sábado, 30 de marzo de 2024

Cine y Pediatría (743) “Ángeles sin paraíso” debaten sobre la enseñanza de menores con diversidad funcional


Las carátulas iniciales de esta película en blanco y negro se inician con dibujos infantiles y el aviso de la asistencia técnica llevada a cabo por el Departamento de Salud Mental del estado de California y el Pacific State Hospital. Una nueva película alrededor de la docencia, en este caso alrededor de un internado infantil de pacientes con deficiencia mental y diversidad funcional de muy diversa etiología. Hablamos de Ángeles sin paraíso (John Cassavetes, 1963), la tercera película como director de este  insobornable pionero del cine independiente, quien comenzara como actor (y a quien reconocemos por su papel en una película de culto como es La semilla del diablo), y que aquí se atrevió a abordar con suficiente sensibilidad el retrato de esta infancia inestable y para ello contó con un trío de actores muy reconocidos, como Burt Lancaster, Judy Garland y Gena Rowlands (esposa y musa del propio director).  

Jean Hansen (Judy Garland) llega a un internado educativo para niños con capacidades diversas, y donde apreciamos fenotipos característicos de síndrome de Down y otros síndromes genéticos con retraso mental (síndrome de Williams, síndrome de Klinefelter,…), parálisis cerebral, autismo y otros trastornos del neurodesarrollo. Es enfermera y pianista, pero no tiene experiencia alguna en la educación de niños, y menos aún de niños especiales, pero se arriesga a solicitar empleo en el instituto Crawthorne, donde el director Dr. Clark (Burt Lancaster) le dice: “¿Sabe algo de esta clase de niños?... Trabajar aquí no es caridad, es un trabajo duro y exigente. Y pocas personas están preparadas para ello. Los niños responden a la música. Si quiere intentarlo, puede hacerlo. ¿Conoce el sueldo?”. Y cuando Jean conoce a los alumnos, pregunta a un compañera: “¿Qué les ha pasado a estos chicos”. Y le responden: ”¿Quiere conocer todas las razones? Hay 265… El caso más frecuente se produce al nacer porque no llega suficiente oxígeno al cerebro, por un parto difícil.. Si la madre tiene el sarampión antes del tercer mes de embarazo…No sabemos todas las razones”

A medida que pasan los días, Jean irá dándose cuenta, con prudencia pero con inconformidad, de que la base formativa del director-psiquiatra se centra en la norma y en la disciplina: “Las ideas de Clark respecto a estos niños y a su trato son discutibles”, comentan sobre él. Y así lo confirma cuando, en sus inicios, Jean encuentra a un alumno recién llegado, Ruben (Bruce Ritchey), un chico de 12 años con trastorno del espectro autista, que se encariña de la profesora y viceversa, pero que recibe estos comentarios del director: “Reuben ocupa un puesto especial en nuestra institución. Es uno de nuestros más espectaculares fracasos”. Aún así, su postura es ambivalente, como cuando en la reunión del consejo escolar tiene que oír lo de que “Aquí, los niños se dividen en tres categorías: educables, adiestrables y totalmente inadaptables”, el defiende otra postura: “¿Qué es normal? Lo normal es relativo… ¿Qué mediría antes para decidir su vida?, ¿su cociente intelectual o sus necesidades?”. 

Los padres visitan ocasionalmente a sus hijos en el colegio en fechas determinadas y apreciamos como cada uno tiene una relación diferente y especial con sus hijos o hermanos. Pero algunos, entre ellos Reuben, no reciben visita, y no lo ha recibido en los dos últimos años, lo que incrementa el afecto de Jean. Y la historia nos devuelve retrospectivamente lo que ocurrió con su familia cuando aquel diagnóstico de “que es retrasado” fue recibido con la rabia por su padre y con angustia por su madre (Gena Rowlands), diagnóstico que fue confirmado por sucesivos doctores que recomendaron su ingreso en un instituto para retrasados mentales (en aquellos momento, y hasta hace no mucho, no se practicaba el lenguaje políticamente correcto). Y, a partir de entonces, los padres se divorciaron y la madre se quedó con la custodia de la hermana menor y se volvió a casar. Pero Jean sigue empeñada en que la madre venga a verle y no le abandone. Porque estos padres de Reuben primero le negaron, luego le ocultaron y finalmente le abandonaron. Y la madre le dice con poca convicción a su profesora: “Lo mejor para Reuben es estar con chicos como él. Yo he llegado a esa conclusión”. 

Cuando el Dr. Clark comienza a notar que se está dando una relación demasiado estrecha entre Jean y Ruben, marcada por el paternalismo y la sobreprotección, decide cambiar a la educadora de pabellón. Y la acompaña a una visita al psiquiátrico, con el objetivo de hacerla entender cuál puede ser el final de Reuben cuando sea mayor: “No se trata de lo que usted pueda hacer por ellos, sino de lo que ellos pueden hacer por usted”. 

Y estas actitudes entre director y educadora producirán un necesario choque, pero abrirán un espacio de discusión en los métodos formativos de la institución: ¿cómo se debe tratar y educar la diversidad funcional? Una pregunta que desde hace décadas está sobre la mesa, sobre lo que se ha avanzado mucho, pero sobre lo que resta mucho por aprender y mejorar. En este sentido cabe recordar que el productor, Stanley Kramer, parecía interesado en dirigir él mismo este significativo guion de Abby Mann (pues ya habían trabajado juntos, y dos años antes firmaron la película ¿Vencedores o vencidos? (El juicio de Nuremberg)), pero que al final optó por entregarlo John Cassavetes (tras desistir a última hora Jack Clayton), director avalado por su ópera prima, Shadows (1959). Se dice que como era de esperarse por su trayectoria como realizador, Kramer se permitió ciertas injerencias al serle entregada la película e hizo algunos cortes buscando que primara su tesis de que lo correcto con los niños especiales es tenerlos en una institución donde se socialicen con sus iguales y la cual se dedique particularmente a sus problemáticas; mientras que Cassavetes, defendía la idea de que, “los niños deben ser aceptados tal como son, pues, su vida tiene un sentido y un significado, pues la tragedia la creamos nosotros con la manera como interpretamos sus diferencias”. Al final, la película logra contener las ideas de ambos, pero a buen seguro que hoy en día apostaríamos por la segunda tesis.

 

miércoles, 27 de marzo de 2024

Protocolo común de actuación sanitaria frente a la violencia en la infancia y adolescencia

 

La Comisión frente a la violencia en los niños, niñas y adolescentes del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CoViNNA) ha elaborado el Protocolo común de actuación sanitaria frente a la violencia en la infancia y adolescencia y publicado en diciembre de 2023.  

El objetivo de este protocolo es homogeneizar la respuesta del ámbito sanitario a nivel nacional y sistematizar la promoción del buen trato, la prevención, la detección y el abordaje integral de todos los casos y tipos de violencia sobre la infancia y adolescencia desde una perspectiva de equidad, accesibilidad, no discriminación y curso de vida. 

Os dejamos el documento, pueblicado hace un par de meses, para su revisión y análisis.

 

lunes, 25 de marzo de 2024

Nuevo número de Evidencias en Pediatría: marzo 2024


Un nuevo trimestre y un nuevo número trimestral de la revista Evidencias en Pediatría ha llegado: ciencia con calidad y conciencia. 

El número libre en todos sus contenidos pueden ser consultados en este enlace, pero os dejamos los temas tratados. 

Editorial: 

Persiste la controversia en la elección de la técnica y el momento adecuados para la reparación quirúrgica primaria de la fisura palatina aislada 

Artículos Valorados Críticamente: 

¿Puede la historia clínica y/o la monitorización ambulatoria de la tensión arterial predecir una hipertensión secundaria? 

Aprendizaje automático para identificar niños con fiebre con riesgo de presentar enfermedad de Kawasaki 

El abordaje familiar en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en la infancia mejora los resultados en el entorno familiar 

Evolución cardiovascular favorable en el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico vinculado a SARS-CoV-2 

Los inhibidores de bomba de protones y el riesgo de infecciones graves en niños: el tiempo lo cura todo 

Dolutegravir es el nuevo “Oppenheimer” contra el VIH 

Tacrólimus en el tratamiento de colitis ulcerosa infantil, nada nuevo 

La coartación de aorta: un reto en el cribado neonatal de cardiopatías congénitas en los recién nacidos 

La lactancia materna puede contribuir a aliviar el dolor en neonatos sometidos a procedimientos dolorosos 

La cirugía de fisura palatina aislada antes de los 12 meses de edad no mejora el desarrollo del habla ni la audición 

Comentario Asociado: 

El reconocido (o re-conocido) efecto analgésico de la lactancia materna 

Fundamentos de Medicina Basada en la Evidencia: 

Herramientas para el cálculo de probabilidades

sábado, 23 de marzo de 2024

Cine y Pediatría (742) “El leñador” y otras películas echan leña al fuego de la pederastia y pedofilia


La pederastia es el término con el que se define la relación sexual entre un hombre o mujer adulto y un menor; un término que se ha usado para referirse a las prácticas históricas de ciertas culturas, en particular la antigua Grecia y la antigua Roma. En la lengua castellana es un término que a menudo es usado de forma indistinta al de pedofilia, pero que cabe diferenciar, pues no es igual la consumación de abusos sexuales contra menores (pederastia), que la inclinación erótica hacia los menores (pedofilia). Y aunque ambas sean dos situaciones preocupantes, es especialmente marcado el daño que produce el abuso sexual infantil en las víctimas, y que incluye lesiones físicas del menor, así como depresión, trastorno de estrés postraumático, ansiedad o propensión a una mayor victimización en la edad adulta, entre otros problemas. 

Y la pederastia y pedofilia ha tenido diversas visiones e interpretaciones en muy diversas filmografías, y Cine y Pediatría no ha vuelto la mirada hacia otro lado, y sirvan de ejemplos títulos como El cebo (Ladislao Vajda, 1958), Lolita (Stanley Kubrick, 1962), La zona oscura (Tim Roth, 1999), L.I.E. (Long Island Expressway) (Michael Cuesta, 2001), De niños (Joaquín Jordà, 2003), Hard Candy (David Slade, 2005), Juegos secretos (Todd Field, 2006), Adiós pequeña, adiós (Ben Affleck, 2007), El niño pez (Lucía Puenzo, 2009), Silencio de hielo (Baran bo Odar, 2010), Puedes confiar en mí (David Schwimmer, 2010), No tengas miedo (Montxo Armendáriz, 2011), Polisse (Maiwenn, 2011), La caza (Thomas Virtemberg, 2012), La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), Spotlight (Tom McCarthy, 2015), El libro secreto de Henry (Colin Trevorrow, 2017), Atrapados en la red (Barbora Chalupová, Vit Klusák, 2020), Dalva (Emmanuelle Nicot, 2022) o Sonido de libertad (Alejandro Monteverde, 2023), sin olvidar la dura película comentada la semana pasada: Sparta (Ulrich Seidl, 2022).                      

Y a este par de decenas de películas, hoy sumamos tres más. Una que ha sido todo un clásico estadounidense, El leñador (Nicole Kassell, 2004), y otras dos películas recientes españolas, Mantícora (Carlos Vermut, 2022) y La desconocida (Pablo Maqueda, 2023). Y todo ello viene a indicar que este tema, por desgracia, no tiene límites de tiempo ni fronteras. 

- El leñador (Nicole Kassell, 2004) 

Al salir de la cárcel, tras 12 años de condena por agresión sexual a menores, Walter (Kevin Bacon) se instala en una ciudad, consigue trabajo en una empresa de madera y trata de llevar una vida normal, pero su pasado lo atormenta y se muestra taciturno y solitario. Encuentra un inesperado consuelo en Vickie (Kyra Sedgwick, por cierto su esposa en la vida real), una mujer dispuesta a no tener en cuenta su pasado: “¿Me vas a contar tu oscuro secreto y profundo?”… Y su secreto fue abusar de niñas entre 10 y 12 años. Y aunque su amante queda conmocionada por lo que cuenta, intenta ayudarle: “Veo algo en ti, algo bueno. Tú no lo ves, pero yo sí”. Y por ello Walter pregunta al psicólogo: “¿Seré normal algún día?”

Y su lucha interior se entremezcla con el férreo control al que lo somete su cuñado, el desprecio de su hermana y la vigilancia de un desconfiado policía, el detective Lucas (Mos Def): “Tenemos que asegurarnos que eres bueno, Walter… No entiendo cómo dejan monstruos como tú en la calle”. Porque si reincide volverá a la cárcel de por vida y sufre porque le acosan las pulsiones. Y cuando conoce a una niña con abrigo rojo que mira a los pájaros en el parque, se nos establece aquel recuerdo de la historia de Caperucita, el lobo y el leñador, y empieza a temer que se despierten en él sus peligrosos instintos. Por eso, su violenta reacción contra el pederasta que ve enfrente del colegio es en realidad una reacción contra sí mismo. Porque en ese tiempo de condena ha pasado de lobo a leñador, un recorrido nada pacífico en busca de una segunda oportunidad. 

- Mantícora (Carlos Vermut, 2022) ç

La mantícora es una criatura mitológica, un tipo de quimera con cabeza humana, cuerpo de león y cola de dragón o escorpión, capaz de disparar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas. Y ese es el término que el director español Carlos Vermut usa para su última película, un director que ya conocimos por estos lares con su Magical Girl (2014), una oda al amor paterno-filial. Pero aquí es otro tipo de amor el que se afronta.  

El veinteañero Julián (Nacho Sánchez) es un exitoso diseñador de videojuegos que vive atormentado por un oscuro secreto. Cuando Diana (Zoe Stein) aparece en su vida, Julián sentirá cercana la oportunidad de ser feliz en este historia de amor y de monstruos en tiempos modernos, aderezado por marcados silencios durante el metraje. Porque enfrente de la casa de Julián vive Cristian, un niño que toca el piano y al que le gustan las plantas. Y desde la empresa descubren que Julián utiliza los programas de 3D para un proyecto personal ajeno a su trabajo, allí donde dibuja a un niño que es Cristian, lo que hace que aparezca la mantícora que lleva dentro. Y que cuando Diana lo descubre, ésta le dice “No puedo estar contigo. Es mejor que te vayas. Me das asco. ¡Vete!”. Y que nos lleva a un final inesperado por esa lucha de Julian contra sus pulsiones. 

- La desconocida (Pablo Maqueda, 2023) 

En una nota del director al principio de la película se avisa de que no se cuente la trama y se haga “spoiler”, porque es importante conservar las grandes sorpresas más allá de la trama inicial. Una película que se basa en la obra teatral de Paco Bezerra, por título “Groomig”, cuya definición ya nos marca el camino: acoso sexual de una persona adulta a una niña, un niño o un adolescente por medio de internet. 

La película comienza de forma luminosa con una canción de Julio Iglesias. Y vemos en un parque a un adulto, Leonardo (Manolo Solo), que solo hace que contar historias a Carolina (Laia Manzanares), una adolescente cohibida y callada. Él le dice: “Tal como está el mundo, has tenido suerte de dar conmigo”. Y vamos conociendo que este adulto se ha hecho pasar por un adolescente de 16 años bajo la etiqueta de Mr. Hitchcok, hasta que ha logrado quedar con ella a solas en este apartado parque de la ciudad, chantajeándola con enviar fotos de su desnudo por redes sociales. Y ella le dice: “Déjame que me vaya, por favor”. Y a partir de aquí la historia se convierte en un “tour de forcé” de dos personajes donde ya nada es lo que parece… y cabe no desvelar (por consejo del director). 

Tres miradas diferentes a esta lacra social que es la pederastia y la pedofilia. Un problema con muchas aristas, donde no es mejor taparse los ojos o mirar hacia otro lado.

 

miércoles, 20 de marzo de 2024

Terapia cinematográfica (4). Prescribir películas para entender las enfermedades raras


Se definen como enfermedades raras (ER, también conocidas como enfermedades de baja prevalencia o huérfanas) a un conjunto amplio y variado de trastornos que se caracterizan por las siguientes características: 1) frecuencias bajas para cada entidad de forma particular; 2) suelen ser patologías crónicas; 3) tasas de mortalidad y morbilidad muy elevadas; 4) con mucha frecuencia producen discapacidad; 5) aparecer mayoritariamente en edades tempranas de la vida (tres de cada cuatro ER, de ahí la importancia en Pediatría); 6) diagnósticos difíciles y, a veces, inexistentes; 7) pocos tratamientos y poco eficaces, así como escasa investigación en muchas entidades. 

La Unión Europea define como ER aquella que tiene una prevalencia de menos de 5 casos por 10.000 habitantes (concepto relativo); sin embargo, en Estados Unidos se considera como ER aquella para la que se contabilizan menos de 200.000 personas vivas afectadas en un año (concepto absoluto). Pero, aunque individualmente cada ER afecte a muy pocas personas, la suma de todas las personas con ER se estima entre el 6 y 9% de la población, de ahí la importancia como problema de interés médico y social. 

Uno de los principales retos en el campo de las ER es que estas entidades se hagan visibles. Y un terreno esencial para trabajar por su visualización son los medios de comunicación. Entre ellos destaca el cine, porque el séptimo arte es arte, ciencia, conciencia, y es comunicación. Y con el cine es posible mejorar la humanización de nuestra práctica clínica a través de la prescripción de películas en las diferentes ER: “recetar” películas no solo a pacientes y familias, pero también a profesionales sanitarios, estudiantes, investigadores, políticos y gestores, y a la sociedad en su conjunto. Porque la invisibilidad mata y más en un problema sanitario y social tan sensible como el que estamos tratando. 

Proponemos un pequeño viaje por siete protagonistas con ER a través de 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- La parada de los monstruos (Freaks, Tod Browning, 1932) , para enfrentarnos a los complicados límites de la dualidad entre lo "anormal" y lo supuestamente "normal", donde las personas con defectos congénitos son los artistas. 

- El aceite de la vida (Lorenzo's Oil, George Miller, 1992) 5, para aprender la complejidad socio-sanitaria de las enfermedades raras, y enfrentarnos a un buen número de temas bioéticos. 

- Máscara (Mask, Peter Bogdanovich, 1984) 6, para plantear el dilema entre la belleza exterior y la belleza interior de las personas. 

- El inolvidable Simon Birch (Simon Birch, Mark Steven Johnson, 1998) 7, para reflexionar sobre el valor de la fe y esperanza como elementos de superación en la enfermedad. 

- Medidas extraordinarias (Extraordinary Measures, Tom Vaughan, 2010) 8, para profundizar en la dificultad de investigar en el campo de las enfermedades de baja prevalencia. 

- Wonder (Stephen Chbosky, 2017) 9, para admirar la belleza interior de los pacientes con ER y sus familias. 

- Jóvenes invisibles (Isabel Gemio, 2018) 10, para visibilizar las ER y concienciar y promover la investigación para mejorar su diagnóstico y tratamiento. 

Siete películas que nos muestras siete historias extraordinarias que saltan a la gran pantalla para devolvernos diferentes visiones de la realidad sanitaria, personal y social de cada una de las ER que representan.

lunes, 18 de marzo de 2024

Pequeños (grandes) pasos para los medicamentos huérfanos en España


Los medicamentos huérfanos son aquellos que están destinados a tratar las enfermedades raras (que afectan a menos de 5 de cada 10.000 habitantes), no resultan atractivos a los patrocinadores en muchas ocasiones por su escasa rentabilidad y precisan por ello apoyo adicional para su desarrollo. Es decir, van dirigidos a tratar afecciones tan infrecuentes que los fabricantes no están dispuestos a comercializarlos bajo las condiciones de mercado habituales pero que son medicamentos que responden a necesidades de salud públicas. 

El proceso que va desde el descubrimiento de una nueva molécula a su comercialización es largo (10 años de media), caro (varias decenas de millones de euros) y muy poco seguro (de 10 moléculas ensayadas, sólo una suele tener un efecto terapéutico). Desarrollar un medicamento dirigido a tratar una enfermedad rara no permite, en general, recuperar el capital invertido para su investigación. 

Se pueden distinguir tres casos: 
- Productos dirigidos a tratar enfermedades raras o de baja prevalencia. Y el número de enfermedades raras que no tienen tratamiento disponible actualmente se estima entre 4.000 y 5.000 en el mundo. 
- Productos retirados del mercado por razones económicas o terapéutica. Por ejemplo, la talidomida fue muy usada como droga hipnótica hace algunos años y fue retirada del mercado cuando fue descubierto su alto riesgo teratogénico. Aún así esta droga mostró propiedades analgésicas interesantes en enfermedades como la lepra o el lupus eritematoso. 
- Productos que no han sido desarrollados: bien porque derivan de un proceso de investigación que no permite que se patenten, bien porque afectan a mercados importantes que, sin embargo, son insolventes (en países del tercer mundo). 

Para estimular la investigación y el desarrollo en el sector de los medicamentos huérfanos, las autoridades han establecido incentivos para las industrias sanitaria y de biotecnología. Esto empezó cuando se adoptó en los Estados Unidos en 1983 el Acta de Medicamentos Huérfanos, le siguió Japón en 1993, y Australia en 1997. Europa les siguió en 1999 con una política común para la Unión Europea sobre medicamentos huérfanos. 

Un reciente informe de Diario Médico comunica que España ha mejorado en 2023 sus parámetros de accesos a medicamentos para enfermedades raras, según datos de Aelmhu (Asociación Española de Laboratorios de Medicamentos Huérfanos y Ultrahuérfanos) El año 2023 se financiaron 21 nuevos medicamentos huérfanos, 12 más que en 2022. Son ya 78 los fármacos de este tipo financiados en España de los 147 que están aprobados para su comercialización en la Unión Europea. Y estos medicamentos financiados en España pertenecen a las siguientes áreas terapéuticas: 28% son productos oncológicos, 18% metabólicos, 12% inmunomoduladores, 9% del sistema nervioso, 8% agentes hematológicos, 6% antiinfecciosos, 4% preparados hormonales y 15% de otros productos. También han mejorado los tiempos de espera (tiempo transcurrido entre el código nacional y la incorporación al Sistema Nacional de Salud), pasando de los 34 meses de espera para el reembolso en 2022 hasta los 23 meses del 2023. 

Estos son algunos pequeños (grandes) pasos de los medicamentos huérfanos en España, donde aún queda mucho por hacer.

sábado, 16 de marzo de 2024

Cine y Pediatría (741) “Sparta”, una escuela tan polémica como la “agogé”


La “agogé” (en griego significa “criar”) era el antiguo programa educativo espartano, que entrenaba a los jóvenes varones en el arte de la guerra, según un programa fue instituido por el legislador Licurgo en el siglo IX a.C. y que formó parte integral de la fuerza militar y el poder político de Esparta. Porque los niños varones eran criados principalmente por sus padres hasta la edad de siete años, cuando entraban en la “agogé” y eran conocidos como “paides” (niños), y se graduaban alrededor de los 30, momento en el que podían casarse y formar una familia. La participación de los niños y jóvenes espartanos en la “agogé” era obligatoria; pero a las niñas espartanas no se les permitía ingresar, y eran educadas en casa por sus madres o entrenadoras. 

El objetivo de la “agogé” era transformar a los niños en soldados espartanos cuya lealtad se dirigía al Estado y a sus hermanos de armas, no a sus familias. La alfabetización estaba incluida en el plan de estudios, pero no era tan importante como la formación militar y las técnicas de supervivencia. Como en otras ciudades-estado griegas, las relaciones homoeróticas entre candidatos mayores y jóvenes se consideraban un aspecto natural del crecimiento y la madurez pero, en Esparta, parece que se fomentaban para crear un vínculo más estrecho entre los hombres que terminarían sirviendo en las fuerzas armadas. Por tanto, las relaciones pedófilas estaban institucionalizadas y cabe considerar que el modelo de la “agogé” fue elogiada como la forma ideal de educación por los filósofos Platón y Aristóteles, así como por el escritor Jenofonte, aunque historiadores posteriores como Plutarco fueron más críticos con el programa. 

Sirva esta introducción para hablar hoy de una de las películas más polémicas recientes, y que ha tenido como protagonista a un provocador director austríaco, cuyo estilo esteta, cínico e irónico firma un desolador, crudo e inquietante retrato de la pedofilia: Sparta (Ulrich Seidl, 2022). Película que se considera la segunda parte, y final, de la obra que diera comienzo con Rimini (2022), donde se nos mostraba el oscuro sótano donde habitaba el singular Richie Bravo (Michael Thomas), un antaño carismático cantante de pop austríaco, y la relación con su padre y su hermano Ewald (Georg Friedrich). Si en Rimini la historia nos transportaba a una ciudad bucólica bañada por el mar Mediterráneo, Sparta navega desembarcando en otra mítica ciudad, igualmente mediterránea, de la antigua Grecia, aunque lo hace de forma figurada, ya que la acción lo hace en un pequeño pueblo del entorno rural de Rumanía. Y en Sparta el protagonista exclusivo es Ewald. 

Comienza Sparta en una residencia de ancianos, como un guiño a Rimini, donde Ewald visita a su padre. Ewald trabaja en una fábrica y tiene una pareja más joven, pero no es feliz en ese lugar frío y triste de Transilvania donde vive. Nos sorprende cuando se acerca a un parque infantil e intenta comportarse como un niño. Entrado ya en los 40, deja a su novia y se muda a otro lugar del interior de país, donde acabará instalándose en una escuela abandonada. Y como un flautista de Hamelin consigue atraer a los niños de la zona, quienes le ayudan a limpiar la escuela abandona, mientras él les compra refrescos y golosinas. Y se le ve feliz por primera vez. A partir de aquí alterna su tiempo entre las visitas al padre demenciado en el asilo y los juegos con los niños en la escuela en ruinas, escuela que acaba siendo su fortaleza. Allí donde Ewald no le quedará otra opción que enfrentarse a una verdad que ha mantenido oculta durante mucho tiempo. 

En la escuela enseña judo a los niños, con kimono y tatami, y aunque habla poco el rumano, se hace entender. Les quita la camiseta y realiza fotos de los menores haciendo poses, que ve en la soledad. Luego llegan las caricias. Se hace pasar profesor de judo antes los padres, que comienzan a preguntar quién es. Van aumentando el número de niños que llegan y se encariña de uno, Octavian, quien muestra marcas de malos tratos y Ewald le protege, prometiendo ir a la policía. Con el tiempo les viste de guerreros espartanos y a cada uno les da un nombre: Fides, Hércules, Apolo, Odiseo, Neptuno, Spartaco,… Y rodea de vallas de madera la escuela y sobre la puerta el nombre de Sparta, el título de nuestra película y de ese guiño a aquellos “agogé”. Les entrena en la lucha grecorromana, cada vez con menos ropa. Y se ducha con ellos al acabar la lucha, ya desnudos. Con el tiempo los niños no regresan a sus casas y se quedan a dormir en Sparta, pues es posible que algunos crean sentirse más seguros. 

Está claro que Sparta no es ni una academia ni un parque de juegos, sino un centro de operaciones creado por Ewald para sucumbir a su filia, que se alimenta de la vulnerabilidad y la inocencia infantil. A pesar de la atmósfera incómoda, los chicos no son conscientes de lo que está pasando a su alrededor. Pero finalmente los padres detectan la situación: “Todo el pueblo habla de ti, Octavian”, le dice al niño su padre maltratador. Y acuden a Sparta para linchar a Ewald. 

Es fácil entender que Sparta es una película incómoda. Muy incómoda. Tan incómoda que asfixia sean las escenas en el asilo o las de la escuela. Seidl marca los tempos con muchísima habilidad, manteniendo los planos y alargando ciertas escenas, y cuanto más vamos conociendo a su protagonista, más aumenta la tensión. Y la polémica no procede de lo que enseña, porque no enseña nada físico, sino que lo terrible de la película de Ulrich Seidl es lo que no enseña: y no mostrar el hecho consumado no hace a la película menos escalofriante ni a su protagonista más exonerable. 

Cabe recordar que la proyección de la película austriaca fue prohibida en el Festival de Venecia después de que Ulrich Seidl fuera acusado de explotar a menores rumanos durante el rodaje y no explicar correctamente a los padres de qué iba la película. Y es que la película versa sobre la pedofilia. Un problema que afecta a los menores desde la Grecia clásica (y antes) hasta nuestros días.

 

miércoles, 13 de marzo de 2024

El camino de Cine y Pediatría se encuentra con la Revista Medicina y Cine

 

Fue en enero de 2010 cuando se iniciaba el camino de Cine y Pediatría. Y lo hice con un post en este blog hablando de una revista referente en el campo de asociar la ciencia (médica) y el arte (cinematográfico). Y esa revista era “Revista de Medicina y Cine” / “Journal of Medicine and Movies” , posiblemente la única conocida que reúne estas dos materias. Una revista bilingüe (español e inglés), electrónica y de acceso libre, publicada por Ediciones Universidad de Salamanca. Aunque se publica de forma trimestral desde el año 2005, conocí de su existencia casualmente al compartir ponencia con su editor en el XXV Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina en el año 2007. Fue un satisfactorio encuentro, máxime al reconocer que los editores responsables fueron profesores míos en la Universidad de Salamanca: los hermanos José Elías y Enrique García Sánchez, que comparten su trabajo en el Departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Salamanca y su enorme afición al cine.  

De aquel encuentro nació el compromiso de los editores de la Revista Medicina y Cine de prologar mi primer libro de Cine y Pediatría. Y así fue en el año 2012. Ha pasado el tiempo y los lazos han continuado, de forma que desde noviembre de 2023 fui invitado a formar parte del Equipo Editorial de la Revista Medicina y Cine, coincidiendo con un cambio en la dirección de la revisa, actualmente a cargo de la Prof. María José Fresnadillo Martínez. Lo cual es un honor, al ser alumno de dicha Universidad de Salamanca. 

Y este compromiso de colaboración comienza con un artículo publicado en el último número de la revista, bajo el título de “El embarazo en adolescentes a través del séptimo arte”, que se puede consultar en este enlace y también en el archivo adjunto.

 

lunes, 11 de marzo de 2024

Un recorrido por la Teledermatología Pediátrica. Proyecto de optimización


La Teledermatología es una parte de la Telemedicina, consistente en la valoración de las imágenes de lesiones cutáneas a distancia por parte de un dermatólogo/a. La especialidad de Dermatología fundamenta en gran parte su capacidad diagnóstica en la observación de las características clínicas de las lesiones cutáneas, y este carácter visual, hace que sea una de las especialidades con mayor desarrollo en Telemedicina. 

En nuestro centro, el Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante la Teledermatología asíncrona empezó a funcionar hace 15 años para su uso en Atención Primaria, y su implantación en el ámbito de la pediatría se produjo en 2009. Un proyecto puesto en marcha por el Servicio de Dermatología y con el liderazgo de la Dra. Isabel Betlloch, y en el que el hemos colaborado desde el Servicio de Pediatría, al ser el gran beneficiario. 

Desde ISABIAL (Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante) se desarrollan diversas actividades docentes, de investigación e innovación de ISABIAL, hoy ya hemos destacado desde este blog las sesiones de investigación. Y recientemente se ha presentado la sesión sobre Teledermatología Pediátrica y cuyo objetivo es presentar el recorrido en el desarrollo de esta aplicación, desde su puesta en marcha, así como el proyecto llevado a cabo para optimizar su utilización. 

Se puede revisar abajo el contenido de esta interesante sesión. Un ejemplo más del valor y resultados de los dos verbos del siglo XXI: sumar y compartir. 

 

sábado, 9 de marzo de 2024

Cine y Pediatría (740) “La consagración de la primavera” para la discapacidad y el sexo

 

En su larga vida, el compositor Igor Stravinski compuso una gran cantidad de obras clásicas abordando varios estilos como el primitivismo, el neoclasicismo y el serialismo, pero es conocido mundialmente sobre todo por tres obras de uno de sus períodos iniciales, el llamado período ruso: “El pájaro de fuego” (L'Oiseau de feu, 1910), “Petrushka” (1911) y “La consagración de la primavera” (Le sacre du printemps, 1913), tres obras solicitadas por el empresario Serguéi Diáguilev para los Ballets Rusos. Y hoy nos centramos en la última, una obra que describe la historia sucedida en la Rusia antigua alrededor del rapto y sacrificio pagano de una doncella al inicio de la primavera, la cual debía bailar hasta su muerte a fin de obtener la benevolencia de los dioses al comienzo de la nueva estación. Una obra innovadora en el ritmo, la melodía, la armonía y orquestación, quizás su primera obra claramente rupturista que, por la dificultad de su audición (especialmente para los oídos acostumbrados a los compases barrocos, neoclásicos y románticos), puede considerarse para el oyente como una obra inicial de la música clásica del siglo XX. Así es “La consagración de la primavera”, motivo de inspiración, también para el título de una reciente película española, también rompedora por la temática y su abordaje: La consagración de la primavera (Fernando Franco, 2022), un triángulo de personajes que nos muestran una realidad bastante oculta, cual es visibilizar la sexualidad en las personas con capacidades diferentes. 

Aborda este tema el sevillano Fernando Franco, con una larga trayectoria como montador, y que se ha introducido en la dirección a través del cortometraje y también el videoclip (del grupo Vetusta Moral y de Javier Corcobado). Su ópera prima en el largometraje fue La herida (2013), alrededor de la vida personal y laboral de una joven trabajadora social, y luego llegó Morir (2017), inspirada en la novela homónima de Arthur Schnitzler, una historia con escasos diálogos donde el cáncer trunca la estabilidad de una pareja feliz. Temas para pensar que se repiten ahora en esta su tercera película, La consagración de la primavera, aclamado drama intimista. 

Laura (Valèria Sorolla), adolescente de 18 años mallorquina que llega a estudiar Química en una universidad de Madrid y reside en un Colegio Mayor religioso, se nos presenta como una chica tímida y retraída y no cómoda con el ocio de sus iguales, pues no bebe, no fuma ni ha probado otras drogas, no le gustan las discotecas, más bien le agobian. Intenta adaptarse a su vida universitaria mientras lidia con sus inseguridades. De una forma casual – y quizás algo forzada en el guion – conoce a David (Telmo Irureta, en un papel que le valió el Goya a mejor actor revelación), un joven con parálisis cerebral y tetraparesia espástica, dependiente en su silla de ruedas, y quien vive con su madre Isabel (Emma Suárez). A partir de aquí se establece un triángulo muy particular, cuando Laura descubre que David y su madre luchan para que se sepa las personas con parálisis cerebral no son asexuados y que tienen las mismas necesidades que todos en este importante tema. Isabel le explica que ha tenido que recurrir a prostitutas y asistentes sexuales para que acompañen a David, y que hasta ella ha llegado a masturbarle. Es poco después cuando Laura toma una decisión muy particular: ser la asistente sexual de David. Y mientras le masturba, él le pregunta: “¿Me puedes abrazar?...¿estás bien?”. Y al salir de la habitación, Isabel le pregunta: “¿Cómo te ha ido?, ¿te has sentido cómoda?...Porque David está encantado, pero lo importante es que tú te sientas bien”

Con gran respeto e intimidad por ambas partes, pasan los días y se repiten los encuentros en la habitación de David, todos los jueves. “Desde que vienes, se le nota más feliz”, dice Isabel; y también Laura se siente más feliz. Y en sus encuentros les gusta escuchar música juntos y entre las distintas melodías una que oímos es “La consagración de la primavera”, con ese guiño al supuesto sacrificio ritual que nuestra joven virgen, Laura. Y ese final con las palabras de David: “No vas a volver”. 

Y es así que esta película valiente está llena de matices y virtudes, aunque circule al filo del rechazo y la entrega entusiasta de quien aprecie la osadía de hablar de lo invisible, pero necesario. Y todo ello con dos interpretaciones de bandera de dos jóvenes que se desnudan, física y emocionalmente: Valèria Sorolla venía con bagaje actoral en series de televisión; y Telmo Irureta, cuya vida en sí es de película y sobre una silla de ruedas (a los dos años una encefalitis le provocó sus graves secuela), ya había protagonizado cortos, monólogos y obras de teatro, pero tras este papel ha tenido gran impacto mediático. Y todos recordamos sus palabras al recoger el Goya: “Nosotros también follamos”. Porque el caso de Telmo Irureta es uno más de aquellos actores con discapacidad o capacidades diferentes que han sido premiados, y recordamos algunos otros nombres: Harold Russell (amputación ambos brazos) en Los mejores años de nuestras vidas (William Wyler, 1946), Marlee Matiln (sordera) en Hijos de un Dios menor (Randa Haines, 1986), Pablo Pineda (síndrome de Down) en Yo, también (Álvaro Pastor, Antonio Naharro, 2009), Jesús Vidal (miopía grave y ceguera ojo derecho) en Campeones (Javier Fesser, 2018), o Troy Kotsur (sordera) en CODA: Los sonidos del silencio (Sian Heder, 2021).   

No es la primera vez que la parálisis cerebral es protagonista en una película de Cine y Pediatría, y recordamos obras como Mi pie izquierdo (Jim Sheridam, 1989), Las llaves de casa (Gianni Amelio, 2004), Con todas nuestras fuerzas (Nils Tavernier, 2013), o uno de las cuatro historias de Camino a la escuela (Pascal Plisson, 2013). Pero en La consagración de la primavera, además, nos adentra con sentido y sensibilidad a la sexualidad de las personas con parálisis cerebral.   

 

miércoles, 6 de marzo de 2024

Mapa de los médicos extracomunitarios en España 2018-2022

 

La falta de médicos en España, especialmente en algunas especialidades, está activando la contratación de médicos extracomunitarios (de fura de la Unión Europea). Si estos no han realizado el MIR en España, su título necesita el reconocimiento del Ministerio de Sanidad y en este enlace se pueden revisar los requisitos y preguntas frecuentes. 

Diario Médico realizó en el mes de enero una interesante infografía al respecto, y que se puede resumir en estos datos: 

- Durante el periodo 2018-2022 se han reconocido 361 títulos extracomunitarios: 34 en 2018, 36 en 2019, 80 en 2020, 119 en 2021 y 92 en 2022. 

- La distribución por países es: 134 de Cuba, 90 de Argentina, 89 de Venezuela, 13 de México, 8 de Colombia, 6 de Perú, 4 de Uruguay, 3 de República Dominicana, 3 de Brasil, 2 de Chile, 2 de Ucrania, 2 de Siria y uno de varios países (Bielorrusia, Estados Unidos, Moldavia, Nicaragua, Paraguay, Togo). 

- El número de extracomunitarios por especialidad es: 90 de Medicina de Familia, 61 de Pediatría, 46 de Anestesia, 41 de Cardiología, 21 de Ginecología, 15 de Oftalmología, 9 de Cirugía Ortopédica, 8 de Radiodiagnóstico, 8 de Urología, 7 de Aparato Digestivo, 6 de Otorrinolaringología, 5 de Cirugía General, 4 de Neurocirugía, 4 de Psiquiatría, y otras especialidades con 3, 2 o 1 médico extracomunitario. 

- En el caso de los 61 médicos extracomunitarios en estos cinco años de nuestra especialidad, Pediatría, el país de origen es: 27 de Argentina, 17 de Venezuela, 10 de Cuba, 3 de México, 2 de Uruguay, 1 de República Dominicana y 1 de Siria. 

Porque la cuestión no es que estos compañeros médicos extracomunitarios ocupen plazas de diferentes especialidades. El problema es que esto procede de una mala gestión de plazas universitarias en Medicina y plazas MIR en nuestro sistema sanitario, siendo un tema conocido hace décadas.

lunes, 4 de marzo de 2024

Comienza el curso de Continuum "Ortopedia infantil 2024"


En breve comienza en la plataforma Continuum el curso "Ortopedia infantil 2024", un curso organizado y coordinado por la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica (SEOP). Un curso que es ya la tercera edición, tras las realizadas en los años 2019 y 2021. 

 La evaluación clínica del sistema músculo-esquelético forma parte de los exámenes que los pediatras de Atención primaria realizan a los niños y adolescentes en los controles de salud. Además, por lo general, son los primeros profesionales en ser consultados ante un traumatismo, un retraso de la marcha, una cojera o una desviación de la columna vertebral. Por tanto, el fin del curso es doble, que es lo que el alumno debe conocer: 
- Proporcionar al alumno conocimientos y habilidades necesarios para identificar las principales patologías ortopédicas, diferenciándolas de los procesos fisiológicos, y determinar cuándo precisan derivación a Ortopedia infantil. 
- Aportar al alumno conocimientos y habilidades para abordar la patología que afecta al sistema músculo-esquelético, los estudios a realizar y el tratamiento a emplear, así como las indicaciones de derivación al segundo nivel asistencial. 

Los objetivos del curso, clasificados en cada una de las seis unidades didácticas son: 

UNIDAD 1. Habilidades de evaluación y diagnóstico. Traumatismos 
- Adquirir habilidad para realizar una historia clínica de un traumatismo. 
- Conocer las diferencias estructurales de las fracturas de niño y el adolescente. 
- Conocer las pruebas complementarias más empleadas en Traumatología Infantil. 
- El concepto de lesiones fisarias y sus posibles complicaciones. 
- Acercamiento a los diferentes tipos de traumatismos según su localización y su tratamiento según la edad. 
- Nociones básicas sobre el manejo de ortesis en pie infantil. 

UNIDAD 2. Tumores e infecciones. 
- Conocer las principales encondromatosis (Ollier, Maffucci) y osteocondromatosis. Reconocer las características clínicas y radiológicas de los tumores óseos pediátricos benignos y malignos. 
- Identificar precozmente los signos clínicos en la osteomielitis. 
- Conocer el tratamiento antibiótico a prescribir en la osteomielitis. 
- Conocer los microorganismos más frecuentes que causan artritis piógena. 
- Realizar el diagnóstico diferencial de una cadera dolorosa según edad y sexo del paciente. 

UNIDAD 3. Miembro superior pediátrico. 
- Identificar los diferentes tipos de malformaciones de la extremidad superior. 
- Contextualizar esta patología con otras posibles alteraciones o su posible asociación con síndromes. 
- Comprender el abordaje terapéutico básico de cada una de ellas. 
- Reconocer las diferentes parálisis por lesión del plexo braquial en recién nacidos. 
- Conocer sus factores de riesgo. 
- Comprender su manejo terapéutico básico. 

UNIDAD 4. Extremidad inferior. 
- Conocer las indicaciones de la ecografía para la confirmación de displasia del desarrollo de cadera en recién nacidos y lactantes pequeños. 
- Utilizar apropiadamente las referencias óseas para la medición de los diferentes segmentos de las extremidades inferiores. 
- Interpretar las maniobras de Ortolani y Barlow y las diferencias entre click y clunk de cadera. 
- Reconocer los signos clínicos y radiológicos de la coxa valga y vara. 
- Considerar la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes en el diagnóstico diferencial de la cojera en el niño. 
- Reconocer la sintomatología de la epifisiólisis de la cabeza femoral en sus formas aguda, crónica y subaguda. 
- Reconocer los signos de anteversión femoral y torsión tibial. 
- Orientación clínica de la dismetrías. 
- Evaluación del metatarso varo. 
- Reconocer los componentes de la deformidad del pie zambo en antepié, retropié, metatarso y tobillo. 
- Conocer la presentación clínica, signos radiológicos y diagnóstico diferencial del escafoides accesorio tarsiano. 
- Evaluar el pie plano valgo. 

UNIDAD 5. Patología de la columna vertebral. 
- Conocer las diferentes etiologías de la torticolis congénita. 
- Identificar los signos radiológicos del síndrome de Klippel Feil. 
- Describir los signos externos de disrafismo. 
- Reconocer los signos radiológicos de espina bífida, cifosis y escoliosis. 
- Conocer las indicaciones de derivación para ortesis, férulas, y otros dispositivos ortopédicos. 

UNIDAD 6. Patologías metabólicas. Displasias. 
- Reconocer la triada de la osteogénesis imperfecta e identificar los signos de complicaciones cardiopulmonares 
- Describir las formas de presentación de las diferentes condrodisplasias y los signos de afectación de otros órganos que pueden asociarse. 
- Conocer los patrones más comunes de afectación en la artrogriposis. 
- Identificar los signos clínicos del raquitismo en los distintos grupos de edad y las pruebas bioquímicas a realizar para su diagnóstico. 
- Reconocer las causas dietéticas, endocrinas y farmacológicas en la osteoporosis infantil. 

El curso comienza el próximo 7 de marzo 2024 y estará en activo hasta el 2 de mayo 2024. Un curso tutorizado en cada una de las seis unidades didácticas. 

Toda la información e inscripciones en la página web de Continuum.

sábado, 2 de marzo de 2024

Cine y Pediatría (739) Dramas adolescentes basados en hechos reales

 

Las películas sobre desapariciones y secuestros de niños, niñas y adolescentes es un tema que hemos revisado de forma recurrente en Cine y Pediatría, en títulos como En lo profundo del océano (Ulu Grosbard, 1999), El fuego de la venganza (Tony Scott, 2004), Adiós pequeña, adiós (Ben Affleck, 2007), El intercambio (Clint Eastwood, 2008), The Lovely Bones (Peter Jackson, 2009), Silencio de hielo (Baran Bo Odar, 2010), La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), La habitación (Lenny Abrahason, 2015), Searching (Aneesh Chaganty, 2017), Sonido de libertad (Alejandro Monteverde, 2023) o Cerdita (Carlota Pereda, 2023), entre otras.         

Pero cuando esas desapariciones y secuestros están basadas en hechos reales, los hechos son más dolorosos: unos padres y familiares rotos; medios de comunicación al acecho; la investigación policial; el tiempo que pasa como una losa, sin noticias; el cuerpo que aparece (o no); etc. Porque si es dura la muerte de un hijo, su desaparición resulta aterradora. Y hoy queremos recordar esta situación en tres historias reales de adolescentes desaparecidos y con final no feliz, y que se suman a la película ya comentada la semana pasada: El secuestro de Amber (Keoni Waxman, 2006).  

Tres películas, todas con elevado impacto mediático, con el trágico protagonismo de una adolescente australiana y otras dos adolescentes españolas, que todavía recordamos. Dramas adolescentes basadas en hechos reales en las antípodas del mundo. 

- Una chica perfecta (Simone North, 2009), peculiar traducción del título original In Her Skin (I Am You), inspirado en el libro “Perfect Victim” de Elizabeth Southall, la madre de la adolescente Rachel, y Megan Morris, una reportera de investigación. Una película narrada en tres partes, correspondiente a sus principales protagonistas, recurriendo a diversas analepsis (flashback) y prolepsis (flashforward): Mike y Elizabeth, los padres, interpretados por Guy Pearce y Miranda Otto; Caroline, la adolescente con baja autoestima que perpetra el asesinato, interpretada por Ruth Bradley; y Rachel, la víctima, interpretada por Kate Bell. 

Todo comienza el 1 de marzo de 1999, cuando Rachel Barber, una chica de 15 años amante del ballet, no llega a la parada del tranvía donde le esperaba su padre. A partir de aquí la búsqueda desesperada de los padres y la indiferencia policial inicial. Retrospectivamente conocemos cuatro años antes a una vecina suya, Caroline Reed, a la que conocemos escribiendo sobre su acoso escolar en un ordenador: “De verdad que necesito ayuda”. Los padre se acaban de separar y madre e hija no se soportan: “Querida mamá. No soy la hija perfecta que querías. Soy una maldita cosa gorda, fea y egoísta. Deberías haber abortado”. Una chica demasiado complicada, depresiva y con ocasionales ataques epilépticos, que quiera la estima de su padre (Sam Neill): “Perdón por no ser perfecta. Me odias…Soy lo que soy y nunca encajaré”. Y de ahí, la historia regresa a ese presente donde narra el encuentro con su ex vecina, Carolina, la chica perfecta a diferencia de ella y a la que propone un negocio que es la coartada para llegar a un hecho tan atroz que solo su perturbación mental podría concebir. Y cuando los trágicos hechos ven la luz, los padres de Rachel hacen ese viaje de la ansiedad y miedo hacia el paradero a ese estado atónito de tristeza y extraña paz interior. Que nada cambia el que Caroline fuera condenada a 20 años de prisión. 

- El caso Wanninkhof, una doble tragedia (Fernando Cámara y Pedro Costa, 2008), telefilme en dos capítulos sobre este hecho real (pero con nombres cambiados), cuyo título es el de los dos grandes protagonistas de este asesinato de una adolescente de 19 años que conmocionó nuestra país: Victoria Álvarez es el título de la primera parte, interpretada por Luisa Martín (y que en la realidad es Dolores Vázquez); y Robin Jones es el título de la segunda parte, interpretado por Frank Feys (y que en realidad es Tony Alexander King). Porque el ambiente de histeria popular creado por los medios de comunicación y un juicio plagado de irregularidades por parte de las autoridades policiales y judiciales, conllevó una condena con errores judiciales de gran magnitud, incluyendo la anulación de la presunción de inocencia. 

Todo comienza el día de los hechos, un 9 de octubre de 1999, en la localidad malagueña de Mijas, cuando es asesinada Rocío Wanninkhof (Valentina Burgueño). Finalmente la Guardia Civil detuvo como sospechosa del crimen de la adolescente a Victoria Álvarez, quien fue el amor lésbico de su madre y madrina de Rocío. Y no fueron los hechos lo que se juzgaron, sino su persona, pagando por su carácter huraño y frío, con pocos amigos, además del hecho de ser lesbiana. Fue carne de cañón al ser sometida a un juicio popular y ser condenada un año después a 15 años y un día de cárcel (aunque pudo salir a los 17 meses, pero ya con la vida destrozada). En este proceso tuvo la defensa de un abogado (Pedro Apalategui en la realidad, interpretado por Juanjo Puigcorbé), quien no pudo vencer el móvil del despecho hacia la madre de Rocío, de quien se separó años antes. 

Y fue el asesinato de otra adolescente de 17 años, Sonia Carabantes, el 14 de agosto de 2003 en la localidad malagueña de Coín, y la coincidencia de hechos y pruebas de ADN, los que pusieron la pista en un ciudadano británico afincado por esos lares, Tony Alexander King. De ahí la doble tragedia del título de esta película: el asesinato de dos adolescentes (Rocio Wanninkof y, luego, Sonia Carabantes) y la condena errónea de Dolores Vázquez, quien tuvo que huir a su localidad coruñesa de Betanzos y quien, dos décadas después, nunca recibió una indemnización ni un disculpa pública por el daño causado a su persona. Y así finaliza esta película fiel a los hechos (aunque se cambien los nombres), con nuestra falsa culpable mirando a la cámara y diciéndonos: “Yo no maté a Rocío”. 

Decir que un hecho así ha visto otras versiones en la pantalla, con dos películas documentales: El caso Wanninkhof-Carabantes (Tània Balló, 2021) y Dolores: La verdad sobre el Caso Wanninkhof (Noemí Redondo, 2021), siendo esta última donde la propia protagonista de uno de los mayores errores judiciales de la historia reciente de España aborda preguntas no antes respondidas. 

- El secuestro de Anabel (Pedro Costa, 2010), uno de los films de la serie televisiva La huella del crimen, y que narra otro asesinato mediático, el de la adolescente de 19 años, Anabel Segura, ocurrida el 12 de septiembre de 1993. Un veraz análisis de los hechos de este caso que movilizó a todo un país pidiendo la liberación de Anabel, incluso en el famoso programa de Paco Lobatón, “¿Quién sabe dónde?”, y cuya lucha se vio simbolizado por un lazo amarillo. 

Todo comienza con el encuentro de dos viejos amigos, que no se veían hace años, en un bar de Vallecas. Tanto Antonio (en la realidad, Emilio Muñoz, interpretado por Enrique Villén) como Cirilo (en la realidad, Cándido Ortiz, interpretado por Juan Codina) viven malos momentos laborales y personales y ahogan sus penas en alcohol; al salir, se dieron una vuelta por la Urbanización Intergol en el barrio residencial de La Moraleja y allí ven a una joven haciendo jogging, Anabel Quintana (nombre ficticio de Anabel Segura, interpretada por Polina Kyryanova), a quien secuestran de forma impulsiva. 

Un secuestro absurdo, totalmente improvisado, que termina de la forma más trágica. Pues aunque pidieron un rescate de 150 millones de pesetas y no se les detuvo hasta dos años después, lo cierto es que asesinaron a la adolescente en la primera noche, por no saber qué hacer con ella. La historia de uno de los pocos secuestros extorsivos en España y una actuación chapucera de unos ciudadanos comunes sin experiencia en la delincuencia y que terminó en tragedia. Como anécdota, cabe decir que la mujer de Antonio es interpretada de nuevo por Luisa Martin, quien aparece en dos de las historias más mediáticas de dramas adolescentes en nuestro país. 

Hoy hemos revisado tres dramas adolescentes basados en hechos reales. En el caso de los acaecidos en España, fueron dos profundas chapuzas: en el caso Rocío Wanninkhof fue una chapuza policial y judicial, y en el caso Anabel Segura fue una chapuza de los delincuentes. Pero en todos con el mismo trágico final. Y el cine no es ajeno a este dolor.