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miércoles, 17 de junio de 2015

Mindfulness, Pediatría... y la magia de pensar a lo grande


Hace más de dos años publicamos una entrada en el blog bajo el título de "Mindfulness: un “palabro” que ha venido para quedarse", en referencia al abuso de anglicismos en nuestro idioma. Ya en ese momento comentábamos que Mindfulness es una cualidad de la mente o más bien la capacidad intrínseca de la mente de estar presente y consciente en un momento determinado, en un momento en que cuerpo y mente se sincronizan totalmente en un instante de realidad presente.  
Presencia plena y conciencia abierta se conjugan en un momento en nuestra mente/cuerpo/espíritu. Es esa cualidad propia de cualquier ser humano pero que ha sido motivo de estudio principalmente en el paradigma oriental. La experiencia de mindfulness se devela y se entrena en una disciplina o práctica llamada meditación. Una práctica que ayuda a ser más optimista (posiblemente más feliz) porque permite desarrollar la inteligencia emocional y se favorece una actitud positiva ante la vida, y es importante el “medita para concentrarte”. Quien practica el mindfulness se dice que, objetivamente, reduce el estrés, la ansiedad e, incluso, ayuda a pacientes con dolores asociados a patologías crónicas. 

Ya en ese año 2013 comentábamos que tal como estaba el percal en nuestra sanidad y en el país (y creo que seguimos igual o peor), íbamos a necesitar mindfulness a paladas. Así que a aquella entrada que llamamos como “Sanidad, procrastinación y resiliencia”, proponía ampliarlo a “Sanidad, procrastinación, resiliencia y mindfulness”. Y es tan evidente que el Mindfulness ha venido para quedarse que en el 63 Congreso Nacional de Pediatría celebrado la semana pasada en Bilbao pude asistir a un Taller de Mindfulness, bajo el título de "Inteligencia emocional consciente para pediatras". Estuvo impartido por mi compañero y buen amigo, el Dr. Patricio J. Ruiz Lázaro, de quien ya hemos hablado de su participación como pediatra en la atención a la adolescencia y en su proyecto "Creciendo con atención y consciencia plena". Y sin más, ayer mismo los diarios españoles de más tirada, como El Mundo, se hacían eco de la noticia de que el Mindfulness está entrando en las escuelas. 

Pues bien, todo lo anterior coincide con la circunstancia de que pudiera revisar el bestseller de David J. Schwartz, "The magic of thinking big", una obra bien conocida, con millones de venta y que, aprovechando esta entrada un tanto positiva y positivista, conviene rememorar, en base a algunas de sus frases: 
– Los pensamientos negativos son el suicidio espiritual. 
– La mente puede convertir el paraíso en infierno y el infierno en paraíso. 
– Si tú te respetas a ti mismo y te consideras importante, los demás también lo van a hacer. Tu vida es tu autoestima. 
– La falta de autoestima se manifiesta en complejo de inferioridad (no soy bueno) o de complejo de culpa (no me lo merezco). 
– Las acciones cambian las emociones. Actuar con seguridad, te da seguridad; o lo que es lo mismo: el pájaro canta porque es feliz, pero también es feliz porque canta. Lo de dentro es lo de fuera, y lo de fuero lo de dentro. 
– La actitud correcta y un brazo puede superar a la actitud incorrecta y dos brazos. 
– La acción alimenta la confianza; la pasividad (indecisión), el miedo. 
– Cuando crees algo, tu mente encuentra la forma de lograrlo. Tu mente es una fábrica de realidades. La capacidad para hacer algo es un estado de nuestra mente. 
– La incredulidad nos frena. Cuando crees que algo es imposible tu mente busca vías para que así sea; cuando crees que es posible, ocurre lo mismo pero en sentido contrario. 
– Practica el hábito de añadirle valor a todo: circunstancias, otras personas y a ti mismo. 
– Si vas a hablar de la gente, habla bien; si no, cállate. Si no mejoras el silencio, ya sabes. No actúes movido por envidia, rencor, celos... 
– La gente "ganadora" no tiene tiempo de criticar a los demás. Está centrada en sus objetivos. 
– No hay tanta competencia en la excelencia; la competencia la hay en los niveles de mediocridad. 
– Pide opinión sobre tu idea a los demás (pero a las personas adecuadas), y tendrás una idea mejor. Una mente que sólo se alimenta de sí misma se debilita. 
– Una persona entusiasta (con lo que dice y hace) siempre genera seguidores entusiasmados. 
– Tu éxito depende del apoyo de la gente. No lo podrás lograr tú solo. 
– Una conversación generosa (escuchando mucho) es la forma más sencilla y segura de hacer amigos. 
– Lo importante no es dónde estabas, ni dónde estás, sino dónde quieres estar. 
– La principal debilidad de la gente es que se infravalora. 
– Sólo hay una cosa cierta: eres más grande de lo que piensas. 

Pues no sé vosotros, pero yo me he quedado divinamente...como pediatra y, sobre todo, como persona. Así que ahora voy a tocar la campana, a cerrar los ojos... y a pensar a lo grande. Porque la solución a lo que pasa no está en los pactos políticos, está en cada uno de nosotros...

martes, 19 de agosto de 2014

Mindfulness en Pediatría: el proyecto “Creciendo con atención y consciencia plena”


Hace un año y medio hablamos por primera vez en el blog del término mindfulness, como un "palabro" que había venido para quedarse. Y así parece, también en Pediatría... 

Mindfulness o atención y consciencia plena es definida por Jon Kabat-Zinn como “prestar atención deliberadamente al momento presente con aceptación”. Es un estado mental en el que la persona presta atención a la experiencia presente, sin “rumiar” sobre el pasado o preocuparse por el futuro. Las actitudes básicas de la práctica del mindfulness son no juzgar, paciencia, mente de principiante, confianza, aceptación, ceder y no forzarse durante la práctica del mindfulness. 

En revista de Pediatría de Atención Primaria acaba de publicarse un artículo con el mismo título que este post. Un proyecto liderado por mi buen amigo, el Dr. P.J. Ruiz Lázaro, pediatra con una especial afinidad por la atención del adolescente. Sólo expondré el resumen y algunas notas, pues aconsejamos su lectura íntegra.

Promovido desde el espacio grupal “De jóvenes a jóvenes” y fruto de la colaboración entre el centro de salud Manuel Merino y el colegio Emperador Fernando de Alcalá de Henares (Madrid), está en marcha, desde octubre de 2012, el proyecto “Creciendo con atención y consciencia plena”, que trata de educar para la salud a través de la atención y consciencia plena (mindfulness). El proyecto obtiene en 2013 el Primer Premio semFYC a Proyectos de Actividades Comunitarias en Atención Primaria. Objetivos

Los objetivos generales del estudio son:
- Empoderar para la salud a los niños y adolescentes participantes en el proyecto.
- Promover el desarrollo en niños, adolescentes, padres, educadores y profesionales sociosanitarios de un estilo de vida autoconsciente.
- Aprender (niños, adolescentes, padres, educadores y profesionales sociosanitarios) a gestionar nuestras capacidades de control sobre nuestra salud desde la atención y consciencia plena.
- Favorecer la plasticidad psicológica y la creatividad de los participantes en el proyecto.
- Facilitar la capacitación de los padres como modelos y promotores del desarrollo de sus hijos desde el nacimiento.

Y los objetivos específicos son:
- Ayudar a niños y adolescentes a identificar sus necesidades en salud y las de la comunidad.
- Recoger las preocupaciones de niños y adolescentes.
- Favorecer la participación de niños y adolescentes en la toma de decisiones dentro del proyecto.
- Llevar a cabo, niños y adolescentes, acciones para hacer frente a sus necesidades en salud.
- Aprender (niños, adolescentes, padres, educadores y profesionales sociosanitarios) atención y consciencia plena.
- Practicar la atención y consciencia plena en la vida cotidiana.
- Identificar mediante la atención y consciencia plena nuestras capacidades.
- Trabajar de forma individual y grupal nuestras capacidades con atención y consciencia plena.
- Poner en marcha actividades comunitarias y espacios grupales donde niños y adolescentes desarrollen su creatividad a través de la expresión artística y audiovisual.
- Entrenar a padres y profesionales sociosanitarios en educación para la salud consciente.

En los resultados preliminares de la evaluación continua del proyecto se están observando en los participantes aumento de la empatía, mejora de las relaciones, reducción de la ansiedad y de los síntomas de déficit de atención e hiperactividad y mejora del rendimiento académico.

Pues eso, que el mindfulness es mucho más que un "palabro"... y que es un camino al que vale la pena seguir los pasos.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Mindfulness: un “palabro” que ha venido para quedarse


Estamos rodeados de palabras que proceden de otros idiomas y, por distintas razones (en muchos casos por pereza lingüística), se quedan en el nuestro, sin plantearnos demasiado esfuerzo por traducirla a alguna palabra razonable al español. Algunas son ya casi imposibles de reconducir. 
Creo que no hay presentación científica que no salgan dos anglicismos de este tipo, con un sentido lingüísitico no correcto: una es, claro, “evidencias”, cuando deberíamos decir pruebas científicas o similar (sencillamente porque no hay nada menos evidente que la mal llamada medicina basada en la evidencia); la otra es “severo”, sobre todo, porque sólo las personas son “severas”, pero no las patologías, que serán “graves” o “intensas”. 

El número de anglicismos que se quedan es exponencial a las innovaciones aparecidas, muchas de ellas alrededor del mundo de la Gestión y de las Tecnologías de la Información y Comunicación. Y nos rodeamos de textos con “benchmarking”, “coaching”, “empowerment”, “crowdfunding”, etc. Ahora está poniéndose de moda el “mindfulness”. 

A veces, es grande el desafío cuando intentamos en una palabra dar cuenta de la “cualidad” de aquello que queremos traducir. Ha sido difícil encontrar una palabra en castellano que dé cuenta de ello, lo que ha hecho que implícitamente las distintas personas que trabajan alrededor de mindfulness hayan conservado la palabra en inglés con el fin de evitar la confusión que más bien provocan las distintas traducciones y no saber que hacen referencia a lo mismo. Mindfulness es una cualidad de la mente o más bien la capacidad intrínseca de la mente de estar presente y consciente en un momento determinado, en un momento en que cuerpo y mente se sincronizan totalmente en un instante de realidad presente. Presencia plena y conciencia abierta se conjugan en un momento en nuestra mente/cuerpo/espíritu. Es esa cualidad propia de cualquier ser humano pero que ha sido motivo de estudio principalmente en el paradigma oriental. La experiencia de mindfulness se devela y se entrena en una disciplina o práctica llamada meditación

Según el desarrollador del programa Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR), Jon Kabat-Zinn, consiste en prestar atención al momento presente, con una actitud determinada, sin juzgar. Se dice que no es una terapia, sino una actividad psicoeducativa que no suple, sino que complementa. Es una herramienta más de acercamiento no sólo a la enfermedad, sino también a uno mismo. Ayuda a ser más optimista (posiblemente más feliz) porque permite desarrollar la inteligencia emocional y se favorece una actitud positiva ante la vida, y es importante el “medita para concentrarte”. Quien practica el mindfulness se dice que, objetivamente, reduce el estrés, la ansiedad e, incluso, ayuda a pacientes con dolores asociados a patologías crónicas. 

En fin, queda dicho… que tal como está el percal en nuestra sanidad, vamos a necesitar mindfulness a paladas. Yo, sin saberlo cómo se llamaba, llevo tiempo practicándolo... y es increíble. Así que a aquella entrada que llamamos como “Sanidad, procrastinación y resiliencia”, ahora lo ampliamos a “Sanidad, procrastinación, resiliencia y mindfulness”. 

En fin, comenzamos este post con palabras inglesas de traducción engañosa y aquí os dejamos un artículo que tuve la fortuna de escribir junto al maestro y amigo del lenguaje, Fernando A. Navarro. Han pasado 14 años de aquel artículo, pero seguimos viviendo los mismos problemas de lenguaje. Os lo dejamos para su lectura, aunque entendemos que es como predicar en el desierto. Y, ahora, habría que actualizarlo con todos los "palabros" que hemos comentado hoy.

Lo dicho, que las enfermedades podrán ser graves, agudas y casi esdrújulas,... pero no "severas", salvo que a través del "mindfulness" obtenga otras "evidencias".