sábado, 27 de abril de 2024

Cine y Pediatría (747) “Beautiful Beings”, una pesadilla de adolescencia


Islandia es un país especial que no deja indiferente. Un país de contrastes, entre el hielo y el fuego. Pero Islandia es mucho más que un paisaje sobrenatural. También atesora una cultura con identidad propia única en el mundo, con una alfabetización del 99,9 % de la población y el país que compra más libros per cápita del mundo. Y no solo leen, también escriben: no hay país que atesore tantos novelistas por habitante. Y dentro de las manifestaciones culturales, es la música una de la más arraigada en Islandia, conservando las tradiciones de la música folklórica, unido al pop y a la música electrónica, una música original y distinta, como los propios islandeses (y baste recordar nombres como Bjork, Sigur Ros o Of Monsters and Men). Pero otra manifestación que va abriéndose camino es el cine, un cine islandés dentro del emergente cine escandinavo. 

Pero el cine de Islandia que llega fuera de sus fronteras, también es cine de hielo y fuego. Y baste recordar las tres películas que ya forman parte de Cine y Pediatría, tres "coming of age" que son un retrato íntimo de esta volcánica etapa de tránsito, un viaje iniciático filmado con implacable, austero y en ocasiones helado temple: Sparrows-Gorriones (Rúnar Rúnarsson, 2015), Heartstone, corazones de piedra (Guðmundur Arnar Guðmundsson. 2016) y Déjame caer (Baldvin Zophoníasson, 2018). 

Tres historias que vienen a ser el réquiem por el sueño islandés de esos adolescentes enfrentados a familias desestructuradas, a sus pulsiones sexuales y a las toxicomanías. Y hoy regresa otro "coming of" age, la de cuatro adolescentes de 15 años que viven su particular pesadilla en la película titulada Beautiful Beings (Guðmundur Arnar Guðmundsson. 2022). Y es que este director, tras su ópera prima Heartstone, corazones de piedra, regresa a esta etapa de la vida en una película cuyo título original en islandés (Berdreymi) significa pesadilla. 

Inicialmente conocemos a Balli (Áskell Einar Pálmason), quien vive en un hogar marginal, sucio y desordenado como su familia (su padre murió, su padrastro está preso y su madre le deja solo durante días, por lo que los servicios sociales están al tanto) y sufre acoso escolar, incluso una agresión física que es recogida por la televisión y le permite reclamar a la audiencia: “No me importa si caigo bien o no, solo quiero que me dejéis en paz”. Y ese informe televisivo nos adentra en el incremento de la violencia en los centros escolares islandeses. 

A partir de ahí, conoce a otros tres jóvenes de su edad (Addi, Siggi y Konni), quienes acaban acogiéndole en el grupo, aunque lo ven como un bicho raro, y al que preguntan al entrar en su casa: “¿Por qué están rotas todas las puertas?...¿por qué está todo tan guarro?”. Pero también ellos tienen una buena mochila en la espalda de sus vidas, especialmente por la ausencia de una figura paterna correcta: Addi (Áskell Einar Pálmason), quien funciona como el líder del grupo, vive en un hogar donde sus padres se divorciaron por el alcoholismo del padre y cuya madre cree en la magia adivinatoria y la interpretación de los sueños; Siggi (Snorri Rafn Frímannsson) es el rarito, cuyo padre es un chanchullero; y Konni (Viktor Benóny Benediktsson), el violento del grupo, apodado “El Animal”, tiene tanto temor a su padre que a veces no vuelve a casa hasta que aquel está dormido. 

Los cuatro amigos pasan el tiempo viviendo continuamente al límite de lo correcto, retando al riesgo, fumando continuamente, ensayando con otras drogas (incluso setas alucinógenas) y el sexo, y apostando por la violencia frente a otros grupos, por mucho que Addi declare: “No soporto las peleas”. La salida de la cárcel del padrastro de Balli (papel interpretado por el conocido actor islandés-estadounidense Ólafur Darri Ólafsson, al que reconocemos de la serie la serie de televisión islandesa, Atrapados, dirigida por Baltasar Kormákur), lo cambia todo, pues sus amigos descubren que es un maltratador y un pederasta frente a la hermana yonqui de Balli, y se confabulan para amedrentarle y defender a su amigo. Pero los hechos que se desencadenan a partir de aquí, lo cambian todo. 

Y al final resuenan las palabras de la madre de Addi: “Imagina que una luz brillante te rodea y te protege”. Porque estos adolescentes (de nuestra ficción) y tantos adolescentes (en la realidad) precisan mucha luz que les proteja. Y quizás la mayor luz sea una familia que les cuide, les proteja y les eduque en valores, pues los padres son los primeros modelos de comportamiento y principales mentores para sus hijos. Cuando esto falla (en nuestros amigos con un denominador común: la ausencia de una buena figura paterna), aumenta el riesgo de que la adolescencia sea una pesadilla, abandonados a su suerte, pues se ven como un jardín sin un jardinero, creciendo sin la guía necesaria para florecer y llegar a ser la mejor versión de sí mismos. 

Porque Beautiful Beings es una historia sobre el paso a la edad adulta, la amistad y la supervivencia desde esta etapa de la vida tan impactante que es la adolescencia, pero también un retrato de la decadencia moral y el abandono, que confirma el talento de Guðmundur Arnar Guðmundsson, especialmente para la dirección de los jóvenes actores, todos ellos neófitos. Un incómoda historia sobre estas bellas criaturas adolescentes que viven su particular pesadilla en un película de cine-realidad que recibió el Premio de la Juventud en la Seminci de Valladolid.

 

miércoles, 24 de abril de 2024

Hacia una hospitalización pediátrica segura, ¿qué hacer y qué no hacer?


Son varios los recursos que hemos ido compartiendo en el blog sobre la web de la Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria (SEPIH), desde el camino como subespecialidad pediátrica, pasando por la utilidad de sus protocolos o la novedad editorial del libro de Pediatría Interna Hospitalaria.    

Y hoy queremos destacar el documento y la infografía sobre Hacia una hospitalización pediátrica segura, ¿qué hacer y qué no hacer?  Y donde se analizan los cinco pasos de la hospitalización: 
1. Acogida 
2. Atención Sanitaria 
3. Notificación 
4. Ambiente laboral 
5. Alta hospitalaria 

Un interesante documento para conocer y aplicar.

 

lunes, 22 de abril de 2024

Mujer y Medicina: el Síndrome de “ya llegaréis”


Se denomina TECHO DE CRISTAL a la limitación velada del ascenso laboral de las mujeres al interior de las organizaciones. Se trata de un techo que limita sus carreras profesionales, difícil de traspasar y que les impide seguir avanzando. Es invisible porque no existen leyes o dispositivos sociales establecidos y oficiales que impongan una limitación explícita en la carrera laboral a las mujeres. 

Sobre este tema hablamos en el blog hace más de una década e, incluso, dedicamos el libro Cine y Pediatría 12 a este tema, con el propósito de romper el techo de cristal a través de las directoras en el séptimo arte. Pues este es un tema recurrente y no resuelto. 

Y vale la pena revisar el artículo publicado en el mes de marzo en Diario Médico, bajo un título muy significativo: Mujer y medicina: el síndrome de “ya llegaréis”. Porque en 2017 se produjo un vuelco significativo en España: por primer vez en la historia, las mujeres médico colegiadas superaron en número a los varones, y la diferencia no ha dejado de crecer desde entonces. Pero si lo enfocamos a algunas especialidades (con Pediatría y Obstetricia-Ginecología como paradigmáticas) esta diferencia a favor de las mujeres es abrumadora. De hecho, siempre digo que hay muchas pediatras, pero ya pocos pediatros… Aún así, los datos del Observatorio Womeds (una iniciativa de FACME- Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas) evidencian que la presencia masculina es abrumadoramente mayoritaria en las jefaturas de servicio y sección del Sistema Nacional de Salud (SNS), así como en las presidencias científicas y colegios de médicos, los decanatos y los puestos de liderazgo en investigación. 

Sirvan algunos datos actuales: 
- De los egresados en las Facultades de Medicina de España el 70% son mujeres. 
- De los 302.000 médicos colegiados en España, ya el 54% son mujeres. 
- De los especialistas que trabajan en los centros sanitarios públicos, el 58% son mujeres. 
- Del porcentaje de jefes de servicio en el SNS en España, solo el 33% son mujeres (con un intervalo que va del 21% en la Región de Murcia y al 52% en Navarra). 
- De las 46 sociedades científicas que forman parte de FACME, solo 12 tienen un mujer como presidenta (y solo 8 tienen más de la mitad de mujeres en sus juntas directivas). 
- De los 52 Colegios de Médicos provinciales en España, en 21 de ellos las mujeres ocupan menos del 40% de los sillones de sus directivas. 
- De las 46 Facultades de Medicina, el 24% tienen una decana, el 10% cátedras de Medicina ocupadas por mujeres y el 22% plazas de profesor titular vinculado ocupadas por mujeres. 

Así que quizás sí, ante tanto que queda por caminar, el cambio de denominación del techo de cristal en Medicina por el de Síndrome de “ya llegaréis”, quizás no sea una mala propuesta…

sábado, 20 de abril de 2024

Cine y Pediatría (746). “Collisions” frente a la migración


La migración es un fenómeno creciente en el mundo, alimentado por las persistentes desigualdades, la falta de oportunidades y las tensiones sociales. Migraciones del campo hacia las ciudades, o desde sus países de origen hacia países desarrollados, con la esperanza de mejorar sus niveles de vida y encontrar mejores opciones para su desarrollo personal. Hay múltiples motivos para explicar el crecimiento en la migración internacional (aunque es un hecho que ha existido siempre), que sigue siendo un claro indicador de que los derechos y necesidades de millones de personas no está siendo satisfechos y cuya cara más dura es la desintegración familiar. Se estima que hay un total de 190 millones de migrantes internacionales en todo el mundo. Y entre ellos hay muchos niños y niñas en tránsito. Y todos ellos merecen protección, atención y toda la ayuda necesaria para salir adelante, pasando a un segundo lugar aspectos como por qué abandonaron su hogar, cuál es su lugar de origen, dónde se encuentran o por qué llegaron allí. 

Desde Cine y Pediatría este es un tema que se ha analizado desde diversos puntos de vista en películas de diferentes nacionalidades, y un ejemplo es el film revisado la semana pasada: la película francesa Mi hermano pequeño (Léonor Serraille, 2022), alrededor de una madre y dos hijos que viajan de Costa de Marfil a Francia. Pero donde también recordamos: la película estadounidense La buena mentira (Philippe Falardeau, 2014) sobre un grupo de niños huérfanos de Sudán que son acogidos en Estados Unidos; la película mexicana Los lobos (Samuel Kishi, 2019), con una madre y dos hijos que viajan de México a Estados Unidos; la película estadounidense Minari. Historia de mi familia (Lee Isaac Chung, 2020), alrededor de una familia surcoreana en busca del sueño americano; la película española Adú (Salvador Calvo, 2020), una de cuyas historias es la de dos hermanos de Camerún que llegan a España; la película belga Tori y Lokita (Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, 2022), dos niños que se desplazan de Benín a Bélgica; la película francesa La brigada de la cocina (Louis-Julien Petit, 2022), sobre diferentes jóvenes inmigrantes de muy diferentes nacionalidades (bajo el conocido acrónimo de MENA) de diversas nacionalidades que se establecen en Francia; o la película española Chinas (Arantxa Echevarría, 2023), dos niñas y una adolescente chinas en busca de su identidad e integración en España.         

Y hoy llega una más: la película estadounidense Collisions (Richard Levien, 2018), la cual explora el devastador impacto que podría tener en los inmigrantes la política de administración Trump a través de una familia mexicana, de nuevo una madre con sus dos hijos (este conjunto vemos que se ha repetido en varias historias de las ya analizadas). Un film que comienza así: “Cada cuatro minutos, un niño ciudadano de los Estados Unidos es separado de unos de sus padres por deportación”. Y tras una escena donde la policía irrumpe armada en una casa de hispanos, otro cartel muy significativo: “Some are under a lucky star and some are born into collisions. Mexican Proverb”. Un cartel en inglés que nos descubre la palabra que es el título de esta película: Collisions. Y cuyo guion es una adaptación de la historia del novelista Malin Alegria. Realmente tiene un formato por sus personajes y su entorno bastante similar a la película Los lobos, previamente referida. 

Yoana (Ana de la Reguera) emigró de Oaxaca a Estados Unidos con sus dos hijos, Itan (Izabella Álvarez) y Neto (Jason García Jr.), y ahora trabaja en la limpieza en varios lugares para salir adelante. Itan es una adolescente de 12 años en la actualidad, estudiosa e inteligente, quien también debe hacerse cargo de su hermano de 8 años; hablan ya inglés y no les apetece ser mexicanos. Un día llegan del colegio y su madre no está (lo que enlazamos con la primera escena de la película), por lo que pasan a los Servicios de Protección Infantil: “Nos cuesta encontrar una familia que quiera cuidar dos niños”. La única posibilidad es que se haga cargo un hermano de la madre, el tío Evencio (Jesse García), camionero de profesión, quien vive solo y con pocos apegos, tampoco a sus sobrinos. 

A partir de ahí comienza una particular “road movie” por las interminables carreteras de los Estados Unidos, pues viajan en camión en busca de Yoana, antes de que la deporten, tarea no fácil pues hay alrededor de 700 centros de detención en el país y no les informan dónde la han trasladado. Reciben el mensaje que se encuentra en Fénix, y hacia allá se dirigen, en un viaje donde Evencio se acompaña de bebida, canciones mexicanas y mujeres de compañía. Pero, como tantas veces hemos visto, el viaje mejora la sintonía con sus sobrinos, a los que acaba protegiéndoles de los peligros que acompañan al viaje. “Si mamá se va a México, ¿podemos vivir contigo?”, le pregunta Neto. Aunque Itan acaba descubriendo un secreto sobre su tío y su padre fallecido. 

Es finalmente en Tijuana donde se reeencuentran y reconcilian. Y entre lágrimas… y todo por decir, finaliza. Sin final feliz. Sin soluciones. Con más preguntas que respuestas ante la migración y ante los hijos de la migración. Porque el camino de la vida (y de la Green Card) es muy duro. Y con algunas leyes, más. Porque la infancia de la migración es una realidad cada vez más patente.

 

miércoles, 17 de abril de 2024

Terapia cinematográfica (5). Prescribir películas para entender las enfermedades oncológicas


El cáncer sigue siendo, pese a los espectaculares avances en el campo de la prevención, diagnóstico y tratamiento de estas entidades, una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Aunque hay muchos motivos para la esperanza, el diagnóstico de “cáncer” sigue provocando una de las reacciones psicológicas más duras entre personas afectadas y sus familiares. 

El cáncer es un filón para el cine, en películas de muy distinto calado: algunas películas dignas y respetuosas, llenas de valores; otras melodramáticas en busca de la lágrima fácil; algunas obras de arte y otras fácilmente olvidables. Y es así que la mirada del cine al cáncer nos devuelve arte (no siempre, pues algunas películas son de escasa calidad cinematográfica, más en la línea del sentimentalismo fácil que del sentimiento profundo), ciencia (no siempre, pues en la mayoría hay más espectáculo que rigor, donde la presencia del cáncer puede ser una mera anécdota en el guión) y, sobre todo, conciencia. 

Por tanto, el cine es una oportunidad para hablar con arte, ciencia y conciencia de la enfermedad oncológica y, sobre todo, de los pacientes con cáncer y su entorno. Una oportunidad para mejorar la relación profesional-paciente, para mejorar la humanización y para abrir el debate bioético. Y hoy nos centramos al cine relacionado con el cáncer infantojuvenil, películas que nos impactan, como espectadores, como sanitarios, como familiares o como afectados. Porque si el cáncer en un adulto conmociona, este efecto se multiplica cuando afecta a un hijo o a un nieto. Porque la realidad supera a la ficción y cada día, cientos de profesionales de la sanidad hacen una labor humana y científica sin límites en el cuidado de los niños con cáncer. Una labor que dignifica nuestra profesión y que recupera nuestra estima como pediatras. 

Y en este artículo de la serie “Terapia cinematográfica” proponemos un pequeño viaje a la oncología pediátrica a través de 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Planta 4ª (Antonio Mercero, 2003), para comprender el valor del “mundo amarillo” alrededor del cáncer, es decir, el valor de esas personas que apoyan con amistad y amor. 

- Cartas a Dios (Oscar et la dame rose, Eric-Emmanuel Schmitt, 2009), para interiorizar las diversas maneras de manejar el dolor de la pérdida y desmitificar el tema de la muerte. 


- Cartas al cielo (Letters to God, Patrick Doughtie, 2010), para reflexionar sobre el valor de la fe y esperanza como elementos de superación en la enfermedad. 

- Surviving Amina (Bárbara Celis, 2010), para sobrevivir al viaje en primera persona a las fases de diagnóstico y tratamiento de una enfermedad oncológica en un hijo pequeño. 

- Declaración de guerra (La guerre est déclarée, Valérie Donzelli, 2011), para transitar por el maratón emocional de las fases del duelo ante la lucha contra el cáncer de un hijo. 

- Yo soy uno entre cien mil (Penélope Cruz, 2016), para sensibilizar sobre la importancia de la investigación para luchar contra la leucemia infantil. 

Siete películas argumentales que el cine nos regala con el cáncer infantojuvenil como protagonista y que nos devuelve esas emociones y reflexiones para sobrevivir a lo que es una verdadera declaración de guerra personal, familiar, social y sanitaria.

lunes, 15 de abril de 2024

Comienza el curso de Continuum "Lectura sistemática del electrocardiograma pediátrico 2024"


El próximo día 25 de abril comienza el curso "Lectura sistemática del electrocardiograma pediátrico 2024", un curso liderado por la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías congénitas (SECPCC), en su tercera edición en Continuum (tras las realizadas en los años 2015 y 2017). 

Este curso proporcionará al alumno conocimientos y habilidades necesarios para mantener y mejorar su competencia en la interpretación del electrocardiograma en la edad pediátrica teniendo en cuenta la evidencia disponible sobre su utilidad en el diagnóstico de la patología cardiovascular. 

El curso está dividido en seis módulos, que son: 
- Nociones básicas del electrocardiograma. Alteraciones de la conducción ventricular 
- Amplitud del complejo QRS, onda Q y onda P. Crecimiento auricular y ventricular 
- Repolarización y preexcitación 
- Guía sistemática de lectura del ECG pediátrico 
- Arritmias supraventriculares y ventriculares 
- Canalopatías y bloqueos 

Al finalizar los dos meses de formación de la actividad, el alumno habrá conseguido una serie de conocimientos, habilidades y actitudes, que se recogen a continuación: 
- Conocer la técnica de realización del electrocardiograma (localización derivaciones, ajustes velocidad y voltaje). 
- Reconocer las variaciones normales del trazado ECG que aparecen con el desarrollo, debidas a los cambios fisiológicos del aparato circulatorio. 
- Conocer y aprender a utilizar las tablas de valores normales. 
- Mostrar un método sistemático de lectura del ECG. 
- Conocer las indicaciones del ECG en pediatría. 
- Identificar las anomalías electrocardiográficas sugestivas de hipertrofia auricular y ventricular. 
- Identificar las anomalías electrocardiográficas sugestivas de alteraciones de la conducción; bloqueo completo e incompleto de rama derecha, bloqueo de rama izquierda, hemibloqueos anterior y posterior. 
- Identificar otras anomalías electrocardiográficas sugestivas de alteraciones de la conducción; preexcitación y síndrome de Wolf Parkinson White. 
- Identificar los cambios anómalos ST-T en el ECG. 
- Identificar los hallazgos electrocardiográficos sugestivos de pericarditis. 
- Identificar los hallazgos electrocardiográficos sugestivos de miocardiopatía hipertrófica. 
- Conocer las indicaciones del electrocardiograma en un niño con síncope. 
- Reconocer las arritmias más frecuentes. 
- Identificar una arritmia benigna. 
- Diferenciar las arritmias que requieren tratamiento urgente de aquellas que lo requieren crónico o que no lo precisan. 
- Identificar los extrasístoles auriculares, los ventriculares, la taquicardia supraventricular y la taquicardia ventricular por medio de criterios electrocardiográficos. 
- Identificar los hallazgos electrocardiográficos sugestivos de canalopatías: Síndrome de QT largo, QT corto y Síndrome de Brugada. 
- Comprender la relevancia clínica del intervalo QT corregido prolongado. 
- Identificar los bloqueos cardíacos (1º, 2º 3º grado) mediante el electrocardiograma. 
- Conocer los cambios electrocardiográficos producidos por las alteraciones iónicas: hipo- e hiperpotasemia, hiper e hipocalcemia. 

El curso estará en activo hasta el 20 de junio de 2024 y es un curso para cualquier profesional sanitario interesado en la mejor lectura del ECG. Y, aunque pediatras y residentes de pediatría son los receptores principales, también es un curso que puede interesar a médicos de familia y otros especialistas vinculados con la Pediatría. 

Toda la información e inscripciones en la página web de Continuum, con el poder del e-learning y web-based learning.

sábado, 13 de abril de 2024

Cine y Pediatría (745) “Mi hermano pequeño” y la deconstrucción de una familia inmigrante


“Mamá me hablaba dándose aires de importancia. Pero al mismo tiempo parecía estar siempre en otra parte. Era difícil saber cómo se sentía. Quiero decir, cómo se sentía de verdad. La noche que llegamos a Francia, no hacía más que mover las caderas. Supongo que eso le ayudaba a mantenerse en pie. Quizás por ser el pequeño, me aferré a la luz que irradiaba, a nada más. La maleta llena de dolor que había traído de casa, era su secreto”. Con esta voz en off, acompañado de la imagen fija de una madre negra y sus dos hijos que viajan en tren, comienza esta película francesa por título Mi hermano pequeño (Léonor Serraille, 2022), con la que la realizadora francesa ganó la Cámara de Oro a la mejor ópera prima en el Festival de Cannes, premio creado en el año 1978 y que ya ganaron antes otras películas de las que hemos hablado en Cine y Pediatría: la belga Totó, el héroe (Jaco Van Dormael, 1991), la iraní El globo blanco (Jafar Panahi, 1995) y la alemana Girl (Lukas Dhont, 2018).    

En Mi hermano pequeño, su directora toma como base las vivencias del padre de sus hijos para componer esta conmovedora crónica de la construcción y deconstrucción de una familia inmigrante. Y nos narra la historia de Rose y de sus hijos, Jean y Ernest, durante algo más de 15 años. Una historia que comienza en 1989, cuando Rose (Annabelle Lengronne) abandona su Costa de Marfil natal y llega a París para intentar iniciar una nueva (y mejor) vida. Tras dejar en África a sus dos hijos mayores, todas las esperanzas de Rose están puestas en Jean y Ernest, dejando atrás a su ya segundo marido. Y la voz en off es del hermano pequeño, Ernest, es la que inicia este film y la que nos acompañará durante todo la historia. 

Inicialmente son acogidos en casa de unos familiares y la mujer le da un consejo (“En la vida tienes que escoger a alguien que quiera a tus hijos. No a alguien que tú quieras. Es importante”) que Rose no parece tener muy en cuenta. Su belleza la hace ser atracción de los hombres, pero no acierta en la compañía. Y ella, que se afana en salir adelante como asistenta de limpieza en un hotel, da estos consejos a sus hijos: “Estudiar mucho. Ser los mejores… Y nada de llorar. No se llora delante de la gente. Si queréis llorar os escondéis”. Y así también ella llora en la soledad, porque quizás es cierto lo que le dicen: “No sabes ni lo que quieres”

Mientras ella busca su lugar, conoce a otro hombre casado que funcionará de padrastro y cambian de ciudad, como nos recuerda la voz en off del hijo menor: “Nos dijo que nos íbamos a vivir a Ruán. A un apartamento en el centro. Iríamos a buenos colegios. Iríamos con buenas compañías. Ella quería lo mejor para nosotros. Nosotros no queríamos irnos de nuestro cuchitril. Pero ello no era de las que cambian de opinión. Hizo las maletas y nos fuimos”. Y con ello un salto temporal nos presenta a los dos hermanos yan adolescentesY a partir de aquí, la película se fragmenta en dos partes: la primera se centra en Jean, la segunda en Ernest. Y un noticiario nos sitúa temporalmente alrededor de ley de Charles Pasqua, unas despiadadas leyes antiinmigración instauradas en por este ministro de Interior gaullista en el año 1993, cuyo objetivo era claro: “La regla de oro: debe restringirse el derecho a entrar en Francia”. 

Ahora los dos hermanos viven juntos y la madre solo viene los fines de semana. Las relaciones de pareja de la madre no funcionan y ahora decide casarse con un compatriota que la pretendió desde su llegada a Francia, a lo que Jean expresa: “No es un nuevo comienzo. Es el principio del fin”. Y Jean acaba abandonando el hogar y decide regresar a Costa de Marfil, lo que enfada de tal forma a Ernest que culpa a su madre. 

En el salto temporal final ya nos encontramos a un joven Ernest que vive independiente, ahora como profesor de filosofía de un instituto de París y lee un texto muy significativo a sus alumnos: “Que cada uno examine sus pensamientos. Los encontrará ocupados en el pasado y en el futuro. Apenas pensamos en el presente y si pensamos en él, solo es para tomar luz de él y proyectarla en el futuro. El presente nunca es nuestro fin. El pasado y el presente son nuestros medios. Solo el futuro es nuestro fin. De tal forma no vivimos, sino que esperamos vivir”. Porque ha pasado mucho tiempo, pero aún le recuerdan que es un emigrante en un país en el que no nació… 

Y en el encuentro con su madre se preguntan por sus vidas y él le recuerda que ha tenido muchos padres, pero el verdadero padre fue el colegio, y ella se excusa con lágrimas: “Yo hice todo lo que pude. Aunque cometiera errores”. Y la madre le da una carta de su hermano, que acaba así: “Espero verte algún día. Un hermano pequeño no es poca cosa”. Y un fundido en negro nos deja pensando en esta película alrededor de una familia africana inmigrante que entra en deconstrucción y este peculiar “coming of age” de dos hermanos en busca del sentido de pertenencia. 

Una película realizada con el sentido y sensibilidad del cine francés, sobre un tema que no les es ajeno, pues en Francia viven cerca de 9 millones de inmigrantes, lo que supone un 13% de su población. Pero la inmigración es una constante en muchos países, y baste recordar que en España hay casi 7 millones de inmigrantes (un 15% de la población), y las historias de superación y supervivencia se repiten.

 

miércoles, 10 de abril de 2024

Comienza el curso de Continuum "Alergología Pediátrica 2024"

 

Mañana comienza el curso on line de Continuum "Alergología Pediátrica 2024", un curso organizado y coordinado por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) y ya en su segunda edición, tras la celebrada en el año 2021.

Este curso proporcionará al alumnado los conocimientos y habilidades necesarios para mantener y mejorar su competencia en alergia pediátrica, basándose en la evidencia científica y orientándose a la evitación y resolución de aquellas patologías alérgicas más prevalentes en Pediatría. 

Los objetivos del curso son: 
- Conocer las bases inmunológicas y características clínicas de las patologías alérgicas, así como las peculiaridades de los distintos alérgenos. 
- Saber orientar el diagnóstico clínico, diferencial y etiológico.
- Conocer la indicación e interpretación de los exámenes complementarios. 
- Poder establecer la evitación de los distintos alérgenos y un plan terapéutico específico para cada enfermedad alérgica. 
- Identificar a los niños con riesgo de reacción grave, para prevenirla y tratarla. 
- Saber los criterios de derivación al pediatra especialista en alergia. 
- Disponer de las fuentes de información más útiles sobre alergia pediátrica.

Y estos serán los capítulos que se van a tratar: 
- Bases de la alergia pediátrica 
- Alergia respiratoria 
- Alergia alimentaria 
- Alergia cutánea 
- Alergia a medicamentos y vacuna 
- Anafilaxia. Inmunoterapia a aeroalérgenos. 

El curso comienza el 11 de abril 2024 y estará en activo hasta el 6 de junio 2024. Un curso tutorizado en cada una de las seis unidades didácticas. Toda la información e inscripciones en la página web de Continuum.

lunes, 8 de abril de 2024

La Medicina de las 7 (+2 P): paradigma sanitario del siglo XXI


El proceso asistencial está demandando un nuevo enfoque desde hace algunos años. Se habla del Paradigma Sanitario del Siglo XXI, que complementa al Paradigma Reactivo del siglo XX. Este paradigma actual es lo que se conoce como la Medicina de las 7 P. Vale la pena definir sus componentes.

- Proactiva. Porque requiere que cada individuo asuma la responsabilidad de su salud más allá la actitud reactiva de acudir al médico únicamente cuando se esté enfermo. Somos cada uno de nosotros los máximos responsables de nuestra propia salud, principalmente con la adopción de estilos saludables de vida en lo relativo a la actividad física, hábitos nutricionales y la limitación o cese de hábitos tóxicos como el tabaco, el alcohol o el consumo de drogas. Nadie podrá ejercitarse por nosotros, nadie podrá comer por nosotros, nadie podrá dejar de fumar por nosotros… Además, la proactividad con respecto a nuestra salud sobrepasa el ámbito de lo personal, siendo un acto de profunda solidaridad para con nuestros seres queridos y para con la sociedad. Ahorraremos sufrimiento a los primeros y recursos, que son limitados, a la segunda. 

- Preventiva. Porque aborda las enfermedades en la fase subclínica o silente, antes de que empiecen a dar síntomas, mediante la adopción de estilos de vida saludables y otras estrategias sanitarias más sofisticadas. De sobra es sabido que por cada euro invertido en prevención de la salud se genera un retorno en forma de ahorro de 3-4 euros en un horizonte temporal inferior a 5 años vista. 

- Predictiva. Busca anticiparse a la hora de conocer la evolución de los diferentes desarrollos etiopatogénicos de los pacientes e incluso de la evolución de distintos desarrollos poblacionales, como es el caso de la evolución de las pandemias. Desde que en 1990 se fundara el Proyecto Genoma Humano y hasta su presentación del primer borrador hace casi 20 años se han abierto grandes expectativas para evolucionar hacia una medicina predictiva totalmente personalizada. 

- Personalizada. Pretende tratar a cada paciente de manera específica, con datos tanto propios como del entorno. Porque lo que se considera genéricamente bueno para todos no necesariamente tiene que ser bueno para cada uno en particular. Porque cada persona tiene una genética única, unas circunstancias vitales y unos hábitos de vida propios que hacen que la respuesta al ejercicio, la nutrición, el sueño e incluso a los diferentes fármacos sea totalmente particular. Por ello, el abordaje de cada individuo se tiene que ajustar a su estado de salud, circunstancias vitales, determinantes genéticos y objetivos, maximizando así los resultados y beneficios. 

- Participativa. Situando al paciente en el centro del proceso asistencial y dotándolo de herramientas para que pueda ser partícipe en la toma de decisiones. Y porque involucra a distintos profesionales sanitarios y no sanitarios junto con el individuo o paciente. 

- Placentera. Porque el hecho de cuidar de nuestra salud desde la ausencia de enfermedad no debe ser un motivo de preocupación e imposición, sino de placer y bienestar. No hay nada más placentero que encontrarse bien, sin dolores articulares, sin sobrepeso, sin tos producida por el tabaco o molestias digestivas provocadas por unos malos hábitos nutricionales... Por ello los estilos saludables de vida deben adquirirse durante la infancia y adolescencia y somos los padres los verdaderos responsables. 

- Precisa. Todas las P anteriores se condensan en el concepto de la medicina de precisión. Un ambicioso proyecto de abordaje del tratamiento y prevención de la enfermedad que tiene en cuenta la variabilidad interindividual del genoma y del ambioma (entorno y estilos de vida). Y que servirá para evitar, en la medida de lo posible, los efectos iatrogénicos de la actividad asistencial, como realizar pruebas innecesarias, evitar grandes incisiones quirúrgicas, disminuir la cantidad de fármacos que se administra, etc. 

Y a estas clásicas 7P, quizás podríamos añadir dos más: 

- Periférica. Disminuyendo la institucionalización de pacientes, con una tendencia hacia la hospitalización domiciliaria y a la aplicación de las posibilidades de la telemedicina para el control y seguimiento de enfermos crónicos y complejos, personas mayores no institucionalizadas, etc. 

- Poliprofesional. En el sentido que los profesionales de la salud deben intercambiar conocimientos con profesionales de diferentes áreas como puede ser la biología, química, farmacia o informática entre otros para ofrecer una mayor calidad asistencial. 

Y todo lo anterior cabe combinarlo bien con la utilidad de la Inteligencia artificial (IA) aplicada a la salud.

sábado, 6 de abril de 2024

Cine y Pediatría (744) “Vida de este chico”… llamado DiCaprio


Nació hace medio siglo en la Meca del cine, Hollywood, y por sus venas corría sangre alemana, italiana y rusa, como delatan sus apellidos (Wilhelm DiCaprio). El nombre de pila se lo puso su madre porque cuando ella estaba embarazada y contempló una pintura de Leonardo da Vinci en un museo, el bebé pateó dentro del vientre. Y así es como Leonardo DiCaprio fue predestinado para el cine y la televisión desde muy niño. Guapo, rubio, con ojos azules y cara de niño bueno, todo parecía indicar que se iba a convertir en el típico ídolo adolescente, un chico de carpeta destinado a encasillarse en el papel de guapo. 

Y sus primeros papeles de calado en la gran pantalla son películas que se adscriben todas ellas al proyecto de Cine y Pediatría. Todo comenzó con Vida de este chico (Michael Canton-Jones, 1993), a la que dedicaremos esta entrada de hoy. Pero que comenzó con otros films en la década de los 90 que cabe destacar: 

- ¿A quién ama Gilbert Grape? (Lasse Hällstrom, 1993), basada en la novela homónima de Peter Hedges y fue su primera actuación de interés, aunque es un papel que se la dieron a regañadientes, pues para representar al hermano autista de Jonny Deep el director buscaba a un protagonista menos perfecto físicamente para el papel. Y en el camino de esta historia se nos enseña la posibilidad de que las discapacidades que nos rodean puedan motivar el crecimiento de nuestras propias capacidades.  

- Diario de un rebelde (Scott Kalvert, 1995), basada en la obra autobiográfica homónima del escritor, poeta y músico estadounidense Jim Carroll. Puro cine independiente que es la crónica autobiográfica de un grupo de adolescentes, entre los que se encuentra el escritor Jim Carroll (interpretado por DiCaprio), a los que sus travesuras están a punto de llevarlos por oscuros caminos de la desesperación. Cinco amigos que apenas mantienen la cabeza a flote al perder el control de sí mismos. 

- Vidas al límite (Agnieszka Holland, 1995), ambientada en el siglo XIX en Francia para descubrirnos el romance entre dos poetas franceses, Paul Verlaine (David Thewlis) y el joven Arthur Rimbaud (Leonardo DiCaprio). La poesía de ambos cortejó generaciones de literatos, pero sus vidas privadas fueron más escandalosas de lo que la mayoría de las personas se atreven a creer, una existencia en continuo contacto con el alcohol, el opio y su secreta homosexualidad. 

- Romeo + Julieta de William Shakespeare (Baz Luhrmann, 1996), enésima versión de la conocida obra del dramaturgo inglés, versión modernizada de los jóvenes enamorados (interpretados por DiCarpio y Claire Danes) en la ficticia Verona Beach y ambientada en el mismo año del estreno, de forma que se sustituyen espadas y dagas por pistolas y fusiles de asalto, y los hombres de las familias enfrentadas, los Capuleto y los Montesco son dos grupos de narcotraficantes mafiosos en guerra por sus frentes comerciales. 

- La habitación de Marvin (Jerry Zaks, 1996), basada en la obra homónima de Scott McPherson, verdadero melodrama familiar entre las hermanas Bessie (Diane Keaton) y Lee (Meryl Streep), quienes se reencuentran después de muchos años y que tienen que reconciliarse enfrentadas a tres retos en sus vidas: un padre postrado en cama tras un derrame cerebral, el debut de leucemia de Bessie en busca de un trasplante de médula ósea y el hijo adolescente de Lee (Leonardo DiCaprio), internado en un  psiquiátrico. 

- Titanic (James Cameron, 1997), el megaéxito por excelencia (recordar que tiene el record de 11 Óscar, compartido con la película dirigida en 1959 por William Wyler, Ben-Hur, y con la película dirigida en 2003 por Peter Jackson, El señor de los anillos: El retorno del rey), donde Leonardo DiCaprio (como Jack, el joven artista y polizón) se consideró el rey del mundo junto a Kate Winslet (como Rose, la joven de buena familia) bajo los acordes del “My Heart Will Go On” de Celine Dion. 

Pero tras estas siete considerables películas, Leonardo DiCaprio seguía acosado por el sambenito de más guaperas que buen actor. Y a partir de ahí el actor no ha hecho más que acumular méritos interpretativos y madurar como el buen vino, con casi una cuarentena de películas en su haber, seis nominaciones al Óscar y cierta resistencia a conseguirlo, y lo hizo con el extremo papel del trampero Hugh Glass en El renacido (Alejandro González Iñárritu, 2015). Y en ese camino ha tenido la fortuna de ser uno de los actores fetiche de Martin Scorsese, con seis colaboraciones juntos (Gangs of New York, 2002; El aviador, 2004; Infiltrados, 2006; Shutter Island, 2010; El lobo de Wall Street, 2013; y Los asesinos de la luna, 2023), solo superado por las nueve colaboraciones que el director ha tenido con Robert de Niro. Y es que en esta última película de DiCaprio y en la primera, estos dos gigantes de la actuación coincidieron juntos. 

Y precisamente hoy vale la pena revisar su primer largometraje, Vida de ese chico (Michael Canton-Jones, 1993), drama ambientado en la década de los 50 en Estados Unidos y donde se dio a conocer en el séptimo arte. Fue el propio De Niro el que aconsejó al director que llamara a DiCaprio para el papel principal, por sus capacidades interpretativas, y éste, con 18 años, se pone en el papel de esta histórica con tintes autobiográficos de este joven adolescente que se desarrolla a través de la relación con su madre y con su cruel y autoritario padrastro. 

Comienza con el increíble paisaje del Monument Valley, mientras nos recuerda que es una historia real (y basado en el libro “This Boy´s Life”, de Tobias Wolff adscrito al movimiento del realismo sucio). En medio del desierto viajan en coche una madre, Caroline (Ellen Barkin) y su hijo, Toby (Leonardo DiCaprio, alter ego del mismo Tobias Wolff) y cuya voz en off nos dice: “Era 1957 y viajábamos de Florida a Utah. Después de que a mamá le golpeó su novio, cogimos el coche y nos fuimos hacia los campos de uranio. Nuestra suerte iba a cambiar”. Y ello mientras suena el “Let´s Get Away From It All” de Frank Sinatra. Y llegan a Salt Lake City, capital de Utah, aunque pronto parten hacia Seattle. Allí es donde Caroline conoce al aparente amable mecánico Dwight (Robert de Niro), quien tiene tres hijos… 

Toby nos muestra su comportamiento de adolescente rebelde y compulsivo, quien llega a confesar a su madre: “Puedo ser mejor. Trataré de hacerlo. Odio como soy. No sé por qué soy así”. Es por ello que la madre le envía un tiempo con Dwight y sus hijos al pequeño pueblo de Concrete, en el estado de Washington, para cerciorarse de que si funciona, se podría casar con él. Y una vez allí Dwight intenta enderezarle con cualquier método válido por entonces y, mientras suena el “Smile” de Nat King Cole, resuena este pensamiento: “No me andaré con tonterías. Existen en el mundo chicos malos. Auténticos diablos. Mi trabajo será estar contigo para enderezarte. Y para conseguirlo, haré lo que sea. Ya puedes ir bajando los humos de tu padre rico. Tus días de fantasía terminaron. Ahora eres un chico de Concrete”

Finalmente, Caroline se casa con Dwight, pero aquella no tarda en darse cuenta del error. Porque el deseo del padrastro por enderezar a Toby llega a las palizas físicas. Y con el tiempo, nuestro adolescente declara: “Tengo que irme de este lugar o me muero”. Y las cosas llegaron a un extremo que ambos, madre e hijo, tuvieron que huir de allí. Y Toby logra entrar en la universidad, aunque falseando sus notas. 

En el colofón del film se nos indica qué fue de cada personaje, pero especialmente de él mismo: “Tobias Wolff fue expulsado de la escuela Hill, entró en el ejército y luchó en Vietnam. Ganó premios como autor de novelas y cuentos cortos. Vive con su familia en Nueva York donde es profesor de Literatura en la Universidad de Syracuse”. Porque la Vida de este chico es su propia vida… Y donde tenemos la oportunidad de ver los inicios de un grande, Leonardo DiCaprio, aquí también acompañado de algunos actores aún muy jóvenes como Carla Gugino y Tobey Maguire. Pero donde nos llega sobre todo su mensaje: que pese a una infancia y adolescencia dura, con maltrato familiar incluido, es posible salir adelante. Así lo hizo Tobias Wolff… y Leonardo DiCaprio, cada uno en su trayectoria artística.

 

miércoles, 3 de abril de 2024

La APEPA, su historia y el interés de sus jornadas

 

La Asociación de Pediatría Extrahospitalaria de la Provincia de Alicante (conocida por las siglas de APEPA) nació a principios de 1986 debido al impulso de tres grupos de pediatras: el primero ya estaba constituido en Elche por unos veteranos ejemplares, conocidos dentro de la profesión por su asistencia en grupo a los congresos y conscientes de las dificultades de ejercer la pediatría en primera línea; por otro lado, en Alicante, los MIR de la especialidad que iban dejando el hospital trataban de mantener sus relaciones personales y cubrir el vacío profesional que les producía la nueva situación organizando pequeñas reuniones científicas; a alguien se le ocurrió la feliz idea de comunicar estas inquietudes a los demás compañeros, y surgió el tercer grupo, el que dio armazón y sentido a los otros dos (que a su manera hubieran seguido funcionando por separado): un elevado e inesperado número de pediatras diseminados por toda la provincia y que en su mayoría ejercían aislados en su puesto de trabajo se incorporaban a este proyecto. Y bien vale una breve reseña histórica confeccionada por quien fue su primer presidente, el Dr. José Valdés. 

La APEPA surgió con fuerza (140 socios en unas pocas semanas), y si sucedió de esta manera el motivo también es obvio: era una necesidad. Se sentía el enorme interés por compartir experiencias, por hablar de los problemas que surgían en la práctica diaria, de hacerlo sin los inconvenientes de grandes desplazamientos y, sobre todo, llevarlo a cabo en un ambiente de confianza en contraposición a las habituales reuniones de las sociedades científicas bastante alejadas entonces de la realidad del pediatra ambulatorio. No era un hecho aislado en Alicante. Los cursos de Pediatría Extrahospitalaria que el Dr. Francesc Prandi organizaba en el hospital de San Rafael de Barcelona estaban extendiendo la semilla de esta ilusión entre los pediatras asistentes. Poco después del acto fundacional de la APEPA, se celebraba en Sevilla el I Congreso de la Sección de Pediatría Extrahospitalaria de la AEP, un hecho histórico por la afluencia masiva y la confirmación de esa necesidad para todos los compañeros que trabajaban entonces en ambulatorios y consultorios de todo el país. 

La Pediatría Ambulatoria, Extrahospitalaria o de Atención Primaria, que son los distintos nombres que ha ido teniendo un mismo concepto, es un hecho diferencial claro con respecto a la asistencia hospitalaria. Ni los contenidos científicos son los mismos, ni la problemática laboral, ni la relación con los pacientes y sus familias. Todos los pediatras debemos hacer un esfuerzo de coordinación para que precisamente ni el niño ni el adolescente note las diferencias cuando tenga necesidad de ser atendido en diferentes ámbitos. Pero era evidente que los pediatras de Atención Primaria tenían nuevas inquietudes profesionales y necesitaban un reconocimiento a su labor. Fieles a esos nuevos conceptos los pediatras de la APEPA dirigieron el proyecto en tres direcciones 

1. Hacia los pediatras alicantinos, con los siguientes objetivos: 
- El más importante, fomentar el conocimiento, la amistad y el respeto entre compañeros que posibilitaran una sólida unión entre todos. 
- Cumplir con el compromiso profesional mejorando los conocimientos con una formación continuada y poniendo los medios para comenzar con trabajos de investigación. 
- Consolidar la infraestructura de la asociación para conseguir una autonomía beneficiosa en varios aspectos: organizar reuniones en distintos puntos de la provincia, mantener una independencia económica que nos sirva para aprender a gestionar nuestros propios recursos y crear un ente jurídico que nos represente. 

2. Hacia la sociedad alicantina. Como responsables de la de la salud integral de nuestros niños y adolescentes debemos hacernos escuchar en la sociedad, participar en la educación sanitaria de la población y estar prestos como organización para colaborar con las autoridades locales, asociaciones vecinales, escuelas… en cualquier iniciativa que pueda beneficiar a nuestros pacientes. 

3. Hacia los pediatras de otras sociedades. La APEPA nació como una asociación independiente porque así lo acordó la asamblea fundacional. Pero desde hace unos años también está incorporada dentro de AVALpap, la regional de la AEPap, lo que nos permite un contacto continuo con nuestros compañeros y con el resto de las sociedades de Atención Primaria de la Comunidad Valenciana y nos da acceso a unas fuentes de información valiosas para la formación continuada. 

Se mantuvieron las actividades presenciales y por nuestra provincia han pasado las máximas referencias de la Pediatría Española y han colaborado los mejores especialistas de todos los hospitales de Alicante. Y se siguen manteniendo 3-4 reuniones al año para actualizar conocimientos, compartir inquietudes y disfrutar de ver a los amigos de la profesión. 

En el año 2015 apareció la web de la AEPEPA (www.apepa.es). Y precisamente hoy queremos comentar que desde hace algunas ediciones se graban los contenidos docentes de las Jornadas AEPEPA, un contenido de interés que se puede revisar en este enlace. Y, aunque es un recurso con una pequeña trayectoria aún, sin duda que debe ser tenido en cuenta. 

lunes, 1 de abril de 2024

La tetralogía neorrealista de Vittorio De Sica y la pobreza de posguerra


El NEORREALISMO ITALIANO fue un movimiento cinematográfico surgido en Italia durante los años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial y la caída del régimen fascista de Mussolini. Un cine que se fundamenta por una serie de características estéticas y técnicas (basarse en historias realistas, rodadas en exteriores, con iluminación natural, grabación de cámara en mano y protagonizadas frecuentemente por actores no profesionales) y características narrativas y éticas (se prefieren las historias cotidianas que representen a la sociedad, donde se eliminan las reglas del guion estricto y se basan mucho más en la improvisación; y en la misión de los cineastas hay una creencia de que a través del cine se pueden cambiar las cosas). 

Las películas neorrealistas venían a mostrar los cambios en la sociedad italiana de la posguerra donde la pobreza y la precariedad estaban más que presente. Entre los directores más destacados de este “nuevo realismo” se encontraban Roberto Rosellini, Luchino Visconti, Vittorio De Sica, Giuseppe de Santis, y el guionista Cesare Zavattini. 

Y dentro del Neorrealismo, una figura esencial fue la del director y actor VITTORIO DE SICA. Y hoy recordamos desde Cine y Pediatría esa tetralogía neorrealista que nos dejó junto con el guionista Cesare Savatini, colaborador habitual, un reflejo de la cruda realidad italiana (por extensión europea) de la posguerra, en las tres primeras con un especial protagonismo de la infancia, en la última con un protagonista en su senectud: El limpiabotas (1946), Ladrón de bicicletas (1948), Milagro en Milán (1951) y Umberto D. (1952). En estas cuatro películas sus personajes son ingenuos e inocentes; y sufren por las injusticias de una sociedad vil, marcada por el hambre, el egoísmo y la guerra. 

Y el análisis en profundidad de estas películas se puede revisar en reciente artículo publicado en el último número de la revista Arte y Medicina, que se puede revisar en las páginas 30 a 35. Es así como el Neorrealismo pintó, con una inmejorable paleta de blancos y negros, la depresión social que invadió todos los ámbitos en los años de la posguerra. 

sábado, 30 de marzo de 2024

Cine y Pediatría (743) “Ángeles sin paraíso” debaten sobre la enseñanza de menores con diversidad funcional


Las carátulas iniciales de esta película en blanco y negro se inician con dibujos infantiles y el aviso de la asistencia técnica llevada a cabo por el Departamento de Salud Mental del estado de California y el Pacific State Hospital. Una nueva película alrededor de la docencia, en este caso alrededor de un internado infantil de pacientes con deficiencia mental y diversidad funcional de muy diversa etiología. Hablamos de Ángeles sin paraíso (John Cassavetes, 1963), la tercera película como director de este  insobornable pionero del cine independiente, quien comenzara como actor (y a quien reconocemos por su papel en una película de culto como es La semilla del diablo), y que aquí se atrevió a abordar con suficiente sensibilidad el retrato de esta infancia inestable y para ello contó con un trío de actores muy reconocidos, como Burt Lancaster, Judy Garland y Gena Rowlands (esposa y musa del propio director).  

Jean Hansen (Judy Garland) llega a un internado educativo para niños con capacidades diversas, y donde apreciamos fenotipos característicos de síndrome de Down y otros síndromes genéticos con retraso mental (síndrome de Williams, síndrome de Klinefelter,…), parálisis cerebral, autismo y otros trastornos del neurodesarrollo. Es enfermera y pianista, pero no tiene experiencia alguna en la educación de niños, y menos aún de niños especiales, pero se arriesga a solicitar empleo en el instituto Crawthorne, donde el director Dr. Clark (Burt Lancaster) le dice: “¿Sabe algo de esta clase de niños?... Trabajar aquí no es caridad, es un trabajo duro y exigente. Y pocas personas están preparadas para ello. Los niños responden a la música. Si quiere intentarlo, puede hacerlo. ¿Conoce el sueldo?”. Y cuando Jean conoce a los alumnos, pregunta a un compañera: “¿Qué les ha pasado a estos chicos”. Y le responden: ”¿Quiere conocer todas las razones? Hay 265… El caso más frecuente se produce al nacer porque no llega suficiente oxígeno al cerebro, por un parto difícil.. Si la madre tiene el sarampión antes del tercer mes de embarazo…No sabemos todas las razones”

A medida que pasan los días, Jean irá dándose cuenta, con prudencia pero con inconformidad, de que la base formativa del director-psiquiatra se centra en la norma y en la disciplina: “Las ideas de Clark respecto a estos niños y a su trato son discutibles”, comentan sobre él. Y así lo confirma cuando, en sus inicios, Jean encuentra a un alumno recién llegado, Ruben (Bruce Ritchey), un chico de 12 años con trastorno del espectro autista, que se encariña de la profesora y viceversa, pero que recibe estos comentarios del director: “Reuben ocupa un puesto especial en nuestra institución. Es uno de nuestros más espectaculares fracasos”. Aún así, su postura es ambivalente, como cuando en la reunión del consejo escolar tiene que oír lo de que “Aquí, los niños se dividen en tres categorías: educables, adiestrables y totalmente inadaptables”, el defiende otra postura: “¿Qué es normal? Lo normal es relativo… ¿Qué mediría antes para decidir su vida?, ¿su cociente intelectual o sus necesidades?”. 

Los padres visitan ocasionalmente a sus hijos en el colegio en fechas determinadas y apreciamos como cada uno tiene una relación diferente y especial con sus hijos o hermanos. Pero algunos, entre ellos Reuben, no reciben visita, y no lo ha recibido en los dos últimos años, lo que incrementa el afecto de Jean. Y la historia nos devuelve retrospectivamente lo que ocurrió con su familia cuando aquel diagnóstico de “que es retrasado” fue recibido con la rabia por su padre y con angustia por su madre (Gena Rowlands), diagnóstico que fue confirmado por sucesivos doctores que recomendaron su ingreso en un instituto para retrasados mentales (en aquellos momento, y hasta hace no mucho, no se practicaba el lenguaje políticamente correcto). Y, a partir de entonces, los padres se divorciaron y la madre se quedó con la custodia de la hermana menor y se volvió a casar. Pero Jean sigue empeñada en que la madre venga a verle y no le abandone. Porque estos padres de Reuben primero le negaron, luego le ocultaron y finalmente le abandonaron. Y la madre le dice con poca convicción a su profesora: “Lo mejor para Reuben es estar con chicos como él. Yo he llegado a esa conclusión”. 

Cuando el Dr. Clark comienza a notar que se está dando una relación demasiado estrecha entre Jean y Ruben, marcada por el paternalismo y la sobreprotección, decide cambiar a la educadora de pabellón. Y la acompaña a una visita al psiquiátrico, con el objetivo de hacerla entender cuál puede ser el final de Reuben cuando sea mayor: “No se trata de lo que usted pueda hacer por ellos, sino de lo que ellos pueden hacer por usted”. 

Y estas actitudes entre director y educadora producirán un necesario choque, pero abrirán un espacio de discusión en los métodos formativos de la institución: ¿cómo se debe tratar y educar la diversidad funcional? Una pregunta que desde hace décadas está sobre la mesa, sobre lo que se ha avanzado mucho, pero sobre lo que resta mucho por aprender y mejorar. En este sentido cabe recordar que el productor, Stanley Kramer, parecía interesado en dirigir él mismo este significativo guion de Abby Mann (pues ya habían trabajado juntos, y dos años antes firmaron la película ¿Vencedores o vencidos? (El juicio de Nuremberg)), pero que al final optó por entregarlo John Cassavetes (tras desistir a última hora Jack Clayton), director avalado por su ópera prima, Shadows (1959). Se dice que como era de esperarse por su trayectoria como realizador, Kramer se permitió ciertas injerencias al serle entregada la película e hizo algunos cortes buscando que primara su tesis de que lo correcto con los niños especiales es tenerlos en una institución donde se socialicen con sus iguales y la cual se dedique particularmente a sus problemáticas; mientras que Cassavetes, defendía la idea de que, “los niños deben ser aceptados tal como son, pues, su vida tiene un sentido y un significado, pues la tragedia la creamos nosotros con la manera como interpretamos sus diferencias”. Al final, la película logra contener las ideas de ambos, pero a buen seguro que hoy en día apostaríamos por la segunda tesis.

 

miércoles, 27 de marzo de 2024

Protocolo común de actuación sanitaria frente a la violencia en la infancia y adolescencia

 

La Comisión frente a la violencia en los niños, niñas y adolescentes del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CoViNNA) ha elaborado el Protocolo común de actuación sanitaria frente a la violencia en la infancia y adolescencia y publicado en diciembre de 2023.  

El objetivo de este protocolo es homogeneizar la respuesta del ámbito sanitario a nivel nacional y sistematizar la promoción del buen trato, la prevención, la detección y el abordaje integral de todos los casos y tipos de violencia sobre la infancia y adolescencia desde una perspectiva de equidad, accesibilidad, no discriminación y curso de vida. 

Os dejamos el documento, pueblicado hace un par de meses, para su revisión y análisis.

 

lunes, 25 de marzo de 2024

Nuevo número de Evidencias en Pediatría: marzo 2024


Un nuevo trimestre y un nuevo número trimestral de la revista Evidencias en Pediatría ha llegado: ciencia con calidad y conciencia. 

El número libre en todos sus contenidos pueden ser consultados en este enlace, pero os dejamos los temas tratados. 

Editorial: 

Persiste la controversia en la elección de la técnica y el momento adecuados para la reparación quirúrgica primaria de la fisura palatina aislada 

Artículos Valorados Críticamente: 

¿Puede la historia clínica y/o la monitorización ambulatoria de la tensión arterial predecir una hipertensión secundaria? 

Aprendizaje automático para identificar niños con fiebre con riesgo de presentar enfermedad de Kawasaki 

El abordaje familiar en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en la infancia mejora los resultados en el entorno familiar 

Evolución cardiovascular favorable en el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico vinculado a SARS-CoV-2 

Los inhibidores de bomba de protones y el riesgo de infecciones graves en niños: el tiempo lo cura todo 

Dolutegravir es el nuevo “Oppenheimer” contra el VIH 

Tacrólimus en el tratamiento de colitis ulcerosa infantil, nada nuevo 

La coartación de aorta: un reto en el cribado neonatal de cardiopatías congénitas en los recién nacidos 

La lactancia materna puede contribuir a aliviar el dolor en neonatos sometidos a procedimientos dolorosos 

La cirugía de fisura palatina aislada antes de los 12 meses de edad no mejora el desarrollo del habla ni la audición 

Comentario Asociado: 

El reconocido (o re-conocido) efecto analgésico de la lactancia materna 

Fundamentos de Medicina Basada en la Evidencia: 

Herramientas para el cálculo de probabilidades

sábado, 23 de marzo de 2024

Cine y Pediatría (742) “El leñador” y otras películas echan leña al fuego de la pederastia y pedofilia


La pederastia es el término con el que se define la relación sexual entre un hombre o mujer adulto y un menor; un término que se ha usado para referirse a las prácticas históricas de ciertas culturas, en particular la antigua Grecia y la antigua Roma. En la lengua castellana es un término que a menudo es usado de forma indistinta al de pedofilia, pero que cabe diferenciar, pues no es igual la consumación de abusos sexuales contra menores (pederastia), que la inclinación erótica hacia los menores (pedofilia). Y aunque ambas sean dos situaciones preocupantes, es especialmente marcado el daño que produce el abuso sexual infantil en las víctimas, y que incluye lesiones físicas del menor, así como depresión, trastorno de estrés postraumático, ansiedad o propensión a una mayor victimización en la edad adulta, entre otros problemas. 

Y la pederastia y pedofilia ha tenido diversas visiones e interpretaciones en muy diversas filmografías, y Cine y Pediatría no ha vuelto la mirada hacia otro lado, y sirvan de ejemplos títulos como El cebo (Ladislao Vajda, 1958), Lolita (Stanley Kubrick, 1962), La zona oscura (Tim Roth, 1999), L.I.E. (Long Island Expressway) (Michael Cuesta, 2001), De niños (Joaquín Jordà, 2003), Hard Candy (David Slade, 2005), Juegos secretos (Todd Field, 2006), Adiós pequeña, adiós (Ben Affleck, 2007), El niño pez (Lucía Puenzo, 2009), Silencio de hielo (Baran bo Odar, 2010), Puedes confiar en mí (David Schwimmer, 2010), No tengas miedo (Montxo Armendáriz, 2011), Polisse (Maiwenn, 2011), La caza (Thomas Virtemberg, 2012), La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), Spotlight (Tom McCarthy, 2015), El libro secreto de Henry (Colin Trevorrow, 2017), Atrapados en la red (Barbora Chalupová, Vit Klusák, 2020), Dalva (Emmanuelle Nicot, 2022) o Sonido de libertad (Alejandro Monteverde, 2023), sin olvidar la dura película comentada la semana pasada: Sparta (Ulrich Seidl, 2022).                      

Y a este par de decenas de películas, hoy sumamos tres más. Una que ha sido todo un clásico estadounidense, El leñador (Nicole Kassell, 2004), y otras dos películas recientes españolas, Mantícora (Carlos Vermut, 2022) y La desconocida (Pablo Maqueda, 2023). Y todo ello viene a indicar que este tema, por desgracia, no tiene límites de tiempo ni fronteras. 

- El leñador (Nicole Kassell, 2004) 

Al salir de la cárcel, tras 12 años de condena por agresión sexual a menores, Walter (Kevin Bacon) se instala en una ciudad, consigue trabajo en una empresa de madera y trata de llevar una vida normal, pero su pasado lo atormenta y se muestra taciturno y solitario. Encuentra un inesperado consuelo en Vickie (Kyra Sedgwick, por cierto su esposa en la vida real), una mujer dispuesta a no tener en cuenta su pasado: “¿Me vas a contar tu oscuro secreto y profundo?”… Y su secreto fue abusar de niñas entre 10 y 12 años. Y aunque su amante queda conmocionada por lo que cuenta, intenta ayudarle: “Veo algo en ti, algo bueno. Tú no lo ves, pero yo sí”. Y por ello Walter pregunta al psicólogo: “¿Seré normal algún día?”

Y su lucha interior se entremezcla con el férreo control al que lo somete su cuñado, el desprecio de su hermana y la vigilancia de un desconfiado policía, el detective Lucas (Mos Def): “Tenemos que asegurarnos que eres bueno, Walter… No entiendo cómo dejan monstruos como tú en la calle”. Porque si reincide volverá a la cárcel de por vida y sufre porque le acosan las pulsiones. Y cuando conoce a una niña con abrigo rojo que mira a los pájaros en el parque, se nos establece aquel recuerdo de la historia de Caperucita, el lobo y el leñador, y empieza a temer que se despierten en él sus peligrosos instintos. Por eso, su violenta reacción contra el pederasta que ve enfrente del colegio es en realidad una reacción contra sí mismo. Porque en ese tiempo de condena ha pasado de lobo a leñador, un recorrido nada pacífico en busca de una segunda oportunidad. 

- Mantícora (Carlos Vermut, 2022) ç

La mantícora es una criatura mitológica, un tipo de quimera con cabeza humana, cuerpo de león y cola de dragón o escorpión, capaz de disparar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas. Y ese es el término que el director español Carlos Vermut usa para su última película, un director que ya conocimos por estos lares con su Magical Girl (2014), una oda al amor paterno-filial. Pero aquí es otro tipo de amor el que se afronta.  

El veinteañero Julián (Nacho Sánchez) es un exitoso diseñador de videojuegos que vive atormentado por un oscuro secreto. Cuando Diana (Zoe Stein) aparece en su vida, Julián sentirá cercana la oportunidad de ser feliz en este historia de amor y de monstruos en tiempos modernos, aderezado por marcados silencios durante el metraje. Porque enfrente de la casa de Julián vive Cristian, un niño que toca el piano y al que le gustan las plantas. Y desde la empresa descubren que Julián utiliza los programas de 3D para un proyecto personal ajeno a su trabajo, allí donde dibuja a un niño que es Cristian, lo que hace que aparezca la mantícora que lleva dentro. Y que cuando Diana lo descubre, ésta le dice “No puedo estar contigo. Es mejor que te vayas. Me das asco. ¡Vete!”. Y que nos lleva a un final inesperado por esa lucha de Julian contra sus pulsiones. 

- La desconocida (Pablo Maqueda, 2023) 

En una nota del director al principio de la película se avisa de que no se cuente la trama y se haga “spoiler”, porque es importante conservar las grandes sorpresas más allá de la trama inicial. Una película que se basa en la obra teatral de Paco Bezerra, por título “Groomig”, cuya definición ya nos marca el camino: acoso sexual de una persona adulta a una niña, un niño o un adolescente por medio de internet. 

La película comienza de forma luminosa con una canción de Julio Iglesias. Y vemos en un parque a un adulto, Leonardo (Manolo Solo), que solo hace que contar historias a Carolina (Laia Manzanares), una adolescente cohibida y callada. Él le dice: “Tal como está el mundo, has tenido suerte de dar conmigo”. Y vamos conociendo que este adulto se ha hecho pasar por un adolescente de 16 años bajo la etiqueta de Mr. Hitchcok, hasta que ha logrado quedar con ella a solas en este apartado parque de la ciudad, chantajeándola con enviar fotos de su desnudo por redes sociales. Y ella le dice: “Déjame que me vaya, por favor”. Y a partir de aquí la historia se convierte en un “tour de forcé” de dos personajes donde ya nada es lo que parece… y cabe no desvelar (por consejo del director). 

Tres miradas diferentes a esta lacra social que es la pederastia y la pedofilia. Un problema con muchas aristas, donde no es mejor taparse los ojos o mirar hacia otro lado.