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viernes, 9 de septiembre de 2016

Aleatoriza y realeatoriza,... pero bien


Ya hace dos años comentamos el interés de la sección de la apreciada revista Pediatría de Atención Primaria titulada “LECTURA CRÍTICA EN PEQUEÑAS DOSIS”, una sección cuyo autor es mi buen amigo, el Dr. Manuel Molina, compañero de aventura en Evidencias en Pediatría, y quien nos regala en cada número píldoras sobre medicina basada en pruebas. 

Y para muestra un botón. Su último tema, titulado como "Realeatorización: en busca del tamaño muestral" es un ejemplo de cómo hacer fácil lo aparentemente complicado y, sobre todo, cómo aprender conceptos necesarios como sanitarios para leer mejor (y críticamente) artículos científicos.

Todos conocemos que la aleatorización es una de las claves del ensayo clínico. Pero la realeatorización es un paso más allá, con sus características, requisitos y métodos de análisis, que es preciso conocer pues puede ser tremendamente útil cuando existan dificultades para alcanzar el tamaño muestral y la situación clínica favorezca su aplicación, pero que su uso incorrecto puede sesgar la estimación de efecto del tratamiento y poner en duda las conclusiones del estudio. 
Para aplicar este método correctamente son necesarios cumplir tres requisitos: 
1) Los pacientes solo pueden realeatorizarse una vez completado el periodo de seguimiento de la aleatorización anterior. 
2) Las aleatorizaciones en el mismo paciente deben hacerse de manera independiente. 
3) El paciente debe recibir el mismo beneficio de cada intervención cada vez que es aleatorizado.

Vale la pena la lectura del documento íntegro (en el enlace anexo) para conocer la utilidad y el alcance de este tipo de documentos.

lunes, 27 de abril de 2015

Índices de propensión. El deseo de parecerse al ensayo clínico


Ya hemos hablado en este blog de la sección de la revista Pediatría de Atención Primaria, llamada “LECTURA CRÍTICA EN PEQUEÑAS DOSIS”, una sección del Dr. Manuel Molina y que se vincula estrechamente con su blog “Ciencia sin seso…locura doble”, donde nos regala píldoras sobre medicina basada en pruebas y estadística. Una forma de hacer sencillo (y divertido) lo complicado (y serio). 

No quiero dejar de compartir su último artículo, cuyo título es el que encabeza este post. Y donde profundiza en qué es y cómo se utiliza el índice de propensión, más conocidos por su nombre en inglés, propensity score

Porque el ensayo clínico aleatorizado se considera el diseño más idóneo para estimar el efecto de las intervenciones sanitarias y el único tipo de estudio que permite establecer una relación de causalidad entre exposición o intervención y resultado. Y esto es en gran parte gracias a uno de los aspectos clave del ensayo clínico: la aleatorización. Por su parte, los estudios observacionales carecen de aleatorización, por lo que los participantes de los diferentes grupos pueden diferir sistemáticamente en algunas de sus características basales. Por este motivo, no existe la seguridad de que los diferentes grupos del estudio tengan la misma distribución de covariables basales, lo que tiene como consecuencia que no puedan compararse los resultados de forma directa sin llevar a cabo alguna forma de ajuste para variables de confusión o modificadoras de efecto. 

En el presente trabajo se describe el uso de los índices de propensión (propensity score) como método de ajuste alternativo al uso clásico del ajuste por regresión logística. Vale la pena su lectura... y acercarse a este concepto que leeremos en ocasiones en artículos científicos.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Lectura crítica en pequeñas dosis: un gran recurso


Este blog se llama Pediatría basada en pruebas y nació hace 6 años vinculado a la revista Evidencias en Pediatría, como una brillante idea de Cristóbal Buñuel, compañero de fatigas y amigo “basado en la evidencia” (y más allá). Por tanto, nos vinculan los recursos de la mal llamada medicina basada en la “evidencia” (porque no hay nada menos evidente que la MBE). 

Y hoy queremos destacar en este blog otro recurso de otro amigo “basado en la evidencia” (y más allá): Manuel Molina, compañero de residencia en el Hospital Infantil La Paz y con quien, desde hace 4 años, compartimos aventuras y retos pediátricos. El recurso se publica como una sección en cada número de la apreciada revista Pediatría de Atención Primaria. El nombre de la sección es “LECTURA CRÍTICA EN PEQUEÑAS DOSIS”, una sección que quizás tenga su origen en el blog del autor, un blog imprescindible con un original título: “Ciencia sin seso…locura doble” (emulando a Baltasar Gracián), donde recibimos píldoras sobre medicina basada en pruebas. 

Os dejamos algunos artículos de esta sección, “Lectura crítica en pequeñas dosis”, y entenderéis por qué es un buen recurso, pues hace fácil y divertido lo complicado y aburrido: 

Seguro que muchos ya conocéis esta sección. Pero para los que no la conozcan, os la aconsejamos… porque la ciencia sin seso, sin duda, es locura doble.

viernes, 30 de agosto de 2013

¿Las farmacéuticas alteran el diagnóstico de las enfermedades?


La relación entre industria farmacéutica y sanitarios es inevitable y necesaria. Pero es una relación que tiene que ser ética y estética, basada en estrictos códigos éticos (ya existentes), sin conflictos de interés y cuyo objetivo prioritario sea siempre mejorar la salud del individuo o de la población. 

Pero no pueden pagar justos por pecadores. Y en unas relaciones insanas no es bueno (aunque sea lo fácil) echarle la culpa sólo a la industria farmacéutica: hay demasiados protagonistas en esta "aventura" del medicamento que busca su enfermedad. Igual que hay personas mejores y peores, sanitarios mejores y peores, también hay firmas comerciales (farmacéuticas o de alimentación infantil) mejores y peores. Muchas se acogen a los principios de Farmaindustria, pero no parece suficiente... 

Se llevan muchos años intentando redefinir el debate científico en la relación entre eviencia científica e industria farmacéutica. Y cabe tener presente dos puntos clave para una sana interrelación entre sociedades científicas e industria farmacéutica: transparencia e independencia. La manipulación de la evidencia puede venir de muchos frentes. Y dado que “no hay nada menos evidente que la medicina basada en la evidencia” hemos de estar muy atentos a todo lo anterior. Se establece una diatriba importante entre la denuncia necesaria al "Disease mongering" (o arte de fabricar enfermedades) y la urgente necesidad de desmedicalizar a la población

Acaba de ser notica en prensa general hace un par de semanas. Y os enlazamos la noticia de El Mundo y el artículo de PLOS Medicine al que se hace referencia: "La influencia de las farmacéuticas altera el diagnóstico de enfermedades". 
El artículo de PLOS Medicine está firmado por dos grandes conocidos: el periodista Raymond Moynihan y el experto en MBE, Paul Glasziou, entre otros investigadores de centros universitarios de Australia y California. Se estudian, entre 2000 y 2013, guías de práctica clínica (GPC) de 14 enfermedades comunes (Alzheimer, asma, hipercolesterolemia, hipertensión, esclerosis múltiple, etc.) y en 10 se proponen criterios de definición más amplios y que caen en tres categorías: creando el concepto de "pre-enfermedad", disminuyendo el umbral diagnóstico y proponiendo métodos diagnósticos diferentes o más precoces. Y constatan que hasta el 75% de los miembros integrantes del panel de las GPC declaraban relaciones comerciales con la industria (algo que no apoya la recomendación de varios organismos de que las sociedades encargadas de elaborar guías clínicas excluyan de forma general en su panel de expertos a aquellas personas que tengan cualquier conflicto de interés con la industria farmacéutica). 
Aunque en sus conclusiones reconocen que tener una relación con una empresa farmacéutica no tiene por qué suponer un cambio en el criterio de los profesionales a favor de esta compañía, estos investigadores sugieren que sus datos pueden ayudar a explicar por qué determinadas enfermedades podrían estar siendo "sobrediagnosticadas". Y según los autores: "Este estudio no ha evaluado la adecuación de los cambios propuestos en las guías. Sin embargo, el hecho de que los umbrales de diagnóstico se hayan bajado por paneles dominados por personas con lazos financieros con múltiples compañías que podrían beneficiarse directamente de sus decisiones hace dudar sobre los procesos que actualmente se emplean para la definición de las enfermedades". 
Con la seriedad que antecede a estos investigadores y a la revista en que se ha publicado la investigación,los científicos reclaman más investigación al respecto y recuerdan que su trabajo se ha centrado en Estados Unidos y tiene limitaciones, por lo que sus conclusiones no son generalizables a otros ámbitos. 

En cualquier caso, nos parece (y la prensa se ha hecho eco) un nuevo motivo para el debate y para cuidar con mimo esa frontera tan frágil que denominamos conflictos de interés.

martes, 14 de mayo de 2013

La manipulación de la evidencia


No es la primera vez que tocamos este tema en el blog. Y lo hemos descrito como “No tomar el nombre de la evidencia en vano”, “¿Medicina basada en la "evidencia" o en el "marketing"?” o “Tengamos la "evidencia" en PAZ”. Desde este blog, desde Evidencias en Pediatría, desde el Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia (GT-PBE) tenemos una máxima: “no hay nada menos evidente que la medicina basada en la evidencia”

Y nuestra actitud es hipercrítica sobre la perversión de la MBE. La web “No gracias” publicó hace un mes y medio una entrada con el título que hoy compartimos. En ella se comenta la manipulación de la evidencia que pretende y consigue sesgar el conocimiento médico y, por tanto, perjudica a los pacientes cuando se persigue una estrategia de venta. Y desde esta web se pretende tener a los ciudadanos informados: información objetiva dirigida a los consumidores acerca de los medicamentos y las tecnologías sanitarias. 

En dicho post ellos comentan que existen CUATRO grandes áreas de manipulación de la evidencia: 

1.- Manipular el conocimiento clínico para conseguir más diagnósticos y, por tanto, más ciudadanos susceptibles de recibir un medicamento: en esta estrategia incluiríamos el sobrediagnóstico y la invención de enfermedades (disease mongering). 

2.- Manipular el diseño de los ensayos clínicos para conseguir los resultados deseados. Richard Smith (ex- editor del BMJ y de PLoS) lo ha defendido en sendos artículos. 

3.- Manipular los artículos científicos que se publican mediante tres estrategias: 
- Publicando solo los estudios con resultados positivos (sesgo de publicación). 
- Encargando la redacción de los artículos científicos a escritores profesionales pagados por la industria ("ghostwriting"). 
- Los conflictos de interés: si un investigador tiene una alta intensidad de relaciones con la industria es muy probable que los resultados de sus investigaciones financiadas por la industria tengan una cierta tendencia a concluir a favor de promotor. 

4.- Distorsionar directamente los datos de los ensayos clínicos para conseguir publicar artículos favorables. 

En la dirección de la web "No Gracias" se desgranan cada uno de estos cuatro puntos. Sea como sea, la investigación científica es algo muy serio, que debe estar lleno de ciencia y de conciencia, de rigor y de ética. De ello versa la MBE,... pero nada ni nadie es infalible. 
Así, pues, es prioritario que no dejemos que nadie manipule la “evidencia” (pruebas) científica(s).

lunes, 10 de diciembre de 2012

Neo-Dividencias. Sobre palivizumab y guías de práctica clínica de bronquiolitis aguda en España (1)


La bronquiolitis aguda (BA) está aquí. Fiel a su cita epidémica a finales de otoño y en invierno. Y con la caída de las hojas regresa el esfuerzo del laboratorio fabricante de palivizumab por apoyar la prescripción de este anticuerpo monoclonal. Este año con una novedad: vienen con una guía de práctica clínica (GPC) de BA bajo el brazo. 

Pues bien, analicemos este hecho, puesto que nuestro blog se denomina como Pediatría basada en pruebas.  Recordemos que en el año 2010 se publicaron en España dos GPC sobre BA, ambas en la web de GuiaSalud. De ello hemos dado una especial información en este blog y ambas vieron la luz en Anales de Pediatría como artículos.

- La que apareció en primer lugar fue la GPC de BA liderada desde el Hospital de Torrevieja (Alicante), asociada al proyecto de investigación multicéntrico aBREVIADo y avalada por la Asociación Española de Pediatría y 9 sociedades de especialidades pediátricas de la AEP.
En sendos artículos podemos revisar la metodología y recomendaciones, así como los distintos artículos como base para la toma de decisiones en cada apartado: epidemiología, diagnóstico, tratamiento, prevención y pronóstico.
Esta GPC ha tenido amplia difusión, no sólo en Anales de Pediatría, sino también en Revista de Pediatría de Atención Primaria y Pediatría Integral. Y el estudio aBREVIADo ha recibido en este periodo los premios a la mejor comunicación científica en la Reunión de Primavera de la SCCALP 2010, en el XXVI Congreso de la Sociedad Valenciana de Pediatría 2010 y Premio a la mejor comunicación (1er Premio Antonio Galdó) en el 61 Congreso Nacional de Pediatría 2012.

- Posteriormente, la GPC de BA liderada desde el Hospital San Juan de Dios (Barcelona), mediante el convenio suscrito por el Instituto de Salud Carlos III, organismo autónomo del Ministerio de Ciencia e Innovación y la Agència d’Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques de Cataluña, y que en las publicaciones de Anales de Pediatría también podemos revisar la metodología y las recomendaciones.

Creo que basta revisar la metodología de ambas para darse cuenta de que la intensidad del trabajo de revisión sistemática de ambas, así como la metodología utilizada para clasificar los niveles de evidencia y los grados de recomendación no es la misma. Ambas válidas, pero diferentes. Y, desde luego, no hay motivo para que el laboratorio sólo difunda la segunda y no la primera. A no ser que realicen un sesgo de información porque les interese más el resultado dado a su producto en esta segunda.

Sigamos con nuestro análisis basado en pruebas respecto al palivizumab como tratamiento preventivo de la BA y los resultados obtenidos en cada GPC.

- En la GPC de BA asociada al proyecto aBREVIADo (y que conozco bien, pues tuve la oportunidad de liderarla con el Dr Carlos Ochoa) se realizaron las siguientes preguntas sobre el palivizumab al panel de expertos de la Conferencia de Consenso:
1) ¿Es eficaz el palivizumab como tratamiento preventivo para disminuir la frecuencia y gravedad de la BA por VRS en población de riesgo?. Palivizumab es eficaz como tratamiento preventivo del ingreso por BA por VRS en población de riesgo. Los beneficios de palivizumab (reducción de ingresos) parecen merecer la pena frente a los perjuicios (no diferencias significativas en los efectos adversos), pero no sabemos si frente a los costes (no se aborda en los ECA) (grado de recomendación A/B). Este tema de los costes lo abordaremos en una próxima entrada del blog.
2) ¿Es efectivo (en estudios observacionales) el palivizumab como tratamiento preventivo para disminuir la frecuencia y gravedad? La efectividad de palivizumab en estudios observacionales parece similar a la eficacia observada en los ensayos clínicos originales, considerando que si es efectivo respecto a la hospitalización (aunque con una gran heterogeneidad entre países), pero no respecto a la frecuencia y gravedad (ingresos en UCI, necesidad de ventilación mecánica y mortalidad) de la BA (grado de recomendación B/C).
3) Resulta significativo que, de las 61 preguntas al Panel de Expertos en la Conferencia de Consenso, fue posible el consenso sobre el nivel de evidencia y grado de recomendación en todas, salvo en las tres preguntas relacionadas con la eficiencia del palivizumab en la prevención de BA.

- En la GPC de BA del SNS que divulga el laboratorio se realizaron las siguientes recomendaciones sobre el palivizumab al panel de expertos de la Conferencia de Consenso:
1) El palivizumab reduce las hospitalizaciones por VRS en pacientes de riesgo. No ha demostrado reducir la incidencia de la enfermedad; ni la duración de la hospitalización, de la oxigenoterapia o de la ventilación mecánica; tampoco la mortalidad (grado de recomendación A).
2) El palivuzumab reduce la tasa de hospitalización por VRS, no evita la infección en todos los casos, y no previene del resto de infecciones virales relacionadas con la BA, por lo que es importante enfatizar en las medidas higiénicas (grado de recomendación A).
3) En esta GPC no se evalúa el tema de costes del palivizumab en las recomendaciones ni como futuras líneas de investigación futura.

Sin lugar a dudas, el laboratorio Abbot conoce la existencia de ambas GPC y sólo divulga una de ellas entre el colectivo de pediatras. Creo que es honor informar de que existen dos, ambas de alta calidad y con resultados diferentes respecto al palivizumab.
Y creo que es oportuno aquí recordar que no es tan importante llegar a conseguir la letra “A” en el grado de recomendación, sino saber cómo se ha llegado a conseguir esta letra y la interpretación de la misma.

Sólo queremos informar, por si a alguien no le ha quedado claro, que este tema del palivizumab no está cerrado ni es como ellos nos lo quieren hacer interpretar. Y que para practicar la evidence based-medicine hay que limitar al máximo la evidence biased-medicine, con tres principios básicos: 1) poner todas las pruebas sobre la mesa, sin sesgo de publicación; 2) evitar los mensajes que sólo sirven para medicalizar la sociedad; y 3) evitar la medicina basada en el marketing.

Abajo os dejamos las recomendaciones de la GPC no divulgada, pero igualmente válida. Y otro día más… 

 

miércoles, 16 de mayo de 2012

Mensajes peligrosos que sólo sirven para medicalizar la sociedad


El fenómeno de la medicalización de la vida en el primer mundo fue específicamente comentado hace más de 2 años en el blog cuando hablamos Sobre la “medicina del deseo” y el deseo de la medicina. La demanda de servicios sanitarios por parte de la población termina por hacerse virtualmente infinita, sobre todo porque se transforma (o nos transforman) el concepto de salud y enfermedad. Este incremento de la demanda es motivo de preocupación por parte de sanitarios, gestores y políticos.

Porque es muy tenue la frontera entre la evidence-based medicine y la evidence-biased medicine. En este punto, tener muy presente que:
-Tenemos evidencia con más facilidad cuando alguien tiene interés de esa “evidencia”.
-La “evidencia” es mucho más evidente cuando favorece a los intereses comerciales que a los intereses de los pacientes.
-La “evidencia” favorece a los fármacos rentables más que a los cambios de vida y a los fármacos huérfanos.

Recientemente leía en JANO el siguiente titular: "Entre el 10 y el 20% de los niños y adolescentes sufren trastornos mentales". ¿Estamos locos o qué...?. Cuando uno lee la noticia, más adelante vemos que es un argumento para que se agilice la consideración de la especialidad de Psiquiatría y Psicología Infantil y Juvenil. Mensaje peligroso, pues no creo que nadie que tenga capacidad decisoria se convenza de que esta especialidad deba existir por ese dato, pero que leído por la población general puede generar una falsa sensación de peligrosa enfermedad en sus hijos.

Mensajes de estos se repiten continuamente en el entorno de la Pediatría (y de la medicina en general). Tres perlas más, pero seguro que conocéis a puñados:

- La "bronquiolitis-fobia" por virus respiratorio sincitial "o virus de los bebés, que causa bronquiolitis y puede afectar al 100% de los menores de 2 años", divulgado a bombo y platillo para decir a la población que hay un anticuerpo monoclonal (palivizumab) que es la bomba. Y es verdad, la bomba es, pero para las arcas de nuestro maltrecho sistema sanitario, pues las indicaciones de este blockbuster farmacológico necesita una urgente revisión por parte de los meso y macrogestores. A ello dedicaremos otro día suculentos comentarios.

- La "TDAH-fobia", que ha llevado a etiquetas como la de que "en cada clase hay como mínimo un niño que necesita tratamiento por desatención y/o hiperactividad", lo que se ha reconvertido en el conocido sobrediagnóstico y sobretratamiento de esta entidad.

- La "VPH-fobia", cuando previo a la aparición de las vacunas se divulgó las características de este virus (conocido y reconocido desde que era estudiante) como si de una nueva epidemia se tratara, con campaña más agresivas de lo necesario y que, incluso, llevó a dedicarle a esta vacuna un monumento en Valencia. Alucinante: y eso sin salvar una vida; no un monumento a la penicilina, no, a una vacuna que puede que demuestre su efectividad dentro de unos 30 años.

En todos el modelo es el mismo: divulgue cifras espectaculares sobre un supuesto problema, rozando el alarmismo; y, a continuación, diga que tiene la "solución" al mismo. A ser posible que sea un problema muy general, para que la "solución" sea más rentable.

Sólo algunos ejemplos de la tremenda responsabilidad de colocar titulares demasiados espectaculares. En Medicina casi nada es espectacular, pero si coherente. Este tipo de noticias que hacen el juego a la medicalización de la sociedad dificulta el camino al deseo de una medicina que intente ofrecer la máxima calidad con la mínima cantidad (de intervenciones) y en el lugar más cercano al paciente. Una medicina que precisa una vuelta a una definición coherente de los términos salud y enfermedad, y que permita resolver con coherencia la ecuación entre “lo deseable, lo posible y lo apropiado” en medicina.

martes, 27 de septiembre de 2011

Cursos de formación del Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia


Los Grupos de trabajo y Comités son una parte nuclear de la Asociación Española de Pediatría (AEP), cada uno de ellos con unos objetivos específicos. Uno de ellos es nuestro Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia (GT-PBE)

Entre los objetivos del GT-PBE se encuentran:
-Ofrecer apoyo metodológico preciso para que los protocolos y documentos de la AEP y sus diferentes secciones estén basados en las mejores pruebas disponibles.
-Fomentar la implicación de la AEP en el desarrollo de Guías de Práctica Clínica metodológicamente bien diseñadas y estimular la puesta en marcha de sus recomendaciones.
-Elaborar la revistas secundaria Evidencias en Pediatría.
-Realizar funciones formativas en dos áreas fundamentales: a) Realización de talleres de búsqueda bibliográfica; y b) Realización de talleres de lectura crítica.

Esta labor formativa se viene desarrollando desde hace años dentro de talleres específicos en los Congresos/Reuniones anuales de la AEP y para diferentes sociedades científicas de la AEP. Pero también, en los últimos dos años, este tipo de actividades se desplaza a distintas provincias en formato de un curso global de 20 horas lectivas. Cada año se realizan al menos tres cursos acreditados que concentran ambas actividades (búsquedas y lectura crítica), con la idea de acercar esta formación al pediatra interesado y descentralizar las actividades de las capitales principales (como Madrid y Barcelona).

Durante este período se han desarrollado cursos en Madrid, Zaragoza, Sevilla, Valencia, Santa Cruz de Tenerife, Cuenca,... Los próximos cursos se desarrollarán en Granada (octubre 2011) y Alicante (noviembre 2011). La información y forma de inscripción la podéis recoger en la web.

Abajo os dejamos el formato de este tipo de cursos. A diferencia de lo que se pueda pensar, no es necesario tener grandes conocimientos (ni en informática ni en estadística) y el curso se adapta al usuario, se hace atractivo y se busca la utilidad para la práctica clínica.
Os animamos a qué os apuntéis, pues es un curso que la experiencia nos ha enseñado que resulta muy útil para quien lo recibe. Somos médicos y saber buscar y leer la mejor literatura científica nos será muy útil en todas nuestras labores profesionales (asistenciales, docentes y/o investigadoras) para tomar las mejores decisiones en beneficio del paciente.

jueves, 4 de febrero de 2010

¿Medicina basada en la "evidencia" o en el "marketing"?


Este es el mismo título que se dedica a la columna de opinión del Diario Médico de hoy, firmado por Elena Escala, redactora jefe. Su comentario se basa en el artículo publicado por Spielmans y cols en la revista Journal of Bioethical Inquiry.
El título del artículo "From Evidence-based Medicine to Marketing-based Medicine: Evidence from Internal Industry Documents" no deja indiferente y no va a estar exento de polémica. Como preludio, el contenido del resumen del artículo: "While much excitement has been generated surrounding evidence-based medicine, internal documents from the pharmaceutical industry suggest that the publicly available evidence base may not accurately represent the underlying data regarding its products. The industry and its associated medical communication firms state that publications in the medical literature primarily serve marketing interests. Suppression and spinning of negative data and ghostwriting have emerged as tools to help manage medical journal publications to best suit product sales, while disease mongering and market segmentation of physicians are also used to efficiently maximize profits. We propose that while evidence-based medicine is a noble ideal, marketing-based medicine is the current reality".

Journal of Bioethical Inquiry es una revista publicada en Nueva Zelanda desde el año 2004 (actualmente no indexada en Medline) como un foro para discutir y debatir las cuestiones éticas, culturales y sociales que surgen en la medicina, las ciencias de la salud y la atención de la salud en general. Su temática incluye también áreas fundamentales de la bioética convencionales, tales como la investigación, la práctica clínica y la tecnología médica. Su localización no es fácil, pero conviene tenerla presente.

El tema a debate en el artículo no es nuevo. Y, de hecho, ha sido motivo de reflexión en numerosos medios de comunicación relacionados con las ciencias de la salud. También en este blog ha motivado algunas entradas, siempre rondando el tema de los conflictos de intereses, bien en el contexto de asociaciones médicas, de revistas biomédicas, de periodismo científico; o los recientes comentarios sobre "disease mongering" o fármacos "blockbuster" .

Aunque miremos a otros lado, todo esto es una realidad con la que convivimos cada día. Y frente a la que hay que adoptar una postura reflexiva y crítica, no sólo a nivel individual, sino acompañado por la fuerza de las sociedades científicas. Sociedades que prodiguen códigos bioéticos que regulen las relaciones (justas y necesarias) con la industria farmacéutica, de modo que sean transparentes, proporcionales y en las que el objetivo real sea el bien del paciente. Algunas sociedades pediátricas, como la AEPap, ya tienen establecidas este código de responsabilidad ética con la industria farmacéutica. Que cunda el ejemplo.

martes, 19 de enero de 2010

¿Cómo crear un fármaco “blockbuster”?



La publicación este domingo en El País del artículo de opinión “Avances médicos con intereses ocultos” ha originado un revuelo de comentarios que han trascendido con la rapidez a que nos tiene acostumbrado Internet. Listas de distribución, prensa escrita y blogosfera se han hecho eco del tema, con comentarios jugosos, algunos que se pueden leer desde este blog u otros.
Y posiblemente el revuelo y satisfacción sea, entre otros motivos, porque por fin se habla, de forma abierta y en un periódico de gran tirada, de un tema que ocurre con frecuencia y en todas las especialidades médicas. El artículo hace referencia a un tratamiento analgésico, pero todos podríamos citar un buen número de ejemplos (en intervenciones diagnósticas, terapéuticas y preventivas) en los que hemos sentido un curso similar de los acontecimientos. Un buen ejemplo son los fármacos “blockbuster”, es decir, aquellos fármacos superventas cuya facturación puede superar los mil millones de dólares anuales.

A continuación exponemos un breve manual (quizás imperfecto) de cómo crear un fármaco “blockbuster” por la industria farmacéutica:

1.-Diseñar un ensayo clínico a lo grande y que, a simple vista, cumpla los criterios de Jadad. A ser posible con varios países, muchos centros y pacientes, pues la inversión económica en el estudio lo permite.
2.-Plantear una variable resultado principal que, aunque no sea muy relevante para la clínica, si proporcione un resultado “estadísticamente significativo”. Expresar los resultados como reducción relativa del riesgo, que causa más impacto visual. Tener en cuenta la posibilidad de introducir algún resultado compuesto, análisis de subgrupo o variable post-hoc, que, aunque no es muy apropiado, sí puede causar cierto efecto estadístico si se hacen con donaire.
3.-Si da resultados “positivos” hay que buscar una revista con impacto y visibilidad, lo que es muy lícito y deseable. Si da resultados “negativos” o en contra del fármaco investigado, se intentará no publicar, aunque dicen las malas lenguas que no es lícito.
4.-No se olvide de declarar los conflictos de interés. Son muy útiles coletillas como “patrocinado por laboratorio X sin restricciones”, que viene a ser algo así como que el laboratorio va a invertir lo que no está escrito en el estudio del fármaco en cuestión, pero no van a influir para nada (palabrita del niño Jesús) ni en la recogida de datos, ni en su análisis ni en la valoración de los resultados y juicios. Esto de la declaración de los conflictos de interés viene a ser como un confesionario, de forma que al declararlo es como si se quitara toda culpa y halo de sospecha de que hay un interés económico en la inversión del estudio.
5.-Tener presente poner como autor a algunos “expertos” en la materia a tratar. Una vez la publicación esté en marcha hay que convencer a los “expertos” que hay que difundir los resultados entre la comunidad médica: reuniones mil (con su cóctel o cena posterior, según presupuesto), simposios satélites en todos los congresos posibles (comprobado que con un buen gadget de regalo acude más la comunidad médica), prensa médica y no médica, etc.
6.-Conocida la eficacia, hay que demostrar la efectividad. Aquí los ensayos clínicos promocionales y los estudios de vigilancia post-marketing van muy bien, bajo la patina de pseudociencia. Pongamos un buen acrónimo al grupo y, cuanto más multicéntrico, habrá más capacidad de incorporar el nuevo fármaco a la práctica clínica.
7.-Potenciar artículos de consenso, a ser posible auspiciado por alguna sociedad científica. No importa que el consenso se actualice cada poco tiempo, pues siempre cabe la posibilidad de aumentar las indicaciones para la prescripción del fármaco en cuestión.
8.-Si no fuera suficiente, siempre nos quedará alguna encuesta con metodología Delphi. Se ha comprobado que un Delphi bien orientado (muy dependiente de los artículos seleccionados para la revisión-que-dicen-ser-sistemática, panelistas y preguntas) no sólo reconfirma las indicaciones de uso ya sabidas, sino que incluso es un buen método para ampliar indicaciones.
9.-Las relaciones con las sociedades científicas son muy importantes: hay que atender a sus demandas económicas en pro de la ciencia, siempre atentos para estar presentes en los congresos y/o auspiciar webs. Hay veces que la contribución de un laboratorio supone casi la mitad de los ingresos de una sociedad, pero nadie debe dudar sobre potenciales conflictos de interés (y, ante la duda, siempre nos quedarán coletillas como “patrocinado por laboratorios X sin restricciones”).
10.-No olvidarse de llegar al paciente, bien a través de manuales o webs creadas ad-hoc o con la financiación de asociaciones de pacientes. Uno se pone al servicio del afectado, pero sin olvidar de incluir las bondades del producto que se ha creado para curar o prevenir su enfermedad.
11.-Ya tenemos claro la eficacia, seguridad y efectividad del “blockbuster”. Restaría confirmar la eficiencia a través de un estudio de evaluación económica. En esto las empresas disponen de sus especialistas en farmacoeconomía y, si no, siempre se puede contratar a alguna empresa privada que los hace fenomenal y, a través de unas elegidas asunciones clínicas, nos deja el precio del AVG (año de vida ganado) y AVAC (año de vida ajusado por calidad) en buen umbral (a ser posible por debajo de 30.000 euros, cifra carismática). No importa que los estudios de evaluación económica auspiciados por la industria sean casi sistemáticamente “rentables” y los independientes puedan ser “ruinosos”, con diferencias abismales de unos a otros en el precio del AVAC. Nadie se sonroja; será casualidad, pero ya ha quedado dicho que el estudio ha sido “patrocinado por laboratorio X sin restricciones”.
12.-En todo esto hay un pequeño escollo. Hay sanitarios que realizan lectura crítica de los artículos y leen entre líneas; y refieren que lo importante no son las diferencias estadísticamente significativas, sino las clínicamente relevantes; y que plantean conceptos como “coste-oportunidad” en la atención sanitaria. Pueden crear alguna confusión entre la comunidad médica, pero no será mucha en general, pues no hay tanto médico que profundice en estos temas de la “evidencia”. Y siempre se puede compensar con un titular impactante en prensa, que es lo que más llega a la población general.

Como vemos, la “evidence-b(i)ased medicine” es algo más que una anécdota en la “evidencia-based medicine”, por el papel de los conflictos de intereses en el triángulo médico-industria farmacéutica-paciente y en el que todos tenemos nuestra parte de responsabilidad. También la prensa escrita, tal como hemos visto en estos días. También nosotros...