la magia de aprender, de superarse a sí mismo y llegar a la excelencia profesional. 

- El milagro de Carintia (Das Wunder von Kärteb, Andreas Prochaska, 2011), para reconocer la importancia y esfuerzo de una guardia médica. 

- Hipócrates (Hippocrate, Thomas Lilti, 2014), para conocer la peculiar vida de un residente en formación. 

- 22 ángeles (Miguel Bardem, 2016), para reivindicar que la mejor cura frente a la vacunofobia (y los movimientos antivacuna) es la vacunofilia (y los hechos históricos). 

Siete películas que son solo una pequeña selección para entender la importancia de formarse y ser médico y especialista en Pediatría, una profesión que abarca todas las especialidades en la infancia y  adolescencia.

lunes, 22 de enero de 2024

Comienza el curso de Continuum "Oftalmología infantil 2024"


El curso de Continuum sobre "Oftalmología infantil" llega a su tercera edición. Tras el éxito de la edición de los años 2020 y 2022, llegar su tercera edición en este año 2024 recién estrenado. 

Este curso proporciona al alumno conocimientos y habilidades necesarios para entender y manejar la patología ocular más habitual en la infancia y orientar el diagnóstico de las patologías que requieren una derivación al oftalmólogo. 

El curso está dividido en seis módulos, que son: 
- Desarrollo visual, ametropías, estrabismos 
- Leucocoria 
- Patología del segmento anterior 
- Patología sistémica 
- Vía lagrimal, párpados y órbita 
- Neuroofalmología 

En cada unidad didáctica se ofrece también información complementaria para los alumnos que quieran profundizar en un determinado aspecto. El curso está tutorizado, lo que implica que, a lo largo del curso, estaremos a su disposición para ayudarles a resolver las dudas que se les planteen.

Al finalizar la actividad, el alumno habrá conseguido una serie de competencias que se recogen en estos objetivos: 
- Saber orientar el diagnóstico de las patologías oculares de la infancia. 
- Identificar los signos de alarma y los motivos de derivación al oftalmólogo. 
- Conocer los programas de cribado. 
- Manejo y tratamiento de la patología ocular más habitual en las consultas de pediatría. 

Todo esto en un curso de 72 hs lectivas y 2 meses de duración (comienzo el 1 de febrero y finalización el 28 de marzo 2024), acreditado con por la Comisión de Formación Médica Continuada y avalado por un equipo de oftalmólogos pediatras con amplia experiencia docente en esta materia. 

Toda la información e inscripciones en la página web de Continuum.

sábado, 20 de enero de 2024

Cine y Pediatría (733): Los niños robots en el cine, la IA a escena


La inteligencia artificial (IA) está de moda. Y no solo lo está en la pléyade de artículos científicos publicados, sino también en las noticias en prensa generalista, en conferencias y ponencias, en vídeos; y, sobre todo, en nuestro día a día. Y no solo nos interesan sus luces, sino que nos preocupan sobremanera sus sombras y esas zonas grises que deberemos resolver con el ChatGPT ya en nuestras vidas. 

La inteligencia artificial se podría definir como la simulación de la inteligencia humana en máquinas programadas para realizar tareas que normalmente son realizadas por seres humanos, allí donde se combina con los conceptos de aprendizaje automático y aprendizaje profundo. El primer trabajo reconocido sobre IA data de 1943, publicado por WS McCulloch y W Pitts, dos años después de que Isaac Asimov, en un relato corto sobre robots, enunciase las denominadas “tres leyes de la robótica”: 1) un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño; 2) un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley; y 3) un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley. 

Y es así como si los robots fueran el primer santo y seña de la IA. Y es bien conocido que la representación de robots en el cine es un tema fascinante que ha sido explorado en diferentes películas a lo largo de los años. Porque existe una relación bastante importante entre el arte y la tecnología, donde cada uno de ellos inspira al otro para mejorar y superar nuevos retos. En el cine de ciencia ficción y fantasía los robots podrían representar el anhelo del ser humano de crear vida a su imagen y semejanza, ya sea con fines nobles como con fines destructivos. Robots de distintos tipos (desde adorables a odiosos) que a menudo plantean preguntas filosóficas y éticas sobre la inteligencia artificial, la humanidad y la relación entre humanos y máquinas. 

He aquí algunos robots que nos ha dejado el séptimo arte, divididos en varios tipos: 

a) Robots adorables que nos han robado el corazón, como C-3PO y R2-D2 de la saga La guerra de las galaxias o Wall-E en Wall-E (Andrew Stanton, 2008). Pero donde recordamos otros como Robby the Robot en Planeta prohibido (Fred M. Wilcox, 1956), Tik Tok de la película Oz, un mundo fantástico (Walter Murch, 1985), Johnny 5 en Cortocircuito (John Badham, 1986), el Gigante de hierro en la película El gigante de hierro (Brad Bird, 1999), Andrew de El hombre bicentenario (Chris Columbus, 1999), David desde el film A.I. Inteligencia Artificial (Steven Spielberg, 2001) o Baymax en Big Hero 6 (Chris Williams, Don Hall, 2014). 

b) Robots temibles que nos dejaron sin aliento, como Robocop en la película Robocop (Paul Verhoeven, 1987) y su saga o T-800 y T-1000 en la película Terminator 2: El juicio final (James Cameron, 1991). Pero que incluyen también a Gort en Ultimátum a la Tierra (Robert Wise, 1951), Mechagodzilla en Godzilla vs Mechagodzilla II (Takao Okawara, 1993), EVA de la serie de anime para televisión Neon Genesis Evangelion (Hideaki Anno, 1995), Optimus Prime y Megatron en Transformers (Michael Bay, 2007), Astroboy de la película de animación Astro Boy (David Bowers, 2009), Gypsy Danger en Pacific Rim (Guillermo del Toro, 2013) o Visión desde la película Los vengadores: la era de Ultrón (Joss Whedon, 2015). 

c) Robots más realistas, y que incluyen a Roy Batty de Blade Runner (Ridley Scott, 1982) o Sonny de Yo, robot (Alex Proyas, 2004), pero también a Robot Police de la película THX 1138 (George Lucas, 1971), Ash y Bishop de Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979), Lisa en La mujer explosiva (John Hughes, 1985), Johnny Cab en Desafío Total (Paul Verhoeven, 1990), Max de la película Eva (Kike Maillo, 2011), Robot del film Un amigo para Frank (Jake Schreier, 2012), Ava de Ex Machina (Alex Garland, 2014), M3GAN de la película M3GAN (Gerard Johnstone, 2022) o el Teniente Comandante Data de la saga Star Trek y Motoko Kusanagi de la saga japonesa Ghost In The Shell. Y hasta podemos recordar a Maria, el robot que protagoniza esta película pionera de la ciencia ficción en el cine mudo, Metrópolis (Fritz Lang, 1927). 

d) Y otras inteligencias artificiales que nos sumergen en un futuro incierto, como HAL 9000 de la mítica película 2001: Una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968), así como Max en la película El vuelo del navegante (Randal Kleiser, 1986), GERTY en la película Moon (Duncan Jones, 2009) o TRAS en Interstellar (Christopher Nolan, 2014). 

Todas estas películas exploran diversos aspectos de la relación entre humanos y robots, y cada una aporta su propia perspectiva sobre las complejidades éticas y emocionales involucradas en la creación de seres artificiales. Si estas inteligencias artificiales tienen apariencia infantil a la reflexión se suma un plus, que vamos a revisar con más detenimiento: 

- A.I. Inteligencia Artificial (Steven Spielberg, 2001), Estados Unidos. Un cuento de ciencia ficción que explora temas de inteligencia artificial y ética en un futuro distópico donde los humanos han creado robots con apariencia humana para satisfacer diversas necesidades, los Mecas. Esta película explora la historia de David (Haley Joel Osmet, el niño que ya nos sorprendió un par de años ante en El sexto sentido), un niño robot que es adoptado por una familia humana y que acaba desarrollando un deseo de convertirse en "real" para ser amado por su madre humana, momento en que todo se complica.  Aunque Spielberg fue el director, la película se basa en una historia original escrita por el visionario cineasta Stanley Kubrick, quien se apoyó en el cuento de ciencia ficción "Supertoys Last All Summer Long" de Brian Aldiss, e incorpora elementos de la obra italiana “Las aventuras de Pinocho” de Carlo Collodi. Y todo ello para este film que ha generado reflexiones sobre la relación entre humanos y máquinas. 

- Astro Boy (David Bowers, 2009), Japón. Basada en el manga japonés de Osamu Tezuka, esta película de animación sigue la historia de Astro Boy, un niño robot creado con inteligencia artificial, donde se exploran temas de identidad y aceptación. Astro Boy tiene habilidades extraordinarias, como fuerza sobrehumana, vuelo y rayos láser integrados en sus dedos; y, a medida que la historia avanza, Astro Boy busca su identidad y su lugar en el mundo, enfrentándose a diversos desafíos y descubriendo el significado del verdadero heroísmo. 

- Eva (Kike Maillo, 2011), España. Una rareza dentro del cine de "sci-fi" (ciencia ficción) español, que bien merece ser vista si eres de uno de esos espectadores que creen en la posibilidad y viabilidad de que algún día los humanos lleguemos a vivir con criaturas mecánicas de inteligencia artificial… y en donde los niños y niñas son todo un prototipo. Protagonizada por Daniel Brühl, Marta Etura y Alberto Ammann, pero en donde destaca Lluis Homar como el robot criado Max y la debutante Claudia Vega en el papel de la niña Eva. Una niña especial, magnética, donde “no importa tanto si los robots sienten o no, lo que importa realmente es lo que te hace sentir”.  

- Chappie (Neill Blomkamp, 2015), Estados Unidos. Película ambientada en Johannesburgo, Sudáfrica, en un futuro cercano, que sigue la historia de un robot policía experimental con inteligencia artificial llamado Chappie, quien, tras ser reprogramado, desarrolla la capacidad de pensar y sentir como un niño, lo que lleva a explorar temas de naturaleza humana y prejuicios. Entre el elenco actoral contó con Hugh Jackman, Dev Patel y Sigourney Weaver. 

- M3GAN (Gerard Johnstone, 2022), Estados Unidos. Tras la muerte de sus padres, la pequeña Cady (Violet McGraw) comienza a vivir con su tía Gemma (Allison Williams), una joven ingeniera robótica sometida a un intenso estrés laboral que no se ve preparada para ocuparse de la pequeña. Para resolver sus problemas, Gemma decide vincular al prototipo M3GAN (Amie Donald), una muñeca robótica programa para ser la mejor compañía de un niño, con Cady. Sin embargo, Gemma no tardará en descubrir las inimaginables consecuencias de su decisión en este thriller terrorífico donde nos resuena la canción del robot: “Concéntrate en lo positivo. E ignora lo negativo”. 

Cinco ejemplos donde la infancia robótica tiene su lugar en el séptimo arte. Y aquí cabe hacer una reseña especial a la película Yo, Robot (Alex Proyas, 2004), título e historia inspirada en la colección de cuentos de Isaac Asimov, donde se toma prestados los principios fundamentales de sus leyes de la robótica, ya enunciadas. Y, aunque no se centra específicamente en niños robots, aborda temas éticos relacionados con la inteligencia artificial, donde el detective Del Spooner (Will Smith) queda a cargo de la investigación de la muerte de un eminente científico, y lo que en apariencia pudiera parecer un suicidio parece tener implicaciones más profundas relacionadas con un posible incumplimiento de las leyes de la robótica. 

Porque se dice que la palabra robot procede del término checo “robota”, que significa servidumbre o esclavitud en ese idioma, pues es una concepción inicial para el que se crearon estas máquinas. El dramaturgo checo Karel Capek fue quien, en una obra de teatro de 1920, utilizó por primera vez la palabra robot para definir a unas criaturas mecánicas con forma humana, pero el celuloide ya los había retratado en alguna que otra pesadilla futurista como Houdini: The Master Mistery (Harry Grossman y Burton L. King, 1919) o L'uomo meccanico (André Deed, 1921). Porque los robots han representado en el cine el temor de los frágiles humanos a las máquinas y la tecnología, al progreso y la deshumanización, pero también los ha retratado con ternura y amor, admiración y respeto. 

Hoy los niños robots en el cine nos permiten debatir de cómo la IA entra en  escena. 

jueves, 18 de enero de 2024

Niños viviendo una guerra

 


Un niño se despierta con ruido de sirenas. -¡¡Vamos, todos coged una muda y mantas, nos bajamos al refugio¡¡

Según Save the Children,  uno de cada seis niños en el mundo vive en una zona de conflicto (Afganistán, Myanmar, Etiopía, Yemen, Ucrania entre otros muchos).  En 2021, vivían en una zona de conflicto 449 millones de niños. La mitad, unos 230 millones, lo hacían en las zonas de guerra más mortíferas. Cada año, mas de 100 millones de personas, de las cuales 40 millones son niños, se ven obligadas a desplazarse por conflictos, violencia, violaciones de derechos humanos y persecución.

En la actualidad la reciente guerra en Gaza, nos muestra el horror de miles de niños huyendo, heridos y muertos.

Para ayudar a los cuidadores de los niños en situaciones de guerra, el Colegio Oficial de Psicología de Madrid elaboró en el año 2022 un documento:  Menores viviendo una guerra. Guía para crear un paraguas de protección psicológica. El objetivo es ayudar a los niños que viven en un contexto de guerra o huyen de ella.

Aunque el dolor y miedo de millones de niños es inimaginable, este documento trata de ofrecer ayuda a las familias con menores que se enfrentan a este horror.

 Desde el mismo recuerdan:

“La experiencia de vivir la guerra o huir de ella tiene como resultado la angustia, el dolor, el sufrimiento. El desarraigo. Y la huida obligada de las raíces que sustentan tu vida. Y también la muerte. también la penuria, la escasez, la indigencia. Abandonar lo  tuyo, a los tuyos, el suelo que te ha visto nacer, en el que juegas, en el que creces, en el que vives. Dejar todo lo tuyo, de la noche a la mañana”.

Vivir en un contexto de guerra: Cómo ayudar a los niños que viven una guerra o huyen de ella 

Es importante adaptar el mensaje a la edad del niño y antes de hablar con ellos pensar lo que se les quiere transmitir.

En el caso de los más pequeños (0-3 años:

En esta etapa, los niños suelen tener miedo por la pérdida brusca, la separación de los cuidadores, los ruidos fuertes, las heridas, la oscuridad y los extraños.

Al hablar con ellos:

  • Intentar ser concretos en los mensajes, utilizando frases cortas y sencillas para  explicarles lo que esta pasando
  • Adaptar el lenguaje a su edad
  • Utilizar cuentos como medio para explicarles lo que está sucediendo
  • Permanecer a su lado, darles afecto y que sientan que estamos con ellos, que se sientan cuidados.
  • Mantener sus rutinas lo más controladas posible
  • No centrar la comunicación en el miedo, si no en lo que está sucediendo, en lo normal de su reacción y en estrategias para combatirlo

Los niños de 3 y 6 años

  • Preguntarles cómo se sienten
  • Contestar a sus dudas con mensajes concretos
  • Dar una explicación ajustada a su pensamiento mágico, sin generar miedo
  • Asegurarles que les vamos a cuidar en todo lo que necesiten
  • Darles instrucciones claras que permitan que se comporten de forma automatizada: bajar al refugio, coger su muñeco
  • Usar pequeñas distracciones
  • Generar emociones positivas:  cantar o jugar

Por ejemplo: “ahora vamos a coger tu chaqueta y el muñeco y nos vamos a ir al refugio, ya sabes que tenemos que ser muy rápidas, te ayudo”.

Los niños de 6 a 11 años

Son capaces de captar emociones propias y de los demás, y su pensamiento va siendo cada vez más lógico. Entre los 6 y 8 años, suelen sentir miedo al separarse de sus padres o cuidadores, miedo al daño físico, a la oscuridad, a las tormentas, al estar solos y a los seres imaginarios como fantasmas y brujas. Entre los 9 y 11 años ya suelen sentir miedo a la muerte.

  • Mantener conversaciones en las que se compartan sentimientos, (yo también tengo miedo cuando suenan las sirenas, ( “todos los tenemos, es normal, pero podemos ir a protegernos al refugio”)
  • Mantener conversaciones en las que se les informe de lo que está pasando y contestar a las preguntas que ellos tengan
  • Mostrarse disponible para contestar a sus dudas o preocupaciones
  • Evitar entrar en detalles innecesarios
  • Evitar centralizar toda la conversación en lo que está sucediendo en este momento

En los adolescentes (a partir de los 12 años)

  • Tratarles como iguales en los que confiamos plenamente
  • Ofrecerles información real sobre lo que sucede, respetando hasta donde quieran saber
  • Preguntarles por sus emociones y compartir las nuestras que sean similares
  • Preguntarles por sus dudas
  • Incluirles en la búsqueda de soluciones y preguntarles sobre su opinión para resolver problemas, valorando muy positivamente sus propuestas y llevándolas a cabo cuando sea posible.
  • Tratar de facilitarles espacios o momentos en los que puedan comunicarse con sus iguales 

En resumen el documento trata de ayudar a que, quienes más sufren,  puedan gestionar estos difíciles momentos por los que están pasando.

La guerra en las casas en imágenes y noticias

Otra parte importante que aborda el documento, es como hablar a los niños de la guerra desde las casas, cuando los niños ven imágenes y escuchan noticias.  Sirve de ayuda a los padres para explicarles que es una guerra y comunicarse con ellos adaptando los mensajes a la edad de cada niño.


miércoles, 17 de enero de 2024

El mundo femenino bajo la sensibilidad y conciencia de Céline Sciamma

 

Céline Sciamma es una directora francesa minimalista con una especial sensibilidad al contar sus historias, historias de mujeres (principalmente en la infancia y adolescencia), en ocasiones con conflictos con su identidad de género. Y ello lo logra con las señas de identidad de su cine, como es la elección de actores y actrices no profesionales, ser guionista de sus películas (y también diseñadora de vestuario) y su colaboración habitual con Para One en la música. 

La filmografía de Céline Sciamma es corta (pero selecta), con cinco largometrajes: Lirios de agua (2007), Tomboy (2011), Girlhood (2014), Retrato de una mujer en llamas (2019) y Petite maman (2021). A la que cabe añadir también el cortometraje Pauline (2009) y el haber participado en el guión de dos películas: la película suiza La vida de Calabacín (Claude Barras, 2016) y la película francesa Cuando tienes 17 años (André Téchiné, 2016). 

Con su trayectoria se ha convertido en la directora que no entiende de géneros, y cuyas obras arrastran la polémica (a favor y en contra), pues en sus películas nos suele hablar de la identidad sexual, de la importancia del género en la construcción de uno mismo, de los sentimientos de ambigüedad entre adolescentes (en ocasiones, verdaderos coming of age) y del trastorno que conlleva el hecho de sentirse diferente. Y lo hace siempre declinado en femenino y a todas las edades: la infancia de Petite maman, la niñez de Tomboy, la adolescencia de Lirios de agua, Girlhood y Pauline, y la juventud de Retrato de una mujer en llamas

Sensibilidad y conciencia declinado en femenino en el cine de Céline Sciamma que acabo de publicar en la revista Arte y Medicina de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas (ASEMEYA), que se puede revisar en este enlace en las páginas 31 a 42. 

lunes, 15 de enero de 2024

Nuevo Curso de Continuum "Ventilación mecánica y soporte respiratorio pediátrico y neonatal"

 

Anunciamos un nuevo curso en Continuum: "Ventilación mecánica y soporte respiratorio pediátrico y neonatal", un curso coordinado por la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos. 

Este curso proporcionará al alumno los conocimientos y habilidades necesarios para mantener y mejorar su competencia en la atención al paciente pediátrico y neonatal que precisa ventilación mecánica, así como sus técnicas asociadas, teniendo en cuenta la evidencia disponible. 

Los objetivos del curso son: 
- Conocer las indicaciones de la ventilación mecánica y de las formas no invasivas de asistencia respiratoria. 
- Instaurar la asistencia respiratoria en pacientes con insuficiencia respiratoria aguda. 
- Identificar los diferentes parámetros del ventilador y el mejor modo de ventilación según la condición que presente el paciente. 
- Conocer los fármacos a emplear para la sedoanalgesia y la relajación muscular de los pacientes en ventilación mecánica. 
- Proporcionar tratamiento inmediato de las complicaciones relacionadas con la ventilación mecánica y el soporte respiratorio. 

Y estos serán los capítulos que se van a tratar: 
- Fallo respiratorio. Indicaciones y contraindicaciones de la ventilación mecánica 
- Modos ventilatorios. Generalidades. Ventilación pediátrica y neonatal 
- Monitorización de ventilación mecánica. Interpretación de curvas. Cuidados del paciente intubado 
- Ventilación en patología obstructiva 
- Ventilación en patología restrictiva 
- Ventilación no invasiva (VNI). Generalidades 
- Ventilación neonatal 

El curso comienza el próximo 18 de enero 2024 y estará en activo hasta el 21 de marzo 2024. Un curso tutorizado en cada una de las siete unidades didácticas. 

Toda la información e inscripciones en la página web de Continuum. Os esperamos...

sábado, 13 de enero de 2024

Cine y Pediatría (732) “El regreso” de la figura paterna

 

Actualmente, los festivales de cine de clase A son 15: Berlín (Alemania), Cannes (Francia), Venecia (Italia), San Sebastián (España), Moscú (Rusia), Karlovy Vary (República Checa), Locarno (Suiza), Varsovia (Polonia), Tallin (Estonia), Shanghái (China), Tokio (Japón), Goa (India). Montreal (Canadá), Mar Del Plata (Argentina) y El Cairo (Egipto), Como se puede observar, Europa predomina con nueve festivales, frente a los tres asiáticos, dos americanos y uno africano. Dentro de esta agrupación, los más destacados son Berlín, Cannes y Venecia, festivales en los que cualquier director de cine soñaría participar. 

Y hoy vamos a recordar algunas películas que ya tienen en su haber el León de Oro, el máximo galardón del Festival Internacional de Cine de Venecia, y que tienen a la infancia, adolescencia y familia como santo y seña: Juegos prohibidos (René Clement, 1952), La infancia de Iván (Andrei Tarkovsky, 1962), Adiós, muchachos (Louis Malle, 1987), Ni uno menos (Zhang Yimou, 1999), El círculo (Jafar Panahi, 2000), Las hermanas de la Magdalena (Peter Mullan, 2002), Roma (Alfonso Cuarón, 2018) y El acontecimiento (Audrey Diwan, 2021)        

Y a estas ocho películas premiadas, hoy sumamos una más: El regreso (Andrei Zvyagintsev, 2003), la ópera prima de su director y que llega desde Rusia, como cuatro décadas antes lo hiciera un compatriota suyo con La infancia de Iván, el gran referente del cine ruso, Andrei Tarkovski. Y ambos directores no solo comparten nombre, sino también su fascinación por el poder simbólico y fotogénico del agua, elemento omnipresente en la película El regreso, una gran película (no fácil de interpretar) de irresistible fuerza emocional sobre el amor, la pérdida de los afectos y el ingreso en la edad adulta. Porque la vida de dos hermanos (que se llaman Iván y Andrei, otro guiño) se ve sacudida de pronto por la aparición de su padre, que sólo recuerdan por una vieja fotografía de hace 10 años

El regreso comienza con unos niños saltando desde una alta torre al mar. Pero Ivan (Ivan Dobronravov), el hermano menor de Andrei (Vladimir Garin), no se atreve, Los demás lo dejan solo en la altura y su madre viene a buscarle: “Si me echo atrás me llamarán cobarde y gallina”. Y tras esa escena inicial, nos adentramos en otro viaje iniciático de este otro Iván, que va de esta torre sobre el agua a un trágico final en otra torre sobre la tierra. Y la historia se narra en cuatro días, de lunes a jueves. 

En aquel lunes la bella madre (Nataliya Vdovina) dice a sus dos hijos que el padre (Kostantin Lavronenko, quien encima se parece a Anatoli Solonitsyn, actor fetiche de Tarkovski) ha vuelto. Y ese regreso les trastoca, pues solo le recuerdan por una vieja fotografía de hace una década, cuando Iván era solo un bebé. La primera cena familiar es puro silencio y miradas. Y el padre hace brindar a todos con vino, también los niños. Y en la noche los hermanos le pregunta a su madre: “¿De dónde ha salido?”. Porque la vida de dos hermanos sufre un brusco cambio y no entienden dónde ha estado tanto tiempo y por qué ha vuelto ahora. Los chicos intentarán encontrar la respuesta a sus preguntas en una peculiar road movie de reencuentro con el padre, donde la agreste belleza de los ríos, lagos y bosques del norte de Rusia añade una peculiar dimensión a este revelador drama humano. 

Pero la convivencia es complicada, con un padre severo que pregunta a un inconforme Iván: “¿Te da vergüenza llamar “padre” a tu padre?”. Y la tozudez de Iván es respondida con dureza por el padre y el niño le grita: “Dime, ¿por qué viniste? ¿Para qué nos has traído contigo? ¡No nos necesitas! Estábamos bien sin ti, con mamá y la abuela”. Finalmente llegan a una isla desierta en medio de un lago, y ello tras un complicado viaje, remando bajo la tormenta. No entienden por qué están allí, pero comprenden menos por qué el padre les trata con tanto crudeza, incluso abofeteando a Andrei, momento en el que Iván, con un cuchillo en mano, le amenaza: “Basta, ¡aléjate de él! Podría quererte si fueras distinto, pero eres de lo peor. ¡Te odio!” No te atrevas a torturarnos ¡No eres nadie!”. Y en la huída sube a esa otra torre, y el padre le persigue y todo se precipita… 

En un final, que cabe no desvelar, se nos presenta una sucesión de fotos en blanco y negro de los dos hermanos, bajo peculiar banda sonora de Andrey Dergatchev, y en la última foto aparece la foto recuerdo del padre. 

Y es que el lenguaje visual de El regreso, con la impresionante fotografía de Mikhail Krichman, impacta incluso sin necesidad de comprenderla. Porque esta película no solo se enriquece de Andrei Tarkovski, sino que es posible visualizar otras referencias, desde pictóricas (la primera y la última imagen del padre emulan la perspectiva de "Cristo Muerto", la obra maestra de Andrea Mantengna) hasta otras cinematográficas, de Carl Theodor Dreyer (la escenas del de la cena) a Theo Angelopoulos (otro gran fan de la fotografía del agua), de Roman Polanski (por su capacidad de crear tensión claustrofóbica en espacios abiertos) a Michelangelo Antonioni (con una historia que emula La Aventura, película que el propio Zvyagintsev confiesa que le cambió la vida). 

Es El rechazo el itinerario de dos adolescentes con su padre reencontrado, con quien viven de forma concentrada todo el proceso de adoración-rechazo-destrucción-aceptación de la figura paterna. Un viaje de descubrimiento interior enmarcado en la relación de los personajes con su entorno cuya comprensión absoluta siempre nos resultará inabarcable. Así es el regreso de un padre con el trasfondo de la tundra rusa…

 

jueves, 11 de enero de 2024

La gripe un año más





La gripe ataca de nuevo….Esto es lo que se lee y escucha en todos los medios: la gripe actuando y colapsando los servicios médicos. Parece que es la primera vez que ocurre, sin embargo, fiel a su cita invernal, la gripe ha llegado.
La gripe es una enfermedad infecciosa, muy contagiosa, producida por el virus de la gripe.  Los niños pueden tener fiebre elevada, síntomas respiratorios: tos, ronquera, dolor de garganta, moqueo y a veces ruidos o pitos al respirar etc. También pueden tener vómitos y diarrea. Es frecuente el dolor de cabeza en los niños mayorcitos y que además "les duela todo”. Los síntomas de la gripe pueden durar una o dos semanas, pero la fiebre no suele ser tan persistente. La tos puede durar mas tiempo.
Este año, desde diciembre, la gripe ha ido en aumento. En la ultima semana del año 2023, la tasa de gripe en atención primaria se sitúa en 438,3 casos por 100.000 habitantes. Las mayores tasas se observan en los menores de 1 año (1661,9 casos por 100.000 habitantes). Las detecciones de gripe son en su mayoría de gripe tipo A y algunas de tipo B. 


¿Es muy diferente a otros años?
Pues depende con que se compare. En el informe anual de SiVIRA de vigilancia en el año 2022-23  en el año 2020 no hubo apenas gripe. En el periodo 2022-23 se observaron dos periodos epidémicos de gripe, el primero con un pico de actividad en la semana 50/2022 con 316,3 casos/ 100.000h, y un segundo pico en la semana 7/2023, con 359 casos /100.000 h. afectó sobre todo a los menores de 15 años.



Este año se ha producido un aumento más repentino e intenso que en otros años. Su aparición conlleva  muchos niños y adultos infectados, y gran número de consultas en los centros de salud y hospitales. En resumen, la gripe se presenta todos los inviernos, con ondas de incidencia que pueden variar. La enfermedad es parecida a la de otros años en los síntomas que produce y la evolución.

¿Se puede prevenir?
La vacuna antigripal es la forma más efectiva de prevención de la gripe. Desde el año 2012 la Organización Mundial de la salud (OMS) recomienda que los niños de 6 a 59 meses sean considerados una prioridad para la vacunación frente a la gripe. Es una recomendación del Comité Asesor de Vacunas de la AEP (CAV).  El Ministerio de Sanidad ha establecido esta recomendación para su inclusión en el Calendario común de vacunación a lo largo de la vida para 2023. En la temporada 2023-24 las comunidades autónomas son las que llevan a cabo la vacunación.

Al igual que con otras enfermedades respiratorias, se puede prevenir siendo muy cuidadoso con la higiene para evitar el contagio:

  • Evitar el contacto con otras personas si se esta enfermo
  • Al toser tapar la boca y utilizar pañuelos desechables
  • Lavarse las manos
  • Ventilar las habitaciones

¿Y si el niño tiene gripe?

La gripe no tiene tratamiento eficaz, al igual que otras enfermedades producidas por virus. Aunque hay medicamentos antivirales de uso excepcional.

Lo antibióticos no sirven de nada, salvo en el caso de alguna de sus complicaciones. Lo que se puede hacer es aliviar las molestias y la fiebre y prevenir en lo posible las complicaciones.  Es conveniente ofrecerle líquidos con frecuencia, quedarse en casa hasta que se encuentre bien. Y  por supuesto, nadie debe fumar cerca del niño.

Aunque la enfermedad no tiene tratamiento curativo, los síntomas sí pueden aliviarse. Se pueden utilizar analgésicos que harán que se sienta menos molesto y le bajarán la fiebre.

En resumen, la gripe ha llegado, todavía nos quedan semanas con muchos casos, y también pasará. Para la siguiente temporada, no olvidar la importancia de vacunarse.



miércoles, 10 de enero de 2024

Faringoamigdalitis y estreptococo, ¿enemigo o colonizador?

 

Hace un par de días nos sumábamos a los 100 primeros números de Revista de Pediatría de Atención Primaria (RPAP) y daba gracias por las decenas de artículos que he podido publicar en esta revista. Y hoy quiero compartir nuestro último artículo, precisamente en el último número de RPAP y ello sobre un tema habitual en nuestra práctica clínica (en urgencias o atención primaria) y sobre el que vale la pena una reflexión. Lo hemos titulado “Faringoamigdalitis y estreptococo, ¿enemigo o colonizador?” y que os dejamos también abajo para su lectura y análisis.  Y donde exponemos el resumen estructurado. 

Introducción. La faringoamigdalitis aguda (FAA) es uno de los motivos más frecuentes de consulta en Pediatría y de uso inapropiado de antibióticos. Su etiología es principalmente vírica y entre las bacterias cabe destacar Streptococcus pyogenes, colonizador no despreciable de la población pediátrica sana. El objetivo del estudio es conocer el modo de utilización del test de diagnóstico rápido estreptocócico (TDR) en los servicios de Urgencias Pediátricas para poder optimizar su uso y reducir el sobrediagnóstico de las FAA estreptocócicas y prescripción de antibióticos. 

Material y métodos. Se recoge información retrospectiva acerca del número de TDR realizados a todos los pacientes pediátricos menores de 15 años atendidos en el servicio de Urgencias Pediátricas de un hospital terciario en el periodo enero de 2022 a enero de 2023 (ambos inclusive). Así mismo, se ha recogido la información acerca de a cuántos se les había practicado más de un TDR y el tiempo que había transcurrido entre uno y otro. 

Resultados. Durante el periodo de 13 meses del estudio se realizaron un total de 1.610 TDR (43% en menores de 5 años). Se realizó más de un TDR a 89 pacientes (53% en menores de 5 años) y el 40% de estos TDR sucesivos que se realizaron, se llevaron a cabo en los primeros 40 días. 

Discusión. Las pruebas microbiológicas actuales para detectar Streptococcus pyogenes no son capaces de diferenciar entre infección activa y estado de portador sano. De acuerdo a los resultados obtenidos en nuestro estudio, parece existir un uso inadecuado de los TDR, ya que la mayoría de las pruebas se realizan en edades pediátricas donde la etiología estreptocócica es menos frecuente y donde el estado de portador sano es predominante (menores de 5 años). Esto conlleva un sobrediagnóstico de la FAA estreptocócicas, con el consecuente sobretratamiento antibiótico e con incremento del gasto sanitario, aparición de resistencias bacterianas y potencial aparición de efectos adversos. 

Porque es prioritario el buen uso de los TDR en la FAA, evitando el abuso y mal uso en su utilización. Y es por ello que, en base a estos resultados, proponemos algunas modificaciones al algoritmo de la AEPap sobre el manejo diagnóstico de la faringoamigdalitis aguda. 

Aconsejamos la lectura completa del artículo en este enlace

lunes, 8 de enero de 2024

Celebramos los 100 primeros números de Revista de Pediatría de Atención Primaria

 

Hace medio año comentaba en este blog el importante papel de las revistas pediátricas en español y el ejemplo de Revista de Pediatría de Atención Primaria (RPAP).  Y ahora me sumo a la celebración que RPAP realiza de sus primeros 100 números publicados (de forma trimestral) y la editorial que nos regala por esta efeméride, con datos que vale la pena subrayar: 

- RPAP nació en el año 1999 y, menos de un año después, y por el ánimo de esta nueva publicación, vio la luz la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Una evolución en espejo de lo que suele ser habitual, porque lo habitual es lo contrario. 

- Y en este casi cuarto de siglo, cuando un gran número de revistas pediátricas en español han desaparecido, RPAP ha sabido subsistir… y crecer. Y ello de la mano de Lúa Ediciones 3.0 (antes Exlibris Ediciones). 

- En 2002 RPAP pasó a ser la publicación oficial de AEPap, en 2009 se inició la publicación también electrónica, luego su indexación en diferentes repositorios y ahora ya con DOI de cada artículo. 

- Y como el final de la editorial, también pienso que “la RPAP es una excelente oportunidad para estos jóvenes pediatras de iniciarse en el mundo de la publicación científica y de sumergirse en las oportunidades de aprendizaje que el trabajo en primaria puede ofrecer”. 

Y en este camino, y dentro de la dirección y equipo editorial, el nombre de grandes pediatras (y amigos) de Atención Primaria, un ejemplo de profesionales que han marcado toda una generación y el devenir actual (incluyendo la calidad y dignificación) de esta especialidad. Una mención especial al Dr. Ángel Hernández Merino, director de RPAP hasta este mismo número, y cuyas emociones y reflexiones por el camino recorrido se refleja en una segunda editorial.  

Me sumo a esta efeméride de los 100 primeros números de RPAP y espero que sean muchos cientos más. Siempre he sentido una especial sintonía y agradezco la acogida a los 49 artículos que he podido publicar (originales y colaboraciones especiales) en RPAP durante estos años. 

sábado, 6 de enero de 2024

Cine y Pediatría (731) “Apolo 10 ½: Una infancia espacial”… y especial

 

El 20 de julio de 1969 es una de esas fechas marcadas en el consciente colectivo, especialmente de aquellos que formamos parte de la generación “Baby boomer” y que atesoramos esa fecha en nuestra infancia, adolescencia o juventud. Porque ese día la humanidad consiguió un importante logro: que un hombre pisase la Luna por primera vez. Fue con la expedición Apolo XI de la NASA y la primera huella humana en la superficie lunar la dejó el astronauta Neil Armstrong, seguido poco después por su colega Edwin "Buzz" Aldrin, y ello mientras el tercer integrante de la misión, Michael Collins, daba vueltas a la Luna en el módulo de mando. 

Todo comenzó en mayo de 1961, cuando el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, anunció su intención de poder enviar astronautas a la Luna antes de que finalizase la década. Esto sucedió un mes después de que el cosmonauta soviético Yuri Gagarin se convirtiera en el primer ser humano en viajar al espacio y tres semanas antes de que el astronauta Alan Shepard se convirtiese en el primer americano en repetir ese viaje espacil. Ocho años de duro trabajo tendrían que pasar antes de que la NASA viese cumplido su gran proyecto de poner un hombre en la Luna, con una misión que partió el 16 de julio de 1969 desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, para llegar a pisar la superficie lunar (en una zona denominada Mar de la Tranquilidad) sobre poco más de dos horas aquel 20 de julio y donde se pronuncia la mítica frase de Armstrong: "Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad". Durante ese tiempo tomaron fotografías, manejaron una cámara de televisión (gracias a la cual los espectadores de todo el mundo pudimos asistir a sus hazañas), colocaron una bandera de los Estados Unidos y depositaron una placa metálica con la siguiente inscripción: "Aquí los hombres del planeta Tierra han puesto el pie sobre la Luna por primera vez. Julio de 1969 D.C. Hemos venido en paz en nombre de toda la humanidad". Después realizaron actividades científicas: instalaron un reflector de rayos láser destinado a medir con exactitud la distancia entre la Tierra y la Luna, un sismógrafo para registrar terremotos lunares y una pantalla para medir la intensidad del viento solar. La hazaña espacial finalizó cuando el módulo de mando cayó en aguas del Océano Pacífico, no lejos de Hawai, el 24 de julio. 

Porque en realidad lo anterior fue el mayor éxito del denominado Programa Apolo, ese programa espacial desarrollado por Estados Unidos en el marco de la carrera espacial con la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Y es que delante del Apolo XI le precedieron todos los anteriores durante la década de los sesenta, y ya en la primera mitad de lo década de los setenta se llegaría hasta el Apolo 17, más los Apolo SL 2, 3 y 4, hasta el último lanzamiento, un 15 de julio de 1975, el Apolo Soyuz, la primera misión conjunta NASA-URSS. En total hubo 22 misiones Apolo y 18 de ellas fueron un éxito, tres un éxito parcial y una fracasó. 

Con todo lo anterior, no es de extrañar que esa carrera espacial marcara la infancia de aquellos niños estadounidenses, especialmente los que vivieron cerca de la sede de la NASA, en Houston (Texas). Y con estos mimbres se nos presenta una película de animación especial, uno de los últimos proyectos de un director especial: Apolo 10 ½: Una infancia espacial (Richard Linklater, 2022). Porque fue Linklater uno de los primeros y más exitosos directores en emerger durante la década de los 90 en el firmamento del cine independiente americano, al que recordamos por el especial manejo del tiempo en sus actores. Así lo hizo con la trilogía Before, ese romántico tríptico entre la francesa Céline (Julie Delpy) y estadounidense Jesse (Ethan Hawke) que llevó a cabo durante tres décadas con los mismos protagonistas: Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013), cada una de ellas con nueve años de diferencia en su estreno. Y así lo repitió en Boyhood (Momentos de una vida) (2014), un hito del cine, pues el director la rodó a lo largo de 12 años con los mismos protagonistas y que actúa como una epopeya en la vida de un niño Mason (Ellar Coltrane) de los 6 a los 18 años, y de sus padres (Ethan Hawke y Patricia Arquette).  

Y es que Richard Linklater es un baby boomer que nació en 1960 en Houston (Texas), por lo que el proyecto Apolo formó parte de su infancia y adolescencia. Y con estos recuerdos se teje la película Apolo 10 ½: Una infancia espacial. Y cuya historia comienza en un lugar y tiempo muy concreto (ciudad tejana de El Lago en la primavera de 1969) y con un protagonista (el niño Stanley, Stan, a buen seguro alter ego del director y de sus recuerdos). Y Stan, por sus buenas actitudes como estudiante, es elegido para una misión: que viaje al espacio en una nave que por error han construido más pequeña y donde solo cabe un niño (que es mejor que un mono) y con ello ganar a los rusos en la carrera espacial por pisar la Luna. Y el entrenamiento está previsto que se realice en secreto durante sus vacaciones. Y la voz en off de nuestro protagonista nos deja sus reflexiones: “No teníamos historia. Todo lo que había era nuevo”. Y su historia viene acompañada de los hechos y personajes que marcaron aquella época: Kennedy, la Guerra de Vietnam, el movimiento hippie, la Guerra Fría, los trasplantes de corazón, Janis Japlin, los supermercados, las boleras y los pinballs, Rachel Welch, el Playboy,.... 

Era Stan el hermano pequeño de una familia en la que todos trabajaban para alguna firma relacionada con la NASA, aunque él se hacía esta pregunta: “¿Por qué mi padre tiene que ser un don nadie en la NASA?” Unos padres que eran unos artistas del ahorro y aprovechamiento, así como los abuelos: “Mi abuelo vivió la Gran Depresión y creía que iba a volver a pasar”. Y las abuelas también eran especiales, una les contaba historia conspiranoicas, la otra les llevaba a ver la película Sonrisas y lágrimas (Robert Wise, 1965) cada seis meses (aunque Stan prefería 2001, una odisea en el espacio o El mago de Oz). Y en este ambiente Stan desarrolló una gran imaginación, que es una forma suave de decir que era un mentiroso compulsivo. Y aunque el mundo parecía que se iba al garete, también era ilusionante con los viajes a la Luna, pues las NASA y los proyectos espaciales Apolo estaban en todas partes de sus vidas (en la prensa, en la televisión, en la publicidad,…).  

Porque, en aquella época, Stan - y con él todos los baby boomers - fuimos supervivientes natos, muy alejados del actual foco sobre la contaminación o la ecología, tiempos donde el castigo físico era habitual entre padres y profesores. Y todo ello lo vivía nuestro protagonista al ritmo de la música de entonces, con las canciones de The Beatles, Monkees, The Archies, Johnny Cash o Joni Mitchell. 

Y es así como la mitad del metraje de esta película es una revisión de la infancia de Stan y la segunda parte se centra en su entrenamiento para la misión espacial. Porque antes del Apolo 11 se nos sugiere este Apolo 10 ½ de nuestra historia. Y aquel 20 de julio de 1969 también la familia de Stan se concentró (como una gran mayoría de familias del mundo) alrededor de la televisión, esperando el alunizaje. Y esa historia y esas imágenes quedaron grabadas en el recuerdo de muchas infancias, la del director… pero también la mía. 

Y en el colofón de esta película se nos cuenta: “Más de 400.000 personas trabajaron en el Programa Espacial Apolo. Más de 600 millones de personas vieron el primer alunizaje por televisión. Entre 1962 y 1972, 12 hombres (y un niño) pisaron la Luna. Nadie ha vuelto a pisarla por ahora…” Y el niño Stan (y con él, Richard Linklater) nos cuenta que vivió una infancia especial, que en su caso también fue espacial. Y así nos lo cuenta esta película de animación distribuida por Netflix. Un buen regalo de Reyes...