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lunes, 28 de julio de 2025

Terapia cinematográfica (15). Prescribir películas para entender el tabú del incesto en menores

 

El término incesto proviene del latín incestus, que significa “no casto”, y define a esas relaciones o encuentros sexuales entre individuos cuya línea de consanguineidad es muy cercana dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio, tal como las relaciones entre madres o padres con sus hijos, encuentros íntimos entre hermanos, y otras. 

El incesto es considerado un tabú casi universal en las sociedades humanas, aunque la definición de "pariente cercano" varía culturalmente. A lo largo de la historia, encontramos referencias al incesto en muchas mitologías del mundo, incluida la mitología griega, egipcia, mesopotámica e incluso en ciertas tradiciones indígenas y orientales. Otro lugar común del incesto es dentro de las familias reales, donde se practicaba para mantener la pureza del linaje o el poder concentrado. 

El incesto con menores de edad es un delito grave en la mayoría de los países, ya que implica una combinación de dos factores criminales: relaciones sexuales entre familiares cercanos y abuso sexual infantil. Y es que las consecuencias del incesto son devastadoras y de largo alcance, afectando profundamente a todos los miembros de la familia: principalmente a las víctimas (a los menores), pero también a otros miembros de la familia y a los mismos perpetradores. La intervención temprana, el apoyo psicológico especializado y la aplicación de la ley son fundamentales para proteger a las víctimas y abordar las complejas dinámicas familiares involucradas. Cabe recordar que ya tratamos previamente el tema del abuso sexual infantil en esta serie de Terapia cinematográfica y enumeramos el incesto entre los tipos de abuso, pero dado el profundo impacto de esta situación es por el que hacemos un análisis individualizado. Porque ningún tema escapa de las pantallas del cine, y el incesto tampoco lo ha sido. Y desde esta sección de Terapia cinematográfica hoy recogemos 7 películas argumentales alrededor del incesto con víctimas menores de edad en la familia. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Lolita (Stanley Kubrick, 1962), para debatir sobre la moralidad que arrastra desear a tu hijastra adolescente. 

- El soplo al corazón (Le soufflé au coeur, Louis Malle, 1971), para adentrarnos en la relación incestuosa aceptada entre una madre y su hijo adolescente. 

- La luna (Bernardo Bertolucci, 1979), para confrontar la compleja relación de amor y autodestrucción alrededor del complejo de Edipo. 

- The War Zone (La zona oscura) (The War Zone, Tim Roth, 1999), para reconocer que el tabú del incesto es una zona oscura que cabe iluminar con la denuncia. 

- Precious (Lee Daniels, 2009), para sumergirnos en la grave problemática familiar y social que acompaña con frecuencia al incesto. 

- Reina de corazones (Dronningen, May el-Toukhy, 2019), para sentir que las relaciones incestuosas no son ninguna aventura de Alicia en el País de las Maravillas. 

- Dalva (Emmanuelle Nicot, 2022), para lograr vencer el síndrome de Estocolmo del incesto en menores de edad. 

Siete películas argumentales para sentir las aristas de un tema tan complicado y espinoso sobre el que no podemos, ni debemos, volver la vista a otro lado. Aquí no es un tema de dioses ni de reyes, sino de niños, niñas y adolescentes que transitan en sus familias en zonas oscuras para la mente, el alma y el corazón. 

Se puede revisar el artículo completo en este enlace o en este otro.

lunes, 2 de junio de 2025

Terapia cinematográfica (14). Prescribir películas para entender la adopción y el acogimiento

 

Es innegable el derecho del niño a vivir con su familia, pero en determinadas circunstancias, y siempre atendiendo al interés prioritario del menor, es necesario buscar una nueva familia, formalizando una medida de protección de carácter temporal (acogimiento) o definitiva (adopción). La finalidad tanto de la adopción como de la acogida es conseguir que los niños y niñas que están en situación de desamparo vivan en un entorno seguro, ya sea de forma temporal o definitiva. Pero cabe diferenciar entre ambos conceptos, pues tienen finalidades distintas. 

La adopción infantil es un proceso legal mediante el cual una o dos personas adultas asumen la responsabilidad parental de un niño o niña que no es su hijo biológico, con la intención de formar una familia permanente. Este acto transfiere de forma legal y permanente los derechos y responsabilidades de los padres biológicos a los padres adoptivos, otorgando al niño adoptado los mismos derechos que un hijo biológico, incluyendo el apellido y los derechos de herencia. Es el proceso de adopción un camino con rutas emocionales y psicológicas que cabe reconocer, como el posible duelo por la infertilidad de algunas parejas y la imposibilidad de tener hijos biológicos, la necesidad crucial de establecer un vínculo afectivo seguro con el niño adoptado, así como ayudarle a comprender y aceptar su historia y su identidad como persona adoptada, amén de las necesidades especiales los niños adoptados que se centra principalmente en la salud y en su ajuste psicosocial, especialmente en el caso de adopciones internacionales. 

Por otra parte, el acogimiento ofrece un entorno familiar seguro y afectivo de forma transitoria mientras se trabaja en la reunificación familiar o se busca otra medida de protección más estable. Aquí las familias de acogida suelen recibir una ayuda económica por parte de la administración para cubrir los gastos de manutención, educación y cuidado del menor, así como apoyo y seguimiento profesional. Ni que decir tiene que el proceso suele ser más rápido y flexible que la adopción, buscando una solución inmediata para el bienestar del niño; de hecho, existen diferentes tipos de acogimiento según su duración (urgente, temporal, permanente). 

El cine ha abordado los temas de la adopción y el acogimiento de menores desde diversas perspectivas, reflejando las complejidades emocionales, sociales y legales que implican estas experiencias. A través de diferentes géneros y enfoques narrativos, el cine visiona nos permite afrontar y reflexionar distintos temas sobre cuatro perspectivas principales: desde la perspectiva del menor adoptado, desde la perspectiva de los padres adoptivos o de acogida, desde la perspectiva de los padres biológicos y el consecuente debate sobre aspectos sociales y legales. Y desde esta sección de Terapia cinematográfica hoy proponemos un recorrido por 7 películas argumentales sobre la adopción y el acogimiento. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- La pequeña Lola (Holy Lola, Bertrand Tavernier, 2004), para conocer el contenido emocional y los desafíos de la adopción internacional. 

- La vergüenza (David Planell, 2009), para recorrer el no siempre fácil camino entre la acogida y la adopción. 

- Color de piel: miel (Couleur de peau: Miel (Approved for Adoption), Laurent Boileau, Jung Henin, 2012), para reflexionar sobre el camino de pertenencia e identidad de los menores adoptados y sus implicaciones emocionales. 

- La adopción (Daniela Fejerman, 2015), para no olvidar la corrupción ocasional en ciertos procesos de adopción internacional. 

- En buenas manos (Pupille, Jeanne Herry, 2018), para hacer brillar la calidad humana de los profesionales que participan en el sistema de adopción en un sistema de bienestar bien gestionado. 

- Una familia verdadera (La vraie famille, Fabien Gorgeart, 2021), para reconocer los potenciales conflictos entre el apego de los padres de acogimiento y los derechos de los padres biológicos. 

- El sexto hijo (Le sixième enfant, Léopold Legrand, 2022), para asomarnos a los dilemas de la adopción ilegal. 

Siete películas argumentales para prescribir a los distintos protagonistas en los procesos de adopción y acogimiento, para las familias adoptivas y de acogida, para los menores adoptados y acogidos, para los distintos profesionales implicados (trabajadores sociales, psicólogos, educadores,…) y para la sociedad en general.

Se puede revisar el artículo completo en este enlace o en este otro

miércoles, 9 de abril de 2025

Terapia cinematográfica (13). Prescribir películas para entender el embarazo en adolescentes

 

El embarazo en adolescentes se define como un embarazo precoz en la etapa de la adolescencia (que la OMS establece entre los 10 y los 19 años), normalmente en mujeres que no han alcanzado la mayoría de edad jurídica (variable según los distintos países del mundo), así como a las mujeres adolescentes embarazadas que están en situación de dependencia de la familia de origen. 

Las adolescentes embarazadas, además de enfrentarse a la misma situación que cualquier otra mujer embarazada, deben enfrentarse a una mayor desprotección, con mayores preocupaciones sobre su salud y su situación socioeconómica (de manera especial las menores de 15 años y las adolescentes de países con escasa atención médica y nula protección social). Este embarazo suele implicar un riesgo en la trayectoria vital de las jóvenes adolescentes y un serio y prevalente problema médico-social. Es por ello que el embarazo en adolescentes es un problema de salud pública mundial con consecuencias significativas para la salud, la educación y el desarrollo social de las jóvenes y sus hijos. 

Las situaciones personales, familiares, sociales, médicas y psicológicas que rodean al embarazo de una adolescente son un filón para el cine. Distintos temas afloran y uno de los más importantes vienen relacionados con el contexto familiar y los sentimientos que provocan una noticia así sobre una hija adolescente (dolor, decepción, amargura, soberbia o amor, en distintas dosis), una hija no emocionalmente preparada para un compromiso vital tan importante como es la maternidad a tan temprana edad. Y desde esta sección de Terapia cinematográfica hoy proponemos un recorrido por 7 películas argumentales sobre el embarazo en adolescentes, aunque veremos que son numerosas las historias al respecto en el séptimo arte, tanto en largometrajes como en telefilmes. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Quinceañera (Richard Glaztzer, Wash Westmoreland, 2006), para recordar que esa edad no siempre es una fiesta. 

- Juno (Jason Reitman, 2007), para debatir sobre el embarazo no deseado en una adolescente. 

- 9 meses (Keeper, Guillaume Senez, 2015), para viajar dentro de las dificultades que implica aceptar ser madre o padre adolescente. 

- La inocencia (Lucía Alemany, 2018), para entender que una prueba de embarazo lo puede cambiar todo. 

- Nunca, casi nunca, a veces, siempre (Never Rarely Sometimes Always, Eliza Hittman, 2020), para interiorizar las claves de las buenas decisiones en el embarazo de una adolescente. 

- El acontecimiento (L´évenement, Audrey Diwan, 2021), para reconocer que el embarazo de una adolescente no siempre es un feliz acontecimiento, ni antes ni ahora. 

- La maternal (Pilar Palomero, 2022), para compartir el día a día de un centro para madres menores de edad. 

Siete películas argumentales para viajar a las vivencias de estas adolescentes durante una inesperada gestación a su edad, con el horizonte del parto, puerperio y maternidad.

Se puede revisar el artículo completo en este enlace o en este otro.

lunes, 17 de marzo de 2025

Terapia cinematográfica (12). Prescribir películas para entender el embarazo y el parto

 

El embarazo y el parto son procesos profundamente humanos y universales que, aunque son compartidos por mujeres de todas las culturas y regiones, están moldeados por las realidades sociales, económicas, políticas y culturales de cada contexto. En la mayoría de los lugares del planeta Tierra el embarazo no es una elección, sino una obligación. Y, desafortunadamente, la muerte materna se percibe como un hecho natural. Porque cada día nacen en el mundo más de 350.000 niños y niñas al día. Y cada año se producen cerca de 300.000 muertes maternas en todo el mundo en relación con el embarazo y parto-

El embarazo y el parto, como experiencias universales y profundamente transformadoras, han sido desde tiempos inmemoriales una fuente inagotable de inspiración para artistas y cineastas. Estas etapas de la vida, cargadas de simbolismo, emociones y cambios físicos, han sido representadas de diversas maneras a lo largo de la historia del arte (principalmente en la pintura y escultura), ofreciendo una mirada rica y compleja sobre la condición humana y que reflejan las creencias y valores de cada época. Y dentro de las artes, también el séptimo arte ha ofrecido una amplia variedad de representaciones del embarazo y el parto. Desde dramas conmovedores hasta comedias ligeras, pasando por películas documentales, las diferentes historias han explorado tanto los aspectos físicos como emocionales de estas experiencias, donde algunos temas han sido recurrentes: el embarazo y parto como un viaje hacia la maternidad lleno de cambios físicos, psicológicos y emocionales; el cuerpo femenino gestante como un símbolo de fertilidad y creación; el parto como una experiencia dolorosa y transformadora que marca un antes y un después en la vida de una mujer; el vínculo entre la pareja y entre la madre y su hijo; entre otros. 

Y es así que, desde esta sección de Terapia cinematográfica, hoy proponemos un recorrido por 7 películas argumentales sobre distintos enfoques del embarazo y parto en el mundo. Porque también hay películas en que este tema no se trata para entretener, sino para concienciar, y estas son las películas argumentales seleccionadas. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- El primer grito (Le premier cri, Gilles de Maistre, 2007), para tener una visión global de la preparación del nacimiento en diferentes culturas del mundo. 

- No llores, mujer (No Woman, No Cry, Christy Turlington, 2010), para acercarnos al problema del embarazo en el mundo. 

- Un feliz acontecimiento (Un heureux événement, Rémi Bezançon, 2011), para aproximarse a la maternidad como experiencia transformadora de la mujer y la familia. 

- Néixer (Nacer) (Néixer, Ana Victoria Pérez, 2012), para concienciarnos del valor del parto respetado, principalmente patente en el primer mundo. 

- Madre (Mabel Lozano, 2013), para reivindicar el hecho diferencial de la maternidad. 

- Fragmentos de una mujer (Pieces of a Woman, Kornél Mundruczó, 2020) , para sufrir la experiencia de la pérdida inesperada de un recién nacido en el parto. 

- Mamífera (Liliana Torres, 2024) , para conocer el sentimiento de una mujer que no desea la maternidad. 

Siete películas argumentales para disponer de una visión poliédrica del embarazo y parto en el mundo a través de diferentes géneros (del documental a la ficción) y desde distintas filmografías.

Se puede revisar el artículo completo en este enlace o en este otro.

miércoles, 29 de enero de 2025

Terapia cinematográfica (11). Prescribir películas para entender los malos tratos infantiles

 

Desgraciadamente el maltrato infantil ha existido siempre, desde los orígenes del ser humano, en todas las culturas y en todas sus diferentes tipologías: maltrato físico (hoy día también conocido como traumatismo infantil no accidental), maltrato emocional o psicológico, maltrato sexual y negligencia. Cabe recordar que el maltrato infantil más frecuente es la negligencia, seguido del maltrato emocional, y en último lugar quedan el maltrato físico y el maltrato o abuso sexual. Además, cabe no olvidar dos tipos más: uno relativamente habitual, como es el maltrato prenatal y otro más infrecuente, pero relevante en Pediatría, como es el síndrome de Munchausen por poderes. 

Se han descrito diversos factores de riesgo de maltrato infantil, entre ellos factores individuales (embarazo no deseado, prematuridad,…), factores perinatales (progenitores jóvenes, solteros,…), factores familiares (violencia intrafamiliar/de género, bajo estatus económico,…) y factores socioculturales (pobreza, , migración,…). La actuación ante el maltrato infantil forma parte del compromiso de todos los profesionales sanitarios y no sanitarios. Y ello porque el maltrato infantil es un problema global que afecta a millones de niños y niñas cada año, dejando secuelas físicas, emocionales y psicológicas a corto, medio y largo plazo. 

Y volvemos a recordar como el cine se convierte en una herramienta para dar a conocer historias (reales o ficticias) llevadas a la pantalla que se constituyen en películas que visibilizan el problema y estimulan a la lucha activa. Películas con diferentes perspectivas y múltiples puntos de vista (el menor que es víctima, el adulto maltratador, los testigos, o los profesionales que intervienen), lo que permite una comprensión más profunda y compleja del fenómeno. Es así que, desde esta sección de Terapia cinematográfica, hoy proponemos un recorrido por 7 películas argumentales alrededor de los diversos tipos de malos tratos en la infancia (excluido el maltrato sexual, ya tratado en un artículo previo). Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Mouchette (Robert Bresson, 2004), para revivir las graves consecuencias de la infancia maltratada por la pobreza y exclusión social. 

- Matilda (Danny DeVito, 1996), para criticar que en ocasiones los hijos tengan que sobrevivir a la familia y a la escuela. 

- El Bola (Achero Mañas, 2000), para visualizar toda la cruda realidad del maltrato infantil en la familia. 

- Nadie sabe (Dare mo shiranai, Hirokazu Koreeda, 2004), para entender lo que es sobrevivir a la negligencia y abandono de los padres. 

- Moolaadé (Protección) (Ousmane Sembène, 2004), para denunciar la mutilación genital femenina. 

- Cafarnaúm (Capharnaüm, Nadine Labaki, 2018), para demostrarnos cómo el contexto social contribuye a la negación de la niñez. 

- Mamá te quiere (Run, Aneesh Chaganty, 2020), para adentrarnos a la complejidad del síndrome de Munchausen por poderes. 

Siete películas argumentales para tomar conciencia frente a todo tipo maltrato infantil, para cimentar la empatía con los niños, niñas y adolescentes maltratados, para apoyar la crianza positiva y la educación en valores, y para ser un eslabón más de la tolerancia cero frente a esta lacra.

Se puede revisar el artículo completo en este enlace o en este otro.

lunes, 16 de diciembre de 2024

Terapia cinematográfica (10). Prescribir películas para entender el abuso sexual en la infancia

 

Se considera abuso sexual infantil a involucrar a niños, niñas y adolescentes en actividades sexuales que no llega a comprender totalmente, a las cuales no está en condiciones de dar consentimiento informado, o para las cuales está evolutivamente inmaduro y tampoco puede dar consentimiento, o en actividades sexuales que trasgreden las leyes o las restricciones sociales. Estos son los tres elementos que caracterizan los comportamientos abusivos sexuales (y que los diferencia de aquellos comportamientos no abusivos): a) el desequilibrio de poder que conlleva la posibilidad de controlar a la víctima física o emocionalmente; b) la diferencia de conocimientos que implican que la víctima no pueda comprender cabalmente el significado y las consecuencias potenciales de la actividad sexual; y c) la diferencia en las necesidades satisfechas: el agresor/a busca satisfacer sus propios impulsos sexuales. 

Ni que decir tiene que una situación tan complicada, compleja y perversa tiene consecuencias traumáticas en los niños, niñas y adolescentes, que se pueden agrupar en cuatro grupos de secuelas psicológicas y comportamentales: la sexualización traumática, la estigmatización, la traición y el desvalimiento. 

Por tanto, el abuso sexual infantil es una de las formas más crueles de maltrato infantil, donde la sociedad puede ser parte del problema (si lo obviamos y miramos a otra parte) o parte de la solución (si estamos vigiles y lo detectamos); y este mismo planteamiento es válido para nuestra profesión como pediatras . Y los casos pueden ser sospechados al consultar en Atención Primaria o en los Servicios de Urgencias Pediátricas, donde la anamnesis es, seguramente, el punto más importante del diagnóstico y debe realizarse con especial atención, donde la exploración física requiere una gran especialización, donde las pruebas complementarias suelen tener valor clínico y judicial y donde, una vez aplicado el tratamiento, el diagnóstico de abuso obliga a asegurar la protección del menor y dar parte a las Autoridades Judiciales. 

Y es que si el maltrato infantil debe ser denunciado siempre, lo mismo ocurre en cualquier tipo de abuso sexual infantil. Y muchas son las películas donde pedofilia, pederastia, incesto, pornografía infantil, prostitución infantil, y otras formas de abuso sexual en niños, niñas y adolescentes forman parte de la historia (real o ficticia) llevada a la pantalla, films incómodos a los que no debemos dar la espalda, sino enfrentarnos a ellos para concienciarnos y mantener una lucha activa. Y hoy proponemos un recorrido por 7 películas argumentales alrededor de este incómodo tema. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- El leñador (The Woodsman, Nicole Kassell, 2004), para sumergirnos en la convulsa reinserción social de un pedófilo y pederasta. 

- Hard Candy (David Slave, 2005), para conocer el acoso al que someten los lobos feroces del ciberespacio a nuestras Caperucitas rojas. 

- No tengas miedo (Montxo Armendáriz, 2011), para dimensionar y denunciar el abuso sexual infantil dentro de la propia familia. 

- La caza (Jagten, The Hunt, Thomas Vinterberg, 2012) , para no olvidar la fragilidad de la presunción de inocencia ante una denuncia por abuso sexual a menores. 

- Spotlight (Thomas McCarthy, 2015), para no olvidar la lacra de la pederastia alrededor de la Iglesia católica. 

- Atrapados en la red (V siti, Barbora Chalupová y Vit Klisák, 2020), para sumergirnos en una experimento revelador sobre los peligros de abusos sexuales cibernéticos en menores. 

- Sonido de libertad (Sound of Freedom, Alejandro Monteverde, 2023), para introducirse en el escabroso mundo del tráfico sexual infantil. 

Siete películas argumentales para sumarnos a la denuncia frente a cualquier tipo de abuso sexual en menores, un monstruo con muchas caras y diversos nombres: pedofilia, pederastia, incesto, pornografía, prostitución,… 

Se puede revisar el artículo completo en este enlace o en este otro.  

lunes, 21 de octubre de 2024

Terapia cinematográfica (9). Prescribir películas para entender el acoso escolar


El acoso escolar (también conocido como maltrato entre iguales en la escuela, maltrato por abuso de poder entre escolares o con el anglicismo bullying) es un grave problema que afecta a millones de escolares de Educación Primaria y Educación Secundaria en todo el mundo. Y es un enemigo silencioso que se nutre de tres venenos (la soledad, la tristeza y el miedo) y con tres protagonistas (los agresores, las víctimas y los testigos, cada uno de ellos con unos perfiles bastante característicos). 

Tal es el calibre de este problema que el 2 de mayo se conmemora el Día internacional contra el acoso escolar, cuyo principal objetivo es erradicar la violencia y el acoso escolar en los centros educativos, y, con ello, intentar construir escuelas seguras donde los escolares puedan crecer en un clima de respeto. Y esto es labor de todos, una labor educativa y preventiva en un inicio. 

Aunque el acoso escolar es un fenómeno que existe desde siempre, se ha generado una mayor sensibilización social sobre este grave problema en las últimas décadas, gracias, entre otros, a los medios de comunicación. Y donde el cine no hasido (ni debe ser) ajeno a ello, pues el mensaje debe quedar claro: “todos contra el bullying”. Y hoy proponemos un viaje por 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Klass (The Class) (Ilmar Raar, 2007), para descubrir la gestación de la violencia que genera el maltrato por abuso de poder entre escolares. 

- Cobardes (José Corbacho y Juan Cruz, 2008), para conocer al agresor, la víctima y los testigos del bullying. 

- Después de Lucía (Michel Franco, 2012), para denunciar esa lacra social que es el cyberbullying

- Marion, 13 años eternamente (Marion, 13 ans pour toujours, Bourlem Guerdjou, 2016), para visualizar el peligro que puede esconderse detrás de las aulas. 

- El silencio roto (Piluca Baquero, 2017), para reconocer a todos los actores implicados en el acoso escolar. 

- El profesor (Teacher) (Adam Dick, 2019), para vivir el acoso escolar entre el héroe y el villano, entre el alumno y el profesor. 

- Un pequeño mundo (Un monde, Laura Wandel, 2021), para devolver la mirada del acoso escolar desde el patio de recreo. 

Siete películas argumentales para sumarnos a la lucha contra el acoso escolar, esa lacra social que no cesa y persiste en el siglo XXI.  

 

lunes, 23 de septiembre de 2024

Terapia cinematográfica (8). Prescribir películas para entender el síndrome de Down


El síndrome de Down (SD) siempre se describe como la principal causa de discapacidad intelectual congénita y la alteración genética humana más común, de ahí que se disponga de tanta información científica y también de tanta divulgación para estas personas y sus familias. El SD no es una enfermedad, tampoco existen grados de síndrome de Down, aunque el efecto que la presencia de esta alteración produce en cada persona es muy variable. 

Cabe recordar que el SD es el defecto congénito cuya frecuencia al nacimiento ha experimentado un descenso más acusado; y ello es debido a que existen planes de diagnóstico prenatal específicamente dirigidos a la detección del SD (especialmente enfocados a los grupos de mayor riesgo, es decir, a las madres de mayor edad). Y España es uno de los países donde menos niños y niñas con SD nacen en el mundo, lo cual merece una reflexión. Y más teniendo en cuenta que la calidad y la esperanza de vida de estos niños y niñas han cambiado radicalmente en las dos últimas décadas, alcanzándose mejor estado de salud, mayor grado de autonomía personal e integración en la comunidad. 

Porque para que cada niño o niña con SD tenga una vida plena y llena de posibilidades podemos ayudarle desde la familia, la sanidad, la educación y la sociedad. Nuestro afecto y dedicación va a hacer posible que descubra el mundo que le rodea y que desarrolle todas sus capacidades, pero además en nuestro entorno existen recursos que ayudarán a toda la familia. Y por ello cada 21 de marzo, Día Mundial del síndrome de Down, se nos recuerda que la vida va de calidad (de vida y de integración) y no de cantidad (de cromosomas). Y lo recordamos en esa fecha cada año, pero conviene hacerlo cada día. Porque en un mundo repleto de derechos y deberes para proteger al ecosistema, a la naturaleza y la vida animal… en un mundo global y más concienciado con la vida, no debiéramos pasar por alto que conceder el derecho a nacer a las personas con SD es un debate y una reflexión muy necesaria. Y a partir de ahí, potenciar sus capacidades y su dignidad. Eso sí que sería un mundo “de cine” y un mundo coherente. 

Pero mientras ese momento llega, cada uno debe aportar su grano de arena. Y el séptimo arte también lo ha hecho con sus historias y sus protagonistas alrededor del SD. Y hoy proponemos un viaje por 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- El octavo día (Le huitième jour, Jaco Van Dormael, 1996), para admitir la importancia de ver las capacidades de las personas más allá se nuestro séptimo día. 

- León y Olvido (Xavier Bermúdez, 2004), para concienciarnos de que la vida no va de cromosomas. 

- Anita (Marcos Carnevale, 2009), para darnos cuenta lo que supone romper la dulce cotidianidad para las personas con síndrome de Down. 

- Colegas (Marcelo Galvão, 2012), para ver en cada uno de ellos a seres humanos “de cine” con deseos por cumplir. 

- Ghadi (Amin Dora, 2013), para entender que los hijos con síndrome de Down son verdaderos ángeles en muchas familias. 

- La historia de Jan (Bernardo Moll Otto, 2016), para respetar el valor de cada vida… incluso el de las vidas que van a ser tan importantes. 

- Mi hermano persigue dinosaurios (Mio fratello rincorre i dinosauri, Stefano Cipani, 2019), para percibir las vivencias de los hermanos y la importancia de su apoyo. 

Siete películas argumentales para reivindicar que la vida no va de cromosomas, sino de amor, convivencia, respeto, comprensión, integración… y tantos otros valores positivos para intentar un mundo mejor.

 

miércoles, 24 de julio de 2024

Terapia cinematográfica (7). Prescribir películas para entender el trastorno del espectro autista

 

En nuestra previa entrega de esta serie de Terapia cinematográfica de la revista Pediatría Integral nos enfocamos en prescribir películas para entender los trastornos del neurodesarrollo, grupo heterogéneo de entidades que se manifiestan en periodos tempranos de la niñez y que impactan significativamente en el funcionamiento personal, social y académico. Y, dentro de todos los trastornos del neurodesarrollo, el autismo adquiere una especial importancia, tanto por lo mucho que se conoce como por las preguntas que aún genera y las respuestas pendientes de contestar. Una entidad sobre la que se conoce mucho y, posiblemente, se desconoce mucho más. 

El autismo se presenta de manera diferente en cada persona, pero todas comparten, con mayor o menor intensidad, dificultades en el desarrollo de las habilidades sociales y comunicativas y presentan un comportamiento inflexible y con intereses repetitivos. De ahí la definición de trastorno del espectro autista (TEA). En realidad, tener autismo implica una forma diferente de procesar la información y de comprender el mundo que nos rodea y esto se traduce en una serie de capacidades que presentan las personas con esta condición: meticulosidad y atención por los detalles; sinceridad y honestidad; conocimiento exhaustivo sobre temas muy específicos de su interés; buenas competencias en tareas rutinarias, mecánicas y repetitivas; procesamiento lógico de la información; respeto y cumplimiento de las reglas establecidas. 

En este artículo realizamos un pequeño viaje por diferentes protagonistas con TEA, bien como síndrome de Asperger, síndrome de Kant u otras variedades de este amplio espectro de personas con características relativamente comunes y capacidades diferentes. Todas ellas son historias extraordinarias que saltan a la gran pantalla para devolvernos diferentes visiones de la realidad sanitaria, personal, familiar y social del mundo de estas entidades, donde se mezcla realidad y, en ocasiones, mitos. Que el cine sea un entorno de debate para cada día poder conocer un poco más y mejor a este espectro de personas diversas, distintas y excepcionales que se agrupan bajo el término de TEA. Y hoy proponemos un recordatorio del TEA a través de 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Ángeles sin paraíso (A Child is Waiting, John Cassavetes, 1963), para debatir sobre la enseñanza a menores con diversidad funcional. 

- Mater amatísima (José Antonio Salgot, 1980), para reconocer lo que puede suponer la simbiosis de una madre con el autismo de su hijo. 

- Ben X (Nick Balthazar, 2007), para no olvidar el auge del acoso escolar en alumnos con trastorno del espectro autista. 

- Mary and Max (Adam Elliot, 2009), para entender el mundo de las personas con síndrome de Asperger. 

- María y yo (Félix Fernández de Castro, 2010), para reivindicar en primera persona el valor de la diferencia, y de esta diferencia en las personas con autismo. 

- La sonrisa verdadera (Juan Rayo, 2015), para empaparse del valor de los cuidadores de estas personas con autismo, principalmente la familia. 

- Especiales (Hors nome, Olivier Nakache y Eric Toledano, 2019) , para reconocer la problemática social frente al autismo grave. 

Siete películas argumentales desde el séptimo arte para adentrarnos con sentido y sensibilidad, con ciencia y conciencia, en el mundo de las personas con TEA, y donde deseamos que cada vez se refleje más su realidad y menos otros mitos. 

 

lunes, 10 de junio de 2024

Terapia cinematográfica (6). Prescribir películas para entender los trastornos del neurodesarrollo

 

Los trastornos del neurodesarrollo comprenden un grupo heterogéneo de trastornos crónicos que se manifiestan en períodos tempranos de la niñez y que, en conjunto, comparten una alteración en la adquisición de habilidades cognitivas, motoras, del lenguaje y/o sociales que impactan significativamente en el funcionamiento personal, social y académico. Tienen su origen en la primera infancia o durante el proceso de desarrollo y comprende a heterogéneos procesos englobados bajo esta etiqueta. 

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su quinta edición (DSM-V) incluye dentro los trastornos del neurodesarrollo los siguientes siete grupos: Discapacidad intelectual, Trastornos de la comunicación, Trastorno del espectro del autismo (TEA), Trastorno de atención con hiperactividad (TDAH), Trastornos específico del aprendizaje, Trastornos motores y Trastornos de tics. Es importante tener en cuenta que en una misma persona puede manifestarse más de un trastorno del neurodesarrollo. Y, dentro de todos los trastornos del neurodesarrollo, el autismo adquiere una especial importancia, por lo que será considerado en el próximo capítulo de la serie “Terapia cinematográfica” de forma particular. 

Y esta gran diversidad también la ha reflejado en la gran pantalla y en las historias “de cine” que el séptimo arte nos ha regalado. Y hoy proponemos un recordatorio de la amplia variedad y complejidad de los trastornos del neurodesarrollo en la infancia a través de 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- El milagro de Ana Sullivan (The Miracle Worker, Arthur Penn, 1962), para valorar el milagro de la palabra, el milagro del lenguaje y de los sentidos. 

- Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994), para comprender el valor de la lucha por encontrar cuál es la meta de cada uno, una mezcla de destino y sueños propios. 

- Estrellas en la Tierra (Taare Zameen Par, Aamir Khan, 2007), para confirmar que cada niño y niña es especial, incluso con sus potenciales deficiencias psíquicas, físicas y/o sensoriales. 

- El primero de la clase (Front of the Class, Peter Werner, 2008), para demostrar el valor de la superación y como, a pesar de nuestras dificultades, somos merecedores de oportunidades. 

- Cromosoma 5 (María Ripoll, 2013), para entender la soledad del corredor de fondo ante los trastornos del neurodesarrollo. 

- Gabrielle (Louise Archambault, 2013), para intentar normalizar las relaciones afectivas y amorosas entre dos personas con enfermedades mentales y discapacidad. 

- Línea de meta (Paola García Costas, 2014), para interiorizar que la carrera de la vida es especialmente difícil para algunos. 

Siete películas argumentales que el séptimo arte nos presenta con protagonistas afectos con diferentes trastornos del neurodesarrollo durante su infancia, adolescencia y juventud y que nos ayudan a comprender que cada persona es especial, diversa y con capacidades diferenciales que hay que respetar y potenciar.

miércoles, 17 de abril de 2024

Terapia cinematográfica (5). Prescribir películas para entender las enfermedades oncológicas


El cáncer sigue siendo, pese a los espectaculares avances en el campo de la prevención, diagnóstico y tratamiento de estas entidades, una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Aunque hay muchos motivos para la esperanza, el diagnóstico de “cáncer” sigue provocando una de las reacciones psicológicas más duras entre personas afectadas y sus familiares. 

El cáncer es un filón para el cine, en películas de muy distinto calado: algunas películas dignas y respetuosas, llenas de valores; otras melodramáticas en busca de la lágrima fácil; algunas obras de arte y otras fácilmente olvidables. Y es así que la mirada del cine al cáncer nos devuelve arte (no siempre, pues algunas películas son de escasa calidad cinematográfica, más en la línea del sentimentalismo fácil que del sentimiento profundo), ciencia (no siempre, pues en la mayoría hay más espectáculo que rigor, donde la presencia del cáncer puede ser una mera anécdota en el guión) y, sobre todo, conciencia. 

Por tanto, el cine es una oportunidad para hablar con arte, ciencia y conciencia de la enfermedad oncológica y, sobre todo, de los pacientes con cáncer y su entorno. Una oportunidad para mejorar la relación profesional-paciente, para mejorar la humanización y para abrir el debate bioético. Y hoy nos centramos al cine relacionado con el cáncer infantojuvenil, películas que nos impactan, como espectadores, como sanitarios, como familiares o como afectados. Porque si el cáncer en un adulto conmociona, este efecto se multiplica cuando afecta a un hijo o a un nieto. Porque la realidad supera a la ficción y cada día, cientos de profesionales de la sanidad hacen una labor humana y científica sin límites en el cuidado de los niños con cáncer. Una labor que dignifica nuestra profesión y que recupera nuestra estima como pediatras. 

Y en este artículo de la serie “Terapia cinematográfica” proponemos un pequeño viaje a la oncología pediátrica a través de 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Planta 4ª (Antonio Mercero, 2003), para comprender el valor del “mundo amarillo” alrededor del cáncer, es decir, el valor de esas personas que apoyan con amistad y amor. 

- Cartas a Dios (Oscar et la dame rose, Eric-Emmanuel Schmitt, 2009), para interiorizar las diversas maneras de manejar el dolor de la pérdida y desmitificar el tema de la muerte. 


- Cartas al cielo (Letters to God, Patrick Doughtie, 2010), para reflexionar sobre el valor de la fe y esperanza como elementos de superación en la enfermedad. 

- Surviving Amina (Bárbara Celis, 2010), para sobrevivir al viaje en primera persona a las fases de diagnóstico y tratamiento de una enfermedad oncológica en un hijo pequeño. 

- Declaración de guerra (La guerre est déclarée, Valérie Donzelli, 2011), para transitar por el maratón emocional de las fases del duelo ante la lucha contra el cáncer de un hijo. 

- Yo soy uno entre cien mil (Penélope Cruz, 2016), para sensibilizar sobre la importancia de la investigación para luchar contra la leucemia infantil. 

Siete películas argumentales que el cine nos regala con el cáncer infantojuvenil como protagonista y que nos devuelve esas emociones y reflexiones para sobrevivir a lo que es una verdadera declaración de guerra personal, familiar, social y sanitaria.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Terapia cinematográfica (4). Prescribir películas para entender las enfermedades raras


Se definen como enfermedades raras (ER, también conocidas como enfermedades de baja prevalencia o huérfanas) a un conjunto amplio y variado de trastornos que se caracterizan por las siguientes características: 1) frecuencias bajas para cada entidad de forma particular; 2) suelen ser patologías crónicas; 3) tasas de mortalidad y morbilidad muy elevadas; 4) con mucha frecuencia producen discapacidad; 5) aparecer mayoritariamente en edades tempranas de la vida (tres de cada cuatro ER, de ahí la importancia en Pediatría); 6) diagnósticos difíciles y, a veces, inexistentes; 7) pocos tratamientos y poco eficaces, así como escasa investigación en muchas entidades. 

La Unión Europea define como ER aquella que tiene una prevalencia de menos de 5 casos por 10.000 habitantes (concepto relativo); sin embargo, en Estados Unidos se considera como ER aquella para la que se contabilizan menos de 200.000 personas vivas afectadas en un año (concepto absoluto). Pero, aunque individualmente cada ER afecte a muy pocas personas, la suma de todas las personas con ER se estima entre el 6 y 9% de la población, de ahí la importancia como problema de interés médico y social. 

Uno de los principales retos en el campo de las ER es que estas entidades se hagan visibles. Y un terreno esencial para trabajar por su visualización son los medios de comunicación. Entre ellos destaca el cine, porque el séptimo arte es arte, ciencia, conciencia, y es comunicación. Y con el cine es posible mejorar la humanización de nuestra práctica clínica a través de la prescripción de películas en las diferentes ER: “recetar” películas no solo a pacientes y familias, pero también a profesionales sanitarios, estudiantes, investigadores, políticos y gestores, y a la sociedad en su conjunto. Porque la invisibilidad mata y más en un problema sanitario y social tan sensible como el que estamos tratando. 

Proponemos un pequeño viaje por siete protagonistas con ER a través de 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- La parada de los monstruos (Freaks, Tod Browning, 1932) , para enfrentarnos a los complicados límites de la dualidad entre lo "anormal" y lo supuestamente "normal", donde las personas con defectos congénitos son los artistas. 

- El aceite de la vida (Lorenzo's Oil, George Miller, 1992) 5, para aprender la complejidad socio-sanitaria de las enfermedades raras, y enfrentarnos a un buen número de temas bioéticos. 

- Máscara (Mask, Peter Bogdanovich, 1984) 6, para plantear el dilema entre la belleza exterior y la belleza interior de las personas. 

- El inolvidable Simon Birch (Simon Birch, Mark Steven Johnson, 1998) 7, para reflexionar sobre el valor de la fe y esperanza como elementos de superación en la enfermedad. 

- Medidas extraordinarias (Extraordinary Measures, Tom Vaughan, 2010) 8, para profundizar en la dificultad de investigar en el campo de las enfermedades de baja prevalencia. 

- Wonder (Stephen Chbosky, 2017) 9, para admirar la belleza interior de los pacientes con ER y sus familias. 

- Jóvenes invisibles (Isabel Gemio, 2018) 10, para visibilizar las ER y concienciar y promover la investigación para mejorar su diagnóstico y tratamiento. 

Siete películas que nos muestras siete historias extraordinarias que saltan a la gran pantalla para devolvernos diferentes visiones de la realidad sanitaria, personal y social de cada una de las ER que representan.

miércoles, 13 de marzo de 2024

El camino de Cine y Pediatría se encuentra con la Revista Medicina y Cine

 

Fue en enero de 2010 cuando se iniciaba el camino de Cine y Pediatría. Y lo hice con un post en este blog hablando de una revista referente en el campo de asociar la ciencia (médica) y el arte (cinematográfico). Y esa revista era “Revista de Medicina y Cine” / “Journal of Medicine and Movies” , posiblemente la única conocida que reúne estas dos materias. Una revista bilingüe (español e inglés), electrónica y de acceso libre, publicada por Ediciones Universidad de Salamanca. Aunque se publica de forma trimestral desde el año 2005, conocí de su existencia casualmente al compartir ponencia con su editor en el XXV Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina en el año 2007. Fue un satisfactorio encuentro, máxime al reconocer que los editores responsables fueron profesores míos en la Universidad de Salamanca: los hermanos José Elías y Enrique García Sánchez, que comparten su trabajo en el Departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Salamanca y su enorme afición al cine.  

De aquel encuentro nació el compromiso de los editores de la Revista Medicina y Cine de prologar mi primer libro de Cine y Pediatría. Y así fue en el año 2012. Ha pasado el tiempo y los lazos han continuado, de forma que desde noviembre de 2023 fui invitado a formar parte del Equipo Editorial de la Revista Medicina y Cine, coincidiendo con un cambio en la dirección de la revisa, actualmente a cargo de la Prof. María José Fresnadillo Martínez. Lo cual es un honor, al ser alumno de dicha Universidad de Salamanca. 

Y este compromiso de colaboración comienza con un artículo publicado en el último número de la revista, bajo el título de “El embarazo en adolescentes a través del séptimo arte”, que se puede consultar en este enlace y también en el archivo adjunto.

 

miércoles, 24 de enero de 2024

Terapia cinematográfica (3). Prescribir películas para entender la importancia de ser médico pediatra

 

Seguimos avanzando en la sección de la revista Pediatría Integral que hemos denominado “Terapia cinematográfica en la infancia y adolescencia”. Y hoy queremos prescribir película para entender la importancia de ser pediatra. Porque la historia de la Pediatría se pierde en el tiempo y en la Historia, paralela a la historia de la Medicina. Y el Comité de Historia de la Pediatría de la Asociación Española de Pediatría clasifica el desarrollo de la pediatría española en cuatro etapas diferenciadas: 1) Nacimiento de la pediatría como especialidad médica (finales siglo XIX y principios del XX); 2) Los inicios de la consolidación de la especialidad (1914-1936); 3) Consolidación definitiva de la pediatría (1939-años 60); y 4) Desarrollo de la pediatría y de sus especialidades (años 70 hasta la actualidad). 

Y este recorrido histórico y docente alrededor de la Pediatría refuerza la importancia de ser pediatra. Ya hemos definido que la Pediatría es una ciencia médica y una profesión que abarca casi todas las especialidades, todos los ámbitos sanitarios y múltiples etapas entre el nacimiento y la adolescencia. Por tanto, una especialidad apasionante de la que se podrían reseñar muchos momentos “de cine. Y que hoy queremos apoyar con la prescripción de un conjunto de películas que indagan sobre la formación y la práctica clínica de un médico pediatra. Y la elección de estas siete películas tienen en común que sus guiones están basados en hechos reales (con personajes y acontecimientos adaptados al guión cinematográfico) y, curiosamente, cuatro de ellas son películas realizadas para la televisión (y no para su estreno en la gran pantalla). 

Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Patch Adams (Tom Shadyac, 1998), para tener en cuenta siempre la humanización en el acto médico. 

- Las confesiones del Dr. Sachs (La maladie de Sachs, Michel Deville, 1999), para visualizar la extraordinaria labor de un médico (o pediatra) general. 

- A corazón abierto (Something The Lord Made, Joseph Sargent, 2004), para no olvidar cómo se gestan los epónimos en Medicina. 

- El mundo en sus manos (Gifted Hands: The Ben Carson Story, Thomas Carter, 2009), para entender la magia de aprender, de superarse a sí mismo y llegar a la excelencia profesional. 

- El milagro de Carintia (Das Wunder von Kärteb, Andreas Prochaska, 2011), para reconocer la importancia y esfuerzo de una guardia médica. 

- Hipócrates (Hippocrate, Thomas Lilti, 2014), para conocer la peculiar vida de un residente en formación. 

- 22 ángeles (Miguel Bardem, 2016), para reivindicar que la mejor cura frente a la vacunofobia (y los movimientos antivacuna) es la vacunofilia (y los hechos históricos). 

Siete películas que son solo una pequeña selección para entender la importancia de formarse y ser médico y especialista en Pediatría, una profesión que abarca todas las especialidades en la infancia y  adolescencia.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Terapia cinematográfica (2). Prescribir películas para adentrarnos en la infancia y adolescencia

 

Hace poco anunciamos el inicio de una sección en la revista Pediatría Integral, bajo el nombre de “Terapia cinematográfica en la infancia y adolescencia”, un guiño que quiere poner en relación la ciencia (pediátrica) con el arte (cinematográfico), y hacer del séptimo arte un instrumento más para cimentar la arteterapia en nuestro día a día. 

Y dentro de esta sección hoy damos comienzo a la primera “prescripción”, bajo el título de “Prescribir películas para adentrarnos en la infancia y adolescencia”. Porque nuestra especialidad se denomina como Pediatría y sus Áreas Específicas, lo que da a entender la amplitud, complejidad y complementariedad de nuestra profesión, que comprende todos los campos de la medicina y de la sanidad, y que abarca cronológicamente desde el nacimiento hasta que el niño llegue a la adolescencia, normalmente hasta los 18 años (aunque incluso hay organismos internacionales que extienden la edad hasta los 21 años) y donde se distinguen varios periodos: recién nacido (0-6 días), neonato (7-29 días), lactante (lactante menor; 1-12 meses de vida, lactante mayor; 1-2 años), preescolar (3-5 años), escolar (6-11 años), puberto (12-14 años) y adolescente (15-18 años). 

Tras más de 720 películas comentadas hasta la fecha en el proyecto Cine y Pediatría, no resulta fácil seleccionar aquellas películas que destilen la esencia de esta etapa tan especial de la vida que es la infancia y adolescencia. Pero hoy hemos elegido siete películas que tienen dos características en común: son películas documentales (por lo que no son actores ni actrices sus protagonistas, sino niños y niñas reales) y son películas en francés (y queremos destacar el sentido y sensibilidad de la filmografía que llega desde Canadá, Bélgica y, principalmente, de Francia). Y todas ellas nos dan una visión poliédrica real de esta etapa compleja y maravillosa como es la infancia y la adolescencia (aunque a la adolescencia dedicaremos un capítulo monográfico, porque son tantas las películas enfocadas a esta etapa que llevamos tiempo reivindicándola como un género cinematográfico). 

Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Bebés (Bébé, Thomas Balme, 2010) 3, para entender la normalidad de un recién nacido y lactante. 

- Solo es el principio (Ce n'est qu'un debut, Jean-Pierre Pozzi, Pierre Barougier, 2010) 4, para reconocer a los niños como nuestros pequeños filósofos. 

- Camino a la escuela (Sur le chemin de l'école, Pascal Plisson, 2013) 5, para reflexionar sobre los distintos caminos que nos llevan a la escuela. 

- A cielo abierto (À ciel ouvert, Mariana Otero, 2013) 6, para no olvidar que existen infancias con importantes problemas psiquiátricos. 

- El gran día (Le grand jour, Pascal Plisson, 2015) 7, para homenajear el esfuerzo y la dedicación desde los primeros años para alcanzar un sueño, un himno a la esperanza y el coraje. 

- Ganar al viento (Et les mistrals gagnants, Anne-Dauphine Julliand, 2016) 8, para demostrar que una hermosa vida con una enfermedad rara no se mide por el número de años. 

- Adolescentes (Sébastien Lifshitz, 2019) 9, para asomarnos a esta edad tan peculiar en la que transitamos de la infancia a la vida adulta. 

Siete películas que son solo la punta del iceberg para confirmar que la infancia y adolescencia es “de cine”.


lunes, 9 de octubre de 2023

Terapia cinematográfica en la infancia y adolescencia, una nueva sección de la revista Pediatría Integral

 

La revista Pediatría Integral es el órgano de expresión de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP), revista que ha superado ya sus bodas de plata desde que se inició su camino, una revista que ha mantenido su revisión y renovación a lo largo de los años. Es Pediatría Integral una revista con vocación en la formación pediátrica continuada, una puesta al día para mejorar nuestras competencias en las tres grandes dimensiones: saber (conocimientos), saber hacer (habilidades) y saber ser (actitudes). Y Pediatría Integral es un buen foro común que hoy renueva su camino con el inicio de una nueva sección que hemos titulado como “Terapia cinematográfica en la infancia y adolescencia”, un guiño que quiere poner en relación la ciencia (pediátrica) con el arte (cinematográfico), y hacer del séptimo arte un instrumento más para cimentar la arteterapia en nuestro día a día. 

Una sección que se nutre del proyecto “Cine y Pediatría”, el cual nació casi sin querer en enero del año 2010 en el blog Pediatría basada en pruebas. Y como que no quiere la cosa, y gracias a la publicación semanal (todos los sábados, sin fallar uno) de un post dedicada a películas que tengan a la infancia y adolescencia como protagonistas (en sus aspectos de la pediatría clínica, social o preventiva), ya hemos publicado más de 720 post. Y desde el blog, “Cine y Pediatría” se ha convertido en realidad en la publicación de 12 libros (con el 13 en edición), uno por año, y con el título de “Cine y Pediatría. Una oportunidad para la docencia y la humanización en nuestra práctica clínica”. Y el proyecto continúa vivo, más vivo si cabe. 

Y con un objetivo: que los pediatras nos atrevamos a “prescribir” películas, al igual que prescribimos medicamentos, pruebas complementarias o, incluso, direcciones electrónicas de páginas de interés para nuestros pacientes y sus familias. Y para ello nos fundamentamos en estos cinco puntos: 1) que la Pediatría es una especialidad “de cine”; 2) que la infancia y adolescencia son los actores de nuestra vida y profesión; 3) que el arte de “prescribir” películas implica arte, ciencia y conciencia; 4) que es preciso aprender a mirar las películas bajo la observación narrativa (prefiguración, configuración y refiguración); y 5) que abogamos por prescribir películas relevantes en su relación con la Pediatría, tanto en su ámbito médico como social. 

Con la experiencia adquirida en el libro electrónico Trilogías del séptimo arte para pediatras “de cine”, estos son algunos de los temas que vamos a ir tratando en sucesivas entregas en Pediatría Integral: 
- Películas para entender la infancia 
- Películas para entender la importancia de ser pediatra 
- Películas para entender las enfermedades raras 
- Películas para entender las enfermedades oncológicas 
- Películas para entender el trastorno del espectro autista 
- Películas para entender otros trastornos del neurodesarrollo 
- Películas para entender el síndrome de Down 
- Películas para entender el acoso escolar 
- Películas para entender los malos tratos en la infancia 
- Películas para entender el embarazo en adolescentes 
- etc. 

Y, por todo ello, ¡bienvenidos a la sección “Terapia cinematográfica en la infancia y adolescencia”! de la revista Pediatría Integral. Películas de todos los continentes, en muchos idiomas y desde todas las edades pediátricas, sobre temas médicos y sociales que afectan a la infancia y adolescencia. Porque ya lo dijo Wolfgang von Goethe: “Todos los días deberíamos oír un poco de música, leer una buena poesía, contemplar un cuadro hermoso y, si es posible, decir algunas palabras sensatas”. Y añadimos, “… y ver una buena película”

Os dejamos el enlace al número completo de la revista Pediatría Integral de septiembre 2023, y debajo el acceso al artículo que expone en mayor detalle el por qué, para qué, para quién y cómo de esta sección de “Terapia cinematográfica en la infancia y adolescencia”.