lunes, 30 de abril de 2012

La crisis y los niños


Que estamos en un momento de crisis económica y social, en el que todos los logros sociales que habiamos conseguido con mucho esfuerzo en los últimos 30 años, se están desmoronando ya lo sabemos todos.

Y como no podía ser de otra manera, los niños y adolescentes, al ser más débiles, sufren más. Con la nueva ley de sanidad, seguirán recibiendo asistencia, pero sus padres, si no están regularizados, no.

Y un niño, sin padres sanos, pues no estará bien tampoco. Ya había bolsas de pobreza en las ciudades, con niños que ni siquiera estaban empadronados, requisito básico para tener acceso a la asistencia sanitaria, pues al vivir muchos habitantes en una casa,  no conseguían empadronarse. Ahora habrá más personas, unas 150.000 se estima, que perderán el derecho a la asistencia sanitaria. De esta manera, además de que la sanidad está en peligro, la salud y  las vidas de muchas personas tambien lo están. El asfixiante ambiente se extiende.

En los colegios habrá más niños por aula, menos profesores, menos becas menos de todo. O lo que es lo mismo, más incultura, menos salidas profesionales, más paro, más pobreza. Se suspenden clases de apoyo en educación infantil. Los niños con dificultades no saldrán adelante, o saldrán peor.

Esos niños siguen viniendo a la consulta por catarros, fiebres, toses y diarreas. Parece que es lo de siempre. Pero a poco que se les pregunte a los padres y a los abuelos que les acompañan, pues nos enteramos. Nos cuentan que sus padres/madres están en paro, que todos los hijos y nietos van a la casa de los abuelos a comer, extirando la exigua pensión de jubilación. Preguntan que cuanto cuesta una medicina, y que sino la hay más barata, que esa no se la pueden comprar. Así que vamos desarrollando habilidades en los precios, y elaborando un "vademecum" personal acerca cual es el medicamento para el estreñimiento, o la crema para la dermatitis del pañal más barata. De esto ya se ha hablado  en este blog, Y se seguirá hablando, para dar voz a los que no la tienen.

El que consigue tener trabajo, es a costa de trabajar durante jornadas interminables, y de que el niño se quede solo en casa. La compatibilización del trabajo y la familia ha pasado a la historia. O en paro en casa, preocupado y amargado, o trabajando a destajo y sin protestar para que no le despidan. Ese es el perfil de los padres.
Aumenta el número de niños con la llave, que llegan a casa y están solos, que no bajan al parque, ni
hacen deportes, pues no hay quien los supervise ni quien pague por las actividades. Solos en casa,  con el ordenador, la televisión o la videoconsola, es decir, doblemente solos.

Los niños que tienen problemas de aprendizaje, dificultades en el desarrollo psicomotor o alguna minusvalía, lo tienen peor.  Disminuye el  apoyo disponible en los centros escolares y en los centros de Atención Temprana. Siguen existiendo pero con unas listas de espera inalcanzables.
Si hace falta que sea visto por un profesional de salud mental, psicológo o psiquiatra, se consigue una cita para dentro de seis meses. Esto se podría llamar "salud mental virtual" es decir "una apariencia de realidad que permita al usuario tener la sensación de estar presente en ella". Le verán dentro de muchos meses, y la siguiente cita será con mucha demora tambien.

Pobreza y más pobreza. Los que pueden, contratan una sociedad de seguro privada, que palie estas deficiencias. Y los que no, pues a aguantar.

Los niños tienen cara, nombre, familia. Tienen necesidades y sueños, que esta sociedad les está negando. El derecho a lo básico, a una educación y una sanidad, en definitiva a un futuro.

Los responsables de este desaguisado deberían estar lamentandose eternamente por las oportunidades perdidas de toda una generación.

Los que trabajamos con los niños y sus familias seguiremos escuchando, consolando, apoyando, comprendiendo y sufriendo este sin vivir de tantos y tantas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué post tan emotivo, se nota que te interesas por el bienestar de los niños y sus familias.
Desde aquí te doy las gracias y te envío ánimos para seguir así, tu labor y tu empatía son muy importantes.
Gracias

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada, se nota que tienes interés y preocupación sinceros por los niños a los que atiendes y sus familias.
Gracias por estar ahí para ellos, ojalá haya mucha más gente como tú.

Paz González dijo...

Pues gracias por los comentarios. Los niños y sus familias no se merecen todo lo que está pasando.

Juanjo Morell dijo...

Una reflexión muy acertada y muy real. Los pediatras que trabajamos en atención primaria deberemos estar aún más atentos a los problemas psicosociales que "están detrás" de muchas de las consultas que atendemos para seguir velando por la salud y bienestar de los niños (y sus familias). Ojos y oídos bien abiertos...
Y gracias por "decirlo en voz alta"

Paz González dijo...

Pues gracias Juanjo, compartimos percepción de aspectos muy importantes de la práctica clinica diaria.